Ágora número 31

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ÁGORA EJEMPLAR GRATUITO

Revista Estudiantil del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México Año XVIII, Nº31 agosto/diciembre 2021

31 Á G O R A EL COLEG I O D E M É X I CO

Mariana López Jiménez

Dafne Leticia Olea Corral

Andrea Montserrat Campos Zerón

Valentina Ramírez Reynoso

Jocelyn Maricela Flores Rocha

Manuel Alonso Mercado Montaño

Emilia Noemí Amezcua Bernal

Iara Renata Hernández Castilla

Tomás Ritch Rocha

Abel Vidaña González

María José Rodríguez González

Andrea Estefanía Porcayo Dorantes

Isabel Guzmán Zorrilla

María José Padilla Soberón

ConsejoAsesor

S ergio A gu A yo , doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad de Johns Hopkins • i lán B iz B erg , doctor en Ciencias Sociales por la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París • r o B erto B reñ A , doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid • A n A C ov A rru B i AS , doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad de Oxford • J u A n C ruz o lmed A , doctor en Ciencia Política por la Universidad de Northwestern • F ern A ndo e SCA l A nte , doctor en Sociología por El Colegio de México • g er A rdo e S quivel , doctor en Economía por la Universidad de Harvard • r o SA rio F A r A udo , maestra en Literatura Comparada por la Universidad Nacional Autónoma de México • F r A n C i SC o g il v illeg AS , doctor en Estudios Políticos por la Universidad de Oxford • H um B erto g A rz A , maestro en Relaciones Internacionales por la Universidad de Londres • R ogelio H ernández , doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México • Y vette J iménez de B áez , doctora en Literatura Española por la Universidad Nacional Autónoma de México • B ern A rdo m AB ire , maestro en Gobierno por la Universidad de Harvard • J o S é l ui S m éndez , doctor en Ciencia Política por la Universidad de Pittsburgh • m A uri C io m erino , doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid • S oled A d l o A ez A , doctora en Ciencia Política por el Instituto de Estudios Políticos de París • l orenzo m eyer , doctor en Relaciones Internacionales por El Colegio de México

• r eyn A ldo o rteg A , doctor en Ciencia Política por la Universidad de Columbia • m A rí A del C A rmen P A rdo , doctora en Historia por la Universidad Iberoamericana • i SAB elle r ou SS e A u , doctora en Sociología por la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París • S A gr A do C ruz C A rretero , candidata a doctora en Historia por la Universidad Veracruzana • F ern A nd A S omu A no , doctora en ciencia política por la Universidad de Iowa

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Á gor a

Revista estudiantil del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México Año xviii , Nº 31 · agosto/diciembre 2021

ágora

Nº 31 agosto/diciembre 2021

4 Editorial

SECCIÓN ACADÉMICA

Artículos

El escudo de Perseo y la Máscara de la Gorgona por Héctor Manuel Lujambio Valle

The Vélodrome d’Hiver and the Drancy Internment Camp: Two focal points of unresolved dialogue por Ingrid Halí Tokún Haga Alvaréz

Ensayos

Marisela Escobedo: Antígona contemporánea, tu lucha aún no acaba por Emilia Noemí Amezcua Bernal

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La bicicleta y el abismo por Francisco de Aguinaga Padilla

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Retratos de Elizabeth I: La creación de un ícono por Merly Paloma Lugo Rodríguez

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El pensamiento geográfco feminista: diálogos y otros tejidos por Lya Montiel Nepote

Portada y portadilla por Sara Sandoval

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SECCIÓN ACADÉMICA

Reseñas Ensayos

Hablar de la India: obsesiones y retratos de un mundo acosado por tábanos por Mitzi Julio Arguijo

87 Mi patria, la muerte por José Francisco Andrade Cruz

60 La Historia: Eco de Vida y Muerte por Armando Roa Torres

73 Reconocer al revés: sobre la inversión fonética por Alec Misael Sánchez Montero

SECCIÓN GRÁFICA

Sobre una cultura visual por Joel Cemí Domínguez Rojas

Black Power por Fabiola Zavala Estrada

Cerros por Ximena Gómez

96 Fiesta de San Cristobalito por Danya Pinto

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Medina de Fez 1 por Ximena Gómez

Medina de Fez 2 por Ximena Gómez

Medina de Fez 3 por Ximena Gómez

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Acerca de los autores 108
Waqrapuku por Leonardo Hernández Baumer Cuarto Oscuro por Carmen Macedo Odilón En mi mente la Revolución ya ocurrió por Emilia Noemí Amezcua Bernal Narrativas Los funerales de mamá por Valente Saavedra Fernández Noches de poesía por Ana Lucía Reiche García Poemas Deshierbe por Valente Saavedra Fernández 100 107 109 124 129 127 La Gran Belleza por Ingrid Halí Tokún Haga Alvaréz Pérez Aurelia por Ana Karen Hernández Degollado Mi madre por Priscila Penélope Bisher Peña 112 116 131 Afghan Polanco por Sebastían Hernández Díaz 137 133 Verbo Divino por Aarón Jaimes Hernández Agüero de Tapatilandia por Irenic Vázquez Evangelista 120 M
SECCIÓN LITERARIA

ágora

Nº 31 agosto/diciembre 2021

A todos, todes y todas las autoras

nacidas del confinamiento

mauf

Lo más curioso de los sueños es que, sin importar cuanto nos atormenten ciertos momentos del pasado, todas las noches nos obligan a enfrentar las heridas del alma. Así, la historia más íntima, nuestra vida, se convierte en una cruzada por aprender a existir con las consecuencias de lo que ya no podemos cambiar. Sin embargo, la pérdida no es una herida que cicatrice con facilidad, el dolor que trae un recuerdo puede invadirnos con insomnio e impedirnos sanar en fantasías.

Lo que fue y cómo recordarlo sin que nos destruya en el proceso es el eterno dilema del espíritu herido que escritos como En mi mente la revolución ya ocurrió y Marisela Escobedo: Antígona Contemporánea profundizan. Estos textos ofrecen más que una respuesta humana, se sienten como una carta de amor a las mujeres que ya no están, pero también a las que siguen luchando por encontrar paz en un mundo que las priva de justicia.

De esta manera, en un entorno que constantemente abandona al inocente, parecería que la historia construida a diario consume a más de sus protagonistas con cada amanecer. Escritos como Mi madre y

Los funerales de mamá forman un retrato vivo de la vulnerabilidad humana nacida de cada narrador al mostrarnos un fragmento de lo que les mantiene despiertos por las noches. Una especie de fragmentos que podrían llevarnos, incluso de forma consciente, a desear divagar por mundos perdidos como el de Waqrapuku en búsqueda de un porqué. Una razón que consuele y obsesione al espíritu, una razón que haga valer la pena el sacrifcio.

No obstante, la mayoría de nosotros creció con la creencia de que las cosas pasan por un motivo y, afortunada o desafortunadamente para algunos, este no depende de la bondad o maldad de los corazones. El vacío que deja la incertidumbre nos hace deambular y perder toda esperanza. Explorar la tristeza que ello evoca, ser consumido por la obsesión de encontrar a un responsable, nos lleva a escritos como Mi patria, la muerte. Incluso si encontráramos una razón, es a veces la ignorancia e incomprensión de las personas a nuestro alrededor lo que gesta una solitaria y amarga agonía cuando sólo necesitábamos amor. Es así como el escrito Cuarto Oscuro invita a verse a uno mismo como la razón indiscutible y máxima para sanar.

Pero ¿qué pasa cuando no estamos hablando de un solo espíritu? Por años, las cicatrices que dejó el pasado han atormentado a más de una generación. Monumentos se han construido en nombre de los que ya no están, conmemoraciones en todos los formatos han abierto a más de uno el corazón con la intención de que la tragedia no vuelva a ser una constante. Sin embargo, hay quienes cierran su alma a lo que fue y se ahogan en negación. El texto

The Vélodrome D’Hiver and the Drancy Internment Camp nos hace una cordial invitación a eso, a la refexión de cómo el pasado puede doler intensamente, pero ignorarlo sólo nos condena a repetirlo. Ser conscientes del sufrimiento que trajo el ayer puede ser nuestra única puerta hacia la libertad del mañana.

La gran narrativa que compone nuestro pasado jamás será escrita a través de los ojos omnipotentes de Dios, sino por los feles testigos de la historia. Cada uno es dueño de su vida y libre de elegir cómo recordar su paso por

este momento del mundo; no le debemos a nadie el peso de una explicación cuando uno mismo es su propia cruzada. En este sentido, parecería que La Historia: Eco de Vida y Muerte es un poema dedicado al historiador en el que cada quien se convierte durante la aventura que es enfrentar a las heridas del alma.

Deseo, de todo corazón, que nuestros lectores disfruten esta nueva edición de ÁGORA tanto como nosotros, el equipo que conforma al Consejo Editorial 2021. Cada una de las páginas en el ejemplar que sostiene entre sus manos está sellada con el amor que le tenemos a nuestro proyecto editorial, pero también con el espíritu de aprender a ser mejores. Esperamos que al fnalizar su lectura, el contenido del Número XXXI lo invite a la refexión y despierte en usted un deseo por meditar aquello de lo que todavía no se atreve a sanar en sueños.

Sección Académica

Artí c ulos

EL ESCUDO DE PERSEO Y LA MÁSCARA DE LA GORGONA

[La Gorgona] encarna otro tipo de alteridad […] No se ocupa de los primeros momentos de la existencia ni de lo que está fuera del horizonte civilizado, sino de aquello que, en todo momento y lugar, arranca al hombre de su vida y de sí mismo, sea para precipitarlo […] al abismo donde reina el horror y la confusión del caos, sea para elevarlo […] hacia lo alto, a la fusión con lo divino y la plenitud de una edad de oro recuperada.

Jean pierre Vernant1

Los Mitos son forMas coMunicatiVas de carácter narrativo y simbólico que son aprehendidos por una comunidad que les da sentido; son relatos que moldean y modelan las estructuras e instituciones socioculturales a través de los valores que transmiten.2 Conocer y comprender la mitología de un pueblo o nación, significa saber lo que hay detrás del ánima colectiva, en lo

1 Jean Pierre Vernant, La muerte en los ojos, Madrid, Gedisa, 2001, p. 16. 2 Joseph Campbell, El Héroe de las Mil Caras: psicoanálisis del mito, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 2010.

profundo y vasto de nuestra naturaleza humana.3 Aunque arquetípicas,4 las narrativas míticas de cada cultura tienen maneras específicas de expresarse que se determinan de acuerdo a la espacialidad y la temporalidad, de modo que, aunque esencialmente semejantes en lo profundo, dos mitos de diferentes culturas con el mismo tema serán distintos en su manifestación y representación.

El mito de Perseo y la Gorgona es uno de los más emblemáticos de la cosmovisión griega. Es la historia que sienta las bases de lo que será la figura del héroe vencedor, intermediario entre los seres humanos y los dioses, fundador de ciudades y ancestro de dinastías poderosas. Sin embargo, más allá de las interpretaciones más evidentes, el relato del príncipe de Argos y de Medusa —la de cabellos de serpiente— tiene un trasfondo profundo, rico y complejo que aborda, entre otras cuestiones, el enfrentamiento de lo humano y lo monstruoso; lo sublime y lo terrible; lo terrenal y lo divino; lo conocido y lo que permanece un misterio.

En este sentido, más que narrar la travesía extraordinaria de un joven hijo de Zeus y la derrota de un monstruo temible, nos plantea un encuentro entre el yo y lo otro, al mismo tiempo que propone reconocimiento entre ambos conceptos. Si bien esto tenía un gran impacto en las sociedades de Grecia Antigua, también guarda relevancia para las personas de nuestros días pues podrían identificar en el mito una enseñanza universal de autoconocimiento. No obstante, resulta importante conocer lo esencial del relato para realizar un análisis hermenéutico de sus figuras centrales,

3 Carlos García Gual, La Mitología: interpretaciones del pensamiento mítico, Barcelona, Montesinos, 1.ª ed., 1987.

4 Tomamos al arquetipo como la fuente de todo pensamiento simbólico, como la raíz que conecta con lo más profundo de nuestra psique y posibilita también la relación con el mundo externo y los otros. Afrma Jung: “No se heredan las representaciones sino las formas, […] se le puede dar un nombre y posee un núcleo signifcativo invariable que determina su modo de manifestación; pero siempre sólo en principio, nunca concretamente”. Carl Gustav Jung, Arquetipos e Inconsciente colectivo, Barcelona, Paidós, 1970.

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Perseo y Medusa, y distinguir cómo los griegos percibían la relación entre la dualidad que se halla inscrita en esta historia. De manera que sea posible reinterpretar este mito para dar sentido a nuestra existencia contemporánea.

EL MITO DE PERSEO Y LA GORGONA5

El oráculo había profetizado que Acrisio, rey de Argos, sería asesinado por el primogénito de su hija, Dánae. Aterrado, el monarca mandó encerrar a la muchacha en una celda de bronce, que en algunas versiones estaba en una torre alta y en otras en lo profundo del palacio. Como fuera, la princesa no tenía escapatoria y su único contacto con el mundo era una anciana dama de compañía que se aseguraba de sus necesidades básicas.

Pero Zeus, señor del Olimpo, fijó su vista en la doncella y, en forma de lluvia de oro, la dejó encinta. Después de un tiempo nació el niño, Perseo.

El llanto —o, según otros, la risa— del niño llegaron a oídos de Acrisio, quien hizo matar a la anciana dama de compañía y arrastró a su hija al altar de Zeus para que confesara quién era el padre del pequeño. Al jurar que el rey de los olímpicos era el progenitor, el monarca de Argos no vio otra salida más que arrojar a la joven madre y a su hijo al mar, encerrados en un sarcófago, para que así fuera el mar quien los matara y no cayera sobre él la furia de los dioses.

Pero Zeus favoreció a Perseo y Dánae, quienes fueron llevados por el mar hasta las costas del reino de Sérifos. Ahí, caerían en la red del pescador Dictis, quien los acogería en su casa y los mantendría a salvo por un tiempo. Pero Polidectes, rey de la isla y hermano de éste, se interesaría en Dánae y la llevaría a su tenebroso palacio para casarse con ella. Aquí nuevamente existen variaciones en el relato: Perseo es aún un niño y es tomado junto

5 El relato que narraremos se basa en distintas fuentes, entre ellas Hesíodo, Píndaro y Apolodoro; también en obras artísticas que representan escenas del mito. Así mismo, se comentarán algunas de las variantes de la narrativa que resulten relevantes para su comprensión.

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a su madre o es ya un joven, prácticamente un adulto, que ha vivido todo ese tiempo junto a Dánae y Dictis, como pescadores humildes. En las distintas versiones, Polidectes ve en Perseo a un rival o al menos un impedimento para disfrutar plenamente del matrimonio con Dánae, por lo que le exige al muchacho un regalo: la cabeza de la Gorgona, Medusa, que vive en los confines del mundo. El joven acepta el desafío y emprende la búsqueda del terrible monstruo que habita en donde no llega la luz del sol ni la luna. Antes de su partida visita el templo de Atenea, diosa de la sabiduría y la estrategia, y ella se manifiesta ante él para ofrecerle su ayuda; lo mismo hace el mensajero divino y conductor de almas, el dios Hermes, quien en varias versiones le entrega un par de sandalias aladas.

Medusa es hija de los titanes del océano, Forcis y Ceto. Su cabellera es un nido de serpientes y tiene por rostro una máscara espantosa con colmillos de jabalí, alas de oro, garras de bronce y el aliento fétido de la muerte que muestra siempre una mueca de terror. Aunque algunos hablan sólo de una Gorgona, la historia más difundida es que eran tres, siendo Esteno y Euríale sus hermanas. Ellas eran inmortales, aunque Medusa era mortal, ella podía transformar a quien la mirara en piedra. Las Grayas eran las únicas que conocían su ubicación, ellas eran también hijas de Forcis, tres viejas brujas que compartían un solo ojo, un solo diente y guardaban secretos que sólo los dioses más antiguos conocían.

Hermes guió a Perseo a la guarida de las Grayas, quienes se divertían con juegos de azar. Al pasarse el ojo que compartían, el joven aprovechó un instante y se los arrebató, obligándolas a revelar la ubicación de las Gorgonas.

También descubrió, gracias a ellas, el lugar en el cual encontrar a las ninfas que guardaban algunos artefactos mágicos: un saco capaz de contener la cabeza de Medusa, la kibisis, y la kyneé, el casco de invisibilidad de Hades, señor del Inframundo. Algunos mencionan que también le proporcionaron

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el harpe de adamantio —la espada con que Crono castró a Urano— y unas sandalias aladas, pero otros apuntan a que el dador de estos obsequios fue Hermes. De Atenea, Perseo recibió un escudo de bronce, lustroso y brillante en el que veía su mismo reflejo.

Con sus sandalias aladas, Perseo llegó a una de las entradas del Inframundo, situada en los confines de la Tierra: ahí se encontró con un jardín de estatuas, víctimas de Medusa y su mirada mortal. Las Gorgonas estaban ahí —dormidas según algunos, despiertas según otros—, un error podría costarle la vida al joven héroe, quien se acercó sigiloso e invisible. Miró a través del espejo que le dio Atenea y de un solo golpe cortó su cabeza con el harpe de Crono. Ella dio un brutal alarido y sus hermanas buscaron al intruso, que puso el terrible trofeo en la kibisis y escapó del lugar con las sandalias aladas de Hermes.

Después de aquello, Perseo realizó muchas proezas, entre ellas salvar a la princesa Andrómeda de la muerte, para finalmente regresar a Sérifos. El héroe entró al palacio del tirano Polidectes, quien lo recibió molesto y asombrado de que volviera con vida. El joven héroe tomó la cabeza de la Gorgona y la mostró al malvado rey y toda su corte que, en un instante, fueron convertidos en piedra al ver la mirada mortal de Medusa. Dánae había sido liberada y se casó con Dictis, que se hizo monarca de la isla. Ella contó entonces a Perseo de su abuelo, Acrisio, y de la profecía por la cual habían sido arrojados al mar.

El joven voló a Argos y le prometió al viejo rey que no buscaría matarlo, pero el anciano desconfío y huyó. Tiempo después, Perseo participó en unos juegos y, en una de las competencias, arrojó un disco que se perdió de la vista de los asistentes. El objeto voló lejos y, por obra del destino, golpeó a Acrisio en la cabeza y lo mató, cumpliendo de esta manera la profecía del Oráculo. Aunque él era heredero al trono, el héroe decidió dejar el reino a

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un tío suyo y se fue con su esposa a fundar el reino de Micenas, donde vivió el resto de sus días. Al final, Zeus puso a Perseo y Andrómeda en el cielo, como constelaciones, para que el mundo entero los recordara por siempre y para que guiaran a otros en su camino.

PERSEO Y LA GORGONA: EL ESPEJO Y LA MÁSCARA

Para los griegos, el mito de Perseo y Medusa habla del paso que el joven debe tomar para convertirse en hombre; de un proceso de transición a través del cual hay que enfrentarse a lo desconocido y lo terrible para salir victorioso o morir en el camino. Ciertamente, es una historia que nos transmite los valores del pueblo heleno: la fuerza y astucia masculina, la dominación de lo femenino, la conquista de los enemigos y la derrota de lo bestial por los poderes del orden. Pero entre otras significaciones de carácter político, religioso o social, es un relato que nos habla de una Iniciación, donde el sujeto debe ser puesto a prueba, enfrentarse a lo oscuro del Inframundo y a lo que ahí habita, para conquistarlo y hacerlo parte de él.

No es posible datar con exactitud la antigüedad de un relato que se transmitió a través de la vía oral por generaciones antes de ponerse por escrito. Sin embargo, se pueden realizar un par de aproximaciones: sabemos, gracias a la narrativa, que Perseo fundó la ciudad de Micenas, cuyos vestigios más antiguos datan del 3000 y 2500 a.C. Además, el mito de Heracles, bisnieto del héroe, está situado aproximadamente entre el 1194 y el 1184 a.C. Más aún Hesíodo, la leyenda y sus personajes son nombrados también por Píndaro, Homero, Eurípides, Esquilo, Apolodoro, Ovidio, entre otros. Finalmente, el mito de Perseo puede rastrearse desde el siglo VII y VIII a.C. en la Teogonía de Hesíodo.

El caso de la Medusa tiene un trasfondo distinto, pues esta figura parece ser más antigua que el relato de Perseo. El Gorgoneion o Gorgoneia es

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la representación visible (ya sea en pintura o escultura) de la cabeza de la Gorgona: un rostro que mira al frente, con los ojos fijos en el espectador; una mueca que luce furiosa o burlona, con enormes colmillos de jabalí; una cabellera enredada entre la que destacan serpientes. Los registros arqueológicos que muestran la figura datan del siglo VIII a.C.; aunque, algunos hallazgos hacen pensar a los expertos en figuras gorgóneas o formas “pre-gorgóneas” de entre el 6,000 y 5,300 a.C.6 En su núcleo, es una representación utilizada para causar terror, alejar a los espíritus malignos, asustar a los enemigos y protegerse. Su uso en frontones de templos y palacios, así como en armaduras y escudos, nos dan prueba de ello.

El rostro de la Gorgona es una máscara con apariencia de lo terrible y lo desconocido, de lo que no se puede mirar sin morir. En el mito, muchos hombres y bestias habían perecido ante la mirada mortal de Medusa. En las representaciones visuales, el Gorgoneion es una advertencia o amenaza de muerte a quienes osen traspasar su portal. Existe una hipótesis bastante difundida la cual argumenta que la máscara gorgónea es la representación de una divinidad femenina y era usada en ceremonias rituales para asustar tanto a los malos espíritus como a los intrusos.7 De hecho, en los mitos, aunque se describe como un monstruo terrible, Medusa es en realidad una titánide, una diosa muy antigua que pertenece al viejo orden del titán Cronos. La Gorgona es una guardiana tanto de los Misterios a los que ningún profano puede acceder como de lo Divino que ningún mortal puede presenciar de modo directo a menos que muera en el intento. Estas enseñanzas quedan

6 Anna Lazarou, “Prehistoric Gorgoneia: a Critical Reassessment”, Studia Antiqua et Archaeologica, 25 (2019), pp. 353-385. N. del A.: En su texto, en el que analiza diferentes hallazgos a lo largo de Grecia y el Egeo, Lazarou expone que estas fguras con características gorgóneas son muy antiguas y pueden rastrearse hasta el Neolítico medio en forma de máscara, el hallazgo más antiguo se ha hecho en Sesklo, Grecia.

7 Véanse: Robert Graves, Los Mitos Griegos, Tomo I, Barcelona , Ariel, 2016; Jean Pierre Vernant, La Muerte en los ojos, Madrid, Gedisa, 2001; Jean Pierre Vernant, El Individuo, la muerte y el amor en la Antigua Grecia, Barcelona, Paidós, 2001.

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claramente demostradas en el imaginario griego pues Sémele es fulminada al ver a Zeus en su forma verdadera y Acteón muere por Artemisa al verla desnuda. En pocas palabras, ver a la Divinidad frente a frente significa la destrucción de la existencia mortal.

Perseo es hijo de Zeus, señor de los dioses, y Dánae quien, aunque princesa, no deja de ser humana. Perseo representa el ideal del hombre griego y por ello, al mismo tiempo que su cualidad de semidiós está presente con una chispa divina, la fragilidad propia de los mortales también. Desde el principio de su existencia, el joven héroe tiene que enfrentarse a la oscuridad y a la muerte: al nacer y crecer en la tenebrosa mazmorra, al ser arrojado en un sarcófago junto a su madre al mar, al ser llevado al sombrío palacio de Polidectes —cabe destacar que este nombre significa “el que acoge a muchos” y es un epíteto dado a Hades, señor de los muertos—. Perseo ha estado enfrentándose a lo que todos temen y rehúyen, a lo que nadie desea mirar.

Sus guías también son muy relevantes: en primer lugar, Atenea, el símbolo de la sabiduría y la estrategia, es quien le aconseja a Perseo no mirar a la Gorgona y le regala el escudo-espejo que usará para lograr su cometido. En segundo lugar, Hermes, la representación de la inteligencia y la astucia, es quien le aconseja al héroe buscar a las Grayas y lo acompaña en su travesía. Además, es un dios psicopompo, que conduce las almas al Más Allá, y como tal es de los pocos seres (incluso dentro de las divinidades) que pueden acceder al Inframundo y salir de él, cosa que puede verse reflejada en el obsequio de las sandalias aladas que permiten a Perseo entrar y escapar de los reinos sombríos de la muerte. Con todos esos elementos, nuestro héroe posee lo necesario para enfrentarse a aquello que representa la Gorgona: lo bestial, lo monstruoso y lo mortal; pero también lo divino y lo que está más allá de los límites humanos.

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La Gorgona es una máscara, una apariencia externa tras la que reside el Misterio, entendido como lo terrible, lo funesto, lo desconocido y lo divino. Perseo es el hombre, entre lo bestial y lo divino, la persona que debe descubrirse a sí mismo y al mundo que lo rodea, pero recordemos que es el ideal, no lo real, el ser humano en su generalidad. En este punto, es necesario comprender que el héroe no es el ser virtuoso que se sacrifica desinteresadamente, sino aquél que completa una travesía en la que deberá enfrentarse a pruebas, peligros y adversidades para descender a lo más profundo (el Inframundo, la muerte o un equivalente simbólico) y regresar victorioso al mundo ordinario (o no, de ahí viene la figura heroica derrotada). Como tal, Perseo es el ser humano que ha superado todo este camino, transformándose y pasando de ser un mortal cualquiera a un ser realizado, un héroe con todo lo que implica.

Perseo tiene muchos objetos mágicos, pero entre ellos, el más importante es el regalo de Atenea: el escudo que usa a modo de espejo. Con él, nuestro héroe logra ver a Medusa en el reflejo y, finalmente, cortar su cabeza. Es distinto al grueso de los hombres que han ido tras la Gorgona ya que mientras ellos la han visto frontalmente, como algo ajeno, externo, como una encarnación del Otro que opera como una amenaza; Perseo, para ver a aquel monstruo de mirada mortal, usa su espejo y sí puede ver a Medusa, pero también se ve a sí mismo.

Recordemos que la Gorgona es una máscara, pero tras sus ojos está el Misterio del cual es guardiana. A través de ella, Perseo se mira y él la mira a través de él. El héroe logra identificarse con aquello que otros rehúyen, niegan y rechazan; él descubre que ese gran Otro no es ajeno a sí mismo sino parte de él. Esto no es algo fuera del alcance de los griegos porque se relaciona con la enseñanza expresada a la entrada del Templo de Apolo en Delfos: “Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.

