Hokuou Kizoku 2

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LA VIDA DE CAZA EN EL PAÍS DE LA NIEVE DEL NOBLE DEL NORTE Y SU ESPOSA, LA AVE DE RAPIÑA VOLUMEN 02


LA VIDA DE CAZA EN EL PAÍS DE LA NIEVE DEL NOBLE DEL NORTE Y SU ESPOSA, LA AVE DE RAPIÑA

Volumen 02 “La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña”

Escrito por Emoto Mashimesa Ilustraciones por Akaneko




ÍNDICE

% Capítulo 01: Diario de Actividades #1 ~Sieglinde~ .................................................... Pp. 07 Capítulo 02: Diario de Actividades #2 ~Sieglinde~ .................................................... Pp. 13 Capítulo 03: Pastel agridulce ................................................................................................ Pp. 18 Capítulo 04: La pareja: juntos y separados ..................................................................... Pp. 24 Capítulo 05: ¡¿Castigar a mis padres?! .............................................................................. Pp. 34 Capítulo 06: Reporte de Actividades ~Claus Von Wattin~ ...................................... Pp. 43 Capítulo 07: Reunión ............................................................................................................... Pp. 47 Capítulo 08: Las desdichadas personas de la Casa Wattin ....................................... Pp. 53 Capítulo 09: El encanto de Sieglinde ................................................................................. Pp. 59 Capítulo 10: Thüringer ........................................................................................................... Pp. 65 Capítulo 11: Diario de Actividades #3 ~Sieglinde~ .................................................... Pp. 71 Capítulo 12: Como un noble.................................................................................................. Pp. 77 Capítulo 13: Al igual que un noble...................................................................................... Pp. 82 Capítulo 14: La historia de Kayneth y Ritzhard ~Kayneth von Brzenska~ ....... Pp. 87 Capítulo 15: ¡Con mi suegro! ................................................................................................ Pp. 92 Capítulo 16: ¡Con mis sobrinas!........................................................................................... Pp. 97 Capítulo 17: Las hermanas soñadoras y el Hada de la Nieve ................................... Pp. 103 Capítulo 18: Informe de Reconocimiento ~Los 9 hermanos de Sieglinde~ ...... Pp. 109 Capítulo 19: Ritz tiene una cita ............................................................................................ Pp.115 Capítulo 20: Los eventos alrededor de una pintura .................................................... Pp.122 Capítulo 21: Diario de Observación ~Los sobrinos~ ................................................. Pp.129 Capítulo 22: Los sobrinos y el bosque de verano ......................................................... Pp.132 Capítulo 23: ¡Con los señores! .............................................................................................. Pp.137


Capítulo 24: ¡Con Sieglinde! .................................................................................................. Pp.142 Capítulo 25: ¡Otra vez con el Abuelo! ................................................................................ Pp.148 Capítulo 26: ¡Con Cerdito-san! ............................................................................................. Pp.154 Capítulo 27: Familia ................................................................................................................. Pp.159 Capítulo 28: Historia de un día de verano -Parte 1- .................................................... Pp.166 Capítulo 29: Historia de un día de verano -Parte 2- .................................................... Pp.172 Capítulo 30: ¡Para el abuelo!................................................................................................. Pp.178 Capítulo 31: Informe de Actividades ~Adalbert von Lüneberg~ .......................... Pp.184 Capítulo 32: ¡¿La esplendida transformación del Hada de la Nieve?! .................. Pp.189 Capítulo 33: ¡Con Ritzhard! ~Sieglinde~ ........................................................................ Pp.197 Capítulo 34: El perro y papá ................................................................................................. Pp.205 Capítulo 35: Con gratitud ....................................................................................................... Pp.209 Capítulo extra 01: Reporte de Actividades ~Lukas Salonen Revontulet~ ......... Pp.216 Capítulo extra 02: Epilogo ..................................................................................................... Pp.221 Capítulo extra 03: El soliloquio de Richelle .................................................................... Pp.225 Lista de personajes ................................................................................................................... Pp.227


CAPÍTULO 01

% DIARIO DE ACTIVIDADES #1 ~SIEGLINDE~

El día de hoy estábamos viajando a mi país. Pasaremos cerca de dos días en barco y tomaremos un carruaje hasta la capital. Desde el primer día hasta el tercero participaremos en los bailes. El último día descansaremos con la familia y luego regresaremos a casa. A fin de prepararnos para este viaje, estuvimos muy ocupados antes. Aunque ya había esperado que Ritzhard no descansaría incluso en el barco. —¿Por qué no tomas un descanso, Ritz? —Sí, solo un poco más. Gracias. —… Ritz estaba haciendo los toques finales en el reno de madera que obsequiaría a mi familia. Se ha ensimismado en ello por tres horas desde que el barco zarpó. —Creí que ya estaba listo. —Yo también; pero, si lo miras de cerca, todavía tiene fallas, así que debo de arreglarlo. Estaba suavizando con un cuchillo las ya magníficas cornamentas. Tallaba delicadamente la madera en silencio. Podía verlo trabajar con una expresión seria durante horas; pero, preocuparse mucho es uno de sus puntos malos. —Vayamos a comprar algo de alcohol, Ritz. —… Está bien. Por ahora, logré que dejara de trabajar. Sobre el barco, hay una tienda que vende varias cosas. Aunque no estoy segura del motivo, pero venden más alcohol que comida.

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Volumen 02

Tenían Korn1, Tiffin y muchos tipos diferentes de vino, cerveza y también varias bebidas de mi tierra natal. —¿Qué es eso, Sieg? —Un coctel de hierbas, especias y licor de frutas. —Eeeh. Lo que tenía en la mano era Jägermeister. Poseía un sabor amargo y sutilmente dulce al mismo tiempo, incluso le añadían hierbas medicinales, por lo que dicen que es buena para la salud. —Quizá sea un poco fuerte para Ritz. —Ya veo. Pero, quisiera probar algo diferente para variar. —En ese caso, ¿qué tal un edelfäule wein? El edelfäule wein o vino podredumbre noble es una de las bebidas alcohólicas más dulces en el mundo, elaborada a partir de uvas pasas. No es muy agria y tiene un profundo sabor dulce, con un aroma suave como la miel. Incluso las personas que no son buenas con el alcohol les gusta este vino. —Entonces, tomaré eso. —Buena elección. También compramos bocadillos que iban bien con el alcohol: queso, chocolate, huevos hervidos, carne ahumada de aves, frutos secos… Tras comprar el alcohol, regresamos a nuestro camarote. Me senté sobre la cama, acerqué una pequeña mesa redonda y coloqué los bocadillos sobre un plato. Luego, saqué vasos de un estante y serví el alcohol. —¡¡Uwa, es rojo!! El Jägermeister era color rojo sangre con un sabor fuerte pero limpio. Lo que Ritz tomaba era de un hermoso tono ámbar. Cuando probé un poco, terminé frunciendo el ceño por el sabor dulce. Me gustan los bocadillos dulces; pero, prefiero que mi alcohol sea seco. Giré la vista hacia los bocadillos sobre el plato. Al darse cuenta de ello, Ritz me miró mientras agarraba algo del plato. —¿Chocolate?

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N. de la T. Korn: espíritus de trigo; Tiffin: licor de té negro.

