Ulrika
REVISTA DE POESÍA
Ulrika Editores
Licencia Mingobierno No 00918 ISSN 0120-7669
DIRECTOR Rafael Del Castillo CONSEJO EDITORIAL Héctor Freire, Osvaldo Picardo (Argentina), Luis Miguel Madrid †, Guillermo Molina Morales (España), Fernando Linero Montes, Evelio Rosero, John Fitzgerald Torres, Darío Sánchez Carballo, David Reinoso D’Jesús, Óscar Pinto Siabatto, Eugenia Gorriño Aldinucci y Rafael Del Castillo. COLABORADORES COLOMBIA Jotamario Arbeláez, Juan Gustavo Cobo Borda, Samuel Jaramillo, Luz Mary Giraldo, Lucía Estrada, Eugenia Sánchez Nieto, Maruja Vieira, Clara Mercedes Arango, Miguel Méndez Camacho, Robinson Quintero Ossa, Orinzon Perdomo, Juan Felipe Robledo, Gustavo Adolfo Garcés, Rafael Berrío, Sara Del Castillo, Ernesto Durán Strauch, Mariela Del Castillo, Rosaura Mestizo, Dufay Bustamante, Leonardo Cano, Juan Carvajal Franklin, Carlos Satizábal, William Ospina, Yirama Castaño Güiza, Esteban Hincapié, Julio César Bustos, Carlos Andrés Almeyda. ARGENTINA Rodolfo Alonso, Paulina Vinderman, Marcos Silber, Esteban Moore. BOLIVIA Jorge Carlos Ruiz de la Quintana. BRASIL Affonso Romano de Sant’Anna, João Vanderlei de Moraes Filho, Alexandra Maia. COSTA RICA Armando Rodríguez Ballesteros, Osvaldo Sauma, María Montero. CHILE Jaime Quezada, Teresa Calderón, Tamym Maulén, María Inés Zaldívar. ECUADOR Edwin Madrid. ESPAÑA Jesús Munárriz, Jordi Virallonga, Rodolfo Häsler, Juan Pablo Roa, Sergio Laignelet. ESTADOS UNIDOS Armando Romero, Mercedes Roffé, Paola Cadena. MÉXICO Margarito Cuéllar, José Ángel Leyva, Carlos López, Luis Aguilar, Leticia Luna, Carmen Nozal. PERÚ Ricardo Silva Santisteban, Luis La Hoz, Enrique Sánchez Hernani, Luis Alonso Cruz. REPÚBLICA DOMINICANA Neftalí Eugenia Castillo. URUGUAY Washington Benavides. VENEZUELA Rafael Cadenas, María Antonieta Flores. COORDINACIÓN EDITORIAL
Eugenia Gorriño Aldinucci y Óscar Pinto Siabatto DIRECCIÓN DE ARTE
Gustavo del Castillo M. DIAGRAMACIÓN
Vanesa Yepes S PORTADA
Fernando Del Castillo Impresión: Dígitos & Diseños Industria Gráfica Los trabajos firmados se publican bajo la responsabilidad de sus respectivos autores, sin implicar necesariamente a la revista. direccion@poesiabogota.org
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EDITORIAL POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES II
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Traducir es ser uno siempre en dos: casi como nunca estar solo por Antonio Nazzaro 7 Poemas de Dino Campana, Sandro Penna, Stefano Simoncelli y Umberto Piersanti traducidos por Antonio Nazzaro 11 Léopold Sédar Senghor, un poeta político por Fernando Linero 13 Poemas de Léopold Sédar Senghor
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HOMENAJE DEL XXVIII FIPB A LUZ MARY GIRALDO
17 Luz Mary Giraldo: celebración de la memoria por Enzia Verduchi 18 Notas sobre la poesía de Luz Mary Giraldo por María Inés Zaldívar, Giovanna Benedetti María Ángeles Pérez López Álvaro Miranda 22 Poemas de Luz Mary Giraldo al francés, rumano, italiano y portugués
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4 POETAS BRASILEÑAS
25 Alexandra Maia 26 Lílian Almeida 28 Laura Liuzzi 29 Marilia García
3132 PRESENCIA DE LUIS MIGUEL MADRID
Luis Miguel Madrid (1960-2020) por Carlos López 33 La última vez en el Pandora por Álvaro Mata Guillé Dolor: ese puente entre el Tánatos y el 34 Eros en la poesía de Luis Miguel Madrid por Darío Sánchez Carballo 36 Poemas de Luis Miguel Madrid
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39 Raúl Bigote Acosta 40 Néstor Fenoglio 41 Osvaldo Picardo 42 Héctor Freire 43 Jorge Boccanera 44 Laura Yasán 45 Guillermo Bianchi 46 Héctor Berenguer 47 Luis Thenon 48 Zingonia Zingone 50 María Montero 51 Laura Casielles 52 Carmen Nozal 53 Luigi Amara 54 Leticia Luna 55 Lauren Mendinueta 56 Jorge Mario Echeverry 57 Miguel Iriarte
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ANTOLOGÍA DE POETAS INVITADOS AL XXVIII FIPB
RESEÑAS: AL FILO DE LA HOGUERA ÍNDICE DE AUTORES
EDITORIAL
Poesía actual en lenguas romances
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emos venido reiterando en los últimos números de Ulrika, tanto en los que se publican con motivo del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, como en los regulares de años anteriores, que la directriz de nuestros proyectos mantendrá una línea de trabajo centrada en el conocimiento y el reconocimiento de la cultura y las lenguas romances a partir de la poesía contemporánea. Las Jornadas Universitarias de Poesía y los demás eventos que realiza nuestra entidad durante el año, el Festival incluido, son partícipes de esta impronta y, si bien de manera alguna nos apartaremos de la difusión de la poesía iberoamericana, ello se hará procurando mantener el diálogo propuesto. Así las cosas, en las Jornadas, por ejemplo, al continuar con la idea de explorar el legado de los poetas más significativos de los anotados ámbitos culturales y lingüísticos, procuramos sumar al ejercicio de la publicación de los poemas seleccionados para la memoria del evento sus traduc-
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ciones a idiomas como el portugués, el francés y el italiano, cuando menos. Esperamos que, desde esta óptica, en algún momento deje de ser extravagante para nuestros lectores encontrarse con traducciones y versiones de autores tan reveladores y hasta el momento de alguna manera inéditos en el ámbito romance como el colombiano Raúl Gómez Jattin, para seguir naturalmente con otros como el lusitano Fernando Pessoa, cuyo legado se abordará en octubre del presente año en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá. No hay que olvidar que este último es un poeta que pese a la indiscutible calidad de su obra y a su nombradía creciente entre los lectores del género poético, ha venido traduciéndose y difundiéndose con mucha cautela, seguramente por lo complejo de su apuesta estética y vital. No en vano hay quienes dicen que la lectura y la apreciación de la poesía de este autor portugués se viene dando de persona a persona (de Pessoa a pessoa).
Luz Mary Giraldo homenajeada 2020 ULRIKA 66 |
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EDITORIAL: POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES II
Luis Miguel Madrid (Madrid, 1960-2020)
Es ya de rigor reconocer en la revista memoria del Festival al poeta homenajeado a través de textos sobre su obra y la publicación de una muestra de su trabajo, salvo que, desde esta edición, siguiendo los rumbos anotados, contaremos con que la muestra poética publicada de la escritora Luz Mary Giraldo, cuya vida y obra celebramos este año, contará con versiones en diversas lenguas romances. El 18 de abril murió en España uno de los grandes y más queridos colaboradores de Ulrika, el poeta Luis Miguel Madrid, quien desde las páginas de la revista Babab difundía nuestras iniciativas con entusiasmo y calidez. En muchas ocasiones estuvo con sus amigos en la poesía en Colombia a raíz del Festival Internacional de Poesía de Bogotá o nos recibió con alegría y largueza en Pandora, su champañería en Madrid. Como es obvio, no podíamos dejar pasar este número de la revista sin ofrecerle un saludo entrañable y sentido. Tampoco podía faltar aquí una muestra de la poesía de los invitados al Festival correspondiente al año en curso, al igual que reseñas sobre libros publicados o de próxima aparición. Imposible cerrar el editorial correspondiente al Festival Internacional de 4
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Poesía de Bogotá llevado a cabo en 2020 sin hacer referencia a las circunstancias que atraviesa el mundo en estos días, mas no es nuestra intención sucumbir a la tentación de abordar una postura demagógica y mesiánica con respecto al papel de la poesía en estos trances que, no por terribles, podríamos desligar de la naturaleza de la experiencia humana. La poesía no nos salva de nada, la poesía no promete nada: simplemente acompaña: ¿no es acaso eso suficiente? Por lo mismo preferimos optar, en este punto, por compartirles de nuevo estos versos del poeta Blaise Cendrars: No queremos más estar tristes Es demasiado fácil Es demasiado tonto Es demasiado cómodo… Hay ocasiones en las que con demasiada frecuencia No es muy difícil que digamos: Todo el mundo está triste. Pero no queremos más estar tristes…
ULRIKA Julio, 2020
poesĂa actual en lenguas romances ii ULRIKA 66 |
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Traducir es ser uno siempre en dos:
casi como nunca estar solo Antonio Nazzaro, director del taller de traducción poética del italiano al español, dictado en el marco del xxviii Festival Internacional de Poesía de Bogotá, nos ofrece aquí su posición frente a dicha labor y nos comparte traducciones suyas de cuatro poetas italianos contemporáneos. POR ANTONIO NAZZARO
Antonio Nazzaro
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Traducir es una acción que implica formas diferentes de abordar un texto, más aún si el texto es un poema. Las maneras de ver la traducción son, por decir, un poco diversas: de Roman Jakobson: «La poesía es intraducible», pasando por Burton Raffel: «La traducción de la poesía, si no es poesía vuelta a nacer, no es nada»; hasta llegar a Octavio Paz, quien rechaza la idea de la intraducibilidad de la poesía, a la que considera universal. Mi propósito no es dar respuesta a estas posturas, sólo trato de contar mi experiencia como traductor. Desde lo que he podido vivenciar, podría decir que el traductor es un chofer de taxi que lleva a una persona de un lugar a otro, solo que en mi caso esa persona se llama poema.
Traducir poesía se convierte en un diálogo sin fin con la palabra y sobre todo en un redescubrimiento de la lengua por el hecho de que traduzco de una lengua romance a otra, del italiano al español. Este redescubrimiento surge muchas veces cuando las palabras en los dos idiomas son iguales y la única diferencia radica en que unos significados o significantes se han perdido o están en desuso. Pienso por ejemplo en la palabra ignoto, que existe en ambas lenguas pero que en español ya casi no se utiliza. ¿Es esta una razón válida para buscar otro término? No lo creo. Creo que quien ama la literatura tiene el deber de conocer la mayor cantidad de palabras posible y para ello debe desempolvar aquellas que no están incluidas en su repertorio lexical o que ha olvidado en su cotidianidad. Vivimos en una época en la que cada vez estamos menos expuestos a términos poco comunes: el diccionario de cada uno se va haciendo más pobre y es nuestro deber devolver a la lengua su riqueza de palabras y, por ende, de imágenes. Desde esta perspectiva, la traducción se convierte también en una herramienta pedagógica y de enseñanza. Para mí, traducir un poema es en esencia mantener el significado profundo del texto; más que su sonido y ritmo, prefiero una traducción
ANTONIO NAZZARO
que pueda parecer poco musical pero que, a mi parecer, conserva el valor de la palabra, la que es una elección fundamental del poeta. Por ejemplo, en muchas traducciones de un poema de Sandro Penna se ha cambiado la palabra olor por huele, para mantener un «sonido lindo», pero considero que este reemplazo es un error enorme porque, al hacer el análisis del poema, es evidente que el uso de la palabra olor por parte del poeta es central y cambiarla para obtener en español un sonido más armónico hace perder el significado, la imagen y el valor poético que le imprime la escogencia específica que hace el autor de una palabra por encima de otra. Traducir es la convergencia perfecta. Cuando dos desconocidos con lenguas y culturas diferentes
se encuentran se crea un puente que permite a los demás ver el arte como creador de un territorio de encuentro. La finalidad de la traducción, entonces, es brindar al otro la posibilidad de que su poesía pueda llegar a oídos que de otra manera no llegaría, y hacerla oír a sus propios oídos como algo que no ha sido traicionado, sino que es su mismo poema, su poesía y su poética. No importa si el poema tiene un lindo sonido en la traducción, lo que cuenta es que refleje lo más cercanamente posible la voz poética original. Traducir es ser uno siempre en dos: casi como nunca estar solo.
Dino Campana (Marradi, 1885- Scandicci, 1932) Dino Campana es una figura controvertida, fascinante y anómala de poeta en la Italia del primer Novecento. Ha sido definido poeta: simbolista (el Rimbaud italiano), expresionista, hermético, moderno y experimental o, al contrario, poeta todavía perteneciente al final del siglo xix y un poco provincial.
Buenos Aires
Buenos Aires
Il bastimento avanza lentamente Nel grigio del mattino tra la nebbia Sull’acqua gialla d’un mare fluviale Appare la città grigia e velata. Si entra in un porto strano. Gli emigranti Impazzano e inferocian accalcandosi Nell’aspra ebbrezza d’imminente lotta. Da un gruppo d’italiani ch’è vestito In un modo ridicolo alla moda Bonearense si gettano arance Ai paesani stralunati e urlanti. Un ragazzo dal porto leggerissimo Prole di libertà, pronto allo slancio Li guarda colle mani nella fascia Variopinta ed accenna ad un saluto. Ma ringhiano feroci gli italiani.
El bastimento avanza lentamente En el gris de la mañana entre la niebla En el agua amarilla de un mar fluvial Aparece la ciudad gris y velada. Se entra en un puerto extraño. Los emigrantes Se alborotan y enfurecen amontonándose En la áspera ebriedad de inminente lucha, De un grupo de italianos que está vestido En un modo ridículo a la moda Bonaerense se lanzan naranjas A los paisanos alterados y aullantes. Un muchacho del puerto ligerísimo, Prole de libertad, listo para el impulso Los mira con las manos en la faja Variopinta y esboza un saludo. Pero gruñen feroces los italianos. ULRIKA 66 |
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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES II
Sandro Penna (Perugia, 1906- Roma, 1977) Lo que sorprende de inmediato al lector de Penna es su posición apartada en el panorama de la poesía italiana contemporánea, su indiferencia hacia las modas culturales. La poesía de Penna es ajena al Hermetismo y a las poéticas del siglo xx. Es, no obstante su limpidez, enigmática y casi milagrosa, en el sentido de que es muy difícil coger su bagaje literario. Él mismo decía: «Casi todos los poemas me llegan de forma inesperada, en los boletos del tranvía o en los bordes de un periódico».
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La vita... è ricordarsi di un risveglio triste in un treno all’alba: aver veduto fuori la luce incerta: aver sentito nel corpo rotto la malinconia vergine e aspra dell’aria pungente.
La vida es… acordarse de un despertar triste en un tren al amanecer: haber visto afuera la luz incierta: haber sentido en el cuerpo roto la melancolía virgen y áspera del aire cortante.
Ma ricordarsi la liberazione improvvisa è più dolce: a me vicino un marinaio giovane: l’azzurro e il bianco della sua divisa e fuori un mare tutto fresco di colore.
Pero recordarse la liberación repentina es más dulce: a mi lado un marinero joven: el azul y el blanco de su uniforme, y afuera un mar todo fresco de color.
Umberto Piersanti (Urbino, 1941) Una penetrante reflexión sobre el tiempo y su localización interior y exterior permea la obra en versos del poeta urbinate Umberto Piersanti. Es una masa lírica, la suya, muy atada a la «fuerza demiúrgica» de la tierra de origen.
La fata
El hada
nessuno deve entrare dentro il bosco che la vitalba chiude e cinge intorno ma lui lascia le pecore e s’inoltra, spezza i fili coi denti, li butta in aria,
ninguno tiene que entrar en el bosque que la clemátide cierra y que cerca alrededor pero él deja las ovejas y se interna, rompe los hilos con los dientes, los lanza en el aire,
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ANTONIO NAZZARO
pesta rami e grovigli, niente lo ferma
pisa la ramas y marañas, nada lo detiene
dopo gli animali nei rami, sottoterra, cessano di frinire, vede il prato, l’erbe azzurrate e intatte, silenziose, s’aprono i bei lecci, fanno corona al grande ceppo della rosa bianca
después los animales en las ramas, bajo tierra, dejan de chillar, mira el prado, la hierbas azuleadas y enteras, silenciosas, se abren las bellas encinas, hacen corona a la gran cepa de la rosa blanca
esce la fata fuori della corteccia Silvia l’incantatrice lì dimora, i suoi capelli splendono, la pelle, le lunghe gambe nate dai quei rami
sale el hada fuera de la corteza Silvia la encantadora allí demora, sus cabellos relucen, la piel, las largas piernas nacidas por esas ramas
un grande rischio corre chi la vede la seguirono in molti, senza tornare
un gran riesgo corre quien la ve la siguieron muchos, sin volver
—pastore, io t’ho scelto, sei fortunato, alla tua vita dono un giorno colmo. Dopo… dopo che importa? solo chi non ha colto rosa non s’è punto– e la fata prese lui per mano si stese dentro l’erba, lo tirò dentro.
–pastor, yo te elegí, eres afortunado, a tu vida regalo un día lleno. ¿Después… después que importa? solo quien no ha cogido la rosa no se ha pinchado— y el hada lo tomó de la mano se tendió dentro la hierba, lo tiró dentro.
si risvegliò nel fosso, le sue pecore attorno col muso giù a brucare, solo che era inquieto, senza sapere.
se despertó en el foso, sus ovejas alrededor con el hocico abajo para tascar, solo que estaba inquieto, sin saber.
[Giugno, 1993]
[Junio de 1993]
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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES II
Stefano Simoncelli (Cesenatico, 1950) Aunque nació en Cesenatico, desde hace años vive en Acquarola, en las colinas de Cesena. Extraña vicisitud literaria Stefano Simoncelli, quien de tiempo atrás mira de lejos el mundo de la literatura, pero a la vez está presente en su actual desenvolverse; tanto que, como buen maestro, no tiene discípulos, sino serios y fervientes admiradores entre los poetas contemporáneos. Un pedazo de historia viviente y viva de la literatura italiana.