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En la Antigua Grecia ya existía una noción —posiblemente de forma inconsciente— del autoconocimiento y su relación con una posición espiritual y psicológica más elevada.8 A pesar de que el mito de Perseo y Medusa no era reservado para la élite, sino que estaba dirigido al pueblo llano, posee toda una serie de conocimientos y contenidos que revelan una profunda riqueza, útil aún en nuestros días.

CONCLUSIONES

Los mitos son narraciones simbólicas que tienen la capacidad de comunicar una serie de significados y sentidos para sus espectadores, quienes pueden realizar toda una gama de interpretaciones distintas en diferentes niveles y dimensiones. Sus símbolos poseen un poder que influye en las comunidades humanas, en gran medida, de forma inconsciente, despertando entidades psíquicas que residen en lo más profundo de nuestro ser. Para los griegos, así como para todas las culturas y sociedades, las mitologías enmarcan todos los valores, formas de pensar, de sentir y de ser.

En este caso, el mito de Perseo y la Gorgona nos habla, en uno de sus sentidos, de un trabajo interno en el que hay que enfrentarnos a lo desconocido, lo terrible e incluso lo divino. Para nuestras sociedades contemporáneas esto no es distinto de lo que plasmaban y necesitaban los griegos de la antigüedad: es necesario que seamos capaces de cuestionarnos lo que somos, mirando aquello que nos resulta amenazador, bestial, repulsivo o desconocido, no como algo ajeno y externo, sino como algo que forma parte inherente de nosotros. Si logramos identificarnos con aquello que ocultamos, rechazamos o negamos en los otros, podremos crecer como seres humanos, alcanzando una vida más plena, y quizá, como Perseo, la divinidad en nuestro interior.

8 Prueba de ello la encontramos en las diferentes religiones mistéricas que buscaban el despertar espiritual a partir de ceremonias profundas en las cuales el iniciado debía tomar consciencia de sí mismo, tales como los Misterios de Eleusis, los Misterios Órfcos y posteriormente la Escuela de Pitágoras.

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THE VÉLODREME D’HIVER AND THE DRANCY

INTERNMENT CAMP:

TWO FOCAL POINTS OF UNRESOLVED DIALOGUE

INTRODUCTION

staLin used to rewrite history, erasing his enemies from photographs and textbooks. He was an expert at hiding, exaggerating, and distorting facts. However, he was not the frst nor the last to do this. Centuries before, the Romans tried to erase Carthage from human memory. Their example was followed by King Henry IV, who in 1598 forbade his subjects from remembering the wars of religion.

Because “no memory is possible outside the framework used by people in society”,1 “group memberships provide the materials for memory and prod the individual into recalling particular events and into forgetting others”.2 According to this idea, collectives —like family, class, and nation— decide what is valuable to remember. With this objective in mind, they create organized mnemonics like textbooks, public holidays and memorials. The past is constructed as a myth to serve the interest of a particular community. Because people belong to different collectives that sometimes have different interests, memory becomes an arena of contest between rival notions. As a result, commemorative sites are transformed into focal points of unresolved dialogue.

This academic paper is divided into three sections. The frst part studies the Monument commémoratif de la grande rafe du Vel’ d’Hiv’. The second one analyses the Mémorial de la Shoah in Drancy. Finally, in the conclusion, I refect about the conficts over the French memory present in both memorials.

MONUMENT CONMERATIF DE LA RAFLE DU VEL’ D’HIV

The Vel d’Hiv Roundup

After the French troops surrendered in June 1940, France was divided into two zones: one occupied in the north and a “zone libre” in the south with its capital in Vichy. Led by the World War I hero Philippe Pétain, the Vichy regime not only collaborated with the German forces, but it also embraced anti-Semitic measures, even before the Nazis requested them.

On January 20, 1942, Nazi offcials met in Wannsee and planned the Final Solution: the murder of all the European Jews. Two months later, they started implementing it in France. They organized a massive roundup in

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1 Maurice Halbwachs, The collective memory, New York, Harper Colophson, 1992, p. 42. 2 Jeffrey K. Olick, “Collective Memory: The Two Cultures”, Sociological Theory, num. 17, 1999, p. 335.

Paris. Vichy’s Prime Minister, Pierre Laval, agreed to detain foreign Jews if French Jews were exempted from the measure. He feared that there would be internal revolts if French citizens were deported. In contrast, foreign Jews were an easier target. Almost nobody —even the French Jewish community— was interested in defending them.

The roundup started on July 16, 1942. “At least 7,000 civil servants were operational”;3 those detained were mainly refugees from nations occupied by the Nazis.4 The roundup, which ended the next day, was the largest carried out in France.5 Of those arrested, 62% were detained at the Vélodrome d’ Hiver (VdH), a bicycle racing track not far from the Eiffel Tower. Inside it, the living conditions were so brutal that some prisoners took their own lives. Five days after the rails ended, all the detainees were sent to death camps.

Between oblivion and half truths: the vdh roundup after the war

When the Second World War ended, the French population tried to forget the occupation and a prevalent culture of national denial became widespread. “No French leader from de Gaulle to Mitterrand acknowledged the state’s part in deporting Jews to Nazi death camps”.6 “France founded its post-war self-image on ideas promoted by de Gaulle: the Republic emerged unsullied by the collaborationist Vichy regime […] and there was a clean break between Vichy and the post-war Governments”.7 French statesmen argued that, because the Republic died with the occupation,

4 Loc. cit.

5 United States Holocaust Memorial Museum, “Drancy”, https://www.ushmm.org/wlc/es/ article.php?ModuleId=10005215, retrieved April 7, 2018.

6 The Economist, “Remembering the Vel d’Hiv”, March 18, 2010, https://www.economist. com/node/15731410, retrieved April 4, 2018.

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LA VÉLODREME
3 Esther Benbassa, The Jews of France: A History from Antiquity to the Present, trad. M. B. DeBevoise, New Jersey, Princeton University Press, 1999, p. 213. 7 Roger Cohen, “The French Memory and The War”, New York, New York Times, October 23, 1997.

the post-war government was not guilty of Vichy’s crimes. Moreover, the New Republic was experiencing a period of unfnished mourning. As the historian Rousso claims, the transition between the occupation and the liberation was so abrupt that the French population found it almost impossible to make sense of the changes. As a result, memories about Vichy were “repressed”.8

Nevertheless, despite the best efforts of the government, the VdH roundup was not completely forgotten. Jewish victims gathered at the stadium every June 16 to commemorate it. A plaque was installed in 1949 by an antiracist association at the entrance of the velodrome,9 which was dedicated to the memory of the 30,000 Jewish, “victims of racial persecution […], confned in this space by order of the Nazi occupier”.10 Therefore, the VdH became a point of confict between two groups: the Jewish community, who refused to forget the extermination of Jews in France, and the majority of the population, who preferred to leave the past behind.

It is important to remark that both groups attributed the responsibility of the persecution against Jews to the Nazis, not to the Vichy’s authorities. These myths and half-truths were used to unite the country. “The challenges posed by decolonization[...], together with the diffculties involved in adjusting to […] the Cold War, relegated the conficts of 19401944 to the margins of national consciousness”11

8 Henry Rousso, The Vichy Syndrome: History and Memory in France Since 1944, trad. Arthur Goldhammer, Cambridge, Harvard University Press, 1991, passim.

9 Peter Carrier, Holocaust monuments and national memory cultures in France and Germany since 1989: the origins and political function of the Vél’ d’Hiv’ in Paris and the Holocaust Monument in Berlin, New York, Berghahn, 2005, p. 53.

10 Michael Dorland, “The Black Hole of Memory: French Mnemotechniques in the Erasure of the Holocaust”, MediaTropes eJournal, num. 2, 2016, p. 11.

11James Chisem, “The collective memory of WWII in France”, http://www.e-ir. info/2011/08/22/the-collective-memory-of-wwii-in-france/, retrieved January 19, 2018.

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Breaking the wall of silence: 1968-1991

In 1959, a fre destroyed the VdH; however, memories about French collaborationism did not fade away. They remained not only because some Jewish refused to forget, but also due to a series of events: the trial of Adolf Eichmann (1961), the Yom Kippur War (1973), and terrorist attacks against Jews in the 1980s. Hence, since the 1960s, a younger generation struggled “to make sense of Vichy’s collaborationist legacy”.12 Between the members of this generation was a future prime minister and president: Jacques Chirac. In 1982, as mayor of Paris, he attended the fortieth anniversary of the VdH roundup. Four years later, as prime minister, Chirac unveiled a plaque where the stadium used to be. It corrected the number of victims —reducing the fgure to 13,152 people— and broke it down by age and gender. The plaque placed the responsibility for the roundup to “the Vichy Government police upon the orders of the Nazi occupiers”.13

The question of collaborationism was not fully addressed until the 1990s, when the fall of the USSR, the trials of Touvier (1994) and Papon (1997), and the action of Jewish pressure groups increased the political cost of continued indifference about the topic.14 Thus, during the fftieth anniversary of the roundup, the president François Mitterrand raised controversy when he left a wreath before the VdH plaque without recognizing the responsibility of the French government. During the next year, a parliamentary bill introduced a National Day of Commemoration of the Racist and Anti-Semitic Persecution, and ordered the edifcation of a

12 Rosemarie Scullion, “Unforgettable: History, Memory, and the Vichy Syndrome”, Studies in 20th Century Literature, num 1, 1999, p. 15.

13 Michel Lafftte, “The Vélodrome d’hiver Round-up: July 16 and 17, 1942”, http://www. sciencespo.fr/mass-violence-war-massacre-resistance/en/document/va-lodrome-da-hiver-roundjuly-16-and-17-1942, retrieved April 3, 2018.

14 James Chisem, op. cit.

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LA VÉLODREME D’HIVER AND
CAMP

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monument to commemorate the VdH roundup. Located in the 10th Arrondissement of Paris, the Memorial to the Victims of VdH is a few streets apart from the place where the velodrome used to be and 220 meters away from the Jardin mémorial des enfants du Vél’ d’Hiv’ (a public square made in honour of the children arrested during the roundup). “The fact that the site of the Vél d’Hiv’ today consists of a diffuse ensemble of elements […] is testimony to the somewhat improvised evolution of the site. This monument is the result of […] an accidental accumulation of minor commemorative events since 1946”.15

The Memorial was inaugurated on July 16, 1994. It consists of a bronze sculpture which depicts two couples: one shows a woman holding a child; the other, a man hugging a pregnant woman, a girl playing with a doll, and an old lady waiting for something beside some suitcases. The real-sized fgures are raised on a curved concrete platform, that represents a cycle track and were designed by Walter Spitzer, an Holocaust survivor. Unlike other monuments, like the Judenplatz Holocaust Memorial in Vienna or the Memorial to the Murdered Jews of Europe in Berlin, the design of The Memorial was selected behind closed doors by a group comprising survivors’ organizations and governmental authorities. The inscription below it commemorates “crimes against humanity committed under the de facto authority of the so-called government of the French State”16. It is important to note that it continues distinguishing between the French Republic and Vichy, denying any political continuity among them. The memorial does not question the morality of the post-war Republic.

Since 1994, the memorial has become the center of the roundup’s annual commemoration, an event that is currently part of the national calen-

24
15 P. Carrier, op. cit., p. 53. 16 Eric Conan y Henry Rousso, Vichy: An Ever-present Past, Hanover, University Press of New England, 1998, p. 37.

dar. Actually, the VdH is the emblem of Vichy’s complicity with the Nazis. However, this recognition is not universal. In 2017, during the presidential elections, Marie Le Pen, leader of the National Front, declared that Vichy was “not France”. Her opponent, Emmanuel Macron said her comments were “a serious mistake”.17 The differences between them represent the lines that continue dividing France. The VdH memorial remains a focal point of unresolved dialogue.

MÉMORIAL DE LA SHOAH

The space that later became the Drancy internment camp was created by the architects Marcel Lods and Eugène Beaudouin as a modernist urban complex in 1925. It was designed to provide comfort to working-class families; however, the Great Depression stopped the project. The buildings remained empty until 1938, when they were rented by the Republican Guard, and after the German troops occupied France, the complex was confscated and transformed into a detention center for “undesirable people”. With time, it “became the major transit camp for the deportations of Jews from France”.18

During the VdH roundup, 37% of the people detained were sent directly to Drancy before being killed in Auschwitz. “Approximately 70,000 prisoners passed through Drancy between August 1941 and August 1944, […] the overwhelming majority were Jews”.19 One-third of them were French citizens that occupied and experienced Drancy as the anteroom of

17 Agence-France Presse, “Marine Le Pen denies French role in wartime roundup of Paris Jews”, London, The Guardian, April 9, 2017, https://www.theguardian.com/world/201 7/ apr/09/marine-le-pen-denies-french-role -wartime-roundup-paris-jews, retrieved April 2, 2018.

18 United States Holocaust Memorial Museum “Drancy Camp Established”, https://www. ushmm.org/learn/timeline-of-events/1939-1941/drancy-camp-established, retrieved April 15, 2018.

19 United States Holocaust Memorial Museum, “Drancy”, https://www.ushmm.org/wlc/es/ article.php?ModuleId=10005215, retrieved April 7, 2018.

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the extermination camps.

After the liberation, in the context of a housing crisis, part of the complex was reoccupied by social tenants; the rest was used by the army. The buildings became property of the Ministry of Defense in 1973 and three years later it was demolished. The only segment remaining is an U-shaped apartment complex. Although Holocaust survivors started organizing commemorative ceremonies at Drancy in 1946, the rest of society preferred to look away. As a result, these painful reminders of French dark history were subjected to national forgetfulness. The country would only emerge from its amnesia in the 1970s; however, it was a slow process.

In 1973, the French Association of Jewish Deportees sponsored a competition for a memorial to the victims of Drancy. It was won by Shelomo Selinger, an Holocaust survivor, who inaugurated the sculpture in 1976. This memorial was placed in front of the U-shape building and it is composed of three blocks that form the Hebrew letter shin, a symbol of God in Judaism. In addition, the main block has ten fgures that match “the minimum number of males […] required to constitute a representative ‘community of Israel’ for liturgical purposes”,20 called a minyan. On the front, there is a couple that represents suffering along with dignity and a head that remains below them shows a man with a tefllin (a bow worn during prayers). These sculptures are located seven steps away from the memorial and they represent the elevation of Drancy’s victims’ souls. However, during its inauguration in 1976, and despite the symbolism represented in the memorial, “[…] the then minister for veterans, André Bord, refused to acknowledge the complicity of Vichy and glossed over the fact that the victims were Jews”.21

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ACADÉMICA
20 The Editors of Encyclopaedia Britannica, Encyclopaedia Britannica, s. v. MINYAN, https:// bit.ly/3BX4gGz. 21 Inez Hedges, World Cinema and Cultural Memory, London, Routledge, 2015, p. 14.

During 1988, a railcar, similar to those used for deportations, was added to the memorial, behind Selinger’s sculpture connected by a train track. Additionally, inside this railcar, there is a small exhibition about the Drancy internment camp. Five years later, the Union of Jewish Students installed a plaque that blamed “the French State of Vichy” for the deportations of “thousands of Jews, Gypsies, and foreigners”.22 Despite all of this, it was clear that Drancy remained ignored by the majority of French society and, after the journalistic work of Maurice Rajsfus during 1995, it was undeniable. The writer interviewed different people that lived close to the memorial; he concluded that only a small fraction of them knew something about the camp.23

Until recently, the French government has denied any responsibility for the implementation of the Final Solution. However, things started to change when, on the ffty-third anniversary of VdH Roundup, Chirac recognized that “France […] on that day, committed an irreparable act”.24 It took seven years until the remaining block of the Drancy transit camp became classifed as an historical monument; seventeen until the Mémorial de la Shoah opened its doors. Designed by the Swiss architect Roger Diener, the new building is located opposite Selinger’s sculpture. Inside it, people can learn about the process of deportation and how everyday life was in the camp. Through its semi transparent facade, “the outside observer can always see what’s [fnally] happening inside: the work of memory”.25

CONCLUSION

Because collectives sometimes have contested notions over the past, me-

22 Loc. cit.

23 Ibid., p. 15.

24 Conan and Rousso, op. cit., p. 40

25 Scott Sayane, “At Holocaust Center, Hollande Confronts Past”, New York, New York Times, September 21, 2012, p. A8.

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morials become focal points of unresolved dialogue. Two examples of these conficts were presented in this academic paper. The frst one was the Monument commémoratif de la rafe du Vel’ d’Hiv, that stands for a series of raids in which French civil servants detained 13,152 Jews. Regarding this memorial, it is important to note that, after the war and despite the efforts of the survivors, the VdH almost disappeared from the national memory. The French population tried to forget collaborationism and that attitude remained predominant until the 1990s. However, the roundup continues being a source of division in French society, along with the far-right continuing denial of any responsibility for the deportations.

The second case, the Mémorial de la Shoah in Drancy, experienced a similar history. After the French troops surrendered during World War II, a “zone libre” was established in the South of France, where the national police detained thousands of Jews. The majority of them were transported to Drancy, an unfnished urban complex that became the last stop before the death camps. Thus, as in the case of the VdH case, Holocaust survivors organized commemorative ceremonies at Drancy while the rest of the French society ignored them. This attitude only started to change at the turn of the twenty-frst century, for example, in 2012, when the Mémorial de la Shoah opened its doors. This recognition was a way in which national memory could start to confront its painful past.

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LA BICICLETA Y EL ABISMO

adVertencia: Lo que Leerán a continuación también es una crítica a mí mismo, una refexión que considero necesaria y urgente. Los activistas pro-bicicleta, que son visibles, viven en una fantasía. La movilidad saludable, segura, sustentable y solidaria es religiosa. La “ciudad sustentable” es pura ideología. La bicicleta, como todo, es parte de un abismo. Es propio del pensamiento crítico tanto echar luz sobre lo que se oscurece, como cuestionar lo que se nos presenta sólido, estable, absoluto. Y yo quiero que la bicicleta, que a menudo es considerada como esencialmente buena, cese de serlo y que los activistas a los que me refero asuman lo que quizá no saben que saben: que están haciendo algunos cambios para asegurar que nada cambie. Según un libro de John Stehlin (2019), durante los sesenta el movimiento ciclista en Estados Unidos formaba parte de los grupos políticos de inspiración anarquista y de iz-

quierda. La bicicleta, la agricultura de guerrilla, el graffti y la patineta eran parte de un discurso y una práctica que buscaba transgredir los códigos dominantes de la ciudad capitalista. En 1973, Iván Illich sostuvo que “el socialismo […] no puede venir a pie, ni puede venir en coche, sino solamente a velocidad de bicicleta”.1 La crítica al automóvil hecha por el pensador austriaco era lapidaria, este vehículo hace del espacio una prisión llena de reglas y controles, limita el cruzamiento de fronteras, transforma a las personas en usuarios, transforma el territorio en una red de circuitos estancos o cerrados y convierte al individuo en presa de la velocidad.

Hoy, la bicicleta está vinculada con otros discursos y actores: las organizaciones internacionales, los académicos, los gobiernos nacionales, las autoridades locales e incluso el capital inmobiliario alaban las grandes bondades de la bicicleta. ¡Resulta que este objeto es, ahora, símbolo de sustentabilidad, salud, convivialidad e incluso prosperidad económica! Es, además, un medio de transporte asequible, barato. Se nos presenta como algo totalizante, que todo lo abarca, pues hoy la bicicleta viene empacada en la ideología del desarrollo sostenible. Así pues, las interpretaciones vinculadas con la bicicleta pueden estar relacionadas con el anarquismo, el socialismo e incluso con el capitalismo. Dicho esto, a continuación, presentaré los motivos por los cuales considero insufciente la lucha de los activistas más visibles en torno al uso de la bicicleta.

¿A quiénes me refero? A la Bicired y a los colectivos que la integran. Por un lado, por ser parte de una misma red; supongo que están aglutinados alrededor del discurso que viene en su página de internet2 y que, porque muchos de ellos formaron parte de la iniciativa del Plan MS4 de SEDATU, están alineados con este discurso guberna-

1 Iván Illich, Energía y Equidad, Barcelona, Barral Editores, 1974, p. 3.

2 La página de internet de la Bicired fue consultada en noviembre de 2020 cuando se escribió una versión preliminar de este trabajo. En septiembre de 2021 se volvió a revisar, pero ya no existía la página. Este es el sitio que originalmente se visitó: https://bicired.org/.

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mental. Por otro lado, imagino que las personas que integran a estos grupos no son homogéneas, ni piensan lo mismo y que, quizás, el presente texto no les hará justicia. La verdad, eso importa poco. El propósito de este escrito es traer a la mesa lo que se esconde en la oscuridad. Antes de pasar a lo importante, quisiera puntualizar dos de las críticas que distintos actores y académicos hacen alrededor de la bicicleta y que son, quizá, los temas más críticos que circulan en los discursos de la Bicired. Primero, el tema de la desigualdad en el acceso a infraestructura ciclista.3 En la Ciudad de México, ésta se concentra en las delegaciones centrales, mientras que es prácticamente inexistente en el oriente y en los municipios conurbados. O sea, este esquema benefcia principalmente a la “hipsteriza” (como yo), y no tanto al obrero, albañil o trabajador cuyo medio de transporte también es la bicicleta. El gobierno de Sheinbaum que, al igual que SEDATU, ha contratado funcionarios que ahora ejercen su activismo de forma profesional; ha invertido en la ampliación de la infraestructura ciclista hacia alcaldías como Tláhuac, Iztapalapa y Xochimilco. Pero yo me pregunto, ¿de eso va la lucha de los activistas pro-bicicleta?

¿No hay más? Otra de las críticas es la cuestión de la inequidad en el uso de la bicicleta.4 La bicicleta no tiene el mismo signifcado para todas las personas. Las distintas desigualdades que hay, por género, raza, clase social, territorio, entre otros, también se entrelazan con el uso de la bicicleta y determinan la experiencia de transportarse en ella. Por ejemplo, algunos estudios revelan que las mujeres se sienten más vulnerables en la bicicleta debido a que son acosadas y que no pueden transitar por ciertos lugares. Por esta razón, muchas se han visto en la necesidad de diseñar una especie de mapa de la ciudad en su mente, en donde consideran en qué zonas pue-

3 Algunos ejemplos de este tipo de estudios son de Hamidi y compañía (2019), Salas (2018).

4 Para profundizar en este tema, algunos estudios que se pueden revisar son los de Jahanshahi y compañía (2020) o Goodman y Aldred (2018).

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den transitar con tranquilidad y cuáles son peligrosas para ellas. Cosa que no les sucede a los hombres. Además, hay quienes simplemente no pueden usar la bicicleta para transportarse, como algunas personas discapacitadas, niños de ciertas edades y gran parte de los adultos de la tercera edad. No olvidemos a los que no la quieren usar: hay quiénes la utilizan porque no tienen de otra. El problema no se limita a las desigualdades en el acceso y uso de la bicicleta, que son temas que ya se consideran en la formulación de políticas públicas: la forma de concebir a la bicicleta y a la movilidad urbana en general. El problema tiene su origen al tratar de delimitar todo lo que concierne al uso de la bicicleta: resulta imposible contemplar todas las interpretaciones que representan y benefcian ciertos intereses; además de que legitiman formas de entender el mundo que determina nuestra realidad cotidiana, material. Esto es lo que está pasando con la solidifcación y estabilización del discurso sobre la bicicleta que enarbolan la Bicired, los colectivos que la integran, las instituciones gubernamentales y el mercado. El objetivo de la Bicired está lleno de palabras confusas, ideas que no son compartidas por todos y que, sobre todo, reivindican un esquema y desplazan otros. El objetivo de la Bicired es “impulsar el uso de la bicicleta como el medio de transporte más efciente, saludable, económico y sustentable en las vialidades urbanas de México; así como promover la movilidad adecuada y segura de las personas que se transportan como peatones y otros medios de movilidad no motorizada; contribuyendo así, a un nuevo modelo de ciudad que busque su crecimiento integral y priorice la convivencia entre las personas”.5 ¿Qué es esto? Manuel Delgado criticaba el vínculo entre los movimientos ciclistas en España y conceptos como ciudadanía o espacio público (propios de la corriente del

5 La página de internet de la Bicired fue consultada en noviembre de 2020 cuando se escribió una versión preliminar de este trabajo. De ahí se extrajo esta cita. En septiembre de 2021 se volvió a revisar, pero ya no existía la página. Este es el sitio que originalmente se visitó: https://bicired.org/

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nuevo municipalismo), palabras que muchos no entienden ni utilizan y que, para aquellos que suponemos entenderlas, su signifcado se nos resbala.6 Ahora, ¿qué es el crecimiento integral?, ¡explíquenme, por favor!, ¿por qué la bicicleta prioriza la convivencia? Muchos no la usamos para convivir, yo la uso para transportarme. De hecho, he pasado momentos de convivencia muy divertidos en el carro. Tampoco la uso por salud; es más, quizás hasta es menos saludable, tal vez me estoy exponiendo en medio de la nube de partículas contaminantes que abundan en la Ciudad de México. Al igual que en España, en México la bici se asocia con un modelo de ciudad. La bicicleta como efciente, saludable, económica y sustentable, es una interpretación predominante. De hecho, este modelo es el que también se encuentra en el Plan M4S: además de palabras como saludable, segura o sustentable. Pero no sólo ahí, sino que es el discurso del desarrollo sostenible per se: los objetivos de Desarrollo Sostenible7 para percatarse que la Bicired cita o está alineada con el mismo discurso.

