Revista Vuelo 11

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Í ndice

Monterrey, México / mayo-junio 2018 / Número 11

Editorial

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La aportación de los estudiantes nuevoleoneses en la lucha contra el neoliberalismo // Cris Villarreal Navarro ¿Por qué se llaman así los municipios de Nuevo León? // Raymundo Hernández Alvarado Preludio, 1998 Rosario Guajardo

DIRECTORIO

Dirección: Carlos Ruiz Cabrera Coordinación editorial: Lourdes Ibarra Edición y corrección: Erasmo E. Torres Gómez Diseño: Melody Flores Nava Arte: Hernando Garza Lozano Literatura: Víctor Barrera Enderle Redes sociales: Victoria J. Zapata Mendoza Michelle Narváez Jara Portada e interiores: Rosario Guajardo Foto de portada: Matatena, 2008 Contacto: redaccion@vuelocultura.mx Facebook: https://www.facebook.com/RevistaVuelo/ Lee online en https://issuu.com/revista.vuelo

El servicio agrícola como alternativa. Una reflexión filosófica de vivencias. // José Luis Cisneros Arellano Acerca del neoliberalismo // Carlos Ruiz Cabrera Un regiomontano en la Embajada de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas // Francisco Villarreal González 70 años de la licenciatura en Químico Clínico Biólogo // Armando Hugo Ortiz Rosario Guajardo. Búsquedas, encuentros y revelaciones // Sofía Gamboa Duarte Rehilete // Pepe-Hillo Luis de Carvajal. El Hombre // Óscar Tamez Rodríguez La búsqueda de un idioma // Nazario Sepúlveda Dos cartas de Felipe Guerra Castro // Víctor Barrera Enderle El mantel de los banquetes // Gerson Gómez Sobre Ramiro Estrada // Guadalupe Martínez ¿QUO VADIS, HOMO SAPIENS? // Ramiro Estrada El aquí y el ahora // Armando González Rodríguez La quinta edición del día del Patrimonio de Nuevo León // Daniel Sanabria Barrios Tres estridentes acordes para ensayar la tristeza de un poeta punk regiomontano // Guillermo Lozano Flores

Las ilustraciones utilizadas para este número fueron tomadas del Catálogo Rosario Guajardo Introspección, publicado en diciembre de 2016 por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León.

VUELO. REVISTA UNIVERSITARIA DE CULTURA, año 2, Núm. 11,

mayo-junio de 2018, es una publicación editada por Carlos Ruiz Cabrera. Calle Modesto Arreola 711, Col. Centro, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64000, Tel. (81) 8358 9109, redacción@vuelocultura.mx. Editor responsable: Carlos Ruiz Cabrera. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo N° (en trámite), ISSN: (en trámite), ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX N° (en trámite). Impresa por Ala Imprenta, 5 de mayo 494 pte., Col. Centro, Monterrey, Nuevo León. Este número se terminó de imprimir el 31 de julio de 2018 con un tiraje de 1 000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no reflejan necesariamente la postura del editor.

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ED IT OR IAL

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UNQUE DESIGUALES en sus orígenes, objetivos

y trayectorias, tres organizaciones sociales perdurarán por muy largo tiempo. Estas organizaciones son los sindicatos, los partidos políticos y las iglesias, cada una con sus respectivas manifestaciones genéricas: el sindicalismo, la política y la religión. En el pasado y el presente de la humanidad —y con seguridad también en el futuro—, la presencia de los trabajadores ha sido, es y será imprescindible para dichas organizaciones, pues son ellos quienes les han dado vida en su búsqueda por encontrar solución a sus necesidades: a los sindicatos para remediar sus carencias materiales, a los partidos políticos para acceder al ejercicio del poder del Estado —concebido éste como instrumento de una clases social determinada— y a las iglesias para encontrar consuelo a sus angustias espirituales. Para comprender a cabalidad la actual situación crítica de nuestro país, es preciso conocer las trayectorias de las citadas organizaciones, así como las de quienes las han conducido y conducen, porque trabajadores, sindicatos, partidos políticos e iglesias desempeñan un destacado papel dentro del intenso proceso político en curso, cuyo resultado definirá, al final, el rumbo a seguir por las mexicanas y los mexicanos insertos en la agobiante fase globalizadora del capitalismo.

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LA APORTACIÓN DE LOS ESTUDIANTES

NUEVOLEONESES EN LA LUCHA CONTRA EL

NEOLIBERALISMO CRIS VILLARREAL NAVARRO 3


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l movimiento ¡No disparen!

iniciado por los estudiantes norteamericanos a raíz de la última masacre en una escuela preparatoria de la Florida ha alcanzado repercusión internacional. La convicción conque los estudiantes que lo lideran defienden su causa desafía la lógica de la arbitrariedad institucionalizada. Sus encendidos discursos contra la venta y el uso indiscriminado de armas que ha ocasionado tantas muertes de inocentes, incluidos diecisiete de sus compañeros, estremecen las conciencias de quienes los escuchan. Sus intervenciones en entrevistas, con toda la razón que les asiste, imanan la adhesión de las audiencias y su asistencia a las multitudinarias movilizaciones que se han generado por todos los Estados Unidos. El poder de persuasión de los lúcidos mensajes de estos combativos preparatorianos despierta reminiscencias del movimiento estudiantil que surgió en nuestra Universidad el sábado 9 de marzo de 1968. Ese día los lectores de los periódicos regiomontanos abrieron los ojos desmesuradamente cuando leyeron un documento en el que Eduardo Ángel Elizondo Lozano, un gobernador comprometido con los intereses de la clase económicamente poderosa, pretendía privatizar nuestra Universidad. Al igual que estos iluminados estadounidenses que actualmente libran con denuedo las batallas de los sin voz, el estudiantado universitario neoleonés como un solo hombre fuerte y decidido, hace medio siglo abrazó con pasión y valentía la defensa de nuestra universidad pública. La publicación de ese aristocratizante anteproyecto de ley, hijo prematuro de los Chicos de Chicago, tuvo como respuesta inmediata la masiva movilización de los casi 16,000 estudiantes con que contaba la Universidad en ese entonces. Para el siguiente miércoles 13 de marzo del 68, en pleno celebrado en la Facultad de Leyes ésta se declaró en paro indefinido contra el proyecto

Colegio Civil 1968.

Elizondo. En esa misma dirección se pronunciaron por la huelga las asambleas estudiantiles de 19 escuelas y facultades de la Universidad de Nuevo León. Ante la precisa y compacta embestida del estudiantado universitario, el gobernador Elizondo, que había utilizado su rectorado en la universidad (1965-1967) como trampolín para la gubernatura, se presentó en la cafetería de la Facultad de Comercio y Administración para exponer y defender su proyecto. Dirigentes estudiantiles como Raúl Ramos Zavala, Eduardo González Ramírez y otros representantes de escuelas ahí presentes rebatieron sus frágiles argumentos con absoluta firmeza y fundamentación. La pregunta lógica que se le hizo a Elizondo fue la de cuál sería el destino de los impuestos rebajados puntualmente al pueblo trabajador, originalmente destinados en primer plano a la salud y a la educación. ¿Acaso irían a parar, sin tocar baranda, a los bolsillos de los funcionarios públicos del PRIgobierno? Cuando el reaccionario gobernador precursor del Neoliberalismo les quiso endilgar el sambenito de que los estudiantes que hacían huelgas estaban fallando a su deber moral con la sociedad y que su obligación era ponerse a estudiar, Ramos Zavala le contestó que era primer lugar de su generación en la Facultad de Economía.

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fatídico “Plan”. Estas instituciones tienen una larga historia de intervención en las políticas locales de sus países miembros, no sería de extrañar su interferencia ahora con vistas a lucrar en una institución educativa, en este caso nuestra Universidad, que por sus características operativas de oferta y venta de un servicio básico como es la educación mantendría un rebaño de deudores cautivos a largo plazo. No debemos olvidar que en los archivos de esa época liberados por la CIA altos funcionarios del gobierno mexicano, incluido el propio presidente Díaz Ordaz y su secretario de gobernación Luis Echeverría, figuraban en su nómina como agentes de inteligencia de los Estados Unidos. La Constitución claramente establece: “Toda la educación que el Estado imparte, será gratuita” y esa fue la bandera que enarboló el estudiantado de la UNL en aquel mes de marzo del 68. De no haber emprendido los universitarios neoleoneses esa lucha, los estudiantes preparatorianos y de estudios superiores de Monterrey y de México en su totalidad se encontrarían sujetos a un esclavizante endeudamiento de por vida que solo favorecería a los intereses de la clase dominante. Se encontrarían en las mismas circunstancias de penoso cautiverio crediticio en que se mantienen millones de personas que una vez desearon obtener una educación universitaria en los Estados Unidos. La “regulación educacional Elizondo” que pararon los estudiantes universitarios neoleoneses en 1968 está vigente en los Estados Unidos. Ese “Plan” impera flagrantemente en este país sujetando a la mayoría de su población al pago mensual de los préstamos que recibieron para pagar sus estudios superiores. Hipoteca neoliberal que al finalizar los estudios puede ascender a varias decenas de miles de dólares que se multiplicarán exponencialmente por los intereses conforme pasen los años. El día de la graduación de esos estudiantes,

En esa improvisada asamblea y con todo el aparato de los medios de difusión a su servicio, el gobernador industrial, como solía llamársele, quería vender su plan educacional a toda costa. Su anteproyecto de ley tenía como enunciado medular este apartado: “que quien quisiera estudiar y tuviera con que hacerlo pagara su educación y quien careciera de recursos lo hiciera con un crédito a cubrir tras la culminación de sus estudios”. Este postulado, cuyo objetivo era convertir a la Universidad de Nuevo León en un negocio rentable, seguramente no fue producto de una ocurrencia personal congruente con su ideología elitista. Tres meses después de la publicación del “Plan Elizondo”, en junio 4 de 1968, el presidente del Sistema Bancos de Comercio: Manuel Espinosa Yglesias presentó el mismo “Plan” en su discurso de inauguración del nuevo campus de la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México. En la página web de esta institución, perteneciente a la congregación religiosa de los Legionarios de Cristo, se puede leer en el apartado de su historia que en ese acto de su inicio de labores, Espinosa Yglesias propuso la educación privada mediante un sistema de préstamos Becas-Créditos para “resolver el problema de la educación superior en México”. Esta toma de posición del banquero más prominente de la época da margen a suponer que el “Plan Elizondo” no fue un proyecto unilateral sino una estrategia nacional concebida en alguna asamblea de la CAINTRA (Cámara de la Industria de la Transformación de Nuevo León), la ABM (Asociación de Bancos de México), la CONCANACO (Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio), la CANACO (Cámara de Comercio de Monterrey) o alguna otra organización del sector empresarial nacional o regional. También a nivel internacional el Banco Interamericano de Desarrollo o el Fondo Monetario Internacional podrían haber estado detrás de este

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por los estudiosos de los fenómenos sociopolíticos norestenses. El 17 de abril del 68, tras seis semanas de lucha intermitente, en la que también participó el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León, cuyo secretario general era Carlos Ruiz Cabrera, el Consejo Universitario votó el contundente rechazo del anteproyecto de ley promovido por el gobernador Elizondo. El Consejo Estudiantil, organismo independiente integrado por representantes de diversas escuelas que fungió como cabeza del Movimiento hizo un excelente trabajo coordinando la intensa movilización estudiantil a través de regulares asambleas organizativas en el Aula Magna. Su efectivo liderazgo se desprendía de la absoluta confianza de la base estudiantil en la solidez moral de sus dirigentes y en los coherentes y articulados planteamientos conque esbozaban los mecanismos de lucha a seguir. De las diversas escuelas y facultades que se mantenían en paro, partían diariamente activistas en brigadas de información política al pueblo sobre la afrenta mortal a su economía que pretendía imponerles el gobernador Elizondo. El Consejo Estudiantil gestionaba diversas medidas para el avance del Movimiento entre las que se incluyó la entrega de un pliego petitorio al gobernador Elizondo el primero de abril. En ese documento se le plantearon las demandas más ingentes para el óptimo funcionamiento de la Universidad. El producto del “boteo” de las brigadas era destinado a pintura y brochas para “pintas” y a la impresión de más volantes para su distribución entre la población. Con ello, se intentaba contrarrestar el efecto estigmatizador del Movimiento por parte de la “prensa vendida” como solía denunciársele. Las bardas eran los anuncios espectaculares de nuestras consignas, la repartición de panfletos apostaban al efecto de la honda de David contra Goliat ya que la campaña propagandística condenatoria de los medios informativos al

con su título en la mano también reciben el primer pagaré de su deuda estudiantil que tendrán que pagar ineludiblemente. Una vez que son contratados en algún centro de trabajo, muchas veces, esos pagos obligados son descontados automáticamente de sus cheques salariales. Los descuentos aparecerán incluso en sus cheques de pensionados cuando ya estén retirados debido a los altísimos intereses que con el paso del tiempo se le fueron agregando a su original préstamo estudiantil. De todo ese viacrucis que implica ver los ingresos familiares afectados por el pago de una deuda estudiantil producto de una legislación tramposa se vio librado el pueblo neoleonés gracias a los activistas universitarios que plantaron cara y no dejaron avanzar a los enemigos de nuestro pueblo. Hay una deuda moral con esa generación de dignos universitarios que estudiaron en la Universidad de Nuevo León a finales de los años sesentas y principios de los setentas y asumieron como un deber moral natural la defensa de los intereses de nuestro pueblo. La valerosa participación de esos estudiantes altruistas en esa contienda contra la reacción regiomontana ha sido malversada por los medios masivos anestesiantes que solo manejan su versión sesgada de los hechos. Borloteros, agitadores comunistas, vendepatrias son algunas de las retorcidas etiquetas que les colgaron. En gran medida la atmósfera de desinformación sobre su fecunda participación en esta histórica contribución a la economía popular ha sido ignorada si no tergiversada

Movimiento estudiantil en Nuevo León 1968.

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La EXPERIENCIA POLÍTICA que trajo consigo la derrota del “PLAN ELIZONDO” sentó las bases para la continuación de la lucha por la autonomía de la UNL que se obtendría el año siguiente en 1969.

Movimiento era abrumadora. Su mensaje reiterativo era criminalizar a los estudiantes presentándolos como enemigos públicos. En la mejor de las ópticas se les tildaba de haraganes revoltosos que desaprovechaban la preciosa oportunidad que se les ofrecía para educarse. Con todo y esa incesante descarga de oprobios contra el estudiantado El Consejo Universitario, intregrado en una gran mayoría por activistas destacados del movimiento estudiantil que habían sido electos consejeros de sus escuelas, echaron al bote de basura de la historia la iniciativa privatizadora de la educación media superior y superior. La experiencia política que trajo consigo la derrota del “Plan Elizondo” sentó las bases para la continuación de la lucha por la autonomía de la UNL que se obtendría el año siguiente en 1969. Una autonomía sólo de nombre, a todas luces limitada como podemos corroborar en la actualidad, ya que la actual universidad tiene mucho del modelo corporativo que promovía Elizondo en su iniciativa. La presunta autonomía de la UNL que implicaría la soberanía sobre la subvención de recursos económicos que se le asignan, sin condiciones, ni compromisos de sumisión con el gobierno estatal en turno, fue solo un espejismo en los acariciados ideales democráticos de los activistas estudiantes universitarios. Como señala Severo Iglesias: El anteproyecto de ley de Elizondo, aparte de los cuantiosos dividendos para el sector privado, pretendía crear una universidad transformada en “un remanso de la paz y el orden” enfocada únicamente a la creación de cuadros profesionales al servicio de sus empresas en donde jamás se cuestionaran los esquemas de dominación de la clase económicamente poderosa (1). Ese “remanso de paz” y pasmosa estabilidad favorable solamente al sistema capitalista que acariciaba el Plan Elizondo, se puede advertir en las paredes de las escuelas universitarias actuales.

Hace cincuenta años estaban tapizadas de manifiestos, de boletines informativos en donde se invitaba a reflexionar al estudiantado sobre el papel de la universidad en la sociedad. Actualmente los carteles invitan a concursos de belleza para elegir a la “reina de la simpatía” de la escuela, a formar parte de la porra del equipo de futbol de esa dependencia y a demás sandeces banales. Los años subsecuentes, como era de esperarse, la respuesta oficial contra el avance del movimiento fue brutal. La cíclica embestida de la reducción de fondos para el sostenimiento de la Universidad generó una mayor participación estudiantil en los actos de protesta y ante la resistencia del estudiantado las fuerzas oscurantistas de la derecha coludidas y protegidas por el Estado, elemento legitimador de su violencia, generaron una represión propia de las Camisas Negras del Fascismo. El campus se vio infiltrado por porros financiados por la iniciativa privada y protegidos por las autoridades. Estos vandálicos cuerpos de choque que agredían a estudiantes, trabajadores y maestros, asaltaron el Hospital universitario dejando un saldo sangriento y llegaron hasta el extremo de secuestrar al propio rector ingeniero Leal Flores.

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Concentración del movimiento estudiantil ante la voz de los oradores. 1968’.

Con esos violentos ataques contra la integridad física de miembros de la comunidad universitaria y con absurdas maniobras jurídicas a las que las autoridades si daban seguimiento lograron su objetivo de retomar las riendas de nuestra Universidad imponiendo en la rectoría a Lorenzo de Anda en diciembre de 1972. Fue solo durante el breve rectorado del ingeniero Hector Ulises Leal Flores, de febrero de 1971 a diciembre de 1972, que la UANL llegó a presentar una configuración de entidad realmente democrática. La sangrienta represión en la ciudad de México contra una manifestación de estudiantes el diez de junio de 1971 perpetrada por un grupo paramilitar al servicio del Estado siendo presidente Luis Echeverría, fue otro mensaje en clave al movimiento estudiantil de la UANL. La manifestación había sido convocada en solidaridad al movimiento estudiantil neoleonés que pugnaba por la implementación de una Ley Orgánica de avanzada que consagraba entre otras garantías estudiantiles la paridad en los órganos de gobierno de la UANL. Iniciativa que ya estaba operando de hecho en algunos sectores del campus y que tuvo como consecuencia otra reducción del presupuesto por parte del gobierno estatal como escarmiento al modelo de universidad democrática Como dato adicional, en el mes de marzo del año anterior la comunidad universitaria de la UANL no había permitido la entrada a la Ciudad Universitaria al candidato del PRI a la presidencia de la República Luis Echeverría Álvarez.

Ante la infame indiferencia y hasta repulsa de la memoria oficial sobre estos significativos acontecimientos y para retomar esta contribución histórica del estudiantado universitario neoleonés durante las batallas libradas de 1968 a 1971 borradas por la amnesia oficial, ha surgido el Colectivo 9 de Marzo de la UANL. De acuerdo a su Manifiesto, publicado en su sitio del Facebook UANL 68 “Cincuenta Años Después”, tiene como objetivo convertirse en un instrumento reivindicatorio de las demandas originales que el movimiento estudiantil iniciado el 9 de marzo de 1968 enarboló y que aún permanecen vigentes. Actualmente los casi 200 mil estudiantes que forman la población de la UANL continúan sin tener voz ni voto en las decisiones que los afectan. El cogobierno en la dirección de la UANL y la paridad de votos de estudiantes y maestros en el Consejo Universitario y en las juntas directivas de las dependencias es inexistente. La declaración de principios de este Colectivo establece la demanda de una “Universidad Critica, Científica, Democrática, responsablemente Autónoma, gratuita y popular”. Además, con toda claridad, entre otras de sus premisas exalta que: “nuestras universidades son públicas porque son financiadas con fondos procedentes de los impuestos del pueblo trabajador”. Partiendo de ese postulado, la Universidad es propiedad del pueblo, de los regiomontanos, neoleoneses y de México

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en su conjunto y no del gobernador, del rector o de la junta de gobierno en turno. En consecuencia, en sus órganos de gobierno debe haber una presencia estudiantil que represente los intereses populares. Para evitar conflictos de identidad y de intereses, la administración de los fondos que la sostienen tendrían que estar controlados y auditados por una fiscalización paritaria independiente. No se pueden investigar y procesar las denuncias de malos manejos cuando quienes investigan estos delitos son juez y parte. Muchos de los miembros de este Colectivo son exactivistas de las luchas que se gestaron en esos años en la UNL. Protagonistas de su tiempo, detractores del sistema, en ellos persiste el determinado compromiso de aquellos jóvenes que fracturaron todos los esquemas de la pasividad en que fueron educados y subvirtieron las expectativas de una sociedad que los había programado para que fueran a la universidad a obtener un título profesional con vistas a procurarse un medio de sustento. Como los muchachos preparatorianos que actualmente luchan por un férreo control de las armas en los Estados Unidos, aquellos jóvenes activistas de finales de los sesentas y principios de los setentas siempre tuvieron clara la justicia y el fondo honesto de su lucha y así lo trasmitieron. Esa generación se sobrepuso a las convenciones paralizadoras y enajenantes que los medios de difusión del sistema perennemente inculcan, hicieron a un lado sus individuales intereses y se volcaron en lo colectivo: tomaron el partido de los otros, el beneficio de los muchos.