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I
Non assomiglio più a nessuno quando mi incontro sulla specchiera di un bar con mezza sigaretta in bocca
Ya no me parezco a nadie cuando me encuentro en el espejo de un café con medio cigarrillo en la boca
e un bicchiere di qualche ambrato veleno. Certe volte sembro un banco di nebbia, impenetrabile e denso, come quelli
y un vaso de algún ambarino veneno. A veces parezco un banco de niebla, impenetrable y denso, como los
che arrivano dal mare a tradimento verso mezzogiorno portandosi via tutto: i ponti sui canali, le insegne delle botteghe,
que llegan del mar a traición hacia el mediodía llevándose todo: los puentes sobre los canales, los letreros de los talleres,
le case basse dei marinai dispersi in mare e i platani con le ombre immense. Tutto. Altre volte sono pulito e trasparente
las casas bajas de los marineros dispersos en el mar y los aceros con las sombras inmensas. Todo. Otras veces soy limpio y trasparente
come un vetro attraverso il quale vedo quello che ero, un ragazzo svelto, aggressivo e arrogante
como un vidrio a través del que veo lo que era, un muchacho listo, agresivo y arrogante
che va incontro alla notte. Vedo in me mio padre logorato dal male
que va al encuentro de la noche. Veo en mí a mi padre gastado por el mal
e poi più niente.
y luego nada más.
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Léopold Sédar Senghor, un poeta político POR FERNANDO LINERO
Tuve la fortuna de ver a metros al poeta Léopold Sédar Senghor. Fue en el año 1984, en uno de los salones de la Biblioteca Nacional de Colombia. Asistía a un recital organizado por la Presidencia de la República, en la cabeza de Belisario Betancur. De baja estatura, con una apariencia de extrema debilidad física, vestía impecablemente. Me pareció un hombre tranquilo y seguro, no obstante su fragilidad. Con un francés que –aun para los legos– lucía espléndido por la música que transmitía, nos leyó sus poemas, poemas que eran en efecto música de la naturaleza y los cantos negros, música de las tradiciones y de la mujer negra, música de su infancia y de sus recuerdos sérerés. Por ese tiempo acababa de descubrir su obra y estaba hipnotizado con las lúcidas imágenes de sus Cantos de sombra –leídos y releídos en la edición de Visor–, esos maravillosos poemas escritos en los campos de concentración nazi cuando fue apresado. La mayoría de las personas no ve con buenos ojos la alianza poeta-político. Creen, con alguna razón, que el poder ejercita una tenebrosa y delicada seducción para quienes lo detentan. Desafortunadamente el talante de la mayoría de los políticos actuales, de un perfil dudoso, así lo demuestra. Ese positivismo recóndito que infiltra a todo lo que tenga que ver con el compromiso público en
nada colabora con la imagen del poeta, que, por el contrario, evade esas realidades. Otro ingrediente que colabora con esa duda son los riesgos de la degradación literaria en favor de la escueta propaganda pragmática. Es mucha la mala poesía que se ha escrito justificada por la «equidad de sus mensajes», y en la mayoría de los casos por el afán de los poetas en erigirse como paladines de la justicia; y todo eso con el agravante de que, por lo general, cuando un poeta abraza la política se convierte en un exiliado. Pero considero que ese no era el propósito de Leopold Sedhar Senghor, cuya preocupación por su pueblo se constituyó también en la búsqueda de una poesía digna de los nuevos espacios que se abrían para la historia de África. En él la política actúa como una incitación para examinar, es una honda cavilación sobre los perfiles de un pueblo, un brío para la
Léopold Sédar Senghor
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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES II Léopold Sédar Senghor
fundación de nuevos caminos regidos por la razón crítica del poeta que no cesa de meditar sobre el mundo. En su búsqueda de la verdad, al poeta no le está vedado el camino de la política porque él es parte activa de la conciencia de la sociedad; más aún en el caso de Senghor, para quien la experiencia política es, además de individual, un fenómeno colectivo inspirado por una alta pasión patriótica y humanitaria en el sentido más elevado: la ilusión de ver reconstruida una cultura aniquilada por la invasión, el deseo de fundar una educación de lo universal que una las tradiciones por encima de sus discrepancias. Esa es, en resumidas cuentas, la filosofía de la Negritud, el movimiento que fundó junto al poeta Aimé Césaire. Dicho en sus palabras: «La negritud es, objetivamente, el conjunto de los valores de la civilización del mundo negro. Una cierta visión del mundo y cierta manera concreta de vivir en este mundo. Un ser negro y un pensar negro, una visión original del mundo, lo que los alemanes llaman una Weltanschauung». Como es apenas lógico, esa visión de las cosas ganó sus opositores y no escapó a la crítica por su consonancia con los valores occidentales que ayudaron a darle carácter. A Senghor se le llegó a llamar «colonizador francés». Y también fue acusado de encarcelar injustamente a Mamadou Dia, uno de sus socios, en la disputa por el poder en 1962. A pesar de ello, muchos otros lo consideran el padre de la patria; de hecho, fue el primer presidente de Senegal. Cuando el país obtuvo la independencia, fue elegido unánimemente (1960-1980). 12
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Amadou Sow fue su principal opositor al interior del Senegal, pero fueron muchos otros quienes se expresaron en contra de su línea de pensamiento. El escritor Wole Soyinka, de modo satírico, expresó: «El tigre no muestra su tigritud, salta sobre su presa y la devora». Una cosa que es digna de resaltar, porque no es común y que nos da noticia de la calidad de persona que era Leopold Sedhar Senghor, es que voluntariamente dimitió a la presidencia después de negarse a ser elegido presidente vitalicio, que era lo usual por esa época en los países africanos. Aunque para algunos el político nunca consiguió la dignidad del poeta, hoy todavía podemos constatar la vigencia de su pensamiento. Las cosas no han cambiado mucho. En su Discurso sobre el colonialismo, su socio ideológico, Aimé Césaire expresaba: Una civilización que se muestra incapaz de resolver los problemas que suscita su funcionamiento es una civilización decadente. Una civilización que escoge cerrar los ojos ante sus problemas más cruciales es una civilización herida. Una civilización que le hace trampas a sus principios es una civilización moribunda.
La poesía de Senghor es una de las creaciones más exquisitas de la literatura francesa del siglo xx. En sus versos se descubre el amasijo de colores y palabras del capital africano, que se constituyen en un canto a la vida y a la reconciliación universal. No obstante la importancia que llegó a tener como figura política, muchas veces expresó que lo fundamental de su vida moraba en su obra literaria. Tenía claro que la Poesía es la única guarida espiritual que permanece en este mundo materialista, desordenado, caótico, injusto, grotesco y triste. Sabía que la Poesía es la noche que nos «libera de las razones, de los salones, de los sofismas, / De las piruetas, de los pretextos, de los odios calculados, / De la matanza humanizada» [Toko Waly].
LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR
Poemas de Léopold Sédar Senghor (Joal-Fadiouth, Senegal, 1906-Verson, Francia, 2001)
Femme noire
Mujer negra
Femme nue, femme noire Vêtue de ta couleur qui est vie, de ta forme qui est beauté J’ai grandi à ton ombre; la douceur de tes mains bandait mes yeux Et voilà qu’au coeur de l’Été et de Midi, Je te découvre, Terre promise, du haut d’un haut col calciné Et ta beauté me foudroie en plein coeur, comme l’éclair d’un aigle
Mujer desnuda, mujer negra Vestida con tu color que es vida, con tu forma que es belleza Yo crecí a tu sombra; la suavidad de tus manos vendaba mis ojos Y ahora en el corazón del Verano y del Mediodía, Te descubro, Tierra prometida, desde lo alto de un alto collado calcinado Y tu belleza me fulmina en pleno corazón, como el relámpago de un águila
Femme nue, femme obscure Fruit mûr à la chair ferme, sombres extases du vin noir, bouche qui fais lyrique ma bouche Savane aux horizons purs, savane qui frémis aux caresses ferventes du Vent d’Est Tamtam sculpté, tamtam tendu qui gronde sous les doigts du vainqueur Ta voix grave de contralto est le chant spirituel de l’Aimée
Mujer desnuda, mujer oscura Fruto maduro de la carne firme, sombras extasiadas del vino negro, boca que hace lírica mi boca Sabana de horizontes puros, sabana que se estremece a las caricias fervientes del Viento del Este Tam-tam esculpido, tam-tam tenso que ruge bajo los dedos del vencedor Tu voz grave de contralto es el canto espiritual de la Amada
Femme noire, femme obscure Huile que ne ride nul souffle, huile calme aux flancs de l’athlète, aux flanes des princes du Mali Gazelle aux attaches célestes, les perles sont étoiles sur la nuit de ta peau. Délices des jeux de l’Esprit, les reflets de l’or ronge ta peau qui se moire A l’ombre de ta chevelure, s’éclaire mon angoisse aux soleils prochains de tes yeux.
Mujer negra, mujer oscura Aceite que no arruga ningún soplo, aceite tranquilo en los costados del atleta, en los costados de los príncipes de Mali Gacela de ataduras celestes, las perlas son estrellas sobre la noche de tu piel. Delicias de los juegos del Espíritu, los reflejos del oro en tu piel que se tornasola En la sombra de tu cabellera, se ilumina mi angustia en los soles próximos de tus ojos.
Femme nue, femme noire Je chante ta beauté qui passe, forme que je fixe dans l’Éternel Avant que le destin jaloux ne te reduise en cendres pour nourrir les racines de la vie.
Mujer desnuda, mujer negra Yo canto tu belleza que pasa, forma que fijo en lo Eterno Antes de que el destino celoso te reduzca a cenizas para alimentar las raíces de la vida. Versión de César Navarrete Vásquez.
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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES II
Émeute á Harlem
Disturbio en Harlem
Et je me suis réveillé un matin De mon sommeil opiniâtre et muet, Joyeux, aux son d’un jazz aérien, Ils ont débandé les plaies de leur monde gangrené. Et lors, j’ai vu leurs turpitudes Sous le velours et la soie fine. J’ai voulu avaler ma salive, Je n’ai pu. Ma tête est une chaudière bouillante D’alcool, Une usine à révoltes Montée par de longs siècles de patience. Il me faut des chocs, des cris, du sang, Des morts !
Y me desperté una mañana De mi sueño obstinado y mudo, Feliz, al son de un jazz aéreo, Ellos desvendaron las llagas de su mundo gangrenado. Y entonces, vi sus ignominias Bajo el terciopelo y la seda fina. Quise tragarme la saliva, Pero no pude. Mi cabeza es una caldera hirviente De alcohol, Una fábrica de rebeliones Acrecentada por largos siglos de paciencia. ¡Necesito embates, gritos, sangre, muertos! Versión de César Navarrete Vásquez.
Le tótem
El tótem
Il me faut le cacher au plus intime de mes veines L’Ancêtre à la peau d’orage sillonnée d’éclairs et de foudre Mon animal gardien, il me faut le cacher Que je ne rompe le barrage des scandales. Il est mon sang fidèle qui requiert fidélité Protégeant mon orgueil nu contre Moi-même et la superbe des races heureuses ...
Debo esconder en lo más íntimo de mis venas Al Antepasado de la piel de tormenta surcada por relámpagos y rayos A mi animal guardián, debo esconderlo Para que no rompa la represa del escándalo. Él es mi sangre fiel que demanda fidelidad Quien protege mi orgullo desnudo contra Mí mismo y contra la soberbia de las razas felices... Versión de Óscar Pinto Siabatto
Brouillard
Neblina
Le brouillard me fait peur ! Et ces phares yeux hurlants de quels monstres Glissant sur le silence. Ces ombres qui rasent le mur Et passent, sont-ce mes souvenirs Dont la longue file va-t-en pèlerinage ? Le brouillard sale de la ville ! De sa suie froide Il encrasse mes poumons qu’a rouillés l’hiver, Et la meute de mes entrailles affamées vont aboyant en moi Tandis qu’à leur voix répond La plainte faible de mes rêves moribonds.
¡La neblina me da miedo! Y esos faros ojos gritones de qué monstruos Resbalándose en el silencio. Esas sombras rasgando el muro Y que pasan, ¿serán mis recuerdos Que en larga fila van peregrinando? ¡La niebla sucia de la ciudad! De su hollín frío Que obscurece mis pulmones roídos por el invierno, Y ladran adentro mis entrañas como hambrienta jauría Mientras con frágil quejumbre responden A sus voces mis sueños moribundos. Versión de Antonio Cisneros y Nelson Vallejo-Gómez
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LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR
Je suis seul
Estoy solo
Je suis seul dans la plaine Et dans la nuit Avec les arbres recroquevillés de froid Qui, coudes au corps, se serrent les uns tout contre les autres.
Estoy solo en la planicie Y en la noche Con los árboles retorcidos de frío Que, cual codos en el cuerpo, se abrazan los unos a los otros.
Je suis seul dans la plaine Et dans la nuit Avec les gestes de désespoir pathétique des arbres Que leurs feuilles ont quittés pour des íles d’élection.
Estoy solo en la planicie Y en la noche Con los gestos desesperados y patéticos de los árboles Cuyas hojas se han ido a las islas elegidas.
Je suis seul dans la plaine Et dans la nuit. Je suis la solitude des poteaux télégraphiques Le long des routes Desertes.
Estoy solo en la planicie Y en la noche. Soy la soledad de los postes telegráficos A lo largo de las rutas Desiertas. Versión de Óscar Pinto Siabatto
Escuela Pedagógica Experimental Una experiencia de vida
Kilómetro 4.5 Vía La Calera Tels: 6486823 - 6485371 3143824445 - 3143824470
La Soledad: Tvsal. 29 # 38 - 27 Tels: 2442136 - 269 5658
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Foto: Mara, 2019.
HOMENAJE DEL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ A
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Luz Mary Giraldo:
celebración de la memoria Prólogo a la antología poética de Luz Mary Giraldo, Alfabeto de otros días,
publicada por Corpoulrika y el Instituto Caro y Cuervo con motivo del homenaje que le rindió el xxviii Festival Internacional de Poesía de Bogotá. POR ENZIA VERDUCHI Cuando la tendencia en la poesía actual es la experiencia de lo inmediato, la concentración del instante, la enumeración en tiempo presente, Luz Mary Giraldo convoca y evoca la memoria, ofrece vivacidad y pasión a la nostalgia como lo muestran sus poemarios: El tiempo se volvió poema (1974), Camino de los sueños (1981), Con la vida (1997), Hoja por hoja (2003), Postal de viaje (2004), Sonidos en la luz (2010), Llévame como un verso (2011), De artes y oficios (2015) y Caza de sombras (2019). Los versos de Giraldo oscilan sobre el amordesamor, la muerte, el pulso temporal, la espera como una promesa, temas que lleva consigo en su travesía, porque «el mundo se llena con ausentes». La poeta preserva la voz de la tribu como un presentimiento, donde todo nudo debe deshacerse en el pasado para dejar fluir el presente: El ave que algunos llaman tiempo se alargó en el desierto de los hombres y cada mañana se enredó en sus ojos Trataron de construir una palabra pero faltaron piedras: nadie pudo entenderse desde entonces
[«Nunca llegó el verdadero y sabido nombre»]
Giorgos Seferis sostuvo que «La memoria, donde se la toque, duele…», así las referencias sobre la
fiel Penélope que paciente teje y desteje, las sordas profecías de Casandra o la reminiscencia de la entrega de Ariadna sostenida tan solo por un hilo. El mito es piedra angular en Luz Mary Giraldo, converge para mostrar el envés de la metáfora. La memoria se manifiesta como un nervio tenso en las pequeñas cosas, en los detalles, permitiéndonos adentrarnos en la densidad de la espesura cotidiana: Uno llega de pronto a darse cuenta que el árbol las calles la lluvia el sol el vértigo no son el mismo árbol el mismo espacio el clima de otro tiempo la pasión del amor sino el color vacío del objeto sin sueños. [«Como lluvia finísima», fragmento]
El silencio, la ausencia, el exilio, el deseo, ciertos nombres, ciertos momentos, la casa, el jardín, el reloj, el espejo, el ruido de las calles, el insomnio, la escritura, el paso de los trenes, el viento entre las ramas de los árboles, los gatos, los pájaros, las preguntas… todo es vida y es memoria, materia de la que está compuesta –con exactitud musical y delicada retórica– la cartografía poética y anímica de Giraldo. La obra de Luz Mary Giraldo ha sido macerada lentamente por más de cuatro décadas, alcanzando ULRIKA 66 |
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su mejor definición y mayor madurez. Vaya pues este homenaje, en el marco del xxviii Festival Internacional de Poesía de Bogotá, para celebrar a una de las más altas voces de la poesía colombiana. Ciudad de México, mayo de 2020.
Luz Mary Giraldo
Notas con motivo de su homenaje LA POESÍA DE LUZ MARY GIRALDO POR MANÉ ZALDÍVAR Desde su primer poemario, en 1974, Luz Mary Giraldo ha ido construyendo su obra poética como esa «sombra sigilosa» que ingresa a perderse en el laberinto, consciente de la dificultad de estampar sobre la página el cuerpo de la palabra. Esa palabra suya, montada en «El tren de la memoria» se hace presente, tanto en su consistente materialidad canalizada a través de los ojos, el oído, las manos, la boca y la nariz, cual «tierra caliente y sus olores», como también a través de una tela inasible que se dibuja en el aire como esa brizna de luz casi imperceptible que dejan aquellas velas que «aman la fuerza del viento». En la totalidad de su obra, de página en página y de libro en libro a lo largo de los años, la levedad de una imagen que se percibe etérea como un suspiro y la intensidad de vívidas y tangibles imáge18
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nes irán armoniosamente entrelazadas, como la de ese ruiseñor que le «canta al eco enredado en una sombra / bañada de cerezos». Es por ello que esta vez solo apunto a un aspecto de la poesía de la autora. Lo hago porque me parece que constituye el eje central que articula toda su obra; esto es, que el arte de su escritura asume con éxito el desafío de presentar y moverse permanentemente en un baile entre opuestos, en un vaivén que, paradojalmente, se convierte en la columna vertebral de esta danza entre luz y sombra; aire y tierra; sonido y silencio; sueño y vigilia; noche y día; densidad y levedad; claro y oscuro; concreto y abstracto; cuerpo y sentimiento; tristeza y melancolía, como en esa «Calle de París» desde donde nos “Llega una imagen imprecisa en la noche”, mientras percibimos que
MANÉ ZALDÍVAR / GIOVANNA BENEDETTI
«la música se eleva», al tiempo que «La memoria sonríe ante un gato arrebujado» y «Alguien duerme en la acera / respira / se acurruca» y se duerme hambriento al son de una música que «resuena con fatiga». Y es por ello que, aunque lo que se oiga en el silencio de la noche parisina sea a Miller en un magistral solo de jazz, lo que se escucha y escuchamos realmente serán «los guijarros de la soledad» sobre los que yace el vagabundo. La poesía de Luz Mary Giraldo nos llega a través de la voz de una hablante que nos entrega una
tela que, como «aire cortado por un vuelo», puede parecer leve e inasible pero que, al mismo tiempo, se «teje y desteje» con oficio y energía hasta conformar una voz ineludible, una colorida «colcha de voces» protectora que acompaña y abriga a través del tiempo, y que se ha constituido, además, en un ejercicio irrenunciable para la autora ya que, quiéralo o no, «nace el poema con la vida y la muerte/ atormentando la punta de la lengua». La Laguna de Zapallar, Valparaíso, febrero, 2020.