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Antes de que pudiera responder, lo colocó en mi boca. Dulce. Pero, iba bien con el sabor del alcohol que quedaba en mi boca. También podía sentir cómo empezaba a ruborizarme. —¿Qué pasa, Sieg? ¿No está rico el chocolate? —…… No. Terminé recordando “ese” evento, así que oculté mi boca; aunque, inesperadamente Ritz se acercó más. —¿Sieg? —No es nada. El chocolate también fue bueno como de costumbre. —Ya veo. Entonces, ¿por qué tienes ahí la mano? —… Por nada. Cuando dije eso, sujetó mi muñeca con gentileza y retiró mi mano de la boca. Un segundo después, nos estábamos besando. Sus labios eran cálidos y provocaron que me sintiera mareada. … De algún modo, se convirtió en un bocadillo ridículamente dulce. ❄❄❄ En cuanto al resto del viaje, pasamos el tiempo jugando, contemplando el mar desde la cubierta, bebiendo alcohol y charlando juntos. De esa forma el tiempo transcurrió rápidamente. Cuando estaba en el viaje en barco desde mi tierra natal, recuerdo haber estado muy aburrida. No obstante, estando en compañía de Ritz, fue muy divertido. Un par de horas antes de que desembarcáramos, comencé a vestirme. Mi familia me había enviado un vestido. Me quité la ropa para hombre que estaba acostumbrada a usar y tomé una prenda interior. —… Estaba diseñado para que se atara a la cintura. No podía hacerlo sola. —… Ritz. —¿Sí? Llamé a Ritz que estaba sentado frente a mí sobre la cama. —… -9-


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—¿Qué pasa, Sieg? —No, pues, eeh, necesito algo de ayuda. —¿Con qué? —¿Podrías atar el cordón de la prenda que está en mi espalda? Ritz aceptó casualmente. Los corsés no solo hacían lucir la cintura más delgada, también ayudaban a que los pechos de las mujeres se vieran hermosos. Aflojé los cordones y acomodé bien mis pechos sobre los gruesos alambres de metal del corsé. Después, todo lo que hacía falta era atarlo en la espalda. Como Ritz era ágil con las manos, ató con maestría el cordón. —¿No te lastima, verdad, Sieg? —Estoy bien. Sin embargo, había un problema. La parte de la cintura del vestido estaba un poco ajustado. Apenas lo descubrí. El cordón se tendrá que tensar tanto como sea posible. —… Ritz. —¿Qué pasa? —Tengo una petición. —Entendido. —¿Puedes apretar mucho el cordón? —¿Por qué? No es bueno para tu cuerpo. —… La nueva dieta que consistía principalmente de carne, hizo a mi cuerpo apto para el país de la nieve; pero, me pregunto a dónde se fueron los músculos que cubrían mi cuerpo, será que ahora están siendo abrigados por capas de grasa. Cuando le conté esa triste historia a Ritz, renuentemente se compadeció de mí. Puse ambas manos sobre la pared y tensé mis pies. —Entonces, aquí voy. —Sí. En ese instante, el cordón se tensó con fuerza, pero no sentí que fuera suficiente. Es imposible usar el vestido de esta forma. - 10 -


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—Un poco más. —Sieg eso es… —Haz lo que digo. —… Está bien. Una vez que presionó por segunda vez, de alguna forma fue difícil respirar. —¿Así está bien, Sieg? —Un poco más. —Esta será la última vez. El cordón se contrajo con fuerza alrededor de mi cuerpo. —…… ¡Ugh! Estaba apretando los dientes, pero mi voz alcanzó a salir. En cuanto el ruido del cordón tensándose ya no se escuchó, solté un suspiro de alivio. Gracias a Ritzhard, fui capaz de usar el vestido con naturalidad. Luego, me dirigí al lavabo para maquillarme. Me coloqué extensiones de cabello y oculté un poco mi rostro con un sombrero. Mientras me miraba en el espejo, pensé que al menos de esta forma me vería como una mujer. El vestido también tenía un corte que seguía las líneas del cuerpo, sin muchas áreas expuestas o adornos, así que era mejor que el vestido lleno de volantes y descubierto que mi familia me dio antes. Una vez que terminé de arreglarme, salí del baño. —¡¡Uwa!! ¡¡Sieg, te ves linda~!! Ritzhard reaccionó tal y como lo esperaba. —… —¿Qué pasa? —Esa vestimenta, es… —Son las ropas extranjeras que el abuelo me regaló. Un sombrero cuadrado de color blanco y esponjoso, y un abrigo igualmente esponjoso. Los pantalones negros y las botas negras acentuaban excelentemente el blanco. En medio de la habitación, había un Hada de la Nieve.

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Terminé sintiéndome confundida, no sabía si lamentarme de que mi esposo fuera mucho más lindo que yo o apreciarlo honestamente.

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Capítulo 02

% Diario de Actividades #2 ~Sieglinde~

Arribamos al puerto de mi tierra natal un poco después del mediodía. Siendo una de las ciudades portuarias más grandes del país, se encontraba atestada de gente. —¿Qué te gustaría almorzar, Sieg? —Veamos… Teníamos una hora y media hasta que nuestro carruaje partiera. Los restaurantes probablemente estarían llenos. —Vayamos por algo al mercado. —Eso podría funcionar. El mercado de la ciudad portuaria tenía muchos alimentos, de verdad hacía honor a su título “La puerta de acceso de la comida”. —Se nota que estamos en la temporada de cosechas. —Así es. La tienda de frutas cerca de la entrada contaba con montañas de frutas otoñales, a lo que Ritz gritó de alegría. Chabacanos, melocotones, peras y manzanas. Fuimos rodeados por una esencia dulce. Ritzhard compró dos manzanas verdes. Luego, recorrimos despreocupadamente varias tiendas: de vegetales, de flores, de licores y una tienda general. Por último, arribamos a la calle donde se ubicaban varios puestos que vendían comida. Para empezar, nos dirigimos a la panadería. —Eeeh, hay muchos tipos diferentes de pan. —Desde los más grandes hasta los más pequeños, escuché que aproximadamente hay mil tipos diferentes. Como no podía decidirse por uno, compramos algo llamado knoten, que parecía un nudo hecho con largas tiras.

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Tampoco podíamos olvidar la salchicha. La mayoría de las personas a nuestro alrededor estaban comiendo una con un polvo amarillo que tenía un sabor picante. Estas eran populares en los puestos. Para concluir, compramos café y nos sentamos sobre unas sillas de madera en la plaza del pueblo. Como calentamos el pan knoten, podía sentir el calor a través del papel envoltorio y, cuando dividimos el pan en dos, emitió un poco de vapor. Cuando lo mordí, tenía una textura suave y un sutil sabor dulce. Antes prefería el pan duro que tenía un sabor fuerte al masticar; sin embargo, conforme probaba el pan que Ritz le solicitaba hacer a la señora de la familia Rango, me llegó a gustar el pan suave. El currywurst estaba rebanado en trozos pequeños fáciles de comer y ensartada en una brocheta. Le habían puesto salsa de tomate encima, así que tenía la cantidad correcta de picante y agrura. Fueron cocidas a la parrilla hasta el punto exacto, cuando las mordías por fuera crujían perfectamente. La carne molida se desbordaba con sus propios jugos. —Esto es asombroso, Sieg. —Me alegra que te haya gustado. En cuanto al postre, comí una de las manzanas que compramos. Estaban un poco duras; pero, no sabían tan mal. Ritz también tomó una. Luego dijo: —¡Uwa! ¡Qué agria! —¿? Tal vez su manzana estaba inmadura. O quizá la manzana era así. Sin duda tenía un sabor agrio, pero no al punto de ser incomible. —¿Tu manzana está dulce, Sieg? Tras poner la manzana sobre su regazo y mostrar una expresión de que había perdido el apetito, Ritzhard preguntó. —No, no es dulce, pero tampoco tan agria para ser incomible. Luego de preguntarle si quería probarla, le entregué la manzana a Ritz. Le dio un mordisco y acto seguido retorció el rostro. —¡¡También está agria!! —Qué desafortunado. —Eh, ¿te gustan las frutas agrias, Sieg? —No… en realidad no. - 14 -


