El escritor-fantasma y la literatura indígena Osiris Aníbal Gómez UNIVERSITY OF CALIFORNIA SANTA BARBARA
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esde el inicio del siglo XXI hasta el presente ha habido un amplio debate entre escritores y críticos con respecto a las condiciones y trascendencia de la traducción en la literatura indígena. Por un lado, hay quienes arguyen que esta literatura, casi en su totalidad bilingüe, ha sido moldeada en México por la influencia de las becas de nivel federal y estatal. Pensemos, por ejemplo, en el FONCA o el fondo de Editorial de Culturas Populares, asimismo en los certámenes como el Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas y el Premio de Literatura Indígena de América (PLIA), cuyas bases de participación requieren una traducción del libro para que sea considerado y, de ser ganador, se publique de manera bilingüe. Esto es lo que –los críticos podemos observar– se hace desde un punto de vista oficial; sin embargo, desde un punto de vista artístico, la cuestión es mucho más profunda. Uno de los textos más lúcidos en torno al tema es “La autotraducción en la literatura indígena: ¿cuestión estética o soledad?” de la escritora binnizá Irma Pineda. En este artículo, la poeta detalla algunos de los desafíos estéticos y sociales inherentes a escritores y escritoras en lengua indígena, quienes se sienten casi obligados a crear textos bilingües para subsistir en un campo donde los traductores especializados son casi inexistentes. Escribe Pineda: 126