su búsqueda por la trascendencia.
Los que niegan a occidente Nuestro sistema y sus componentes, corruptos y ajados más por desuso que por malas prácticas, ha incentivado el desarraigo de aquellos cuyas esperanzas fueron depositadas en un proyecto común. Abanderados de Occidente, nos hemos ahogado en nuestra propia bandera, incapaces de tejer entre su deshilachado consorcio a quienes pugnaban por formar parte de una macroempresa que ahora es apenas un fantasma. Con respecto a los que niegan a Occidente, no hablamos aquí de aquellos cuyas prácticas consideramos «fuera de Occidente». Estos solo han de ser motivo de regocijo, pues el simple hecho de saber de su existencia deja de hacerlos inverosímiles a nuestros ojos, eximiéndonos de librar guerras de la incomprensión y animando en su defecto el enfrentamiento para la reforma. Así, aquellos que aluden como inconcebibles las formas de lo no occidental, y por ende tienden a violentar su espíritu contra los que están «fuera», son los que han templado demasiado su carácter en el absolutismo de sus percepciones, padeciendo el malestar de no entender que para alcanzar el valor más elevado se debe abrazar el relativismo y la heterogeneidad en las comprensiones sobre el existir. Gracias a la diversidad de percepciones de aquellos «fuera de Occidente», la humanidad avanza hacia el progreso de los valores elevados. El no Occidente jamás ha de ser negado. Sin él, ¿cómo el ser occidental podría llegar a definirse? Mas, ¿qué ocurre para quiénes niegan Occidente, siendo este parte de la tierra sobre la que beben sus valores? En ese caso, las identidades dejan de retroalimentarse y el ser pierde toda concepción de sí mismo, quedando varado en un limbo donde sus «hermanos» ahora son entes extraños que ni siquiera puede considerar como aliados u enemigos, pues no tiene una referencia a la que agarrarse. Ello provoca la aparición del temido «relativismo absoluto», aquel que les haría renegar de su propio existir. Pero ¿y si es acaso el sistema de Occidente aquel que, poblado por la irreverencia de las masas, se ha condenado a 21