RETRATO DE UNA AMIGA POETA POR GIOVANNA BENEDETTI Conocer a Luz Mary Giraldo es aprender a volar con ella. Es dejar que te atrape en el viento –y te muestre su afecto de amiga– con esa misma cercanía con la que te invita a leer sus versos. Elegante y llena de motivos, su voz poética es ante todo un camino de ida y vuelta. Viene del silencio y busca el grito; se expande buscando caminos… y al cabo vuelve por sus pasos cruzada de laberintos: Ariadna, los jardines ocultos, la luz más allá de su nombre, la música, la armonía, el recuerdo contra el olvido, gatos de todo pelaje y esos pájaros universales que aletean sin rumbo fijo. Con su mirada cultísima (y la sensibilidad que obliga al verbo) la poeta amarra con arte todos los cabos sueltos. De artes y oficios, se titula adecuadamente uno de sus poemarios, en el que va estableciendo, verso a verso, el tránsito de los afectos en su desolada fragmentariedad. Artífice de una búsqueda que incita a lo trascendente, cada uno de sus poemarios parece funcionar como un camino de ascesis. En Sonidos en la luz (2009), por ejemplo, la oscuridad primi-
genia abriga sus transformaciones, en tanto que la claridad se convierte en palabra. Este rico artificio metafórico nos lleva a mirar con asombro el silencio, el crecimiento de los árboles, las agujas del reloj, el vuelo de los pájaros; a cuestionar la rutina del cuerpo y la memoria y a activar, estéticamente, toda la mecánica creativa. Una buena cantidad de cosas parecen excepcionales en la manera como Luz Mary Giraldo exorciza sus demonios y nos ubica en su tejido. Y es que al dominio de su expresión estética, se suma en todo momento la dimensión metafórica, con símbolos personalísimos que cautivan y sobrecogen por la riqueza de sus figuraciones. La lluvia, los pájaros, los gatos, los silencios, el amor, los temores, la soledad y sus espectros… todos, al mismo tiempo, se balancean buscando apoyos, revolviendo los viejos mitos y agujereando sus fronteras. Y es allí, en el cruce de esas vueltas, y entre tantas confesiones, donde la obra, en su conjunto, se nos presenta como una invitación primordial a alzar el vuelo. ULRIKA 66 |
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Para una poeta tan llena de recursos como Luz Mary Giraldo, no resulta demasiado difícil desdoblar el calendario, separar la rutina cotidiana de su materia insólita, y dejarse llevar por la intuición. La intuición, sí: esa que planea con letras grandes sobre la condición humana, y que se lanza a ratos en picada con todas sus consecuencias. Y es que en la extensa obra poética de Luz Mary Giraldo todo encaja finalmente en el largo itinerario de un viaje que no cesa. Un recorrido que seguramente ya se inicia con los colores más genuinos de su Ibagué original; que sube luego, escalando el mediodía, hasta el mágico esplendor bogotano donde la poeta continúa afinando los sentidos, con su gran orquesta ritual de pájaros y cuerdas. San Lorenzo de El Escorial, Madrid, febrero de 2020.
LUZ MARY GIRALDO: EL ARTE Y OFICIO DE LA LUZ POR MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ ¿Cómo son los sonidos en la luz? Dada su condición de partícula y de onda, ya nos sentíamos altamente interpelados por ella. Los fotones modificaron el espacio científico pero los poetas se aproximan a realidades intangibles que resultan tan vitales como aquellas. El enigma de la luz nos acompaña desde que abrimos los ojos: se nos «da a luz», se nos entrega ese exilio (esa plenitud precaria) y la rotación en elipse alrededor de un sol inalcanzable y necesario. Einstein soñó con cabalgar la luz como si fuera un caballo. ¿En ella, qué sonidos son posibles? ¿El del relincho en tanto modo del amor? 20
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¿El de la boca que silba su verdad sobre la tierra? Luz Mary Giraldo ha prestado atención a esa partitura de lo invisible. Escribió Sonidos en la luz (2009). Escuchó un canto de pájaros que solo es interrogante, que se amontona en huesos rotos. Puso su delicado pabellón auditivo sobre las tinieblas y se atormentó con la presencia de la ruina y el miedo, aunque también había árboles que cantaban y el sonido de la luz que todo lo habita. No sangraban las abiertas cicatrices pero su presencia es la memoria del dolor porque la sombra desdoblaba los «hilos de ceniza».
MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ / ÁLVARO MIRANDA
Como en otros libros de la autora colombiana, la composición arquitectónica es muy cuidadosa. Cada poemario suyo es nido y bosque. En él (libro, nido, bosque) se sueltan los sonidos y forman poemas musicales, bellamente desgajados de la corteza seca, solícitos en la elección de los vocablos y su pulsación sobre la noche de la página. Versos breves, cincelados minuciosamente pero siempre buscando la naturalidad, la sencillez –solo aparente– en la captación del instante, la «epifanía del amor». Porque ese libro, Sonidos en la luz, posee algunas de las cualidades más notables de la escritura giraldiana: la creación de atmósferas sutiles y
sugerentes a las que se ha referido Martha L. Canfield, ese trazo fino y bien delineado del que habla María Baranda y, en conjunto, la plena conciencia metapoética que se vuelca en un oficio elegante de gran evocación y lucidez, como señaló Juan Liscano. En todos [sus libros] su condición de lectora y escritora se cruzan y dan la mano permanentemente. En Sonidos se revela además, el oído más atento. Ese oído colocado delicadamente sobre cada quien, pero también sobre ella misma y los territorios sonoros de la luz. Salamanca, febrero de 2020.
SONIDOS MESURADOS POR ÁLVARO MIRANDA
[…] la poesía de Luz Mary Giraldo se aparta de lo directo o de aquello que tan cruelmente la razón pueda explorar con sus argumentos, para unirse a aquellos que en la metáfora han encontrado otra forma de explicación de la realidad. El solo título [Sonidos en la luz] ya coloca al lector en ese espacio dual donde los dos sustantivos dejan de ser lo que son parar girar, es decir, hacer metáfora […] En su poesía se llega a un espacio propio en el que lo exagerado de los temas se vuelve mesurado. Esto, en beneficio de inventarios, significa renovación. Manifiesta las emociones con referentes que no exaltan la realidad externa porque el tratamiento del yo interno tiene un sentido psicológico que se atribuye al uso que hace del lenguaje, al mezclar lo interno y lo eterno para crear imagen, para hacer de la poesía un equilibrio sin definición que no se detiene en la exac-
titud sino en la alteración intencionada. Las imágenes se articulan, se complementan como si se hilvanaran para construir una secuencia que se extiende, porque la poesía es así, una extensión que no se acaba en el poema, sino que continúa por ella sola en una jaculatoria que el lector continúa después de la lectura del poema cuando hace su silencio, como cuando dice: La vida por siempre dando vueltas y como un centinela la muerte en los rincones llama en silencio con todo y sus gerundios: gato lamiéndose despacio perro ladrando en la mitad del sueño pájaro cantando al comenzar el día mientras tejen su tela las arañas.
Fragmento del texto publicado en Boletín Cultural y Bibliográfico, vol. 46, núm. 83, 2012.
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Poemas de Luz Mary Giraldo en lenguas romances AL FRANCÉS Postal de viaje
Carte postale [...] es posible que quienes te saludan sean también solitarios que no tienen ni visitas ni ausencias. Miguel Méndez Camacho
Viajar: abrir las alas contra el viento. Empacar la valija un secreto placer algo de miedo un ramo de violetas y el insomnio la lámpara encendida. Decir adiós a los que dejas y el beso recibido a la llegada tiene otro rostro: colores de un nuevo domicilio el perfil de otros árboles sonidos diferentes sorpresa de la lluvia. La tarjeta postal que nunca envías la luz de enero o de noviembre la carretera desde el aire la angustia en una hoguera escenas dispersas reunidas el rumor de las hojas al recuerdo. Viajar es mudarse de sí mismo estrechar otras manos esconder el silencio responder a los ojos que saludan. Sonreír a la vida que comienza alejarse de un lado y acercarse del otro con mirada encendida.
[...] il es possible que ceux qui te saluent soient aussi de solitaires qui n’ont ni visites ni absence. Miguel Méndez Camacho
Voyager: ouvrir les ailes contre le vent. Boucher la valise un plaisir secret un peu du peur un bouquet de violettes et l’insomne la lamp allumée. Dire adieu à ce que tu laisses et le baiser reçu à l’arrivée a un autre visage: couleurs d’un nouveau domicile la silhouette d’autres arbres de sons différents surprise de la pluie. La carte postale que tu n’envoies jamais la lumière de janvier ou de novembre la route vue du ciel l’angoisse dans un bûcher scènes éparses rassemblées le murmure du feuillage au souvenir. Voyager c’est déménager de soi-même serrer d’autres mains occulter le silence répondre aux regards qui saluent. Sourire à la vie qui comence s’eloiger d’un côté et se rapprocer de l’autre avec regard enflammé. Versión de Claramercedes Arango
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LUZ MARY GIRALDO
AL RUMANO Entre los árboles
Printre copaci
Oigo la vida pájaro carpintero la oigo en todas partes dándole fuerte a la corteza. Golpea contra el viento pica los días de madera.
Aud viața Gheonoaie aud pretutindeni Lovind u putere scoarța. Lovește împotriva vântului Ciugulește zilele lemnului.
Pájaro milenario golpea en el árbol de la vida y mientras las hojas caen cambia el color del tiempo se agota como reloj de arena marca muy lento más lento cada vez más lento lento.
Pasărea milenară Bate în copacul vieții Și în timp ce frunzele se scutură Culoarea timpului se schimbă Se termină nisipul clepsidrei El pică lin De fiecare dată mai lin Mai lin Lin.
Oigo sonar de nuevo la corteza: otro pájaro inicia la jornada y el día comienza como la noche entre los árboles.
Eu aud cum scoarța răsună din nou: Altă pasăre își începe drumul Iar ziua ca și noaptea purcede Printre copaci. Versión de Lana Dumitru.
AL ITALIANO Arte de tejer
Arte di tessere
Como arañas colgadas en los muros se teje y desteje la tela pegajosa de quien cae en la red. Saltan nombres que un solo click trae de regreso al amor que se sabe pasajero. Todo cruza en los hilos de esa joven Penélope que junta el tejido de una nueva democracia. Entre caritas repetidas pasa la vida a la basura con cada una de las manos que señalan en todas direcciones me gusta no me gusta lo comparto y los dibujos ríen y lloran y aman y están tristes maúllan o ladran en las voces que trinan en esas avenidas de soledad y desamparo.
Come ragni appesi ai muri si tesse e si disfa la tela collosa di chi è preso nella rete. Saltano nomi che un solo click porta indietro all’amore che sappiamo transitorio. Tutto passa per i fili di questa giovane Penelope che unisce il tessuto di una nuova democrazia. Tra faccine ripetute la vita procede verso la spazzatura con ogni mano a segnalare tutte le direzioni mi piace non mi piace lo condivido e i disegni piangono e ridono e amano e sono tristi miagolano o abbaiano nelle voci che trillano lungo i viali della solitudine e dell’abbandono.
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Hay un juego de espejos en la red: el amor que no empieza y la amistad que se acaba las fotos que invaden la pantalla la imagen cambiante como la ropa vieja la tensión de los puntos que anuncian la escritura esperada. En ese espejo de letras solitarias teje una araña el laberinto donde Asterión se esconde y Teseo busca los hilos que lo acercan a Ariadna o que lo alejan.
Nella rete c’è un gioco di specchi: l’amore che non inizia e l’amicizia che si consuma le foto che invadono lo schermo l’immagine cangiante come i vecchi vestiti la tensione dei punti che annunciano la scrittura attesa. In quello specchio di lettere solitarie un ragno tesse il labirinto dove si nasconde Asterione e Teseo cerca i fili che lo avvicinano ad Arianna o che lo allontanano. Versión de Alessio Brandolini y Martha L. Canfield.
AL PORTUGUÉS Canción en el exilio
Canção no exílio
Quien me observa ve la sombra de unos ojos vacíos oye palabras que mueren antes de la voz.
Quem me observa vê a sombra de uns olhos vazios ouve palavras que morrem antes da voz.
En otro lugar del mundo mi gesto se repite: nada es todo, canción sin entonar pájaros sobre la hierba seca.
Em outro lugar do mundo meu gesto se repete: nada é tudo, canção sem entoar pássaros sobre o capim seco.
En el perplejo horizonte cuando la negra noche cae sobre mí soy un jardín en desorden angustiada razón enloquecida luciérnaga.
No horizonte perplexo quando cai a noite negra sobre mim sou um jardim em desordem angustiada razão enlouquecido vagalume.
Con la patria en el corazón me desangro, Con la palabra madre, padre, hija, hermana, tierra, lengua, deliro en la oscuridad vagabundeo me pierdo.
Com a pátria no coração, dessangro. Com a palavra mãe, pai, filha, irmã, terra, língua, deliro na escuridão deambulo me perco.
Me deslizo y busco, me escondo, y es larga la noche sin lengua, sin sonido, en sombra. Danza macabra. Caída sin fin al no sé donde. Puerta cerrada del insomnio.
Deslizo e busco, me escondo, e é longa a noite sem língua, sem som, em sombra. Dança macabra. Caída sem fim no não-sei-onde. Porta fechada da insônia. Versión de Antonio Miranda.
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poetas brasileñas El xxviii Festival Internacional de Poesía de Bogotá contó entre sus invitadas a cuatro voces jóvenes de la poesía brasileña actual. He aquí una muestra de sus obras.
Alexandra Maia (Río de Janeiro, 1981) Poeta, periodista, productora de cine y teatro. Los poemas aquí incluidos pertenecen a Un objeto afilado (2020; Numa Editora, Brasil, 2019; Editora Gato Bravo, Portugal, 2019). Ha publicado además Coração na Boca (7Letras, 1999).
Não?
¿No?
Um não cedo demais pode ser a morte do embrião do gesto, do amor, da ideia do acorde enfim
Un no demasiado pronto puede ser la muerte del embrión del gesto, del amor, de la idea del acorde al fin
Um não a mais e cedo pode significar medo que grita para ganhar de mim Hoje um sonho quis voar Vi quando foi puxado da janela o ar já em seu rosto asas vibrantes por ganhar vida
Un no de más y pronto puede significar miedo que grita para apoderarse de mí Hoy un sueño quiso volar Vi cuando lo jalaron de la ventana el aire ya estaba en su rostro alas vibrantes por ganarse la vida
Um não cedo demais mata tantas ideias como uma metralhadora Não que todas tenham que vingar Não! Mas um não cedo demais pode matar o que tanto quero dizer pra você o que tanto queria fazer, mas não
Un no muy pronto mata tantas ideas como una ametralladora No es que todas tengan que vencer ¡No! Pero un no demasiado pronto puede matar lo que tanto quiero decirte lo que tanto quería hacer, pero no
O não sai silencioso agarra o impulso pelo rabo barra a coragem na porta arrasta o desejo pela contramão
El no sale silencioso agarra al impulso por la cola bloquea la valentía en la puerta jala al deseo en dirección opuesta
Uma febre em flor
Una fiebre en flor
Colheste uma flor com febre
Recogiste una flor con fiebre
Repito A flor que escolheste tem febre e fome
Repito La flor que escogiste tiene fiebre y hambre ULRIKA 66 |
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4 POETAS BRASILEÑAS
Fome e febre que rompem da flor a casca semente e vício de ser dura
Hambre y fiebre que rompen de la flor la corteza semilla y adicción a ser dura
É esperado que a flor se abra mas o abrir-se liberta uma dor que dobra a flor que se desdobra –em teus dedos– para ser mais que flor
Se espera que la flor se abra pero el abrirse libera un dolor que dobla a la flor que se desdobla –en tus dedos– para ser más que flor
Cuidado O abrir-se nela é sem fundo
Cuidado El abrirse en ella no tiene fondo
O vazio exposto na flor que tocas com fome e febre esconde folhas ao vento pólen, orvalho resquícios
El vacío expuesto en la flor que tocas con hambre y fiebre esconde hojas en el viento polen, rocío vestigios
que o abrir-se o abrir-se incendeia tudo
que al abrirse el abrirse incendia todo
Lílian Almeida (Salvador de Bahía, 1983) Poeta, tallerista y docente universitaria. Ha publicado en poesía Pulsares (2019), libro vencedor del Prémio Caramurê de Literatura. Los poemas publicados aquí están incluidos en Orillas de América Literaria, traducción de John Galán Casanova.
Purificação Quién es aquella desconocida que la suplanta. Ketty Blanco
Purificación Quién es aquella desconocida que la suplanta. Ketty Blanco
Enfrento meus demônios quando escrevo. Estraçalho-me.
Enfrento mis demonios cuando escribo. Estallo.
Nos olhos de quem sou, torpeza e vilania. No oco de minha humana idade salsugem, sargaço. Salgo as minhas carnes abertas.
En los ojos de quien soy, torpeza y villanía. En el hueco de mi humana edad limo, sargazo. Salo mis carnes abiertas.
Cada palavra um golpe
Cada palabra un golpe
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ALEXANDRA MAIA / LÍLIAN ALMEIDA
uma queda uma força. Me esgoto no último ponto.
una caída una fuerza. Me agoto en el último punto.
Purgar-me é viver tudo por inteiro.
Purgarme es vivir todo por entero.
Sigo mesma e outra mulher mãos dadas ao pior de mim.
Sigo misma y otra mujer dada a lo peor de mí.
Avito
Ancestro
Os olhos negros da avó dizem memórias anoitecidas na minha pele.
Los ojos negros de la abuela dicen memorias anochecidas en mi piel.
Fogo prometido
Fuego prometido
Todos os dias um verme come meu fígado. Fico sem pernas e braços que façam alguma coisa. Resta um coração com artéria e veia já engorduradas, um sangue que chega sem vontade e sai com pouca disposição.
Todos los días un gusano come mi hígado. Quedo sin piernas y brazos. Resta un corazón con venas y arterias ya obstruidas, sangre que llega sin ganas y sale con poca disposición.
Todos os dias gasto água para lavar as tripas, amolecer a sujeira que eu mesma produzi. Gasto horas purgando o estômago a ver se expulso o que me corrói.
Todos los días gasto agua para lavar las tripas, ablandar la mugre que yo misma produzco. Gasto horas purgando el estómago a ver si expulso lo que me corroe.
Todos os dias, um frente ao outro, continuamos o jogo perdido. Exercito me enxergar no verme e cada vez descubro uma parte minha que está nele. Cada vez recupero-me e a bile desbasta as gorduras que excedem limpa as sobras do que não serve.
Todos los días, uno frente al otro, continuamos el juego perdido. Practico contemplarme en el gusano y cada vez descubro una parte mía en él. Cada vez me recupero y la bilis desbasta la grasa limpia las sobras de lo que no sirve.
Todos os dias nos vemos no espelho e já não baixo os olhos. Pressinto o dia em que serei inteira a as minhas vísceras serão o próprio fogo.
