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Aduánate, 1(2021)
La juventud perdida Silvia Claudio Ruiz No sé cómo empezar todo esto, no sé si empezarlo así, sin más, o comenzar por el principio, porque creo que si empiezo por el final nunca podría escribir este artículo.. Todo empieza con una «bola» repleta de «pinchos» que posee una «capa» que le permite entrar sin permiso a todas partes. Si veis a veces las noticias, ya sabréis de que os estoy hablando, del maldito coronavirus que ha llegado y no se quiere ir.
Yo no vengo a deciros qué hacer o a explicaros cómo se transmite este virus, tampoco quiero contaros esas muchas cosas que se nos cuentan en una charla en la televisión, en la radio o en nuestras escuelas, charlas que, a decir verdad, solo sirven para recordarnos lo que ya sabemos. Y es justo esto de lo que quiero hablaros. Creo que los jóvenes somos tan conscientes de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor como lo son las personas mayores, y que, aunque digan que no nos afecta, somos lo suficientemente responsables para saber que nosotros también estamos en riesgo. Sabemos que hay jóvenes en peligro y muchos ancianos pasándolo mal. Nosotros sufrimos las consecuencias de esta pandemia al igual que el resto, ya que tenemos familiares que puede que contagiarse y morir, por tanto, sí , somos conscientes. Sin embargo, ¿sois conscientes vosotros?, sí, vosotros, los que nos dais las charlas y nos reñís diariamente. Quizás no os dais cuenta de que estamos en plena adolescencia, y que a nuestra edad lo que nos gusta hacer es salir con los amigos y disfrutar del día a día, porque si no salimos ahora ¿cuándo saldremos?