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Las manzanas de este país saben más agrias que en otros lados. Así que estaba acostumbrada al sabor agrio; pero hoy había algo diferente. Mi cuerpo tampoco lo sentía como siempre. Esta sensación peculiar podría ser que. —¡¿S-Sieg a-acaso estás…?! —Espera, tranquilízate. No lo sabremos hasta que veamos a un doctor. De repente, Ritz comenzó a estar agitado y me aconsejó que me quitara el corsé. —Si me quito el corsé ahora, perderemos el carruaje, además la ropa no me volvería a quedar. No es tan malo, así que solo sé paciente un poco más. Se tarda alrededor de una hora por carruaje hasta la capital. No era tanto tiempo. Una vez que llegamos, fuimos a la casa de la familia de Ritz para saludarlos. Recibimos una apasionada bienvenida de mi consuegro, que estaba usando la piel de oso. Después, mencionamos que teníamos asuntos que hacer en la ciudad y nos dirigimos a un hospital. El doctor nos hizo un diagnóstico; pero, como la única información que teníamos era que podía comer comida agria, no pudimos llegar a ninguna conclusión. Para empezar no me gustaban las cosas dulces, así que no fue de mucha ayuda. —Bien, así está, tal vez sea mejor no contarle todavía a mi consuegro. —Está bien. Por lo visto, es posible escuchar los latidos usando un estetoscopio a los cinco meses; pero los doctores dijeron que era incierto en este periodo. Dentro de cinco meses, mi vientre comenzará a crecer, así que podría estar segura para entonces. De cualquier forma, como era una noticia incierta, le advertí a Ritzhard que no se emocionara mucho. Entonces, estaba reprendiendo a mi esposo agitado de esa forma; pero, luego de que comí filete al vino tinto para la cena, de repente me sentí con náuseas y dejé el asiento. …… Probablemente sean las tan famosas náuseas del embarazo. —¡Por qué no me dijeron antes! Luego de cenar, mi consuegro trató de llamar a un doctor porque se preocupó, así que los dos tuvimos que detenerlo. —Incluso el doctor dijo que era incierto si realmente estaba embarazada. Cuando Ritzhard explicó los detalles, mi consuegro también comprendió. —Ya veo. Entonces, ¿puedo estar feliz de que ahora sean una pareja real? Recordé que nuestra relación en aquel entonces fue descubierta por mi consuegro. - 15 -


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—Consuegro, sobre lo de antes… —No te preocupes. El único culpable aquí es mi nieto, que es denso hasta la médula. Ritzhard hizo una expresión como si lo estuvieran castigando. A eso, mi consuegro dijo: —¡Acaso eres un perro castigado o qué! ❄❄❄ Para el baile en el segundo día, mi consuegro preparó un vestido cómodo que no tensaba el cuerpo. Esa es mi tierra natal. Podía encontrar lo que necesitaba ya listo. Cuando entré, mi título de noble fue anunciado. Condesa Revontulet, eso fue lo que dijeron. Cada vez que asistía a estos bailes, era rodeada por jovencitas; sin embargo, en esta ocasión nadie se acercó. Aunque podía sentir miradas. Después, saludé a varias personas conocidas. Todos estaban sorprendidos por mi cambio. —Bueno, tu apariencia cambió, pero tu personalidad también se volvió más gentil. Al escuchar que decían eso, sentí curiosidad de qué tan amenazante era en aquel entonces. Emmerich no vino. Cuando le pregunté a un soldado que conocía, me contó que Emmerich fue directamente a casa luego del trabajo porque tenía a su reciente esposa allá. Charlé con algunos otros conocidos. Todos se sorprendieron por mi apariencia. Finalmente, hablé con el amigo de Ritzhard. Felicitó de todo corazón este repentino matrimonio que fue decidido hace un año. Tras saludar a todos, me moví a una esquina y tomé un poco de jugo de frutas. Como existía la posibilidad de que estuviera embarazada, decidí que no tomaría alcohol. —¿Deberíamos celebrar? Mientras Ritz giraba una copa en su mano, miró mi vientre. —Todavía es incierto. —Aun así. Antes mis frías palabras, Ritz dejó caer sus hombros. Sin embargo, no era como si no sintiera nada. - 16 -


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—Bien, ¿deberíamos celebrar por si acaso? —¡! Levanté el vaso y di un brindis. —Por la nueva familia. Los vasos chocaron entre ellos con un sonido claro. La bebida que tenía era asombrosa y era muy diferente a todo lo que había probado antes. Hasta el mes en que mi vientre comenzará a crecer y, tuviera la certeza de que tendría un bebé, Ritzhard y yo pasaríamos los meses impacientemente. La nueva vida nacería dentro de varios meses después, pero ya estábamos soñando con el bebé.

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Capítulo 03

% Pastel agridulce

Ya han pasado tres días desde que llegamos al país natal de Sieg. El día de hoy, nosotros tres: Sieg, el abuelo y yo, saldremos juntos. Por la noche, visitaremos a Emmerich y Aina. En la sala de estar, Sieg y yo esperábamos mientras el abuelo terminaba de arreglarse. El día de hoy, las ropas de Sieg eran apretadas por debajo del pecho, pero flojas en la parte del estómago. Se trataba de un vestido lindo. Por supuesto, el abuelo lo había preparado para Sieg, quien podría estar embarazada. Sí. Existía la posibilidad de que tuviera un bebé en su vientre. Todavía no era certero; pero, de solo pensarlo, mi corazón se aceleraba y me sentía inquieto. Al parecer, lo demostraba en mi expresión cuando me descuidaba, así que Sieg me advirtió de ello varias veces. Su cabello carmesí estaba recogido. Además, como tenía algunos rizos naturales, lo había acomodado alrededor, formando una figura redonda. Lentamente la miré, pensando que su cabello había crecido bastante durante el último año. Como no estaba echando un vistazo, sino que la miraba directamente, Sieg me lo hizo notar. —¿Qué pasa? —Nada, simplemente pensaba que mi esposa es realmente encantadora. —… No quiero oír eso de ti… —¿A qué te refieres con eso? —… Tengo derecho a guardar silencio. —¿? Le pregunté qué sucedía, pero Sieg se cruzó de brazos y cerró la boca mientras fruncía el ceño. Bueno, como sea. Luego, tomé un poco de café que ya se había enfriado. —Por cierto, el abuelo no usará la piel de oso, ¿cierto? —¿No lo haría o sí? - 18 -


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Al abuelo realmente le gustó el abrigo de piel de oso que le regalamos. Cada vez que tenía la oportunidad lo usaba, utilizándolo como un abrigo, así como Teoporon e imitando sus acciones animadamente. Mientras charlábamos, el abuelo salió de su habitación. Portaba un atuendo impecable para salir. —Lamento la espera. Cuando dijo eso el abuelo, hice un gesto con la mano para indicarle que no había problema. Simplemente Sieg y yo éramos innecesariamente rápidos. —¿A dónde iremos hoy, consuegro? —preguntó Sieg tímidamente mientras el abuelo nos indicaba el camino. —Es una sorpresa. —De verdad. —¡Ahora, vamos! —Tras decir esto el abuelo, nuestro divertido paseo inició. Luego, tomó a Sieg del brazo y se auto-declaró como su escolta—. ¿Quieres el otro brazo? — Me miró con una sonrisa traviesa y me preguntó eso, pero lo rechacé respetuosamente. En el carruaje, mientras veíamos autos de vapor pasar, llegamos pronto a nuestro destino. —¿Qué es esto, abuelo? —El zoológico más grande del mundo. —¡Eeeh! La enorme instalación nombrada tras la capital, fue construida hace unas décadas y, por lo visto, era uno de los zoológicos más grandes del mundo. Tan pronto como entramos fuimos recibidos por un portón apoyado sobre dos estatuas que tenían diseños de la cultura del lejano oriente. Estaba impresionado. La vegetación era densa y los animales se relajaban en medio de ella. Tenían animales que nunca antes había visto, así que terminé preguntándole muchas cosas al abuelo. —¡¿Qué son esos, abuelo?! —Qué, ¿no conoces a los monos? Había tantos animales desconocidos en el zoológico, que desde mi punto de vista estaba lleno de sorpresas. Aparentemente, Sieg había venido un par de veces aquí con su familia. Qué confiable. Lo que más me sorprendió fue la exhibición del oso blanco. Ladeé la cabeza porque eran diferentes a los osos blancos que había en casa. - 19 -


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—Estos son osos polares. —U~m. En la placa informativa decía que los osos polares vivían en los mares árticos. Papá había dicho lo mismo, así que no me sorprendió, pero tenía curiosidad porque eran diferentes al oso blanco que vi en el bosque con Teoporon. Otra cosa extraña era que a pesar de que vivían en el bosque, no hibernaban. —Hey, ¿qué pasa? —Nada. Decidí no pensar mucho al respecto y continuar2. Una vez que terminamos de mirar alrededor del zoológico, fuimos a una tienda para almorzar y luego a casa. Tras regresar, Sieg y yo solo descansamos. Esa noche teníamos una cita con Emmerich. Por lo que no teníamos nada más que hacer. El abuelo tuvo que salir debido al trabajo. Ya había heredado su título a mi tío; pero, seguía ocupado o, al menos eso nos dijo el mayordomo. —Voy a salir por un rato, Sieg. —¿A dónde? —Compraré un pastel para Emmerich. Tras decir eso me levanté, pero me sujetaron del abrigo. —¿Uh? —Te acompaño, así que espera un poco. Arreglaré mi maquillaje. —Sieg, por favor, quédate en casa. El zoológico era grande, así que debía estar cansada, fue lo que argumenté. —¿Por qué me dejas sola? —Porque… Estuvimos caminando bastante. No quería que ella se exigiera demasiado. —No me gusta que vayas solo.