Protestas en contra del Plan Elizondo 1968.

Reflexión y crítica del movimiento estudiantil en Nuevo León (1968-1973). 1980. Publicado en línea el 30 de octubre del 2015. Página web: https://issuu.com/ alandeanda/docs/reflexi__n_y_cr__tica_del_movimient 1

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¿POR QUÉ SE LLAMAN ASÍ LOS MUNICIPIOS DE NUEVO LEÓN? Raymundo Hernández Alvarado


L

os hay con fuerte presencia

La urbe capitalina NUEVOLEONESA es cuna de RECIOS

tlaxcalteca o chichimeca, otros con raíces naturales de la región, unos más con la influencia española o judía mestizas. Todos tienen características propias que los diferencian entre sí y singularidades en el origen de sus nombres actuales. Son los 51 municipios de Nuevo León, que juntos forman un mosaico multicultural único de la región norestense. Estas son sus rasgos, tradiciones y bretes que los han llevado a mantener su propia identidad a lo largo del cuerno geográfico estatal durante siglos. MONTERREY, la que sería capital estatal se funda en definitiva el 20 de septiembre de 1596 después de dos intentos previos. Lleva este nombre en honor de Don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, quinto conde de Monterrey, Galicia, España. Es Virrey de la Nueva España del 5 de noviembre de 1595 al 26 de octubre de 1603, para luego ser nombrado Virrey del Perú hasta su muerte en 1606. Contrariamente a lo que ocurre en Monterrey, Nuevo León; Monterrey, Galicia es actualmente un pueblo que se ha ido abandonando por sus habitantes. La urbe capitalina nuevoleonesa es cuna de recios empresarios de origen judío, combativos revolucionarios, intelectuales, humanistas y líderes obreros. GUADALUPE es poblado en febrero de 1715 por Francisco Barbadillo y Vitoria, pacificador y evangelizador de tribus, quien la llama Misión y Pueblo de Nuestra Señora de Guadalupe, llamada también Pueblo de la Nueva Tlaxcala de NSG de Horcasitas. SAN NICOLÁS DE LOS GARZA es instaurado por Diego Díaz de Berlanga el 5 de febrero de 1597. Se erige en villa en 1830 y en ciudad en 1971. Se llama así en honor de San Nicolás Tolentino y de los Garza por Pedro de la Garza. Es cuna de Pablo A. de la Garza.

empresarios de origen JUDÍO, combativos

REVOLUCIONARIOS,

intelectuales, humanistas y líderes obreros. SAN PEDRO GARZA GARCÍA es el segundo municipio más chico en territorio en la entidad y el más rico del país. Se funda el 20 de noviembre de 1596 por Diego de Montemayor. Lleva el nombre de San Pedro, por el apóstol cristiano y Garza García por Genaro Garza García, quien siendo gobernador lo eleva a villa en 1882.

Las evasiones en Santa Catarina SANTA CATARINA se erige el 20 de noviembre de 1596 por el capitán Lucas García, aunque previamente había tenido varios asentamientos que fueron despoblados por la persecución de la Santa Inquisición contra Luis Carvajal. Es asiento de la primera factoría (textil) del estado y lugar de estancia en tres ocasiones del presidente Benito Juárez. APODACA es fundada en 1597 por el capitán Gaspar Castaño de Sosa, quien luego vendería las tierras a Diego de Montemayor. Su toponimia es por Salvador de Apodaca, séptimo Obispo de Linares, España. Origen del benemérito de la educación Moisés Sáenz. GARCÍA es poblado por Alberto del Canto como punto estratégico para viajeros, pero el 7 de marzo de 1583 es fundado por Manuel de Mederos con el nombre de Estancia de Pesquería. Lleva el nombre en honor de quien fuera oriundo

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¿Los Villarreal salieron de El Carmen?

del lugar y gobernador Joaquín García. Sus grutas son descubiertas en 1843-1844. ESCOBEDO. Los primeros asentamientos son del capitán José de Treviño en 1604. Es incorporado luego al territorio de San Nicolás de los Garza, del cual se separa en febrero de 1868 al ser elevado a villa en la Antigua Hacienda del Topo de los Ayala. Lleva el nombre del general nuevoleonés Mariano Escobedo.

EL CARMEN. Se desconoce el origen exacto de su nombre, aunque se cree que es en honor de la virgen de El Carmen. Su antecedente es la Hacienda del Chipinque a donde llega Bernabé de las Casas, poblado luego por Diego de Villarreal a quien se le atribuye la fundación definitiva de El Carmen entre 1814-1816 y de quien se afirma es el ascendiente de las personas con el apellido Villarreal en el norte del país. ABASOLO es el municipio más pequeño del estado. Formó parte del latifundio formado por Bernabé de las Casas en esta región. Oficialmente se funda el 5 de abril de 1827 y su nombre es en honor del insurgente José Mariano Abasolo. HIDALGO tiene su primera fundación el 5 de diciembre de 1611 por Bernabé de las Casas, quien le llamó Hacienda de En medio, más tarde conocida como El Pueblito, en honor a Nuestra Señora del Pueblito. Se eleva a villa en febrero de 1828 y a solicitud propia, a partir del 22 de abril de 1922 se conoce como Hidalgo, en favor del Padre de la Patria. Cuna del filántropo empresario Luis Elizondo; Tomás Cueva, líder obrero de avanzada; Rafaela Padilla de Zaragoza y del gobernador Viviano L. Villarreal, entre otros. Cuna del cooperativismo creado por Lázaro Cárdenas y de la cementera Hidalgo.

Paleontología y ‘fidencismo’ en Mina MINA emerge en 1611 por Bernabé de las Casas en un punto estratégico de comunicaciones en el Valle de San Francisco de Cañas. Su toponimia es por Francisco Javier Mina, español que luchó por la independencia de la Nueva España. Tiene un Centro religioso de culto al Niño Fidencio en el poblado Espinazo y es lugar con ricos vestigios arqueológicos y paleontológicos. PESQUERÍA, que significa lugar de pesca, se funda el 28 de febrero de 1629 por Francisco de la Garza Falcón en lo que antes se llamaba Hacienda del Espíritu Santo o Valle de Pesquería Chica. El río Pesquería lo atraviesa y es cuna del músico Florentino Paz, autor del paso doble “fajerito”. MARÍN. En lo que era el Rancho de los Martínez se crea en 1670 por José Martínez, para luego elevarse en 1807 a Villa de San Carlos de Marín en memoria del Rey don Carlos y del prelado Feliciano Marín, obispo de Linares. Su iglesia fue iniciada en 1765 y el pueblo es origen del fundador del grupo de medios de comunicación, Dionisio González. SABINAS HIDALGO se crea el 25 de julio de 1693 por Ignacio de Maya como Real Santiago de las Sabinas. Elevada a villa en marzo de 1829, inicia su importante industria del vestido en 1934 y debe su nombre a los árboles sabinos e Hidalgo, por Miguel Hidalgo.

Zuazua, cuna del general de generales

ZUAZUA es fundado por el capitán Enrique Gutiérrez de Lara en 1660 en la hacienda de San Pedro, aunque otra versión apunta a que surge en 1630 bajo el nombre de Hacienda de Abajo, para luego cambiar en 1650 al de Hacienda Santa Elena, patrona religiosa del pueblo. Otra historia indica que es creada por Diego de Montemayor III en 1773. Se llama así en honor del general

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de la carretera a Nuevo Laredo en construcción. JUÁREZ, nombrada en honor a Benito Juárez, se erige como Hacienda de San José el 15 de junio de 1604, y por merced otorgada por el gobernador Martín de Zavala a favor de Bernabé González Hidalgo, el 1 de abril de 1642. Es elevada a villa en 1868, y a rango de ciudad en mayo de 1988 con el nombre de Ciudad Benito Juárez. Es reconocida actualmente como “capital tamalera” del estado. CADEREYTA JIMÉNEZ, se erige el 13 de agosto de 1637 por Luis de Zúñiga y Almaraz, pero tuvo otros cambios poblacionales por sequías hasta 1763. Su nombre es tomado del décimo sexto Virrey Lope Díaz de Armendáriz, marqués de Cadereyta, y Jiménez por Mariano Jiménez, precursor de la independencia en el Nuevo Reino de León. Es llamada la cuna del béisbol en México, capital escobera del país y origen del general Anacleto Guerrero Guajardo. MONTEMORELOS, fundada en abril de 1637 por Alonso de León en el Valle de San Mateo del Pilón. Antecedentes de aborígenes de Arizona, Nuevo México, Texas, Chichimecas y otros. Lleva el apellido de Morelos, por el héroe independiente, pero la costumbre le antepuso el nombre de Monte por un cerro que domina todo el valle.

Juan Zuazua (1820 - 1859), llamado por algunos historiadores como General de Generales, por ser héroe de la Reforma y haber otorgado el grado de general a próceres como Ignacio Zaragoza, Mariano Escobedo, Silvestre Aramberri, Jerónimo Treviño y Lázaro Garza Ayala. SANTIAGO. Es fundada en 1716 en lo que fuera la Hacienda de San Nicolás del Guajuco, tierra del aguerrido indio Guajuco. Es elevada a Villa en 1831. Cuenta con los más exuberantes atractivos naturales y su iglesia de Santiago Apóstol data de 1760. HIGUERAS es poblado en 1697 por Diego González, aunque otras fuentes señalan que hasta 1714, bajo el nombre de Santa Teresa de Higueras. Llamado así por la abundancia de esa planta, que bajo el concepto de los españoles no es otra cosa que nopaleras. Es la cuna de Ruperto Martínez, combatiente contra la intervención francesa.

El Valle del Carrizal CIÉNEGA DE FLORES fue fundada oficialmente por María Cantú, pero ya había sido dueño Gonzalo Treviño en 1624, en el Valle del Carrizal, apto para la explotación ganadera. Elevada a villa en 1863. En 1930 surge la popular Tía Lencha que daba asistencia a los trabajadores e ingenieros

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ALLENDE se crea el 12 de marzo de 1850 por José Antonio Rodríguez. Municipio productor de miel. Su nombre se debe al héroe de independencia Ignacio Allende.

Tasajal. Se erige como villa en honor de los hermanos Ramón, Ignacio y Francisco Rayón, caudillos de la independencia. Es tumba del muralista Pablo O’higgins.

Hualahuises, atrapado por Linares

Galeana, cuna de Mariano Escobedo

ARAMBERRI es poblado por Fray Lorenzo Cantú en 1626 y lleva el nombre actual en honor de José Silvestre Aramberri, héroe de la Reforma y gobernador del estado en 1859. DR. ARROYO se funda el 22 de septiembre de 1826 por Cosme Aramberri, elevada a villa en 1851. El nombre lo lleva en honor del Dr. José Francisco Arroyo, alma de la primera Constitución Política de 1824 y cuna de Pedro Chapa, impulsor de la aviación civil. ZARAGOZA, iniciado en 1626 por Lorenzo Cantú en la misión de San Juan del Río Blanco, lleva su nombre en honor del general Ignacio Zaragoza. MIER Y NORIEGA se origina en 1640 por Francisco Báez de Medina y lleva su nombre en honor de Fray Servando Teresa de Mier, Noriega y Guerra, héroe independiente regiomontano. VILLALDAMA se instituye en 1688 por Alonso Ramos de Herrera, con origen en el antiguo Real de San Pedro Boca de Leones. Tuvo auge minero hasta 1690 y para 1826 se le declara villa, San Pedro de Villaldama, en honor del héroe insurgente Juan de Aldama. Su amplio desarrollo con el trazado ferroviario del porfiriato se refleja en señoriales fincas.

GALEANA es poblado por Fernando Sánchez de Zamora en 1678 en el valle de San Pablo de los Labradores. Es el municipio más grande de Nuevo León y lleva el nombre por Hermenegildo Galeana, héroe de la independencia. Es la cuna de Mariano Escobedo y cuenta con atractivos como el cerro del Potosí, de una altitud de más de tres mil 600 msnm. RAYONES es fundado el 22 de septiembre de 1851 por José Lobo Guerrero en San Miguel del

VALLECILLO inicia en 1716 como Real de San Carlos de Borromeo y Vallecillo y añade su nombre por la ubicación geográfica de valle después de un lomerío. Todo un atractivo es la iglesia franciscana San Carlos Borromeo y la Casa de la Plomada que data de 1870. Aquí se descubrió plomo con plata de buena ley en 1766. ANÁHUAC es de los municipios más jóvenes de Nuevo León, pues se funda en 1933 en terrenos

HUALAHUISES debe su fundación en 1646 a Martín de Zavala en las tierras de San Cristóbal de Gualaguises, llamado así por los primeros habitantes, los indios gualaguises. Es un caso único territorial en el país, al estar rodeado totalmente por el municipio de Linares. LINARES. Fue fundado por Sebastián Villegas el 10 de abril de 1712 en tierras de Gualaguises originándose una disputa territorial. Lleva el nombre por la Villa de San Felipe de Linares, en honor del trigésimo quinto Virrey de la Nueva España, Fernando de Alencastre, Duque de Linares. Fue la primera sede episcopal y segunda ciudad en la entidad. ITURBIDE es fundado en 1802 por José María Moreno y Alcarza en lo que fue la Hacienda de San Pedro bajo hermosas montañas. Llamado así en honor de Agustín de Iturbide en su calidad de consumador de la Independencia, quien luego sería emperador constitucional y sentenciado como traidor de México.

Anáhuac, fronterizo

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se debe al general Manuel Mier y Terán, insurgente con Morelos y Guadalupe Victoria. Existen restos arqueológicos y es cuna de la maestra Angelina Garza Villarreal, autora de un libro de texto sobre lectura usado por más de 30 años en varios estados. LOS RAMONES se inicia por Francisco Rodríguez Vaca en el último tercio del siglo XVIII. Su toponimia viene por Buenaventura y Juan Ignacio Ramón, caudillos de la independencia y se funda principalmente por sus tierras aptas para la ganadería. LOS HERRERAS emerge en 1847 por Juan de Zavala y su nombre honra a los hermanos José Martín y Rafael Herrera por su participación en la Batalla de San Bernabé. Cuna del célebre actor y cantante norteño Eulalio González “El Piporro”.

de Lampazos y parte de Vallecillo. Tiene frontera con Estados Unidos a través del poblado Colombia añadido en 1978 y su nombre significa “lugar donde brota el agua”. DR. COSS tiene su origen en el rancho Paso del Zacate fundado por Juan Salinas en 1745 y se le impone el nombre de Dr. José María Coss para honrar al insurgente que fue miembro del Congreso instalado por José María Morelos y Pavón. GENERAL BRAVO, poblado en 1790 por Juan Cristóbal Cantú y su toponimia es por Nicolás Bravo, héroe de la independencia. Cuna del general y gobernador nuevoleonés Bonifacio Salinas Leal, quien pavimentó, alumbró y llevó agua potable a Monterrey.

Cerralvo, el más antiguo; Ocampo, el más jóven CERRALVO es la primera población fundada en la entidad en 1582 por Luis Carvajal y de la Cueva en las minas de San Gregorio. Tuvo auge minero y fue la primera capital del estado. A partir de 1860 se le llama Villa de San Gregorio de Cerralvo, en honor de Rodrigo de Pacheco y Osorio, marqués de Cerralvo, España. Cuenta con atractivos como el Parque Sabinal, el más pequeño de los parques nacionales del país y la Casa de las Cureñas, lugar donde siglos atrás se beneficiaba la plata. OCAMPO es el municipio más joven, separado de Cerralvo. Fundado el 20 de abril de 1948 por Francisco Báez de Benavides. Honra el nombre de Melchor Ocampo, ministro de Relaciones Exteriores con el presidente Juárez. Cuna de Praxedis López Ramos, integrante del Escuadrón 201 de la Fuerza Aérea Mexicana en la II Guerra Mundial.

¿Porqué se llama China? CHINA es fundado por 1710 y erigido villa en 1821 y debe su nombre a San Felipe de Jesús de China el primer santo mexicano, quien es martirizado en Japón. La tradición obligó a los habitantes a conservar como China el nombre de su municipio. GENERAL TERÁN se funda en 1746 y es erigido en villa el 31 de marzo de 1851. Su nombre

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DR. GONZÁLEZ se crea por el alférez Marcos Flores en 1694 como punto estratégico en los caminos que ahí confluyen. Su nombre es en honor al Dr. José Eleuterio González “Gonzalitos”. Aquí se fundó la primera Logia del estado en 1845 y es cuna de Raúl Garza González, combatiente en la II Guerra Mundial que regresa con una bandera nazi. LOS ALDAMAS surge el 26 de marzo de 1829 para ganadería por Bernardino de Meneses Monroy y se llama así en honor de los insurgentes Ignacio y Juan Aldama. GENERAL TREVIÑO se erige en 1688 por Francisco Chapa en tierras del Rancho del Puntiagudo para la explotación ganadera y debe su nombre a Jerónimo Treviño, héroe de la Reforma e Imperio. PARÁS es fundado por decreto del 17 de febrero de 1851 en lo que era el rancho del Huizachal de los Canales, famoso por sus vestigios prehispánicos de Piedras Pintas. Su toponimia viene de José María Parás y Ballesteros, primer gobernador constitucional. AGUALEGUAS, cuna de los indios gualeguas es fundado el 7 de enero de 1821 por fray Diego Vázquez. Es cuna de Raúl Salinas Lozano, fiscalista, secretario de Industria, embajador en la URSS, escritor y padre del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Es Villa y ciudad a partir de 1877. Su nombre se debe a la abundancia de la planta llamada lampazos que crece a orillas del ojo de agua y acequias de riego. Es cuna de notables generales e intelectuales como el insurgente Juan I. Ramón; Francisco Zuazua, que lucha contra la invasión yanqui; Santiago Vidaurri, actor en la intervención Francesa y la Reforma; Francisco Naranjo, escritor y coronel antiporfirista. Además de Vidal Garza Pérez, presidente de la S. Corte de Justicia de la Nación con el presidente Carranza; Andrea Villarreal, poetisa, periodista y feminista revolucionaria; Nemesio García Naranjo, abogado, así como José Alvarado Santos, rector de la UNL en 1962 y periodista del diario Excelsior y la revista Siempre. BUSTAMENTE es poblado en 1686 con indios tlaxcaltecas traídos por los españoles para trabajar en la minería, llamado al inicio San Miguel de Aguayo de la Nueva Tlaxcala. Debe su nombre actual al ex presidente de la república Anastacio Bustamante. Su legado es un abundante colorido en casas y artesanías, pan de pulque, un famoso cristo hecho de pasta de maíz llamado El Señor de Tlaxcala, las grutas de Bustamante y se le considera la parte final de la Ruta Tlaxcalteca en el norte del país. SALINAS VICTORIA se erige por Juan de Villarreal en 1646 y lleva ese nombre por la gran cantidad de salinas que se localizaron en el sitio fundado y por el apellido de Guadalupe Victoria, primer presidente de México. Cuna de Francisco A. Cárdenas, fundador de la Universidad de Nuevo León en 1933.

Lampazos, tierra de grandes personajes

LAMPAZOS se cuece aparte. Se crea en 1698 por fray Diego de Salazar en lo que fue la antigua Señora de la Nueva Tlaxcala y Misión de Nuestra Señora de los Dolores de la Punta de Lampazos.

