Según ella, el conflicto que se convirtió en guerra abierta tomando parte activa nuestras tres armas, además de las fuerzas policiales, alcanzó su punto más crítico en julio de 1941. Los puestos peruanos de Aguas Verdes, Lechugal, La Palma y varios sectores de la región oriental, así como los del Ecuador: Huaquillas, Chacras, Balsalito y Cartabón, se convirtieron en los focos iniciales de esta contienda bélica. Sin duda, la acción militar más importante fue la de Zarumilla, ocurrida el 23 de julio de dicho año, que culminó con la ocupación militar peruana de la provincia de El Oro. Se pudo haber ocupado el resto del país si los Estados Unidos no hubieran intervenido para arreglar el conflicto. La armada peruana actuó desde el primer momento controlando el Guayas, donde no se aventuraban buques de guerra ecuatorianos. Cerca de la costa y en los esteros de dicho río, hubo algunos encuentros sin mayor trascendencia entre lanchas patrulleras, habiéndose en uno de ellos capturado a la embarcación ecuatoriana Hualtaco. El Ecuador –dice Margarita Guerra– no cejó en su empeño de penetrar en nuestro territorio hasta el 1o de enero de 1942, cuando tuvo que abandonar la lucha y entrar en negociaciones diplomáticas en Río de Janeiro, bajo la supervisión de Argentina, Brasil, Chile y los Estados Unidos, que asumieron el papel de “países garantes” de los acuerdos tomados. Allí se levantó el acta de protocolo el 29 de enero, según el cual el Perú recuperó los territorios de Cocha Redonda (en el río Lagartococha); Lagartococha, Puerto Pichincha y Puerto Obando (en el río Aguarico); Rocafuerte, La Banda, Arcadia,
San Antonio y Yasuni (en el río Napo); Vencedores (en el río Nashiño); Tarqui, Bellavista y Conocaco (en el río Corrientes); y Huachi, Pinches, Chambira, Andoas y Tonegrama (en el río Pastaza). Se estableció también la necesidad de formar una comisión para la colocación de los hitos fronterizos, la cual funcionó hasta el 17 de noviembre de 1947, cuando se colocó el último hito en el divortium aquarum de los ríos Zamora y Santiago, al sur del cerro Canhuine, que divide los sistemas hidrográficos de los ríos Nangariza y Comaina. De esta manera, el antiguo diferendo llegó a una solución definitiva mediante el Protocolo de Río de Janeiro, que sancionó la posesión del Perú sostenida permanentemente en sus alegatos. La victoria militar y el arreglo diplomático agigantaron la popularidad del presidente Prado, creándose internamente un sentimiento de verdadera euforia colectiva y de gran fervor patriótico. En este contexto, es legítimo recordar la valerosa inmolación del joven teniente José Abelardo Quiñones González, natural de Pimentel, considerado con toda justicia como el héroe de la Fuerza Aérea Peruana.
[ XVii ] Los EfECTos dE LA sEguNdA guErrA MuNdiAL EN LA ECoNoMÍA NACioNAL.- En términos comparativos, los efectos o consecuencias de esta segunda conflagración internacional para el Perú fueron totalmente diferentes a los de la primera, tanto en su magnitud como en sus alcances e incidencias. Para empezar, por ejemplo, es conveniente puntualizar que la guerra de 1939-1945 encontró al Perú en
En términos
económicos, el conflicto con el Ecuador en 1941 no solo demandó ingentes cantidades de dinero, sino que fue necesario recurrir a egresos complementarios del Presupuesto Nacional, o a créditos especiales. En la imagen, soldados peruanos en plena campaña manipulando un cañón camuflado.
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PERÍODO 1
[ CAPÍTULO 2 ]