¿Cuál es el problema con el hecho de que el discurso de la bicicleta esté alineado con el esquema o la interpretación del desarrollo sostenible? Parecería que, o el activismo dominante está resignado a someterse a la ideología que hoy domina el mundo, o simplemente están de acuerdo porque les conviene y les basta con que las ciudades estén llenas de infraestructura ciclista, que se le quite espacio al coche. Sin embargo, en el fondo no hay alguna pretensión de hacer una transformación política de mayor calado. Hoy, el problema es que los signifcados desarrollados por Iván Illich para la bicicleta aparentan estar invertidos: él dijo que el socialismo sólo puede venir a velocidad de bicicleta, ahora parece que los paisajes del capitalismo post-industrial vienen en bicicleta. Los llamados “distritos

6 Para más información sobre la crítica de este antropólogo puede visitar el enlace a la siguiente conferencia: https://www.youtube.com/watch?v=XEVKi_iqP_E&t=2665s

7 En el siguiente enlace se encuentran dichos objetivos: https://www.un.org/ sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/

LA BICICLETA Y EL ABISMO 33

creativos” o las Smart Cities deben tener ciclovías; la población que ahí vive, la hipsteriza, como yo, demandamos infraestructura ciclista. Es más, ahora la infraestructura ciclista es casi casi un signo de competitividad, ¡¿khe?! La bicicleta se ha vuelto parte del modelo del desarrollo sostenible, que es, básicamente y como dice el profesor Lezama en sus clases, un capitalismo que aguante. Es curioso, pero parece que nombrar al capitalismo y hacer una crítica del sistema está prohibido en la Bicired y obvio en el texto del plan M4S. Parece que el problema de la movilidad para ellos es un asunto de efciencia, de reparto modal, de infraestructura, de planeación, de presupuesto. No es una difcultad estructural, ideológica, que deba solucionarse cambiando instituciones fundamentales de nuestras sociedades. Yo me pregunto, ¿la lucha termina con la implantación de infraestructura, con el cambio en el reparto modal, con la incorporación de la bicicleta en la ley y en las políticas públicas? Si antes la bicicleta venía de la mano del graffti, la agricultura de guerrilla y la patineta, que eran prácticas que transgreden la ciudad capitalista, hoy la bicicleta viene de la mano del veganismo, la espiritualidad oriental, la estética de los cuerpos atléticos, el lema de “el cambio está en uno mismo” y todas esas prácticas de algunas clases medias y altas ilustradas que no tenemos algún interés en un cambio radical. Y no sólo con esto, sino que la bicicleta acompaña las dinámicas de turistifcación y gentrifcación.8 O sea, ahora, en vez de transgredir los códigos de la ciudad capitalista, es parte de su mismo lenguaje: el capitalismo ha absorbido a la bicicleta. Llevemos más allá la refexión, la mayoría de las críticas que Illich hacía respecto al carro ahora se pueden aplicar a la bicicleta. Ahora la bicicleta es la raíz de una política pública, forma parte de reglamentos, es parte del discurso del Estado, es decir, va para ser un instrumento que

8 Para más información sobre la discusión de la relación entre la infraestructura y los procesos de gentrifcación, se pueden revisar los trabajos de Stein (2011) o de Stehlin (2015).

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hace del espacio una prisión llena de reglas y controles. Parecería que eso es lo que quieren los activistas: una política pública, no una revolución que desestabilice las fbras que sostienen a nuestras sociedades.

La realidad cotidiana de la movilidad urbana no sólo es un asunto de infraestructura, planifcación y efciencia; sino que es también un tema estructural vinculado con la especulación inmobiliaria, la gestión de los precios del suelo, la desigualdad social, la desigualdad regional y la segregación socioespacial. Estos fenómenos se relacionan con la localización de las personas, los empleos y los servicios. Y este espacio es el que determina el fujo de civiles y mercancía que atraviesan la ciudad todos los días y, por lo tanto, la demanda de diversos modos de transporte. Claro, probablemente tengan en mente el modelo de la famosa “ciudad compacta”, pero seamos realistas, acercarse a ese modelo pasa por tomarse en serio los problemas estructurales de fondo. Parecería que en la discusión acerca de la “movilidad sustentable”, la “movilidad activa” o la “micro movilidad”, estos temas se desplazan, son secundarios, cuando son las estructuras que determinan los fujos cotidianos. Como dice Manuel Delgado en la conferencia antes citada, no se cuestionan los mecanismos de control real sobre la sociedad, ni los mecanismos que realmente explotan y depredan a la naturaleza y al humano, no se busca alterar los planes de acumulación capitalista. Quizá, referenciando otra vez a Delgado, la bicicleta es una política de desconfictivización del espacio urbano, es el dulce que inconscientemente nos comemos. Hoy, como lo era con el carro, las personas que andamos en bici somos usuarios, clientes pues. La bicicleta se ha vuelto un servicio que ofrecen las ciudades. Además, si el carro transforma el espacio en una red de circuitos estancos y cerrados, no dudo que pase lo mismo con la bicicleta. Quizás, en el futuro vamos a estar rodando a través de túneles que van por el aire y que nos van a aislar del roce de la calle, del conficto, de la miseria.

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Finalmente, que quede muy claro, no estoy en contra de la bicicleta, de su uso o de la implementación de infraestructura ciclista. Lo que me molesta, y creo que merece ser discutido y refexionado, es lo fácil que los activistas pro-bicicleta (de los que estoy hablando en este escrito) son “desactivados”, lo fácil que son dominados. Quizá nunca fueron activistas interesados en cambios radicales, quizá sus intereses fueron siempre reformistas, quizá siempre han sido tibios y les interesan solamente cambios aparentes, fenoménicos, fachada, maquillaje. Quizá sólo les interesa porque se ven bien, se ven chic, son socialmente aceptados e incluso festejados. Son la nueva clase dominante: la clase creativa, son la gente que te pregunta “ok, te quejas, pero ¿qué propones?”, son la clase que viene en bicicleta, vive en la Condesa, come saludable, tiene un buen sueldo, trabaja quizá como directora o secretario de alguna institución pública vinculada con la movilidad; son la clase que viaja seguido en avión, que cuando es necesario se da sus escapadas a Tepoztlán, a Malinalco, a Oaxaca; le gusta el mezcal, hace yoga, escucha un poco de jazz o incluso son jarocho o cumbias; son esa clase que sabe que su huella ecológica está por encima de lo que el planeta aguanta, pero que realmente no le importa. ¡Caray, estoy hablando de mí mismo! Parece que estos activistas están cómodos ahí, no les interesan cambios profundos. Hay que decirlo, sólo quieren hacer cambios para que todo siga igual y, quizá, no sentirse tan culpables, sentir que están haciendo algo. Parecieran estar cómodos con las soluciones ilusorias que el sistema nos brinda frente a la crisis ambiental, la pobreza, la desigualdad; soluciones que, siguiendo la lógica de uno de los videos cortos de Zizek,1 vienen incorporadas en el consumo. Consumimos “soluciones ambientales” y “soluciones sociales”; en vez de Starbucks, consumimos “combate a la pobreza” donando una parte de nuestro sueldo

1 Para ver el video mencionado, visitar el siguiente enlace: https://www.youtube.com/ watch?v=TawLAkoIF7Q

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para apadrinar a un niño en África. Y consumimos la “ciudad sustentable” trasladándonos en un medio de transporte asequible, seguro, saludable, efciente, sustentable; moviéndonos en la quinta esencia del “cambio de paradigma” que nos ofrece la última crisis del capitalismo: la bicicleta.

Acotación: La bicicleta, en este texto, ha sido el medio para mostrar el cinismo que nos invade, el abismo en el que estamos cayendo y la urgencia por repensar horizontes realmente alternativos.

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Sección Académica E n s a yos

MARISELA ESCOBEDO: ANTÍGONA CONTEMPORÁNEA, TU LUCHA AÚN NO ACABA

Emilia Noemí Amezcua Bernal

¿Cuándo encontraremos más mujeres como fuentes consultadas, columnistas y expertas en temas diversos que como víctimas de nota roja?

María José frías, Las mujeres y el periodismo de los hombres

hay Madres que entre tierra y LoMbrices se aferran a los huesos fríos de su hija. Hay otras que guardan la foto de su desaparecida bajo su almohada y como fondo de pantalla para no olvidarse de su cara. Hay periódicos que publican la fotografía de Ingrid Escamilla desollada, curtiendo su imagen en la primera plana, escriben “muerta” en lugar de “asesinada por su expareja”.1 Hay vecinos que culpan a la mamá de Fátima Cecilia por tardar en recoger a la pequeña de 7 años de su escuela. Hay amigas y desconocidas que pasaron horas buscando a Lesvy Berlín dentro de su universidad para encontrarla estrangulada en un teléfono público.

1 Lioman Lima, “Feminicidio de Ingrid Escamilla: por qué el asesinato de la joven ha provocado protestas en México,” en BBC News, 16 de febrero de 2020, https://www.bbc.com/mundo/ noticias-america-latina-51518716

En México la violencia y la revictimización son una garantía que cae sobre nosotras como si fuese un galardón que puede ser obtenido sin edad mínima ni requisitos previos: para ser acreedora sólo es necesario ser mujer. En este país, las autoridades no abren investigaciones de mujeres desaparecidas porque desde los 11 años de edad se asume que “se fue con el novio”.2 Cuando se encuentra el cadáver de una mujer enterrada en el jardín del feminicida, nadie sale imputado porque “no hay tiras reactivas” que puedan señalar al culpable.3 Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez no sólo fueron víctimas de los feminicidas —que las privaron de vivir— y de la sociedad que volteó a ver a otro lado cuando las madres exigían justicia; también fueron víctimas de un Estado negligente y despreocupado4 por sus investigaciones inundadas de irregularidades. Volvieron a ser víctimas de la falta de voluntad política que México mostró cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos le exigió reparar los daños. Aunque sabemos que estos daños nunca subsanarán. Cuando se tejen redes no somos inermes ante un país que no nos quiere ver crecer. La rabia y el dolor mueve a las mujeres de México porque a todas nos han tocado sin querer, a todas nos han quitado la libertad para reemplazarla con dolor y miedo. Todas hemos sentido el miedo que invadió a Mara Castilla y a Fátima Quintana antes de fgurar en la cifra nacional de feminicidios. A través de estas líneas pretendo explicar por qué el feminismo y la lucha de las mujeres han tenido un alcance y consecuencias tan exponenciales en los últimos años. Para hacerlo recuperaré casos emblemáticos de mujeres mexicanas que han desafado tanto al Estado como a la sociedad para tener

2 El País, “Las madres de las jóvenes asesinadas en México no pueden llorar | Internacional” YouTube, Noviembre 24, 2017, https://www.youtube.com/watch?v=dPv0dQ2mWWQ.

3 Ibid.

4 Laura Rangel, “Sentencias condenatorias al Estado mexicano dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y sus implicaciones en el orden jurídico nacional” Revista de ciencias jurídicas de Puebla, 2011, núm. 28, pp. 160-186.

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acceso a la justicia por su propia cuenta; además realizaré un paralelismo constante con Antígona: la mujer que desafó las leyes de la Grecia Antigua para rendir la muerte de su hermano. Esto me ayudará a mostrar que la lucha ha sido fructífera gracias a que se ha colectivizado y se han tejido redes de apoyo y de resistencia que desafían a la sociedad y al Estado mexicano. Alguna vez en México la palabra homicidio era sufciente para describir la realidad violenta que se experimentaba. Desde 1993, esa palabra empezó a ser insufciente ante la violencia sistemática perpetrada contra las mujeres de Ciudad Juárez. No fue hasta el 2003 que la palabra feminicidio apareció en las leyes mexicanas promovidas por Marcela Lagarde, pues el fenómeno de violencia en México ya había superado la tipifcación de delito que se tenía.5 Sin embargo, la tipifcación no fue lo único que surgió a raíz de Las muertas de Juárez: para las madres y los familiares de las asesinadas fue imposible quedarse esperando una respuesta del Estado que se asemejara a una condena o a la justicia. Marisela Escobedo, madre de Rubí Marisol, quien fue asesinada a los 16 años en Ciudad Juárez, encabezó la lucha que marcaría uno de los precedentes más importantes para el feminismo en México y la lucha de las mujeres. Pensar en Marisela Escobedo como Antígona contemporánea resulta útil para analizar por qué no pudo completar su lucha: Antígona y Marisela desafaron al Estado sin algún grupo de apoyo sustancial. Solas, ante las autoridades, exigieron el cumplimiento de los derechos de su difunto. Marisela, como Antígona, se enfrentó a un proceso penal a todas luces injusto que desató el inicio de su búsqueda inagotable por la justicia que su hija merecía. Marchó por todo el país buscando al feminicida de su hija, pero sus marchas no superaban las treinta personas. Después de 2 años de lucha, Marisela fue asesinada frente al Palacio de

5 Marcela Lagarde, «Del Femicidio Al Feminicidio» Desde El Jardín De Freud, 2006, núm. 6, pp. 216-225. https://revistas.unal.edu.co/index.php/jardin/article/view/8343.

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Gobierno de Chihuahua, con pleno conocimiento de las autoridades. Al igual que Antígona, la dejaron morir aún cuando había posibilidad de protegerla. La periodista Myrna Pastrana describe la muerte de Marisela de la siguiente manera: “Con la muerte de Marisela, […] hemos perdido la esperanza, y eso es grave, creo que todos los que seguíamos su caminar, esperábamos que tarde o temprano lograría lo que se había propuesto”.6 Al parecer, obtener justicia en México siendo una sola persona es imposible porque la corrupción mata antes que el desgaste.

Sostengo que el punto crucial para la formación del movimiento feminista mexicano, tan exitoso y transgresor de hoy, lo marcaron la lucha y la subsecuente muerte de Marisela Escobedo, las otras exigencias de mujeres que luchan y la violencia que lentamente se visibilizó en el país. Después del asesinato de Marisela Escobedo, decenas de marchas suscitaron en todo el país para exigir justicia por ambos asesinatos. La indignación por la impunidad estaba más que presente en la opinión pública al resolverse meses antes el histórico caso de Campo Algodonero. Ya no quedaba mucho que perder, ya habíamos perdido a muchas mujeres y era lo único que faltaba para que el feminismo se hiciera hegemónico en el país. Según CIMAC, del 2007 al 2017 se pueden contar al menos 124 marchas feministas en México, un número histórico de movilizaciones de mujeres exigiendo justicia en las calles.7 Innumerables colectivos de mujeres feministas de todas las edades comienzan a tejer redes de apoyo y de lucha: muchas de ellas convocan a marchas, unas difunden el conocimiento teórico y otras luchan desde su profesión, como es el caso de Equis Justicia para las Mujeres. Esta organización de abogadas

“busca transformar las instituciones, leyes y políticas públicas para me-

6 Jesús Vargas Valdés, “Recordando a Marisela Escobedo” UEHS-La fragua de los tiempos, 2011, núm. 892, p. 3.

7 Comunicación e Información de la Mujer, “Movilizaciones feministas en la Ciudad de México 2007-2017” Scribd, agosto 19, 2019, p. 84.

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jorar el acceso a la justicia para todas las mujeres”8 y desde el 2011 ha sido una importante organización de feministas opositoras al Estado.

En el 201, tuvo lugar la “Marcha de las Putas en México” y decenas de otros países.9 Su importancia radica en haber sido una de las marchas más numerosas de mujeres en México hasta esa época: contaban con alrededor de 1500 participantes manifestándose para condenar la violencia sexual y la revictimización de quienes la sufren. Ese mismo año, Susana Chávez, activista contra los feminicidios quien acuñó la frase “Ni una menos”, fue asesinada en la Ciudad de México. Muchos grupos de activistas y mujeres civiles denunciaron su muerte tanto en redes sociales como en las calles. En la Ciudad de México y otros estados de la república, también se congregaron frente a la Procuraduría General de la República.10 Las mujeres que hablaban frente al micrófono no daban sus nombres, como un signo de sororidad porque la mujer hablando representaba a todas. El movimiento comenzaba a tejer redes con objetivos comunes. La impunidad impregnó al gobierno al querer revictimizarla y al resolver su caso tras dos años de presión. Cabe destacar que pocos medios cubrieron su nota, o cualquier otra nota de feminicidio en esos años. Las marchas suscitadas por el #MeToo y el #AquíTambiénPasa, que buscan visibilizar el acoso y las violaciones sexuales dentro de las universidades y otros ámbitos de la vida cotidiana, no son más que otra demostración de las consecuencias positivas de la sororidad. La alta respuesta de apoyo y de denuncias visibilizadas gracias a estos movimientos permiten alzar la voz ante temas que antes se sufrían en silencio y, si se denunciaban, eran rápidamente sofocados por las instituciones.

8 EQUIS, Justicia para las Mujeres, “Quienes somos” https://equis.org.mx/quienes-somos/.

9 Jossette Rivera, “No signifca No” es el lema en la “Marcha de las Putas”” BBC News, mayo 19, 201,. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/05/110519_mexico_marcha_putas_slut_ walk_jrg.

10 Comunicación e Información de la Mujer, op. cit., p. 84.

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El feminicidio de Lesvy Berlín es sin duda alguna una prueba emblemática de los alcances que estas redes y sororidad tienen en la vida pública. Lesvy de 22 años fue asesinada en el 2017 dentro de las instalaciones de Ciudad Universitaria. Las autoridades le dijeron a la madre que “se suicidó porque era mujer y hay días donde son vulnerables”,11 el peritaje fue una indagación sobre su vida sexual y familiar. La Procuraduría General de Justicia publicó en Twitter que Lesvy estaba drogada y alcoholizada a la hora de su muerte y que no estudiaba. Las inconsistencias y la dolorosa revictimización de Lesvy movió a decenas de jóvenes mujeres a tejer una colectiva alrededor de la madre de la víctima a pesar de no conocerla y no tener vínculo alguno con la joven. Cuando a Rita Canto le preguntaron en una entrevista con la madre de Lesvy si es posible obtener justicia en México como simple individuo, ella respondió “En este país […] la justicia es cruel […] y se ha tenido que construir socialmente”.12 El caso de Lesvy comprobó que la única manera de no quedar inerme ante la violencia feminicida del Estado, es tejiendo lazos de lucha y de apoyo; lazos de sororidad que permitan caminar hacia un objetivo en común. Hoy el feminicida de Lesvy está condenado a 50 años de prisión por feminicidio. Según Judith Butler, en la lucha de Antígona las leyes son: “un límite a lo social, lo subversivo, a la posibilidad de agencia y cambio [...]”.13 La autora afrma que las leyes y normas son una estructura de poder arbitrario: Antígona reconoce la humanidad a través de los derechos de la ciudadanía.14 Es a través de la sororidad y de la lucha colectiva que podemos hacer valer nuestros derechos humanos. A tra-

11 El País, “Las madres de las jóvenes asesinadas en México no pueden llorar | Internacional” YouTube, Noviembre 24, 2017. https://www.youtube.com/watch?v=dPv0dQ2mWWQ.

12 Yael Weiss, ”Feminicidio y justicia”, entrevista con Aracely Osorio y Erika Lozano, Revista de la Universidad de México, 22 de noviembre de 2019, https://www.revistadelauniversidad.mx/ articles/197e9fa7-7596-40e2-885d-8d4caddaaac7/feminicidio-y-justicia.

13 Judith Butler, El grito de Antígona, Barcelona, El Roure, 2001, p. 39.

14 Ibidem.

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vés de la oposición al Estado corrupto con el narco e inefciente con sus procesos, es como nacemos; es como nosotras mismas nos otorgamos derechos en lugar de violencia y lazos en lugar de la muerte. Las asesinadas de Juárez son y seguirán siendo la herida más grande de las mexicanas y del país entero. Son la imagen viva de cómo la vida de las mujeres ha quedado ignorada por un Estado plagado de inhumanidad; un Estado con instituciones que montan el teatro más miserable; un Estado con fachada de libertad y derechos, pero con un Palacio sangrando por dentro. Las asesinadas de Juárez son, de igual forma, uno de nuestros motores hacia la búsqueda incesante de justicia, representan el dolor que nos une para construir una realidad diferente para las que seguimos vivas y las que aún no nacen. La obra de Antígona termina contundentemente con la siguiente frase:

“Las palabras arrogantes de los que se jactan en exceso, tras devolverles en pago grandes golpes, les enseñan en la vejez la cordura”.15 Nosotras no podemos esperar a la vejez para que sus palabras de revictimización cesen. No vamos a esperar a que la cordura llegue a quienes nos gobiernan, a quienes escriben las leyes sin nuestro voto y a quienes complican los procesos de justicia y de sanación. No nos sentaremos a esperar que la cordura llegue a las instituciones que encubren a feminicidas por mantener lazos con el narco. Nosotras somos la Antígona que, en primera instancia parece inerme ante el Estado, pero hace de su vida una lucha contra él. Antígona, hermana nuestra: el gobierno nunca más verá una mujer subversiva que muera sola. Sí te ayudó Ismene, sí fuimos todas.

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15 Sófocles, Antígona, trad. A. Alamillo, Madrid, Gredos, 2006, 1350.

RETRATOS DE ISABEL I LA CREACIÓN DE UN ÍCONO

no era La priMera ocasión en La que ingLaterra se enfrentaba a la idea de ser gobernada por una mujer. De hecho, el país acababa de atravesar un período sumamente sangriento alimentado, precisamente, por la hermana de la entonces heredera del trono. Los ánimos estaban un tanto perturbados, por lo que toda la atención de los ingleses inevitablemente recayó sobre la nueva reina Tudor. Sobre esto, cabe señalar dos aspectos del gobierno de Elizabeth I: representó una serie de cambios tanto para el estado en el que se encontraba el reino a mediados del siglo XVI, como para lo que tradicionalmente se esperaba de un soberano, comúnmente varón. Por consiguiente, esto repercutió en la representación de su imagen en retratos, misma que jugaría con las particularidades de la reina, así como con el ideario monárquico de la época. Ahora bien, es necesario profundizar en el contexto que rodeaba al trono, una vez que Elizabeth logró hacerse con él.

Elizabeth Tudor, hija de Enrique VIII y de su segunda esposa Ana Bolena, nació en 1533. Debido a los confictos iniciados por su padre con la Iglesia y también a sus múltiples matrimonios en un intento de concebir un heredero varón, Elizabeth pasó a último plano en cuanto a su derecho al trono, pues fue considerada ilegítima para tomar aquel cargo por la anulación del matrimonio de sus padres. Sin embargo, en un giro de acontecimientos, Elizabeth terminó sucediendo a María I —hija de Enrique VIII y de Catalina de Aragón— quien le arrebató el puesto a Lady Jane Grey, supuesta sucesora de su medio hermano Eduardo VI. Respetando la ley de sucesión, la hija de Ana Bolena ascendió al trono en el año de 1558. Como se mencionó anteriormente, el mal sabor que dejó María, reina católica, a sus súbditos provocó que estos recibieran un tanto escépticos a Elizabeth I; reina a quien su género representaba un obstáculo a pesar de haberse declarado protestante.

Con tan solo 25 años, en un panorama complicado, Elizabeth I asumió el cargo de la Corona de Inglaterra por los siguientes casi 50 años, hasta 1603. A lo largo de todo este período, se construyó una imagen alrededor de su fgura como reina que no logró continuar su dinastía; es decir, no contrajo matrimonio ni concibió heredero alguno, convirtiéndose así en la última monarca Tudor. Estos hechos apelaron a su condición de mujer para asignarle un rol que quedó plasmado en una gran cantidad de retratos, los cuales reafrman su posición de autoridad. Pero antes de adentrarnos en la representación de Elizabeth, es importante saber en qué consisten las obras pictóricas de retratos de monarcas. La representación de una fgura de autoridad en una efgie, como puede ser un retrato, un sello, una moneda, etc., signifca en cierta medida la ratifcación de su poder con tan solo plasmar su fgura. Eventualmente, los retratos comenzaron a utilizarse con fnes incluso

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propagandísticos. Durante las primeras décadas del siglo XVI, los retratos de Estado se alejaron un poco de su carácter estético atribuido a los artistas renacentistas y se centraron únicamente en la reiteración de la imagen, además de la legitimación monárquica.

Dadas las circunstancias de la Inglaterra Tudor, inmersas en un factor ideológico-religioso, la reproducción de la fgura del soberano fácilmente podía convertirse en la difusión de una imagen sagrada. Esto sucedió precisamente con Elizabeth I, sobre todo por las intenciones de reivindicar a la Corona tras el fallido gobierno de su predecesora. Los retratos de la reina comenzaron a cargarse de simbolismos, no sólo políticos sino también religiosos. No obstante, antes de que esto sucediera, Elizabeth fue retratada como un miembro más de la realeza. En este punto se iniciará un estudio de las pinturas que enmarcan a la reina en un concepto determinado, según su condición social y de género. Para lo siguiente, analizaré, de forma descriptiva, una serie de retratos de la monarca en donde pueden percibirse con mayor facilidad algunos elementos que contribuyen a la construcción de su imagen, elaborados en distintos períodos de su vida y gobierno.

Uno de los retratos que menos carga simbólica tiene (por la sencilla razón de que fue elaborado aun cuando Elizabeth era una princesa y, como ya se mencionó anteriormente, no se esperaba que ascendiera al trono en algún momento) es la pintura que data de 1546 cuando ella tenía 13 años. En el retrato, la joven Elizabeth se encuentra en una posición de perfl tres cuartos, ataviada con un amplio vestido de color rojo opaco, detallado con perlas y otras piedras, así como con adornos dorados; con hombros descubiertos y un ornamento en forma de cruz sobre el pecho.

En las suaves y delgadas manos que sostienen un libro, lleva algunos anillos. Sobre su cabeza reposa un tocado que combina con el vestido, pero que deja ver su cabello rojizo. Todo lo anterior puede aludir a su

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juventud e inocencia, sin olvidar su posición real y su apego a la Iglesia. Su rostro goza de mayor detalle, aunque su mirada no está dirigida hacia algún punto específco. Detrás de ella, se sitúa un cortinaje en color rojo quemado y pardo que cubre las paredes de la habitación. A la izquierda del cuadro, se encuentra un libro abierto, en blanco, sobre un atril, haciendo referencia a su inteligencia y a la disposición de la familia a la educación. Se trata de un retrato con cierta simplicidad, tal como la presencia de la princesa entonces resultaba. A pesar de que fue restituida como parte de la línea de sucesión, tras ser considerada ilegítima desde muy temprana edad, su posible mandato aún se veía bastante lejano. Sólo bastaron 12 años para que se hiciera realidad.

CONSTRUCCIÓN DE LA IMAGEN DE ISABEL COMO REINA DE INGLATERRA

Una vez establecida en el trono, la creación de la imagen de la reina Tudor comenzó a desarrollarse. El retratista y miniaturista inglés Nicholas Hilliard realizó en el año de 1574 el retrato del pelícano. Las diferencias con la primera pintura son bastante evidentes. El rostro de la reina se nota mucho más severo y con apenas unas delgadas líneas para defnir sus rasgos, sin opacar su blanca y tersa piel. Porta un vestido suntuoso de un color similar al anterior, aunque se le suman partes en color crema, pero las perlas y joyas se mantienen, así como una diadema pequeña sobre sus rizos rojizos. Nuevamente se muestran sus manos, esta vez sostienen lo que parece ser una pequeña pila de pliegos o sobres que denotan a un personaje envuelto en negocios o asuntos importantes. Es necesario señalar los símbolos que se encuentran sobre los hombros de Elizabeth I: del lado izquierdo se ubica un escudo de una rosa roja que posa una corona; esto refere a la casa reinante Tudor. Mientras, a la derecha, hay

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una for de lis que representa la constante demanda de Inglaterra por el trono francés. Y por encima, en la parte superior se halla una corona imperial; a partir de esto, el autor refeja la superioridad del reino dentro de una posición de indudable poder y riqueza.