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N. de la T. Para los curiosos, el oso blanco que se refiere Ritz se le conoce como el oso Kermode u oso espíritu, el cual es una subespecie genéticamente única del oso negro. Muy diferentes a los osos polares.

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—Aun si dices eso, puedo hablar el idioma y estoy acostumbrado a las calles de esta zona. —… Es diferente. No me refería a eso. —… ¿Entonces…? Sieg encorvó los hombros y me miró. Me interesaba saber qué podría ser para que mi esposa actuara tímida. Sujeté la mano de Sieg. —¿Qué pasa, Sieglinde? —… —No sabré a menos que me digas. Toqué las mejillas de Sieg e hice que me mirara. Tenía el ceño fruncido, así que acaricié sus mejillas para hacerla sentir mejor. Luego de un rato, su ceño desapareció y regresó a la usual Sieg. —Entonces, ¿qué tienes? —Bueno, no es la gran cosa, solo que… —¿Solo qué? —Una jovencita estaba mirando a Ritz en el zoológico. —¡Eh, ¿eso es todo?! —… —¡¿Te avergonzaste porque parecía un campesino?! —¡No, estúpido! —¿Eh? —… Me abofeteó ligeramente, pero seguía sin entender. —¡Te veía como una persona atractiva del sexo opuesto, ¿sabes?! ¡¡Eso es todo!! —Ah~. Olvidé que aquí era apuesto. —¡Entonces, estabas preocupada de que una mujer me sedujera si salía solo! ¡Ya veo! - 21 -


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—… Me propuse a Sieg porque me enamoré a primera vista de ella, considerando eso, tal vez sea normal que se preocupe. Aun así, después de casarme, ninguna otra mujer me ha interesado. Me gustaría decirle eso, pero probablemente sea difícil convencerla. —U~m. —… —Aunque, después de casarnos, mis ojos solo ven a Sieg. —¡! Sus ojos grises se abrieron de par en par. —… Es un hecho que había muchas jovencitas lindas en el baile, pero Ritz no vio a ninguna de ellas. —¿Ves? Al parecer Sieg sí notó eso. Menos mal. —Entonces, no hay nada de qué preocuparse, ¿cierto? —… No estaba seguro de si la había persuadido, pero al ver su expresión, parece que no fue así. Creo que no me puedo ir con Sieg así. —No pongas esa cara, Sieg. —¿Qué cara? —… Una cara de cierto modo provocadora… —… Pero, existía la posibilidad de que estuviera embarazada, así que no podía tirarla al suelo ahora mismo. —¡Está bien! —¿? Aplaudí. —¡Hagamos un pastel sencillo como regalo! ¡Tú también puedes ayudar, Sieg! —¡! - 22 -


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Tomé su mano para ayudarla a levantarse. —¿Cuál es tu favorito, Sieg? —El pastel de bayas frescas que haces, Ritz. —… Al escucharla decir eso con una expresión seria, me avergoncé. —No hay bayas frescas en esta temporada, así que otra cosa, por favor. —En ese caso, hay un pastel de este país llamado Schwarzwälder Kirschtorte3… Por lo visto, el pastel del que habla Sieg estaba hecho de licor de cereza. Si era este, podría hacerlo si conseguía la receta de las personas que trabajan en la cocina. En la cocina, ya tenían todos los ingredientes preparados y había un chef pastelero allí para asistirnos. Mientras recibía instrucciones, comenzamos a prepararlo. Primeramente, para la masa del pastel, batimos claras de huevos hasta que quedaron esponjosas. También agregamos chocolate a la mezcla. Mientras se horneaba la masa, hervimos alcohol y azúcar para hacer un jarabe, luego lo vertimos en una botella llena de cerezas para darle sabor y después hicimos el betún. Una vez que el pastel ya estaba horneado, lo cortamos con un cuchillo. Los pasteles en casa tenían una textura más dura, pero aquí eran suaves y esponjosos. Usando el calor restante, bañamos una capa con el jarabe de licor de cereza y lo dejamos reposar. Después, untamos el betún encima, colocamos cerezas arriba de eso y lo volvimos a cubrir con betún. Pusimos la otra capa encima de eso y la cubrimos con betún para que la unión no quede a la vista. Finalmente, decoramos la parte superior con betún y cerezas, el toque final lo hicimos con chocolate rallado que luce como trozos de corteza. —Se ve muy bien. —Ah, luce delicioso. Lo envolvimos y lo llevamos a la casa de Emmerich y Aina. Lo repartimos entre los cuatro y estuvo realmente bueno. Era suave y húmedo gracias al licor de cereza. El profundo sabor del chocolate y el sabor agrio de las cerezas combinaban extrañamente bien. Aina quería aprender cómo hacerlo, así que le enseñé. Mientras tanto, Sieg y Emmerich charlaron sobre cosas del pasado. Esa divertida noche pasó rápidamente. 3

N. de la T. Schwarzwälder Kirschtorte: nombre alemán para el pastel de selva negra.

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Capítulo 04

% La pareja: juntos y separados

En el cuarto día nos preparamos para ir al pueblo natal de Sieg y nos marchamos luego de desayunar. El abuelo se despidió de nosotros mientras usaba su piel de oso. —Preparé un carruaje que no ejerce mucha presión sobre el cuerpo. —Abuelo. —Le agradezco su consideración. El abuelo era atento con Sieg, quien podría tener un bebé. —La próxima vez, veamos la aurora boreal o algo juntos. —Una vez que esté más cálido. —Estaré esperando nuestra próxima reunión. Los dos dimos una pequeña reverencia y nos marchamos de la mansión del Marqués. En el carruaje tenían preparadas mantas y cojines para reducir el impacto. Qué considerado, pensé mientras intercambiaba miradas con Sieg. Tardaríamos alrededor de tres horas en carruaje hasta llegar al pueblo natal de Sieg. —¿Quieres acostarte en lo que llegamos, Sieg? —Ah, sí. El primer día sufrió de náuseas, así que Sieg realmente la pasó mal. No pudo comer su platillo favorito y estaba algo emocionalmente inestable. El doctor que vino anoche dijo que esos síntomas eran vistos comúnmente durante las primeras fases del embarazo. —Aquí, Sieg. A veces las llantas del carruaje topan con piedras y provocan que el carruaje se sacuda. Por eso, pensando que tenía que apoyar su cuerpo mientras dormía, le hice un gesto para que usara mi regazo como almohada. - 24 -


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Coloqué una frazada sobre mis piernas y le dije a Sieg que se acostara. —¿Está bien? —Será un placer. Sieg se acostó, así que la cubrí con una manta. Luego, le indiqué al conductor que partiéramos. Por un rato, quizá porque no estaba acostumbrada a esa situación, tenía el cuerpo tenso; no obstante, luego de que la acariciara unos minutos, cerró los ojos y comenzó a respirar suavemente. Moverse por largos periodos de tiempo, es decir, viajar, no era recomendable para las mujeres embarazadas, pero Sieg mejoró luego del primer día, por eso el doctor dijo que solo no estresáramos su cuerpo. Decidimos que no le contaríamos todavía a los padres de Sieg. Aún no teníamos la certeza de que realmente estuviera embarazada, por eso no lo haremos. El abuelo sugirió que descansáramos en su casa hasta que mejorara su condición. Pero, llegó una carta de la familia de Sieg diciendo «Te estamos esperando». Cuando le mencioné al abuelo que no deberíamos cambiar nuestra agenda de esa forma, él también accedió. Cuatro horas más tarde. Como descansamos varias veces en el camino y también viajamos más lento por Sieg, llegamos más tarde de lo esperado e hicimos que los Wattin se preocuparan. —Nos lo tomamos con calma para disfrutar del escenario. —Con que así fue, Señorita. —Ya no soy más “Señorita”. —Ah, así es. El anciano mayordomo era alguien que había servido a la Casa Wattin desde que Sieg era niña, así que terminó diciendo eso por costumbre y luego sonrió avergonzadamente. Luego, nos guió hacia el salón de dibujo donde fue servido café caliente. Una vez que el mayordomo se retiró, suspiramos por haber llegado sanos y salvos al hogar de Sieg. —Lamento el desorden. —No, para nada. Mientras charlábamos, Sieg solo disfrutó del aroma del café, pero no tomó, solo sujetó la taza. - 25 -


