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¿Y si te quedas un ratito más? O
tro día más de diciembre... Ya comenzarán los profes con los exámenes finales. ―Esto me
estresa muchísimo‖, pensó Amanda mientras se comía un chocolate camino a la universidad y sacaba su feo paraguas, viendo como caían pequeñas gotas en su pantalón negro, chaqueta roja de jean y zapatos azul oscuro. Amanda cruzó por el pasillo de la escuela de Psicología y entró a la clase de Psicometría, pero mientras se sentaba en su pupitre vio como un chico de cabello castaño se sentaba a su lado. ―Nunca he visto a este chico, capaz y se equivocó de materia‖, pensó Amanda, y siguió viendo su clase. Al salir del salón, el chico de cabello castaño la tomó por el hombro y le dijo: —Hola, chica, disculpa... ¿Tienes los apuntes de la semana pasada? No pude venir a la clase pasada. —Claro —respondió Amanda nerviosa, mientras se volteaba para mirar quién le había tocado el hombro—. Si quieres vamos a la biblioteca y te presto mis apuntes. Por cierto, mucho gusto, mi nombre es Amanda y nunca te he visto en la clase. ¿Eres nuevo? —No —respondió el chico, mientras carcajeaba, y añadió:—, soy de segundo año, solo que estoy repitiendo esta materia. Mucho gusto, me llamo Ethan. —Entiendo... Bueno vamos a la biblioteca —responde Amanda.
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