Bibliografía

Enciclopedia de los Municipios de México. http://www.inafed.gob.mx/work/enciclopedia/EMM19nuevoleon/index.html Portales de los Ayuntamientos y de la Comisión Estatal Electoral.

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JosĂŠ Luis Cisneros Arellano

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H

y características no esenciales son colocados a un lado y, curiosamente, sobrevalorados por las ciencias y las prácticas tecnológicas. Husserl señaló con maestría que el camino de la filosofía va en función de poner entre paréntesis todas estas características no esenciales y, con ello, poder vincularnos con aquello que pertenece a la esencia de un objeto. Con este proceso se volvería visible la vivencia que cada persona es capaz de experimentar; la acogida por parte de los círculos filosóficos y científicos —de las ciencias sociales— fue bueno y pronto aparecieron estudios que aplicaron esta metodología. No pretendo aplicarla con todo su rigor, pero sí quiero poner entre paréntesis algunas consideraciones y expresar, al final, mi vivencia respecto al modo de vida del campo y el impacto que éste representa.

E VISTO

recientemente en las redes sociales —Facebook—, una referencia a una campaña colombiana titulada En Tiempos de Paz; Cambiar el Servicio Militar por el Servicio Agrícola, propuesta por algunas organizaciones civiles1. El aviso en Facebook me condujo al blog de Agro: Confederación Solidaria Colombia, y un texto escrito por Mario Bonilla el 6 de agosto de 2016. Desconozco si aún está en pie la iniciativa. El blog no es muy ilustrativo en torno a los procesos, está anunciado apenas como una propuesta; pero sí es descriptivo y gráfico en torno a los costos humanos en derredor de la guerra. Los números son desalentadores. No ahondaré en ello; no es el motivo de este artículo. Pretendo, en lugar de ello, expresar algunas reflexiones. Advierto dos asuntos; primero, he estado relacionado con el trabajo agropecuario desde niño y mi mirada hacia el ámbito campesino siempre ha sido agradecida; segundo, no soy un experto en las labores de campo, pero conozco algunas de ellas, sobre todo el estilo de vida campesina que se ha venido “cultivando” en México durante al menos los últimos 40 años. Hechas las advertencias, procedo con mi reflexión. El filósofo Edmund Husserl afirmó hace ya casi cien años que la filosofía puede abonar al tema de la metodología científica y construirse para sí una metodología propia, esto a partir de la consideración de que todo objeto implica una intencionalidad de la conciencia que lo observa. En otras palabras, que aquello que llamamos realidad es un entramado de relaciones cognitivas que no se limitan a nuestra capacidad para identificar empíricamente datos del exterior, sino para envolverlos en una emotividad propia del ser humano y, con ello, identificar una esencia asignada para cada objeto. Esto quiere decir que sin importar lo que hagamos, todos estamos predispuestos a entender la realidad de una manera en la que los detalles

Primeras dos reducciones La vida agropecuaria está llena de vivencias, todas diferenciadas, pero lo cierto es que una de entre todas ellas es la dominante y la mía. Lejos de aceptar simplemente que el campo es un lugar catalogado como “rural” sin los servicios básicos —no hay drenaje, alumbrado público, telefonía, servicios médicos, etcétera—, en contacto directo con animales, plantas y las estrellas en todo su esplendor cuando oscurece, el campo es algo más; se extiende por encima de lo que nuestro sentido común nos dice. Vivas en el desierto, en la selva, en la montaña o en el pantano, con calor o con frío, con carencias económicas o con suficiente tecnología para vivir en él, el campo implica una experiencia única. Dejaré de pensar y tomar como válidos todos aquellos aspectos que nos reportan en el INEGI, porque son ellos los que aquí importan. Me reduzco entonces a una condición: crecí en la Huasteca potosina, entre mi vida cotidiana en Ciudad Valles y las excursiones —cual diversiones— al campo con mi familia; en particular al “rancho” de mi tío y, con el paso del tiempo, al de mi padre. La primera emoción

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Edmund Husserl.

La FILOSOFÍA puede abonar al tema de la metodología científica y construirse para sí una metodología propia, esto a partir de la consideración de que todo objeto implica una intencionalidad de la conciencia que lo observa.

Pero en ocasiones el borrego “Toribio” corría tras de nosotros —con mi hermano y mis primas— para darnos de topes… jamás nos pegó; era de miedo. El perro “Lobo”, un pitbull negro atado a un tractor no permitía jugar con él. Las vacas y toros desplegaban polvo —puro estiércol mezclado con tierra— y nos llenaban todo el cuerpo; impregnaban también los comederos en donde solía haber sal en grano —pedazos enormes de sal— que sabía muy rica en la boca, así, con todo y ese “polvo”. Las culebras tipo cascabel eran un mito y el pastizal de guinea se extendía hacia el canal… donde los coyotes solían ayudar en la noche, con sonidos espectrales. Y luego vino la migración… trabajo pesado para cambiar animales, materiales, corral entero. Cual tierra prometida el terreno se extendía lleno de maíz, de sorgo, de frijol. Días enteros y noches totalmente oscuras o totalmente iluminadas nos acompañaron a mi padre y a mí. El riego para el terreno, las palas pesadas, el calor insoportable —en mi tierra suele subir la temperatura hasta los 60º centígrados entre mayo-junio— y la picazón en los brazos, porque las pequeñas sobras de hojas y polvo —polvo sin vacas esta vez— llenaban tu camisa por dentro. La piel se ponía negra como a todo buen trabajador; fui adolescente con todas sus “cualidades” y “defectos” mientras sudaba al ritmo de mi padre y de otros campesinos. No todos los días, afortunadamente, pocos días, más

afortunadamente… hasta que ya no hubo días. Sin embargo, sentí el peso sisífico de trabajar la tierra, de enlodarse hasta las rodillas, de mojarse bajo la lluvia, de ver las estrellas a media noche y saber que faltaban aún muchas horas de trabajo. Y volví después de un tiempo y los días regresaron. No eran vacaciones —los otros días estudiaba en Monterrey, para tener una carrera universitaria, después de un periodo de trabajo en el vecino país—, era trabajo. Calores más fuertes. Sequías más insoportables. Ganancias que no rivalizan con ningún sueldo mínimo de una ciudad. Las vivencias fueron de ampollas en ambas manos —soy ambidiestro—, bellos de los brazos descoloridos por el sol; taquitos puestos en las brasas de madera de ébano por la mañana, que saben a manjar; cervezas que cuyo sabor es gloria, siempre bajo una sombra; sueños placenteros después de una jornada bajo el sol labrando la tierra, lleno de moscos y pesticidas para controlar las plagas. En una ocasión me llené de veneno toda la espalda… la comezón, la picazón… se los dejo a la imaginación. Enjambres de abejas cuyo zumbido sólo te hace poner atención. Enjambres de langostas que acaban con siembras más extensas que Ciudad Universitaria en cuestión de horas. De vez en cuando un mapache y un tejón, una víbora y un coyote, un lince y un zopilote… nunca un jaguar, afortunadamente, no estaría aquí, tal vez. Se siente paz si se vive ahí. Se siente impotencia

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“Si el MUNDO PADECIERA un apagón eléctrico general hoy, SÓLO EL CAMPO con su gente de tradición SOBREVIVIRÍA.”

No se trata de “Toribio”, ni del “calor”, ni de “La reina”, ni de la “Huasteca potosina”, no son esos fenómenos los que interesan, sino la esencia del campo y cómo lo entendemos. Puedo afirmar que un servicio agrícola podría darles esta vivencia. La experiencia de sentir lo esencial del campo, es decir, tu relación y total dependencia con él; es lo que importa en el momento. Importan mucho las estadísticas y los datos duros; que si mueren miles en la guerra —sea contra el narcotráfico, sea contra el terrorismo, sea contra quien sea—, que si nos formamos en torno a la institución de la violencia como herramienta efectiva, hacedora de machos y de machas. Sin embargo, no importan cuando se trata de entender qué es el campo. Díganme estimada gente lectora, ¿qué te parecería conocer lo esencial del campo? Y es que no niego la utilidad de servir en el ejército, pero sí cuestiono el grado de valoración que le otorgamos a uno y a otro fenómeno. Es el mundo construido por mis vivencias la que importa aquí. Quizá más que antes, pero definitivamente más que hace algunos años, cuando el campo aún era la otra frontera a la vuelta de la esquina. Ahora se trata de un nivel de vida que clama por lluvia, por apoyo, por conservación de

cuando observas la ganancia. Se siente impotencia cuando ves el desprecio de la clase urbana. Se siente dolor cuando vez la indiferencia de tus amistades citadinas. Entonces observas el mecanismo despiadado que es el mercado y cuánto valen los campesinos, los agricultores de parcelas chicas y los ganaderos de hatos pequeños. A veces no se saca ganancia económica ni para recuperar el costo del mantenimiento…. Del cultivo, del alimento y el agua que sostienen a todo un país, a todo un mundo urbano que deja ver y sentir. Si el mundo padeciera un apagón eléctrico general hoy, sólo el campo con su gente de tradición sobreviviría. Así de simple.

Tercera reducción Soy consciente de que vivo ahora en la ciudad. Pero soy más consciente de que el atardecer en el campo es una vivencia que da sentido, así como los frijoles recién cosechados en un taco con masa de nixtamal y una salsa hecha al momento. Es esto lo que no entienden quienes no han vivido en el campo, se los puedo asegurar. Es ese fenómeno llamado campo y esa consciencia llamada conozco el campo, lo que me permite advertirles que el camino se está perdiendo, y para siempre.

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de años. De pronto escribes algo en las redes sociales y sale alguien a criticar no lo dicho, sino tu persona. En otra ocasión se abre una discusión en torno a los derechos humanos, debido a un atropello de las autoridades, y en pocas líneas y poco tiempo quienes discuten se ofenden y terminan por descalificar como haría un militar que no ve personas, sino objetivos disfrazados de delincuentes. No menosprecio el servicio militar, que quede claro. Me preocupa que sea la única opción, no importa que sirva también para campañas de alfabetización, de reforestación, de limpieza… Debemos aprender a reconocer alternativas, después de todo, todos tenemos un poco de filosofía en las venas; es propio de quienes reconocen esto hacer preguntas. ¿Y si en tiempos de guerra, sustituimos el servicio militar por el servicio agrícola? No en tiempos de paz, sino en los tiempos de la guerra contra el narcotráfico. Imaginen los campos con gente que aprende a cultivar maíz, arroz, nopales, alfalfa, tomates, sandías, nogales. Campos con gente que aprende a cultivar las condiciones del autoempleo, del apoyo a las tecnologías sustentables y ecológicas. Campos con gente aprendiendo a cultivar sin desperdiciar agua ni erosionar la tierra. Campos repletos de vivencias que descubren la esencia del campo y no solamente estadísticas que cada vez desalientan más, mientras no hagamos nada, claro. El mundo que se nos presenta ahora lo hemos construido, sí. Pero también es tan real como son nuestras subjetividades interconectadas, que lo viven, que lo conceptualizan, que lo descubren en su esencia. Un mundo lleno de campos cultivados y no de armas disparadas. Un mundo lleno de mentalidad cultivadora de condiciones agrícolas, ecológicas, comunitarias. Quizá el problema con esta visión es que sea utópica. Pero el horizonte es siempre utópico, ¿acaso alguien ha llegado al horizonte? ¿No se nos escapa

suelos, por respeto al sistema que lo sostiene. Un servicio agrícola en lugar de un servicio militar, la idea es ya provocadora, es femenina, es divergente, es rompedora de cadenas mentales y económicas.

El mundo, lo intersubjetivo Considérese el siguiente pasaje de nuestro filósofo Husserl, aquel que vivió a principios del siglo XX y que fue el “padre” intelectual de casi toda la filosofía actual. La fenomenología ha de ponerse ante la vida, a título de ejemplares, procesos puros de conciencia, ha de dar a estos procesos una perfecta claridad, dentro de esta claridad ha de analizarlos y aprehender sus esencias, ha de perseguir las relaciones esenciales que se ven con evidencia intelectual, ha de formular lo intuido en cada caso mediante fieles expresiones conceptuales, cuyo sentido dependa puramente de lo intuido o de lo visto con evidencia intelectual.2 Al igual que Husserl, busco aportar algo, y aunque aquí no acudo a los tecnicismos propios de la fenomenología, sí procuro exponer las reflexiones que me provoca ponerla en marcha. Pero, ¿qué es la fenomenología? Un método filosófico. ¿Por qué un método filosófico? Porque parece que nos hace falta rigor comprensivo, ya tenemos mucho rigor cuantitativo y descriptivo y… ¿nos ha hecho cambiar? Y es que hace falta un rigor en el pensar que no se desprenda de la comprensión y de la acción, sino efectiva, al menos empática. La mayoría de los procesos sociales que se han instituido alrededor de la competencia, de la técnica, del mercado, de la autorealización personal, han estado por encima de la comunidad, de la consciencia de clase, de la religiosidad hacia la naturaleza que nos mantuvo vivos durante millones

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cada vez que caminamos hacia él? ¿Lo ignoramos por eso, siendo que es el más conveniente de los motivos para echar a andar? ¿O será que nuestro motivo para andar es la oscuridad que nos acecha en la noche que se aproxima? Quiero creer que la vida no está hecha para vivir una sola experiencia, una sola vivencia. La diversidad se expande ante nosotros y seguimos pensando que sólo hay un árbol con una sola fruta del conocimiento. No me interpreten mal. No afirmo que haya tantas verdades como frutos tienen los árboles. Lo que sí hay son múltiples vivencias que, después de todo, son lo que tenemos. Hace falta entonces cambiar de horizontes, de aquellos que privilegian la comodidad y la basura producida en las fábricas, por una que genere peras y nueces, cocos y trigo. El filósofo francés Edgar Morin dice tenemos que acostumbrarnos a cambiar de paradigma, de forma de pensar, de vivir. La vida está llena de complejidades interconectadas que hacen evidente una realidad totalmente fenoménica, y son nuestras relaciones las que nos permiten reconocer el lugar donde estamos, el fenómeno que somos y frente al que vivimos. Pregúntense ahora ¿qué

relaciones son las que ahora me conforman? ¿Qué relaciones son las que ahora procuro y construyo? Hemos estado observando relaciones que generan condiciones de competencia por recursos económicos y simbólicos limitados, ignorando al primer fenómeno que hace posible nuestros sueños y elucubraciones. El campo se levanta a pesar de todo, pero seguirá sin nosotros la gente citadina y no creo que nos guste ser enterrados en los escombros de instituciones simbólicamente indiferentes de lo otro, de la otra. Después de todo, ¿no se trata de cultivar nuestras raíces, nuestro tallo, nuestras condiciones? Si debemos ser útiles para nosotros mismos, empecemos por fortalecer las relaciones que nos conforman y que conforman las vivencias que podemos ser con miras hacia una vinculación más bucólica, es decir, más poética con el campo. Estos esfuerzos reflexivos y conceptuales buscan cultivar mi relación con el campo y con mis vivencias. Ello incluye mi familia, mis amigos y a ese amanecer fresco frente a una milpa y unos tacos calentándose en las brasas de madera de ébano.

Agro: Confederación Solidaria Colombia; Semillas, Asociación para el Desarrollo Sostenible; RED Caquetá Paz; CINCOP 2020; Radio Semillas; Red Prode Paz; Justa Paz; Lutheran Word Relief; UNICOSOL. Cf. http://www.agrosolidaria.org/index.php/blog/86-servicioagricola 1

Husserl, Edmund. 1986. Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. Tomo I. Tr. José Gaos. FCE, México, pp. 148 y 149. 2

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Carlos Ruiz Cabrera 23


E

N ESENCIA,

el neoliberalismo es una teoría económica que pretende restringir el poder de los monopolios para garantizar que los precios se determinen en un mercado libre de interferencias estatales o privadas. Como tal, el neoliberalismo tiene su legitimación en un sustrato cultural con valores específicos, dentro de los cuales se encuentran la propiedad privada, la libertad económica y política, la justicia objetiva y la moral retributiva. Estos valores constituyen su “núcleo esencial” o “centro firme”, en derredor del cual giran otros valores auxiliares compatibles con él, que pueden incluso desaparecer, y que forman su “cinturón protector”. Todo este bagaje conceptual del neoliberalismo toma fuerza paulatinamente, una vez que la Gran Depresión de los años 30 evidenció el fracaso del modelo económico liberal basado en el principio del laissez faire —dejar hacer—, identificado en la práctica con el de competencia. Entre los economistas predecesores del neoliberalismo, críticos del modelo liberal en que se sustentaba la vida económica de ese tiempo, están Piero Sraffa, Joan Robinson y Edward Chamberlain. Ellos, en las décadas de los años 20 y 30 del siglo XX, se refirieron con recelo a “la realidad de los mercados”. Sraffa afirmó que distaba mucho de ser de “competencia perfecta”, y que en los hechos debían distinguirse diversos tipos de mercado, Robinson la calificó de “competencia imperfecta”, y Chamberlain de “competencia monopolística”. Es en esa misma época cuando la teoría económica de otro importante predecesor, John M. Keynes, se divulga por los principales países del mundo, pregonando la imposibilidad de retornar a la práctica de un laissez faire absoluto a salvo de toda intervención estatal, la cual es considerada necesaria, en cierta medida, para regular, ordenar e impulsar la actividad económica en general. En el fondo, las propuestas keynesianas fueron como un

salvavidas para el sistema capitalista en crisis y su influencia se ha dejado sentir hasta nuestros días. Ante aquel panorama de crisis y ante estos nuevos planteamientos, los economistas liberales europeos norteamericanos fueron reformando sus teorías hasta desembocar en el neoliberalismo propiamente dicho. Así, en 1938, los neoliberales de Europa llevaron a cabo el coloquio denominado de Walter Lippmann, llamado así en referencia al escrito donde éste critica a las grandes sociedades anónimas, a las que identifica como monopolios que obstaculizan el mecanismo de los precios en un mercado libre. Al coloquio Walter Lippmann asistieron los economistas europeos más destacados: Los franceses L. Rougier, R. Aron y J. Rueff, el británico J. B. Condliffe y los austriacos L. Von Mises, F. Von Hayek y W. Röpke —estos últimos tres de la reconocida Escuela de Viena. Aunque en este coloquio se reafirmaron las posturas antidirigistas de los neoliberales y se insistió en la necesidad de volver a una economía de mercado –sin precisar a qué economía de mercado se referían., en lo tocante al laissez faire no afirmaron que se debía adoptar en forma absoluta, y, respecto al Estado, no rechazaron en forma total su intervención en la dinámica económica. El coloquio Walter Lippmann es un ejemplo claro de las opiniones disímbolas existentes entre los neoliberales. He aquí algunos ejemplos: Lippmann hace énfasis en las medidas contra las grandes sociedades anónimas a fin de impedir que los monopolios dominen los mercados, realicen acuerdos que anulen la competencia y se autofinancien, esto último con el propósito de establecer la competencia en el mercado de capitales; Von Mises da prioridad al restablecimiento del mercado para que pueda haber equilibrio y cálculo económico; Röpke admite la intervención del Estado, mas sólo para garantizar la existencia de un universo de pequeñas empresas y de competencia, pero se