Todos los días nos vemos en el espejo y ya no bajo los ojos. Presiento el día en que seré plena y mis vísceras serán el propio fuego.
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4 POETAS BRASILEÑAS
Laura Liuzzi (Río de Janeiro, 1985) Poeta y cineasta. Ha publicado: Calcanhar (7Letras, 2010), Desalinho (Cosac & Naify, 2015) y Coisas (7Letras, 2016).
Vontade
Deseo
Entrar em casa sem que a porta rangesse, sem que o cachorro da vizinha farejasse minha vinda sem que o sofá conservasse as formas do meu corpo, sem que eu precisasse tomar aquele copo de água que toca o azulejo e emite um som rouco, sem que houvesse corpo. Entrar em casa como a música entra nos ouvidos.
Entrar a casa sin que la puerta crujiera, sin que el perro de la vecina olfateara mi llegada sin que el sofá conserve las formas de mi cuerpo, sin que yo tuviera que tomar ese vaso de agua que toca el azulejo y emite un ruido ronco, sin que hubiera cuerpo. Entrar a casa como la música entra en los oídos
Sobre um livro
Sobre un libro
Ler à noite nesse quarto à meia voz metade som metade sopro – emprestar vida ao livro antes morno sem rumor deixá-lo que use minha voz me surpreenda a cada linha de língua inglesa até que desalinhe: ondula, angula-se dobra a curva e desaparece.
Leer de noche en este cuarto a media voz mitad sueño mitad soplo —prestar vida al libro antes tibio sin rumor déjalo que use mi voz que me sorprenda en cada línea de lengua inglesa hasta que se alborote: se ondea, se inclina dobla la curva y desaparece.
Promessa
Promesa
Nenhuma palavra atravessa teus olhos mas a luz mas os cavalos as caravelas cruzam os campos e te dizem as coisas
Ninguna palabra atraviesa tus ojos aunque la luz, los caballos, las carabelas cruzan los campos y te dicen que las cosas
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LAURA LIUZZI / MARILIA GARCÍA
são feitas de tempo e o tempo mesmo não se vê, mas de olhos fechados.
están hechas de tiempo y el tiempo mismo no se ve, sino con ojos cerrados.
A porta que range devagar é da culpa que evita os rompimentos o silêncio que entope as artérias do ar até ao enfarte é das longas frases que engolí durante o jantar.
La puerta que rechina lentamente es de la culpa que evita las rupturas el silencio que obstruye las arterias del aire hasta el infarto y de las largas frases que me tragué durante la cena.
Mas e se te disser que é tempo de inverter as ruínas, como sucede aos braços esqueléticos das árvores a floração vivíssima das primaveras?
Pero ¿y si te dijera que es tiempo de invertir las ruinas, como sucede a los brazos esqueléticos de los árboles la floración vivísima de las primaveras?
Está de pé a velha promessa de viver a manhã infinita...
Está de pie la vieja promesa de vivir la mañana infinita.
Marilia García (Río de Janeiro, 1979) Poeta y traductora. Ha publicado, entre otros, 20 poemas para tu walkman (2007), Error geográfico (2012) y Cámara lenta (2017, Premio Océanos de Lengua Portuguesa, 2018), al que pertenece lo aquí publicado en versión de Rodrigo Álvarez.
uma equação no hyde park
una ecuación en hyde park
[fragmentos]
[fragmentos]
[...] está chovendo no hyde park hoje e lembro de ter andado num parque de ângulos quadrados com o menino da caixa preta que tinha uma foto de uma floresta nórdica virada de ponta-cabeça na parede do seu quarto e que gostava de contar até 24 depois de cruzar o gradil. a gente andava no meio-fio e sentava no parque e depois deitava e o roupão preto felpudo
[...] está lloviendo en hyde park hoy y me acuerdo de haber andado por un parque de ángulos cuadrados con el niño de la caja negra que tenía una foto de un bosque nórdico dada vuelta hacia abajo en la pared de su cuarto y que le gustaba contar hasta 24 después de cruzar la verja. andábamos por el cordón y nos sentábamos en el parque y después nos echábamos y la bata negra mullida ULRIKA 66 |
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4 POETAS BRASILEÑAS
já na casa dele e o roommate chamado steve que amava uma japonesa. está chovendo no hyde park hoje e não sei o que dizer a ele que agora está sentado algumas mesas à frente e que dentro de um filme seria alguém que diz sim mas não estou dentro de um filme — ouço a voz em eco no buraco do real — e me refaço pensando que podia contar que o gps funcionou e indicou o ponto de encontro mas a mensagem só chegou depois. está chovendo no hyde park hoje e podia contar que meu coração tinha sido arrancado pela boca e que estava esquecido sobre uma pedra com o sangue ainda quente. sim, está chovendo no hyde park e ao inferno já desceram um ou dois ou três mas ele há de subir atravessando as curvas, [...] está chovendo no hyde park e aquele par de olhos encontra os meus, e esse cruzamento de olhares me distrai por um momento da equação. 30
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ya en su casa y el roommate llamado steve que amaba a una japonesa. está lloviendo en hyde park hoy y no sé qué decirle a él que ahora está sentado algunas mesas adelante y que dentro de un film sería alguien que dice sí pero no estoy dentro de un film –escucho la voz en eco en el agujero de lo real– y me recompongo pensando que podría contarle que el gps funcionó y marcó el punto de encuentro pero que el mensaje solo llegó después. está lloviendo en hyde park hoy y podría contar que mi corazón había sido arrancado por la boca y que estaba olvidado sobre una piedra con la sangre todavía caliente. sí. está lloviendo en hyde park y al infierno ya bajaron uno o dos o tres pero él ha de subir atravesando las curvas, [...] está lloviendo en hyde park y aquel par de ojos encuentra los míos, y ese cruce de miradas me distrae por un momento de la ecuación.
Foto: Eva Contreras.
PRESENCIA DE
LUIS MIGUEL MADRID UN POETA DE TODOS NOSOTROS ULRIKA 66 |
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PRESENCIA DE LUIS MIGUEL MADRID, UN POETA DE TODOS NOSOTROS
Luis Miguel Madrid (1960-2020) POR CARLOS LÓPEZ Se llevó el covid-19 al poeta Luis Miguel Madrid el 18 de abril de 2020 y su ausencia física es recordada por quienes convivieron y se beneficiaron con su cercanía. A quienes nos engrandeció con su poesía breve nos queda la alegría de sus palabras cernidas por un crisol acromático, su lenguaje llano, su antigrandilocuencia, su mirada profunda, su antisolemnidad, su humor, tan difícil en poesía. En sus poemas, Luis Miguel retrató la cotidianidad y sus vericuetos más impensados; no la analizó, la poetizó con sabiduría, sin aburrimiento, con nostalgia, con ironía. Amaba la vida. En sus versos reitera su evo-
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cación al mar, lo invoca. En algo se pareció su vida a la de un capitán de barco. Dirigió un bar, una revista con nombre palindrómico, obras de teatro. Despido al «poeta, cuentista, crítico literario, letrista y chascarrillero» —como se autodescribía en las solapas de sus libros— con su poema «Sueños»: Me duermo sólo cuando consigo marcar el gol que no metí en aquel partido que no jugué porque sabía que iba a fallar el tanto más importante de mi vida.
ÁLVARO MATA GUILLÉ
La última vez que estuve en El Pandora POR ÁLVARO MATA GUILLÉ La última vez que estuve en El Pandora fue un mes de octubre, casi en noviembre, cuando el frío invadía Madrid y caía un poco de lluvia, que junto a las sombras que parpadeaban entre las luces, oscurecían aceras y calles. Fue antes de la llegada de la nieve, antes de que apareciera la incertidumbre con un poco más de frío, que nos envolviera el miedo recluyéndonos en las casas e intentáramos escapar de la peste, del peligro, del rostro del otro, como tantas veces ha sucedido en el transcurso de la historia, que ante la presencia de la muerte –de lo ausente que vislumbra en el horizonte– nos escondíamos en mazmorras, en sótanos, en cuevas, en el algo detrás de la espesura murmurando entre los ríos, más allá de las murallas. Fue un viernes temprano, vísperas de mi regreso a México el sábado, cuando decidimos ir al Pandora, siguiendo nuestros pasos casi sin pensar, en busca de Luismi, sin saber tampoco (quién iba imaginar o quién lo adivinaría) que al reunirnos esa noche –con la sorpresa de encontrarnos y conversar, con un abrazo largo, unas copas de vino, una charla sólo interrumpida por las risas prolongadas hasta la madrugada– sería la última vez que nos veríamos, quedando las bromas –los abrazos, los carcajeos, el hasta pronto– escondidas entre los libros, junto a los recuerdos de otras ocasiones, de otras visitas, que yacían pegados a los recovecos y a los retratos, los que susurraban junto a los fantasmas que se sentaron, ese día también, a beber una copa de vino, a conversar con nosotros, a mirarnos. Quizá, como en Pedro Páramo, las voces roncas que emergían de la penumbra, sos-
pechaban algo de lo que vendría, pues me insistieron una y otra vez, junto a Luismi haciendo coro, que me quedara, que siguiéramos con las risas y el vino, hasta ir a desayunar a alguna parte, pues no importaba –qué importancia tenían las cosas a veces– tomar un avión casi partiendo o dejarlo ir, que no importaba tampoco saber quién era, qué hacíamos aquí o para dónde vamos. Admito que titubeé un poco, que a veces la noche se alarga y el tiempo se detiene, como en la fiesta, el teatro, la poesía o el carnaval, cuando somos otros: yo mismo, vos, él-ella, nosotros en el otro lugar, como un espejismo. Yo negaba con la cabeza, hasta que salí corriendo hacia la Puerta del Sol por mi equipaje, para correr otra vez hasta la parada de la micro que me llevaría al aeropuerto, con la noche afuera y dentro mío, con los fantasmas todavía sonriéndome, sentados a mi lado, yo medio dormido. Al llegar a la terminal busqué mi vuelo sin que apareciera, descubriendo con sorpresa, que la salida prevista no era en la mañana, sino más tarde, casi al día siguiente. Dejé el equipaje con la aerolínea, regresé a la Puerta del Sol, con la madrugada a cuestas y el frío, quedándome solo, sin las voces, recordando: nos nutre lo efímero: cada momento es el último, cada instante brota por última vez. Hasta pronto Luismi, hasta la próxima noche en El Pandora, con los fantasmas.
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PRESENCIA DE LUIS MIGUEL MADRID, UN POETA DE TODOS NOSOTROS
Dolor: ese puente entre el Tánatos y el Eros en la poesía de Luis Miguel Madrid POR DARÍO SÁNCHEZ-CARBALLO Que vengan cosas y acontecimientos, que la nada imponga lo que pueda y en los cajones donde se archiva la pena que la muerte viva. Luis Miguel Madrid
Mis palabras en días pasados, a los pocos de la muerte del poeta, susurraban «supongo que a estas alturas ya habrás calculado la cifra aproximada de voces que te acompañan, esos espectros amigos que percibías en tus poemas del Cine de sábanas blancas», libro muy apreciado para sus cofrades en Colombia, porque fue en este país donde se editó y publicó en el año 2009. Después, se vino encima el xxviii Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Entre tantas imágenes poéticas, la de Luis Miguel seguía presente, como si estuviera a punto de bajar del avión que lo regresaba a esta ciudad. Pero las horas y las lecturas de poesía transcurrían, y entre las voces de los poetas, la de Luis no estaba. Entonces, ese vacío, que empieza a dar cuenta de que en verdad has perdido a alguien, se trata de llenar, con el recuerdo, con los versos, con la música y, a lo mejor, con un vino sobre la mesa. Quizá, lo que más causa dolor es el pensamiento de que algo fue injusto en el episodio de su muerte. Mas tratar de pararse en equilibrio sobre los platos de la balanza de la justicia resulta incómodo para cualquiera. Mejor, como diría el poeta «Que vengan cosas y acontecimientos, / que la nada imponga / lo que pueda y en los cajones / donde se archiva la pena / que la muerte viva». Es conocida y en poco será legendaria la manera afectuosa que tuvo Luis Miguel de vivir en el mundo, de relacionarse con él y con quienes lo 34
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habitamos. Por supuesto, existía su actividad cultural más allá de la poesía, como gestor, como dramaturgo y como capitán de María Pandora, lugar visitado por escritores, músicos y amigos. Ahora, sumemos a este mosaico de energía y generosidad una breve mirada sobre su obra. Sin grandes pretensiones filológicas, este es un acercamiento inicial a la poesía de un creador que merece más que las palabras de afecto, plausibles de sus amigos, un vistazo a su principal actividad, el ejercicio poético. Para empezar, en la poesía de Luis Miguel, Tánatos escribe su poema. Vive entre los versos y la memoria. Está en el cajón olvidado de la casa, pero también en la sofisticada sonrisa anunciando que en vísperas de la muerte la vida es más próxima, por lo menos para los ojos del poeta. Tánatos presente, como la misma vida. Situaciones en contrapunto, pero a veces simultáneas, en las que el dolor es el aglutinante de tales polos. «Hemos comenzado a construir el mundo / por sus alrededores, hemos hecho poemas y hemos visto / levantar ladrillos y talentos / en las murallas y en los huecos / que teníamos dentro […] Y si aceptamos el invite, que sea tres veces marzo / el argumento que nos lleve, / que abril ponga después los apretones, / o muera yo y desaparezca el mapa de mi tiempo». Hoy en día los juicios sobre la factura o la calidad estética de una obra de arte enfrentan diversas posiciones. En la poesía, habrá aquellos que están
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de acuerdo en que el poema ya no necesita de moldes, estructuras y que a partir del uso del verso libre se puede construir una imagen apelando solamente al ritmo y a una idea semántica particular; otros dirán que, al contrario, existe una idea estética en la poesía contemporánea cercana a lo confesional, lo conversacional, lo experimental, lo panteísta, o las irreverencias, a veces trasnochadas, buscando novedosas posiciones, que a lo mejor ya se habían postulado en un pasado no tan lejano. El yo que se expresa, está tocado por lo multicultural y lo transcultural; también por su polisemia, producto de la movilidad de posiciones ideologías y aun estéticas. Joan Campàs, así nos lo recuerda: «Se acepta la teoría posmoderna de que el yo no tiene un núcleo estable y es sólo una ilusión improvisada a partir de la compilación de imágenes mediáticas, mensajes sociales y deseos manipulados que interiorizamos para definirnos». Por ello, encasillar la obra poética de un autor puede resultar demasiado presuntuoso. Sin embargo, existen rasgos que definitivamente producirán una idea de estilo. En la obra de Luis Miguel diríamos que su estilo está entre una poesía confesional y una conversacional, más cercana a esta última. Pero si se estudia un poco más a fondo sus versos, notaremos que en medio de la aparente levedad, a veces confundida con lo coloquial, existe en su obra una carga filosófica que en ocasiones se acerca al panteísmo. En el poema «Me casaría contigo», el lector encontrará en las primeras líneas un tono llano que describe una situación desde la ironía: «Me casaría contigo si no fuera / porque tú no quieres hacerlo conmigo / y otra serie de circunstancias adyacentes […]». El poema termina con una vuelta inesperada, metafísica: «Por eso me rindo: se puede luchar contra un imperio / pero no contra los elementos». Son «los elementos» fundamento de conceptos metafísicos, y contra ellos es poco lo que el hombre común puede hacer. Este recurso se hace presente en varios de sus poemas, como «En el nombre de esta página» o «Comedia sin título». Su poesía sorprende al lector con tales giros. Lo coloquial ahora sugiere un estado de sofisticación, gracias a este trámite que señala ciertas posiciones filosóficas y aun espirituales. Es una cualidad que da cuenta de la
inteligencia de este poeta, quien logra escritos que son mucho más que una posición fácil. «Fácil sólo es la mierda», diría Vladimir Holan, o «Menos es más», Mies Van der Rohe. Sabemos, por demás, que lo difícil es ser sencillo. Regresando al aspecto de la muerte como contenido literario, Madrid le dedica todo un libro a la dama de la hoz, o, mejor dicho, a los espectros, que son parte del imaginario colectivo que representa al averno, al hades, al inframundo. Estos fantasmas en el libro El cine de sábanas blancas tienen las características propias de su levedad e inmaterialidad, pero las manías y defectos de los vivos, hasta son capaces de morir, de desaparecer: «Echaba de menos aquella solidez que tenía su cuerpo […] ser tan leve daba frío […] le molestaba pasar la noche en vela / preocupado por si estaría bien sujeto / o un golpe de aire le echaría a volar». El Eros, como forma de celebrar la vida, es también clave en su poesía. Se resalta el debate entre el dolor y el placer. Si es verdad que dolor y placer son aspectos de una misma cosa, y que sólo falta un instante para que lo placentero sea doloroso. En algunos poemas de Luis Miguel esto es evidente. «Exijo a mis amantes / que antes de un año me abandonen, / que se lo lleven todo, que me denuncien, […] irremediablemente me defraudan / olvidando el compromiso y condenándome a sufrir». Por supuesto, el sarcasmo es el aceite que suaviza la piel del poema. Ahora doy paso a la poesía de Luis Miguel Madrid, no sin antes abrir con el siguiente texto que recoge el Eros y el Tánatos en un cuerpo material y a la vez fantasma.
La fantasma de la curva No dudó ni una pizca el camionero, proyectó las luces altas sobre aquella hembra mojada; tocó la bocina, dio la intermitencia y arrastró su trailer a la cuneta con una lánguida frenada. La damisela en jarras, sin paraguas ni sujetador aguantó sacando pecho a que parara su cliente y por sesenta euros le salvó la vida impidiéndole llegar a la siguiente curva hasta que amainó la tormenta. ULRIKA 66 |
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PRESENCIA DE LUIS MIGUEL MADRID, UN POETA DE TODOS NOSOTROS
Poemas de Luis Miguel Madrid (Madrid, 1960-2020) De Rúa das Janelas Verdes
De Bormazo
No era el mar
Madragoa
El silencio parecía un relincho de caballos, Existía la paz, desconocíamos el ruido, pero por los adentros algo bravo vibraba que no era el mar.
Llegar a Ítaca es necesario para encontrar la desembocadura del Tajo. Hay que llegar más lejos que el error y volver luego a la alquimia de Bomarzo, desandar siglos y mesetas, atravesar paisajes de cerezos, fronteras de mentira y recordar mientras te miro las letras de un demonio que se llamó Pessoa: «soy del tamaño de lo que veo». A la península de los amores imperdibles que está junto al Bairro Alto le dicen Madragoa y se llega amando por los costados de los cuatro gigantes que llevamos dentro.
