Un hombre sin espuma Valentín Abecia López1
e
l incandescente novelista mexicano, Carlos Fuentes, cuenta que a su padre –Rafael Fuentes– diplomático de larga y fructífera carrera dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores de México, Alfonso Reyes lo llamaba “un hombre sin espuma”. Es decir, un hombre esencial, sustantivo, infinitamente respetuoso de los demás…. Sin la menor de las dudas, este mismo calificativo se le puede atribuir a Mariano Baptista Gumucio, con ventaja, un hombre sin espuma. Mariano ha trabajado, desde siempre, en los campos ligados a la cultura, el periodismo y la educación; ha realizado investigaciones históricas y ha difundido machaconamente nuestros valores. Mariano es un creador de ideas, un constructor de espacios de diálogo, de derroteros y de esperanzas. Mariano, sin pausa, arremete, publica, invade, sacude, es un torbellino de nuevos criterios, de nuevos amaneceres. Mariano, siempre presto, es un alarife de los nuevos aires, de las nuevas voces. Mariano a lo largo del último medio siglo ha publicado una cantidad impresionante de libros y folletos que lo catalogan como uno de los autores más prolíficos de Bolivia de todos los tiempos; ha escrito ensayos de todo tipo, ha lanzado investigaciones de altísimo valor y ha recorrido con éxito reconocido el campo de la historia. Pero, posiblemente, su mayor mérito, ganado a pulmón, es el haber rescatado del olvido a una decena de personajes fundamentales en la política y la cultura bolivianas. Cada una de estas biografías es, a su manera, una obra trascendente, no sólo por el personaje en sí mismo, sino por la forma y el estilo en la que ha sido escrita. Ese es el mérito de Mariano, el haber sabido interpretar al biografiado y haberle dado vida. Tres de estas obras están referidas a hombres claves de la Revolución Nacional: Evocación de Augusto Céspedes (La Paz, 2000), José Cuadros Quiroga, Inventor del
1
Ensayista, historiador, economista y diplomático boliviano.
88 | elansia 1