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denominada “economía social de mercado”, empleada para identificar las propuestas neoliberales de la actualidad. Y más recientemente, los neoliberales han formulado la llamada “teoría monetarista”, de gran influencia en los procesos de globalización y oligopolización que caracterizan a la actual actividad económica mundial, sujeta a los ajustes macroeconómicos, a las privatizaciones y a la especulación. En el presente, el neoliberalismo se singulariza por sostener los siguientes principios económicos: Que las empresas públicas ineficientes cargan al Estado con costos que la sociedad paga al subsidiarlas; que la inflación reiterada en los países subdesarrollados se resuelve por medio de la disciplina fiscal, que se puede evitar que los gobiernos generen inflación suprimiéndoles el control legal de la emisión monetaria –a cambio sólo es autorizado a emitir bonos y contraer deuda-, que debe haber un mercado libre y eficiente de producción de bienes y servicios, el cual creará la riqueza que luego el Estado debe redistribuir con altos impuestos aplicables para proveer de servicios de salud, educación, bienestar social, deportes, cultura y otros, en suma, que una economía planificada por organismos estatales, con una posición de dominio del Estado en sectores como los antes mencionados, se puede lograr sin que los gobiernos manejen de forma directa las empresas. El neoliberalismo también se singulariza por sostener. Respecto al Estado, que a éste le corresponden sólo tres funciones: la protección de las vidas y propiedades mediante el uso de la fuerza, para lo cual son necesarios los ejércitos y las policías; la justicia objetiva, para la que se requieren profesionales que redacten, proclamen y revisen las leyes conforme a las costumbres y la moral de la sociedad, y jueces y leyes que la apliquen, y la construcción de obras públicas necesarias, por cuya edificación, uso y mantenimiento debe recobrar

opone a cualquier forma de redistribución de los ingresos y de política ocupacional; Von Hayek es, en los años 40, contrario a una economía dirigida y, luego, partidario de una “estructuración racional de la competencia”, sin precisar con claridad el contenido de estos conceptos –en los años 60. Al adherirse al monetarismo, este autor denunció las actividades de las organizaciones sindicales como perjudiciales para la actividad económica-, Rueff acepta la intervención del Estado en tiempos de guerra para distribuir materias primas y artículos de consumo y, si no en la formación de los precios, sí en la oferta y la demanda, y James E. Meade y Roy F. Harrod preconizan, en concordancia con los conceptos keynesianos, la intervención del Estado para eludir las oscilaciones que hacen ir de la prosperidad a la depresión al sistema capitalista. No obstante estos criterios tan disímbolos, los neoliberales más ortodoxos en el plano económico fundan en 1950 la denominada Sociedad Mont Pelerin, inspirados sobre todo por Friedrich Von Hayek. Es de esta Sociedad de donde proviene la

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...POPULISTAS –partidarios del intervencionismo económico del Estado y del liberalismo social, es decir, de que el Estado sirva a la mayoría del pueblo antes que al mercadoy los supuestos NEOLIBERALES –adeptos al liberalismo económico y al control social, o sea, de que el Estado sirva al mercado antes que nada...

lo invertido por vía de los impuestos, que cuando el Estado realiza actividades diferentes a las mencionadas, por mandato de las mayorías o de acuerdo a la moral colectiva, entonces se reduce la producción y se consume más capital social del que estas actividades extras agregan. En nuestros días, inmerso en los procesos de cambio social que se dan en los países desarrollados, el neoliberalismo también se singulariza por impulsar la democracia como práctica fundamental de participación política, consistente en acudir de tiempo en tiempo a las urnas para posibilitar la llamada alternancia política por medio del voto ciudadano, esto en aras de legitimar y fortalecer el “núcleo esencial” o “centro firme” de su ideología. Desde luego, hay muchos otros rasgos constitutivos del neoliberalismo, más de los expuestos, es fácil deducir el carácter de las críticas que le hacen sus contrarios. De éstas sólo mencionaremos cinco de las que al neoliberalismo le proviene el ser catalogado como expresión perfecta del “capitalismo salvaje”: primero, originar constantes desajustes sociales debido a las periódicas macro devaluaciones inflacionarias –dos ejemplos: los factores que subyacen en los casos del Fobaproa y del IPAB en México, y el Corralito Bancario en Argentina-; segundo, causar el brutal empobrecimiento generalizado de la sociedad, dos de cuyas expresiones más claras son los salarios exiguos y el desempleo; tercero, pretender resolver los problemas políticos, económicos y sociales con criterios y cambios gerenciales, que es lo que sucede en la práctica cuando los neoliberales acceden al poder gubernamental; cuarto, carecer de un sólido compromiso para impulsar, con equidad y justicia, las reformas políticas, económicas y sociales que la sociedad demanda cada vez con más fuerza, sin reparar en los movimientos de “traslación ideológica” que tanto preocupan a los neoliberales, y quinto, desregular todo tipo de relaciones internacionales para que los países más desarrollados agredan,

comercialmente y militarmente, e impongan sus intereses a los países más débiles. Basta con observar nuestro entorno nacional y mundial para comprobar lo falso o verdadero de tales críticas. Un postrer comentario: así como el liberalismo influyó en el periodo de entre guerras y en el proceder del presidente F. D. Roosvelt con su política del new deal –nuevo trato- en el periodo posterior a la segunda guerra mundial, el neoliberalismo determinó, con su teoría monetarista, el proceder del presidente R. Reagan en el tenso periodo de la llamada Guerra Fría. Y en referencia a nuestro país, después de todo lo escrito, podemos concluir que la lucha política de nuestros días se da entre dos protagonistas ideológicos: los supuestos populistas –partidarios del intervencionismo económico del Estado y del liberalismo social, es decir, de que el Estado sirva a la mayoría del pueblo antes que al mercado- y los supuestos neoliberales –adeptos al liberalismo económico y al control social, o sea, de que el Estado sirva al mercado antes que nada. Por último, sugerimos reflexionar en lo siguiente: entre las construcciones del espíritu más característicamente humanas se encuentran las ideologías, mismas que incluyen por igual al pensamiento y al sentimiento, al mundo de la razón y a la esfera de los valores, y que, por lo mismo se estructuran y trascienden sustentadas en argumentos y metas racionales.

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U n r eg iomontano

e n l a E m b a jada de la

U nió n d e Repúblicas Socialistas Soviéticas

Francisco Villarreal González 27


compañero, Gerardo Olvera Corral, a la Ciudad de México, para participar en un proyecto cultural y político. Sin dudas acepté esa invitación, con lo que mi vida dio un vuelco que a mis casi 20 años se antojaba inconcebible. Ese proyecto incluía la superación del sistema de producción capitalista y una transformación radical del sistema jurídico y social; en otras palabras, se trataba de acabar con el sistema capitalista y establecer el socialismo, es decir, crear un futuro luminoso para hombres y mujeres. Mis ilusiones al momento de trasladarme de una ciudad de provincia, a pesar de las dimensiones de Monterrey, a la capital, provenían de algunas confusiones, propias de la inmadurez y de la falta de experiencias. Si bien la Ciudad de México ponía a mi alcance las mayores fuentes de conocimiento, entretenimiento y cultura que hay en el país, también los vicios y los problemas sociales se ven multiplicados. Para mí, la principal confusión consistía en comparar lo grandote con la grandeza, que son dos cosas muy diferentes, como constataría en pocos años. En la calle de Escobedo entre Aramberri y Modesto Arreola estaba ubicada la Sección Monterrey

En junio del año 1964 me gradué en la Escuela Normal del Estado de Nuevo León, la cual lleva el nombre del insigne educador ingeniero Miguel F. Martínez. En esos tiempos mi aspiración era obtener una plaza de profesor en la ciudad de Monterrey o en alguno de los municipios de la zona metropolitana, ya que deseaba realizar estudios superiores, fuera en la entonces Universidad de Nuevo León, o en la recientemente fundada Escuela Normal Superior del Estado. Por tal motivo, recurrí al profesor Serafín García, quien fue condiscípulo de mi tío materno Alfredo González Vargas, y se encontraba ocupando un cargo directivo en la Dirección de Educación del Estado, para tratar de concretar mi aspiración. Tras examinar las posibilidades y habiendo revisado mis documentos, me informó que por el momento no había la menor posibilidad de encontrarme una plaza en Monterrey o sus alrededores, sino en algunos municipios algo distantes de la capital. Mientras sopesaba las perspectivas de dicho panorama, tan alejado de mis deseos primigenios, el doctor Mateo A. Sáenz Garza, con quien había cultivado una estrecha relación amistosa y política, me invitó a trasladarme con él y otro fraternal

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del Instituto de Intercambio Cultural Mexicano-Ruso, que por esos tiempos estaba a cargo de don Tomás Cueva, legendario líder sindical, y a sus manos llegó un sobre enviado por la Embajada de la URSS, el cual contenía una invitación para que una persona asistiera, en representación de dicha Sección, al acto conmemorativo del aniversario de la Revolución de Octubre, que tendría lugar en la embajada, ubicada en Avenida Revolución, en la capital del país. Don Tomás, sabedor de que Mateo A. Sáenz Garza estaba radicando en la Ciudad de México, acudió al doctor Mateo A. Sáenz Treviño, para decirle que acaso su hijo podría atender esa invitación. El doctor Sáenz Treviño hizo llegar a su hijo dicha invitación. En esos tiempos había el temor de que “agentes de gobernación” o de la Dirección Federal de Seguridad filmaban o fotografiaban a cuanta persona entrara a todo establecimiento relacionado con los países socialistas, con lo que la ficha política de uno estaría en manos de las autoridades. Y desde luego que Mateo A. Sáenz Garza tenía ese temor, por lo que decidió no atender personalmente la invitación mencionada. Gerardo Olvera también quiso eludir toda posibilidad de que “Gobernación” pudiera rastrearlo. Y a los 20 años yo creía que podía masticar rieles, por lo que eché sobre mis hombros la tarea de asistir a la embajada de la URSS el día 7 de noviembre de 1964. Pero de mi parte no era una actitud descuidada, sino que partía del hecho de haber visitado varias veces la oficina de la Sección Monterrey del Instituto de Intercambio Cultural México-Ruso, donde funcionaba una librería y se vendían obras soviéticas, tanto políticas como técnicas y literarias, y nunca sentí amenaza alguna a mi integridad física

o persecución de alguna clase. Partiendo de esa experiencia personal, era casi natural que no sintiera miedo alguno en apersonarme a la embajada de la URSS en la Ciudad de México. El hecho de encontrarme en la Ciudad de México me permitió conocer muchos lugares y sobre todo algunas personas notables. Al pasar frente a un edificio con alguna placa adosada en sus paredes, siempre procuré enterarme de qué se trataba. Acudía, cada vez que me enteraba de un acto público en que participaran las organizaciones de la izquierda proveniente del ahora desaparecido Partido Comunista Mexicano y sus satélites. Así, me era posible identificara algunos de los personajes más connotados de la izquierda mexicana de esos tiempos, aunque había quienes estaban fuera de las nóminas del PCM y no asistían a esos eventos. También en conferencias tuve la oportunidad

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de conocer a otras personas notables, así como en algunas reuniones privadas que tendían a coordinar los esfuerzos de algunos grupos, entre los cuales estaba la organización que Mateo, Gerardo y yo habíamos decidido formar, que si bien aún era reducida, tenía la misma dinámica de los otros grupos y estaba en vías de crecimiento. Igual trabé relaciones amistosas con algunos maestros extraordinarios, pero no ahondaré sobre ello, porque eso sería materia de otro artículo. Así, el día 7 de noviembre, en horas de la tarde, acudí al edificio que ocupaba la embajada de la URSS. A pesar del poco tiempo de estar viviendo en la Ciudad de México, merced a que ya reconocía a algunas personas, me sentí como pez en el agua, conversando con el doctor Jorge Carrión, quien publicaba un artículo quincenal en la revista Política que dirigía Manuel Marcué Pardiñas, e intercambiando puntos de vista con el profesor Otón Salazar, quien había sido el principal dirigente del Movimiento Revolucionario del Magisterio y que recientemente había salido del palacio negro de Lecumberri, donde fue uno de los principales presos políticos del régimen lopezmateísta (1958-1964). Varios de los funcionarios de la embajada, encabezados por el mismísimo señor embajador, recibían a cuantos llegábamos a la sede de la representación soviética en México y tas el saludo de manos alguno de esos funcionarios me preguntó por el pin que yo llevaba puesto en la solapa del saco y a lo que contesté: “me lo regaló Anastas Mikoyán cuando visitó Monterrey”. Todo mundo deambulaba por los amplios salones de la planta baja de la Embajada e intercambiaba saludos con cuantos se cruzaban con uno. A una señal de la cual yo no me percaté, todos los visitantes empezamos a subir a un mezzanine; ahí estaba dispuesto un buffet para una opípara cena, con jamones, frutas asadas y una multitud de platillos deliciosos, y al terminar de consumir tan ricos ali-

mentos la gente empezó a retirarse. En los años subsiguientes llegué a visitar las embajadas de Cuba, Checoslovaquia y de Albania, pero a la embajada de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas nunca tuve la oportunidad de regresar. En años recientes sentí el deseo de acudir a la embajada de Bolivia, con la finalidad de saludar al embajador de esa nación andina, el doctor Marcos Domich Ruiz, quien a principios de la década de los años setenta estuvo varios días en la Ciudad de México, y tuve el agrado de alojarlo conmigo en el departamento que tenía rentado en la Unidad Loma Hermosa. No omito manifestar que desde hace cuarenta años resido en la ciudad de Mérida, Yucatán, y antes de que se concretara ese deseo, la encomienda del doctor Domich Ruiz en México terminó. Abundando sobre un comentario anterior, con el paso del tiempo conocí a muchas personas destacadas, extraordinarias, algunas de ellas maestros de la Escuela Normal Superior, otras del grupo de transterrados de la guerra civil española y algunas más periodistas y literatos. Compartí con muchos de ellos principios y esperanzas, cuya realización no ha devenido con el simple transcurrir del tiempo, y aunque esfuerzos hemos brindado para su consecución, esos sueños no han cristalizado. Tal vez la vida no nos alcance para verlo, pero la humanidad tendrá el futuro luminoso por el que hemos luchado.

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AÑOS

de la Licenciatura en QUÍMICO CLÍNICO BIÓLOGO

Armando Hugo Ortiz Guerrero y J. Antonio Olvera 31


A

NTECEDENTE

lo que actualmente es la sede del ISSTELEON. Una vez que terminó la construcción, quedó un remanente en efectivo. La mayor parte de ese dinero se utilizó en la compra de un gabinete bacteriológico, importado de Alemania en 1896, en $1233.35 MN (2421.59 marcos) De ahí nuestro comentario de que el inicio del laboratorio clínico en Monterrey se debe al doctor Gonzalitos. La incorporación de esta rama de la medicina se da en 1894, al incluirse en el plan de estudios de medicina, la materia de “Bacteriología”, pero no fue posible localizar si logró impartirse, y el catedrático respectivo. En la Memoria del gobernador Bernardo Reyes, del periodo 1895-1899, se incluye en su anexo un inventario minucioso de las piezas que integraban este gabinete bacteriológico. Para desfortuna este moderno equipo fue poco utilizado, pues no hubo matrícula de nuevo ingreso desde 1898; titulados los últimos alumnos en 1903, se cierra en definitiva. El gabinete se siguió utilizando, pues en el AGENL se localizó un anuncio que promociona la consulta de diversas especialidades en un consultorio médico-quirúrgico en el Hospital González; entre ellas aparece la de “Enfermedades internas y practica análisis de orinas, sangres, esputos y tumores” los domingos de 4:00 a 6:00, a cargo del doctor Benigno R. Davis. Este médico se tituló en 1898, por lo que el anuncio apareció entre 1900 y 1910. La Escuela de Medicina reabrió sus puertas en 1912, pero en condiciones muy precarias por escases de alumnos, situación que se agravó con el conflicto de la Revolución Mexicana, agudizado en Monterrey a partir de 1913. Pese a tales circunstancias se trató de adecuar el plantel a las tendencias y progresos recientes. Gran parte de dichos esfuerzos estuvieron a cargo del doctor Eusebio Guajardo, que durante su primera gestión como director de la escuela,

Los exámenes clínicos de laboratorio representan uno de los elementos fundamentales para la consolidación de la medicina científica o medicina moderna. Para mediados del siglo XIX ya era común en los hospitales de Europa y Norteamérica la existencia de los gabinetes bacteriológicos, encargados de los coprocultivos y el análisis microscópico de los tejidos. También se practicaban de manera rutinaria los exámenes químicos de orina y sangre. Para cumplir dichas tareas se instalaron pequeños laboratorios de investigación en los hospitales, por lo general en el sótano o junto a la sala de autopsias. Ello propició el nacimiento de la patología clínica y experimental. El título de una tesis, “Albuminiria”, redactada por el alumno de la Escuela Nacional de Medicina, Miguel F. Jiménez, en 1840, sugiere que en la ciudad de México, desde esos años se practicaban exámenes clínicos de laboratorio para detectar esta enfermedad. En Nuevo León apareció esta disciplina diagnóstica a fines del siglo XIX, gracias a la aportación post mortem del benemérito de la educación, doctor José Eleuterio González. Fue el fundador del Hospital Civil de Monterrey en 1860, y la Escuela de Medicina en 1859, que funcionó en una sala del Hospital Civil por más de treinta años. Se impartían las carreras de Médico, Farmacéutico y la de Partos; en las primeras dos se incluyó la materia de química, enfocada a la preparación de medicamentos y medicina legal. El doctor José Eleuterio González falleció en 1888. Dejó un legado, destinando la mitad para el Hospital Civil (desde entonces Hospital Civil José Eleuterio González), y el otro 50% para la construcción de un edificio para la Escuela de Medicina, que se ubicó a espaldas del Hospital Civil, en

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Pese a ello se hizo un último esfuerzo por mejorar sus instalaciones. A partir de 1927, según informe del gobernador Jerónimo Siller, comienza a funcionar en el Hospital un laboratorio de este tipo cuando “se estableció un Gabinete de análisis de sangre, de orina, de esputos y demás exudados para el diagnóstico de las enfermedades, y se tiene el propósito de poner ese departamento al servicio de los pobres que no estén asilados en el Hospital.” Informes de gobierno posteriores dan cuenta de manera pormenorizada de los estudios practicados en este Hospital. Como ejemplo incluimos el del año de 1929 (Septiembre 28- Julio 1929).

1918-1919, gestionó ante el gobierno del Estado diversas mejoras, entre ellas la construcción de un nuevo anfiteatro y la instalación de diversos laboratorios de prácticas, entre ellos el de diagnóstico clínico. En la memoria del gobernador Nicéforo Zambrano, periodo 1917-1919, se incluye el anexo 382, donde informa el doctor Guajardo: …habiendo llegado la mayor parte de los aparatos y útiles para el establecimiento de un Laboratorio de Diagnostico Clínico, encargados por disposición del Sr. Gobernador, me permito proponer a esa superioridad el nombramiento de un profesor que se llamará “Profesor de Laboratorio de Diagnóstico Clínico”, que se encargará de hacer toda clase de exámenes de sangre, orina, pus, tejido, etc., de los enfermos que estudien los alumnos en los diversos cursos de Clínica como también el de un Preparador para dicho Laboratorio.

1928 – 1929 GABINETE DE ANÁLISIS Reacciones de Wasserman Exámenes completos de

Se designó como profesor responsable del laboratorio al doctor José Juan Martínez. En una reforma al reglamento de la Escuela de Medicina se incluyó, por primera vez, la materia “Laboratorio de diagnóstico clínico” o “diagnóstico de laboratorio”; en una lista de personal docente de 1927 aparece a cargo de esta materia el doctor José Luna Ayala, egresado de esta Escuela en 1902, y director en 1928. Por lo expuesto, se infiere que los inicios de esta especialidad en Nuevo León, se dan en la Escuela de Medicina. El propósito era que los alumnos se ejercitaran en estas prácticas de diagnóstico con pacientes del Hospital González. Este Hopsital continuaba siendo el único que proporcionaba servicios médicos en el noreste de México; pero ya daba signos de incapacidad, aparte de su espacio limitado, la construcción del siglo XIX no cumplía con los estándares de la medicina moderna de esa época.

orina

100 120

De esputos

50

De materia fecales

15

Fórmula leucocitaria

10

Líquido pleural

10

Exudado vaginal

50

Líquido encéfalo-raquídeo

8

Paludismo

50

Jugo gástrico

8

Difteria

5

Exudado uretral

25

Líquido ascítico

8

TOTAL

459

Para 1936 se menciona en el informe de gobierno respectivo solo la cantidad de exámenes practicados en el año: 6835, sin especificar tipos.