De La caja italiana
En el nombre de esta página Este inmenso espacio delimitado por esquinas, que linda a la izquierda con la página anterior y a la derecha con tus dedos debería estar cubierta con equis, como esas que se ponían al final de las postales para significar besos, uno por aspa; o como esas otras cruces que marcaban el vértice de aquel poema especialmente dedicado. Yo hoy no soy nadie y escribo como tal, en el nombre de esta página, marcada a sí misma en este verso que desde este lado del tiempo te recuerda, de la misma forma que un brazo mutilado siente el pulso de su mano inexistente.
De El sacrificio de ganar
Dolencias Me duele el pecho cuando pienso en ti, cuando pienso en ti me duelen las plaquetas, las anginas operadas en el 75 y los huecos que tengo entre los dedos de los pies. Son achaques entrañables que me alivian de aquellas otras dolencias que sufría cuando te conseguía olvidar.
La comedia sin título De los mejores viajes nunca quedan fotografías, el fuego sólo arrasa los libros que nos han marcado, las amantes inolvidables terminan viviendo en otra ciudad. Es sencillo comprobar cómo las cosas importantes disponen de ciertos mecanismos para pasar desapercibidas, como los buenos amores, que saben el momento justo en el que deben retirarse. 36
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Exigencias Exijo a mis amantes que antes de un año me abandonen, que se lo lleven todo, que me denuncien, me insulten, que me mientan o me agredan. Pero no hay manera, irremediablemente me defraudan olvidando el compromiso y condenándome a sufrir.
LUIS MIGUEL MADRID
La Sobria La Sobria ha vuelto a perder las composturas y hasta el equilibrio en un arranque de torpe indecisión. Es un pellejo de desguace esta muchacha de cincuenta y tantos: ya se tuerce al caminar, se bebe el agua del florero, busca en la basura sus amantes y a menudo se duerme sentada en el retrete. Afortunadamente, aún sabe orientarse y llega a casa haciendo efes, consultando el resplandor del vino blanco.
De María de los demonios
Me casaría contigo Me casaría contigo si no fuera porque tú no quieres hacerlo conmigo y otra serie de circunstancias adyacentes. Ya sabes: tu madre, tus tías, tus hijos, tu marido… Por eso me rindo: se puede luchar contra un imperio pero no contra los elementos.
De El cine de sábanas blancas
Los acreedores Se me acumulan los fantasmas como si fueran deudas, rellenando las habitaciones de amenazas, rumores, hipotecas, maleficios y facturas sin pagar. Cubren de viento lo que parecía alma y al cuerpo, de llagas y cadenas con achaques de vejez.
El zampón Se bebía el güisqui, se fumaba mis cigarrillos y vaciaba mi despensa sin ningún reparo. Incluso me hacía los crucigramas, escuchaba mis discos y se zampaba mis bombones tumbado en el salón. Sin embargo, no se le ocurrió nunca a ese fantasma echar agua a las plantas, usar alguna vez la escoba o quitar con un paño el polvo que me cubre el corazón.
Nunca se sabe Desde que soy fantasma las certezas se me han ido despistando y la realidad se ha vuelto ancha, ajena y esclava de caprichos. En primavera, por ejemplo, se pone uno a dudar y llega andando hasta la misma Bogotá, la ciudad donde los recuerdos valen seis veces lo que cuestan. O algo más, dependiendo de los tipos o intereses. Ciertamente, no tengo claro qué pensar aunque este descontrol es tan rentable que me estoy planteando seriamente cambiar de nacionalidad.
De otros libros
Febrero Hemos comenzado a construir el mundo por sus alrededores, hemos hecho poemas y hemos visto levantar ladrillos y talentos en las murallas y en los huecos que teníamos dentro. Hemos desenroscado la torpeza para probar sus consecuencias, hemos buscado la casualidad en sus resquicios y cuando tembló la vista y el equilibrio fue sincero la borrachera habló disfrazada como un oso: que la vida siga pero con el peso del orgullo, nada de mentiras ni dolores rancios. Fuera el color de los falsetes y la miseria corrosiva del no puedo. Y si aceptamos el invite, que sea tres veces marzo el argumento que nos lleve, que abril ponga después los apretones, o muera yo y desaparezca el mapa de mi tiempo si no te cubro de caricias y de inviernos.
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ De los más de 100 poetas convocados a la actual versión del Festival se incluyen aquí poemas de aquellos que no han sido publicados en números anteriores de Ulrika, o no recientemente. Sus poemas pueden leerse en www.poesiabogota.org Jorge Boccanera, Héctor Berenguer, Néstor Fenoglio, Raúl Bigote Acosta, Héctor Freire, Osvaldo Picardo, Carlos Aldazábal, Carolina Biscayart, Julieta Lopérgolo, Guillermo Bianchi, Laura Yasán, Paulina Vinderman, Luis Thenon (Argentina), Jorge Carlos Ruiz de la Quintana, Valeria Sandi (Bolivia), Alexandra Maia, Lílian Almeida, Laura Liuzzi, Marilia García, Vladimir Queiroz, Joao Vanderlei de Moraes Filho, Jose Inacio Viera de Melo (Brasil), Mané Zaldívar, Tamym Maulén (Chile), Amalia Moreno, Armando Rodríguez Ballesteros, Alejandro Vergara, Adriana Rosas, Álvaro Miranda, Carlos Andrés Almeyda, Carlos Satizábal, Claramercedes Arango, Darío Sánchez Carballo, David Reinoso D’Jesús, Dufay Bustamante, Eduardo García Aguilar, Elsa Cristina Posada, Evelio Rosero, Fátima Vélez, Fernando Linero, Giovanny Gómez, Gustavo Adolfo Garcés, Jairo Bernal, Joaquín Mattos Omar, Julio César Londoño, Johan Pedraza, John Galán Casanova, John Fitzgerald Torres, Jotamario Arbeláez, Jorge Mario Echeverry, Jorge Torres, Jorge Bustamante García, Julio César Bustos, Juan Pablo Roa, Lucía Estrada, Luz Helena Cordero, Marisol Barahona, Miguel Iriarte, Myriam Alicia Sendoya, Órinzon Perdomo, Paola Cadena, Patricia Ariza, Robinson Quintero Ossa, Rosaura Mestizo, Sandra Uribe Pérez, Sergio Laignelet, Tania Ganitsky, Víctor Gaviria, Yirama Castaño, Daniel Linero Illidge, Eugenia Sánchez Nieto, Ramón Cote, Catalina González, Ricardo Díaz Pellejero, Luz Mary Giraldo (Colombia), Osvaldo Sauma, María Montero, Álvaro Matta Guillé (Costa Rica), Lauren Mendinueta (Col-Portugal), Carmen Nozal, Guillermo Molina Morales, Jordi Virallonga, José Manuel Lucía Megías, María Ángeles Pérez López, Laura Casielles (España), Stéphane Chaumet (Francia), Carlos López (Guatemala-Méx), Antonio Nazzaro, Zingonia Zingone (Italia), José Angel Leyva, Leticia Luna, Luigi Amara, Enzia Verduchi, Margarito Cuéllar (México), Giovanna Benedetti (Panamá), Luis La Hoz, Enrique Sánchez Hernani, Lino Bolaños, Luis Alonso Cruz (Perú), Neftalí Eugenia Castillo (República Dominicana), Corina Oproae (Rumania), Betsimar Sepúlveda (Venezuela)
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ARGENTINA
Raúl Bigote Acosta (Rosario, Argentina, 1944) Poeta y periodista. En poesía ha publicado: 100 poesías de Rosario (1979), Poemas para leer después de los cuarenta (1995), Anónimo conocido (1996), La imagen de mi amor y su esperanza (1999), Que de un viento errante somos ventarrón (2001), Algo nuevo, algo prestado, algo blue (2005), Muchas palabras parecidas (2005) y Versos en la frente (2008).
Miradas En esta ciudad igual que si hubiese pasado una guerra los mendigos abundan no piden paz pan trabajo piden miradas. Negarse es necesario, negarse a mirar los mendigos es esquivar la tristeza y el infinito. El infinito no es alegre. La razón incluye conocer la finitud de las libélulas. Somos torpes mariposas. Poco mas. Tengo abuelos que vinieron de una zona lejana donde hablaban español pero eran franceses pisaron estas tierras no había ciudades ni molinos ellos hicieron una rueda sobre el agua que llevaba fuerza a una bobina gigante y daba luz mientras aplastaba el grano cuando el río quería su mirada era triste no había ciudades y la tristeza ya estaba en sus atardeceres mirando el agua. Vivo en una ciudad donde todas las calles van al río el río llega al mar y cruza el horizonte y así de triste es la mirada. La tristeza se viste de lejanía de vez en cuando. De vez en cuando es tristeza la lejanía No quiero mirar mendigos hay decretos ordenanzas que aseguran la libertad de enceguecerse o no. Otro abuelo vino a caballo desde el puerto como viniendo del mar y donde cayó ese tordillo casi blanco, casi vivo, ya muriéndose, clavó una lanza de ensartar infieles y dijo esta es la tierra me quedo es mía. Los abuelos sabían que no se debe mirar mendigos. Las mujeres aquellas cuidaban la casa mandaban a los hijos a sentarse frente a la mesa y estudiar aún no había mendigos en las casas la pobreza es otra cosa. No había ciudades.
Crecieron todos mis padres quitándole el sol a la pradera volviéndolo semillas y pasturas y hablando de la guerra en otras partes aquí no aquí llegaban los locos de la guerra a curarse hasta que un día no se pudo mas y la guerra estaba en todas partes y los mendigos la hicieron suya. Llegaron las ciudades. Mis abuelos murieron creyendo que la guerra estaba lejos que todo era cuestión de paz pan y trabajo que el ciclo es del sol y se vive largo con los dolores del cuerpo que una vez dice basta y allí se queda. Las mujeres de la casa acomodaron hijos la mesa del abecedario y entendieron que paz pan y trabajo es una enseñanza, una propuesta, un rezo, un infinito, una nostalgia advirtieron: no hay que mirar a los mendigos porque en ellos está la mas clara memoria del mañana la sabiduría que avisa que el infinito es redondo como el mar y aquí estamos con los ojos abiertos y la esperanza cerrada. Esperando que se achate el mar y la tierra la sostengan cuatro elefantes. Cuatro. No más.
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
Néstor Fenoglio (Santa Fe, Argentina, 1964) Poeta y periodista. Ha publicado hasta el momento: En medio de la noche (Primer Premio Municipal de Poesía, 2000), Nacimiento último (Premio Edición José Rafael López Rosas de Poesía, 2004) y Desde este cuerpo (2007).
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Cada cual tiene sus muertos, algunos de antigua podredumbre, otros apenas estrenados, gorriones quietos recién detenidos en el medio de su trino.
Avanza desde el fondo de mí, inevitable, el fantasma de mí mismo. Vengo desde mi guarida, con dientes filosos, cortando el pasado, ese aliento húmedo, ese vacío de maderas y peces.
Yo tengo muertos orgullosos y vacíos, claras muescas inauguradas para siempre, tumbas anónimas resecas de sol y de muerte verdadera. A veces, en el óxido opaco de alguna resurrección mis muertos cantan convencidos. Otras veces sollozan despacio o gimen en lenguas extinguidas. Cada cual tiene sus muertos tendidos prolijamente, alineados y con su número, su rosa seca, su florero barato. También mis muertos se derraman se agujerean imprecisos y me convocan con gritos amargos, algunas veces.
A dentelladas como un perro salvaje, vengo derrumbando rostros, uno a uno caídos bajo mis garras. Vengo desde el fondo, puro latido de fuego, y traigo el aire atrapado de la oscura caverna, donde moran murciélagos y nombres olvidados. Traigo también, recién alumbrada, mi cara más reciente, arrastrada por corrientes subterráneas, derramada y fresca, suave guiñapo de sangre que la fiera ofrece redimida. Después me vuelvo hasta el fondo de mis ojos, me repliego saciado y repaso prolijo las heridas que yo mismo abrí con mis dientes. Yo sólo soy este pobre animal suelto que vaga por mi cuerpo.
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ARGENTINA
Osvaldo Picardo (Mar de Plata, Argentina, 1955) Poeta, ensayista y docente universitario. Entre sus libros de poesía se destacan: Apenas en el mundo (1988), Dejar sin ventanas la verdad (1993), Una complicidad que sobrevive (2001), Mar del Plata (2005) y «Mar del Plata» seguido de «Otros lugares y viajes» (2012).
El dibujo de un niño siempre quedará sin respuesta I
El trazo accidentado del lápiz lleva, a veces con esperanza y a veces con recelo, a una sola sospecha: ¿Ahora hay algo que antes no había?
Dibujar es otra manera de preguntar. El fracaso ya está en la línea. Despega de un punto de apoyo en que la mano imagina el vuelo pero también, la irremediable caída. Toda nuestra alma -lo que de ella nos queda- gira en torno de las manos. Por alguna paradójica razón no se aferran a las cosas. Dibujan la naturaleza de las formas. Tocan el borde mudo de las preguntas: Ese lado vacío del pensamiento, abismal, en que un niño espera que se haga tu voluntad. II El niño dibuja. Se pasa las horas con el dibujo sobre gruesas cartulinas. Aún lo buscado esconde el regalo que encierran las manos. ¿Cómo tocaste -pregunto- las plumas y la fiesta que llena los árboles y salta de una rama a la mesa? Hay una línea invisible que no deja al gorrión ir más lejos que tus ojos.
Estaban desde un principio en el ángulo oscuro que nadie mira Hay que ver la escena: Son dos en la calle, con las caras asomadas al borde de una frazada. Están acobachados contra una persiana bajo una tiniebla neorrealista italiana. Todavía, son frías las noches. Los tambores suenan. Acechan inminentes catástrofes, sicarios sueltos y policías corruptos. Hay que verlos. Sobreviven increíbles entre lo admirable y lo patético, en un ángulo oscuro que nadie mira. Desde ahí se elevan, sobrevuelan el apuro de los negocios, cuando el aire ronronea levantando la basura. En la altura, sobre una cuerda floja hacen piruetas que te dejan sin aliento. Ella brilla con el éxtasis de las luciérnagas, ella tiene los ojos apretados. Él se ríe y hunde una mano en el lujo democrático del sexo. De estos dos habla también el primer poema del mundo.
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
Héctor Freire (Buenos Aires, 1953) Poeta, ensayista sobre cine, poesía, literatura y artes plásticas. Docente universitario. En poesía, ha publicado: Quipus (1981), Des-Nudos (1984), Voces en el sueño de la piedra (1991), Poética del tiempo (1997), Motivos en color de perecer (2003, Premio del Fondo Nacional de las Artes) y Satori, poemas sobre pinturas y películas (2010).
Motivos visuales (10 poemas, 10 films) De su libro de próxima aparición
Cotidiano ¡A través de las persianas el sol pasa una aguja de oro! Willam Carlos Williams i
Un hombre capaz de lo obvio y carente de esperanza ensaya poemas al amanecer, sin saber que es poeta. Una escena varias veces repetida en la ciudad semivacía de Paterson. Escribe: morir en secreto lenta música de ideas y de cosas huesos y cenizas flor en el cielo herida que no sangra. Y su viaje rutinario se demora en la conciencia de su propia mirada. Escribe en la memoria, menos esclava que la acción: preserva hasta el más mínimo detalle. De pronto: ¡una cascada de luz y la felicidad de existir! ii
Entre dormir y despertar, la tierra no gira y despacio la vida se vuelve precaria y descolorida. Entre nacer y morir, algunos momentos crecen y los lamentos aún no conocidos llenan de nubes las horas felices que pasamos soñando bajo el sol del mediodía. 42
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Entre la alegría y el consuelo el camino cotidiano no es fácil: algunos colores, blanco y negro. Entre amar y odiar, el verdadero viaje empieza: deja ir a la violencia, abraza el milagro, luego cae al «paraíso» del poema con una gentil sonrisa. Entre dormir y despertar la tierra reanuda su giro, la suave luz llena la habitación y los demonios nocturnos desaparecen de la cama, y toda la humanidad enfrenta un nuevo día. A partir del film Paterson (2016) de Jim Jarmusch.
Mujer frente a la ventana Esa mujer captada de espaldas, en su silencio cotidiano desde el interior de su cuarto, espacializa la espera, dilata y proyecta la nostalgia hacia una realidad lejana. Hacia una suspensión emotiva que prevalece más allá de los muros de la casa. Afuera, la arboleda se refleja en el cristal, espejo que se funde con su rostro enmarcado en la ventana: el retrato de un severo anuncio que niega definitivamente un futuro de felicidad. –Lo que hemos olvidado no nos olvida, ya que la memoria es una distancia superior al recuerdo– Intimidad e inmensidad encuentran su centro en la mampara que separa a la mujer del exterior. Escena del film Revolutionary Road (2008) de Sam Mendes.
ARGENTINA
Jorge Boccanera (Buenos Aires, 1952) Poeta, ensayista y periodista. Ha publicado, entre otros títulos de poesía: Contraseña, Música de fagot y piernas de Victoria, Los ojos del pájaro quemado, Polvo para morder, Sordomuda, Bestias en un hotel de paso, Palma Real y Monólogo del necio. Y las antologías personales: Marimba, Servicios de insomnio, Libro del errante, Animales borrosos, Poemas tirados por caballos, Cartas de nadie a nunca, Sombra de dos lugares y Ojos de la palabra. Acaba de salir su suma poética Tráfico / Estiba, que reúne sus once libros de poesía editados a la fecha.
Engarce
Monólogo del necio a Silvio Rodríguez
La mano que lleva un niño de la mano, lleva una llave, enciende un fuego al tacto, un sueño y una noche que niega la hondonada, una en la otra se aprende a caminar, a respirar. Y va enlazada a un ramo. La mano que ha plantado una mano en la suya siente hundirse un aliento en el agua del día, da confianza de manos abrazadas, como el lugar donde se abre lo por decir, lo por llegar. Y el que conduce es conducido. La mano que lleva a un niño de la mano da un cuenco y un viento en ese cuenco y un viaje en ese viento donde estallan banderas de colores y bestias fabulosas comparten un camino que comienza en un sitio de manos abrazadas. La mano que lleva un niño de la mano fue a la cita en un lugar de robustas memorias donde la mano que traga saliva era recuperada de la soledad. Una en la otra. La mano que lleva un niño de la mano no retrocede nunca.
¿Quién escribe? El hambre. La voracidad escarba, agita un esperpento con los ojos vacíos. No hay letra, hay dentellada. Lo que repuja y muerde. Feroz el escribir: cada tecla un muñón, clavo que raya el muslo del silencio. ¿Quién responde? Una voz corroída. Punta de un corazón mellado que va sobre su presa respirando preguntas. Eso se come, gula del vacío.