Ahora bien, considerando que para el momento en que el retrato fue realizado, la reina tenía poco más de 40 años. La insistencia por parte de sus súbditos y de la Corte para conseguir un marido y sustentar la continuidad de la dinastía en el poder con un heredero fue rechazada por ella misma. En suma, la reina defendió a la Iglesia protestante; además, logró arraigar su imagen sagrada. Elizabeth I adquirió la denominación de “La reina Virgen”. De esta manera, las siguientes representaciones pictóricas se apegaron a esta consideración y su imagen se fortaleció obteniendo el reconocimiento y admiración de los ingleses. Cabe resaltar que las perlas en sus retratos son símbolo de su virginidad. Asimismo, el broche que se posa sobre su pecho consiguió protagonismo por su simbolismo religioso. El pelícano tiene connotaciones bíblicas, puesto que en aquella época se decía que este animal, en específco la madre, era capaz de abrir su propio pecho para alimentar a sus crías con su sangre. Esto se condensa en un sentido de sacrifcio, redención y caridad por parte de la soberana para con su reino. Es en este momento que su fgura se torna incluso maternal y protectora, no muy ajeno a los ideales de una mujer de aquel periodo. Tan sólo un año después, un retrato más fue realizado; en este, la reina porta un vestido que nos recuerda a una armadura propia de un caballero medieval. Esto puede referir a la necesidad de plasmar a la regente no necesariamente como un ente femenino, sino como lo contrario: con una armadura que la coloca en disposición para enfrentarse a la guerra y con un rostro carente de expresiones, que le da un aspecto masculino, o bien, andrógino. Por esta razón, es posible que, para acreditar y consentir su

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gobierno, hubo que representarla con rasgos de un rey. Entre los años 1560 y 1580, se produjo El retrato del cedazo. Este también se centra en el objeto que lleva la reina en su mano, además de que posee mayor cantidad de elementos simbólicos. Entre ellos, destacan el vestido negro decorado con perlas y el accesorio que lleva alrededor del cuello; estos denotan la riqueza de la Corona, pues se trataba de prendas bastante costosas por el material con el que eran hechas. No se puede omitir su rostro inexpresivo, ni su cabello rojizo —se decía que poseía gran cantidad de pelucas— y su tocado modesto. A la derecha, se aprecia un espacio en donde se encuentran miembros de su Corte pasando el tiempo y disfrutando. En la parte posterior, se vislumbra un globo terráqueo; este elemento puede verse en retratos de otros gobernantes también: representa las ambiciones del reino en expandirse, así como el dominio territorial de éste.

Los elementos restantes hacen referencia a la mitología grecolatina. Del lado izquierdo, en la columna se presumen ilustraciones sobre la historia de Eneas, héroe de Troya, quien abandonó a la reina de Cartago, Dido, por cumplir con su labor como rey; lo que posteriormente llevó a la fundación de Roma. Esto hace alusión al hecho de la deliberada elección de Elizabeth I de no contraer matrimonio para así dedicarse al gobierno del reino de Inglaterra con quien, se dice metafóricamente, la soberana se casó. Por lo tanto, puede ser vista como una acción un tanto heroica de su parte. Finalmente, el tamiz que se encuentra en la parte inferior equipara a la reina con el personaje de Tuccia, sacerdotisa/virgen vestal de la Antigua Roma cuya virginidad fue cuestionada. Entonces, de acuerdo con la creencia de que los dioses efectúan milagros sobre aquellos que sus virtudes han sido cuestionadas injustamente, Tuccia llevó agua en un tamiz o cedazo sin derramar ni una gota. De esta manera, logró probar su pureza; nuevamente se hace énfasis en la castidad de Elizabeth I como

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una de sus grandes virtudes, además de sobreponer su labor monárquica, sublimando así su imagen a los relatos grecolatinos. Como último ejemplo, tenemos El retrato de la Armada; elaborado 30 años después de que Elizabeth asumiera el trono, al mismo tiempo que Inglaterra se enfrentaba con España y venció a su ofensiva militar denominada “La Armada Invencible” tras un intento fallido de invasión. En la pintura está plasmada la posición de la reina ante el conficto: las ventanas que se encuentran en el fondo dan hacia el mar y muestran dos escenarios contrarios. En la ventana izquierda se observan las fotas inglesas en un ambiente de calma, pero preparadas para el enfrentamiento. A la derecha, las naves españolas se muestran en medio del caos y la tormenta, a punto de ser abatidas por el mar. La reina, rodeada de un lujo desmedido, porta un fastuoso vestido color negro y crema, con demasiadas perlas tanto en la prenda como colgando de su cuello y en el tocado. Su cara, imperturbable, está rodeada por una gorguera de encaje y en sus manos sostiene un abanico color blanco. A su derecha, descansa la corona imperial Tudor y, en la parte inferior, un globo terráqueo bajo las fnas manos de la reina, como símbolo de dominio y control, con un dedo que apunta fuera de Europa y que presuntamente está dirigido hacia América; esto es en relación con los deseos de expandir el reino inglés. En la esquina inferior derecha, se encuentra una escultura de bronce con forma de sirena que hace referencia a las criaturas mitológicas que engañaban a los marineros a su conveniencia, lo que indica la habilidad de Elizabeth para vencer a la fota de España. Para el momento en que este retrato fue realizado, Elizabeth I ya había consolidado su gobierno, sobre todo por el evento mencionado. Esto le hizo conseguir cierta estabilidad política para Inglaterra, aquello enmendó los errores de su padre y de su hermana, lo que le ganó la admiración de sus súbditos.

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Sin embargo, a partir de los elementos que conforman el retrato anterior, podemos deducir que realmente la fgura de Elizabeth per se, pasó a segundo plano. Su cuerpo escondido y reducido por todo su suntuoso atuendo, probablemente importado, que ya bien hablaba de su posición, fue opacada por la representación ideal de poder. Roba la atención toda la parafernalia que monta un escenario alrededor de la propia reina. A pesar de toda la riqueza innegable de la Corona, la reproducción de su efgie no signifcó una separación entre la reina con los ingleses, ya que mantuvo la Corte abierta para mantener cierto contacto con el “pueblo”. Aunque, más bien, fue su idealización con tintes religiosos la que pudo crear cierto vínculo. De esta manera se confguró la imagen de una reina virgen como madre abnegada pero poderosa, frme e inteligente. Cabe mencionar que el rostro de Elizabeth siempre luce jovial para mantener la imagen de un reino estable y evitar sospechas de los súbditos de que pronto terminaría su gobierno.

COMPARACIÓN CON ENRIQUE VIII Y MARÍA I

Podría continuar examinando más retratos de la reina Elizabeth I, sin embargo, quisiera enfatizar los elementos de una imagen intencionalmente creada junto con otros cuadros de la misma dinastía para así poder señalar las diferencias en cuestión de género, así como de los factores políticos que infuyeron en el ideario. Como se ha mencionado previamente, Elizabeth

I fue la última de la casa Tudor en ocupar la Corona. No obstante, fue la única que pudo establecer un mandato sólido y duradero. Su padre, Enrique VIII, también fue representado en retratos, aunque su gobierno no creó tan buenas relaciones.

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En un cuadro realizado en el año de 1540, destaca la sencillez en comparación con el último retrato mencionado de su hija. El fondo es monótono, el rey se encuentra de frente posando con una mano en la cintura. Si bien su vestimenta demuestra su posición, no hay mucho detalle en los elementos que él porta: lleva en la mano derecha un guante y en la otra, empuña una daga. La falta de simbolismos apela a la poca necesidad de validar su gobierno, ya que se trata de un monarca varón que implementó deliberadamente reformas para conseguir anular sus matrimonios; además de mandar a decapitar a sus esposas bajo el cargo de traición y adulterio. Su mera imagen bastaba para reconocer al soberano. No obstante, su voluminoso cuerpo no pasa desapercibido, ni tampoco sus rasgos faciales con un poco más de detalle que los de Elizabeth; esto remarca la idea de que el mismo Enrique consigue el protagonismo por sí solo.

Por otro lado, en la efgie de su hermana María I, encontrada en el Museo del Prado y elaborada unos cuantos años antes de su muerte en 1554, puede notarse también una diferencia que contrasta con los retratos de Elizabeth. No es tan sencillo como el de su padre, pero no está llena de elementos lujosos ni exuberantes que simbolicen su condición como mujer casada o como madre. Su indumentaria luce sofsticada, aunque sobria y su rostro se nota un tanto viejo. El único símbolo presente es la rosa que lleva en su mano que refere a la casa Tudor. Los colores de la pintura son lúgubres tal como pudo ser su gobierno, pues antepuso sus intereses ideológicos, cobrando la vida de muchos.

De acuerdo con esto, podemos resaltar los componentes que dieron signifcado a los retratos de la monarca. Aquellos simbolismos fueron aplicados a su fgura por la insistencia de evidenciar las condiciones de la reina asignadas a partir de su género, como la virginidad, pureza, castidad, la maternidad o el matrimonio. Y no sufciente con ello, otorgar

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a su imagen aspectos masculinos para reconocerla como autoridad, como si su legitimidad de sucesión, acciones políticas y carácter propio no bastaran para cargar con el peso de la Corona; esto únicamente para cumplir con las expectativas del reino de Inglaterra. Entonces, lo que se puede observar en los retratos no es precisamente a Elizabeth en sí, ni su personalidad o individualidad, sino a la monarca; en otras palabras, un conjunto de ideas expresadas por medio de símbolos que conforman su imagen como regente de un país. De esta manera, las efgies logran su cometido: representar ideal y estratégicamente a la líder del reino, así como las condiciones de la Corona, ante sus súbditos y a otros dirigentes.

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EL PENSAMIENTO GEOGRÁFICO FEMINISTA: DIÁLOGOS Y OTROS TEJIDOS

a Lo Largo deL sigLo XX existió una fuerte organización de grupos de mujeres movilizadas para alzar la voz contra la violencia, inequidades e injusticias que se vivían cotidianamente en los diferentes contextos y realidades de cada una de ellas. La exigencia inicial fue el derecho al voto, pero posteriormente estos movimientos feministas visibilizaron, entre otras cosas, la ausencia de mujeres en las prácticas y quehaceres profesionales de distintas disciplinas. Dentro de las ciencias sociales, la geografía –aunque de manera tardía– también reconoció al género como variable de la diferenciación social dentro de su campo de estudio:

el espacio.1 Así pues, la idea de nombrar únicamente al hombre como sujeto histórico y geográfco se empezó a criticar; se plantearon nuevas teorías, propuestas y preguntas en torno a lo que se conoció durante mucho tiempo como el “pensamiento geográfco”. El surgimiento y desarrollo de la geografía feminista dio origen a una gran amplitud de cuestionamientos: en cada latitud, en cada contexto, los conocimientos geográfcos son situados respondiendo a la diversidad del mundo y las personas que lo habitan. ¿Qué otras formas de habitar y pensar el espacio se han propuesto desde estas geografías? ¿Cómo dialogar tomando en cuenta las distintas experiencias y corporalidades?2

ESPACIO PÚBLICO, ESPACIO PRIVADO

Para comenzar este ensayo, me parece pertinente hablar de dos conceptos, los cuales tomaré a partir de la flosofía de Hannah Arendt3: la esfera pública y la esfera privada. Para Arendt, ambas esferas se constituyen entre sí, coexisten y mantienen una relación en la cual una no puede existir sin la otra y viceversa. Por un lado, lo “público” es aquello que puede ser visto y escuchado por todo el mundo, lo común, lo aparente, la realidad. En contraste, la palabra “privado” cobra su estado privativo original: “Vivir una vida privada por completo signifca […] estar privado de cosas esenciales a una verdadera vida humana: estar privado de la realidad que proviene de ser visto y oído por los

1 María Verónica Ibarra García e Irma Escamilla-Herrera (coords.), Geografías feministas de diversas latitudes: Orígenes, desarrollo y temática contemporáneas, Ciudad de México, UNAM, Instituto de Geografía, 2016, p. 9.

2 Este ensayo responde a un primer acercamiento a la teoría de la geografía feminista, sus principales autoras y los aportes que ha proporcionado para el re-pensamiento de nuestra disciplina.

3 Considerada como una de las grandes pensadoras del siglo XX, discípula de Martin Heidegger y Edmund Husserl; fue una teórica política y flósofa alemana. Autora de un sinnúmero de obras, entre las cuales destacan Los orígenes del totalitarismo y La condición humana, ambas sobre el poder, autoridad y hombres (Trafcantes de Sueños, s.a.).

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demás, estar privado de una “objetiva” relación con los otros […]”.4

A fnales de los años sesenta, se conocieron distintos trabajos feministas en los cuales se hacía una crítica a la división del espacio en estas dos esferas: lo privado estaba asociado a la mujer y lo público al hombre. Estas asociaciones, las cuales parten de los conceptos una vez pensados y desarrollados por Arendt, cargan consigo una serie de distinciones binarias en función del género que presenta Linda McDowell en su libro Género, identidad y lugar. Lo masculino era lo público, fuera, trabajo, producción, independencia, poder. Mientras que lo femenino era lo privado, dentro, casa, consumo, dependencia, falta de poder.5 Así, los debates feministas iniciados en esta década —y que hasta la fecha siguen vigentes—, ponen sobre la mesa el papel de las mujeres dentro de la sociedad. Al estar vinculadas al espacio privado, la casa y lo doméstico, nuestra presencia en el espacio público se ha visto limitada, haciendo difícil que se reconozca la imagen femenina dentro del ámbito científco y la producción del conocimiento.

LA PRODUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO GEOGRÁFICO

Abro esta segunda sección citando a María Dolors García Ramón6: “Todo conocimiento es una construcción social y, como tal, refeja las condiciones en que se produce y se transmite en la sociedad que le rodea”.7 Como se mencionó anteriormente, durante siglos, el papel de las mujeres dentro

4 Hannah Arendt, “La esfera pública y la privada”, en su libro La condición humana, trad. R. Gil Novales, Barcelona, Paidós, 1993, p. 78.

5 Linda McDowell, Género, identidad y lugar: un estudio de las geografías feministas, trad. P. Linares, Madrid, Ediciones Cátedra, 2000, p. 28.

6 María Dolors García Ramón es una geógrafa española, pionera de la geografía del género en su país. Sus diversas aportaciones y trabajos parten de un feminismo tanto académico como militante y plantean, entre otras cosas, el lugar del género dentro de la geografía y el estudio de las relaciones espaciales (Trafcantes de Sueños, s.a.).

7 María Dolors García Ramón, “La geografía del género”, en su libro Maria Dolors GarciaRamon. Geografía y género, disidencia e innovación, editado por A. Albet, Barcelona, Icaria, 2019, p. 254.

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del quehacer geográfco no tuvo el mismo reconocimiento que el de los hombres. La ciencia y el conocimiento científco han sido construidos, en su mayoría, desde el punto de vista masculino; en parte por el difícil acceso que las mujeres tenían a la educación y los estudios; por otra parte por la invisibilización sistemática a su trabajo (tangible o intangible).

La noción que se tiene del conocimiento científco como real, objetivo, neutro y universal, es parte del paradigma positivista establecido por Augusto Comte en el siglo XIX. Como menciona Noel Castree en Is Geography a Science? 8, lxs geógrafxs se han empeñado durante mucho tiempo en posicionar a la geografía como una ciencia “verdadera” y “objetiva”. Es por ello que, a lo largo del periodo de 1950-1970, una generación completa de geógrafos y geógrafas adoptaron los métodos, las ideas y las creencias de las ciencias naturales; nombrando a la disciplina como una ciencia espacial y, al mismo tiempo, reconociéndose a sí mismxs como científcxs espaciales. No obstante, desde principios de los años setenta, esta idea de la geografía como ciencia espacial comenzó a recibir numerosas críticas manifestadas en nuevas ramas dentro de la disciplina. Castree remarca dos muy importantes: la geografía humanística y la geografía marxista; ambas cuestionaban a la ciencia positivista y planteaban nuevas preguntas a la producción del conocimiento geográfco, teniendo así una fuerte infuencia en el desarrollo de la geografía feminista y en la geografía del género.

Resulta interesante analizar de qué manera estos conceptos, teorías y paradigmas se han criticado o apropiado desde la geografía feminista. Por ejemplo, a partir de las propuestas de la geografía humanística sobre el papel que las emociones, experiencias y sentimientos juegan en el análisis geográfco, al igual que la gran infuencia que tuvo dentro

8 Noel Castree, “Is Geography a Science?”, en Castree et al (eds.), Questioning Geography; Fundamental debates, Oxford, Blackwell Publishing, 2005, pp. 57-79.

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de los estudios de género; los estudios de la geografía feminista se centraron —en un principio— en el espacio privado, cotidiano y doméstico, atribuido a las mujeres.9 Por otro lado, la geografía feminista contemporánea ha tomado posturas críticas, rechazando o poniendo en duda la existencia de este conocimiento neutro, universal y objetivo. Retomando la frase inicial de García Ramón, el conocimiento refeja a las sociedades que lo construyen. Cada ciencia, cada disciplina tiene su propia metodología y modos de producir conocimiento y compartirlo. Actualmente, es difícil afrmar que existe sólo una forma de hacer ciencia, de investigar, de conocer y de compartir dichos saberes; por ende, es relevante asumir a las sociedades como diferentes entre sí, reconocer su heterogeneidad.

CONOCIMIENTOS SITUADOS

Dentro de la teoría de la geografía feminista suele leerse el término “conocimientos situados” por lo que me gustaría hacer un pequeño ejercicio de indagación sobre este concepto, cuya introducción a los discursos feministas se le ha atribuido a Donna Haraway. 10 Vale la pena resaltar que resulta muy complejo defnir de una manera concisa a los conocimientos situados; la misma Haraway le dedica un capítulo completo a su desarrollo y explicación. Es necesario tener en mente que los conocimientos situados involucran dimensiones epistemológicas diferentes a las sentadas por el paradigma positivista, el cual negaba la dimensión histórica y social de la ciencia. En el ejercicio racional de la ciencia positivista, no había

9 María Dolors García Ramón, op. cit., p. 254.

10 Es una flósofa feminista norteamericana. Su trayectoria ha sido muy amplia: ha escrito textos que van desde el feminismo, la flosofía y la ciencia hasta la primatología o los estudios poscoloniales. Para el desarrollo del concepto “conocimientos situados” véase: Donna Haraway, “Conocimientos situados: la cuestión científca en el feminismo y el privilegio de la perspectiva parcial”en su libro Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, trad. M. Talens, Madrid, Ediciones Cátedra, 1995.

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lugar para los intereses, puntos de vista, experiencias —y en general, para los sujetos— particulares.11 En contraste, la situacionalidad que propone Haraway localiza relacionalmente a estos conocimientos; es decir, la conexión entre el sujeto que estudia y el objeto al que se estudia se vuelve parte de los conocimientos situados. “Entonces el conocimiento situado es también conocimiento incorporado”.12

Teniendo en cuenta estas breves interpretaciones del término, queda claro que se emplea dentro de los debates feministas en general. Haraway menciona que la producción y construcción del conocimiento ha sido única y exclusivamente hecha por hombres; las mujeres, en cambio, han estado al margen convirtiéndose en las “otras”, esas que no tienen cuerpo ni voz en los debates científcos y flosófcos.13 Así pues, no es sorprendente o extraño que las geógrafas feministas se apropien también del concepto, y lo signifquen a su manera e incorporen dentro del objeto de estudio de su disciplina (en este caso, el espacio). Cierro este punto citando a Lise Nelson en Geografías feministas de diversas latitudes:

[…] las geógrafas feministas comúnmente se distancian de posturas epistemológicas que apoyan la objetividad clásica y/o la neutralidad en la producción de conocimiento científco. En cambio, acogen y construyen epistemologías feministas cimentadas en nuevos entendimientos del rigor, la validez y la verdad. […] Estas orientaciones conceptuales, metodológicas y éticas pugnan por mirar de cerca las exclusiones y silencios que se producen en el mundo y en la academia […] con el fn de producir conocimiento situado y ético que pueda inclinar el arco de la historia hacia la justicia–. 14

11 Carlo Emilio Piazzini Suárez “Conocimientos situados y pensamientos fronterizos: una relecturdesde la universidad”, Geopolítica(s). Revista De Estudios Sobre Espacio Y Poder, 5 (2014), pp. 11-33

12 Ibid., p. 21.

13 Donna Haraway, “Conocimientos situados: la cuestión científca en el feminismo y el privilegio de la perspectiva parcial”, en su libro Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, trad. M. Talens, Madrid, Ediciones Cátedra, 1995, pp. 313- 346.

14 Lise Nelson, “Geografía feminista anglosajona: refexiones hacia una geografía global”, en M.V. Ibarra García y I. Escamilla-Herrera (coords,), Geografías feministas de diversas latitudes: Orígenes, desarrollo y temática contemporáneas, Ciudad de México, UNAM-Instituto de Geografía, 2016, p. 22.

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GEOGRAFÍA FEMINISTA Y DE GÉNERO: PANORAMA ACTUAL EN MÉXICO

A lo largo del presente ensayo se han abordado diversas temáticas que giran en torno al desarrollo y estudio de la geografía feminista. En este último punto, quiero plantear dos cuestiones: la relación entre la geografía feminista y la de género y cuál ha sido su travesía en México. En primer lugar, diferenciar entre “género” y “sexo” es pertinente dentro del marco teórico de estas geografías. Por un lado, el género es el conjunto de características que han sido construidas cultural y socialmente, marcando así diferencias entre lo que es “femenino” y “masculino”; por otro, el sexo expresa las diferencias biológicas que diferencian a las mujeres de los hombres y viceversa. Los llamados “estudios de género” se consolidaron en nuestra disciplina de formas contrastantes en los diferentes países del mundo, siendo los países anglosajones el lugar donde se originaron y en el cual han tenido mayor desarrollo. Aunque la geografía, en comparación con las demás ciencias sociales, tuvo una incorporación tardía del enfoque de género, la aceptación que éste ha recibido ha sido más notoria que en otras disciplinas. García Ramón recupera (1) la defnición de geografía del género de Jo Little15 como aquella que: […]examina las formas en que los procesos socioeconómicos, políticos y ambientales crean, reproducen y transforman, no sólo los lugares donde vivimos, sino también las relaciones sociales entre los hombres y mujeres que viven allí y, a la vez, también estudia cómo las relaciones de género afectan estos procesos y sus manifestaciones en el espacio y en el entorno.16

Y (2) la defnición de geografía feminista de Ana Sabaté17 como:

15 Geógrafa británica cuyo ámbito de estudio abarca la geografía rural y la relación entre género y geografía.

16 M. García Ramón, op. cit., p. 272.

17 Geógrafa española. Actualmente es profesora titular de Geografía Humana en la Universidad Complutense de Madrid.

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“aquella que incorpora las aportaciones teóricas del feminismo a la explicación e interpretación de los hechos geográfcos”.18

De igual manera, García Ramón hace una aclaración que me parece oportuno traer a cuenta: en los países anglosajones, la “geografía feminista” y “geografía de género” son conceptos similares, al grado de ser intercambiables en varias ocasiones; mientras que, en países de Latinoamérica, la geografía de género suele tener connotaciones académicas y la geografía feminista connotaciones militantes. Es común que al momento de investigar acerca de las diversas teorías, ramas y vertientes geográfcas nos encontremos con información, en su mayoría, de países europeos o de Estados Unidos. Curiosamente en el caso de la geografía feminista, es una problemática que no está tan marcada como en otros conocimientos geográfcos.

Para fnalizar este ensayo, me interesa indagar de manera muy breve el desarrollo y cambio que la geografía feminista ha tenido dentro de México.19 La institucionalización de la geografía en México se concretó en el siglo XIX, a partir del interés que tenía el Estado por conocer y ubicar los recursos naturales del país. Sin embargo, los autores de esta información geográfca eran únicamente hombres, ya que las pocas mujeres que tenían acceso a la educación (y a modalidad privada, en sus casas), a libros y a revistas de divulgación eran aquellas pertenecientes a la clase media/alta. La geografía regional —también conocida como posibilismo— fue la escuela de

18 Ana Sabaté et al., Mujeres, espacio y sociedad: hacia una geografía del género, Madrid, Síntesis, 195, cit. por María Dolors García Ramón, “La geografía del género”, en su libro. Geografía y género, disidencia e innovación, editados por A. Albet, Barcelona, Icaria, 2019, p. 272.

19 Para leer más sobre toda la información obtenida del caso particular en México véase: María Verónica Ibarra García e Irma Escamilla-Herrera, “La geografía feminista, de género y de la sexualidad en México, un saber en crecimiento”, en M.V. Ibarra García y I. Escamilla-Herrera (coords.), Geografías feministas de diversas latitudes: Orígenes, desarrollo y temática contemporáneas, Ciudad de México, UNAM-Instituto de Geografía, 2016, pp. 209- 238.

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pensamiento de mayor infuencia dentro de la geografía de México, desde su institucionalización y hasta el siglo XX, cuando las cuestiones sociales, ambientales y políticas empezaron a resonar en la disciplina. Los estudios sobre geografía feminista y geografía de género comenzaron a tener más presencia en las universidades hacia fnales del siglo, siendo la Universidad Nacional Autónoma de México (unaM) una de las primeras instituciones en mostrar interés por estas líneas de investigación. No es de extrañar que la década de los noventa haya sido el momento en el que estos estudios fueron ganando mayor importancia: estuvo llena de sucesos históricos como el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, la expansión y consolidación del neoliberalismo mediante la reformas políticas y económicas; entre otros muchos más, los cuales reconfguraron notablemente al país y, por lo tanto, a la educación y los planes de estudio. Ibarra y Escamilla-Herrera remarcan que la unaM no es la única instancia dentro de la cual se realizan estudios sobre estas temáticas:20 a partir de la apertura de la carrera de geografía en la Universidad Autónoma Metropolitana (uaM) en 2002, se inició una exploración de campos de investigación que no habían estado presentes antes en ninguna otra universidad. Aunque la consolidación de la geografía feminista y del género dentro de los estudios universitarios en México ha tenido periodos de inestabilidad, ha sido gracias al esfuerzo de numerosxs investigadorxs, docentes, académicxs y estudiantes que estos temas han permanecido dentro del ambiente universitario.21

20 María Verónica Ibarra García e Irma Escamilla-Herrera, “La geografía feminista, de género y de la sexualidad en México, un saber en crecimiento”, en M.V. Ibarra García y I. Escamilla-Herrera (coords.), Geografías feministas de diversas latitudes: Orígenes, desarrollo y temática contemporáneas, Ciudad de México, UNAM-Instituto de Geografía, 2016, pp. 209- 238.

21 La geografía feminista y geografía del género también están presentes en instituciones de otras entidades del país, como la Universidad Veracruzana, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la Universidad Autónoma del Estado de México, la Universidad Benito Juárez de Oaxaca y

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Con el paso del tiempo, la geografía feminista y de género han cobrado mayor importancia en México. Las temáticas que se han desenvuelto dentro de estas investigaciones y estudios responden directamente a las problemáticas y a la realidad mexicanas. Los temas que se abordan más dentro de estas geografías son, según Ibarra y Escamilla-Herrera: el trabajo (división, implicaciones, remuneración), la participación política (electoral y dentro de movimientos de resistencia) de mujeres, la violencia hacia las mujeres y los feminicidios, el cuerpo, la relación ciudad-género, el turismo (con perspectiva de género) y la migración.22 Las autoras también remarcan que predominan los estudios de espacios urbanos sobre los rurales. En conclusión, podemos observar que en la actualidad se está desdoblando una geografía feminista mexicana que hereda las diversas tradiciones y trayectorias académicas de los diferentes países del mundo.

