problemas de los productores de tabaco, segundo rubro de la agricultura cubana: “Hasta en el dominio de la tierra, el capitalismo ha ido acaparando las vegas. En la última quincena de años más de 11,200 propietarios vegueros se han visto reducidos a unos 3,000. Los vegueros desaparecen y el guajiro se proletariza, desnutre y languidece en miseria, presa de parásitos intestinales y sociales. El régimen económico del tabaco se va acercando al tradicional del azucarero, uno y otro por igual estrangulados desde lejos y desde cerca por tentáculos impíos.”55 Polarización social y corrupción administrativa Estas difíciles condiciones de vida contrastaban con las grandes construcciones suntuarias de La Habana -ciudad que concentraba aproximadamente el 25% de la población cubana y el 75% de toda la producción industrial no azucarera-, plagada de mansiones, clubes aristocráticos, colegios selectos y clínicas privadas, para beneficio exclusivo de los sectores privilegiados de la sociedad. La tendencia a la polarización social se acentuó en la década del cincuenta, como demuestra el hecho de que el 80% de todas las construcciones efectuadas en 1957 fueran viviendas de lujo, grandes hoteles y elegantes casinos.56 A ello hay que sumar que en esa década Cuba alcanzó el primer lugar en América Latina, en relación a su población, en número de televisores, teléfonos, periódicos y automóviles per cápita- También estaba entre los tres primeros países iberoamericanos en otros índices como receptores de radio, promedio de consumo alimentario, líneas de ferrocarril y otros, lo que indica el nivel de vida alcanzado por los sectores altos de la sociedad.57 En contraste con esa opulencia, surgían por todas partes improvisados barrios de indigentes en el antiguo centro de la ciudad, en las zonas industriales y portuarias, en áreas marginales de los suburbios y en los intersticios dejados por los repartos exclusivos. nutridos de la empobrecida población rural que emigraba a La Habana en busca de trabajo. En 1945 ya existían trece barrios, conocidos como de llega y pon, en plena capital: La Merced, La Timba, las faldas de la Loma del Príncipe, Fanguito, Las Yaguas, Cueva del Humo, La Pelusa, los que llegaron a 23 en 1958.
Fernando Ortiz: Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1963, p. 68. 56 López Segrera, op. cit., p. 388. 57 Véase Louis A. Pérez Jr.: Cuba and the United States: Ties of singular intimacy, Atlanta, University of Georgia Press, 1990 y Carlos del Toro: La alta burguesía cubana, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2003, p. 217. 55
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