Himnos y banderas, máscaras y espejos Llevo más de 20 años trabajando en el tema de migración; además ya no soy ni de aquí ni de allá. Llevo más de la mitad de mi vida en Estados Unidos, pero apenas, por dos años, nací y crecí en la Ciudad de México. Lo que me más importa como artista en cuanto al tema de la migración y otras cosas urgentes del presente —porque también soy activista, aunque hoy voy a mostrar sólo traba-
Pedro Lasch
jos de arte— es que tenemos también que remitirnos el panorama histórico más amplio y pensar cuántos cientos de años llevamos lidiando con eso; pero tenemos también que pensar en el plano global. Quiero comenzar por exponer Espejo negro. La primera versión la comisionó el Nasher Museum, cuando estaban haciendo una mega exposición que se llamó Del Greco a Velázquez. Mi pieza estaba acompañando a esa exposición; por primera vez se estaban trayendo a Estados Unidos más de 100 obras para hacer esta exposición. Como las piezas nunca habían estado en Estados Unidos, yo quería trabajar con la contradicción de que esa misma institución tenía en su sótano, escondida al público, una de las mejores colecciones de arte prehispánico de Estados Unidos. Encontré un espejo azteca de obsidiana fabuloso, lo que me inspiró para toda la pieza, y elegí 17 figuras antropomórficas prehispánicas de diferentes periodos y civilizaciones para que se viera la riqueza continental. Los puse enojados, o castigados, dándole la espalda al público. La gente que veía la megaexposición Del Greco a Velázquez y que luego iba a la colección permanente veía que en ella había una sala rara, con un artista que probablemente no habían escuchado. Veían ahí que la única forma de ver estas figuras prehispánicas era verse ellos mismos reflejados a través de estos espejos negros que las figuras estaban viendo.
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