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la Escuela de Medicina, como práctica clínica de su carrera, pero la información recopilada hasta estos últimos informes no señala qué tipo de personal realizaba estos estudios en el Nuevo Hospital González. En el nuevo Hospital se pueden suponer estas alternativas:

En 1932 se publicó el decreto de la erección del un hospital nuevo al poniente de la ciudad, en lo que hoy es el Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”. Proyecto que contemplaba un edificio de cinco pisos y capacidad de 500 camas. La construcción inició en 1933, pero por situaciones de diversa índole el avance quedó en obra negra. En tanto la entonces llamada Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo León, gestionó apoyo para algunos médicos y alumnos, a fin de que se especializaran en instituciones extranjeras y del país, para cuando iniciara sus actividades el nuevo hospital. Entre los médicos aparece el doctor Jesús García Segura, quien fue becado por el gobierno en 1933 para tomar estudios de bacteriología en el Instituto Pasteur de París, Francia, donde radicó dos años y obtuvo las palmas académicas. El nuevo hospital “Dr. José Eleuterio González” abrió sus puertas en 1938, funcionando de una manera parcial, sótano y primer piso, en 1943 trabajó en su totalidad. Los estudios de laboratorio aumentaron de forma exponencial, según la siguiente estadística.

• Los estudios los continuaron realizando los alumnos de la Escuela de Medicina. • Se contrató personal no profesional, con estudios médicos. • Se contrataron profesionistas egresados de la recién creada Facultad de Química de la Universidad de Nuevo León. LA CARRERA DE LABORATORISTA CLÍNICO BIÓLOGO El doctor Roberto Treviño Martínez, egresó de la Facultad de Medicina en 1935. En su época estudiantil fue jefe de prácticas de laboratorio de análisis clínico en la Facultad en 1932; al año siguiente desarrolla prácticas de la misma especialidad en la Universidad Nacional. Recién titulado en 1935, se hace cargo de reorganizar el Departamento de Laboratorios del Hospital Muguerza, primer nosocomio particular en Nuevo León, donde duró un año como jefe del mencionado departamento. Después ocupó diversos cargos en el Nuevo Hospital Civil y en la Facultad de Medicina. En noviembre de 1947, es nombrado director de la Facultad por el gobernador Arturo B. de la Garza; duró en el cargo menos de un año, y le correspondió iniciar el edificio donde actualmente se ubica esta institución. El 30 de junio de 1948 envía oficio al rector de la Universidad, doctor Enrique C. Livas, en el que le solicita su autorización para iniciar en el mes de septiembre de ese mismo año la carrera de Laboratorista Clínico. El principal argumento para crear esta nueva especialidad consistía en que:

EXÁMENES PRACTICADOS EN EL NUEVO HOSPITAL AÑO

CANTIDAD

1939-1940

1,926

1941-1942

7,436

1944

6,078

1945

11,366

1946

9,160

En el antiguo Hospital los estudios y análisis de laboratorio los desarrollaban los alumnos de

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“… cada vez son más los individuos que habiendo tenido su enseñanza en una Facultad de Medicina y sin llegar a obtener el título de Médico puedan dedicarse a auxiliar a la profesión médica en la ejecución de los diversos análisis clínicos indispensables para establecer correctamente el diagnóstico en la Medicina contemporánea y que cada día son más usados y más indispensables para el médico que quiera trabajar científicamente”.1

Propone que las clases correspondientes al orden médico se cursen en la Facultad de Medicina y las del orden químico, tales como Química General y Análisis Químicos se impartan en la Escuela de Química; en cuanto a las prácticas de Laboratorios sobre Análisis Clínicos se desarrollarían en el Hospital Civil, expidiéndose el título por la Escuela de Medicina.2 Durante el primer y segundo año de la carrera se harían tres horas semanarias de práctica de Laboratorio Clínico en el Hospital Civil, agrega el doctor Treviño, y al terminar los tres años el alumno haría su servicio social en un término de seis meses en el Laboratorio de Análisis Clínicos del Hospital “José Eleuterio González”, “considerándose este trabajo como servicio social y con derecho a presentar el examen profesional y a obtener título de Laboratorista Clínico”.3 La primera generación realizó sus estudios en la Escuela de Medicina, ubicada en esos años en la calle Zuazua y 15 de Mayo, donde se impartían las materias del área médica, las del área química se impartían en la Facultad de Ciencias Químicas. Se inscribieron 13 alumnos, la mayoría mujeres, por lo que esta carrera desde su inicio estuvo marcada por la preferencia femenina, como un rasgo a tomarse en cuenta. Estos trece alumnos fueron educados por más de una decena de catedráticos, destacando la labor del Químico Farmaco Biólogo José Luis Gómez Camargo, quien impartió las cátedras

relacionadas con el campo de la química, por lo que los estudiantes ya no debieron trasladarse a la Escuela de Ciencias Químicas a tomar dichas materias. En el año 1952 se concluyó la construcción del actual edificio de la Facultad de Medicina, en el que se construyó un laboratorio para el área química y el primer coordinador académico fue el referido profesor Gómez Camargo.4 Para 1953 se tiene noticia de tesis realizadas por alumnas de la carrera de LCB. “Investigación de la presencia de Estreptococos en la faringe de niños en edad escolar”, presentada por Rosalva Nora González y “Determinación de proteínas de sangre y orina por el método de la reacción de Biuret”, de Graciela Chapa Treviño, son dos de ellas.5 DE CARRERA TÉCNICA A LICENCIATURA En 1965, la carrera fue certificada por la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública y su plan de estudios se modificó, para ampliarlo a cuatro años y uno de servicio social.6 En 1971 se decretó el pase automático de ingreso a la UANL, con lo que se incrementó la demanda de todas las carreras, y la de laboratorista no fue la excepción. Por esta razón, el plan de estudios volvió a modificarse, para convertirse en

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un programa de semestres intercambiables que permitiera manejar de manera adecuada la creciente matrícula de alumnos. La primera secretaria académica de la carrera fue la doctora Graciela López de Garza (1974-1977) y a ella le sucedió Esperanza Torres Espinoza (1977-1980), laboratorista clínica bióloga.7 A pesar de que el nombre de laboratorista clínico biólogo era similar a carreras con objetivos idénticos impartidas en otros países, como Estados Unidos y Canadá, tenía una connotación técnica. Por ello, los egresados solicitaron cambiar el nombre, por uno que representara de manera justa lo que significaba la carrera. En la sesión del Consejo Universitario correspondiente al 18 de marzo de 1982, la Comisión Académica del mismo informa que con fecha del 10 de enero de ese año, la Junta Directiva de la Facultad de Medicina presentó a dicho órgano colegiado la solicitud de cambio de nombre de la carrera de Laboratorista Clínico Biólogo, habiendo llegado a formular el siguiente:

“el desempeño de los LCB era IGUAL O MÁS competitivo que el de los profesionales de la

QUÍMICA,

sin embargo eran considerados

TÉCNICOS y los otros como PROFESIONISTAS...”

como

les egresados reciben el título de Químico Clínico Biólogo, con lo que obtienen un pleno reconocimiento profesional, laboral y salarial por parte de instituciones como el IMSS, la SSA y el ISSSTE.10 Era director de la Facultad el doctor José Mario Gutiérrez, y rector el doctor Alfredo Piñeyro López. Como resultado de los cambios tecnológicos, en 1982 se realiza una revisión curricular y se integran nuevos conocimientos al plan de estudios. En septiembre de 1983 comenzó la vigencia del nuevo plan de estudios de 10 semestres. Según el doctor Luis Cavazos, catedrático de la Facultad de Medicina de la UANL, desde el sindicato del IMSS hubo fuerte presión a los profesores y a la dirección de la Facultad para que se cambiara el título de la profesión, a fin de que los egresados recibieran un mayor reconocimiento y mejoras salariales. Señala que el desempeño de los LCB era igual o más competitivo que el de los profesionales de la Química, sin embargo en el escalafón eran considerados como técnicos y los otros como profesionistas, por lo que su retribución era mucho menor a pesar de realizar las mismas actividades y en ocasiones hasta con horarios “más matados”. Los primeros egresados con perfil de licenciatura se acomodaron de inmediato en el sector salud de la localidad, en los laboratorios del área metropolitana de Monterrey y los

Dictamen: Se aprueba en principio la solicitud de la Junta Directiva de la Facultad de Medicina para que en lo futuro la carrera de Laboratorista Clínico Biólogo se llame Químico Clínico Biólogo, supeditado esto a lo siguiente: 1º.-La base curricular del programa de la carrera de Laboratorista Clínico Biólogo no está lo suficientemente sustentada en las bases de la Química, Física, Matemáticas y Físico química, y más bien está orientada al aspecto operativo del área clínica, por lo que es necesario que se haga con la profundidad necesaria una revisión de la currícula del Plan de Estudios de esta carrera profesional con las suficientes bases académicas orientadas al nombre del grado que se quiere otorgar.8

Finalmente, como se consignó anteriormente, el plan de estudios es aprobado por mayoría con las modificaciones planteadas.9 A partir del 28 de abril de 1982, los profesiona-

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que contaban con recursos instalaron los propios. El egresado de esta licenciatura tiene como opciones de especialización, dentro de la Facultad de Medicina, la Maestría en Ciencias, con cuatro orientaciones; y el Doctorado en Ciencias con seis perfiles terminales. Por su atributo de “Clínico”, la licenciatura de QCB está indisolublemente ligada a la Facultad de Medicina, si originalmente se le consideró como un ayudante técnico de la profesión médica, uno de sus retos actuales es consolidar su papel de profesionista pleno.

LQCB. Curso de inducción para estudiantes de primer ingreso, Subdirección de Estudios de Pregrado. Licenciatura en Químico Clínico Biólogo, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, 2003, p.5 5 AHFMHU-UANL, 078/012, Dictamen de la comisión de revisión de tesis de la Facultad de Medicina, Dr. Miguel Vera, Presidente, 1953 6 Benítez de Ruiz, Sanjuanita, Martínez Villarreal, Laura y Romero de León, Angélica, “Evolución y desarrollo de la licenciatura de químico clínico biólogo”, en: Medicina Universitaria, vol. 4, núm. 17, Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, octubre-diciembre, Monterrey, 2002, p. 239 7 Ibidem. 8 Acta No. 5. H. Consejo Universitario, año escolar 19811982, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, marzo 18 de 1982, pp. 12-13 9 Acta No. 6. H. Consejo Universitario, año escolar 1981-1982, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, abril 28 de 1982; e Informe de actividades que rinde la Rectoría, septiembre 1981-septiembre 1982, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, 13 de septiembre de 1982. Anexo F. “Informe de las actividades de la dependencias de la Rectoría”, p. 9. 10 Ibid, p. 240 4

Archivo Histórico de la Facultad de Medicina y Hospital Universitario AHFMHU-UANL, 062/002, Propuesta del Director de la Facultad de Medicina, Dr. Roberto Treviño Martínez, para que se anexe a la Facultad la carrera de Laboratorista Clínico, enviada al Rector de la Universidad de Nuevo León, Dr. Enrique C. Livas, 30 de junio de 1948, f. 1. 2 Ibidem 3 Ibid, f.2 1

Hidalgo 2095 Pte., Col. Obispado, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64060 Teléfono conmutador: 83 33 08 00 con seis líneas, FAX: 83 33 29 01 Email: grupoorven@prodigy.net.mx

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ROSAR IO G U A J A R D O

Introspeccion

Búsquedas, encuentros y revelaciones

SOFÍA GAMBOA DUARTE 38


E

Para Sofi, Helena y Tristan

L CAMINO DE UN ARTISTA

está lleno de búsquedas y encuentros pero no todos reciben revelaciones, es necesario para ello, además de una sensibilidad desarrollada, poseer un espíritu fortalecido en madurez y sabiduría. Los años de trayectoria muestran el trabajo de un creador, pero en los contenidos de sus piezas se vislumbran los pasos interiores andados, esos recorridos a través de poderosas experiencias que crean atmósferas de color y de emoción; sensaciones donde se respira y se vive en una bocanada.

Rosario Guajardo

Lithosphere, 1998

Las exposiciones, premiaciones, aplausos y selección en acervos particulares son una muestra del reconocimiento público a la calidad de un trabajo artístico, pero cada una de las piezas condecoradas proviene de la búsqueda interior que el artista ha realizado previamente y, en consecuencia, una vez asimilados los conocimientos de cada exploración, se alcanza la consumación de la obra de arte. Ejecución única proveniente de una sonrisa, de un sollozo, de un grito o de un dolor, todo determinado en forma sensible mediante los recursos plásticos más elocuentes para cada contenido. La obra de Rosario Guajardo posee el reconocimiento indiscutible de autoridades en el arte, de instituciones y de un público demandante de obras con calidad. Empero, posee también la integridad de su autora en una búsqueda de materiales, procesos, lenguajes e imágenes autónomas con identidad propia y subsistencia garantizada. Rosario posee la energía de todo ser viviente, pero además, la de espíritus fortalecidos en la práctica de la autoconsciencia y del respeto a valores fundamentales como la honestidad, el profesionalismo y la entrega a su trabajo. Esta energía pura y poderosa se revela en atmósferas creadas de fuerzas manipuladas, concentradas y dirigidas como nutrimento emocional, alternativa de alimento para el espíritu. El lenguaje de Rosario es la abstracción, porque no está dirigido a la cotidianeidad física, sino al universo

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Rojo sobre rojo sobre rojo, 2012

espiritual. Sus obras representan mundos interiores dentro del vasto universo concebido en su mente y, ya que es interior y particular, pertenece a la profundidad de la artista, sin embargo, todos podemos contemplarlo e incluso habitarlo sumergidos en su obra, en un recorrido de Correspondencias a través de sus creaciones en diversos momentos mediante distintas técnicas y lenguajes. Cada una de sus pinturas implica fragmentos de una atmósfera, Tiempo y espacio emocional anidados por la autora en algún momento de una época o de un día. Alegría, tristeza, pasión y nostalgia son estados anímicos sucedidos entre sí, nunca perpetuos pero siempre presentes en una y en muchas Facetas; en un color, en una textura o en un cúmulo de ellos, es decir, en una obra de arte. Transitar en una exposición de Rosario Guajardo conlleva recibir un respiro fuera de la cotidianeidad, contemplar sus creaciones implica visitar esos mundos de la autora, donde ella y el espectador renacen desde su interior. Tal es la magia del arte, música que sana angustia, depresión y

Sin título, 1982

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Según Vivaldi I, 2009

La MANCHA

y el acto

de manchar suponen la

INTROSPECCIÓN, meditación necesaria , como un modo personal de

VER Y HACER,

con aguda percepción…

PENSAR con la MIRADA.

Derivaciones, 2007

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las selectas personas a quienes es un honor y un gusto conocer. La introspección de la maestra Guajardo contiene piezas realizadas entre 1980 y 2016 de diversos formatos en pintura, escultura e instalación, tanto de su acervo personal como de colecciones particulares. El conjunto seleccionado es una muestra en perspectiva de las búsquedas plásticas de la artista con los materiales, las formas y los contenidos que han edificado los caminos visuales en las obras que dieron nombre a distintas series como: Secuencias, Levedad, Cómputo prehispánico, Huellas de grafía, además de las mencionadas a lo largo del texto. La pintura de Rosario es plasmada sobre papel, madera, lino, lona de algodón sobre un bastidor preparado o un lino dispuesto sólo por la parte superior con caída natural como: Esperando el diluvio II. Cada uno de estos soportes dan enorme riqueza a la obra y cada pieza de esta selección representa muchas de esas búsquedas con resultados exitosos. Beethoven dijo: “No rompas el silencio si no es para mejorarlo”, Rosario rompe la figura para evitar distraernos con fugacidades. Desprende lo superficial de una imagen para abstraer de ella la esencia del material, de la experimentación y de la vivencia de tal modo que, en diversos momentos de su trabajo nos entrega una obra pero en ella, un cúmulo de riquezas sensoriales y emocionales A cielo abierto, visible para todos y Presagios, sólo comprendidos por algunos. Rosario ha labrado amplios horizontes en enormes lienzos, véase Crimson, o en polípticos como: Facetas, ha erigido seres tridimencionales elevados en pesadas Columnatas aferradas al suelo donde se impregnan de minerales que les dan textura y color. Las esculturas de Rosario incluyen Ojivas, pétalos encontrados en Abrazos, y hongos El día que llegaron las lluvias; también ha hecho Derivaciones… el cubo como pretexto, terrones que crean paisajes para la contemplación o para dar insólitos paseos

ansiedad; pintura que desata sentimientos, llevando destellos e incluso manantiales de luz al cuerpo entero, a las emociones, a la mente y al estado de ánimo para vivir Albricias en plenitud, no únicamente sobrevivir cada rutinario día. De la misma manera en que Kandinsky sacaba a pasear una línea, Rosario hace brotar de una mancha caudales de sensaciones y emociones; nos dice: Es la mancha primigenia la que va dando pauta de seguimiento. La mancha, elemento abstracto de exploración, es el eje fundamental de reflexión y desarrollo en la obra. La mancha y el acto de manchar suponen la introspección, meditación necesaria, como un modo personal de ver y hacer, con aguda percepción… pensar con la mirada.

La calidad del trabajo de Rosario implica la sensibilidad para percibir esas pautas de seguimiento, desde la elección del camino correcto hasta el momento concreto en el que culmina una pieza; es decir, continuar el desarrollo de una obra desde su concepción hasta su esplendor. El proceso de creación utilizado por Rosario parte de materiales como óleos, pigmentos, resinas, encausto, lámina de oro y otros más combinados y puestos sobre distintos soportes que van dando múltiples resultados. El trabajo plástico de la autora ha sido una búsqueda de procesos, desde el pequeño formato hasta el mural, mediante un estricto criterio de calidad que responde a los altos niveles de exigencia que la artista se impone en la realización de cada proyecto; muestra no sólo de profesionalismo sino de pétrea consolidación, notoria desde la organización de su casa hasta la limpieza de todos los materiales y herramientas en su taller. La eficacia del trabajo de Rosario es una extensión de la calidad de vida que lleva en sus hábitos, en el trato con la gente que nutre su espíritu, su mente y su corazón. Rosario Guajardo es una de

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Cada PINTURA de Rosario es una HISTORIA; huella de un

SENTIMIENTO,

vestigio de la memoria de un

“ALGO”...

Mediterráneo, 2015

Azul es la rica mina de vida, pero azul también es El silencio de la luna. Cada pintura de Rosario es una historia; huella de un sentimiento, vestigio de la memoria de un “algo”; vacío para muchos quizás, pero todo para muchos también. Elocuente sentido y sinrazón, capricho de manchas, de pintar en abstracción simplemente por necesidad de expresión y por ello mismo procede de “algo” y posee un contenido. Sea cualquiera el incluido de su pintura Rosario nos brinda una refrescante Levedad de transitar el mundo y la vida sin lastres físicos, emocionales ni mentales. Levedad ansiada, soñada, entrañablemente acariciada para adoptarla y asumirla como forma de vida, como sentido de existencia simple y honesta. El trabajo artístico de Rosario Guajardo es un diálogo con el color y la materia, su proceso creativo es la conversación sostenida con pigmentos y aglutinantes en los Códigos del matiz y la textura, sus pinturas son poemas sin vocablos, con voz sin palabras, pero llenas de conceptos, de reflexiones y narraciones, Solo el murmullo. Los colores demandan, exigen, guían pinceles y trazos con delicadeza, con pausas y exhalaciones o con furia y acción febril durante procesos creativos sin descanso. Trabajo hipnótico que

entre ellos. Recorridos por trompas y Partituras bañadas con luz; Columnatas que flanquean vías y horizontes nunca pensados, surgidos de pronto con un mágico hechizo, con la sensación de haber entrado en un video, pero en esta exposición efectivamente estamos entre la obra Surgere, evocando el centro ceremonial de Chichen–itza, (esplendor de la cultura Maya) y ser parte de ella es real. Además de materiales, atmósferas y vivencias, nace también la inspiración en Rosario a partir de grandes autores como Turner, quien es el Pretexto para tapar el sol con un velo, recordarlo con su pequeña barca en el mar por encima del sonido de olas chocando y salpicando fresca espuma en un vaivén de fría oscuridad, profunda pero luminosa, es la ocasión para que la autora convoque la luz traslúcida de Veladoras Recordando a Turner. Las pinturas de Rosario Guajardo son firmamentos de color, Según Klimt, enormes extensiones de paisajes aéreos o minúsculos fragmentos de tierras bajo lloviznas de luz en vivaces ocasos. Horizontes retozando con tiernas caricias de amaneceres o chapoteos de alegría en policromados charcos. Torrentes lumínicos de color empapan cada rincón y despiertan fuerzas dormidas que sacuden letargos a su paso.

