Los chopcca de Huancavelica
son despertar a las autoridades antes del viaje a Yauli o Paucará y llevar el fiambre de la comitiva. Uno de los elementos sobrevivientes de este sistema tradicional de cargos es la insignia de autoridad, cuyo valor excede lo meramente simbólico. La primera insignia es la vara de mando, bastón de madera con punta de hierro que mide aproximadamente de 1.30 metros (Quijada Jara 1985:152). Aparte de ser un distintivo de autoridad, la vara representa un amuleto de protección para la familia, los animales y las chacras del portador. La vara ocupa un pequeño altar en el ingreso de la casa de cada autoridad; para homenajearla, se enciende una vela y se reza en honor a ella los días sábados. La segunda insignia de autoridad es el látigo, de cuero de vaca trenzado que remata en tres puntas, con un lazo a modo de asa para colgárselo al cuello, con frecuencia adornado con anillos de plata. Es elaborado por los maestros trenzadores que aún existen en algunos poblados. Los miembros de la Asamblea Comunal se apropiaron de este atributo y de este modo han integrado simbólicamente los rezagos de la antigua administración en su moderna estructura administrativa. Su tamaño va en relación directa con la importancia del cargo. Las autoridades superiores llevan la “verga”, el látigo de mayor longitud, enlazada sobre pecho y espalda a modo de cruz. El Agente, lleva al cuello un winte, látigo de menor tamaño, y el Alcalde Menor porta su chicote elaborado con cuero de vaca. Cada uno de estos látigos lleva una cruz pequeña, bendecida en misa católica por un sacerdote. Este objeto otorga al portador la potestad de rezar oraciones del culto católico en ceremonias que lo requieran, como los entierros. Otro atributo tradicional de las autoridades de vara que sobrevive hoy es su presencia obligatoria en las fiestas y rituales centrales del ciclo productivo y vital, siendo su papel ritual más importante que el de las autoridades comunales. Asisten a toda celebración que incluya el rito del pagapu, desde faenas del ciclo productivo hasta ritos del ciclo vital, como los matrimonios y los ritos fúnebres. Son parte activa del wasichakuy (construcción de la casa), presiden los entierros, y acuden a los cultos dominicales, tanto católicos como evangélicos. También son los encargados de organizar el vigawantuy, traslado de troncos a los pueblos para la construcción de viviendas y obras públicas, labor que describiremos con detalle en el siguiente capítulo.
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