HOMENAJE DEL XXVIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ A LUZ MARY GIRALDO
su mejor definición y mayor madurez. Vaya pues este homenaje, en el marco del xxviii Festival Internacional de Poesía de Bogotá, para celebrar a una de las más altas voces de la poesía colombiana. Ciudad de México, mayo de 2020.
Luz Mary Giraldo
Notas con motivo de su homenaje LA POESÍA DE LUZ MARY GIRALDO POR MANÉ ZALDÍVAR Desde su primer poemario, en 1974, Luz Mary Giraldo ha ido construyendo su obra poética como esa «sombra sigilosa» que ingresa a perderse en el laberinto, consciente de la dificultad de estampar sobre la página el cuerpo de la palabra. Esa palabra suya, montada en «El tren de la memoria» se hace presente, tanto en su consistente materialidad canalizada a través de los ojos, el oído, las manos, la boca y la nariz, cual «tierra caliente y sus olores», como también a través de una tela inasible que se dibuja en el aire como esa brizna de luz casi imperceptible que dejan aquellas velas que «aman la fuerza del viento». En la totalidad de su obra, de página en página y de libro en libro a lo largo de los años, la levedad de una imagen que se percibe etérea como un suspiro y la intensidad de vívidas y tangibles imáge18
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nes irán armoniosamente entrelazadas, como la de ese ruiseñor que le «canta al eco enredado en una sombra / bañada de cerezos». Es por ello que esta vez solo apunto a un aspecto de la poesía de la autora. Lo hago porque me parece que constituye el eje central que articula toda su obra; esto es, que el arte de su escritura asume con éxito el desafío de presentar y moverse permanentemente en un baile entre opuestos, en un vaivén que, paradojalmente, se convierte en la columna vertebral de esta danza entre luz y sombra; aire y tierra; sonido y silencio; sueño y vigilia; noche y día; densidad y levedad; claro y oscuro; concreto y abstracto; cuerpo y sentimiento; tristeza y melancolía, como en esa «Calle de París» desde donde nos “Llega una imagen imprecisa en la noche”, mientras percibimos que