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Volumen 02

—El embarazo tiene sorpresivamente muchas limitaciones. —Así es. Anoche, escuchamos sobre las cosas que no deberían comerse durante el embarazo y ambos quedamos sorprendidos por la cantidad. El café también era una de ellas. No pasaba nada si solo era un poco, pero Sieg opinó que sería mejor abstenerse de ello. —Aun así… —¿? Me miró con una expresión seria. Cuando le pregunté qué sucedía, contestó que dormir en el regazo se sintió bien. —Cómo debería decirlo, es bueno dormir mientras sientes el calor de alguien más. —Sí. Es agradable dormir juntos en las noches heladas. —Tienes razón. Nos reímos mientras conversábamos sobre cosas triviales. Nuestra vida en pareja era buena. Por eso, realmente creo que todo seguiría estando bien incluso si no estuviera embarazada. Conforme Sieg servía jugo de frutas en un vaso, la puerta se abrió con mucha fuerza. La persona que lo provocó fue el enérgico sobrino de Sieg, Claus. —Hey, ya llegaste abue………… ¡¿?! Debido a la inmediata mirada fulminante de Sieg, Claus se tragó sus palabras. De forma insegura, comenzó a declarar nuevamente. —Eh, el viejo, quiero decir, mi querido abuelo desea hablar un poco con la abue… eh, mi tía. —¿Papá? Claus asintió. —Entiendo, Claus, hazle compañía a Ritzhard mientras tanto. —… —¡¿Y tu respuesta?!

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—S-sí. Claus se quedó en la habitación conmigo. Por alguna razón, sentí lastima por él. —¿Por qué no te sientas? —Sí… Tomé el vaso de jugo y le sugerí que tomara asiento. —Has crecido mucho en tan poco tiempo. —Te lo agradezco. Claus cumplió trece este año, ¿creo? Está en una edad donde es difícil interactuar con los adultos, así que tendré cuidado de no ponerlo nervioso. Hablamos sobre la escuela. Por lo visto, Claus estaba en el club de tenis de su escuela, un deporte que se juega al golpear la pelota con una raqueta. —Conseguí un premio en la última competencia… Comenzó porque Sieg le enseñó a jugar tenis cuando era niño. Sin embargo, en los últimos años, Sieg solo practicó con él en intervalos cortos y no pasaba mucho tiempo con él. —El tenis, ya soy bueno así que esperaba mostrárselo, pero ella siempre decía que estaba ocupada, así que para atraer su atención… Por esa razón llamaba a Sieg “abuela”. Bien, ¿qué debería decir? Entiendo cómo se siente querer hacerle bromas a la chica que te gusta. —Aun así, me sorprendí cuando vi a mi tía hoy. —¿Te sorprendiste? —Ella estaba, pues… se veía femenina. Ciertamente. Sieg se volvía más linda cada día. Así que debe haberse sorprendido por ver de repente un cambio como ese. —Ha pasado un año desde que comenzó a vivir en el bosque, así que estábamos pensando que tal vez se había convertido en una bestia salvaje, más grande que antes. —Eso es… Por lo visto, tienen la imagen de que somos una tribu que come carne cruda. Um, nuestros antepasados sí llegaron a comer carne de reno cruda y beber su sangre cuando vivían como nómadas; pero, ahora nuestra vida no es muy diferente a vivir en la capital. Poco tiempo después, Sieg regresó a la sala. - 27 -


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Volumen 02

—¿Espero que no hayas sido grosero, Claus? —¡N-no lo fui! Mientras contemplaba a Claus, quien no podía mirar a los ojos a Sieg, le dije que había sido un chico muy bueno. Después, los padres de Sieg también entraron. —Te agradezco que hayas venido hasta aquí, Ritzhard. —¡Sí, por supuesto! Los padres de Sieg también estaban felices de ver a Sieg luego de mucho tiempo. Claus dijo que las pláticas de los adultos eran aburridas y salió de la habitación. —¡Cielos, me sorprendió la transformación de mi hija! —Te entiendo, nunca pensé que vería a mi hija tan femenina y rellenita. —Papá, mamá, están exagerando. Mi suegra se limpió las lágrimas con un pañuelo. —Es buena hora, ¿les parece si comemos ya? Cuando mi suegra sonó la campanita en su mano, entraron sirvientas a la habitación para preparar la comida. Dijeron que el día de hoy habría la comida favorita de Sieg. Al escuchar eso, su expresión se tensó. En estos últimos días declaró que no quería carne que tuviera grasa, así que llevamos un estilo de vida centrada alrededor de frutas, vegetales y platillos de carne ligeros. El embarazo cambia el sabor de la comida, por lo que Sieg estaba evitando los pesados platos de carne. Mientras estaba en el ejército, comía una gran cantidad de carne a la parrilla para fortalecerse. Sieg temía que esos platillos fueran servidos hoy. Solo pude darle palmaditas a Sieg en la espalda para tranquilizarla. Primero sirvieron las bebidas: un vino espumoso. Sieg le dijo al sirviente que preferiría agua. A continuación, entregaron los aperitivos: puré de papas y jamón con queso, así como una sopa de tubérculos. El plato principal fue carne de ternera a la parrilla con una salsa de vino tinto. Aunque, claro está, tan pronto como eso apareció, Sieg presionó su boca con la mano y se puso de pie. Lo miró por un rato, pero casi de inmediato salió corriendo. Una sirvienta, que parece haberse percatado de la situación, corrió tras ella. Cavilé qué debería hacer; aunque, tras ver la expresión sorprendida de sus padres, decidí que no había ningún motivo para ocultarlo de ellos. - 28 -


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—Eh, son las náuseas del embarazo. —¡¿Qué?! —Pues… Estaba preocupado por Sieg, pero, si yo también me iba, se preocuparían aún más, así que les conté todo mientras seguíamos cenando. —O eso dijeron… —¿De verdad? —Suena difícil. La ciencia médica moderna solo puede determinar el embarazo luego de cinco meses. —Sin duda, mi intuición me decía… bueno, pensé que podría estarlo. Ha ganado algo de peso después de todo. Tal y como se esperaría de una madre de diez. Me dijo que no había problema por no haberles dicho. —¿Dará a luz en tu país? —No… todavía no lo hemos decidido. El doctor desalentó viajar durante el embarazo. Por eso pensé en dejar a Sieg aquí y regresar solo a casa. Aun así, no se trataba de algo que pudiera decidir yo solo. Luego de almorzar, me apresuré a ir con Sieg quien se encontraba descansando en su habitación. Estaba dormida cuando llegué. La sirvienta me comentó que comió fruta y luego se fue a dormir. Por lo visto, también vino un doctor. Por la tarde, mi suegro me llevaría a un salón bar. Tenía que prepararme. Le di un beso en la frente a Sieg y salí del cuarto. En el salón bar jugamos billar, juegos de cartas, bebimos alcohol y hablamos sobre eventos del mundo. Lejos de las mujeres, se trataba de un lugar popular de relajación para los caballeros. Mi suegro me invitó a disfrutar un poco de alcohol. —Lindo lugar, ¿no te parece? Puedes beber todo lo que quieras aquí. —Es como una base secreta. —Así es.

