Alma de las cosas Jaime Mendoza (1874-1939)
En esta hora llena de melancolía me acerco al estanque. La tarde agoniza; el huerto está mustio; el cielo es de lila; el aire está inmóvil; el agua, dormida. Me siento a la vera del estanque. Brillan ya allí las estrellas que el cielo le envía. Y un lozano sauce con ellas se mira en el claro espejo del agua dormida. Alma de las cosas, mi alma en ti se infiltra: ya no soy un hombre sino una partícula de la luz que muere, del cielo de lila, del huerto, del sauce, del agua dormida…
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