Fibras a José Ángel Leyva
Asomará un venado para el que siembra tiempo, lo fabrica, largas hojas de tiempo, muy delgadas, con hebras, cerdas, hilos, filamentos, hilachas, y escribe sobre el tiempo de rodillas, sobre un manto de sombras, y camina después por la hoja en blanco donde la noche está despierta. Asomará el venado si el que escribe mete las manos en el tiempo y roe, lo muerde, lo desgasta, lo adelgaza, lo vuelve tegumento, membrana. Cuando el tiempo -pellejo de palabras- roce fugaz el aire, asomará un venado. ULRIKA 66 |
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
Laura Yasán (Buenos Aires, 1960) Poeta, ensayista y tallerista. Entre sus muchos libros de poemas destacan: Ripio (Premio Municipal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2005), La llave Marylin (Premio Casa de las Américas, 2009) y Animal de presa (Premio Carmen Conde, 2011).
la última moneda
el hambre de la muerte tiene una dentadura gigantesca y sólo encuentra insectos en la oscuridad pequeñas criaturas que arrojaron la última moneda sin usar
y todos leen que come de la olla que duerme solo que llora a gritos contra el botiquín que los domingos piensa en matarse los lunes maldice su falta de valor el martes se compone el viernes va a un lugar donde la gente se conoce pero se siente un vidrio una columna una capa de polvo entre el ruido y la noche? y los demás se besan en la boca y ríen y se abrazan como si el mundo fuera a colapsar
nada es tan blando
o todo dependiese de un principio
debajo de la almohada crece un nido de alambres y el féretro del mundo no deja de gritar que se tu hora se acerca
acaso esa membrana que une la juventud con la belleza y se desgarra en la fricción
así como el amor elige a los más débiles para arrojar sus desperdicios los mendigos eligen esas bocas para besar nada es tan puro
usted ¿cómo lo hace?
nada es seguro cada vez que acaricio la tersura de la verdad mis dedos sangran
la doble Nelson ¿usted cómo lo hace? ¿sabía que el amor después de los cuarenta es un concepto impracticable como intentar una aleación entre un campo flexible y un material totalitario un desafío estéril que le marca en la frente las letras de un cartel que usted va por la calle con la palabra nunca entre los ojos 44
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la boca del árbol no se puede besar un árbol en la boca hay que tomarlo entre los brazos pegar el pecho a su corteza y lamerlo lamerlo hasta sangrar hasta sentir que el árbol te roza el corazón con su llamado va a contarte el secreto a devolverte el beso con quietud con leve indiferencia él sabe que te vas que es imposible la vida con un árbol
ARGENTINA
Guillermo Bianchi (Buenos Aires, 1970) Poeta. Ha obtenido varios premios nacionales e internacionales de poesía. Entre sus libros publicados se cuentan: La luz de los vencidos (Enigma Ediciones, 2012), Objetos varios (Editorial Casa de Poesía de Costa Rica, 2016) y Callar los perros (Alción Editora, 2017).
¿Qué poesía?
Transformaciones
¿la atravesada por el humo? ¿la herida de arma blanca? ¿la que sale de noche a emborracharse en manos del feroz tristan tzará? ¿la que reparte panes y solloza? ¿la que agita las alas del albatros que baudelaire dejó sobre cubierta? ¿la que golpea la mesa del burgués? ¿la que muerde el exilio con los ojos del buey llenos de cólera? ¿la que anida en el árbol de alejandra? ¿la que pasta en la huerta de efraín? ¿la que amanece espalda con espalda? ¿la que no dice nada la que no calla nunca? ¿qué poesía?
en la tierra de todos el viento ya no sopla duerme cruzado de alas sobre la piel del aire el lenguaje rechaza su condición de humo hay ríos que se alzan como mares hay mares que convergen como ríos la serpiente le exige a dios sus patas los poetas reclaman su corona de espinas y el cordero le clava los colmillos al lobo.
Piedra negra Cuestiones ¿puede el amor cubrirse el pecho hacer pan de lo ajeno deriva de lo anclado encender velas negras en la noche temprana donde hasta ayer danzaba la hojarasca y el hocico del aire cerraba los cristales? ¿puede sacar el cuerpo la piel a la caricia transitar el insomnio a fuego lento y arrojarse al silencio con las manos atadas?
mientras Vallejo piensa la poesía se arroja desde su monumento corre a su alrededor tropieza sangra canta dulcemente es como una muchacha recién acariciada que vuelve del amor que espera en el camino mientras Vallejo piensa exhausta la poesía se le duerme en los brazos en su respiración crece la lluvia en sus ojos descansan dos pájaros morenos.
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
Héctor Berenguer (Rosario, Argentina, 1948) Poeta y gestor cultural. De su producción destacan: Café con letras (Editorial Municipal de Rosario), Marcas de agua (poesía, La Cachimba Editora, Rosario, 2001), Entre la nada y el asombro (Press Scrita Editora, 2007), Poemas escogidos (2009), y, entre los últimos publicados, Perlas cultivadas, colección de ensayo, poesía y aforismos (Editorial Sophia de Nápoles, edición bilingüe castellano-italiano, 2018).
vi
Carne de tu carne. ¿Acaso lo más cercano es lo más esquivo?
Padre me lleva de su mano, Hiroshima ya no es la ciudad oriental pero aún es Hiroshima.
Asusta la palidez de estas estrellas que ya no señalan a nadie.
Con Tarkovski pienso en lo que ha esculpido el tiempo
Quizás sea este... Un intento sin consuelo. De aquél que lloraba en el último banco de un colegio.
Para que salga el hombre otra vez de la tierra. Hongo venenoso y obstinado.
A mi padre José Berenguer
2. estar aquí Monólogo con Pessoa
Ahora de abajo, como antes fue del aire. Sentimientos nos unen más allá del tiempo. Puedo sentir tu mano tibia, puedo verte como eras, aún cuando era niño para verte. Sé que no hay resurrección donde muerte y vida se anudan para siempre. ¿Por qué viniste padre, por qué tuve que esperar tanto? Tratando inútilmente de descifrarte. Estás en ese “aquí” donde todo se resume En la increíble nada de tu presencia. Esa otra muerte infinita. ¿Soy tu vergüenza o eres mi vergüenza? Extraño espejo se inclina sobre la tierra, sabes que vas a morir y das las gracias. Ya me miras sin ningún extravío. ¿Quiénes somos padre? ¿Quién soy yo? 46
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Estar aquí no es más que una suma de sueños y costumbres. Vivir sucede siempre al margen de vivir. A veces pasa que llamas y me salvas y cuando me nombras soy lo que imaginas. Y todo vuelve a su lugar. Cada letra a su palabra. Así es como supe lo cierto, dudar porque todo es incierto. Que cada cosa es otra... Que hay un raro mas adentro. Desdoblado en los azahares de infinitas consecuencias. Hemos sido engañados, el tiempo humano se nos parece demasiado y esta hecho de nuestras imposibilidades. El presente dice que es ayer y el hoy que es mañana. Solo me queda esta línea terca de tiempo continuo, que se irá conmigo y que no quisiera morir nunca.
ARGENTINA
Luis Thenon (Buenos Aires, 1955) Poeta y docente universitario radicado en Canadá desde 1979. Entre su obra poética se encuentra: Memoria de los mares (Costa Rica, 2018), Las casas en silencio (Costa Rica, 2013), Mares extraños y El trapecio del mundo (Italia, 2009), La mancha del incendio (Costa Rica, 2007), Trayectorias fortuitas de la muerte (Argentina, 2007) y Ce mot silencieux (Canadá, 1995).
vii
Tolvanera de brazos al unísono resonando en la tierra la airada tierra del pasado reconozco la aurora que despierta la vasta soledad de tus estirpes cargada de hermandades y silencios. Ese día comienza a despertarme. Y así desde la única soledad que puedo vuelvo al mundo marchito de mis ojos porque todo renace en este encuentro y el campesino que mi memoria nombra se heredó de todas las multitudes asombradas para decir al viento la dimensión de la mañana. Rústicas voces en el principio de los labios fecundo y perentorio sufrimiento cargado de secretos o de místicas lunas de ríos generosos en la planicie como una médula de azúcar una semilla blanca cayendo al infinito lugar donde la siembra. Ese hombre y esa mujer tienen en sus manos el origen de la primavera la ofrecen al sol del mediodía la distribuyen entre las hierbas abundantes para que nazca el pan la carne de los hornos la espiga que amanece de estar el rostro impávido y la cintura férrea dibujando una aurora con soles y con lluvias y un porfiado legado de horizontes en el mismo lugar que les dijeron.
Y el labrador que lleva con sus manos sin destino ni lumbre su mancera busca un despertar de savias en su sangre madura una cálida mesa en que sentarse a amar. y muere en su desencajada procedencia que baja hasta la noche y se estremece en vidas nuevas un páramo de cunas abandonadas sin preguntar siquiera la distancia del viento. Pero esos labradores el campesino austero la mujer de los hornos
llevan también entre sus manos una lumbre final un perentorio acuerdo de sentarse a la sombra para excavar terrones abandonados y resecos hasta el máximo intento que la cosecha aúna y determina.
Presentes en la hilera una mujer y un hombre tejen la imagen de tu aurora Una mujer callada la siembra entre los vientos un hombre la acaricia en la frente de cada sol ardiendo hasta quedarse para siempre en la tierra fecunda. La huerta tiene apremio de manos la siembra suma en la vertiente de sus vidas ese amargo mandato de cosechas.
Qué lucha interminable la vida en cada surco en cada tierra ajena y arbitraria. ULRIKA 66 |
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
Zingonia Zingone (Londra, Italia, 1971) Poeta y traductora. Sus títulos más recientes son Los naufragios del desierto (Vaso Roto, 2013), Petit Cahier du Grand Mirage (Éditions de la Margeride, 2016), Las tentaciones de la luz (Anamá Ediciones, 2018), El canto de la Sulamita – poesía reunida (2019).
Le campane della memoria
Las campanas de la memoria
(frammento)
(fragmento)
i
i
In un angolo della notte una bimba si cinge le gambe, si dondola, in trance, e piange. Le lacrime scendono sui lati del corpo, cadono in strada nella polvere in un inverno senza pioggia. Affiorano volti mostruosi d’uomo, rubano il grido d’orrore tappano la piccola bocca, il garofano acceso e godono della stessa gioia maledetta che illumina il volto di Shaytan. Chiude gli occhi, si ripara al buio del dolore, si graffia le cosce come un gatto ingannato affonda il suo volto negli abissi.
En una esquina de la noche una niña abraza sus piernas, se balancea en trance y llora. Las lágrimas bajan por los costados del cuerpo, caen sobre la calle empolvada de un invierno sin lluvia. Monstruos afloran con rostro de hombre, roban el grito de un horror, tapan su boquita de clavel prendido y gozan del mismo gozo maldito que ilumina el rostro de Shaytan. Cierra los ojos, se ampara en la oscuridad del dolor, rasguña sus muslos como gato engañado, hunde su rostro en los abismos.
ii
ii
Soraya ha occhi di carbone. Il suo corpo fino porta il peso di una infanzia sporcata dal destino. La casa è la sua tomba, il mormorio della gente, la sua morte. Si guarda allo specchio e oscilla il ventre; prova la danza della dea madre. I campanellini sonanti circondano il piccolo ventre come l’abbraccio dell’amato. Nodo che stringe il collo del cane fino a lasciarlo senza fiato; ventre sfinito, solco degli spasmi, tatuaggio di una rabbia implacabile. Soraya danza sul palco per fuggire da se stessa
Soraya tiene ojos de carbón. Su cuerpo fino lleva el peso de una infancia manoseada por el destino. La casa es su tumba; el murmullo de la gente, su muerte. Se mira al espejo y oscila el vientre; ensaya la danza de la diosa madre. Las campanillas sonoras rodean su estrecho vientre como el abrazo del amado. Correa que ciñe el cuello del perro hasta dejarlo sin aliento; vientre agotado, surco de calambres, tatuaje de una rabia implacable. Soraya danza en la tarima para fugarse de sí
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ITALIA
e strappare i chiodi piantati nella carne dei ricordi.
y arrancar los clavos empotrados en la carne de su memoria.
iii
iii
I ricordi imprigionano il tempo.
La memoria enjaula el tiempo.
la caduta dell’impero
la caída del imperio
lo vedo ogni mattina mentre attraversa l’incrocio tra Pantheon e Minerva, la solita smorfia il passo veloce e i capelli grigi al vento, lo chiamano «matto» o «sbroccato», ha il corpo ricoperto di squame, un abito che porta con disinvoltura forse convinto che i tegumenti mutino senza intaccare l’essenza
todas las mañanas lo veo cruzar la esquina entre Plaza de la Minerva y el Panteón, la misma mueca el paso ligero las canas al viento, le dicen «loco» o «coco perdido», tiene el cuerpo cubierto de escamas, prenda que lleva sin pena como sabiendo que los tegumentos cambian sin menguar su esencia
fratello gatto ascolta attento la sinfonia dell’affanno: fame, sete e sonno
hermano gato escucha atento la sinfonía del jadeo: hambre, sed y desvelo
un giorno qualcuno mi disse –quel matto che va per una valle oscura fu eroe nella guerra santa–
alguien un día me dijo –ese loco que anda en valle de sombra fue héroe en la guerra santa–
sbalordita contai i secoli afferrati alle lancette cercai il drago in erba che con la coda trascina via le stelle, trovai soltanto i suoi occhi un lampo di acque sulfuree l’assenza di pazzia nitida come l’aquila che scende nell’arca del carro e ci lascia le piume – è solo vittima di questo impero – penso e sul suo volto si apre un sorriso agitato ridicolo come il giudizio dei passanti
asombrada cuento los siglos asidos entre aguja y aguja busco el dragón en ciernes que con su cola arrastra las estrellas, encuentro solamente sus ojos un destello de aguas sulfúreas, la ausencia de locura nítida como águila que desciende y en la caja del carro deja sus plumas –no es más que una víctima del imperio– pienso mientras se abre en su rostro una sonrisa agitada ridícula como el juicio de los transeúntes ULRIKA 66 |
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
María Montero (Francia-Costa Rica, 1970) Poeta y periodista de origen francés nacionalizada en Costa Rica. Ha publicado en poesía, entre otros: El juego conquistado (1985) y La mano suicida (2000).
Del Estado de la Nación y sus metáforas
La última islandesa
La salsa de tomate siempre fue el tema favorito de mi poesía. Especialmente una receta elaborada con las últimas cebollas y los últimos tomates de la despensa. Hice tantas y tantas salsas a lo largo de mi vida. Piqué tantos tomates en el margen de error. Alimenté tantos versos en la línea de pobreza. Salsas para dar de comer a muchos y alimentar a unos pocos. La salsa de tomate siempre fue un tema consumido al borde de la mesa, entre la vida y la muerte de las metáforas. Casi nunca alcanzaba para todos. Teníamos hambre y no llegábamos al kilo. Al tema favorito de mi poesía también le costaba llegar a fin de mes. No fue fácil dejarlo por escrito.
Soy la última de las mujeres islandesas que jamás vivió en Islandia ni supo pronunciar Reykjavik
Eigengrau Será porque te extraño más allá de las palabras que sueño con hombres que no conozco, amables desconocidos que aún privados de la existencia me ayudan a cargar con el peso muerto de tu corazón.
ni mandó siquiera una carta a ningún amigo islandés y de hecho no llegó a poner un pie más allá del paralelo 60. Pero soy la última de esas mujeres que barren el viento con la cabeza y van llenas de escarcha a cualquier parte, insoportablemente lívidas, y dicen lo que tienen que decir y hacen lo que tienen que hacer en el fondo del único abismo rocoso de su barrio. Y ven la fuga de las cosas con devoción. Y casi se mueren de frío alrededor de sus hijos. Y añoran la planicie despavorida más que ninguna promesa. Soy la última de las mujeres islandesas que jamás aceptó (pero entendió) la ley de un clima incompatible con el aburrimiento entre el Atlántico Norte y el océano Glacial Ártico, la combinación más generosa de las corrientes abruptas, la geografía abrupta y la irrupción permanente. Soy la última de las mujeres islandesas sin código genético que tampoco experimentó la soledad en medio de la nada y aun así arriesgó todo en ese punto ciego y blanco de los confines. Soy la última de las mujeres heladas que desde lo profundo de los trópicos siempre supo que daba pasos en falso. Porque hay paisajes que no son lo que uno es. Yo fui una mujer islandesa sin saberlo. Ahora soy una mujer islandesa sin hogar. Es decir, una piedra, la última ficción del hielo.
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COSTA RICA / ESPAÑA
Laura Casielles (Pola de Siero, España, 1986) Poeta y periodista. Es autora de Soldado que huye (Hesperya, 2008), Los idiomas comunes (Hiperión, 2010; con esta obra obtuvo el xiii Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal, así como el Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández en 2011, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) y Las señales que hacemos en los mapas (Libros de la Herida, colección Poesía en Resistencia, 2014).
Ascendente libra Conoceréis el amor y entonces pensaréis en la muerte; reconoceréis la belleza y entonces pensaréis en la maldición del paso del tiempo. Leeréis un verso y recordaréis que la fruta se pudre, que la violencia impera; veréis una joven hermosa y pensaréis en huesos y en polvo. Conoceréis la paz y oiréis el eco del grito; os llevarán al mar y os asombrará la certeza del llano que es devastado por el fuego. Conoceréis el deseo y entonces temeréis el fin de la tierra.
tumbas de cedro. Otras mujeres llevan el fardo prieto de veinte siglos sobre los hombros. No tienen mucho tiempo para llorar, pero, a veces, manantiales y pozos y olas se les caen a las manos. El charco crece lentamente, alcanza el mar de los charcos de antaño. Se evapora, llueve. Lustrosas espigas se hinchan en un huerto de otra parte.
Beyond this place there be dragons*
conoceréis la muerte y pensaréis en el amor, reconoceréis la maldición del paso del tiempo y os haréis súbditos incorruptibles de la belleza.
¿Cómo serán allí? ¿Comerán trigo o recolectarán cada verano peculiares semillas? ¿Cómo recorrerán la distancia que media entre ciudades lejanas? ¿Tendrán barcos o miedo a la mar?
Homenaje a las hermanas
¿Tendrán dioses? ¿Tendrán sabios? ¿Tendrán una palabra que diga desentristecer?
Pero, otras veces,
A veces, las mujeres que admiro lloran. Lloran polen, lloran piedra, lloran plumas caídas de estornino débil y aceite quemado sobre la arena gris. Lloran porque no encuentran el hilo del buen amor, lloran porque su voz no es una columna de mármol, lloran por el peso del río. Hay mujeres que admiro y no conozco y a veces lloran. Supongo que también les arden bulbos en las entrañas y tienen en el jardín
¿Quién levantó este muro: ellos, o nosotros? ¿Me amarían sus mujeres? ¿Amarán a los perros? ¿Si vienen aquí será con fuego? ¿Qué es un dragón? ¿Quién fue el primero que juntó las letras que dicen ten cuidado? *
Beyond this place there be dragons (más allá de este lugar hay dragones): estas palabras se imprimían, hasta el descubrimiento de América, en todos los mapas para marcar el punto más allá del cual comenzaba el territorio aun inexplorado. ULRIKA 66 |
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
Carmen Nozal (Gijón, España, 1964) Poeta y gestora cultural nacionalizada en México. Varios de sus libros de poesía han recibido reconocimientos en dicho país: Visiones de piedra (Premio de Poesía unam, 1991), Vagaluz (Premio de Poesía Elías Nandino, 1992), Hacia los flecos del frío (Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos, 1993) y El espejo de Luzbel (Premio Universidad Veracruzana, 1994).