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Una base secreta, era un lugar donde los niños pasaban su tiempo fuera de la vista de sus padres. Conocía la palabra, pero no podía darme el lujo de hacer dicha base. Solo dije lo que había aprendido de los libros. —¡Pues bien, comencemos con un brindis! —Muy bien. Mi suegro ordenó cerveza oscura. Pensé con satisfacción que padre e hija se parecían mucho. —¿Qué te parece? —Un poco fuerte. Prefiero las Ales. —No. Me refiero a mi hija. —Ah, ¿eso? Entonces, hablaba sobre Sieg, no sobre la cerveza. Qué vergonzoso. Ya que se trataba de un tema serio, bajé el tarro y arreglé mi postura. —Sieglinde-san es una mujer encantadora, es más de lo que merezco. —¡¿Uh?! —¿Eh? —¡¿E-en serio?! ¡¿Estás bien de la cabeza?! —Sí, no miento. Mi suegro lucía desconcertado e incrédulo. Le volví a declarar que era cierto. —No…… Perdón por haber dudado de ti. Mi suegro me invitó porque esperaba dejar salir mi frustración reprimida; sin embargo, se sorprendió por mi respuesta. —Bueno… mi hija tiene un carácter fuerte y no es nada femenina. Nosotros, mi familia, todos pensamos que tenía el control total en el matrimonio. —No, en realidad no. Sieg es diestra en muchas cosas; pero, nunca intentó hacer algo mejor que yo, su esposo, tampoco trató de forzar su opinión en mí. Cuando hay un problema, lo hablamos. —Estoy muy contento de que mi hija sea feliz y conozca las dichas de ser mujer. —…… - 30 -


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—A pesar de eso, creía que todo era gracias a que Ritzhard-kun se sacrificó por nosotros. Suegro, exactamente qué opinión tienes de tu hija. Estuvo en el ejército desde los trece hasta los treinta y uno, quizá Sieg nunca tuvo la oportunidad de relajarse con su familia, de conocerse mejor entre ellos. Mientras tomábamos alcohol, charlamos sobre nuestra vida en el país de la nieve. Al final, mi suegro comentó que le gustaría ir, lo cual me hizo feliz. Regresamos tarde a casa. Antes de darme cuenta, estábamos hablando con mucho entusiasmo. Cuando escuché de un sirviente que Sieg me estaba esperando, entré en pánico y corrí hacia su habitación. —Lo siento, Sieg, acabo de regresar. —No… está bien. Sieg estaba recargada en el respaldo mientras bordaba. Su complexión era mejor que antes, así que me sentí aliviado. —Entonces, nos descubrieron. —Sí. Pero, tal vez eso fue lo mejor. —¿? Luego de acariciar la cabeza de Sieg, me senté junto a ella. Enseguida, le conté lo que había estado pensando. —Sieg… ¿por qué no te quedas aquí un tiempo? —¡¿Eh?! Aquí los doctores podían venir rápidamente, así como parteras que tenían experiencia dando a luz. Probablemente también podría pasar su tiempo más cómodamente aquí que en las tierras remotas. —Regresaré en el verano. —¡¿?! Bueno, si resulta que no está embarazada, podría venir en primavera. De cualquier modo, no puedo llevarla al frío extremo mientras se encuentra débil. —N-no tengo ningún plan para descansar aquí por mucho tiempo.

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—Podrías tener un bebé dentro, no puedo permitir que subas a un barco por dos días. —… El doctor comentó que era posible sufrir abortos espontáneos en esta fase, además no hay doctores a bordo. Sería malo si algo llegara a pasar. Había personas mayores que sabían mucho sobre dar a luz, pero las posibilidades de que ellas ayudaran a Sieg eran bajas. —Me pone triste tener que separarme de ti, pero no tenerte por el resto de mi vida es más doloroso. —…… Sieg aceptó. —Te escribiré cartas. —… Sí… Su expresión abatida también me dolió. Aun así, esto era lo mejor. No puedo presionarla a regresar y que pierda posiblemente una vida. —¿Regresarás mañana temprano? —… Sí… Posiblemente tenga montañas de trabajo por hacer de vuelta en casa. No hay muchas tareas como Lord, pero las cosas se apilan cuando dejo la casa por unos cuantos días. —Me pregunto cómo puedo deshacerme de este miedo. —Lo siento, Sieg. —No, no tomaste una mala decisión. Me angustiaba saber qué podría hacer para tranquilizar a esos ojos grises temblorosos; pero las palabras correctas no salían. —¿Cómo debería decirlo? Estoy sorprendida. Por lo visto dependía bastante de ti. —Eso no es cierto. Te iba muy bien en esas tierras extranjeras. —Si es así, entonces, ¿por qué es tan dolorosa esta despedida? —¡! Abracé a Sieg con fuerza. En mi situación actual, esto fue lo mejor que podía hacer para consolarla. - 32 -


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Mientras la abrazaba y acariciaba su espalda, alguien tocó la puerta. Cuando la abrí, un sirviente me dio una carta. El remitente era mi abuelo. Se trataba de una entrega exprés. Cuando abrí el sobre mientras me preocupaba que algo malo hubiera sucedido, vi una cosa absurda escrita allí. «Mi hijo y su esposa, he capturado a tus padres. ¿Cómo debería cocinarlos?» Tal parece que mi abuelo encontró a papá y a mamá, quienes estaban desaparecidos.

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Volumen 02

Capítulo 05

% ¡¿Castigar a mis padres?!

¡¿Mis padres desaparecidos fueron capturados luego de una década?! ¡Encima de eso, ¿puedo cocinarlos como yo quiera?! —¿Qué pasó, Ritz? —¡! Me distraje imaginando cómo debería cocinar a mis padres. —Ah, perdón, solo estaba sorprendido. —¿? Doblé la inquietante carta del abuelo y la guardé en el bolsillo interior de mi abrigo. Luego, le expliqué todo a Sieg que me miraba preocupada. —El abuelo escribió una carta contándome que encontró a mis padres. —Ya veo. Me pregunto qué es esto. No sé si sentirme bien o mal. Sieg también parecía confundida sobre lo que deberíamos hacer. —Um. ¿Qué hago? Ahora mismo no hay carruajes. Tampoco sé montar a caballo, así que alquilar uno está fuera de discusión. Quizá lo mejor sea ir mañana temprano y llevar a mis padres a la aldea. De ser posible, me gustaría ir enseguida, pero no puedo molestar a la familia de Sieg. Quizá se mostró en mi cara lo que estaba pensando, porque Sieg sugirió algo. —¿Por qué no le pides a papá un carruaje, Ritz? —Eh, no, está bien. No es como si pudieran huir de mi abuelo, así que mañana puedo ir. —Pero, ¿no estás preocupado? —… - 34 -


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Preocupado, sí. Está el abuelo quien está al máximo de su frustración y mis padres que no se dan cuenta de la gravedad de la situación. Estoy más preocupado por el abuelo. Podría desmayarse debido a la presión alta a este ritmo. —No tienes que rechazarlo. Somos familia, ¿verdad? —Gracias. Entonces, por favor hay que preguntarle a mi suegro. —Entendido. Nos movimos a la sala de estar y le pedimos a mi suegro un carruaje. —Eso es pan comido. —Gracias. Las preparaciones procedieron sin problemas y en poco tiempo llegó la hora para dirigirme a la capital. Mi suegro también comprendió lo que implicaba cuando hice que Sieg se quedara a descansar aquí. Ahora podía marcharme sin preocupaciones. —Lamento que las cosas hayan sido tan caóticas. —No, está bien. Sentí que no podía abordar mi barco mañana, así que prometí que regresaría al día siguiente. —Entonces, nos vemos luego. —… Sí… Besé la mejilla de Sieg, que había salido a la entrada principal, y me marché. Si me entretengo aquí, ella se quedará afuera en el frío. Tres horas después de que me despedí de Sieg. Cuando el día cambió de fecha, llegué a la mansión del Marqués. —Bienvenido, Ritzhard-sama. —Perdón por venir a una hora tan intempestiva. —No es nada, señor. Le entregué mi abrigo y sombrero al sirviente, luego me apresuré a ir con mis padres. De acuerdo al mayordomo, seguían despiertos porque podría venir. El mayordomo abrió las puertas por mí y entré. —… ¡Papá, mamá! Mis padres estaban allí. - 35 -


