L A CIUDAD SUBTERRÁNE A “Por una herida abierta en sus raíces / respira la ciudad viejos dolores... / Memoria permanente y superada”, canta el poeta Julio Alfredo Egea... Y de sus letras emana un doloroso aroma a días de alarmas y obuses. Memoria resucitada de de una obra que salvó vidas. La historia de los refugios comienza a escribirse el 22 de enero de 1937, fecha en la que el equipo de gobierno de la ciudad firma un proyecto para construir una red de túneles con los que proteger a la población de los bombardeos de la Guerra Civil. En 16 meses, se excavaron casi nueve kilómetros de galerías subterráneas en las que encontraron refugio a la vez hasta 40.000 personas. La obra costó 4.5 millones de pesetas y, para financiarla, el Ayuntamiento creó un impuesto especial sobre las compras. Bajo la dirección del arquitecto municipal Guillermo Langle, ingenieros de las minas almerienses, ingenieros de caminos, obreros, vecinos de la ciudad, voluntarios, empresarios, políticos y sindicalistas trabajaron en su construcción. Almería sufrió 52 bombardeos y el ataque por mar del Canarias. Sobre la ciudad cayeron casi mil bombas. Los refugios, que seguían por debajo el trazado de las principales calles y tenían decenas de entradas públicas y privadas, desde domicilios particulares –sobre las que se colocaron al acabar el conflicto quioscos municipales de diseño modernista–, son una increíble obra de ingeniería excavada a nueve metros de profundidad con tramos bajo el nivel del mar. Tienen dos metros de ancho con bancos corridos, quirófano y sala de partos, almacén de víveres y ventilación natural. Son de los más importantes y mejor conservados de toda Europa. Soportaron el mayor ataque sobre la ciudad el 31 de mayo de 1937, cuando una escuadra alemana liderada por el acorazado Admiral Scheer despertó a la ciudad con 200 cañonazos que mataron a 31 personas y destruyeron medio centenar de edificios: otro Guernica que hizo escribir a Neruda aquello de “un plato de
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Los Refugios
sangre de Almería”. El ataque, ordenado por Hitler a la armada nazi fue la venganza por la destrucción en el Mediterráneo español del acorazado alemán Deutschland, bombardeado y hundido por una escuadrilla de tupolev republicanos, los ‘katiuska’. Los refugios forman parte de la red de Lugares de la Memoria Histórica de la Junta de Andalucía. Quizá buscando un contraste singular, se ha rehabilitado para la visita el tramo que discurre bajo el Paseo de Almería, principal eje de la ciudad, donde se concentran amenas terrazas y tiendas de moda. Al finalizar la visita, en la plaza del Marqués de Heredia, puede verse uno de los quioscos diseñados por el mismo Langle, que ha sobrevivido como puesto de prensa.