Sed Tan sólo vaivén, el mar se rompe en la rutina. Deja su brazo de aluminio extendido entre puntos cardinales; quiere dejar de ser mar, de ser definitivo.
se vacía como un cero que ha rodado por el mundo, queda sin ti, sin ella como un otoño sin hojas, como un poema en blanco sobre la lengua. Detrás de ti me fui quedando, clavé tu nombre en todos los idiomas. Un carcelero me dio sus llaves, abrí la puerta del calendario, huyeron los números y se lanzaron al mar.
Tiene cortadas las venas y un muñón que sangra jade; es una tinaja de heridas frescas: nadie lo bebe.
El tiempo se deletrea: es un niño leyendo un cuento, un niño que envejeció leyendo el mismo cuento.
Espejo
Aurelia
Se buscan Pelean en distintas soledades Arañan la distancia Desangran brazos Piden la misma luz para sus sexos Nadie los oye Son un sudor sellado en el silencio Mas no lo saben.
Aurelia sueña con la muerte, dicta su testamento desde el ático de la nostalgia. Tiene la edad de un siglo, tiene paciencia, pero no tiene la tierra encima de los ojos.
De la muerte salen mariposas
Ella es sola. Cizaña en mano la contemplan los vecinos: todos muertos a destiempo, todos aterrorizados.
Por encima de mi hombro pasa un ave, pasa la semana con sus siete pecados, pasa la nube con tu mortaja y con la vela de un barco me limpio el sudor y las visiones. Mi frente se divide: se abre como tus ojos, 52
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Los árboles la miran inclinarse: la confunden con el sauce de la iglesia. Ella es pan y vino y agua contrastada con el lodo que navega en la tumba de su hija.
Aurelia mira el calendario, mira el cielo en busca de una nube. (Las nubes son ataúdes de Dios.) Pero el cielo amanece una vez más despejado.
ESPAÑA / MÉXICO
Luigi Amara (Ciudad de México, 1971) Poeta, ensayista y traductor. Ha escrito los libros de poemas El decir y la mancha (1994), El cazador de grietas (Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino, 1998), Envés (2003), Pasmo (2003), A pie (2010) y Nu)n(ca (Premio Internacional de Poesía Manuel Acuña en Lengua Española, 2014).
Negación de las puertas Hay puertas que gruñen sordamente al cerrarse y esconden con celo de animal un enjambre de chácharas. Hay puertas que se azotan de golpe y cortan el hilo del oído con guillotinas verticales. Hay puertas que son una extensión de la pared y otras batientes por las que se asoma la dentadura postiza de la casa. ¿Quién no ha escuchado en noches de ventisca y perros la sinfonía de las puertas, las bisagras que solo tocan la nota del desprecio y nos dejan sonriendo a la intemperie como bobos debajo de la lluvia? Hay puertas que conocen bien nuestras narices y otras que solamente atraviesa el fantasma inocuo de la mente. Hay puertas que son tambor desesperado y otras más tristes que al cerrarse apagan algo adentro como cajas de música.
Tabla de pesos y medidas Se puede pesar el humo sustrayendo al peso del tabaco las cenizas. Se pueden pesar también los sueños: la báscula de medianoche menos la báscula de la mañana.
Se puede pesar incluso el alma, restando al moribundo el peso insobornable del cadáver. Podrían pesarse así, la suciedad, las barbas, los gramos de una idea que rueda por largo rato en la cabeza. Llevar entonces la tabla escrupulosa de esta vida que mengua, el antes y después de un susto, de aquella carcajada.
Pedacería nocturna Como restos de estatua que en los sueños me fueron dando tu cuerpo (así, desperdigado, roto, y a veces inconexo, como piezas de tres o más rompecabezas), flotan después de tanto tiempo unos fragmentos, piedras quién sabe si de mampostería o de unicel o espuma que se niegan a hundirse, llevadas por la turbiedad de tanto oleaje, chocando contra los arrecifes del cerebro: un tobillo de pronto, un ojo entrecerrándose, aquella superficie blanca y suave en donde habría montado feliz mi campamento para explorarlo todo; piedras insustanciales, frías, que no logran por fin difuminarse en la saturación del agua y reaparecen, ahora aquí, más tarde allá, falaces; necias tablas de salvación en medio del insomnio. ULRIKA 66 |
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
Leticia Luna (México, 1965) Poeta, ensayista, editora, docente y promotora cultural. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía: Hora lunar (Ediciones La Cuadrilla de la Langosta, 1999), El amante y la espiga (La Cuadrilla de la Langosta, 2005), Los días heridos (400 Elefantes, Nicaragua, 2007), Fuego Azul, poemas 1999-2014 (Índole Editores, San Salvador, 2014) y La canción del alba (Parentalia, 2018).
VI Entonces el ave descendió a los cienos, fue adquiriendo la longitud del polvo, su escama horizontal, tierra sexual, polvo enamorado, se puso a dibujar sobre la arena… Roberto López Moreno
Después: el largo mar del cielo donde habitan los quetzales
Tercer decreto primitivo En un amanecer de luna llena vino a la ventana un huitzilín mis ojos semiabiertos percibieron su mensaje cifrado en el idioma de los aleteos Dos mil movimientos de alas para decir: ¿eres tú, soy yo? Pájaro colibrí apareciste en el instante justo cuando me agradecí cuando me amé por fin “Mira cómo te tengo cuerpo abandonado cómo te tengo manos, pies” ¿Dónde está el Dios del Tiempo? ¿Dónde estás Ometéotl, Dios de la dualidad que nos habita? inicio + renovación
fin
=
movimiento de
Entonces era yo una mujer frente al arrebato del fuego: cuando besaste con vehemencia mis ojos, mis labios, y despertó la energía del amor en el sur, en el norte ¿acaso era el oriente…? o eras tú, pájaro colibrí, picoteando detrás de la ventana ya sin lluvia
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Pájaro de fuego
Pájaro de agua
Pájaro de tierra
Pájaro de viento
Vuelen por las cuatro esquinas del mundo
Y que el rayo, y su sonido de luz siembren el amanecer en nuestros ojos Ce cipactli Ome ácatl Yei calli Nahui ollin Macuilli xóchitl …el numeral creciéndome en el tiempo. Ciudad de México 15 de julio de 2018.
MÉXICO / PORTUGAL-COLOMBIA
Lauren Mendinueta (Barranquilla, Colombia, 1977) Poeta, ensayista y traductora radicada en Lisboa. Ha recibido los premios internacionales Martín García Ramos, por La vocación suspendida (2007), y César Simón por Del tiempo, un paso (2011), ambos en España. En 2013 ganó el Premio de Poesía Barranquilla Capital Americana de la Cultura, por su obra Una visita al Museo de Historia Natural.
Cada día en otro tiempo
El país que ya no es mío
He venido a la tormenta, al ruido espantoso de la estación del tren. Aquí donde vivo nunca llegará el invierno con sus hábitos curiosos, ni tendré necesidad de poseer un hogar. A veces salgo al muelle y miro como rompe el alba sobre las olas, como se funden, color sobre color. Demasiado pronto el día abjura de su rumorosa vocación y enmudece para hacerme hablar. Desprecio el alarde festivo de la noche y las ramas del roble agitadas contra la tormenta. Nada me obliga a la exclusión: he vencido mi destierro.
Breve descripción del país que fue mío: primero estaba el jardín después estaba la casa y otra vez el jardín. Y nosotros en el centro de todo, mis padres, mis hermanos, nuestros inocentes crímenes y yo. La casa con sus muebles y libros todo lo guardaba. Y alargando la mano hacia nosotros estaba el mundo (sólo mis padres parecían notarlo). De tarde en tarde, para olvidar el canto de los pájaros en celo, yo me recostaba sobre una manta y leía. El brillo de esos cantos permanece. La culpa que late en un costado del corazón, permanece. Jardín. Casa. Jardín. Ese país ya no es mío.
Brevísima descripción de la casa La casa de mis padres era insípida algo la hacía así. No una carencia sino una posesión, un bien que aún no alcanzo a nombrar. Es absurdo, pero empecé a escribir este poema en mi propio cuarto en vísperas de mi permanencia. Y aunque entonces era el presente hoy, en otro cuarto, en otro país, evoco lo ocurrido en tiempo pasado. ¿Por qué? Porque el presente no existe, respondería mi madre si tuviera el coraje de preguntarle. En las fotos de 1994 el dado de la felicidad ya se había lanzado. Nunca aprendí a apostar a mi favor.
Tierra de nadie Atrás quedaron el jardín y la casa, ese territorio irremplazable, ese país que ya no es mío, mi única patria. Los años poco fueron dejando: un álbum familiar anclado en un imposible presente, evidencias de una familia que suele reunirse en fotografías y poemas. Seis soledades, con sus seis soles, que han de conocerse y desconocerse siempre. Ahora que yo misma me he convertido en madre el pasado me visita con la delicadeza de un látigo. ¿Dónde he de tender mi manta para recostarme a leer? En mi pecho el corazón se abre y se cierra como una flor espléndida en tierra de nadie. ULRIKA 66 |
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ANTOLOGÍA DE INVITADOS AL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ
Jorge Mario Echeverry (Pereira, Colombia, 1963) Poeta, filósofo y diplomático de carrera. Miembro fundador de la revista de poesía Ulrika. Libros de poemas: Azul, al filo de los cuerpos (Cuadernos Ulrika, 1985), Arquitectura del silencio (Editorial El Astillero, 2002) y Los días quedan (Uniediciones, 2016). Poemas suyos han sido traducidos al francés, el inglés y el portugués.
César Vallejo
Contarás tus días para Guillermo Martinez Gonzalez
Si hubiese sido sordomudo igual habría cantado, igual, habríase sacado los huesos de las carnes y habríalos hecho sonar, como si nada, como si fuese absolutamente necesario, pues bien sabía él que el poema es anterior a cualquier palabra, anterior a la invención misma del lenguaje, que está hecho de fuego –el poema– de pedazos de estrella de este saberse bestia, y sin embargo el corazón, y sin embargo esta necesidad de acercarle un poco de calor a cuanto tiene frío: él, tan ovejo, tan caballo, nos mira de frente y, por sobre cualquier vanidad de la cultura, levanta su brazo con una palabra de amor entre los dedos y la deposita en el corazón del hombre, porque de otra manera cómo, porque de otra manera para qué.
para Robinson Quintero
Dijo Dios: contarás tus días y anhelarás recuperarlos. Pero todo será en vano. No ríen las reses, ni da frutos la piedra. No son tuyos los días, ni el animal que comes, ni tu mujer, ni el agua que pasa a la vereda de tu casa. No es tuya la duración ni la altura de los astros. Te he creado por capricho, y ya te he olvidado. Respondió el hombre: de ti recibí el aliento y los sueños. De ti mis manos y mis días. Y me hechas al olvido. Pero tendré hijos, y les daré mi nombre, y les daré casa y consejo. Mi pecho, arduo, apacentará a mis críos y aprenderán a no temer a la noche oscura, ni a tu rayo de luz. Dirán soy hijo del hombre, y cuando alguien pregunte por ti, señalarán sus lenguas vacías. Dijo Dios: Semejantes a impostores que buscan un poco de piedad a cambio de suscitar la risa y vagan por la tierra, serán. Se ampollarán sus lenguas de batirlas inútilmente, y lamentarán siempre el vacío. No hay quien quiera un corazón en su sitio y una cabeza sobre los hombros, para poder decir tan sólo: soy un capricho. Tras el padre del padre de mi padre no hay un padre capaz de colmar mi anhelo. No hay quien me aguarde cuando sienta frío, y mi cuerpo se torne rígido. De ti desdirán, dijo, porque no serás al fin suficiente, y tus mimos se los llevará el viento. —Eres Cruel, –dijo el hombre —Eres un capricho y ya te he olvidado. No hay en ello crueldad.
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COLOMBIA
Miguel Iriarte (San Luis de Sincé, Colombia, 1957) Poeta, ensayista, musicólogo y gestor cultural. Ha publicado los libros de poesía: Doy mi palabra, Segundas intenciones, Cámara de Jazz, en edición bilingüe, Poemas reunidos, antología personal, y Semana Santa de mi boca.
Batalla de tambores Hay que hacer con el ritmo lo que Bach hizo con la melodía” Max Roach
He recibido amenazas de amigos y vecinos Y hasta de mi mujer… Cuando suena mi casa Con el cuero y los palos del Bebop. Y sólo porque me encanta el sonido Y la furia De Art Blakey y Kenny Clarke Y toda la negra ceremonia percusiva De este señor que se apellida Roach. A ellos los envidio Pero no se imaginan cuánto sufro Toda la incomprensión que viven Los tambores. Los que no saben piensan que hacen ruido. Puede ser. Quién sabe. Eso depende. Pero es un ruido con nueces Que le devuelve la lúdica a la orquesta El que autoriza el swing El que pone a palpitar un corazón En el silente mundo de las piedras. Ha sido Max Quien liberó de las esclavitud A los tambores Les cambió sus papeles Les dio una nueva identidad Para que huyeran por el camino de la melodía Como quien abre nuevos senderos en la selva. Pasa con Max Que a veces pienso que tiene un cerebro
En cada mano Una y otra dialogan Administran el set a su manera Piensan distintas cosas Se burlan, se respetan Trabajan siempre juntas Para un dios El mismo que sopló el barro Porque quería hacer jazz.
Retrato Esto soy ahora: Una rùstica bola de nervios e impaciencia. Un desespero total, sin falta ni excedente. Algo que no percibe sino la resonante fuerza de la mùsica, y por ahì uno que otro beso que succiona mi tristeza y me empuja hacia el latido. Esto soy: y no me asiste la obscena inquietud de ser feliz.
Poética Llega. Se anuncia. Me trafica. Se va distinta y yo no sigo siendo el mismo.
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RESEÑAS: AL FILO DE LA HOGUERA
reseñas: al filo de la hoguera PANORAMA DE LA POESÍA ARGENTINA ACTUAL, TOMO I Corpoulrika, Los Libros del Castillo, Colombia, 2020.
Este primer tomo del Panorama de la poesía argentina actual incluye una muestra de la obra de dieciséis autores de ese país, quienes han asistido al Festival Internacional de Poesía de Bogotá en una o varias ediciones desde su comienzo, y se publicó en el marco de la versión xxviii del Festival con el patrocinio del Ministerio de Cultura. El prologuista del libro, el poeta argentino Osvaldo Picardo, señala: «Los poetas argentinos invitados hace tiempo a la distante Bogotá, para leer sus poemas, están unidos con todos los otros poetas latinoamericanos, no sólo por haber compartido el espacio del Festival Internacional de Poesía, sino por “este maldito gozo de cantar”. El recital es un ahí y ahora en que el creador tiende a ponerse a un costado de su palabra y siente la lejanía que el tiempo y
MISCELÁNEA David Reinoso D’Jesús Editorial Babilonia, Colombia, 2020.
En esta Miscelánea, el segundo libro de David Reinoso D’Jesús, recientemente publicado por la Editorial Babilonia dentro de la Colección LiraTinta, y que ganó el Premio Municipal de Poesía de Chía en la versión 2019-2, el poeta reúne una variada sucesión de instantáneas que —por el juicioso tratamiento de la palabra, la unidad de su verso y el delicado encabalgamiento de sus imágenes— transmutan los objetos cotidianos en emoción y en concepto: en materia del asombro. Miscelánea está conformado a la manera de un tríptico. «Intangibles» congrega textos que remiten al tiempo y a la vida, a su misterio inmanente —«Un secreto vive tras puertas 58
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las fronteras alimentan. La poesía –se quiera o no– adquiere un compromiso de conciencia con un modo de belleza y de verdad; asume una conducta ante los hechos y las palabras. Por eso “el poema –cito a otro poeta argentino– es, además de un objeto, una experiencia moral”. Sobrevive a las diversas y adversas épocas de la humanidad; su sola manifestación crea una tensión ética que incomoda o, al menos, desacomoda. No hay lugar para la indiferencia o el cinismo. Y tal vez el rincón al que se desplaza bajo la sombra del mercado editorial, ese grado de invisibilidad al que lo destierran los dispositivos de la industria y de la crítica literaria, no sean sino una de las características que debe a esa conciencia. El poema habla el idioma de los sobrevivientes, el idioma de quienes aún poseen lo que han perdido». cerradas / … / La desnudez del erizo sin su chaqueta de anarquista / o una carta que nunca se abrirá / son lo poco que podemos entrever»—; «Sin código de barras» reúne poemas sobre la libertad y su ausencia —«El condenado / Techo arriba / suelo abajo / paredes a los lados / y en el corazón las rejas»—; y «Perecederos» agrupa otros textos más en torno a la desolación, el ocaso y la muerte —«Al muerto lo llevamos a todas partes / aparentemente no respira, pero tiene pulso»—. Al leer con detenimiento las muchas y sugerentes miradas que nos propone Reinoso D’Jesús en este libro, descubre uno a la vez su concreción en la diversidad, y logra dar unidad a este pequeño gran calidoscopio mediante las recursos que son naturales en su voz poética: la observación atenta del paisaje y la concreción del verso a través de un sutil pulimiento del lenguaje. Óscar Pinto Siabatto
RESEÑAS: AL FILO DE LA HOGUERA
ORILLAS DE AMÉRICA LITERÁRIA Poesia Brasileira Contemporânea Portuário Atelier Editorial, Bahía, Brasil, 2020.
La poesía producida en las Américas es diversa y revela una riqueza poética alineada con diferentes tradiciones literarias. Aunque rica, es poca difundida y reconocida entre las extensas orillas de Abya Ayala. Sea por razones idiomáticas o por interés del mercado, la literatura y el libro circulan por espacios institucionalizados previamente definidos [...]. En un mundo cada vez más unido por los gustos creados por intereses de las grandes corporaciones multinacionales, editar un libro para ofrecer a los lectores y lectoras hispanohablantes una fracción de la producción poética de Bahía, puede
LA VERDAD YO QUERÍA ESCRIBIR OTRA COSA Fernando Linero Montes Editorial Universidad de Nuevo León, México, 2020.