CONCLUSIONES

Los movimientos feministas han generado grandes cambios, no sólo en el marco de los derechos humanos y las luchas contra la desigualdad; también dentro de los ámbitos académicos y escolares. Las miradas, voces, experiencias, vivencias y realidades de las mujeres se han empezado a observar, escuchar, nombrar, sentir, tomar en cuenta. Ya no somos cuerpos y nada más. Ahora somos lucha, somos movimiento, somos mucho más que lo que nos han ido quitando con el paso de los años. La geografía también ha incorporado estas miradas y corporalidades;23 de tal forma que las mujeres interpretan su propia realidad y en ese ejercicio, se interpretan a sí mismas.

la Universidad de Baja California.

22 M. Ibarra García y I. Escamilla-Herrera, op. cit., p. 225.

23 Linda McDowell sobre la corporeidad: “[...] capta el sentido de la fuidez, del desarrollo y la representación, elementos decisivos de los actuales planteamientos teóricos que ponen en cuestión las relaciones entre anatomía e identidad social.” (L. McDowell, op.cit., p. 66.)

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Los lugares, los espacios y los contextos se estudian desde las voces de aquellas personas que han sido invisibilizadas a lo largo de la historia. El género juega un papel crucial dentro de la construcción social del espacio y las relaciones de poder que en él habitan. La geografía feminista, o, mejor dicho, las geografías feministas ,24 han aportado un fuerte análisis espacial que considera variables que por mucho tiempo no estaban contempladas en él.

Ahora bien, dentro de estos análisis espaciales que toman en cuenta al género, reconocer las diferentes dimensiones que atraviesan a las mujeres de todo el mundo, de todas las latitudes, es crucial. El feminismo lo ha nombrado interseccionalidad y, aunque es una discusión muy amplia dentro de esta teoría-práctica, fue introducido hacia el debate geográfco por Gill Valentine: “el concepto de interseccionalidad se usa para teorizar las relaciones entre diferentes categorías sociales: género, raza, sexualidad etcétera. Sorprendentemente, este concepto de interseccionalidad ha recibido poca atención en geografía”25.

Tener un primer acercamiento a las geografías feministas me hizo recordar lo importante y vigente que es la lucha feminista, sobre todo en un país donde la violencia hacia las mujeres aumenta cada día más. Me parece que, ante el panorama actual de la pandemia y la incertidumbre que ésta ha traído consigo, la posibilidad de imaginar y tejer diálogos multi- latitudinales entre diferentes geografías puede ayudar a entrever algún tipo de luz y claridad dentro de los tonos

24 “La geografía feminista no existe en el singular, solo en un plural. Las geografías feministas son diversas, múltiples ya que incorporan un sinnúmero de enfoques teóricos y metodológicos, tienen historias y raíces diferentes en cada universidad, país, región”. Carolin Schurr, “¡¿Otras geografías son posibles?! Geografías feministas en Suiza, Austria y Alemania”, en M.V. Ibarra García y I. Escamilla-Herrera (coords.), Geografías feministas de diversas latitudes: Orígenes, desarrollo y temática contemporáneas, Ciudad de México, UNAM-Instituto de Geografía, 2016, p. 154.

25 Gill Valentine, Theorizing and researching intersectionality: A challenge for feminist geography, 2007, pp.10-21, cit. por Carolin Schurr, op. cit., p. 171.

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grises en los que el mundo (se) está pintado. Cierro con palabras de mujeres zapatistas que tuve la oportunidad de escuchar en el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan: “Aunque estemos de acuerdo o no estemos de acuerdo con otras luchas y sus modos y geografías, pues a todas nos sirve escuchar y aprender”26.

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EL PENSAMIENTO GEOGRÁFICO FEMINISTA
26 Mujeres Zapatistas, palabras pronunciadas en el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, Chipas, Semillero “Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona”, diciembre 2019.

LA HISTORIA: ECO DE VIDA Y MUERTE

Armando Roa Torres

Los exploradores del pasado no son hombres totalmente libres. El pasado es su tirano, y les prohíbe que sepan de él lo que él mismo no les entrega, científcamente o no. Marc bLoch, IntroduccIón a la HIstorIa

Ningún grupo es amnésico. Acordarse para él, es existir; perder la memoria, es desaparecer. charLes-oLiVier carboneLL, la HIstorIografía

VisLuMbrar La eXperiencia deL caMbio en eL uMbraL deL espíritu puede convertirse en una faena compleja si olvidamos que, sumergidos en la ininterrumpida transición de nuestra existencia, la alteración y el equilibrio, permanencia y vicisitud, son porciones de la realidad que funden y moldean en paralelo la vida misma. De modo que distinguir ambos jirones con la fnalidad de comprender y explicar a las ánimas de tiempos remotos se vuelve una labor muy seductora.

Resulta tenebroso y cautivador el deseo de conocer y reconocer tiempos de antaño; no obstante, terminamos de retocar con las últimas pinceladas cuando descubrimos que el lienzo del recuerdo está aún incompleto. Se revelan la inestabilidad y la confusión de la memoria como los invencibles demonios que imposibilitan nuestras vanas intenciones por traer de regreso al recuerdo intacto. Lo anterior se debe a que sólo podemos recordar aquellos instantes que elevan nuestro espíritu más allá de nosotros mismos, es decir, los que nos han trascendido y, en consecuencia, que sobrepasaron los horizontes del momento preciso en el que ocurrieron; el resto permanece perdido y confuso en las tinieblas u olvidado por siempre. Asimismo, las brevedades que tienen un signifcado abismal, que le han consagrado un sentido a la vida y que han salvado de la insignifcancia a un acontecimiento, son las únicas que sobreviven al mortal paso de nuestros días. De manera análoga, las diversas sociedades que han habitado y poblado todos los confnes del mundo a lo largo de los siglos se han preocupado por satisfacer la insaciable necesidad de rescatar y preservar, para su devenir generacional, lo más signifcativo e importante hasta su propia actualidad.

Apenas ganamos consciencia del interminable andar de tantas décadas cuando, paradójicamente, el cambio está ya refejado a nuestro alrededor y ninguna fuerza humana o espiritual que pretendan modifcar el ayer pueden hacerlo.1 Tanto individuos en sociedad, como sociedades con múltiples individuos, han buscado desesperadamente por centurias una manera de combatir y vencer defnitivamente a un oscuro príncipe llamado pasado, protegido por su inconmensurable muralla a la que conocemos

1 Véanse Erich Kahler, “El signifcado del signifcado”, en ¿Qué es la historia?, trad. Juan Almela, México, fce, 1966, pp. 13-23; Charles-Olivier Carbonell, La historiografía, trad. Aurelio Garzón del Camino, México, fce, 5ª reimpr., 2017 [1986], pp. 9-11 y Tzvetan Todorov, “La conservación del pasado”, en Memoria del mal, tentación del bien. Indagación sobre el siglo xx, trad. Manuel Serrat Crespo, Barcelona, Península, 2002, pp. 146-160.

LA HISTORIA: ECO DE VIDA Y MUERTE 69

como tiempo. ¿Cómo defnir al interminable conficto en el que estamos coludidos los exploradores del pasado?; ¿cómo combatir contra el pasado y el tiempo?; ¿por qué y para qué declarar esta guerra?; ¿terminará algún día?

Intentaremos responder en las siguientes líneas a estas viejas interrogantes y con ello, tratar de superar las nuevas que se manifesten. II

Es la historia un enemigo grande y declarado contra la injuria de los tiempos, de los cuales claramente triunfa. Es un reparador de la mortalidad de los hombres y una recompensa de la brevedad de esta vida. fray Juan de torqueMada, Monarquía IndIana

Bautizamos como historia al acontecer del hombre en el tiempo, pero hay que hacer tres distinciones. En las primeras dos diremos historia entendiendo cualquier realidad del pasado e Historia a la disciplina que investiga y da cuenta de las realidades históricas. Del confictivo matrimonio de ambas nace la tercera: Historiografía. José Gaos ––flósofo español llegado a tierra mestiza desde 1938 tras la guerra civil peninsular––propuso magistralmente “reservar la palabra ‘historia’ para designar la realidad histórica” y usar el término Historiografía “para designar el género literario o la ciencia que tiene por objeto la realidad histórica”. A la sazón, lo que se indaga y conoce son las realidades históricas. De hecho, en griego, historia ( ίστορία ) signifca averiguación.2

En enero de 1961, como parte del ciclo Trevelyan Conferences impartido por un diplomático e historiador británico en Cambridge, tuvo lugar la primera ponencia donde concluyó lo siguiente:

2 Para la solución de la ambigüedad en los términos ya dichos, cf. José Gaos, Notas sobre la historiografía, en Álvaro Matute, La teoría de la historia en México, 1940-1973, México, sep, 1974, pp. 66-93, el subrayado es mío, y las propuestas de Javier Rico Moreno, “Análisis y crítica en la historiografía”, en Rosa Camelo y Miguel Pastrana (ed.), La experiencia historiográfca, VIII coloquio de análisis historiográfco, México, unaM / iih, 2009, pp. 199-212.

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Mi primera contestación a la pregunta de qué es la Historia será pues la siguiente: un proceso continuo entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fn entre el presente y el pasado.3

La primera pregunta la arroja el historiador a los hombres de épocas remotas; no obstante, lo que recibe como respuesta son sombrías y confusas voces que le susurran las sendas por las que encontrará los restos de lo que alguna vez fueron. No es un pasado, sino múltiples y diferentes pasados; reino de tímidos soberanos que nunca se nos revelarán plenamente, protegidos por el destructivo recorrido del tiempo a través de las décadas y los siglos. Vestigios, monumentos, memoriales, cartas, diarios, crónicas, leyendas, libros, proverbios, cantares y mitos son algunas de las reliquias que los tiranos olvidaron llevarse consigo, y que el tiempo ha perdonado de la muerte; pero como todo soberano, nunca es de far. Por eso, no hay que creerle ciegamente. Si preguntamos toscamente, la voz que aún vive en cada fuente no nos dirá lo que deseamos conocer, sólo nos permitirá saber lo que está acostumbrada a decir y después de eso, no contará ni una sola palabra más. Si deseamos conocerla a fondo, no debemos alojarla en un interrogatorio ni ponerla ante el tribunal. Es menester dejarle claro que no se juzgará y arremeterá en su contra; antes bien, somos los emisarios de aquellas almas que ya no pueden escucharse en el mundo de los vivos, y tenemos la hermosa encomienda de hablar por ellas, conocerlas lo mejor posible, comprenderlas y explicarlas, aceptando que sus vidas también estuvieron, en su mayoría, bañadas de rebosante humanidad.

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3 Edward H. Carr, ¿Qué es la historia?, trad. Joaquín Romero Maura, Barcelona, Ariel, 3ª reimpr., 2012 [1961], p. 98.

III

Si la historia no nos sacara de nosotros mismos, ¿cómo encontraríamos por medio de ella una subjetividad menos egoísta, más mediata, en una palabra, más humana? pauL ricoeur, HIstorIa y Verdad

La inquisición histórica […] nos hace partícipes de experiencias no vividas, pero con las cuales nos identifcamos y formamos nuestra idea de la pluralidad de la aventura humana. enrique fLorescano, la funcIón socIal de la HIstorIa

Determinar si nuestro conocimiento de los diversos pasados es objetivo o relativo se ha convertido en un tormento para los emisarios de los muertos. Abarcar todo el pasado es como caminar sin rumbo a través de dunas desconocidas: obra posible, pero inútil. Edmundo O’ Gorman, uno de los más titánicos pensadores mexicanos, pronunció a fnales de 1945 que los historiadores debemos buscar una visión auténtica en lugar de una visión completa de otros tiempos; la primera es concreta, la segunda, abstracta.4 Y sigue teniendo razón; la selección y delimitación espacio-temporal que desempeña el historiador al inquirir en el tiempo es imprescindible para rendir cuentas de la polisémica actividad humana en un momento y lugar específcos sin perdernos en el viaje.

Resulta pues que el historiador conoce una o varias realidades históricas del pasado. La controversia ahora fota entre estudiar al hombre o al tiempo; la solución es que sabemos del hombre mediante el andar de los años. Los portavoces del ayer somos humanos en el tiempo, nos movemos en la Historia, somos historia. En 1946, tres años después de su muerte, los manuscritos del respetable historiador inglés Robin G. Collingwood vieron la luz en un libro donde se anotó que:

4 Véanse Edmundo O’ Gorman, “Consideraciones sobre la verdad en historia”, en Ensayos de flosofía de la historia, selección y presentación de Álvaro Matute, México, unaM/iih, 2007 [1945], pp. 13-20, y Álvaro Matute y Evelia Trejo, La Historia, cdMX, Seminario de Cultura Mexicana, 2018, pp. 7-14.

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La historia es “para” el autoconocimiento humano […] Conocerse a sí mismo signifca conocer primero, qué es ser hombre; segundo, qué es ser el tipo de hombre que se es, y tercero, qué es ser el hombre que uno es y no otro. Conocerse a sí mismo signifca conocer lo que se puede hacer, y puesto que nadie sabe lo que puede hacer hasta que lo intenta, la única pista para saber lo que puede hacer el hombre es averiguar lo que ha hecho. El valor de la historia, por consiguiente, consiste en que nos enseña lo que el hombre ha hecho y en ese sentido lo que es el hombre.5

Los historiadores somos parte de una procesión que no vemos desde el cielo, sino que participamos activamente en ella, y, por ende, el sentido que redituemos a nuestro discurso y la reconstrucción que entreguemos de lo ocurrido no puede escapar de la atmósfera actual desde donde hacemos ίστορία . A comienzos de la segunda mitad del siglo XX , un flósofo francés apuntó que “es la refexión la que nos asegura constantemente que el objeto de la historia es el mismo sujeto humano”; el historiador, como cualquier mortal, se mueve en la historia, hace Historia, vive en ella y de ella a la par. En suma, es miembro de la interminable encrucijada de la humanidad.

La escurridiza entidad “naturaleza humana” ha mudado tanto de país a país y de un siglo a otro, que es difícil no considerarla como fenómeno histórico al que confguran las convenciones y condiciones sociales imperantes. edward h. carr, ¿qué es la HIstorIa?

Cada generación tiene la necesidad ineludible de enfrentarse con su pasado, su realidad vital, y, por lo tanto, cada generación pronuncia su verdad. edMundo o´gorMan, ensayos de fIlosofía de la HIstorIa

5 R. G. Collingwood, Idea de la Historia. Edición revisada que incluye las conferencias de 1926-1928, ed. prefacio e introd. Jan Van der Dussen, trad. Edmundo O’ Gorman y Jorge Hernández Campos, México, fce, 4 reimpr., 2017 [1946], pp. 69-70; desde 1978 hasta hoy los manuscritos se pueden consultar en la Bodleian Library, en Oxford University.

6 Paul Ricoeur, “Objetividad y subjetividad en historia”, en Historia y Verdad, trad. Alfonso Ortiz García, Madrid, Encuentro, 1990 [1955], p. 40.

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6 IV

Hace poco, un divulgador pronunció en una conferencia que la historia es una sucesión de causas y efectos, nada en la historia puede estar fuera de eso. Unos minutos más adelante, afrmó que la mente humana es idéntica en todas las culturas.7 Si ambas frases se toman como válidas, habrá que sustentarlas para que lleguen a serlo.

Uno de los males que más han fagelado al conocimiento histórico en los últimos dos siglos es dar por sentado que existen entidades ya constituidas previamente en una especie de vacío, a las cuales la historia les sucede como una eventualidad o accidente, en una palabra, el mal del esencialismo.

El síntoma más signifcativo de este padecimiento y al cual trataremos es el famoso ente llamado naturaleza humana. Un segundo achaque abrumador para la labor histórica ha sido la necesaria ley de causalidad, aferrada en postular un vínculo lineal entre un hecho y otro. En este caso, versaremos sobre el síntoma de la norma causa-efecto en la historia.

En 1940 se publicó un artículo del ya referido flósofo peninsular José Gaos en una revista de la UNAM en el cual escribió:

Es innegable el que nos parece que los caballos de Aquiles o el perro de Ulises no son diferentes de nuestros caballos y perros, que las bandadas de aves o los bancos de sardinas de la época prehistórica no eran diferentes de las que vemos pasar sobre nuestras cabezas o los que persiguen los pescadores del día —al modo como diferentes de nosotros nos parecen Aquiles y Ulises.8

Hablar de naturaleza humana es una ilusión. Es innegable que existen algunas actividades que son homogéneas para distintas sociedades alejadas entre sí por el tiempo y el espacio, como el desarrollo comercial y económico, la jerarquización socio-política, la expansión geográfca de las fronteras o

7 Juan Miguel Zunzunegui, “Los mitos de la conquista”, México, como parte de la Cátedra Alfonso Reyes, Tecnológico de Monterrey, transmitida de manera virtual el 21 de septiembre de 2021.

8 José Gaos, “Sobre Sociedad e Historia”, Revista Mexicana de Sociología, vol. 2, núm. 1 (1940), pp. 13-14; También se puede consultar en José Gaos, Obras Completas, VII. Filosofía de la flosofía e Historia de la flosofía, México, unaM, 1987, pp. 157-169.

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las creencias morales y espirituales; también se ha distinguido que es en las sociedades más “civilizadas” donde afora más fácilmente la barbarie.9 Sin embargo, acoger como real la idea de que la mente humana es igual por todas partes en todas las épocas no nos coloca en mejor posición que en la que se encuentran el cardumen de peces o la colmena de abejas. Hay que insistir y enfatizar que la historia es un “proceso cuya realidad primaria es la rica variedad de los individuos”, ya que no se trata de un pasado del hombre cualquiera, sino de nuestro pasado, sustancialmente diferente al de estos, y del de aquellos.10 Tampoco podemos afrmar que los fenómenos a escala social carezcan de importancia en vista de los genios individuales. Edward H. Carr percibía en la segunda entrega de las Trevelyan Conferences que:

No es que la noción del hombre como individuo induzca ni más ni menos a error que su noción como miembro de un grupo; lo que induce a error es el intento de separar ambas nociones.

Para fnalmente colegir que los hechos históricos son “los hechos acerca de las relaciones existentes entre los individuos en el seno de la sociedad”.11 Ambos horizontes son inseparables y en la medida en que tropecemos con la inexorable relación que vincula al individuo en la sociedad —de la que es producto— con la sociedad consecuente de genios individuales aledaños, caeremos más en la cuenta de que la frase la mente humana es idéntica en todas las culturas es una falacia que simboliza el escaso sentido común y la insufciente seriedad de quien lo sostenga actualmente.

Repetidas ocasiones hemos escuchado sobre la indiscutible fórmula científca de acción-reacción: a toda causa, una consecuencia directa.

9 Véase, por ejemplo, Edgar Morin, Breve Historia de la Barbarie en Occidente, Buenos Aires, Paidós, 2006, pp. 13-41.

10 Véase Edmundo O’ Gorman, “La Historia: Apocalipsis y Evangelio”, en Historiología: Teoría y Práctica, estudio introductorio y selección de Álvaro Matute, México, unaM/iih, 1999, p. 204.

11 Edward H. Carr, op. cit., pp. 113 y 118 respectivamente. La conferencia se tituló “La sociedad y el individuo”.

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Desempeña bien su trabajo en el mundo de las ciencias naturales, pero no lo sufciente en el de las ciencias sociales; mucho menos en la Historia. Se ha dicho que nada en la historia puede estar fuera de eso; hay una pequeña ración de verdad en ello. Es inequívoco, por ejemplo, que, si un grupo intenta despojar violenta y deliberadamente de todo su patrimonio a otro, éste reaccione contra aquel de manera semejante. Al mismo tiempo, es irrebatible que, la existencia de una ruta comercial lo sobradamente extensa y accesible como para que su potestad signifque la hegemonía mercantil y económica, desatará incontables pugnas que busquen su dominio total; sin embargo, debemos reconocer que es absurdo y peligroso encadenar los acontecimientos históricos a los eslabones de causas y efectos.

Pongamos que el movimiento civil armado conocido como la Independencia en México fuera consecuencia directa del virreinato castellano, y que éste a su vez haya sido generado por el arribo de los aventureros europeos al continente americano. No terminamos ahí, puesto que el Nuevo Mundo se inserta en la “historia mundial” tras el Descubrimiento de América, éste sería un inevitable resultado de la autoridad cristiana en la península, lo cual a su vez sería ocasionado por la caída del Imperio bizantino, y así hasta llegar, con suerte, a los días de Heródoto en las islas griegas o de Moisés en los desiertos de Egipto. No se trata de atender únicamente a los grandes acontecimientos ni a los protagonistas clásicos de la historia, los pequeños sucesos y genios también trascienden y merecen a veces hasta mayor importancia que los convencionales. Para evitar tomar por indudable la disparatada afrmación de que la actual situación política, económica y religiosa de México es consecuencia directa de las acciones de un sujeto como Hernán Cortés, es menester reconocer que la causalidad y el esencialismo, llevados al límite, son áridos páramos en los cuales intentar sembrar la explicación histórica

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resulta una labranza improductiva y carente de signifcado.12 V

El objeto de nuestros estudios no es un fragmento de lo real, sino el hombre mismo, considerado en el seno de los grupos de que es miembro. Lucien febVre, coMbates por la HIstorIa

A fnales del siglo XX, en 1992, un admirable flósofo mexicano refexionaba sobre los prodigios que logra el historiador frente a los hechos. Señalaba la anécdota bíblica del profeta Ezequiel dándole vida a un valle de huesos secos y deleitándose ante la milagrosa resurrección de todo un ejército. Desde otro ángulo, el historiador español Ramón Iglesia ––también exiliado a México en 1939 tras la guerra civil peninsular–– amparaba una Historia menos industrializada en contra de aquella que porfaba por “separar lo más posible la historia de la vida”.13 El primero, en tono proverbial, orientaba al historiador a insufar vida a los hechos, concederles un signifcado; el segundo, resistía los constantes atentados que trataban de hacer a la Historia una ciencia. El siglo XIX, vio nacer la causalidad y el esencialismo, dos confnes inalcanzables actualmente en nuestra disciplina simplemente porque la ίστορία no puede ser científca.

Durante casi un siglo entero, un libro de historia respetable debía ser erudito, imparcial y sólido; tenía que dejar hablar por sí solos a los interminables documentos ofciales consultados en innumerables bibliotecas y archivos gubernamentales; su contenido se limitaba a los aspectos políticos con el objetivo de aleccionar el conocimiento histórico

12 Véase Edmundo O’ Gorman, “Fantasmas en la narrativa historiográfca”, en Ensayos de flosofía de la historia, selección y presentación de Álvaro Matute, México, unaM/iih, 2007 [1945], pp. 103-110, pues ilustra extraordinariamente la austeridad de sentido de la causalidad y el esencialismo para la explicación histórica, y sobre dicha ilustración expongo mis argumentos de manera análoga a la suya. Cf. Edward H. Carr, “La causación en la historia”, op. cit., pp. 153-175; aquí se exponen opiniones interesantes que versan sobre la causalidad y el azar en la historia.

13 Véase Miguel León-Portilla, “El tiempo y la historia”, en El historiador frente a la historia. Corrientes historiográfcas actuales, México, iih, 1992, p. 60, y Ramón Iglesia, “Sobre el estado actual de los estudios históricos”, en El hombre Colón y otros ensayos, México, fce, 1986 [1944], pp. 26-32.

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a las riendas del ascendente progreso positivista. Los ámbitos social, económico y cultural fueron barridos del mapa por su insignifcancia para la época; se aniquilaron las facciones literarias y críticas-flosófcas, y el historiador debía únicamente narrar lo que realmente pasó. 14

En suma, el historiador decimonónico era materia vacía y deshumanizada cuya maldición era morir en la eterna búsqueda de lo inédito y en caso de dar con ello, compilarlo enciclopédicamente y desentenderse de la corpulenta obra que había ensamblado sin sentido alguno; empero, no por ello sus exuberantes estudios carecen de mérito. Posteriormente, otro historiador mexicano proponía una resignifcación de los testimonios ya existentes mediante la heurística15, es decir, el arte de buscar los materiales necesarios, asegurando que la imaginación precede a la investigación y manifestando la envergadura que tiene el quehacer crítico frente a los hechos y todo aquello que pueda ser utilizado para la reconstrucción del pasado.16

La historia científca pretende dar con las leyes que gobiernan el comportamiento de la naturaleza humana, ¡como si en verdad el humano fuera predecible siempre!; estudiando su actuación mediante postulados descaradamente generales de causalidad, buscando demostrarlo mediante la comprobación de innumerables fuentes, y alejando al historiador de la exquisita incertidumbre de la vida, volviéndolo impasible y apático al presente, deshumanizándolo.

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VI

Cuando mis pálidos restos oprima la tierra ya, sobre la olvidada fosa, ¿quién vendrá a llorar? / ¿Quién, en fn, al otro día, cuando el sol vuelva a brillar, de que pasé por el mundo, quién se acordará? gustaVo a. bécquer, rIMa lxI

¿Qué historiador no ha soñado, como Ulises, en alimentar las sombras con sangre a fn de interrogarlas? Marc bLoch, IntroduccIón a la HIstorIa

Dar una conclusión al viaje que hemos emprendido es imposible porque no terminará nunca. La Historia no es un museo de objetos muertos o curiosidades que se pueden contemplar pasivamente en una vitrina; nuestra labor no se reduce a una insignifcante colección de interesantes ¿sabías que?, mucho menos a la vacía memorización exhaustiva de fechas, nombres, acontecimientos, lugares. Conocer es una obligación del historiador, no una virtud. Generalizar en nuestra disciplina es útil, pero no esencial. No estudiamos a las sociedades e individuos del pasado para predecir el futuro ni para adiestrar al presente inmediato, sino para comprender y explicar nuestra realidad. La guerra contra la crueldad del inmortal y despiadado tiempo al cual el historiador mortal, fnito y humano debe encarar, no cesará jamás. Somos el fruto cambiante, inestable, indeciso y pasional de la realidad versátil en la que existimos, y gracias a eso, nuestra reunión con los muertos será eterna hasta el fn de los tiempos, pues a ellos debemos en parte lo que somos y podemos ser; poseemos el maravilloso compromiso de llevar nuestro espíritu hasta los más oscuros valles para encontrarlos y escuchar sus historias, pero ellos no pueden acompañarnos de regreso.

