“Los pueblos indígenas hemos podido ocultar nuestra identidad porque hemos sabido resistir” Rigoberta Menchú Memorias pasadas El ojo guarda un profundo secreto; no es solo un sentido más. En el ojo, cabe una infinidad de imágenes en la que receptamos la realidad en la cual vivimos. Nuestros antepasados vivieron la esclavización que sufrieron en manos de aquellos españoles sin sentimientos y sangre fría. Nuestros ojos han guardado por años aquellas escenas de dolor, que quedaron impregnadas en nuestra memoria. Si pensamos cuales son las razones de estar en este mundo, cuál es nuestra historia o la necesidad de saber nuestra identidad, seriamos capaces de echar un vistazo a nuestras raíces. Así el ojo sanaría nuestra realidad. En el artículo masticar la propia lengua de Watanabe “Todo cuerpo es Tótem” significa el símbolo de la tribu, como en el poema que nombra a Pachacámac, el creador de nuestros antepasados. Podemos imaginar un extenso mar de imágenes, de sonidos, de lugares; a pesar que Dávila utiliza mucho un lenguaje cotidiano entre español y kichwa. Hoy en esta época no es muy diferente, aún seguimos ignorando, tratando mal, irrespetando a nuestros hermanos indígenas, aún seguimos llenando nuestros ojos con una realidad indiferente. ¿Acaso no somos como ellos?, nos creemos de un status alto cuando son ellos quienes lucharon para ser un pueblo libre; con sangre guerrera que no se deja vencer. La obra nos lleva a recorrer caminos místicos, de dolor, protesta de una identidad, un pueblo que sigue luchando para que sea escuchado, creando una historia mestiza, una historia que es nuestra. Boletín y elegía de las mitas, encierra en su estructura algunos recursos literarios tales como: onomatopeyas, aliteraciones, metáforas, anáforas, sinestesias, entre otros; los cuales dejan ver la sublimidad con la que escribió César 91