La Dirección de Publicaciones de la Universidad Autónoma de Nuevo León ha creado recientemente la colección La Otra Orilla, que incluye entre sus títulos a poetas y narradores de América Latina que han abierto brecha con su palabra, iluminando el entorno y ganando cada vez más lectores. El poeta colombiano Fernando Linero ha sido invitado a ser parte de dicha colección y para ella ha preparado una antología personal titulada La verdad yo quería escribir otra cosa. De ella se señala: «Poesía y vida en La verdad yo quería escribir otra cosa van estrechamente ligadas y enriquecidas a la vez por la música. El tiempo, el verso como reflejo del entorno, el mundo exterior y el interior, son indicio de que “En este país iluminado por el resplandor de la matanza” la risa, la mirada, los días gastados y los momentos por venir son todavía un motivo de luz».
parecer una utopía, pero no. El libro se pasa mano a mano. Sumando un camino. Este poemario se materializa en libro para compartir lecturas [...], más por un ejercicio de colaboración que por interés comercial. Con una fuerte influencia de la tradición oral ibérica y africana, además de la clásica cultura literaria eurocéntrica, la poesía bahiana se revela en esta diversidad de escuelas y en la arte de tejer una literatura sensible al tiempo sin escapismo o subterfugios lingüísticos o literarios. Su horizonte está marcado por un intenso vínculo lírico posible de leer en los universos poéticos de Antonio Barreto, Cleberton Santos, Goulart Gomes, João Vanderlei de Moraes Filho, José Inácio Vieira de Melo, Vladimir Queiroz y de las poetas Iolanda Costa, Lílian Almeida y Rita Santana. Nueve son las poéticas, las canciones disonantes que llevan dentro de ellas las partituras en las que será sensible sentir no solo la expresión de la voz de un espacio cultural, sino una fracción de la poesía contemporánea de Brasil, consagrada en Bahía [...]. João Vanderlei de Moraes Filho [editor].
De la obra de Linero, homenajeado por el Festival Internacional de Poesía de Bogotá en 2016, ha dicho el escritor John Jairo Junieles: «Linero es un chamán citadino en el océano proceloso de las calles. Fernando es poeta dos veces, en su vida y en el papel, coinciden en él tantos dones que muchas veces se olvida de sí mismo, y se vuelca a descubrir plenamente a sus semejantes. Sus poemas son adentramiento, afán testimonial, como esas lámparas eléctricas que convocan nubes de insectos en la selva nocturna [...]. La lección de Fernando es el mapa hacia un más allá del tiempo, donde también se siembran semillas en las laderas del viento, y la poesía es fecunda en imposibles que luego la realidad reclama como su cosecha». ULRIKA 66 |
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RESEÑAS: AL FILO DE LA HOGUERA
MATERIA OSCURA Darío Sánchez-Carballo Editorial Universidad del Meta, Colombia, 2020.
La casa editorial de la Universidad del Meta anuncia finalmente la aparición, este 2020, del tercer poemario de Darío Sánchez-Carballo, titulado Materia oscura. Sobre el autor y su obra, señala Mario Torres Duarte en el prólogo: «Del poeta Darío S. Carballo le conocíamos su infinito amor a la poesía y esa manera arquitectónica de dar forma y pulir sus versos, como pudimos apreciarlo en sus poemarios 49 habitaciones y Retrovisor. Ahora Darío nos sorprende con Materia oscura, una suerte de poemas cuánticos en los que aborda, como lo dice en esa primera regla al inicio del libro, “El brillo del amor tras un lente renovado”. Poesía cuántica en cuanto a que desde su estructura juega con paradojas y desasosiegos que le dan contenido a esa necesidad de ir descubriendo la existencia a través de versos llenos de historias con profundidad matemática.
UN OBJETO AFILADO Alexandra Maia Colombia, 2020.
Publicado en 2019 en la folio, en Lisboa y en Brasil, Un objeto afilado es el segundo libro de la poeta Alexandra Maia, publicado exactamente 20 años después de su primera obra, Coração na Boca (Editora 7Letras). El libro consta de 56 poemas escritos durante este intervalo, en los que la poeta también se dedicó al cine, al teatro y a la maternidad. Un objeto afilado es un libro que habla sobre el deseo, y de los sentimientos, observaciones, sentidos que nacen del deseo. Habla sobre la fuerte necesidad 60
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Darío pone un ojo en el cosmos y otro en lo diminuto y entonces, la magia de la poesía nos lleva a la incertidumbre, que como unidad central de su libro, nos indica sin artificios cómo las reglas son ausentes, reglas que en el pasado euclidiano suponíamos inamovibles en líneas paralelas que nunca se tocaban hasta que se tocaron en curvas invisibles. Así son sus poemas más allá de la imaginación y que van de lo que no ven sus ojos a escrutar su territorio literario, tan móvil que puede habitar en su mirada bajo una almohada o en el amor de una antigua tragedia griega. [...] En sus poemas no hay certezas y si mucha otredad y desdoblamiento [...] En un mundo donde prevalecen las leyes de la economía, es alentador leer a Darío. Hay mucha luz en su Materia oscura».
de, sobre la falta de, sobre el dolor de, sobre la locura de, sobre la necesidad de cortar. Los poemas son el corte o el cuchillo, y siempre la herida como una abertura que permite el escape, una nueva forma de ver las cosas. La poética de este libro se basa en el intento de borrar las fronteras. «Yo soy hasta aquí. A partir de allí, ya no soy más... ¿porque? ¿Qué nos define? ¿Quién nos delimita?». Un objeto afilado tiene el deseo de recuperar el deseo, al cortar la paz vigente y exponer cuán confinantes pueden ser los límites que nos imponemos. En el libro, la fuerza del femenino modela las palabras y las convierte en un cuchillo. Cuchillo que corta, sin duda, cuchillo que garabatea imágenes con la delicadeza necesaria para colocar el lector en un cable suspendido. Alexandra hace que las palabras cuerpo sean robustas, enfrentando la vida en su complejidad, entre proximidades cercanas y distancias intensas. Al apropiarse de la tradición poética brasileña, la poeta la adapta a la realidad de su propia escritura, manteniendo, a su manera, fuerza y delicadeza. Julio César Bustos
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MALGENIO Rafael Del Castillo Matamoros Editorial Universidad de Nuevo León, México, 2020.
La Universidad Autónoma de Nuevo León publicó recientemente la antología Malgenio, del poeta colombiano Rafael Del Castillo Matamoros, director de Ulrika y del Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Al respecto de ella nos dice Dufay Bustamante: «La presente antología recoge textos en los que se develan algunas de las más persistentes pesadillas u obsesiones de quienes escriben poesía: sus alegatos ante ámbitos humanos que por lo general la miran de soslayo; aquello que la hace incómoda o anodina; las razones que se da el poeta para asumir un papel evanescente; los paliativos con los que trata de fortalecer su ánimo para seguir con una tarea entre heroica y delirante… Pero también, desde dicha perspectiva, y en tanto que la selección remite a fechas puntuales, Malgenio ofrece al lector poemas a partir de los cuales es posible rastrear los matices que dan color, luces y sombras a una suerte de biografía espiritual
EL CANTO DE LA SULAMITA Zingonia Zingone
enmarcada en el canto, el padecimiento y el disfrute de una vocación indeclinable…». A su vez, el poeta mexicano Margarito Cuéllar, señala: «La noche del mundo está en estos poemas, con el arrebato de sus mujeres y la luz parpadeante de los burdeles. En el fondo de todo esto, el naufragio es una forma de desafío. Rafael Del Castillo sabe, como decía Eliot, que el poeta no asume su pasado como si se tratase de “un bulto, una masa indiscriminada”; quizás por eso prefiere el presente, ese estado del tiempo en el que tan pronto se cierran los ojos ya es ayer. Con Kierkegaard, sabe que nuestro tiempo ingresa a pasos agigantados en la desesperación, y apuesta todo: su poesía: su legión de sombras en cuya silueta se oculta la vocación de la luz».
en el derrotero de una vida que se busca en la ficción, aunque la realidad impere en sus metáforas.
Uniediciones, Colombia, 2020.
El sello bogotano Uniediciones publicó recientemente la obra reunida de la poeta italiana Zingonia Zingone, en edición bilingüe español-inglés, colección al cuidado de Julio César Bustos. El prologuista del libro, el poeta costarricense Osvaldo Sauma, dice acerca de este libro: «En esta poesía reunida, Zingonia Zingone teje y desteje los hilos de su propia Odisea para que nadie interfiera en los testimonios de su travesía, y así, amparada a sus libros, nos revela la circunstancia de cada uno de esos nacimientos, de esos hijos suyos que marchan empoderados en su propio surgimiento, y
¿cómo hará el pájaro solitario? / ¿podrá él cerrar sus alas / romper las filas / sin destrozar la danza? La muerte temprana de su padre, va a traer consigo la imperante necesidad de transmutar su dolor a través de la palabra y ese seguirá siendo su leitmotiv, su refugio, su razón de ser. Atrás quedaron sus conocimientos de economía. El desierto se metió en su horizonte como un pentagrama donde escribir la música de la redención y del camino a los adentros. Su viaje, es un viaje introspectivo, pero trasmite las señales tangibles de ese solitario/solidario, que inmerso en su obra escrita, busca al otro y se complementa en él. Aunque nos parezca que delega un mayor protagonismo a su más reciente libro: Las tentaciones de la luz (por iniciar a la inversa [...]), la autora está consciente de que los poemarios que lo anteceden, son la suma que resume y reúne el devenir de una misma búsqueda». ULRIKA 66 |
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MAURITANIA ES UN PAÍS CON NIEVE Carlos Aldazábal Algaida Editores, Poesía, España, 2019.
La poética de Carlos J. Aldazábal posee pliegues y repliegues como la misma topografía argentina. Desde su productividad escrituraria y densidad simbólica se despliegan las geografías, tanto imaginarias como reales, que se fueron nutriendo de sus lecturas y también de las experiencias sobre el propio territorio. Desde el primigenio La soberbia del monje (1996) [...], hasta Mauritania es un país con nieve (2019), su último libro, el cual ha recibido el xliii Premio Literario Kutxa Ciudad de Irún, se pueden bosquejar núcleos temáticos que retoma y ahonda en las diferentes publicaciones: infancia, paternidad, muerte, historia y literatura; así como
NU)N(CA Luigi Amara Sexto Piso-Conaculta, México, D.F., 2015.
Compuesto como un poema de casi cien páginas, Nu)n(ca, de Luigi Amara, es una reacción y recreación de la mirada. Galardonado con el Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española 2014, Nu)n(ca se realiza como un «comentario al pie» de un retrato del siglo xix de Onésipe Aguado que cuelga en el Met de Nueva York: Women Seen from the Back. Una mujer de espaldas a partir de la cual el poema conforma una mirada recelosa que sólo es concluyente en cuanto al misterio que la foto emana, irresoluble, y que convierte a Nu)n(ca en el desarrollo de una expresión asombrada y curiosa ante el enigma. La coedición de Sexto Piso, la extinta Conaculta y el tristemente no extinto gobierno de Coahuila, tiene entre sus aciertos incluir una postal de la fotografía de Aguado, una imagen de unos quince centímetros por diez que se desprende del libro, y que más que una disposición edito62
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un mapeo que refracta Salta, Berlín, Buenos Aires, Tierra del Fuego, Perú, Viena. París o la misma Mauritania [...]. En cada una de las páginas de Mauritania… se propone al lector decodificar una cartografía en donde Aldazábal intenta reconfigurar su cosmovisión del mundo, donde sitúa la cepa de su tierra natal pero plena de mestizajes que se fue abonando con la cultura universal. Un libro con diversas aristas, con intertextos (desde Pavese, Martí, Blake, hasta coplas populares), dialógico, no solamente con la biblioteca literaria, sino en la resignificación de intercambios de una conversación que da pie a la respuesta poética; además de la alta densidad política que se cuela en algunos textos («Cuestión de Estado»; «Caimán barbudo»).
En la edificación de una obra —sólida, rica en aristas y vertientes— se debate todo verdadero poeta. En esa trashumancia por los signos, el escritor realiza su labor a sabiendas de que ingresa en el laberinto del lenguaje, lo que significa, en una escala de valores estéticos, donarle al verbo un carácter bellamente trascendente, incómodamente convulsivo y ejemplarmente utópico. Sergio De Matteo
rial sugiere una propuesta de lectura: podemos leer, foto en mano, como tomados de un Virgilio que nos evita la zozobra al descender en un texto que depende de la imagen. El lenguaje de Nu)n(ca no puede apartarse de la postal de Aguado, es su reflejo deformado en las vicisitudes creativas de la mirada del hablante lírico. Su lectura es una práctica que involucra no sólo la consideración de las palabras sino la observación constante de la imagen que las ha motivado. Esto, en cuanto al procedimiento, entronca con las propuestas más contemporáneas que a lo largo del siglo pasado fueron perdiendo el temor a lo impuro, el respeto a la autonomía de la obra de arte y el miedo a la dependencia de un arte respecto a otro [...]. David Vizcaíno Bedrán Tomado de PezBanana.net
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CALLAR LOS PERROS Guillermo Bianchi Alción Editora, Argentina, 2017.
Quizá la poética de Guillermo Bianchi se resuma en una de las líneas de su nuevo libro Callar los perros: «yo sé de vos lo que mi sangre cuenta», como indicio de un decir que brota de lo más profundo. Allí donde confluyen la conciencia y los sueños, que esmaltan de rojo la experiencia diaria. Se escribe sobre la sangre con el pincel mojado en sangre. La palabra, al tiempo que carga su propia historia, es el instrumento para contarla. El enlace entre poesía y vida como unidad indisoluble presente en el verso citado, se reafirma en el título del poema que lo contiene: «Carne viva». ¿Palabra viva? Apelo aquí a la frase redundante e intacta de que la poesía es una manera de vivir. De ese maridaje deviene, en el caso de Bianchi, una frontalidad que lejos de indicar rigidez da cuenta de que lo diáfano –como reverso de lo recargado, artificioso y altisonante– comulga con la hondura cuando se tiene qué decir.
Callar los perros coloca desde el título un símbolo que recorre el libro a manera de núcleo y se desdobla en tres secciones: «Los perros del vivir», «Los perros del morir» y «Los perros del amar», lo que confirma las numerosas posibilidades de representación que ha tomado y sigue tomando en la historia [...]. Callar los perros expresa la fragilidad del ser humano en un mundo nunca tan depredador y brutal como hoy. Las imágenes calan hondo en la voz de Bianchi, quien se instala, sin aspavientos, en el círculo de los poetas que raspan el silencio en una piedra, a la espera de que broten las necesarias palabras de fuego. Jorge Boccanera, en el prólogo.
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AUTORES
Índice de autores GIOVANNA BENEDETTI
(Panamá, 1949)
Poeta, cuentista, ensayista, artista plástica y académica panameña. En poesía ha publicado: Entonces, ahora y luego (1992), Entrada abierta a la mansión cerrada (2006) y Música para las fieras (2013). Y, además de algunos libros de ensayo, las colecciones de cuentos: La lluvia sobre el fuego (1982) y Vértigo de malabares (2016).
LUZ MARY GIRALDO
(Ibagué, 1950)
Poeta, ensayista, antóloga y profesora universitaria, escritora en residencia de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es autora de los poemarios El tiempo se volvió poema (1974), Camino de los sueños (1981), Con la vida (1997), Hoja por hoja (2003), Postal de viaje (2004), Sonidos en la luz (2010), Llévame como un verso –poemas del exilio– (2011), De artes y oficios (2015) y Caza de sombras (2019).
FERNANDO LINERO MONTES
(Santa Marta, 1957)
Poeta y músico. Estudió Filosofía y Letras y Dirección Musical. Entro otros, ha publicado los libros de poesía: La risa del saxo (1985), Guijarros (1990), Lecciones de fagot (2004), Experto en tachaduras (2010) y En la corriente oscura de los días (2019), y las antologías La risa del saxo y otros poemas (2017) y La verdad yo quería decir otra cosa (2020).
CARLOS LÓPEZ
(Pajapita, San Marcos, Guatemala, 1954)
Además de poeta y editor, es licenciado en lengua y literatura, en estudios latinoamericanos, en derecho y en ciencia política, y magíster en letras iberoamericanas. Es autor de los libros de poemas Fuego azul (1997) y Bellotas de agua (2000). Dirige desde 1981 la editoral Praxis, con la que ha editado más de 500 títulos.
ÁLVARO MATA GUILLÉ
(Costa Rica, 1965)
Es director de teatro-danza, ensayista, investigador, dramaturgo y poeta. Director del corredor teatral Poesía en Tránsito, de la revista Hoja en blanco y del sello Aire en el Agua Editores. Algunos de sus libros son: Debajo del viento, Sobre los fragmentos, Un país sin nombre, Intemperies, Más allá de la bruma y, de próxima aparición, Una serpiente sin alas.
ÁLVARO MIRANDA
(Santa Marta, 1945)
Poeta, novelista e historiador. Obtuvo el título de Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad de la Salle (1974). Ha publicado la Antología de una generación sin nombre, realizada por la Editorial Adonais de España. En 1982,
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la Universidad de Antioquia le otorgó el Premio Nacional de poesía y publicó su libro ganador Los escritos de don Sancho Jimeno.
ANTONIO NAZZARO
(Turín, Italia, 1963)
Periodista, poeta, traductor, video artista y mediador cultural. Fundador y coordinador del Centro Cultural Tina Modotti. Ha publicado dos poemarios: Amor migrante y el último cigarrillo /Amore migrante e l’ultima sigaretta (2018) y Cuerpos humeantes (2019). Como traductor ha publicado, entre otros, La lengua incansable/a lingua instancabile. 10 voci contemporanee della poesía italiana (2018).
MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ (Valladolid, España, 1967) Poeta, ensayista y profesora universitaria. Ha publicado varios libros, entre otros, Fiebre y compasión de los metales (2016). Antologías de su obra han sido publicadas en Caracas, Ciudad de México, Quito, Nueva York, Monterrey y Bogotá. También, de modo bilingüe, en Italia y Portugal. Está en prensa una antología de su obra en Lima.
DARÍO SÁNCHEZ-CARBALLO (Bogotá, 1975) Poeta y arquitecto con estudios de maestría en Intervención del Patrimonio Arquitectónico y Urbano en la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. Publicó en 2009 su libro 49 habitaciones, libro que obtuvo mención especial en el Premio María Mercedes Carranza del año 2007; en 2015 su segundo libro Retrovisor; y más recientemente su tercer poemario: Materia oscura.
ENZIA VERDUCHI (Roma, Italia, 1967) Poeta y editora. Desde los cinco años vive en México. Licenciada en Periodismo y Ciencias de la Comunicación por el Instituto Campechano. Becaria del Centro Mexicano de Escritores 1992-1993. Ha publicado los libros de poesía Cartas de usurpación (1992), El bosque de la hormiga (2002), Groenlandia (2018) y Nanof (2019). Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, italiano, hindi, portugés y polaco.
MARÍA INÉS (MANÉ) ZALDÍVAR (Santiago de Chile, 1953) Poeta, docente y ensayista chilena. Magíster y doctora en Literatura. En poesía ha publicado los libros Artes y oficios (1996), Ojos que no ven (2001), Naranjas de medianoche (2006), Década (2009), Luna en Capricornio (2010) y Bruma (2012). Actualmente se desempeña como Directora del Departamento de Literatura, de la Universidad Católica de Chile.