Vanguardia, coleccionismo y exposiciones de arte no occidental
Avant-garde, Collection and Display of non-Western art
Desde finales del siglo XIX, bajo el dominio colonial, una enorme cantidad de artefactos de África, Asia, América y Oceanía fueron desplazados de sus lugares de origen a los museos y colecciones privadas de Europa. En los nacientes museos etnográficos y de historia natural, estos objetos eran presentados en vitrinas abigarradas, descontextualizados, y sin información sobre su procedencia, historia, función o valor. Este desconocimiento contribuía a perpetuar el halo de misterio asociado a los mismos. Esta fascinación hizo que los artistas de las primeras vanguardias les otorgaran un carácter de fetiche y empezaran a interesarse por ellos, haciendo que su supuesta otredad contaminara simbólicamente sus propias obras. En los talleres de artistas como Pablo Picasso, André Derain, Emil Nolde o Ernst Kirchner, estas esculturas de arte negro, “primitivo” o tribal convivían e inspiraban formalmente sus propias obras. Este fenómeno se ha convertido en un mito de origen del arte moderno y sólo en los últimos años ha sido revisado desde un punto de vista crítico. El interés por desafiar el arte tradicional burgués y consolidar las nuevas formas artísticas hizo que esta identificación entre arte “primitivo” y vanguardia se extendiera y se organizasen exposiciones en Alemania, la República Checa y Estados Unidos donde
Starting in the late 19th century, an enormous quantity of artefacts from colonial Africa, Asia, the Americas and Oceania were removed from their original contexts and ended up in European museums and private collections. At the fledgling museums of ethnography and natural history, these objects were displayed in cluttered vitrines, taken out of context and with no information on their provenance, history, purpose or value. The absence of background information enhanced the aura of mystery surrounding these exotic imports, which so fascinated avant-garde artists that they began to view them as fetishes, icons of a supposed otherness that symbolically tinged their own works. In the studios of Pablo Picasso, André Derain, Emil Nolde, Ernst Kirchner and other artists, sculptures of black, “primitive” or tribal art shared space with and formally inspired their creations. This phenomenon gave rise to a myth about the birth of modern art which has only been critically revisited in recent years. The interest in defying traditional bourgeois art conventions and consolidating new creative forms popularized this association between “primitive” and avant-garde art, and the two art forms were displayed jointly at exhibitions in Germany, the Czech
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