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lleva a Rosario hasta una creación mixta sobre papel, sin título que la describa; asombrosa textura que embelesa, pastosa, rugosa y lisa a la vez, donde la autora parte de una reducida paleta para crear infinidad de tonalidades. Polvorín de imaginación, fuente de inspiración e interpretaciones. Eso es el arte, un pretexto para la fantasía, para cambiar mundos e inventar nuevos, para escapar de los nuestros, de lo cotidiano, del trabajo, de las necesidades y problemas con la finalidad de emprender el vuelo del deseo y de la sonrisa, de estirar la respiración. El oro vuelve a ser presente, mezclado ahora con la tierra roja, Alizarín, humaredas de emociones y alientos de ímpetu, de pasión dirigida y abigarrada en una pintura. Rojo sobre rojo sobre rojo, polvos de fe y de esperanza esparcidos desde la India en una fiesta de colores para disipar densas nubes instaladas cual gruesos mantos sobre poblaciones completas en naciones y continentes durante bombardeos despiadados que aniquilan a la humanidad en producciones cinematográficas o en la realidad de muchas personas hoy. Tarde a tarde contemplamos los últimos rayos del sol, ocaso verde o escarlata, Desprendimiento al filo del horizonte en espera del Crepúsculo de rojos que abre la escalinata al acceso celestial y el encuentro con lo divino. Nos encontramos de pronto en Levitación, isla flotante de místicos y filósofos quienes conviven con lo etéreo; masa de terracota volando sobre la nívea nada, cometa que toma un respiro mientras hace una pausa para la contemplación. Litósfera, luna llena contemplada al filo de la cima en una montaña, imponente arrecife retenido bajo los pies para no entorpecer la vista al mar, ventanal sin vano ni cristal a la acuosa transparencia; sosegado espejo del cielo cuyo aislamiento es ocasionalmente interrumpido por ambulantes nubes sin rumbo. fa luna o Matatena, hay también en la obra de Rosario Guajardo figuras, porque la abstracción es extracción y ella sustrae formas geométricas que se ocultan y emergen, a veces claramente

visibles como el círculo, un plano cuadrado o el perenne cubo como pretexto en un fraccionamiento de Condominios, por ejemplo. Vista aérea de un raudal de cuadros dispersos pero en orden, sobre fondo blanco, pacífico edén sin conflictos, sin violencia y sin pasiones desatadas; retiro para la meditación y el encuentro con la sabiduría, Espejismo del recuerdo. La música, lenguaje directo entre las emociones igual que el color puro, es una fiel compañera de Rosario en Preludio o Nocturno. Un día sin música son horas sin esperanza ni alegría, impensable en la mente de la creadora neolonesa quien escucha a los grandes maestros y siguiendo su ritmo, creó Según Vivaldi, serie en cuatro movimientos de iguales soportes. El segundo es rojo radiante de luz amarilla desde un fondo grisáceo, vitalidad efervescente. El cuarto Hope, esperanza que surge entre las tinieblas. Rosario se alimenta de las bellas artes, las obras maestras han nutrido su vigor y por eso es capaz de crear ella misma obras sublimes, de vivir en la esplendidez espiritual y compartirla a través de sus creaciones Senza fine.

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R E H I LE T E P epe -H i llo ‘Padecen Reynosa

s u viacr ucis y A c a p u lco ’

¿Qué dirá de esta acción Quien dio la vida confiado en que habría conversión y un rechazo al pecado?

‘ D e j a M a r g a rit a Z a v a l a c o n ti e n d a e l e c t o r a l ’ Fue difícil decisión ese momento valiente; ya será en otra ocasión que su campaña caliente.

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DE E LL UU II SS D C AA RR VVAA JJ AA LL C

EL HOMBRE Óscar Tamez Rodríguez 46


E

l 30 de mayo de 1579

es la fecha oficial en que nace la provincia ubicada al noreste del virreinato de la Nueva España conocida como Nuevo Reino de León, una efeméride que debiera estar en el calendario cívico del Estado de Nuevo León, de las organizaciones de historiadores y cronistas y en las agendas cívico escolares como fecha emblemática. La persona que imaginó la grandeza de esta tierra del actual noreste mexicano fue el explorador portugués Luis de Carvajal de la Cueva, quien arriba a la Nueva España apenas unas décadas después de haber sido conquistada por los españoles, vaya, la oportunidad de consolidar una nueva provincia en la colonia virreinal derivaba precisamente de que la monarquía española estaba en una etapa expansionista en el nuevo continente. Carvajal llega a la Nueva España en el año de 1567, según se desprende de sus declaraciones ante el “Tribunal del Santo Oficio y la Inquisición”. (González, 2017. pág. 19). De acuerdo a Carlos González (2017) en el libro Poderoso señor capitán Don Luis de Carvajal y de la Cueva, el explorador nace en el año de 1539 en Mogadouro, Portugal; lo cual implica que tenía apenas 28 años cuando arribó a América. Para entonces era casado con “doña Guiomar de Rivera en la ciudad de Sevilla” (Ídem. pág. 12), el mismo año en que arriba a nuestro continente. Los datos previos ofrecen una amplia información que contribuye a dilucidar la personalidad del portugués conquistador. Al llegar al Nuevo Mundo se encontraba en plena edad productiva, cargado de ambiciones pues para ese entonces, había vivido en Benavente, España de donde aprendió los modales de los nobles de su época, tal como lo establece Samuel Temkin (2017) en el libro Luis de Carvajal de

la Cueva, los principios del Nuevo Reino de León, además de haber representado al rey de Portugal en la isla Cabo Verde. También es de destacar que recién casado, en “plena luna de miel” decide separarse de doña Guiomar Rivera para emprender su aventurera expedición al Nuevo Mundo. Este sólo elemento debe servir como indicador para entender que Carvajal no tenía amor por su esposa ni interés por la vida conyugal; sin dejar de lado que el matrimonio pudo haber sido arreglado, como también se estilaba en aquella época. Lo cierto es que según señala González (2017), no tuvo hijos con su esposa. Otro aspecto poco conocido de don Luis de Carvajal es el asunto de sus apellidos. En aquella época el apellido materno era usado frecuentemente como primer apellido, situación que puede confundir al momento de estudiar biografías de la época. Es el caso de Luis de Carvajal quien era hijo de Gaspar de Carvajal, quien a su vez era hijo de Gutiérrez Vázquez de la Cueva [abuelo de Luis] y Francisca de Carvajal [abuela de Luis]. Inmediatamente se distingue que el padre de Luis, don Gaspar, lleva el apellido materno y no el ‘Vázquez’ del padre, aunque debemos puntualizar que el apellido materno del papá de Luis es ‘de la Cueva’. Tengamos presente este dato porque será útil párrafos más delante. La madre de don Luis de Carvajal fue doña “Catalina de León” González (op. cit. pág. 11), aunque Temkin (2017. pág. 24) señala que el nombre de la mamá es Catarina, dato que, sin ser relevante, cobrará importancia más delante. Así que el nombre real o al menos el que debió llevar según la usanza actual de nuestra época es el de Luis de Carvajal de León, el apellido del padre seguido por el de su madre, hijo de Gaspar de Carvajal y Catarina de León. Según la usanza de la época y tomando el antecedente de su padre, don Luis, pudo bien haberse

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Lo antes no es descabellado señalarlo, según (Temkin, 2017), fue Luis de Carvajal quien nombró sitios emblemáticos del valle de Extremadura descubierto por él en la búsqueda de su ruta que comunicara a Mazapil con Pánuco. Entre los sitios nombrados por Carvajal se encuentran el cerro de la Silla, el río Santa Catarina y el cerro de la Mitra (Temkin, 2017). Lo evidente es que Luis de Carvajal de la Cueva o Luis de Carvajal de León, era un hombre atrevido, inquieto y ambicioso, algo inestable en sus emociones, indispuesto a fijar raíces; decidido a todo y a dejar todo por emprender sus metas, misma ambición que fue su perdición, dicho sea de paso. Antes de proseguir, con la recreación del perfil personal del fundador del Nuevo Reino de León, o lo que es igual, su primer Gobernador. Es oportuno señalar tres aspectos relevantes que influyen en la fundación de esta provincia de la actual geografía norestense de México. Primero, el triunfo de los reyes católicos, Fernando e Isabel, sobre la invasión de los musulmanes en España. Segundo, el reforzamiento a la persecución de los judíos radicados en España por su preferencia religiosa. Tercero, el descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón.

llamado Luis de León de Carvajal o haber llevado los apellidos de sus abuelos maternos que eran de León (por parte de su padre Antonio) o Núñez (por parte de su madre Francisca). Sin embargo, lo conocemos como Luis de Carvajal de la Cueva, el primer apellido de su padre y el segundo apellido de su abuelo paterno. Las razones para estos cambios en sus apellidos no la conocemos, pero es un aspecto que de investigarse a fondo, puede contribuir a develar la personalidad o la forma de vida del fundador del Nuevo Reino de León. Abundar en este aspecto no es trivial, es relevante para entender las motivaciones que llevan a un adulto joven, recién casado, a abandonar su forma de vida para lanzarse a la aventura expedicionaria. Queda de manifiesto que se requiere un estudio genealógico y detallado de los hábitos de la época y en particular de la familia de don Luis para entender por qué el conquistador portugués se identificaba como Luis de Carvajal de la Cueva, además de un estudio toponímico para determinar si el nombre Nuevo Reino de León, está vinculado a una forma de preservar los orígenes y vínculos familiares o solamente a la geografía de León en España.

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Por su parte Temkin (2017, pág. 35) destaca que “la Inquisición española y la expulsión de los Judíos de España en 1492 jugaron un papel muy importante en impulsar familias enteras a irse a Portugal”. El mismo González (2017, pág. 15) establece que “Luis de Carvajal pertenece a una generación de cristianos nuevos, acusado de ser seguidor de la Ley Mosaica”, que si bien el mismo autor señala que Carvajal nunca aceptó esta imputación ante el Tribunal, hay evidencias de que era miembro de esa generación de cristianos conversos o nuevos cristianos. No hay duda que fue marcado por las circunstancias que rodearon su vida, A temprana edad —10 años dice Temkin (pág. 41) — quedó huérfano, su formación terminó al lado de su tío materno “Duarte de León” (Ibidem), de quien aprendió navegación y las negociaciones comerciales, según afirma González (2017). Duarte de León fue a Benavente para llevarlo a Lisboa, sitio en el que permaneció tres meses; de ahí lo envió a Cabo Verde donde pasaría los siguientes 13 años de su vida. Durante esa etapa, el joven Carvajal forjaría sus habilidades, que serían útiles para cumplir su destino en la conformación del Nuevo Reino de León. En su estancia de Cabo Verde, aprendió contabilidad y algo de formación militar, al grado que fue nombrado por el rey de Portugal su “tesorero de los derechos y haciendas de los difuntos que fallecieron en las islas de Santiago y Fogo en Cabo Verde y Guinea”. Temkin (2017, pág. 43). Luego de Cabo Verde, regresa a Lisboa, de ahí a Sevilla donde se casa con la hija de Miguel Núñez y Blanca Rodríguez, doña Guiomar Núñez. De ahí emprendería su viaje hacia el Nuevo Mundo. Para viajar al continente americano, debió mentir, adulterar documentos o lograr que alguien

Los tres sucesos anteriores acontecidos el mismo año de 1492 y los tres determinantes en la vinculación de Carvajal con el Nuevo Reino de León. Durante la conquista y colonización de los moros sobre España, hubo un sector o grupo poblacional en creciente en los territorios españoles. Este grupo es el de los judíos, quienes además de practicar su preferencia religiosa, poseían en alto número de ellos, gran riqueza patrimonial y financiera. El empoderamiento de los reyes católicos tras la expulsión de los musulmanes y su cercanía con el Papa y la Fe católica, los llevó a endurecer las políticas contra la aceptación de los judíos radicados en suelo español. Esta persecución implicaba que los judíos debían convertirse al catolicismo, practicar la fe cristiana y abandonar las prácticas judías, lo antes sin poder gozar de los mismos privilegios que los españoles considerados de abolengo o de raigambre étnico español. Sin embargo, la conversión al cristianismo no era un salvoconducto para los judíos conversos. “Una fracción de ellos fue acusada, justa o injustamente, de seguir practicando el judaísmo, acusaciones que ayudaron a establecer la Inquisición española…”. (Temkin, op. cit. 35). Ser converso no era garantía de poder sortear la persecución que bajo la excusa religiosa tenía también sus tintes económicos y políticos. Es el caso de la familia de don Luis; quien nace en Mogadouro, provincia de Braganza, límites de Portugal con España, quienes se desplazaron a ese país por el peligro que corrían los judíos y los criptojudíosi en los dominios de los reyes católicos. Al respecto, González (2017, pág. 11) señala “que el nacimiento de este personaje [Luis de Carvajal] en el lugar señalado fue accidental, ya que el resto de la familia Carvajal nació en Benavente, de la provincia de Zamora, Junta Castilla-León”.

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se hiciera de la vista gorda; las leyes del momento prohibían que cualquier “judío, moro o cristiano nuevo” Temkin (2017, pág. 46) viajara al Nuevo Mundo español, incluso había restriccionesii para los portugueses. Carvajal estaba impedido al menos por una de las restricciones, por no decir que por tres de ellas, así que debió viajar desde las Islas Canarias —ya desde entonces un paraíso para evadir las leyes—. El Nuevo Mundo representó para Luis de Carvajal de la Cueva un espacio de desarrollo, de superación y donde sus ambiciones cobraron dimensiones muy elevadas. Esas ambiciones le ocasionaron enemigos terribles, quienes disputaron con él el poder y la riqueza y que le llevaron a terminar su vida llena de acusaciones donde sus enemigos construyeron sobre su persona una verdad diferente a la que hoy conocemos gracias a la revisión histórica que nos ofrece Carlos González Rodríguez. Lejos de ser una vida manchada por los fervores religiosos y anti judíos; es una historia de intrigas políticas, de manejos opacos en las esferas de gobiernoiii y corrupción de funcionarios públicos. La vida de un hombre del poder que terminó aplastado por las mismas torceduras del poder. El gobierno en ese entonces era representado verticalmente por el Rey Felipe II, y los virreyes con quienes debió interactuar Luis de Carvajal, que dicho sea, hubo los que fueron sus aliados como el Virrey Martín Enríquez y los que lo reprobaban como el Virrey Álvaro Manrique. iii

Son judíos conversos al catolicismo para cumplir con la ley impuesta, pero que en la intimidad de sus casas practicaban la religión judía. Generalmente a los hijos se les inculcaba la fe judía hasta alcanzar la edad para comprender, con lo que evitaban indiscreciones accidentales de los menores. ii Luis de Carvajal de la Cueva, aunque nunca lo confirmó, fue acusado de prácticas judaizantes, por lo que, conociendo sus antecedentes, es probable le hubieran negado el permiso de salida al Nuevo Mundo. Otra restricción es que de no ser reconocido como judío, sí era un criptojudío, además que probadamente nacido en Portugal, aunque sus padres fuesen españoles. i

Bibliografía González Rodríguez, Carlos. Poderoso señor Capitán Don Luis de Carvajal y de la Cueva. UANL, 2017. Mty. Méx. Temkin, Samuel. Luis de Carvajal de la Cueva, los principios del Nuevo Reino de León. FCPyRI, UANL. 2017. Mty. Méx

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LA BÚSQUEDA DE UN

IDIOMA

NAZARIO SEPÚLVEDA

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L

a obra cinematográfica llegó ¡claro! A pocos cines. La obra

tenía y tiene ¡por supuesto! poca publicidad, a diferencia de ese engendro titulado Avengers, que además está en muchísimas salas y se le otorgaron ¡obvia y obligatoriamente! Tres estrellas que establecen que es muy buena y en cambio, al filme mexicano no le dieron ninguna, pues sin duda ni la han visto y si lo hicieron, ni la entendieron y de esta suerte, el estreno de un filme mexicano no le dieron ninguna, pues sin duda ni la han visto y si lo hicieron, ni la entendieron y de esta suerte el estrenos de un filme mexicano en esta ciudad muestra el total entreguismo y la ignorancia de los recomendadores oficiales de los medios locales y esto es lo normal(?), lo correcto(?), y así se ha estado proyectando una película que fue elogiada por los medios de la Ciudad de México en forma justa y aquí en Monterrey, sólo dos diarios la ha valorado como se lo merece y los demás medios, han puesto en práctica eso que tanto aquí se acostumbre y que puede definirse como “El silencio de los indecentes”. En fin, aquí ha podido conocerse con dificultades una película excepcional: Sueño en otro idioma, se llama Ernesto Contreras, quien previamente dio muestra de su talento como cineasta hace unos años con su filme Párpados azules, acerca de una joven solitaria que vivía en la capital y aquí, Contreras mostraba una sensibilidad poco frecuente en el actual cine mexicano y ahora sorprende en gran forma con el retrato complejo del mundo indígena de una región tropical del país y rechazando al melodrama y la imagen turística y superficial del mundo indígena que está más presente que nunca en la caótica realidad de este país, Contreras, sin demagogia y falso exotismo, construye un mundo en el que el realismo mágico está muy presente y aunque no exista el grupo étnico cuyo final ocurre y el idioma que está a punto de desaparecer en forma inevitable, se establece la triste realidad de los muchos pueblos indígenas que se han perdido junto con su idioma y su cultura y nada puede desplazar estos

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mundos desaparecidos. En el filme sólo quedan dos hombres ya viejos que conocen plenamente la lengua que aprendieron de niños y el joven lingüista que desea preservar y conocer la lengua casi extinta, no toma actitudes racistas ante ellos y busca en forma sincera el respeto de ellos y de uno, lo consigue fácilmente, más del otro, el rencoroso que guarda un obstinado silencio ante el que mucho tiempo atrás era su amigo más íntimo, obtiene tras un acto de violencia narrado en un flashback bastante bien filmado un rechazo que se irá explicando en las escenas del pasado de ellos cuando eran jóvenes y felices y cuando se amaban. Sí, se amaban cuando formaban parte de la feroz naturaleza en la que vivían y las imágenes de ambos cuando gozaban del mar de la costa del Golfo, son precisas y discretas y evitan el morbo y la explicación inútil del porqué de su relación. Contreras, los muestra unidos por sus gestos y actitudes y sólo en una secuencia, cuando uno le reclama al otro que lo haya dejado por preferir a una mujer, se utiliza el lenguaje gestual y el silencio, asumido con tristeza por el abandonado y con rabia y disgusto por el otro joven se establece la ruptura y la muerte del idioma de ellos y todo esto, tuvo que ser descubierto por el joven lingüista, muy bien personificado por un joven actor llamado Fernando Álvarez Rebeil que ojalá siga actuando en futuras películas, pues casi no hay actores conocidos en este cine. Sueño en otro idioma y el verdadero buen cine mexicano de los primeros veinte años de este siglo. Aquí los personajes condenados a desaparecer, con su moribunda cultura y su lenguaje verbal, constituyen un mundo aparte que los mexicanos dizque cultos y muy contemporáneos jamás conocerán. Un mundo mítico y poético, cuyo umbral es la entrada a una caverna en la que se han refugiado los muertos de esa etnia. El paso adentro de la cueva, le es negado al lingüista pues él es un extraño y por ello, al final, no presenciará cuando

Juan Pablo de Santiago, Fátima Molina, Hoze Meléndez

Eligio Meléndez (Evaristo), Manuel Poncelis (Isauro)

el anciano resentido y temeroso se acerque al lugar y ocurra un diálogo de reconciliación con su amigo que fue su amante y luego el hombre al que más odió. El cineasta tuvo el acierto de emplear los subtítulos del diálogo que sucede entre los dos y el que ya reside en el interior del lugar, invita al último miembro de la etnia a que se reúna con él y éste, tras titubear, ingresa al lugar y así desaparecerá todo vestigio de este pueblo y su idioma se perderá para siempre y la película, ennoblece a los pueblos indígenas de este racista país tan lleno de discriminación y prejuicio hacia los habitantes originales de México y esto explica, en parte, que el filme haya sido discriminado por la ignorancia y la incultura de los que pretenden hablar e informar sobre el cine que llega a la ciudad y solo se ocupa del comercialismo prepotente de Hollywood y ante el cual se someten gustosamente. Mientras tanto, se comenta en la capital que Sueño en otro idioma, puede ser considerada la mejor obra del año en el cine nacional y a los de aquí, sólo les interesa Hollywood y se niegan ver y comprender el idioma poético del filme de Contreras. Así están las cosas.

