LAS MIGRACIONES EN EL SIGLO XXI Y SU GOBERNANZA MUNDIAL José Luis Pardo Cuerdo 1
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os movimientos de personas, y por tanto las migraciones como parte integrante de ellos, han constituido un hecho consustancial al ser humano que lo ha acompañado a lo largo de su devenir histórico. Las dinámicas de estos movimientos han sido cambiantes a lo largo de la historia, por lo que la asignación de las categorías contemporáneas de «origen», «tránsito» o «destino» no ha sido nunca ni estática ni permanente. Siempre ha habido movimientos pacíficos –voluntarios o forzosos– de personas en busca de unas oportunidades –vitales, formativas, económicas o laborales– que por diversas circunstancias no encontraban suficiente acomodo en sus entornos nacionales o comunitarios naturales. En el primer caso hablamos de emigración (regional o internacional) y en el segundo de desplazamientos internos (siendo el del campo a la ciudad el esquema más permanente a lo largo de la historia). Puede considerarse que, en términos generales, los movimientos de carácter migratorio –temporal o permanente– desarrollados en el pasado ofrecieron un balance positivo pues aportaron de forma relevante al progreso económico, social y cultural global y sirvieron para configurar el mundo, a través de las sucesivas olas globalizadoras. Sin embargo y pese a esta «naturalidad» del hecho migratorio, en lo que llevamos de siglo xxi asistimos a un acercamiento al mismo un tanto exacerbado que lleva a algunos observadores a calificarlo incluso de «tóxico».
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Embajador en Misión Especial para Asuntos Migratorios, Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
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