El pasillo infinito De pronto me encontré en un pasillo, un gran pasillo con cientos de puertas. Nunca supe cómo ni por qué terminé en ese lugar. Recuerdo que, aquel día estaba caminando en la madrugada yendo hacia mi casa, después de beber varios tragos, solo, en el bar al que voy todos los sábados. Iba en camino a encerrarme en mi departamento. Llegar a mi cama para por fin descansar de una semana tan agotadora. Solo quería dormir. Llegué a mi departamento. Busqué las llaves e intenté abrir la puerta. Tuve que forcejear. Es una puerta muy dura. Entré y me encontraba en aquel pasillo. No entendía nada. Descarté al alcohol, pues muchas veces había tomado como tomé ese día, incluso más. Entonces, pensé que pusieron algo en mi bebida. ¿¡Por qué rayos al abrir mi puerta pasaba a un lugar desconocido!? Pero no sentía nada más. Solo era el lugar. Todo era extraño. Un pasillo largo, con cientos de puertas. Más extraño me pareció cuando vi que la puerta por la que entré ya no estaba. Parecía obvio. Tenía que entrar por alguna puerta. Eso decidí cuando me di cuenta que no había sido drogado ni nada parecido. Era real y estaba ahí. Así que solo escogí una puerta. Mi primera opción, la cuarta puerta del lado derecho del pasillo, estaba cerrada con seguro. Así que intenté abrir la quinta del lado izquierdo. Pasé a una sala. Había mucha gente ahí. Muchos conversaban entre sí, otros, estaban solos y pensativos. Toqué el hombro de uno de ellos. -Disculpa…- le pregunté con timidez-. ¿Qué lugar es este? Yo tampoco lo sé. – me respondió-. Llevo ya mucho tiempo aquí y no conozco nada ni a nadie. -De pronto quise entrar a mi casa y aparecí aquí. Todo me pare- ce muy extraño. ¿Y qué hace toda esta gente de aquí? A mí me ha pasado igual. –Sonrió mientras me contaba-. Aparecí aquí de repente. Pasé por varias puertas para llegar a esta… habi62