GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO: REFERENTES PRÁCTICOS Y METODOLÓGICOS EN LA FUNDACIÓN PROMIGAS
2.2. Dinámicas de aprendizaje para la gestión del conocimiento El proceso de aprendizaje en el que se ha enmarcado la gestión del conocimiento en la Fundación Promigas ha permitido concebirla como un conjunto de oportunidades para la creación, resignificación y uso extendido de aquel. Todo esto con el propósito de fortalecer la capacidad institucional y avanzar en la consolidación de cambios educativos duraderos y sostenibles que repercutan en la transformación social de las comunidades. Así, en la Fundación se entiende como un proceso cíclico e intencional en el cual el aprendizaje es constante para consolidar elementos de una cultura organizacional que permeen la praxis de la Fundación misma y de su equipo de trabajo, en pos de los objetivos misionales que orientan su quehacer. En este sentido, todas las acciones que dinamizan la gestión del conocimiento en la Fundación Promigas dan cuenta de una posibilidad para la construcción conjunta de saberes, la resignificación de experiencias, el trabajo colaborativo y el aprovechamiento de las capacidades de los actores involucrados, las cuales, a su vez, son retroalimentadas para promover su fortalecimiento tanto en el individuo como en el colectivo. Asimismo, los procesos de gestión requieren de la apropiación de una cultura organizacional, permeada, en este caso, por la construcción de confianza, la comprensión de la realidad, la participación de actores y el enfoque mediado recíproco como referente en el quehacer (Martín y Ávila, 2012). Lo anterior resulta posible en la medida en que como organización se cuente con el respaldo y la orientación de los directivos, quienes brindan acompañamiento al aprendizaje continuo de la Fundación y promueven la autonomía y la rigurosidad en los distintos procesos que se llevan a cabo y atendiendo en todo momento a la cultura que permea su praxis. Igualmente, la búsqueda constante de conocimiento de vanguardia mediante la indagación con expertos, redes y colectivos sociales propicia la construcción contextualizada, oportuna y rigurosa de saberes que son sometidos a la reflexión crítica para ser apropiados y volcados hacia la práctica organizacional con alta calidad y con la convicción de asumir el conocimiento como un producto inacabado que se construye constantemente como un bien social que surge, se retroalimenta y se transforma desde la interacción de actores, saberes y experiencias. Los inicios de la gestión del conocimiento en educación le exigieron a la Fundación el tránsito (intencional) por varias rutas que contribuyeron a identificar dónde estaba el conocimiento, así como cuáles eran los mecanismos más eficaces para obtenerlo, transformarlo, protegerlo y avanzar en su intercambio 63