Y una vez aprendidas sus encrucijadas, de regreso a la realidad vital, debemos concederles una nueva oportunidad para ser escuchados en nuestro mundo. Finalmente, y en virtud de ello, al conferirle un sentido

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y un signifcado a su antigua vida, sin querer, lo estamos haciendo con la nuestra también; pues en la medida en que tentamos la delgada superfcie del mar que separa el ayer del hoy, distinguimos un confuso refejo tras el cual vislumbramos la pertenencia de ambos horizontes a la misma humanidad. Es la Historia un sagrado obsequio que nos permite disfrutar la estimulante y dolorosa experiencia de sentir esa desconocida e imprevisible esencia que baña nuestro afortunado espíritu de la efímera aventura a la que llamamos Vivir.

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RECONOCER AL REVÉS: SOBRE

LA INVERSIÓN FONÉTICA

desde aqueLLos que aseVeran encontrar el mensaje oculto en canciones de The Beatles hasta los que se divierten con la pronunciación de una palabra o frase que suena idéntica al derecho y al revés, la inversión de los fonemas ha constituido un experimento lúdico para una buena cantidad de ociosos alrededor del mundo. Es divertido abrir una aplicación en un dispositivo móvil o entrar a un sitio web y escuchar el ‘revés’ de ciertas frases; o bien, invertir los fonemas por cuenta propia, expresar ese nuevo orden fonético, grabarlo y comprobar si el resultado se aproxima a lo que se buscaba conseguir al principio. Acaso, tras numerosos intentos, uno llegaría a dominar la habilidad de “hablar al revés” y la presumiría como si se tratara de una extravagancia digna de representar en algún concurso de talentos.

Lo “raro” de ese revés fonético se extiende más allá de su aspecto ameno y simpático, pues en bastantes casos persiste un elemento inquietante: el

estigma cultural de escuchar una grabación hacia atrás y sentir escalofríos al asociarla con las artes ocultas y el satanismo. Si bien la inversión fonética puede haber tenido un origen inocente o de ensayo, la curiosidad y el afán de encontrar patrones donde muchas veces no los hay conducen a una interpretación paranoica de secuencias fonéticas, cuya relación con el sentido original del mensaje podría ser nula.

Sin embargo, ambas caras de este procedimiento fonético —la lúdica y la paranoica— parten de la misma raíz: el pasatiempo. Sólo basta cambiar el sentido del “juego” para diferenciarlas. Desde la parte más elemental, se juzga trivial —aunque no deja de sorprender— la presencia de los palíndromos fonéticos, esas estructuras simétricas que se escuchan iguales, tanto en su pronunciación normal como si se articulan desde el último fonema y se marcha en ese orden hasta el primero de ellos. Con cierta fascinación observamos que “Anita lava la tina” en ambos sentidos, tanto en su ortografía como en su fonética, si se invierten las unidades gráficas y fónicas. Del mismo modo, uno se maravilla al descubrir que el fenómeno está presente en otras lenguas, por ejemplo en el inglés, con la frase espejo de “say yes” o /se s/,1 a pesar de que su reverso fonético o phonetic reversal —es decir, /s es/— no sea del todo equivalente por la articulación de las vocales. Lo mismo sucede con frases más largas que, incluso, mantienen la misma acentuación al derecho y al revés: “Dábale arroz a la zorra el abad”, o bien “La ruta nos aportó otro paso natural”.

En la mayoría de los casos, los palíndromos fonéticos no guardan un sentido lógico discernible; son más bien frases carentes de significado semántico, puesto que su valor está en la forma fonética, tal como las “jitanjáforas” sobre las que hablaba Alfonso Reyes. O bien, se pueden recordar las reflexiones de Augusto Monterroso sobre estos juegos de

1 Utilizo el Alfabeto Fonético Internacional –o IPA, por sus siglas en inglés– para las transcripciones de este texto.

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aúlla MMMM

palabras en “Onis es asesino”. No obstante, hay ejemplos de obras artísticas que han sabido aprovechar el potencial creativo de los palíndromos fonéticos y, a su vez, del phonetic reversal. Hay que pensar en los poemas de Darío Lancini o en aquellos famosos versos que comienzan con “When I wonder why / What’s never been’s never been so”; asimismo, en Twin Peaks de David Lynch o en un sinnúmero de canciones que se adhieren a una tradición musical popularizada por The Beatles.

“Rain” —grabada en 1966 durante las sesiones de Revolver— es una de las primeras canciones en las que el cuarteto de Liverpool manipuló las cintas de grabación para que los sonidos de una pista musical se escucharan a la inversa. En concreto, las pistas de las voces se alteraron para que, hacia la coda de la pieza musical, se escucharan los versos invertidos; uno de los cuales fue “They run and hide their heads”, que se representa ortográficamente en la letra de la canción como “Sdeah rieht edih dna nur yeht”, la cual sólo es una inversión de las letras pero no de los sonidos: / zd h r ð da h dnæ n r eð/. Dicha secuencia que se ha puesto al revés con toda la intención no oculta gran cosa, es sólo un phonetic reversal, pero acaso sea el germen de lo que desde la segunda mitad del siglo pasado se ha denominado “backmasking” o “enmascaramiento de mensajes hacia atrás”.

aoeoeleoeoeeoeeeeleolooloar

La línea que separa a estos experimentos cuasi infantiles de la histeria colectiva es muy tenue. The Beatles fueron el ápice de un movimiento cultural que hacía propaganda en contra de la música rock y heavy metal, aunque en los últimos años se extendió también al pop. Documentales, grabaciones, testimonios y notas periodísticas dan cuenta de la apofenia —la tendencia a distinguir relaciones o patrones donde no los hay y dotarlos de significado— y de la pareidolia —la tendencia a percibir un estímulo visual o auditivo de manera errónea al identificarlo con alguna forma reconocible— que se ha sufrido a partir de la proliferación en la cultura popular de una noción fonética bastante simple.

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Las interpretaciones del backmasking estaban respaldadas, sobre todo, por fundamentalistas cristianos y políticos conservadores que se proponían alejar a la juventud de aquellas formas de expresión musical que consideraban ‘dañinas’ al promoverse el desarrollo de una actitud rebelde y crítica contra el grupo de poder. De ahí que toda agrupación musical de rock o heavy metal fuera tildada de “satánica”; de ahí se desprende también la infame leyenda urbana que postula Paul [McCartney] is dead. Si se consideran las nociones psicológicas de la apofenia y la pareidolia, se puede comprender cómo, con la sugestión adecuada, muchos individuos escucharon –y siguen escuchando– /t rn mi n d d m n/ al invertir los fonemas de / n/, línea que se repite hasta el cansancio en “Revolution 9”.

Esto explicaría la condición “estremecedora” que se siente al escuchar una canción o cualquier tipo de grabación al revés, donde se pueden discernir secuencias fónicas que se asemejan a palabras reales; peor aún si tales secuencias se insertan en el campo semántico de Satán y el inframundo. Este fenómeno acústico-psicológico es el responsable de que grupos musicales como Judas Priest hayan sido llevados a juicio por supuestos crímenes. De los miembros de esta agrupación se dijo que eran responsables del suicidio de un par de adolescentes, alegando que habían escondido en sus canciones ciertos mensajes traducibles una vez reproducido el disco a la inversa. A Led Zeppelin se le acusó también de esconder mensajes subliminales en su música; por ejemplo, se ha dicho que en “Stairway to Heaven” aparece una oda a Satán. Desde esta perspectiva, la inversión de la “escalera al cielo” es el “camino al infierno”, o path to Satan. 2

Estas interpretaciones pueden llegar al terreno de lo absurdo cuando se escucha que la inversión fonética de / n ð r w n ba ts ð d st/ —el coro

2 Las supuestas líneas inversas de la canción dirían: “Oh here’s to my sweet Satan. The one whose little path would make me sad, whose power is Satan. He will give those with him six six six. There was a little tool shed where he made us suffer, sad Satan”.

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aman
•da
Mutuamente
enamoramientos

de “Another One Bites the Dust”, canción de Queen—, es decir /ts ð st ab n w r ð n /, es equivalente a / ts f n tu smo k m r w n /, o “it’s fun to smoke marihuana”. El backmasking, como técnica de grabación, es un acto deliberado de esconder un mensaje —no necesariamente satánico u ocultista— que será descifrado si se reproduce el audio al revés. No toda inversión fonética o phonetic reversal es un “backmasking”; en todo caso, la mayoría de supuestos mensajes encontrados no son más que meras coincidencias en las que una secuencia de fonemas invertidos suena bastante similar a la articulación de otra frase. Esto es cuestionable, pues se han realizado experimentos en los que se pide a un par de sujetos identificar el mensaje oculto en una canción, con la particularidad de que uno sabe lo que debe encontrar y el otro no; desde luego, aquel que lee los subtítulos o al que le han proporcionado las descripciones del mensaje es el primero en percibirlo, lo cual podría significar que no hay una verdad ‘objetiva’ escondida.

Sin embargo, hay grupos de personas que creen en esto. En concreto, David John Oates ha fundado una compañía llamada Reverse Speech que se dedica a encontrar esa verdad intrínseca oculta en el revés del discurso humano. El problema con las investigaciones de Oates es que presenta su proyecto como si se tratara de la verdad última, la respuesta definitiva y objetiva de la psique humana, a pesar de que sus postulados carecen de una base científica sólida. En su sitio web detalla lo siguiente:

The applications of this discovery are exciting. On the surface level, it can act as a sort of Truth Detector as Reverse Speech will usually correct the inconsistencies of forward speech. If a lie is spoken forwards, the truth may be communicated in reverse. If pertinent facts are left out of forward speech these may also be spoken in reverse. It can reveal hidden motive and agenda and other conscious thought processes. At deeper levels, Reverse Speech can reveal thought patterns that are unconscious, including reasons behind behaviour and disease. This information can be used to greatly enhance the therapeutic and healing processes.3

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3 John Oates, “About Reverse Speech”, https://reversespeech.com/about/, consultado el 1 de
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uuthnhnsaeoeooua ooivntvuuuuuuuuuvuuuruan

Desde hace más de 30 años, Oates y compañía se aprovechan de la misma noción fonética que en su momento calumnió a una buena cantidad de músicos y artistas —aunque muchos otros también se beneficiaron de ella para esconder mensajes—; tanto aquellos que denunciaron el satanismo de expresiones musicales como Oates parten del mismo fundamento: mera intuición. De cualquier forma, el investigador australiano ha obtenido una serie de ganancias económicas a partir de las supuestas aplicaciones de sus postulados intuitivos, en especial con la publicación de libros y la venta de tratamientos terapéuticos. Asimismo, se ha consolidado como una figura pública, al grado de aparecer en varios programas de televisión y lograr convencer —como años atrás lo hizo el backmasking inexistente— a una gran cantidad de seguidores para quienes es suficiente la explicación del mundo mediante el mismo concepto que sirve para crear palíndromos fonéticos.

Ante tales eventos lo ideal sería permanecer escépticos, aunque no por ello hay que despreciar el potencial creativo de la inversión. Ya se aludía a lo que David Lynch había creado a partir de este concepto fonético en su serie televisiva Twin Peaks. Lynch construyó un mundo donde se concilia el tono lúdico del reverso fonético con el aspecto ‘siniestro’ que culturalmente se asocia al backmasking.

En Twin Peaks hay un espacio que es una suerte de antesala a un universo alterno, el Red Room, donde los personajes hablan un dialecto extraño que se percibe como una inversión en la articulación normal de los fonemas. Para conseguirlo, el director estadounidense hizo que los actores pronunciaran sus frases de manera ‘normal’, las grabó e invirtió a fin de que ellos aprendieran de memoria la articulación inversa; el audio final es una inversión de la inversión. Por esa razón hay un toque de ‘extrañamiento’ en los diálogos de los personajes del Red Room, ya que es un backmasking

septiembre de 2021.

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descifrado que se grabó como una secuencia invertida y, así, las frases dialogadas no mantienen la pronunciación exacta por diferencias en la articulación de ciertas consonantes que se escuchan aspiradas cuando en realidad deberían ser oclusivas. Por ejemplo, una línea del personaje de Laura Palmer que se grabó como /r pu:k tneg leh/ y a la inversa debería sonar /hel gent ku:p r/ termina por escucharse /hel r/.

Michael J. Anderson, actor de la serie, demuestra el método que se utilizó para conseguir este efecto en un clip que aparece en la versión DVD de la primera temporada de la serie.4 Además, explica cómo obtener la entonación de interrogación en la inversión fonética. Del mismo modo, esta singularidad fonética de la serie de Lynch ha influido en otros programas televisivos: para acentuar el carácter ‘misterioso’ de Gravity Falls —cuyos mensajes inversos esconden una serie de pistas— o la parodia/homenaje de Twin Peaks que hicieron los creadores de The Simpsons en la segunda parte de “Who Shot Mr. Burns?”, por mencionar algunos ejemplos.

Tal parece que ese matiz siniestro permanece en las inversiones fonéticas, aunque ahora que la tecnología facilita revertir el orden de los fonemas en una secuencia hay más espacio para el análisis y la creación de estos experimentos desde su aspecto lúdico. Aunque se hayan encontrado mensajes y exista toda una organización en torno a lo que el lenguaje verbal oral puede esconder si se escucha al revés, la mayoría de las veces se trata de coincidencias, como la anécdota de aquellos que han descubierto que The Wizard of Oz y The Dark Side of the Moon son obras sincronizadas a las que en conjunto denominan The Dark Side of the Rainbow. Estos experimentos fonéticos —que, por ser ambiguos, necesitan ser interpretados por alguien para que cobren sentido— no dejan de ser una rareza. De cualquier manera, ante todo lo que se ha planteado con base en la noción de disponer a la

4 “Twin Peaks - Man from another Place teaches how to speak in the Red Room”, 25 de abril de 2009, https://www.youtube.com/watch?v=E_q7rZJljKY, consultado el 1 de septiembre de 2021.

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aumentaran chauvinismo MMMMMMaaaa

inversa los fonemas de una secuencia dada, la reacción general recuerda al mensaje que el cómico estadounidense “Weird Al” Yankovic ocultó con toda la intención de ser descubierto al revertir su canción: “Wow, you must have an awful lot of free time on your hands”.

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Sección Académica Reseñas

HABLAR DE LA INDIA: OBSESIONES Y RETRATOS DE UN MUNDO ACOSADO POR TÁBANOS

MARGO GLANTZ, CORONADA DE MOSCAS, SEXTO PISO, MÉXICO, 2012.

eL trabaJo de Margo gLantz, reconocida autora mexicana, se caracteriza por estar impregnado de un tono autofccional que da cabida a diversas tipologías textuales: van desde los testimonios que pasan por las memorias hasta llegar a las confesiones. Coronada de moscas, trabajo publicado en 2012 por la editorial Sexto Piso, es un relato de viajes que enlaza el carácter testimonial con la dimensión literaria. En él, construye la imagen que

anuncia el poema insertado a manera de epígrafe: Ternera acosada por tábanos de la poeta peruana Blanca Varela. Éste preside el texto de Glantz e impregna, de manera impetuosa, la sensación que atraviesa el relato: ser incapaz de comprender con exactitud lo que se mira. El poema describe una fgura, tal vez humana o tal vez animal, obnubilada por el halo de moscas que la rodea.

Glantz, en su calidad de narradora, recurre la mencionada imagen para poder relatar sus tres viajes a la India y así, Coronada de moscas se convierte en el texto en donde la pasión por el viaje se combina con esa imperante necesidad de hablar respecto a la India. Para ello, recurre a la tradición literaria occidental al mencionar a Octavio Paz, a E.M. Forster ––el escritor de origen trinitense-hindú––, a V.S. Naipaul y a casi todos aquellos autores cuya obra refrió al subcontinente alguna vez. Esta cualidad enciclopédica forma parte del estilo de la autora y permite la transición ineludible entre la narración fccional y la descripción objetiva; Coronada de moscas posee una estructura de relato desde una perspectiva factual.

Los tres viajes realizados por Glantz, en diferentes periodos de tiempo, son el hilo conductor del relato debido a que se puntualizan ciudades, regiones, monumentos, templos y lugares de interés específcos en la India. Sin embargo, esto no convierte al texto en un libro de viaje documental pues, dentro de la descripción, se insertan recuerdos y se narran experiencias que aluden a otras latitudes. Espacios, tiempos y realidades diversas convergen para conformar una especie de fcción realista que linda con la crónica literaria y el diario de viajes.

Las anécdotas se detallan de forma fragmentada en un inicio, la voz de la narradora advierte su obsesión y necesidad por contarnos su experiencia. Casi de manera automática, recurre a un dato cultural respecto de la religión brahmánica para después retomar su testimonio: “En el lapso de cinco

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OBSESIONES Y RETRATOS

años transcurrido entre mis tres viajes a ese país, aún lo aparentemente banal se ve distinto a simple vista”. Las intervenciones descriptivas parecen ser caóticas, pero, de manera intermitente, se van planteando imágenes que van desde la Ciudad de México y Nueva Delhi hasta París, Rajastán, Londres y Bombay.

A pesar de tener una estructura poco convencional, que más bien remite a escenas o episodios fragmentados de anécdotas y experiencias vividas, hay elementos que proporcionan continuidad a la obra, además de temáticas que amplían su sentido y le otorgan cualidad eminentemente poética. Una de las temáticas más importantes es el viaje en esencia comprendido por Glantz como un transitar constante entre la multiplicidad de matices que ofrece la vida, como una travesía de la memoria. A partir de éste, se cuenta la historia y se organiza el anecdotario que confgurará los pensamientos e ideas que permiten un recorrido simbólico a través de la vastedad cultural que supone la India y su vínculo con occidente. Esto, a su vez, permite que el trayecto mismo cobre sentido; es decir, las muchas historias que se cuentan, la infnidad de datos y referencias culturales (aparentemente colocadas al azar) dan forma a una idea del acontecimiento. Glantz refere a una narración de la experiencia en el sentido más profundo, que alude Marcel Proust, como un aprendizaje constante y una renovación necesaria. En este sentido, lo vivencial se entiende como algo que involucra una refexión de lo acontecido y una transferencia de la conclusión particular a algo más general. En el caso especial de Coronada de moscas, el viaje a India y la posibilidad de refexionar alrededor de éste a través del ejercicio de memoria, permite discernir una posición respecto a temas universales. Tales como la importancia de las prácticas religiosas, la diversidad cultural, el lugar en el que se habita y los vínculos ideológicos que existen en el mundo, son exponentes en el texto de Glantz.

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La India, como bien podemos deducir, es el tema central del texto y la manera de abordarlo es la más propicia. En pimer lugar, para ejemplifcar mi punto, la narradora se pregunta por qué hablar de la India: “Sin pensarlo dos veces, de manera automática, vuelvo a las vacas, las de siempre, las que, como es sabido, abundan en el subcontinente asiático”. En este caso, la imagen de las vacas es perfecta para describir la complejidad de este país y Glantz sabe retomarla con maestría. En otras palabras, para la autora aquellos animales que deambulan por ciudades y pueblos impasibles al ritmo acelerado de la vida y que al tiempo forman parte de la dinámica social, son ejemplo claro de la particularidad del lugar.

Así, las posibilidades de interpretación se vuelven el pilar de la experiencia del viaje, es decir, observar de cerca las prácticas religiosas, por ejemplo, no supone lo mismo que poseer la información concreta de los aspectos que la diferencian. Este es un argumento que Margo Glantz apuntala como esencia de su trabajo: los datos precisos no se desdeñan, las citas textuales y las referencias de toda índole no están peleadas con la subjetividad de una mirada. Por ello, el relato de la autora aborda y abunda en acercamientos de toda índole: las identidades y posturas ideológicas, defensores de la doctrina maoísta y de múltiples partidos políticos que conviven en el mismo espacio, por nombrar algunos.1

Finalmente, como le es inherente, Margo Glantz no se limita a la fascinación positiva, sino que también alude a cosas que la perturban. Algunos de sus motivos son recurrentes a lo largo de la obra, éstos le sirven para explicar y comprender el abanico de imágenes que se despliega ante sus ojos. Así, por ejemplo, el polvo, la suciedad, el tiempo, los olores,

1 Otro elemento que fascina del texto de Glantz es su genuino interés por los ritos y costumbres asociadas a la religión, la superstición y el pensamiento mítico reproducido en expresiones artísticas; la enorme diversidad gastronómica enriquecida por siglos de intercambios y sinergias con distintas culturas; así como las formas fascinantes en las que se manifesta la cultura popular, la manera de vestir, la música, la danza, el cine y el performance.

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las especias, los colores, la literatura y las vacas confguran la imagen total de su relato. Desconocer qué es lo que mira y no desistir de mirarlo por esta simple condición es el conficto principal de este trabajo que explora, a través de una mirada caleidoscópica, el transcurrir de la vida en India.

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MI PATRIA, LA MUERTE

SARA URIBE, ANTÍGONA GONZÁLEZ, OAXACA, MÉXICO, SUR EDICIONES, 2012.

Mi patria, eL coMaLa de ruLfo, el San Fernando de Sara Uribe, el pueblo de muertos para ambos, dónde llegamos buscando a alguien, tal vez un cuerpo, un familiar o simplemente un recuerdo y terminamos dándonos cuenta de que nosotros también estamos muertos. Muertos de angustia, de vivir así, consumidos por la impunidad y la violencia. ¿Cuántos Pedro Páramo se acumulan en el país? Malhechores desgraciados que se rigen bajo su propia ley, ¿cuántos Tadeos se siguen sumando a su lista de víctimas bajo la complacencia del Estado?

En el poemario titulado Antígona González (2012), la queretana Sara Uribe (1978) no sólo hereda la tradición rulfana, sino que también retrata un mundo que se ha sintetizado con la obra del escritor jalisciense. En 1955, Rulfo inmortalizó el comienzo de su novela de la siguiente forma: “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro

Páramo”.1 En 2012, Uribe reitera ese viaje que, como mexicanos, seguimos haciendo: “Vine a San Fernando a buscarte, Tadeo. Vine a ver si alguno de estos cuerpos es el tuyo”.2 La escritora asimila la herencia de la muerte que, desde 1955, Rulfo ensayaba como fcción, pero que con el paso del tiempo se ha convertido en la realidad de un país que hasta la fecha sigue azotado por la violencia.

El poemario de Sara Uribe narra la búsqueda de Antígona González, mujer tamaulipeca que busca el cuerpo de su hermano Tadeo, a quien asume muerto y víctima del crimen organizado. Si bien el calvario de Antígona es el hilo conductor que le da unidad al poemario, la obra está compuesta por una polifonía de voces que se integran y se interponen una tras otra a lo largo del texto. Esto, con la fnalidad de exponer que el caso de Tadeo no es el único, ni es poco común. Al contrario, la muerte y las desapariciones forzadas son la constante que, por años, ha ido aumentando en un país que se trasluce impune.

Las voces o fragmentos que aparecen provienen de la apropiación, intervención y reescritura de notas de prensa, testimonios de familiares de víctimas, de colectivos dedicados a la búsqueda de desaparecidos en México, de blogs de activistas que dan apoyo y seguimiento a casos de violencia y desaparición, textos académicos, poemarios, piezas de teatro y de teoría referente al mito clásico de Antígona. Todas las voces confuyen y se conectan, todos los fragmentos crean un testimonio colectivo que busca humanizar nuevamente a las víctimas que, por miedo y el efecto de la impunidad, son tratados como cifras o reportes que poco a poco los han despojados de su nombre, de su memoria, de lo que eran y continúan siendo para sus familiares.

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El título de Antígona González no es una elección al azar. El propio texto refeja su importancia aludiendo a la mitología clásica. Retoma la historia de una mujer en busca del cadáver de su hermano y a la que la ley (su tío, gobernante de Tebas) no le permite dar sepultura. Este ritual, particularmente, era de extrema importancia en la Grecia clásica pues se pensaba que esta ceremonia era la que permitía el traslado en paz del alma de los muertos a la otra vida.

En el poemario, además de la referencia clásica, Sara Uribe hace un recuento de todas las reinterpretaciones y tropicalizaciones que la cultura ha hecho del mito clásico de Antígona y que, en su mayoría, se han convertido en una constante histórica que representa la búsqueda de desaparecidos. “No quería ser una Antígona, pero me tocó”3 dice una de las voces poéticas que aparecen durante el relato. El propósito de Antígona González y el de todas las demás Antígonas es: “El descanso de los que buscan y el de los que no han sido encontrados. Quiero nombrar las voces de las historias que ocurren aquí”.4

La escritora no sólo se atiene a retratar la violencia y el doloroso camino que siguen los familiares en su periplo para dar con los cuerpos de sus seres queridos, sino que también narra su viaje interior; lo desgastante y deshumanizante que es vivir esta procesión a la cual se le suma la impotencia por la impunidad e indiferencia expresada por las autoridades, así como el miedo de involucrarse o molestar al crimen organizado y sufrir las represalias. Además de la pena y el dolor, Uribe añade el peso de la realidad. Antígona González debe continuar con su vida, debe seguir trabajando, atendiendo alumnos, asistiendo a juntas, seguir adelante, a pesar de ya no sentirse dueña de ella, rebasada por todas las circunstancias que la han consumido.

Yo también estoy desapareciendo, Tadeo. / Y todos aquí, si tu cuerpo, si los cuerpos de los nuestros. / Todos aquí iremos

MI PATRIA, LA MUERTE 97

desapareciendo si nadie nos busca, si nadie nos nombra. / Todos aquí iremos desapareciendo si nos quedamos inermes sólo viéndonos entre nosotros, viendo cómo desaparecemos uno a uno.5

Verso tras verso, Sara Uribe teje un diálogo polifónico, rico en referencias culturales como las ya mencionadas reinterpretaciones de Antígona. Esto le confere al texto un elemento estético nutrido de diversas tradiciones y fuentes que invita al lector a buscar y descubrir el origen de cada voz que se cita y desaparece. Sin embargo, conforme avanza el poema, la escritora va dejando al lector cada vez más solo, hasta encontrarse de frente con testimonios desgarradores, presentados de golpe y sin ninguna sutileza que disminuya su horror. “¿Fue usted quien declaró muerto al cadáver?

Es lo más difícil que me ha tocado hacer en mi vida”.6 Este encontronazo con una realidad hosca y cruel se asemeja al proceso que viven las mismas Antígonas y que deja al lector embargado por un sentimiento desolador.

El poemario se estructura en tres partes, empezando con “Instrucciones para contar muertos” donde se enuncia el dolor de quien perdió a un familiar. Le sigue “¿Es esto lo que queda de los nuestros?” donde Antígona González evoca la memoria de su hermano y lo funde con una memoria colectiva de seres queridos y recuerdos que de pronto se esfumaron. Cierra con “Esta mañana hay una fla inmensa”, en esta última parte, Uribe borra las distancias entre cada Antígona para fnalizar con la contundencia de los fragmentos individuales recopilados de diferentes testimonios.