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DOS CARTAS DE

F ELIPE GUERR A CASTRO Víctor Barrera Enderle

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F

ELIPE GUERRA CASTRO

(Monterrey, 1881; Chihuahua, 1922) es nuestro primer escritor moderno. La modernidad radica aquí en la voluntad de ser un creador autónomo, un poeta profesional (una aspiración impensable en los autores de las generaciones pasadas). La imposibilidad de conquistar esa autonomía también revela esa condición de artista marginado, tan propia de la vida moderna. Formado en el Colegio Civil, muy pronto adquirió fama de literato (no sólo por sus escritos, sino por su conducta pública: rechazo a las convenciones sociales, politización radical). En el segundo tomo de sus Memorias, dedicado al Colegio Civil, Nemesio García Naranjo describe así al poeta: “… alguien me señaló a un joven de estatura regular, color moreno, ojos vivos pero bondadosos, muy mal peinado y desaliñadísimo en el vestir, y me dijo en tono que fluctuaba entre la admiración y el misterio: es un literato, se llama Felipe Guerra Castro y el doctor Garza Cantú dice que le aguarda un porvenir brillante en las letras.” El doctor Garza Cantú, autor de la primera historia cultural del estado (que cierra precisamente con los versos de Guerra Castro), no fue el único en augurar un destino brillante al poeta. Sus compañeros, como Héctor González, veían en él a un escritor en ciernes.

publicados en el periódico y los manuscritos del propio Guerra Castro) y dio a la imprenta, finalmente, La única mentira, acompañada de un profundo estudio crítico y textual. En 1903, la vida del poeta da un giro drástico. Su postura radical, contraria a la del gobernador Bernardo Reyes, lo llevó a manifestarse y pronunciarse como adversario del mandatario. Esto le costó el exilio del estado. Aquí comenzó su trashumancia y también su alcoholismo. Vagó y malvivió por diversos lugares, con esporádicos retornos al suelo nativo. Al estallar la Revolución, consiguió algunos empleos como secretario o tinterillo de militares. El genio se malogró, tal como escribió, en 1935, Eusebio de la Cueva: “… no alcanzó, como poeta, las alturas máximas del genio, pero sí se posó, por instantes, rozando apenas, las cumbres superiores del pensamiento poético.” Murió en Chihuahua, victima de sífilis y de tuberculosis, en 1922. Trece años después, sus restos fueron trasladados a Monterrey, y ahora reposan en el Panteón de Dolores, bajo una cripta esculpida con el poema “Delirio”, obra de Dante Decanini.

En un charco de sangre, allí estabas tendida para siempre callada, para siempre dormida, con los ojos abiertos muy abiertos.... abiertos y mirándome siempre como miran los muertos, sin amor y sin odio, sin placer ni amargura, con sutil ironía y a la vez con ternura. El puñal en mi diestra todavía humeaba… Fue también nuestro primer novelista: La única mentira se publicó, por entregas y de manera inconclusa, en el periódico regiomontano El Siglo Nuevo en 1901. En 2010, Florencia Romo recopiló todos los materiales existentes (los capítulos

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Las dos cartas que se presentan a continuación (o, mejor dicho, una carta y el fragmento de otra), fueron remitidas a su amigo regiomontano Alfredo González; en ellas da cuenta de su vida y de su vocación literaria. Estos documentos fueron rescatados por Florencia Romo e incluidos en la edición crítica de La única mentira (Monterrey: UANL, 2010)

de un tren ya listo salir a Satillo. Y el tren partió: y en él partí yo, juntamente con un amigo de carne y hueso y dos amigas de vidrio, llenas de cierto líquido cuyo nombre no he de mencionar. Y llegamos a Saltillo. Y llegamos a Saltillo. Y, como allí supimos que las fuerzas del General Murguía2, que suponíamos en sabinas y en las cuales íbamos a incorporarnos, hallábanse ya en Torreón, a Torreón fuímonos, no sin haber corrido el riesgo de quedar reducidos a tortilla a medio camino, pues el tren que pensábamos aprovechar (y que no aprovechamos gracias a una “providencial” borrachera que cogimos en el Hotel Coahuila) fue alcanzado por un tren de mercancías en General Cepeda; y tal vez recuerdes, ya que la prensa publicó la noticia, que en aquel accidente perecieron todos los pasajeros de primera. Una vez en Torreón extendióseme nombramiento de Teniente Coronel defensor de oficio, adscrito al juzgado Instructor de la División, con lo que dicho está se me dio una verdadera canonjía. Y papalinas van, y papalinas vienen, con una más que regular salimos de Torreón rumbo a chihuahua el día 13 de noviembre del año de gracia de mil y novecientos diez y seis. En Jiménez permanecimos algunos días, y ahí supe de una bebida que llaman “sotol”, desagradable al paladar, sobre toda ponderación. Pero, como a falta de pan, buenas son tortas, y como ahí dimos con un buen amigo y paisano, el Ingeniero Chamberlain, aficionado a los “fogonazos”, a fuerzas de medias botellas nos la fuimos pasando, y sin más novedad que el espectáculo de unos cuantos colgados en Horcasitas y la visión cinematográfica de estas llanuras escuetas, en que aquí un puente quemado y provisionalmente reconstruido, allá una locomotora despanzurrada en que los mechones de óxido fingen grandes coágulos de sangre, más allá el esqueleto retorcido y aún convulso de algún furgón abandonado, cuya madera se utilizó acaso para encender fogatas, llegamos a esta ciudad no sé qué día, de los primeros de diciembre. Y, a pesar de todas las disposiciones prohibitivas en cuanto a la venta de bebidas

Chihuahua,11 de diciembre de 1917 Señor Prof. D. Alfredo González Botica y Droguería Central Monterrey, N. L. Mi estimado amigo: Por fin, rompo el prolongado silencia en que había permanecido, (todo en sentido figurado, por supuesto): y, al romperlo, es mi propósito echar un párrafo contigo, siempre que obedientemente me sirvan de intérpretes la maquinilla de escribir frente a la cual me hallo en estos instantes, el papel que en el rodillo he puesto, las manos que un frío cuasi polar entorpece y unos cuantos colaboradores más, de secundaria importancia para el caso. Y, roto ya ese silencio, dedícome a hilvanar los mil pedazos a que ha quedado reducida, para ver si logro formar con ellos algo que a una carta se parezca. Entro, pues, por la puerta del exordio y, como si anduviera sobre ascuas, paso a reseñar brevemente las mil y una aventuras, desventuras y bienaventuranzas de mi vida, desde que mis instintos volanderos me sacaron de Monterrey, ha poco más de un año. Y sucedió por aquel entonces que el tedio… y el alcohol llegaron a henchirme hasta rebosar y salirme por la coronilla. Y vi que “todo era vanidad y aflicción de espíritu”1. Y una noche sin decir tus ni mus, provisto de un “pase” que, por “interpósita persona”, hice llegar a mis manos, metíme, como Pedro por su casa, en un carro. Y el carro formaba parte

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embriagantes, la “parranda” siguió en actividad plena. Y aun así seguía cuando, al adcribírseme a los Juzgados permanentes, y al defender a seis reos de rebelión, a cuatro de ellos les tocó la de malas de un Consejo de Guerra Extraordinario (aun estaba en vigor la tremenda ley del 25 de enero de 1862): y cuatro fueron fusilamientos en la Penitenciaría me sirvieron como primer ensayo. Afortunadamente, no se me han echado a perder más clientes. Ahora, con el carácter de Juez, ¡quién sabe cuántos me reserve la suerte, sobre todo, al ponerse en vigor la ley de suspensión de garantías, que se está discutiendo en las Cámaras! Por cierto que el nuevo nombramiento, al cual varias veces le hice ¡fuh!, por la mayor responsabilidad y el menos tiempo disponible que implica el cargo, me ha traído un inestimable beneficio: ¡YA ME CORTÉ LA COLETA! Tú no lo creerás, acaso: pero es la pura verdad y la verdad pura, purísima, tal como lo estás leyendo. El milagro ha sido completo, y aun yo mismo me quedo admirado, no sin lamentar, (aunque discretamente, ya que lo pasado no se remedia con jeremiadas) tantos y tantos años mal vividos, bien “bebidos” y divinamente despilfarrados. Tal es el caso. Si en él se verificara, una ve más, lo que la sabiduría popular expresa cuando dice “harto el diablo de carne, metióse fraile” o si, para llegar a la raíz de semejante renovación hay que ahondar más en el terreno psicofisiológico, es asunto en que no pretendo meterme, por los muchos bemoles que deja traslucir. Y ahora, pasemos a otro capítulo. ¿Qué me cuantas de tu vida?, ¿cómo están tu señora y tus chiquillos?,¿qué vientos corren por esa ínsula hoy de don Nicéforo3 y ayer de Pablito4?, ¿qué has sabido de José, a quien escribí poco después de haber llegado a Chihuahua, sin que me haya contestado?, ¿qué…? Bueno: ya va largo el interrogatorio. Da por escritas las preguntas que faltan, y escríbeme larga, muy largamente, ya que mi nueva vida me permite, no solamente leer lo que mis amigos escriban,

sino también contestarles con amplitud kilométrica. Quedo, pues, en espera de noticias tuyas, y seguro de que no habré de permanecer así hasta las kalendas griegas, saludo muy atentamente a tu estimable familia, así como al señor Prof. Ortiz y demás personas que de mí se acuerden, deseándoles un año nuevo muy feliz.

Te saluda cariñosamente la mano tu afectísimo y viejo amigo, Felipe Guerra Castro.

Chihuahua, 30 de noviembre de 1921 Señor Prof. D. Alfredo González Botica y Droguería Central Monterrey, N. L. [La enfermedad] no me imposibilita para escribir, aunque de vez en cuando rengloncitos desiguales de aquellos que suelen llevar consonantes en las puntas y en los que, según Ricardo Palma, “hay que poner talento”, circunstancia que olvidan tantos versificadores de la nueva hornada. Pero como sucede que cada día se vuelve más y más fuerte mi obsesión por alcanzar la inaccesible perfección de la forma, la producción es muy escasa.

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Entre los papeles que por este mismo correo te mando, hallarás algunas muestras, cuyo examen atento te demostrará que ya no sólo evito, como desde hace algún tiempo lo evitaba, la repetición de una misma vocal acentuada en un verso, sino que también huyo de las sinalefas, como si en ellas estuviera el demonio… y en la existencia de éste creyera todavía. Ignoro si mañana o pasado me iré poniendo nuevas dificultades parala producción poética, pero es indudable que, si mi ejemplo fuese contagioso, la cosecha de versos que ahora es tan abundante entre nosotros, reduciríase mucho en cantidad, para ganar un poco en calidad. ¡Como que ya no se lee una sola de versos en las revistas que se titulan literarias, sin que se nos crispen los puños para destrozarlas, ya que no pueden crisparse sobre el gaznate de los innumerables grajos que por todas partes nos taladran los tímpanos, proclamándose ruiseñores! Pongo punto, para no entrarme por los espinosos matorrales de la crítica, y sigo refiriéndome a mi añejo proyecto: de publicar una selección de mis versos. Como en ella, si me atuviese a las indicaciones de la obsesión que antes aludo, no quedaría lugar para mis composiciones antiguas, (algunas de las cuales precisamente por defectuosas, me han dado la fama “caserita” de que gozo como poeta, y hasta me han rodeado de cierto fulgor de leyenda); como al no figurar en ese libro algo de lo escrito antes de 1920, la obra no reflejaría mi evolución artística ni constituiría otra cosa que un simple cuadernito, pienso que tú podrías decirme, con imparcialidad, cuáles de las composiciones mías que conoces, merecen formar parte del libro en proyecto. Testigo de la marcha seguida por mí desde que hacíamos pinitos literarios, en épocas remotísimas, tú te hallas en condiciones de aconsejarme con más acierto, para que la colección contenga lo que debe contener, ni más ni menos. Ya dispensarás está nueva lata…

Eclesiastés, 1-3: “Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.” 2 Francisco Murguía López de Lara (1873-1922), fue un general constitucionalista. 3 Eclesiastés, 1-3: “Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.” 4 Francisco Murguía López de Lara (1873-1922), fue un general constitucionalista. 1

Felipe Guerra Castro

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El

mantel de los

banquetes Gerson Gรณmez 59


Y

a te lo he dicho

de nuestras luchas en los predios, de las peleas ideológicas, de las plagas de sarna, de piojos, de los primeros descubrimientos sexuales en las cuevas del cerro. Puras tragedias, con sus muertos y desaparecidos. Vamos a la cantina, a refrescar la garganta mientras va cayendo el sol. Te invitaré a mi cuarto, pero más tarde, cuando ya corra el viento fresco de la tardenoche. Vivo en esos cuartos despostillados de la vuelta. No tienen rejas ni cristales. Solo el cuadro desnudo donde alguna vez existió el ventanal de una familia. Se murió el viejito fundador de tristeza y el chaparro cacarizo, ese sentado en el escalón de la calle, entró de posesionario. En el centro de la ciudad hay un montón de propiedades abandonadas. Sin herederos, los predios se vienen abajo. Pierden los techos con las lluvias de mayo o septiembres. Forzar las puertas hasta derribarlas es el deporte clásico de los menesterosos. Las recamaras de sillar son refugios de malvivientes ocasionales. El problema social. Luego andan buscando los papeles. ¿Cuáles? Si se pierden. A menos ir a buscarlos al gobierno del estado o en el municipio. A nadie le interesa conocer quiénes están en posesión. Solo si pagan el predial. Si están al corriente con las cuotas. Está tan buena la cerveza desde el destape. Huele distinta y sabe a nueva, los dioses nos están premiando. Como si la estuviéramos tomando directa de la llave, del tanque en el jardín de la Cervecería, debajo de los árboles centenarios. Nos va a durar muy poco la caguama. Espacia el trago, no te lo tomes de un tirón. Dale oportunidad a respirar. Se deslice con suavidad por la garganta. Que las burbujas hagan el papel de refrescarte. Necesitas ser menos atrabancado. Depositar la confianza en la gente buena. Pareces chivo corriendo por una cristalería. Te voy a enseñar modales citadinos. Desde mañana a primera hora vamos a comenzar las clases intensivas.

mil veces,

aprende a socializar. Habla con quienes te rodean en la cantina. Sin buscar pretextos o andar con la cara larga. Entiende. La gente de Monterrey es distinta. Aquí no estas peleando una lucha imaginaria contra la border patrol. Apañarte los de la migra no pasará. Estas del otro lado del río Bravo. Aquí todos hablamos español, como tú. Observa con atención. Ya fui a la barra para tirar mi verbo. Conseguí con Martha, la cantinera de cabello corto, la cerveza fiada. Crédito para beber en paz. Sin estar con la zozobra de estar contando los escasos pesos. A esta hora los sábados transmiten por televisión satelital los partidos de futbol soccer. Podemos estar viéndolos. Celebrar las anotaciones. Imaginar la victoria suprema. Ya estoy cansada de estar caminando sin rumbo fijo. Intentando encontrar un auto abierto, una puerta sin cerrar, algún billete olvidado, monedas sin dueño. Apañando a los confiados sus herramientas. Algo para ir a empeñar. Si los he escuchado a los del taller de torno, méndigos metiches, de bajar rápido la cortina de acero o cerrar la puerta si les pido un vaso con agua. “Vete de aquí pinche maricón, la otra vez nos birlaste una llave stillson y la mochila con la ropa del velador”. Viejas rencillas. Puras fallas de esos culeros. Ven una persona humilde y la quieren azorrillar. Nunca me he dejado. Soy rete valiente. Jamás le saco a los trancazos. A ponerle en la madre algún pasado de lanza. Luego le andan hablando a la granadera para llevarnos detenidas a la Alamey. Desde joven, por allá del rumbo del Topo, en la zona de Tierra y Libertad llegaron mis padres a avecindarse. Me hice de mi nombre de guerra, Sonia “la loca”. Nací en una ranchería perdida de San Luis Potosí, con el nombre de Aristeo, igual a mi papá. Al rato te sigo contando la historia familiar,

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Ya te lo he dicho mil veces, aunque llevemos apenas dos días de conocernos. Sociabilizar te va a abrir muchas puertas. No te creas mucho por tener los ojos verdes, borrados, tan lindos y atractivos. Todos los días llegan muchos inmigrantes con hambre de aproximarse al gabacho. Iguales a ti. Con una mano atrás y otra adelante. La mochila descocida y el zipper descompuesto. Los calzados sin suela y los pantalones caídos en desgracia enflaquecida. Maltratados y hambrientos. Sin la oportunidad de redención. Con la falsa expectativa de colarse de mojados, detrás del muro imaginario de Trump. Me di cuenta como le pagaste a Martha la caguama. Ella me enseñó la moneda grande plata. Me mentiste. Aparte de antisocial eres mentiroso. Yo así no puedo salir contigo o invitarte a mi cuarto. Vas a tener la necesidad de ganarte la confianza de nuevo. Ni modo. Si me vez con la ropa translúcida mostrando mis pechos puntiagudos, no me receles, han sido alimento generoso de muchos como tú, quienes han habitado mi cuerpo. Soy el mantel fino de la mesa de banquetes. Aquí vas a encontrar la mejor compañía. Mis caricias te harán dormir en paz. Recuperar al aliento y la brújula perdida. Seré el manual de supervivencia personal. Una oportunidad única en bandeja de plata. Busca entre las bolsas del pantalón para ver si tienes otra moneda. Me la das al rato cuando nos fuguemos a mi cuarto. La llevas lista para el intercambio. Yo la voy a administrar. No andes tirando a lo pendejo el parque. La ciudad está llena de gente picuda. De ladrones con uniforme de policías y de sicarios con aspecto de vendedores de flores en cada esquina, con un revolver oculto en la cintura y una bala con tu nombre, esperando darte la bienvenida a Monterrey.

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RAMIRO ESTRADA SÁNCHEZ (12 de agosto 1941-8 de mayo de 2018)

S

J.G. Martínez emanas antes de su partida,

Ramiro Estrada envió a la redacción de la revista Vuelo un poema para su publicación. En él repudia la guerra, la violencia y la muerte que lleva en sus entrañas. Excelente declamador, en su juventud, de los poetas clásicos. Pero, desconocemos su producción poética y la cantidad de este género que guardan sus archivos. En la introducción de La parábola del quijote, cuentan los prologuistas que aprendió a leer antes de ingresar a la escuela, lo iniciaron sus padres —Antonia Sánchez y Miguel Estrada— en la búsqueda de sonidos y misterios que ocultan las palabras. En Concepción del Oro, Zacatecas, municipio donde nació, realizó sus estudios de instrucción primaria y parte de los de secundaria. En esta institución creó y dirigió el periódico estudiantil El Cachorro, luego lo llamaron para que se hiciera cargo del periódico local Eco del Norte. Cuando se traslada con su familia a Monterrey, lo inscriben en la Secundaria Número 3 “Prof. Plinio Daniel Ordoñez”. (En ese tiempo era director el profesor José A. Ramírez, contaba con una planta de experimentados maestros: Baldemar Cantú, Plutarco Sánchez y la maestra Judith Guerra del Castillo, siempre atenta a defender a sus alumnos). Al terminar el bachillerato, por su vocación se matricula en la Facultad de Derecho. En el trayecto de la carrera, conoce a Baldemar Peña y a través de éste al hermano masón Armando Leal Ríos.

