LA GESTIÓN SOCIAL DEL CONOCIMIENTO: TEORÍA, PRÁCTICAS Y APRENDIZAJES
y educativas fabricando subjetividades, profesiones y organizaciones. Los sistemas de evaluación se abordan como dispositivos que construyen, distribuyen y legitiman visiones sobre el mundo social y educativo, que invitan a verlo de una determinada forma y a actuar de acuerdo con ella (Monarca, 2015).
2.2.5. Sistematizaciones Otra de las dinámicas que aporta al aprovechamiento de los conocimientos y aprendizajes construidos en el marco de la gestión del conocimiento en la Fundación Promigas es la sistematización. Esta ha cobrado relevancia como una herramienta organizacional que permite construir conocimientos y redefinir estrategias desde el registro y seguimiento de las acciones que tienen lugar en la organización. Sin embargo, suele asociarse con el hecho de documentar, registrar o escribir un conjunto de prácticas o acciones organizacionales, dejando así de lado las acciones de teorización e interpretación crítica de esos registros. Este fenómeno puede tener relación con limitantes de tiempo y con la desarticulación de las agendas organizacionales con respecto a los procesos de aprendizaje y generación del conocimiento, que están inmersos en el ejercicio de sistematización. Así las cosas, esta dinámica tiende a asumirse como una acción aislada, procesal y estandarizada que responde a la recopilación de información para el registro y evidencia (Zúñiga, Mejía, Fernández y Duarte, 2015). En su lugar, cada vez con mayor frecuencia y contundencia la sistematización ha empezado a asumirse como una fuente de aprendizaje que permite analizar de forma sistémica las experiencias organizacionales. Hay que decir que la sistematización no responde a indicadores, sino a temas y preguntas clave que delimitan y orientan las reflexiones generadas durante todo el proceso. En este sentido, los participantes de las iniciativas sistematizadas se convierten en observadores de sus propios pensamientos, sentimientos, relaciones y acciones, brindando así insumos para una reflexión organizada y rigurosa de su praxis. Dicha reflexión posibilita, a su vez, la recopilación y el análisis de información para estructurar nuevas posibilidades de acción y para tomar decisiones en función del proceso vivido y de los resultados obtenidos. Tales decisiones invitan a nuevos procesos de reflexión que cimientan, desde la lógica de la sistematización, círculos virtuosos de aprendizaje cuya fuente principal se encuentra en la experiencia misma de la organización y sus comunidades participantes (Chaparro, 2007). Sistematizar permite realizar la documentación, el análisis y la reflexión organizada, rigurosa y participativa en torno a las potencialidades, fortalezas, aciertos, aprendizajes y oportunidades de mejora en función de los objetivos planteados para la iniciativa, las acciones implementadas, el proceso que se 126