Diseñado para presentarse como monólogo bajo el encargo de Sandra Muñoz, actriz y codirectora de la obra estrenada el 29 de abril de 2012 por la compañía A-tar, el texto de Uribe ha logrado trascender fuera de los escenarios. Esto, debido a que además de ser una crítica a la negligencia política y la violencia de México, se ha convertido en un diálogo que conecta al lector

5 Ibid. p. 95

6 Ibid. p. 89

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afectivamente con las víctimas de violencia, así como con sus familiares. Es imposible no salir diferente tras la lectura de Antígona González, a través de sus páginas nos involucramos más y más con estas voces que en el fondo buscan un objetivo humano y colectivo: paz, justicia y una vida digna. La pluma de Sara Uribe se traduce en un concierto de voces que fnaliza con la propia voz del lector. Leer Antígona González es convertirse en una más, en un ente en duelo, en una consciencia en la vigilia de la espera, en la rabia de la impunidad. Nadie sale libre de este libro, nadie se salva de convertirse en uno más, víctima o victimario “vivos estamos porque esta guerra no se acaba: Vivos estamos. Los que no nos hemos ido. Vivos. Aquí”.7

Si no cooperamos, si no nos convertimos en Antígona, ellos van a venir por nosotros, cada vez están más cerca, infltrados en el gobierno, en la ley. Le deja al lector la última palabra, después de un periplo doloroso, le cede el turno al lector, es momento de continuar nuestro viaje, de tomar la batuta. Antígona González se pregunta al fnal “¿Me ayudarás a levantar el cadáver?”,8 esperando que pronto logremos librar esta guerra, esperando que nosotros sí logremos salir vivos de Comala, de San Fernando, de esta patria que se ha convertido en muerte.

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7 Ibid. p. 37 8 Ibid. p. 101

Sección Gráfca

Sobre una cultura visual
Joel Cemí Domínguez Rojas

Black Power

Fabiola Zavala Estrada
Cerros Ximena Gómez
Danya Pinto Fiesta de San Cristobalito
Medina de Fez 1, 2 y 3
Ximena de Gómez
Sección Li t e r a r ia N a rr a t i v a s

WAQRAPUKU

Leonardo Hernández Baumer

se cuMpLían tres seManas de Mi estancia en aquel remoto pueblo andino. No había podido conciliar el sueño durante el tiempo que había transcurrido allí. ¿Se debía a la diferencia de altitud? Francamente no me importaba, los motivos que tenía para estar en esa aldea trascendían mis necesidades fsiológicas. Solamente había escuchado rumores, palabras y frases que en la mayoría de los casos carecían de sentido o de coherencia entre ellas. Pero no podía descartar esa corazonada, especialmente porque estos chismes y cotilleos tenían una constante muy clara: la insólita desaparición de personas en este insignifcante poblado.

Como todo gran reportero, no puedo evitar sentir una atracción casi magnética hacia buenas historias y percibí que esos relatos que había escuchado en la ciudad tenían material para serlo; sin embargo, consideré que lo mejor era ir e indagar por mí mismo. Así que contraté a un piloto de un pequeño avión biplaza para que me llevara hasta este pueblo situado en la cordillera de Los Andes, no muy lejos de la ciudad en donde

vivo. Llegué y comencé a hacer las entrevistas pertinentes con el fn de obtener más información, pero todas y cada una de las personas a las que les hacía preguntas sobre aquel vidrioso tema parecían desconocer por completo de lo que les hablaba. Y así transcurrió casi un mes. Decepción tras decepción, mi estado de ánimo decaía y mi cansancio aumentaba conforme las personas a entrevistar se acababan, puesto que la población total no sobrepasaba los ciento cincuenta habitantes.

Mi esperanza volvió cuando, fnalmente, una amable señora, tras invitarme a tomar una taza caliente de mate de coca bebida que hasta ese momento desconocía , comenzó, angustiada, a platicarme su testimonio. Su hijo, de tan solo nueve años, fguraba entre los desaparecidos. Habían transcurrido dos meses desde la última vez que se le vio. Pude notar cómo esa cálida sonrisa con la que fui recibido se borró del rostro de mi anftriona, como si el fuerte viento que azotaba la cordillera se la hubiese arrebatado, reemplazándola con una mueca de incontenible tristeza. Antes de que se desvaneciera su hijo, a todas horas balbuceaba: “¡mamá, mamá!

¿No escuchas los cuernos? ¡Es taki kapchiy! ¡Viene del volcán!”. No paraba de parlotear acerca de la melodía proveniente de… ¿Unos cuernos? ¿Taki kapchiy? Al ver mi expresión de total incertidumbre, me explicó que ese par de palabras es la forma de explicar el concepto de música en quechua, idioma de la región. Agregó que ella creía que cuando su pequeño hablaba de “cuernos”, se refería a los instrumentos musicales hechos con los cuernos de los vacunos de nombre waqrapuku. Pero ella en ningún momento había escuchado nada. Ni siquiera cuando su hijo frenéticamente le imploraba al mundo entero que pararan esa melodía. Que en tus oídos resuene sin cesar algo que no quieres escuchar y que nadie más oye puede poner fúrico a cualquiera. Relató que sentía una impotente rabia hacia la comunidad por ignorar las desapariciones. Su hijo se había esfumado de noche sin hacer

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ruido alguno, por lo que la señora no se percató sino hasta la mañana siguiente. Comenzó entonces a llorar.

Después de consolarla, me dijo que su hijo no fue la primera persona desaparecida, ni tampoco ha sido la última. No obstante, el niño había sido el único habitante en decir que escuchaba los cuernos. Seguramente esto lo expresaba sin miedo alguno debido a la inocencia que un niño posee; no temía a ser acusado de loco por nadie por tener alucinaciones auditivas. Pero los adultos sí tenían ese gran temor. Lo más probable es que esa era la razón por la cual ningún desaparecido dijo nada sobre esto antes de desvanecerse, refexioné.

Agradecí a la señora por la confanza y la hospitalidad mientras partía hacia la casa en donde me hospedaba. Ya era de noche, y no podía ver nada a cinco metros al frente de mí debido a la densa neblina. La luz de la luna me estaba ayudando, gracias a que penetraba en aquella densa masa nubosa, alumbrando el sendero que tenía que recorrer. A pesar de que era una noche pacífca, mi mente no paraba de pensar en todo lo que la señora me contó. ¿Cómo era posible que su hijo haya escuchado cosas que su madre no? ¿Cómo es posible que personas se esfumen sin dejar rastro y sin la existencia de algún testimonio en una comunidad tan unida? ¿Si alguien escuchaba la melodía signifcaba que esa persona desaparecería? ¿Por qué nadie quería hablar de eso? Las dudas taladraban mi cabeza, clavándose en ella sin intenciones de salir porque no tenían respuesta. No podía entender la situación, no podía entenderla… hasta que escuché.

A lo lejos, resonaba una intrigante canción. Eran instrumentos de viento, sí. Ese conjunto de sonidos provocó en mí una desenfrenada curiosidad, cual pez atrapado en un anzuelo, ignorante de lo que le depara. Giré mi cuerpo ansiosamente para que mis oídos ubicaran de dónde provenían esos hermosos sonidos, y me percaté de que venían de un sendero adyacente al

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que me encontraba. Caminé entonces hacia allá. Con cada paso que daba, la intensidad de esa atrapante melodía aumentaba, colándose en mi mente, drenando los pensamientos que albergaban en ella, dejando únicamente la sofocante necesidad de llegar al origen de tan bellos sonidos. ¿Qué me estaba pasando? Crecía en mí un deseo tan animal que mi capacidad de razonar lo que sucedía a mi alrededor fue superada abismalmente por esas viscerales ganas de ver quién —o qué— generaba la canción. La neblina aún seguía bloqueándome la vista, por lo que deposité enteramente mi confanza en mis oídos.

Seguí moviéndome hacia donde yo pensé que se originaba la música, pero no me sentía cerca de mi destino. ¿Cuánto tiempo llevaba caminando?

La luz de la luna ya no era sufciente para saber en dónde pisaba, por lo que no tenía manera de saber si caminaba hacia un barranco. Cada paso que daba era el ejemplo perfecto de un salto de fe.

Mis piernas estaban ensangrentadas y adoloridas por los múltiples golpes que me daba con las rocas. Me sentía borracho; la música estaba nublando demasiado mi cabeza. Mis párpados se sentían pesados. El sudor frío recorría mi espalda y sentía cómo mis huesos crujían. Pero no podía dejar de moverme. Algo más grande, más imponente que mi insignifcante cuerpo me esperaba. Dentro de mí, mi alma era lo que me mantenía desplazándome. Tristemente estaba encasillada en este saco de huesos que no le permitía llegar más rápido al origen de la melodía. Era una batalla de mente y alma contra carne y hueso.

Tras tropezarme con lo que mi tobillo sintió como una raíz de árbol, me di cuenta de que, en la cima de un montículo de tierra, aproximadamente a unos trescientos metros de mí, se encontraba la fuente de lo que estaba buscando con tanta desesperación. Jadeante, aumenté la velocidad con la que me desplazaba. De la punta emanaba una luz rojiza, y con ella, calor.

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Comencé a trepar. La canción comenzaba a tomar un tono más siniestro, más tétrico. Aun así, parecía ser interpretada por un ser divino debido a la preciosidad con la que cada nota era ejecutada. Conforme subía, el sutil claro de la luna se veía eclipsado por la intensidad del rojo vivo proveniente de la cima de la montaña. Podía sentir mi sangre borbotear y mis músculos acalambrarse por el esfuerzo, por el aumento de temperatura y la falta de agua en el aire. Cuando faltaban menos de cincuenta metros, mis ojos comenzaron a ponerse llorosos. El camino hacia arriba solamente era guiado por aquella luz y por la hermosa melodía. Las palabras para describir lo que escuchaba en ese momento no existen en cualquier idioma. Estoy casi seguro de que perdí un dedo por una piedra muy aflada al trepar. Mi percepción de la realidad estaba tan distorsionada que no sentí dolor, como si un cabello se hubiera desprendido de mi cabeza. No entendía qué me pasaba. Me estaba comportando como un vil perro siguiendo un rastro. No podía controlar más mi quijada, estaba casi totalmente abierta. Mi boca comenzó a salivar intensamente, escurriendo gotas gordas de saliva espesa hacia cada roca que escalaba, evaporándose demasiado rápido por el calor infernal. Mi cuerpo se quemaba. Mi cuerpo deseaba quemarse.

Al llegar a la cima, me encontré con la sorpresa de que la fuente de luz era en realidad magma borboteando en la chimenea del volcán en donde me encontraba. Pero eso no era importante. Nada del mundo natural era importante. La etérea canción se había apoderado de mí. A pesar de sentir cómo mi alma deseaba abandonar su prisión carnal y ascender, mi conciencia aún no estaba satisfecha. Necesitaba conocer la procedencia de la tonada que estaba volviéndome loco. Asomé mi cabeza hacia el cráter y, tras batallar un par de segundos con la cegadora luz y el abrumante calor, vi a los desaparecidos brillando como el sol, invitándome a acompañarlos, invitándome a resplandecer. Sentí la perfección recorriendo mi cuerpo.

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De todas nuestras bocas enteramente abiertas salió, en forma de magma amarillo, con ojos más negros que el espacio, una deidad olvidada de nombre Tunupa. Se materializó en el centro del volcán, ascendió y se quedó fotando majestuosamente frente a mí. Mi boca y la de los seres de luz que en su momento fueron humanos permanecían abiertas, conectándose al cuerpo de esa presencia divina por medio de un haz de fuego, como cables alimentando a un aparato. Entendí que yo había sido elegido por él, y él me había honrado con su canción. Su fulgurante boca se abrió, dándome la bienvenida. Salté, viendo cómo mi fresco cadáver caía hacia el hambriento volcán, mientras que yo me convertí en un ser de luz, sirviendo eternamente a Tunupa; tocando en un waqrapuku La Melodía que el próximo elegido escuchará.

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EN MI MENTE LA REVOLUCIÓN YA OCURRIÓ

Las pieles moviéndose tan libremente me hacen creer que la revolución ya se concretó.

Me dirijo al baño, aunque no lo necesito. Por aburrimiento, por unas líneas, por una plática mientras me formo. La chica enfrente de mí en la fla me cuenta de la última vez que vino aquí y cómo se peleó con todos sus amigos. Me gustan su nariz y sus aretes. Me gusta que me cuente cosas que no le importan a nadie. Es el lugar lo que la empuja a seguir hablando: decenas de personas bailando, hablando, buscando adrenalina, drogándose, robando aire, besándose... Mucho humo, mucho ruido, todo es muy íntimo cuando hay mucha gente.

caMino Lento entre caras y cuerpos que nunca había Visto.

Me encanta esa canción, aunque me recuerda cuando tenía seis años. Ya estoy en el cubículo, me senté en el escusado.

Raúl encerrado en un corazón, ACAB, Mariana te amo: todos escritos en la puerta del baño con plumón negro. Irónicamente, pienso que no te quise lo sufciente porque nunca escribí tu nombre en la pared de un baño en algún antro en el centro de la ciudad. Es más fácil pensarte así.

Sigue sonando esa canción.

Creo que me gusta porque decoré con tonos de rosa mis recuerdos de niña: muñecas; helado de menta con chocolate; tierra entre mis uñas; papá, me golpeaste en la espinilla; una playa y yo corriendo; mis amigos en la escuela; regalos en diciembre; primo, me violaste y no te acuerdas; dulces; ropa calientita; caricaturas a las seis de la tarde; papá, mira te hice una carta aunque nunca las lees; destellos; aprender a escribir; sopa de verduras que nunca me gustó; mamá, me tocaron; leche caliente; un baño con juguetes.

Salgo del baño, no me lavo las manos. Mejor me voy de aquí.

Es tarde de madrugada y camino por las calles del centro de la Ciudad de México, por primera vez no tengo miedo. Vuelvo a recordar mi infancia y en mi mente me defendí de todos ellos. En mi mente estoy caminando segura. En mi mente las pieles son más libres que nunca. En mi mente la revolución ya ocurrió.

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CUARTO OSCURO

Carmen Macedo Odilón

“estás Loca, yo no sé qué piensa la gente de tu edad… Lo hubieras tenido y me lo dabas… Yo no te eduqué así. ¿Y luego qué?, ¿estabas abierta de patas en la mesa de un cuarto oscuro, desangrándote y nosotros, tu familia, sin saber? ¿Qué tal si te hubieras muerto?... Estás loca, bien pinche loca…”

Dijo tu madre, quien repudia lo que hiciste, Alejandra. Luego te advirtió callar porque “así” ya nadie te iba a querer.

¿Preguntó si te dolió? ¿Si le contaste “al padre” o si ya te repusiste? No, Alejandra, no te tuvo compasión porque tú misma no se la tuviste a “tu hijo”.

¿Cómo duermes por las noches, Alejandra? ¿Sigues pensando en la culpa?, ¿recreando todo de nuevo?

La especulación, después las náuseas matutinas que fueron la última irregularidad de tus ciclos anacrónicos. La duda, luego la prueba de embarazo, luego otra porque mojaste mucho la primera y pensaste que lo habías arruinado, fnalmente la digital. Entonces… la negación.

¿Pasaste muchas noches en vela, Alejandra? ¿Te dieron miedo las semanas que podrías tener de embarazo? ¿Qué hiciste luego de saber que esperabas un hijo?

En tu cuarto, después de medianoche, con el celular bajo las cobijas, buscaste si ya tenía corazón en el día uno o hasta la semana ocho, u once porque los “expertos” en las redes sociales no se ponían de acuerdo. Que si siente o no, que si habla o no...

¿Y tú qué querías hacer, Alejandra? ¿Por qué no se lo dijiste a nadie?, ¿tanto miedo tenías?

Decidiste no seguir. ¿Buscaste la clínica en internet o la viste en la calle?, ¿llamaste a pedir informes o fue una cita a ciegas?, ¿acudiste sola?, ¿y ese religioso de la puerta que te pidió no tomar el camino del asesinato? Recuerdas haber querido quitarle su pancarta, hacerla pedazos y obligarlo a tragarse cada uno de ellos. Sin embargo, entraste a la clínica, Alejandra, más convencida que antes.

¿Estuvo frío el gel que te pusieron en el vientre? ¿Viste al bebé en el ultrasonido? A las ocho semanas, lo más que distinguiste fue una mancha que no se parecía a lo del internet: ni dedos, manos, cabeza o “épale mi piernita”.

¿Te abriste de piernas y te metieron un gancho? o ¿te rasparon?, ¿hubo mucha sangre, Alejandra? Te dieron el medicamento y fuiste a casa con las indicaciones, el seguimiento y número de emergencia.

¿Lloraste, Alejandra? No, pero te dio la impresión de que todos te miraban y aquel religioso seguía pidiendo por ti. ¿Agachaste la cabeza? No. Tuviste antojo de una nieve y la comiste antes de lo demás.

¿Gritaste, Alejandra? ¿Nadie preguntó por qué te encerraste a media tarde en un cuarto oscuro? ¿Te retorciste por los fuertes cólicos? ¿Sangraste? Sí, mucho, hasta que lo expulsaste. ¿Viste con detenimiento a tu hijo? Nunca lo llamaste así, era una cosita babosa del tamaño de una uva.

¿Cómo dormiste, si dormiste, esa noche, Alejandra? Tranquila, porque

SECCIÓN LITERARIA 118

todo había acabado.

¿Por qué le contaste a tu madre?, ¿creíste que ella lo entendería?, ¿que haría a un lado su devoción y los preceptos de su dios imaginario para abrazar a su hija? ¡Ay, Alejandra, hasta parece que no la conoces!

¿Te arrepientes de no haber pausado tu residencia escolar, ni haber tenido un hijo que no querías por fallo del método, Alejandra? ¿Lamentas no haberle contado a “aquel”? No, no y no

¿Te cuento algo, Alejandra? Yo no me arrepiento de nada y tal vez no te lo dices muy seguido, pero te quiero y te admiro a diario, cada vez que te observas al espejo.

CUARTO OSCURO 119

LA GRAN BELLEZA

aMaba eL arte, la belleza de lo inesperado, el dolor agridulce que sacudía su alma cada vez que se topaba con algo extraordinario. Adoraba cómo los colores se complementaban sin fundirse en los grandes lienzos de Rothko, la simplicidad impecable de Warhol, la feminidad transgresora de las Guerrilla Girls. Disfrutaba tanto el sencillo placer de mirar un buen cuadro que, antes de cumplir los veinte años, ya había cruzado los siete mares y atravesado los cinco continentes con el propósito de encontrar la gran belleza en uno de ellos.

En su búsqueda de la gran belleza, aquel hombre de cabellos ahora cada vez más ralos había recorrido palacios venecianos, catedrales renacentistas, galerías británicas y un par de tugurios de escasa reputación en Argentina. Había sido asaltado en Praga e investigado por las autoridades en Bolivia. Violó la ley en tres ocasiones y pisó la cárcel en dos. La primera de ellas fue en 1992, cuando, fngiendo ser parte del cortejo de una rica heredera norteamericana, se coló a su festa de compromiso en el Upper West Side; fue

detenido mientras allanaba el despacho de su padre, donde se encontraba Woman III de Willem de Kooning. Los detalles de su segundo arresto son imposibles de rastrear. Sobornó a dos pequeños diarios para que no publicaran información al respecto. Los detalles son desconocidos, pero se rumora que involucró a una pareja de ancianos, una caja de chocolates y un chalet en la campiña francesa.

Su obsesión por encontrar la gran belleza lo llevó en 1984 a abandonar la Universidad de Bologna y recorrer Europa. Vislumbró un destello de ella en el autorretrato de Rembrandt de 1669 y acarició la esquina de su manto multicolor en el Musée de l’Orangerie. Encontró el eco de su sonrisa en el Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central de Rivera y la comisura de sus labios en el Hombre de Vitruvio de Leonardo. Halló retazos de su cuerpo y su alma en las obras maestras del mundo. Sin embargo, la totalidad de su fgura siempre se desvanecía antes de que pudiera alcanzarla.

Con la esperanza de conocerla, en 1996 volvió a las andadas y se coló en la festa de cumpleaños de una duquesa. Esa fue su primera aparición en los periódicos: Jean Andrea, uno de los hombres más acaudalados del mundo, descendiente de un armador norteamericano y una aristócrata argentina, fue confundido con un simple ladrón de arte. Pasó diez días en prisión antes de ser liberado. Sin embargo, la experiencia no lo curó de hacer otro intento desesperado. Veintitrés días después se encontraba en el bautizo del tataranieto de Winston Churchill. Juró llevar a la tumba el secreto de cómo entró al Palacio de Blenheim sin invitación.

Aunque es difícil rastrear sus huellas, entre 1992 y 2001 fue visto en la subasta de tres condes venidos a menos y trabajó como comprador personal de dos mafosos italianos. También usó sus conocimientos del proceso de decaimiento de carbono catorce para laborar en el departamento de curaduría del Victoria and Albert Museum. En 1994, durante tres semanas

LA GRAN BELLEZA 121

fue restaurador del magnate francés Francois Pinault. No obstante, todo ello fue en vano. En su cumpleaños número treinta y siete comprobó que la gran belleza no habitaba en los principales museos del mundo ni en las colecciones privadas más ostentosas del orbe.

Desesperado por hallarla, en 2007 lloró de felicidad al recibir una llamada de Grégoire Breñislao, uno de los más prestigiosos expertos en arte contemporáneo del mundo. Se compró un nuevo traje de lino, se alisó el cabello y reservó el primer billete de avión que encontró a Australia. Viajó durante más de veinte horas ininterrumpidas. En medio de la emoción del momento, olvidó revisar la ubicación de su asiento. Primera clase no era lo mismo entre los cuatro hijos llorones de un millonario saudí y las innumerables peleas entre sus tres esposas.

Al llegar, contempló el cuadro durante quince segundos. Fue sufciente. No solamente era un Modigliani falso, sino una imitación muy pobremente ejecutada. A la frma con el nombre del pintor le sobraba una ene. Nada lo consoló de esa pena. Envió a Breñislao a la cárcel y terminó con su carrera, pero no obtuvo ninguna satisfacción. En vano leyó los detalles de su truculento suicidio. Nada fue sufciente. Ni siquiera las tres becas que fundó, ni el taller de grabado que organizó meses después. La gran belleza tampoco se encontraba en la mente de los más jóvenes y prometedores artistas. Ni siquiera toda su fortuna podía pagar para que otros la produjeran.

Después de unos cuantos millones menos y un par de decepciones adicionales en Grecia y Sudáfrica, decidió darse por vencido. Las arrugas comenzaban a aparecer y la papada a colgar. Ya no tenía la fuerza necesaria para correr por el planeta, ni el valor sufciente para sobrevivir a otro desengaño. Fue en una fría mañana del otoño del 2016, mientras pasaba cuenta por cada una de sus correrías, cuando se permitió, por primera y última vez en la vida, sentir algo de lástima por sí mismo.

SECCIÓN LITERARA 122

Él, Jean Andrea Ellison, descendiente de aristócratas y arribistas, había nacido para ser uno de los más extraordinarios empresarios del mundo, para destruir a sus enemigos y dar golpes espectaculares en la bolsa. En balde había hecho una licenciatura en Oxford y aprendido a tocar el piano. Inútilmente hablaba griego, tengwar y latín. Había desperdiciado los privilegios de su cuna, dilapidado de paso una de las mayores fortunas de la historia. Ni siquiera había disfrutado de los placeres del hombre común. Nunca se casó o tuvo hijos. Tampoco pasó sufciente tiempo con su único hermano, quien había muerto quince años atrás de cáncer. Había gastado su vida en un anhelo estúpido e imposible, y ahora, cuando su tiempo en esta tierra tocaba a su fn, por primera vez se daba cuenta. Así es que, amargado y desengañado, gastó los últimos millones de su otrora principesca fortuna y se dispuso a esperar la muerte.

En ese contexto de desolación, una mañana solitaria de la última primavera, por fn se produjo el milagro. Irritado por el clima y el exceso de mosquitos, Jean Andrea se adentró en una de las tantas paleterías de Matoyianni y pidió un sencillo cono de vainilla. Estaba lamiendo la esquina inferior derecha cuando, de repente, la miró. Una risa iluminó su rostro. Ahí estaba, frente a él, casi retándolo con esas cejas interrogadoras. Era una mujer voluptuosa, de labios carnosos y ojos grandes. Una hermosa mulata de ojos verdes. «Desde luego es una mujer de sangre caliente», pensó, «sólo una mujer tan temperamental podría haberme hecho esperar tanto».

Qué pasó después es objeto de especulaciones. Nadie volvió a ver jamás a Jean Andrea. Algunos dicen que compró el cuadro y en un ataque de celos lo destruyó para que nadie volviese a mirarlo nunca más; otros que vive recluido con él en su villa blanca junto al mar. Sin embargo, los románticos como yo, aquellos que aman hasta en el silencio más insoportable, aún albergan la esperanza de que ella haya salido del cuadro para tomarlo de la mano y llevarlo a recorrer su mundo.

LA GRAN BELLEZA 123

AFGHAN POLANCO

Sebastián Hérnandez Díaz

eL cieLo es rosa, LLueVe. Samir fuma en el porche del hotel. Nos habla de Kabul. Vas caminando… Truena una ráfaga gutural que simula a los talibanes. Apunta a un charco. Not ra-in: blut. Forty people. In ten seconds. La ráfaga de nuevo. Limpia sus lentes de las chispas. If this is life, then what is death?

La mirada de los musulmanes que vivieron cuarenta años en guerra es como el Pozo de Yusuf. Es la mirada de una sabiduría oscura, turbia, tácita e inconfesable. Tras ella, su hija se resbala nuevamente a punto de abordar el avión militar. Su esposa galopa, el pequeño tropieza. En el piso, Samir les protege. Saca su teléfono. Nos muestra las marcas del látigo talibán en sus espaldas. Como a todos, les arrebatan su equipaje. Se preparan para tres días de vuelo casi ininterrumpidos. Aterrizan y comen algo en países que ni siquiera recuerdan. Jamil se nos une. Aquí, los hombres rondan el hotel entre las doce y las cuatro de la madrugada. Por unos días, para los migrantes, no existe la noche ni el día.

Les gusta el clima. Aparte de eso, todo les recuerda que no están en casa. Nadir pregunta en un McDonald’s si tienen hamburguesas jalal. Sus habitaciones están repletas de comida. Casi todo se desperdicia.