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—Cielos, Ritz-chan. —Waa, Haru-kun, cuánto tiempo sin vernos. —… Viendo su naturaleza relajada inalterable, cualquier hostilidad desapareció. Por cierto, papá me dice “Haru-kun”, porque llamaba a mi abuelo materno que tenía un nombre similar, Rikhard, “Haru-san”. Cuando mi abuelo seguía con vida, papá lo llamó en incontables ocasiones usando “kun”. Mi padre estaba sentado en una posición extraña. —¿Por qué estas así…? —Papá dijo que reflexionara sobre mis acciones toda la noche. —… Está bien… Papá estaba arrodillado sobre el piso de mármol con ambas rodillas dobladas. Por lo visto, era una posición para reflexionar en algún país muy lejano. Mamá permanecía de pie detrás de él con una expresión que decía «Qué difícil~». Luego, les pregunté la inquietud que siempre tuve. —¿Dónde estaban? —Perdón, Ritz-chan, mami y papi se perdieron. A pesar de que queríamos, no podíamos regresar a casa~. —… Ya veo… Más o menos me lo imaginé. Bueno, nunca tuve algún inconveniente por el hecho de que mis padres no estuvieran allí, así que no tengo por qué condenarlos por nada. —Aun así, me alegra que estés saludable~. —Mamá y papá, ustedes también se ven saludables. —¡Así es, estamos muy saludables! Como sea, Ritz-chan, parece que te va bien y ya eres todo un adulto, qué felicidad. —Sí. Ahora tienes el rostro de un adulto. Bueno, sí maduré durante una década y también tengo responsabilidades. En diez años una persona puede cambiar mucho. Ahora que sabíamos cómo estábamos, nos quedamos sin tema de conversación. Poco después, nos sirvieron té caliente. Luego, la puerta se abrió con gran fuerza. - 36 -


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—¡¿Has llegado, Ritzhard?! —Abuelo… El abuelo entró a la habitación con su ropa de dormir y un abrigo. Al parecer, me estaba esperando. Lo lamento. Miró a papá con una expresión que decía «Qué ridículo», luego comenzó a declarar. —Hey, capturé a tus padres. Haz lo que quieras con ellos. —… Ah… ¿gracias…? Incluso si dice que haga lo que quiera, es un problema. En realidad, no siento furia o resentimiento contra mis padres. —¡¿Por qué no estás haciendo nada?! ¡Te sentirás mucho mejor si golpeas a mi hijo idiota al menos una vez, ¿no?! —Pero, eso sería un poco… —¡¿No estás molesto?! ¡¿Incluso después de ver a tus padres que forzaron la posición de Lord a ti y te abandonaron por una década?! —U~m. El abuelo estaba temblando de furia; pero, yo no tenía esa emoción, lo cual era raro. La mayoría de las personas estarían enfurecidas. —¡Ritzhard desata tu ira sobre ese hombre haragán! —Eeh, ¿qué debería hacer? Deseaba fervientemente cumplir con las expectativas del abuelo, pero todavía no tenía un motivo para herirlo. —¡Ugh! ¡Por qué tu hijo es, tan amable, Richelle! —Se quejó mi abuelo con una expresión frustrada con Richelle, mi madre. —Querido suegro, se nos ha enseñado que “no dependamos de los demás” por papá desde que éramos niños, así que Ritz-chan no piensa depender de nosotros ni un poquitín, por eso es que no está molesto~. Quizá tenga razón. No esperaba nada de papá o mamá. Podía decir lo mismo de otras personas; aunque me di cuenta de que había una excepción. Sieglinde. En todo el sentido de la palabra, ella era la única mujer en la que podía confiar. Me sentí feliz cuando noté que tenía a una persona así. Estaba como nuevo al entender lo que sentía sobre mis padres; pero eso solo se aplicaba a mí. El abuelo estaba sujetando su cabeza mientras la sacudía.

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—¡¡Uwaaa!! ¡Ya no puedo soportarlo! —¿Abuelo? —¡¡Tú, hijo idiota!! ¡Eres la fuente de todos los males!! Tras proclamar eso, el abuelo le dio una bofetada a papá con todas sus fuerzas, el cual rodó por el piso después del impacto. Mamá fue tras él lentamente mientras exclamaba. —Oh cielos, oh cielos~. —¡Al menos tenía que hacer esto para sentirme mejor! ¡Ritzhard haz que este hijo idiota sea el Lord! De esa forma, podrás vivir aquí por un tiempo. —Ah, eso sería agradable. —Otra vez siendo tan sua- ¡¿qué?!… ¡Así de fácil, ¿en serio?! El abuelo se sorprendió y me cuestionó. —A decir verdad, la condición de Sieg no es muy buena, así que estaba planeando dejarla aquí hasta que el bebé naciera, pero dejarla sola me hace sentir ansioso y solitario. —¡C-cierto! El abuelo corrió hacia papá y lo pateó. —¡Hey, lo escuchaste, ¿verdad?! —… P-papá tengo algo que preguntar antes de eso. —¿Qué? ¡Te lo digo desde ahorita, pero no tienes derecho a negarte! —Eso es, bueno, sí. Está bien. Creo. Papá tenía curiosidad sobre Sieg. —Sieglinde es la esposa de Ritzhard. —Eeeh~. Haru-kun te casaste~. —Vaya, vaya, Ritz-chan, en serio~. Mis padres no actuaron tan sorprendidos por el matrimonio de su hijo. Bueno, aunque ya lo esperaba. En este ambiente relajadamente inalterable, el abuelo concluyó la historia. —Descansemos por hoy. Tú quédate aquí a reflexionar. Richelle, puedes ir a dormir a una habitación. - 38 -


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—Pues, suegro, está bien. Me quedaré aquí. —No puedo permitir que lo hagas. —No, es como un paraíso aquí. No hace frío y tampoco hay bestias salvajes. —… El abuelo ordenó que solo papá durmiera en el piso duro; sin embargo, mamá insistió en que se quedaría. Al final, el abuelo cedió y le dio una manta a mamá. Al día siguiente. Salimos a primera hora hacia la mansión de los Wattin. No solo me acompañaban mis padres, también el abuelo vino. —Más vale que no digas nada innecesario allá, ¿entendido, estúpido hijo? —Sí, señor~. —¡Sé firme al final! —Sí~, señor. —¡¡Tampoco lo alargues en medio!! —Bien-bien. —No lo digas rápido y tampoco dos veces, idiota. —Esto es difícil. —… Pensando que era una pérdida de tiempo o algo así, el abuelo pellizcó el dedo meñique de papá, pero él solo contestó felizmente: —Ese es punto de presión para el dolor de hombros~. El ambiente era un desastre, pero al menos se había decidido el plan. De cualquier modo, teníamos que regresar a mi país y redactar un documento para delegar mi autoridad como Lord. Luego, debía pedirle a la familia de raza marcial que cuide de mis padres y hacer las preparaciones para las noches polares. —Estaremos bien con las preparaciones para las noches polares~. Mami está acostumbrada. —Ah, ya veo. Mamá era buena cazando animales pequeños. También sabía cómo preservar comida y hacer artesanías, así que probablemente no tenga que preocuparme por eso.

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El problema era la habilidad de papá como Lord. Como recibió educación, seguramente estará bien en lo relacionado a la administración del reino, pero me preocupaba su interacción con los aldeanos o los soldados en la fortaleza. —¿Estarás bien siendo el Lord, papá? —Estaré bien, bien~, creo. —… Viendo a papá sonreír despreocupadamente, entendí dolorosamente bien por qué mi abuelo se rindió en la educación de ser un Lord con su yerno. Mientras sujetaba mi frente con las manos, mamá tiró de mi manga. —No te preocupes, Ritz-chan. Si algo malo pasa, nos disculparemos~. —… Cierto… Me preocupé. Mientras seguía angustiado, el carruaje avanzó. El abuelo continuó dando clases a papá sobre lo que era ser un Lord, pero no estoy seguro si logró procesar eso. ❄❄❄ Tres horas más tarde, llegamos a la mansión de los Wattin. Mamá preparó un obsequio sencillo. La canasta tenía una tarta de bayas que había horneado. Desde luego, no conseguimos bayas frescas, así que lo hizo con mermelada y jarabe. Lo preparó cuando dije que a Sieg le gustaban las tartas de bayas. —Sería lindo si le gusta. Pero, está embarazada, así que sus gustos podrían haber cambiado. —Si eso pasa, comámoslo entre todos. —Está bien. Como fue reprendido de que no dijera nada innecesario, papá estuvo muy dócil. Era la primera vez que lo veía con una apariencia impecable. Siempre vestía ropas arrugadas y su cabello estaba alborotado. Cuando lo miré con un traje de etiqueta, daba la impresión de ser un noble digno. Mamá también tenía puesto un vestido. Me asombré con el delicado bordado que lo adornaba. Las personas amables de la casa recibieron a mis padres cálidamente. Estaba realmente agradecido. Debido a la guía de mi abuelo, papá solo pudo presentarse y contestar con respuestas concisas. No obstante, gracias a eso, la primera reunión anduvo bien. - 40 -


