Ingrid Hernández
Práctica artística y contexto: representación, metodología y narrativa en mi producción Mi familia llegó a Tijuana de la Ciudad de México. La señora que está parada en la primera foto es, para mí, mamá, mi mamá Alicia. El que está a un lado, de pie, es su padrastro, y el señor que está sentado es su abuelo. La señora que está sentada es su mamá, que se llamaba Juliana, y yo me llamo Ingrid Juliana, precisamente, por mi bisabuela. Las de los costados son mis tías. Ya todos los de la foto fallecieron. Mi abuela falleció en el 2010, pero ella decidió irse a Tijuana, como en casi todas las migraciones, buscando una vida mejor. Se fue con cinco hijos, su esposo y sus ropas en una caja de cartón. En los años cincuenta, Tijuana era una ciudad con muchas posibilidades; todavía sigue siendo una ciudad prometedora en muchos sentidos, pero en los años cincuenta, aún más. Mi abuela llegó, trabajó duro y puso un restaurante que se llamó Licha’s Place… Estos nombres de comercios eran también en inglés. Tijuana creció por una vocación de servicios para atender todo lo que estaba prohibido en Estados Unidos, y bueno, ésa era la vocación de Tijuana y sigue siendo hasta este momento una vocación muy importante. La segunda imagen me fascina. Es una nota de pedidos del restaurante. Yo crecí en este lugar, crecí en el restaurante Licha’s Place, y no tenía una casa exactamente como tal. El restaurante
234