Rafael Guillén Hernández
Jacobo
Zabludovsky
El gran amigo de la casa
E
n esta parte escribo, con mucho respeto, acerca de alguien a quien he admirado toda mi vida. Cuando nací o me vi
por primera vez en el restaurante, Jacobo Zabludovsky ya llevaba más de treinta años de gran amistad con los Guillén. Recordar miles de situaciones que la familia ha vivido con este gran hombre sería imposible, así que mejor voy a escribir acerca de lo que he escuchado de él, algunas veces directamente de la televisión, otras de la radio y unas más en la mesa, durante una rica comida, precisamente en El Taquito. El licenciado siempre estuvo en nuestras reuniones más significativas, en las fiestas de cumpleaños de mi padre o en algún aniversario del restaurante. Pero también aparecía en cualquier momento, para probar el mole que aquí se prepara, que es uno de sus platillos favoritos. Una de las ocasiones en que más me emocionó verlo, fue el 18 de enero de 1997, en la iglesia de El Carmen. Yo estaba bastante nervioso por dejar mi soltería, para unirme con mi querida Maricela. Era el día de mi boda y tuve el privilegio de contar
Jacobo y su familia, festejan en El Taquito, su titulación como abogado en 1967 240