El pan árabe no les gustó. Les brotó moho. Dejamos de comprarlo. Por algunos días, aceptaron pan Bimbo. Recorrí los Superama, luego las panaderías artesanales de Polanco. Chapata con especias, focaccia, pan trenzado, baguettes con semillas, pan vienés, otra vez blanco. Todo se fue acumulando en el departamento de Mateen, el único que ha vivido en Estados Unidos: viste polos Hilfger y su hermana no utiliza hiyab sino una hoodie de Friends. Volví una noche con pitas Libanius. “No hay nada más, lo siento”. Era el mismo pan que rechazaron antes que los otros diez tipos, pero esta vez “les encantó”.

Para sobrevivir, los refugiados están obligados a realizar este tipo de recortes en sus vidas. Gustos, preferencias y deseos. Toda decisión es secundaria porque es interina. Fahruk está tranquilo porque esta aún no es su nueva vida. “México es un limbo”. Todo migrante se ha acostumbrado al limbo antes de partir.

Cuando parten, los departamentos son campos minados por carritos, cuadernos coloreados, legos, listones, zapatillas sin par, hiyabs sobre las toallas, ghars tendidos en la cama, cápsulas de miel y mermelada afgana en que basaron su alimentación durante una semana. Lo más cercano a la comida jalal es el cordero y el pollo kosher que conseguimos frente a Antara. Aunque descubrimos a uno que otro joven recibiendo pizzas Domino’s en la entrada del hotel. Hasta que los llevamos a un pequeño supermercado hindú donde se sintieron como en yanna entre costales de arroz Basmati de los Himalayas, harina Aashirvaad y especias Shan.

El rooftop también fue su paraíso la tarde que Mehdi, el músico persa, vino. Las canciones sonaban a pradera y guerra, lamento y convocatoria. Era 15 de septiembre. Los niños probaron sopes y quesadillas. Los regresaron mordidos a la mesa: manana! Sólo se acabaron los pambazos porque tienen papa, kochalo.

AFGHAN POLANCO 125

Para celebrar, las jóvenes usaron velos blancos, casi transparentes. Se pintaron la boca con agua de jamaica. El señor Ahmani preparó una revuelta: “Nuestras esposas no se sentirán cómodas aquí con todos. Es mejor que escuchemos música mientras jugamos cartas y luego suban ellas cuando ya no estemos. El Corán dice que la convivencia corrompe la esencia de cada género.”

En realidad, este es un discurso minoritario. Hay una revolución entre las mujeres con la cual los jóvenes no tienen el mínimo problema. ¡Sólo están saliendo los hombres! ¡Queremos cultura, arte, ver la ciudad, conocer lo que bordan las mujeres aquí! ¡Queremos usar el gimnasio! Las abayas no impiden que jueguen fútbol, Twister o salerito en el parque. Exigieron una escuela de diez a una para descansar de sus hijos. Organizaron su propio ladies club para leer poesía con Ghazal. Cuando se quedan solas con Diana y Valeria —a quienes ahora consideran abuela y hermana—, las afganas hacen más estruendo que las mexicanas. Su alboroto es jovial y es inocente. Han incorporado Los Ángeles Azules a sus playlists en Spotify. Porque ¡sí, señor! las mujeres afganas utilizan Spotify como usted.

Sólo en estas conversaciones más cálidas hemos descubierto quiénes están detrás de los nombres en la lista. Los Sultan descienden del fundador del país. Tenían prohibido trabajar. El gobierno les mantenía como a una nobleza. Cuando Abbas me contó que trabajaba en un banco, fue tan modesto para no decir que su puesto era propietario. Tenemos a Mansur, el Chicharito Hernández afgano. No comprende la etiqueta de fútbol en el parque mexicano. Cada vez que tiene la pelota, suelta trallazos que su hijo tiene que ir a buscar al otro lado de la calle. Aaqila viene cada tarde a mostrarnos fotos de las cirugías que solía dirigir. Quiere estudiar ultrasonido y regresar a su país para ayudar a mujeres del campo sin cobrar.

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Hadeeqa, Hamasa, Husna, Guizar. Los primeros días, las hermanas cubrían su pelo y agachaban la cabeza. Qadir detenía la puerta y pedía a su madre esconderlas en una habitación cuando llevábamos comida. Ahora, se han quitado el velo, nos sientan para comer y beber té, para aprender español y enseñarnos pashto. Si he aprendido a distinguir étnicamente a las familias, ha sido por las diferencias en la belleza de sus hijas.

Por las noches, sobre una preciosa sejjadah, Ubaidallah nos instruye en los 99 nombres de Dios y los surahs del Corán. Bebemos jarras de chai afgano con kajoor, un pan dulce que aprendieron a hornear sobre el comal.

Qué poco puedo decir sobre ellos y ellas todavía. No hay razón para que este texto sea trágico. Todos conocemos su tragedia. Nos dicen que el problema de Occidente es que cargamos el estrés en nuestra mente. Ellos lo liberan hacia el cielo con plegarias.

Lo tienen más claro que nadie: son los salvados por Allah.

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AGÜERO DE TAPATILANDIA

hueLe a tierra MoJada. Se nos hace agua la boca por un café, un chocolate o ya de plano un tequila para agarrar calor y valor por lo demás. Es de esa lluvia que juega con los nervios y anuncia desgracias que ella misma no cree. Algunos andan con paraguas y otros se cubren la cabeza con el suéter que traían en la mochila desde aquel invierno surreal de 1997. Hay quienes enfrentan y desafían al chubasco vigilante actuando como si nada sucediera. La tierra de las obras en construcción, desde 2014, ahora es lodo y mancha los zapatos de trabajadores uniformados para sentarse frente a un monitor durante la jornada diaria de 12 horas ––la esclavitud del siglo XXI.

El transporte público se sofoca de sudores vaporosos por andar aprisa con un ojo en los baches del pavimento y otro en nuestras pertenencias.

La ciudad ya no es lo mismo, caminamos en un estado permanente de alerta y si no nos asaltan, la lluvia nos empapa y obliga a ducharnos con agua gélida al llegar a casa porque el sueldo ya no alcanza ni para el gas. Los vendedores ambulantes se aferran a sus sitios y las donas se

han humedecido bajo el plástico improvisado que se utiliza únicamente en casos de tormenta tropical.

En otro terreno, los ambientalistas se empeñan en viajar sobre bicicletas de alquiler, muy a pesar de que sus trajes de ofcinistas se apesten. Los valientes continúan moviéndose sobre las aceras, amenazados por cualquier coche que les lance una gran ola en medio de la marea que inunda las calles de la notable y superior infraestructura del occidente. Quienes se refugian bajo los árboles del Parque Rojo, lo hacen junto al monumento a Morelos a causa de razones apegadas o deslindadas de toda historicidad, a saber… Habría que decir que la ilusión también se personifca en los viandantes, al menos en aquellos que consideran prudente esperar a que pase la tormenta. Decenas se adentran en la estación Juárez donde el perímetro termina en los torniquetes; esa zona se metamorfosea por varios minutos en el búnker y asilo gratuito de asalariados en viernes de quincena. En el lugar, las mentes emprendedoras realizan transacciones comerciales de bolsas plásticas, impermeables y modelo 2020 primavera-verano para cualquiera que desee brillar en la pasarela de Calzada Federalismo: incluye un distinto lazarillo pulgoso cada cincuenta metros y pit stop en tiendas de abarrotes. Un verdadero desfle, digno de luces tuertas, intermitentes y sirenas, es el que principia apenas cae la primera gota en la Avenida López Mateos Sur. En cuanto Tláloc inaugura la lluvia, sin importar la hora del día ni la posición de los planetas, la deidad lanza una maldición al azar sobre un centenar de tapatíos que cuenten con seguro de auto o tengan un compromiso importante e intransferible. Accidentes viales, corrupción y mordidas de porcinos cuasi-evolucionados al por mayor, con la única fnalidad de retomar el sosiego y la calma de nuestra queridísima perla porque, después de todo, es fn de semana. No hace falta que lo digan, lo sabemos, el engaño nubla nuestra ambición y la inteligencia nos dicta que vivimos

AGÜERO DE TAPATILANDIA 129

por ello y nada más. El tren eléctrico, más o menos urbano, encarna la función de un submarino improvisado en la estación Norte e introduce el nuevo deporte acuático extremo; en sueños, registrado como Patrimonio Cultural de la Humanidad. En la otra punta de la metrópoli, el estacionamiento de Plaza del Sol ofrece piscinas y yacusis como un pasatiempo en lo que bajan los niveles pluviales. Aunque no sean del agrado de muchos ciudadanos, además de que se vean en la obligación de usar por zapatos cualquier envoltorio antiderrapante, nunca faltan nuevas experiencias dentro de este gran depósito remotamente natural. Una justa demanda de la región colonizada.

Los puentes simbolizan bellísimos hogares con cascadas que ejecutan el performance más arriesgado del momento. Por su parte, el alcantarillado dirige una imitación de las danzas de géiseres hechos con aguas cloacales; la pringa de lluvia inaugura su lavandería trimestral. La ropa tendida en las azoteas y jardines pasa su vida temerosa por reiniciar el ciclo apenas concluido. Los que somos olvidadizos corremos tardíamente a su rescate y echamos al hombro costales de prendas no preciadas, pero de buen aroma. Consideramos seriamente la posibilidad de abrir un bazar de vestidos ahorcados en una condena de raudal; además de otro almacén de telas inmundas que hacen huelga en un cesto porque se pospuso su limpieza a causa del mal tiempo. Incluso, se piensa en la inauguración de una empresa implantadora de mangueras cuyo alcance no rebase la zona de jardines plutócratas con el benefcio ser ser llanos y prósperos. Es decir, el resto de vergeles bien pueden marchitarse o asfxiarse al calor del mediodía.

En el temporal de junio es común que los árboles pierdan el equilibrio y tropiecen con más de un inocente automóvil dormido o con algún transeúnte de mala fortuna. Se aplasta como a una lata de reciclaje al primero

SECCIÓN LITERARIA 130

y se degolla en el nuevo tribunal eclesiástico, dentro del Estado laico, al segundo. Pareciera que cualquier diluvio jalisquillo implicara exponerse a las desventuras de una precipitación ligera que nuble la semana entera.

La urbe cambia y nos adaptamos. Las bancas de cualquier paseo están listas para bañar nuestros distraídos cuerpos al sentarse. Las hojas que nadie podó en marzo ahora son goteras permanentes. Pasear perros es fácil siempre y cuando utilicen unas botitas que los humanicen lo sufciente como para desear huir de casa.

Es el momento en que modelamos cúpulas dispares, con varillas gordas o de plastilina, que el viento y su brisa logran invertir hacia otro horizonte en que toda sombrilla imita la Fontana della città di Guadalajara. Quizá se trate de un México paralelo, uno en el que llueve en sentido opuesto como si ––literalmente–– escupiéramos hacia el cielo.

Ya huele a tierra mojada en Tapatilandia.

AGÜERO DE TAPATILANDIA 131
ia
Sección Li t e r a r
Po ema s

NOCHES DE POESÍA

Ana Lucía Reiche García

Regálame noches y días toda la vida, acompañados junto con hermosas poesías, ya que corazones muy vacíos hay, regálame la dicha de ser tu fel compañía.

Que de colores, sentimientos y pura vida te vistan, regálame la dicha de ser sol y luna.

Regálame las primaveras entre tus brazos, quédate y abrígame en los inviernos.

Sé la brisa del mar en los veranos, regálame la dicha de ser nuestra compañía todas las estaciones de la vida.

SECCIÓN LITERARIA

Regálame la dicha de ser sonrisas y miradas, de tener la dicha de la eterna y dulce armonía, de que siempre seamos uno mismo. Y es que esta compañía es la que deseo para toda la vida.

Regálame… Siempre tú, siempre yo.

Regálame, faro y abrigo, hogar y tempestad.

Regálame hoy, aquí, mañana y siempre, nuestra compañía.

134

LOS FUNERALES DE MAMÁ

Valente Saavedra Fernández

Mamá se embarazó de mí

y construyó un cementerio en el patio.

Todas las noches sale a enterrar sus muertos.

Empezó con el cuerpo de papá, que murió al verme nacer.

Me enterró de niño en un mausoleo; de adolescente, clavó una cruz en la tierra.

La vi cavar por diez años la tumba de mi padrastro, muerto de macho y alcohólico. Enterró a mi hermano también de niño, a su abuela de vieja, a su prima de Parkinson, y tiene escondido el llanto y la lápida de sus padres. La muerte quiere mucho a mamá y por eso no deja de apilarle cuerpos, se queda a tomar café, le ofrece trabajo, y mamá, con los años aceptará la oferta.

Cuando sea yo quien cave tumbas heredaré, con la casa, un panteón interminable.

SECCIÓN LITERARIA 136

DESHIERBE

Valente Saavedra Fernández

La primera noche que dormí con René vi que salieron raíces de sus venas

y yo, con mi cama, le hice un huerto.

Me acurruqué con él y le dije al oído

“quiero ser virutas de pino o fbra de coco, quiero ser la tierra y la lluvia de abril”.

René me abrazó y sentí sus raíces hundirse en mí

“duele, para, para”,

pero su arado continuó, más lento y gentil, hasta la madrugada. No se fue en la mañana y de los azulejos hizo un ojo de agua, de las paredes malla sombra y en el centro de la habitación hizo crecer un árbol terrorífco.

“Eva”, me dijo, pero a Eva un dios muy gentil la mató de vieja y la bendijo de hambre.

SECCIÓN LITERARIA 138

VERBO DIVINO

Aarón Jaimes Hernández

Verbo de Dios silencioso, Verbo mudo y escondido. Paciente te llamo y no encuentro respuesta, Verbo mudo, callado mas no ausente.

Verbo Divino de lenguaje escondido, ¿por qué mudas tu esencia, Verbo, palabra, sonido y fuerza?

Te llamo palabra y encuentro silencio, te busco fuego y mis lágrimas te apagan.

El vacío de mi alma no es saciado, vacío quedo esperando ser colmado.

Llámame, Verbo, por piedad te pido, no te calles, calla mi ruido con tu palabra, pero no con tu silencio que no lo comprendo. Verbo Divino, te ruego: habla palabra de fuego, quema mi dolor amigo escondido.

Seca y ausente mi ánima está en tu olvido, Verbo, quédate conmigo, suena y reclama el celo por tu Corazón Divino.

Consuelo callado, habla por piedad te pido, te ruego no más vacío, no más silencio, no más agonía, te ruego palabra de fuego encendido. Vuelve a calmarme con tu voz amorosa en silencio comprendido, vuelve a incendiarme en esta prisión anclada a la soledad y olvido. Con tu fuego y sonido quedaré confortado, no te calles más Verbo Divino, el silencio traspasa como daga de hielo mortal y quema el vacío del olvido.

Habla, te ruego mi buen amigo, no calles más que no resisto, suplico humildad para comprender tu voluntad, pero no enmudezcas, Verbo Divino.

SECCIÓN LITERARIA 140

AURELIA

Ana Karen Hernández Degollado

Cuántos meados puede producir un cachorro,

cuántos centímetros cúbicos de meado puede

liberar tu cachorro un día de verano,

cuántos centímetros cúbicos es un mililitro en google un conversor,

¿de qué está compuesta tu orina?

En la media noche nos canté un arrullo un cachorrito, muy chiquitito, dormidito y doradito bien bonito, todo meadito, cierra ahora sus ojitos, ya tapadito como taquito, se va a quedar bien quietecito.

Noventaycincoporcientodeagua

ureacreatina ácido úrico carbohidratosenzimasácidos grasos hormonas potasiocloruro magnesiosodio calcio y amoníaco

más el buscador preguntando

cómosacarolorapisdeperro y aún más importante

¿dónde orina un perro?,

diles cachorrito, cuéntales en donde orinas para mí diario, jamás he dudado que al rato tenga que limpiar otro charco que interrumpa la oscuridad. Le compongo odas a esos lagos

gritando a veces

SECCIÓN LITERARIA 142

pinche cachorro meado, cuéntales para lo que sirven lo que ahogan tus enzimascreatinaurea

la falsa certeza que el amoníaco esconde despertar mañana para pisar ese círculo

delicado amarillo ocre, tus pelitos dorados al despertar, la terrible presencia en la cama compartida, cuánta ausencia se anuncia

cuando doblas tus patitas y se mojan

cuántas lecciones sobre disolver y disolverse

limpiando orina

ojalá

el aroma en nuestras sábanas no anunciara nada,

AURELIA 143

mucho menos tan fatal, como despertarse sin saber a dónde se han ido esos ácidosgrasoscarbohidratos disueltos en agua, vete en otra tarde de verano con la tele prendida mientras descansamos, custodiadas en la orilla de la cama por todas las hermanas que te precedieron que mis sábanas contengan la última huella, el último charquito que nunca imaginamos que habría rastro de todos los rastros de tus ojitos dorados, huella del consuelo del arrullo.

SECCIÓN LITERARIA 144

MI MADRE

Priscila Penélope Bisher Peña

Mi madre tenía un amante. Desvelaba por fregar trastes, destellar la casa, hasta por fuera. Recuerdo su aroma, para mí, un sedante, un cariño que porta rife, protección de carácter militante.

Mi madre amaba a mi padre, le conocía cada maña, cada lamento le pertenecía. Ella me contaba relatos del pasado, cosa que a sólo a mí confaba por las mañanas.

Los martes sí, los miércoles no; los sábados sí, y los domingos por qué no salíamos a caminar por el barrio donde me crió, entre tendederos donde el chisme se corría, este jugando a hacerse valiente.

Por una manta se ocultaban la cara y era así como uno mentía, con ambas manos atadas después de hacer de comer, limpiar otra vez,

SECCIÓN LITERARIA 146

planchar la ropa, darle un beso al bebé. Arrastrando sus pies por las zapatillas, sólo se escuchaba eso, ni las vajillas.

Ni su llanto en la oscuridad que mi padre negaba presenciar.

Al poco tiempo le descubrí a mi madre, la que si se está desmoronando la casa, es la primera en detenerla con su espalda.

La que fregaba trastes, sigilosa, cual ratón, que la lengua se la devoró, de belleza envidiable.

Su melancolía le justifcaba un corazón insaciable.

MI MADRE 147

Mi madre en meses, le descubrí a su amante.

Que la protegía del dolor.

De cara blanca, esculpida.

Mi madre tenía a su amante.

Era la muerte.

Con la que soñaba hospedarse.

SECCIÓN LITERARIA 148

ACERCA DE LAS Y LOS COLABORADORES

Sección académica

Héctor Manuel Lujambio Valle

Maestro en Comunicación y doctorante en Ciencias

Políticas y Sociales de la UNAM. Estudioso de la mitología, la hermenéutica y los procesos simbólicos. Soñador empedernido y friki de corazón.

Ingrid Halí Tokún Haga Álvarez

Merly Lugo Rodríguez

Estudiante de Historia en la FFyL, UNAM. Bailarina, afcionada al Teatro y la actuación. Me gusta tanto estar sobre los escenario, que he hecho del pasado una puesta en escena donde interpreto a la intrusa. Semper eadem.

Estudiante de la UNAM Lya Montiel Nepote

Emilia Noemi Amezcua

Bernal

Estoy en una búsqueda diaria de cachos de vida, paz y risas. Siento mucho y, a ratos, nada a la vez. Adoro la naturaleza y el arte. Para mí, las mujeres van primero, con nuestra dignidad rebelde. Estudio Relaciones Internacionales en El Colegio de México; aunque no sé bien de qué se trata..

Francisco de Aguinaga Padilla

Urbanólogo por El Colegio de México. Doctorando en la misma institución. Temas de interés profesional: la periferia urbana, las áreas naturales protegidas, el conficto social, el territorio, la movilidad urbana y el (des)ordenamiento territorial.

Alec Montero

Escritor de ensayos, poemas y fcciones. Egresado de la Licenciatura en Letras Españolas y del Diplomado en Traducción de la Universidad de Guanajuato. Músico afcionado. Parte de sus obsesiones giran en torno a la experimentación artística, la lingüística, la ciencia fcción y la tecnología computacional.

Soy estudiante de Geografía en la UNAM, con la espinita de llegar a la Astrofísica algún día. Colecciono fantasmas en mis tiempos libres. Me gusta bordar historias, traducir colores y escribir con hilos. En constante (des)aprendizaje del mundo y de mí misma. Todo lo que soy es gracias a las rocas, el mar y las estrellas.

Armando Roa Torres

Soy estudiante del Colegio de Historia en la FFyL de la UNAM, nacido en México. Interesado principalmente en la historia religiosa y cultural de Europa y Oriente durante la Alta y Plena Edad Media, así como en el estudio de la sociedad y la religión en la Nueva España del siglo XVI al XVIII. Amante de la cerveza artesanal, los libros, la poesía y la música latinoamericana e inglesa. Afcionado al baloncesto, al ejercicio y a cocinar. Todos mis logros académicos y profesionales son y serán por siempre dedicados a mi hijo, Adán, pues su existencia ha coloreado las efímeras alegrías de mi vida con pinceladas de eterna felicidad, y él es y será mi motivación más grande en el mundo hasta que mi corazón deje de palpitar.

Mitzi Julio Arguijo Maestranda en Estudios de Asia y África. Literata. Arteterapeuta. Fangirl de casi todo, pero más de del teatro, la danza y la reina del pop. Me gusta la buena cocina y algunos otros hedonismos más, pero en general me gobierna la mesura.

Sección literaria

Leonardo Hernández Baumer

Estudiante de Química en la Facultad de Química

UNAM. Escritor amateur. Refejando mi mente en textos, un cuento a la vez.

María del Carmen Macedo Odilón

Bibliotecóloga, hispanista en formación y escritora entusiasta. Loca de los gatos por convicción y noctámbula por profesión. Coleccionista de recuerdos, nombres y libros.

Sebastián Hernández Díaz.

Sonrío porque la gente me cuenta. Estudié Sociología para comprender sus voces. Escribo lo que otros dijeron mejor que yo a través de mí. Sí, el mundo estructura, pero la gente intenta ser feliz. UNAM, UB.

Ana Lucía Reiche García

Estudiante de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Fundación Grothendieck de Bogotá

Francisco Andrade

Nací en la ciudad de Celaya, Guanajuato un martes 5 de marzo. Estudié Ciencias de la Comunicación y ahora, con la vida bajo amenaza del virus, estudio el cuarto semestre de la licenciatura en Letras en la UG. Me gustan las diferentes formas de resistencia, la poesía y el rock; pero, sobre todas las cosas: los cuentos que nos contamos a nosotros mismos para poder existir.

Valente Saavedra Fernández

Tres carreras truncas, la cuarta ahí va pero le causa depresión. Su mayor frustración es no haber sido emo en la secundaria y lidia con ello escribiendo poesía. Es anti capitalista pero estudia economía en la UADY.

Aarón Jaimes Hernández

Estudiante de Historia en la UNAM. Libros, gatos y una taza de café, la mejor compañía. Escribir es ondear la bandera de la libertad.

Ana Karen Degollado

Filósofa (IBERO) y etnóloga (ENAH). Hago ontología del espacio y escribo sobre migración, cine, fantasmas, el desierto y lo imposible. No sé nadar pero escribo poesía, ensayo y guión.

Priscila Penélope Bisher Peña

Artista visual y literaria, deportista, modelo, maestra... Me gusta ser un poquito de todo lo que me dé pasión. Tiendo a perderme en mi imaginación cuando no estoy admirando el sol. Por eso, el amor me ha dado vida y amor es lo que daré a la vida.

Sección gráfca

Fabiola Estefania Zavala Estrada

Comunicóloga. Creadora audiovisual, cinéfla y lectora crítica. Las luchas antisistémicas le dan esperanza. Hoy se encuentra estudiando un posgrado en Ciencias Sociales y Humanísticas en Chiapas

Joel Cemí Domínguez Rojas

Estudiante de Historia del Arte y Lingüística. Me gusta la niebla y me encuentro en las cosas que aprendo, por ello siempre ando perdido. Les debo mi fascinación por la vida a mis padres.

Ximena Domínguez Gómez

Politóloga y estudiante de la Maestría en Cienca Política del Colegio de México. Feminista y crítica de absolutamente todo. En contra del conformismo y de los convencionalismos.

Danya Anahel Pinto Pérez

Egresada de la licenciatura en Antropología social. Fotógrafa e ilustradora nacida en San Cristóbal de las Casas Chiapas. Fan de los jardines y las fores.

Portada y portadilla

Sara Luciana Sandoval Fernández Diseñadora Gráfca, ilustradora y artista. Me considero una líder empática, tenaz y responsable, apasionada por los nuevos retos. Amante del pincel y fel al diseño, siempre integrando mi estética y forma de ver el mundo. No yo, nosotros. @sahre.ele

Ilustradoras

Deniss Guerra (Dengue)

De la ciudad donde la vida no vale, cuentista, cuentera y contenta ilustradora de collage. Analista del lenguaje, amante del té y las palomitas de maíz. Detonadora creativa y seriamente distraída.

Sofía Garcia-Conde Gallástegui

Comunicadora visual e internacionalista frustrada. Buscando siempre poner su granito de arena en las causas y proyectos que admira y valora. Tiene demasiados intereses y a veces se abisma con la idea de que no le va a alcanzar la vida para probarlos todos. Por lo pronto es ilustradora, diseñadora web, community manager, aspirante a standupera, amante de los animales y un poco bruja.

María Teresa de Gouveia Vieira

Artista visual Venezolana con raices portuguesas. Fanática de la música que me haga pensar y bailar al mismo tiempo. Siempre curiosa y en constante aprendizaje.

Arantxa Basaldúa

Hola, me llamo Arantxa Basaldúa y soy una ilustradora mexicana.

ágora

Nº 31 agosto/diciembre 2021

Ágora invita a sus lectores a enviar correspondencia con comentarios, críticas y opiniones acerca de este número. Escriba al Consejo Editorial para seguir con la conversación. La dirección de correo electrónico es contacto.agora@gmail.com

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Colmex

Revista estudiantil del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, A. C. Camino al Ajusco 20, Ampliación Fuentes del Pedregal, C. P. 14110, Ciudad de México. contacto.agora@gmail.com www.agora.colmex.mx

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Año xviii, número 31, agosto-diciembre, 2021. Ágora es una publicación semestral de los estudiantes del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México sin fnes de lucro. Editor responsable: El Colegio de México. Reservas de Derecho al Uso Exclusivo: 04-2013012211484300, ISSN: 2007-7424; ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, licitud de título y contenido: en trámite, otorgado por la Comisión Califcadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX: en trámite.

Los artículos y escritos son responsabilidad del autor y no refejan necesariamente la opinión de la revista, de El Colegio de México o de las instituciones a las que están asociados. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto Nacional del Derecho de Autor.

Tiraje: 300 ejemplares

ISSN: 2007-7424

Impresión: Druko International, s. a. de c. v. Calzada Chabacano 65, local F, col. Asturias, Cuauhtémoc, c. p. 06850, Ciudad de México.

Impreso en México.

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