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Se multiplica en su actividad creativa, escribe para Palestra, El Quijote, Revista Fuego, Crónica 7; Pasa luego a ser editorialista del periódico El Porvenir, y por corto tiempo en El Nacional de Monterrey. Visto así, en forma escueta, la trayectoria intelectual de periodismo creativo, parece fácil; pero, sólo el escritor percibe las dudas, la zozobra, de ir ajustando la palabra al pensamiento y el pensamiento a la palabra. En esto, Ramiro Estrada fue siempre muy cuidadoso. Disfrutaba la musicalidad de las palabras que, como abalorios al tocarse, producen armonías gratas al oído. Por este motivo, se aficionó a memorizar gran cantidad de poemas, que en ocasiones especiales, declamaba para sus amigos más cercanos. El placer de la lectura y la creación orientaron el rumbo de su vida. En La Parábola del Quijote, reunió una parte de su producción periodística, los considerados de mayor valor intelectual. Tomó los dedicados a Fray Servando, Ricardo Flores Magón, Antonio I. Villarreal, Ramón López Velarde, Ángel Martínez Villareal, Alejandro Gómez Arias y José Alvarado, entre otros. Poetas y pensadores que influyeron en su estilo literario. Soñó con aparecer entre los articulistas de la revista Siempre!, sus modelos a imitar fueron: Alejandro Gómez Arias, José Alvarado y José Pagés Llergo. De los poetas detestaba la veleidad y la sutileza empleadas para evitar compromisos con la realidad y sobre todo con las causas populares. Les pedía: “Que la poesía deje los cenáculos del esnobismo, las cofradías herméticas. Que se confunda con la pasión del pueblo. Y será, otra vez alimento, raíz, báculo, bálsamo, himno de rebelión, causa libertaria, expresión de insurgencia”. Exigencia suficiente para arrojar a los poetas pusilánimes del templo de Safo. Entre los polemistas su admiración primera es para fray Servando, luchador infatigable por la independencia de México y de toda Indoámerica, como prefiere llamarla Ramiro Estrada.

De José Alvarado, escribe emocionado: “No olvido la firmeza de su pluma. Su vehemencia humanista. Su esclarecido patriotismo. Su ironía”. En otro fragmento sentencia, con ecos bíblicos propios de Salomón: “Bienaventurados sean, los que son a la semejanza de Alvarado. ¡Bienaventurados!. Porque desde el reino de la historia presiden el progreso de la humanidad”. Ramiro Estrada fue un periodista honorable, comprometido con sus ideales y con las causas populares. Esto en su tiempo lo sabían todos. En cambio muy pocos conocieron sus cuentos, sus novelas y, mucho menos los poemas que fue guardando con esmerado celo. Como creador de ficciones fue publicando paulatinamente las novelas: Tiempo de Libertad, 1981; La Isla de los Dictadores, 1984; La muerte del Señor Gobernador, 1984; El General de la Esperanza, 1993; Morir en la Penumbra, 1993. En las primeras crea un espacio —Condeoro— para que sus personajes vivan y se desarrollen, luchando por conseguir sus anhelos y concretar sus sueños. Condeoro, formado por las primeas sílabas de Concepción del Oro, es equiparable, en cierto sentido, a Macondo de García Márquez; Santamaría de Juan Carlos Onetti; Comala de Juan Rulfo; El Reino de Raúl Rangel Frías. Todos espacios de ficción. Sus primeras novelas intentan caracterizar y definir los movimientos sociales sucedidos en indoámerica. Condeoro, puede localizarse en México, Nicaragua, el Salvador o Colombia. Busca por intrincados caminos desentrañar la mentalidad de los dictadores y los pasos a seguir para construir una verdadera revolución. Mientras el hombre siga deformándose por la ignorancia, la injusticia y la miseria, tendrán validez las propuestas revolucionarias de los personajes creados por Ramiro Estrada Sánchez.

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En la novela Morir en la Penumbra, teniendo como modelos La Estrella Vacía de Luis Spota y Zona Sagrada de Carlos Fuentes quienes describen a divas del teatro y del cine, en su esplendor, la paulatina caída para terminar, finalmente, rodeadas de recuerdos y en plena soledad. Ramiro Estrada intenta explicar analizando todas las aristas, el pensamiento de una actriz en decadencia atrapada por el abandono, la soledad, y condenada a vivir en la penumbra. Sus novelas pueden quedar insertas por tratar problemas sociales, con personajes identificables, del momento, descritos con prosa ágil y elegante, entre las enmarcadas en el realismo social. Los últimos cinco lustros trabajó para administraciones priístas. En Ciudad Guadalupe como secretario de gobierno y posteriormente en Ciudad Apodaca, en sendos municipios puso por encima de todo su honorabilidad. Fue masón toda su vida. Escribió la biografía del doctor Ángel Martínez Villareal, segundo Rector de la naciente,

en aquellos años, Universidad de Nuevo León. Estudio biográfico que le sirvió para fortalecer su posición ideológica. Lo dio a conocer con el título de Buena Tarde Ángel, en 1985. Como cronista de Apodaca dejó investigaciones puntuales, a las que recurrirán por necesidad los historiadores del futuro. Apodaca puerto aéreo de Nuevo León, 1985; Apodaca con la fuerza de su historia, 2002. En vida recibió homenajes y reconocimientos, de la sociedad de cronistas e historiadores, de munícipes de Apodaca y también de su natal Concepción del Oro, Zacatecas. Decíamos al principio de esta nota que, semanas antes de caer enfermo, envió para su publicación a la revista Vuelo un poema. De sus palabras emerge su estricto sentido de lo humano. Desprecia la justificación de la violencia y de la guerra. Se publica ahora como un homenaje mínimo a su memoria.

F acultad de F ilosofía y L etras de la U niversidad A utónoma de

Ciudad Universitaria, 2018

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N uevo L eón


¿QUO VADIS, HOMO SAPIENS ? Ramiro Estrada Sánchez / 1970 Dedicado a los que hacen la guerra ¿A dónde vas, hombre sin nombre, despojo de tu siglo, producto de tu ciencia? ¿A dónde vas con tu bagaje de armamento y de locura, con tu pobreza de espíritu y tu afán de destrucción? Los niños tienen hambre, los niños mueren tristes y ellos son el renuevo de tu sangre y de tu amor. ¿A dónde vas, hombre del mundo, con tu confusión a cuestas, con tu báculo-bazuca y tu enorme espada-cruz? Detente. Mira que el sol aún alumbra y a cada mañana la vida amanece con un nuevo esplendor. Detente. Piensa en los niños, piensa que una sonrisa de ellos vale por mil conflictos y por toda tu altivez. Detente, hombre sin nombre, huérfano del tiempo: tu brazo todavía puede salvar la humanidad. Y todavía en el nombre de la gloria del hombre, puedes cantar el himno de la esperanza y la paz.

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El aquí yy el Ahora Armando González Rodríguez

¡

HOLA! Soy Armando González, el que nació en el año 1940. Aclaro el año por-

que hay otros tres muy cercanos a mí con el mismo nombre y apellido; el primero fue mi padre, el primero en repetirlo soy yo —no me gusta la palabra segundo—, el primero en llevarlo por tercera vez es mi hijo y el primero en llevarlo por cuarta ocasión es mi nieto. Todo este juego de palabras lo hago a manera de presentación, tratando de sacarle “jugo” a este pequeño ensayo, como lo hacen los toreros con los toros desde que salen al ruedo, recibiéndolos de rodillas y dándoles el mayor número posible de capotazos.

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Siento un gran respeto por esa cultura taurina heredada de los españoles, tan dados en la madre patria por hacer un arte casi de todo, como es el caso de volver un verdadero arte la actividad peligrosa de criar y dominar ganado bravo. Bonita frase la del título de este escrito. La he visto muchas veces desde hace tiempo y ahora me la encuentro muy frecuentemente en las redes sociales. Lo que dicen los mensajes, aconsejándote, es que vivas el presente con intensidad, que no te detengas a ver el pasado, que le des vuelta a la página, que el pasado no existe. Del futuro ni hablar, pues dicen que aún no llega. Concéntrate en el hoy y no pierdas tiempo, sentencian. A mí no me convencen estas recomendaciones porque soy de pensamientos de largo plazo. Yo puedo decir que el presente es transitorio, que dura poco, etcétera. Pero no quiero seguir por ese camino porque pienso no me lleva a alguna parte. De la misma manera que el año tiene cuatro estaciones, mi vida la concibo también por etapas. Para mí, la primavera es la estación de las flores, es como un despertar a la vida, llenos de intercambios de polen, de esencias, hasta de besos y de fluidos. Pero ahí empiezan más no terminan las cosas, solo es un presente con un mañana que se llama hijos. Así, en la primavera sólo se inicia la gestación, pues los frutos se verán en un futuro que sí existe, ya que al final del verano los veremos en forma de cosechas; luego empieza el “ahora” del otoño, de mucho trabajo para procesarlas preparando vinos si se cultivan uvas, o harinas si se trata de trigo, etcétera. Al mañana del otoño se le llama invierno y es toda una promesa de tiempo libre para la reflexión, para el recogimiento, para el desarrollo de talentos, de planeación del siguiente ciclo del año —y de vida—.

Me gusta la idea de ponerme en sintonía con este tipo de procesos naturales, en los cuales estamos incluidos; esto me ha permitido sentir una cierta armonía con el resto de la gente, ya que no me siento agobiado por las prisas que veo reflejados en muchos otros. Para mí el pasado sí existe, ahí están todas mis experiencias que puedo aprovechar para manejar mis dificultades del presente, y el futuro siempre está lleno de promesas, no siempre cumplidas, pero eso es parte de la vida: sembramos bajo la promesa de que nos llegará la lluvia, pero esto no siempre ocurre. Al igual que la lluvia, la cual a veces no llega, yo he vivido con promesas que al final no se han cumplido. Decía mi gran amigo de Mainero, Tamaulipas, Héctor Cuéllar Tamez. “Cuando el valor no se hace acompañar de la prudencia, no es virtud”. Y la prudencia nace del conocimiento del entorno, es decir, del pasado. Lo dicho, Para mí, el pasado existe y el futuro y sus promesas, también. Entonces, juguemos en el presente con eso.

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La Quinta edición del día del

PATRIMONIO DE NUEVO LEÓN LEON Daniel Sanabria Barrios

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INTRODUCCIÓN

E

L PASADO 11 DE MARZO

de 2018 se realizó la 5ª edición de Día del Patrimonio de Nuevo León (DPNL) con más de 64000 asistentes en 150 actividades realizadas por 67 organizaciones (una de ellas, por cierto, “debutante” exitosa, fue la revista universitaria Vuelo) en 94 espacios a lo largo y ancho del estado. Analizaremos solo algunos aspectos que nos ayudarán a profundizar en este programa multiinstitucional realizado desde 2014.

Un evento único

Como lo hemos explicado en diversos ámbitos, el Día del Patrimonio adquiere diversos “rostros” según los países donde se realiza, pero contiene ciertos aspectos en común, como la progresividad en su conocimiento y desarrollo, que no es ajeno a lo que sucede en Nuevo León. Si partimos de los más de 18,000 asistentes de la 1ª edición a esta 5ª, nos daremos cuenta de lo que estamos hablando: A medida que más se conoce, más se participa de él. A diferencia de otras regiones o países donde se desarrolla este tipo de evento (único es el caso en México), en Nuevo León hay un impulso del mismo sin recursos asignados por un Gobierno que lo promueve. En Nuevo León se adhieren los diversos estamentos de Gobierno (federal, estatal y municipal), en torno a un evento inscrito ya en el calendario cívico del Estado desde noviembre de 2015, pero son parte integrante de un Consejo Organizador (donde hay un representante por institución/organización adherente) en igualdad de condiciones a los otros miembros.. Los recursos que mueven al evento, ¿de dónde provienen? Del aporte institucional voluntario (aunque se fija una cifra mínima), de patrocinios y aportes “en especie” (más que nada para publicidad y propaganda

El fin social, presente

El DPNL tiene la finalidad de contribuir a restañar (restaurar) un tejido social muy lacerado por la violencia. La disgregación, las migraciones foráneas e internacionales, hacen de este objetivo, un objetivo preponderante, pues es imprescindible dar a conocer, gustar y disfrutar de la identidad local a sus habitantes, sin perder de vista que esa identidad tiene elementos dinámicos que van cambiando de tiempo en tiempo. Conocer historia, tradiciones, gastronomía, sitios naturales, hace a esa imperiosa necesidad humana de vincularse y relacionarse con el otro. Si somos seres en relación, entonces esos lazos comunes hay que conocerlos en la tierra común que se comparte, siendo o no siendo originario de Nuevo León.

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mismo clima que complicó en mucho en 2014 y 2017, pero que ahora fue un verdadero “cómplice” de los neoleoneses y los que vivimos en Nuevo León para hacer de esta jornada una jornada memorable, superando en mucho los 50 mil participantes a los que se pretendía llegar con las diversas actividades programadas y ejecutadas.

Una edición significativa Esta 5ª edición del DPNL lució, a primera vista, complicada por la efervescencia en torno a las precampañas políticas, reunión de firmas de candidatos independientes, etcétera. El desarrollo de actividades con antelación, a través de la difusión de videos de las instituciones participantes alusivas al DPNL, así como de infografías muy creativas, ayudaron a la preparación al evento. El evento de lanzamiento de agenda, que se realiza como todos los años, tomó un derrotero distinto, pues se realizó con todos aquellos que “hicieron” los eventos del DPNL: Más de 100 personas participaron de ese lanzamiento, lo que motivó mucho, en primer lugar, a los hacedores del Día, porque en definitiva vieron o conocieron a muchas otras personas que realizaron bailables, actuarían, atenderían, guiarían, etc. a aquellos que participarían el 11 de marzo en los más diversos eventos. La concreción de programas de eventos, y de una mayor coordinación entre organizaciones cercanas, ayudó a que el DPNL fuera más participado. Y, por cierto, un clima muy apropiado para salir y festejar el día por parte de las familias. Ese

Lo que queda por hacer

Para el futuro, queda mucho por trabajar y mejorar, tanto en incorporación de municipios y organizaciones, como en la parte de publicidad y propaganda de los eventos que se podrán realizar en las siguientes ediciones. Es un reto para algunas instituciones ver cómo acoger verdaderas multitudes en sus instalaciones y, para otras, cómo rediseñar su participación para potenciarla de manera poderosa. Sin duda el DPNL es un Programa en maduración y todo apunta que ese proceso se está dando, tanto en las organizaciones/instituciones, como en los ciudadanos participantes, abriendo las puertas a esos grandes públicos a los que nuestras organizaciones desean llegar y alcanzar con su conocimiento, acervos y legados.

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T r es

estri dentes acor des para ensayar la tristeza de

un poeta

unk ppunk

regiomontano

(Acercamiento al poemario Anarquía en un table de San Berna, ópera prima de Fausto Nedhni)

Guillermo Lozano Flores A partir de su dicción poética, la experiencia de Anarquía en un table de Sanberna, me hizo evocar aquel estilo de oralidad divertida por directa y desparpajada que, entre risas, sabíamos compartir en casa. Estábamos ya muy borrachos de alegría para saberlo, pero lográbamos lo que Hipólito y su Santa: multiplicarnos en 8 Hipólitos más como unas diez Santas, y unificar en canto y letras la anarquía de la imaginación y el deseo con la bohemia.

1) Anarquía y bohemia (breve remembranza antes que todo duela) Necesitamos el caos para cuestionar el orden ¿Y se puede ser más anárquico –para la piel y los sentidos– que en un table dance? Hay otra forma de anarquía que se le hermana: La bohemia, pero, desde La Santa, novela icónica de Federico Gamboa, Hipólito no podría ser más bohemio y anárquico que enamorándose de una prostituta. A la música del deseo, le hace falta volver a la palabra; y eso hacía Fausto Nedhni desde que teníamos como 19 años, en las guitarreadas de mi casa: Corría el alcohol, la alegría, las bellas compañeras de la facu y sus amigas, los boleros y sus clichés románticos, pero, afortunadamente, el anarquista y bohemio mayor –por “necio”, por comunista y diferente, pero por libertario, sobre todo– era Silvio Rodríguez; y, entre las canciones de Silvio, Fausto tomaba el aire sin micrófono, casi siempre después de la canción de “El Necio” y unas cinco cheves encima, para narrar, poetizar y al mismo tiempo platicar lo que a puristas y culteranos del arte siempre les da caspa: la soledad del marginado, la impotencia del abandono y la podredumbre de una ciudad como Monterrey; o de un mundo como el que habitamos.

2) El festivo dolor de la denuncia y la pobreza: la apatía como síntoma de control. Y la bohemia todo lo abarca; todo lo lleva –y, seguro, desde antes de Baudelaire– hacia la Estética Maldita, pero con más coraje que belleza; esto por ser la hija pródiga de dicha estética desde hace más de un siglo; ser anti-estética del collage, por eso, en Anarquía en un table…, confluyen ecos de religiosos con poder y reyes que desfilan junto a Andy Warhol y Paris Hilton. La pobreza festiva parece, y más lo muestran así las voyerísimas nuevas tecnologías, condición de mundo; y la festividad es al mismo tiempo nuestra defensa, nuestra arma más poderosa –algo así como “el animal puesto en libertad” que canta Silvio en su canción “Río”(Mujeres, 1978)– pero también la

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3) Anti-estética

maldita (sobre las maneras

Monterrey, pero ser rescatado por un paladeo beat) ¿Cuántas veces la tristeza –y la nostalgia por la tristeza, la distancia en cualquiera de sus formas– nos ha hermanado con los marginados al mirarlos y mirarnos, por ejemplo, como menciona Fausto Nedhni en su poema “El extraño gusto del desastre”, desde y en un puente para transeúntes? ¿Cuántos padecemos alguna forma de exclusión y, en mayor medida se nos margina, pero los discursos oficialistas de la competencia y la felicidad inyectada, junto con el arte y los artistas proselitistas, nos hacen creer lo contrario? La ciudad tiene su muy particular manera de deshumanizarnos, de generar sensibilidades líricas que transitan el lado oscuro del sol (de Monterrey); el dolor de ser parte de esta vorágine citadina. Con Anarquía en un table…, estamos frente a una de esas únicas y raras sensibilidades. Digo “raras” con júbilo, porque en el poemario de Fausto, la ciudad está viva con todo su dolor, o con el hastío directo y cortante de una rola punk: Nunca creímos que el paraíso existiese y no hay melancolías castrantes o nostalgias de la auto-compadecencia tan propias del desamor, por ejemplo. Anarquía en un table… es sólo el estridente acorde del dolor, dolor que se alivia en el retornello que canta: “Cuando fumo piedra…”. Anarquía en un table… se sale del dolor por un placebo que no llega al tono festivo de los beatniks aunque los recuerde; quizá porque fueron los últimos anti-estetas malditos de la literatura. de estar triste en

Portada del Libro Anarquía en un Table de San Berna del autorFausto Nedhni.

más cruenta forma de dominio; y es que, a manera de parafraseo, “La pobreza es una cuota de la que siempre estamos escapando” (:4), y de la que al mismo tiempo somos parte. Ellas sueñan con lo que desean oír; a ellos les pone erectos el control, inquiere la voz poética de Nedhni: “La mejor de todas la actuaciones es no participando esos son los evangelios y mandamientos de los robots que se están gestando” (:8) Y estamos más ocupados en cuidar nuestros pasos que en mirar al cielo; siendo parte del “Teorema” de la desgracia. En las letras de Nedhni, resuena Edgar Allan Poe, resuena Baudelaire (”Tenebra”). De la poética del hartazgo, el registro cambia a uno más evocativo y sombrío, donde las balas, la mortuoria canción diaria de las sirenas y la vorágine de fábricas, resultan ser el último acabado de tables, bares y restaurantes. Nednhi rescata la poética de denuncia doliente; ergo, la del alma punk, frente al preciosismo, cultismo, juegos lingüísticos del non sense y erótica mística que suelen premiarse la mayoría de las veces en los concursos literarios oficiales.

Bibliografía Nedhni, Fausto(2017) Anarquía en un table de San Berna. México: Fides

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