El presidente
Bustamante y Rivero acompañado por el poeta José Gálvez (a su derecha) y por algunos de sus edecanes (en la parte posterior) durante una ceremonia pública. A partir de enero de 1947, el aciago gobernante empezó a descansar más y más en el poder de la fuerza armada.
libro publicado en 1949) el flamante mandatario se mostró reacio a constituir una mayoría parlamentaria propia, por respeto –según dijo– a la independencia de los poderes. Aquí su alegato: “Yo no estuve dispuesto en ningún momento a mirar a los legisladores con visión de rebaño o de comparsa de fantoches: ya era tiempo de desterrar de la política parlamentaria la vigilancia del pastor o la injerencia del titiritero. Harto desprestigiada estaba la investidura de los representantes por el constante manoseo de las inferencias presidenciales (…). Yo había prometido acabar con esta vergüenza y procurar que fuese el nuestro un parlamento de verdad; (…) un Parlamento capaz de asumir por sí sus decisiones y arrostrar sus propias responsabilidades. Por todo lo que vino después, hoy se juzga que dicho comportamiento fue equivocado o, cuando menos, demasiado débil, condescendiente e ingenuo. El 28 de julio de 1945, José Luis Bustamante y Rivero (a la edad de 51 años), inició su mandato presidencial, que no llegaría a concluir. Ese día, el presidente Manuel Prado, el “mandatario que recibió una dictadura y entregó una democracia” (en expresión gráfica de Eudocio Ravines), ciñó la banda bicolor a su sucesor. El primer Gabinete Bustamante estuvo integrado por: Rafael Belaunde, presidente del Consejo y ministro de Gobierno (arequipeño como él); Luis Alayza y Paz Soldán, de Justicia; Rómulo Venero, de Hacienda; Enrique Basombrío, de Agricultura; Jorge Basadre, de Educación; Enrique Góngora, de Fomento; Óscar Trelles, de Salud; Javier Correa y Elías, de Relaciones Exteriores; general Óscar N Torres, de Guerra; contralmirante José R. Alzamora, de Marina; y general Carlos A. Gilarde, de Aeronáutica.
Góngora, Trelles, Basombrío y Venero eran profesionales jóvenes, nuevos en política. A juicio de Basadre, Rafael Belaunde no debió ser el jefe de este Gabinete que nacía bajo tan difícil coyuntura; al llamarlo, Bustamante tuvo un gesto de buena fe. Sin embargo, íntimamente no se entendieron los dos ilustres arequipeños. Según se afirma, dicho Gabinete no fue consultado al APRA, lo que motivó que no fuese bien visto por los prosélitos del Haya; uno de los ministros, el ingeniero Basombrío, se vio precisado a renunciar como consecuencia de una severa y violenta interpelación en el Parlamento, ocurrida a escasos dos meses de su instalación. No obstante, a partir del 23 de enero de 1946, el equipo ministerial (el segundo en la lista y en un intento de sincera aproximación de Bustamante al APRA) se vio apuntalado por la presencia de tres representantes apristas: Manuel Vásquez Díaz (Hacienda y Comercio), César Elías (Fomento y Obras Públicas) y Luis Roose Ugarte (Agricultura). Ellos permanecieron en el gabinete hasta el 12 de enero del año siguiente; lo que significa que el APRA participó y gozó de las prebendas del Ejecutivo casi desde un comienzo.
[ Xi ] LA TENAZ PugNA ENTrE EL EJECuTiVo y EL PArLAMENTo. LAs ACCioNEs dEsEsTABiLiZAdorEs dEL APrA.- Pronto –refiere Carlos Miró Quesada– la luna de miel entre el presidente y los apristas (que le habían brindado su apoyo y votos) terminó en un frontal e irreversible enfrentamiento que culminó con la declaratoria del partido aprista fuera de la ley con sus inevitables consecuencias: la clausura [ CAPÍTULO 1 ] PERÍODO 1
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