REFERENTES TEÓRICOS ACERCA DE LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA FUNDACIÓN PROMIGAS
Aquí la cultura como sistema cognitivo permeado por los enfoques de cognición situada y distribuida se vale del aprendizaje organizacional no solo para capturar, ampliar y distribuir el conocimiento, sino también para modificar los mapas colectivos de cognición de los individuos y renovar así sus representaciones, creencias, valores y saberes organizacionales. Asimismo, los enfoques tratados se valen del aprendizaje organizacional para modificar la capacidad de la organización. La cultura organizacional, construida desde referentes situados y en función de una cognición distribuida, genera condiciones para que se consolide el conocimiento de la organización; además, contribuye a la gestión del mismo, de sus características, de los procesos involucrados y de su papel en el fortalecimiento de las acciones emprendidas por la organización.
1.4. ¿Cómo entender la gestión del conocimiento? La evolución del conocimiento ocurre de manera natural en las organizaciones; sin embargo, las preguntas que estas se hacen apuntan a indagar en qué medida esa evolución natural aporta valor agregado a sus grandes propósitos y qué deberían hacer para consolidar el conocimiento como el principal recurso estratégico. Como respuesta surge lo que se denomina gerencia o gestión del conocimiento organizacional. Esta apunta a capturar, acrecentar y utilizar el conocimiento social distribuido a lo largo y ancho de la organización valiéndose tanto de la cultura como de los contenidos y procesos de aprendizaje. Se utiliza, por un lado, el ambiente favorable que ofrece una cultura organizacional centrada en el aprendizaje, y, por otro lado, el potencial de generación y distribución de conocimiento que ofrece el aprendizaje colectivo desde las diferentes prácticas sociales, sin dejar de lado, claro está, el individual. Berrocal y Pereda (2001) equiparan la gerencia con la gestión del conocimiento: “Se debe entender la gestión del conocimiento no como la gestión del mismo en la mente de las personas, sino como la gestión de la infraestructura y del ambiente de trabajo que facilita el intercambio, la transmisión y la adquisición de los distintos saberes” (p. 642). Así, resulta ineludible remitirse a la planificación y la puesta en marcha de un sistema que posibilite la construcción de conocimientos en un proceso de constante aprendizaje inherente a la organización misma. Estos conocimientos, además de ser aplicables, deben ser articulados y explícitos, teniendo en cuenta que uno de los objetivos de la gestión del conocimiento apunta a que estos insumos sean compartidos y utilizados en función de la innovación, el 27