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A Sieg le gustó la tarta que horneó mamá. Incluso dijo que estaba feliz porque no había comido nada debido a las náuseas. Luego, discutimos sobre delegar las obligaciones como Lord a papá. —Una vez que delegue mi trabajo a papá, estoy pensando en pasar el tiempo aquí hasta que el bebé nazca. —¡Esa es una gran idea! Afortunadamente, mi suegro estuvo de acuerdo. —De ser posible me gustaría ayudar con algo de trabajo. —En ese caso, ¿qué tal si ayudas con mi rancho? Últimamente nos hace falta mano de obra. Ah, claro solo si Ritzhard-kun quiere. —¡Si puedo ser de alguna ayuda, por favor! —¡Genial! Rebosante con vegetación, esta región también era conocida como el “corazón boscoso”. Mi suegro luego de retirarse del ejército, cultivó sus tierras personales y ahora administraba un rancho. Aunque, al menos pasará un mes hasta que pueda regresar aquí. Abordaremos el barco mañana por la tarde. Mi suegro dijo que deberíamos pasar la noche allí, así que acepté amablemente su generosidad. También mi suegra dijo que una pareja debería pasar tiempo a solas, así que fui a la habitación que fue preparada. En el instante en que cerré la puerta, Sieg me abrazó por detrás. —¡Uwa! —¡Ritzhard! —¿Q-qué pasa? —Estoy feliz. Declaró que se había liberado de la ansiedad de estar sola, así que se sentía en las nubes. —Aunque, mañana nos separaremos. —Si solo es eso… puedo esperar. —Ya veo. Eso es bueno. Luego charlamos hasta que llegó la hora de dormir. - 41 -


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A la mañana siguiente, me fui tratando de hacer el contacto mínimo posible con Sieg, de lo contrario sería doloroso despedirme. Regresé a mi país y le enseñé a papá las tareas. Luego, también fui a revisar las preparaciones de todas las casas para las noches polares. Mientras lo hacía, también les informaba a los aldeanos que no estaría en la aldea por un tiempo y que mi padre se haría cargo mientras tanto. Un mes pasó rápidamente. Después, llegó el día en que partiría al país de Sieg. —Entonces, Haru-kun, nos vemos~. Saluda a Sieglinde-san y a su familia de mi parte~. —Está bien. —Ritz-chan come esto en el barco. —Gracias. Quizá se debía a que ahora era un Lord, pero papá estaba usando las ropas tradicionales que había dicho que no le gustaban de manera impecable. Mamá también se estaba moviendo un poco más rápido para apoyarlo. —Papá, mamá, dejo a la aldea en sus manos. —Cuenta conmigo. —Estará bien~. —… ¡Ah, después de todo sí me preocupa! No obstante, más importante aún, estaba preocupado por mi esposa. Incluso mientras me disculpaba con los aldeanos en mi mente, partí hacia el extranjero.

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Capítulo 06

% Reporte de Actividades ~Claus Von Wattin~

Tras haber sido parte del ejército durante dieciocho años, mi tía tenía una personalidad perspicaz y era más popular con las mujeres. Era alta para ser una mujer, con una mirada penetrante y apariencia gallarda. De acuerdo a las mujeres, mi tía era “alguien que cumplía los sueños de las mujeres”. No estoy seguro, pero la tía que conozco es impasible y cuando habla solo es para regañarme. Qué molesta. Nada femenina. Aunque, juega muy bien al tenis. Mi tía es esa clase de persona. A pesar de eso, incluso para mi tía que es una desgracia como mujer, surgió un cambio conocido como: Matrimonio. Había escuchado de mamá que mi tía estaba buscando con quién casarse, pero creí que no sería capaz de encontrar a uno. Incluso si lo hacía, pensé que se casaría con un hombre con muchos divorcios o un anciano. Toda mi familia también opinaba lo mismo. Hasta mis tíos apostaron sobre el tiempo que tardaría en casarse. La opinión general era que pasarían de tres a cinco años. Mientras todos se quejaban que eso no era una apuesta, escuchamos noticias sorprendentes de la capital. Se había decidido el matrimonio de mi tía. Pese a eso, no venía escrito con quién. Cuando las expectativas de todos se acumularon, mi tía trajo un noble extranjero tres años menor que ella. Todos sospecharon que lo había obligado a casarse. Aunque, él la llamaba por su sobrenombre y no parecía asustado de ella. Además, era un hombre con agallas que trataba a mi tía como una mujer hecha y derecha. Aunque el noble extranjero lucía suavecito, aparentemente era un cazador viviendo en las regiones remotas. Si sostiene un arma, ¿no se caerá al suelo por su peso? Fue lo que sentí. No obstante, mientras escuchaba, de verdad pensé que ese lugar era perfecto para mi galante tía.

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Incluso después de que se marchó, mi vida no cambió tanto. Tal vez hubiera sido diferente si hubiera pasado mientras vivía en la capital con mamá, pero ahora que estaba asistiendo a una escuela con dormitorio. No veía mucho a mi tía. Por eso, a final de cuentas no me sentí solo. Por otra parte, llegaron noticias de que mi tía regresaría a casa luego de un año. Todos nos preocupamos de que tal vez se había divorciado; pero nos sorprendimos cuando no fue así. Cuando nos reunimos en la mansión Wattin, todos estábamos pensando lo mismo y el tema de conversación de ese día se volvió mi tía. Todos opinaban que regresaría con unos gigantescos bíceps y músculos prominentes; pero, cuando vino con su esposo el cambio fue diferente. Cuando fui a la sala de estar, pensando en decir “abuela”, así como agregarle un “fuera de aquí”, había una señora allí y el hombre travesti de siempre no se veía por ningún lado. Sin duda alguna la persona frente a mí era mi tía. Solo conocía a una mujer que tuviera cabello rojo como el atardecer y ojos grises. La tía que vi luego de mucho tiempo era muy diferente. Antes, tenía cabello corto, una mirada intimidante y usaba ropa de hombre. Esa era la abuela travesti llamada Sieglinde. No obstante, el día de hoy, mi tía lucía normal. Había ganado un poco de peso y parecía más suave ahora. Su cabello corto ahora era más largo. ¿Y en dónde carajos había escondido esos enormes senos? Las personas en la mansión también se sorprendieron por el cambio de mi tía. Todos mis tíos y primos dijeron: «Su esposo la hizo mujer». No estoy muy seguro de lo que eso significa, pero está bien. Quería hablar con su esposo, pero no tuve el tiempo de hacerlo. Al día siguiente, nos dijeron otra noticia sorprendente. Mi tía quizá estaba embarazada. Como no era recomendado que las mujeres embarazadas abordaran barcos, mi tía se quedaría aquí mientras que su esposo regresaría a su país. Me preocupaban muchas cosas, pero tenía que regresar al dormitorio. Quería despedirme antes de irme, pero la sirvienta dijo que su condición no era buena, así que no pude. Una semana después, visité la mansión Wattin otra vez. De acuerdo a la abuela, estaban esperando a que llegara, ¿su periodo estable? No estoy seguro, pero ella se

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estaba comportando dócil hasta que la probabilidad de un aborto disminuyera. Hasta entonces, no se podía mover mucho. Por eso, no podía jugar tenis, o al menos eso dijo la abuela. Aunque en realidad no vine aquí para jugar tenis. Luego el abuelo me atrapó y me obligó a ayudar con el rancho hasta la noche. Qué descuido. Sirvieron de cena la salchicha que hicimos durante el día. Quizá como yo mismo la preparé, sabía más sabrosa que de costumbre. Mi tía también elogió su sabor y me sentí solo un poquitito feliz. La siguiente visita fue tres semanas más tarde. Mi tía estaba muy aburrida. —¡Qué, esta no eres tú! —Claus habla con más educación. —… Incluso cuando dije algo grosero, me dejó ir solo con una advertencia leve. Es tan diferente a lo usual, es extraño. —Por lo visto, el amor de tu esposo te ha suavizado. —No lo sé. De cualquier modo, ¿cómo era antes? Mi tía. Siempre tenía el ceño fruncido con un aura que parecía declarar que todo el mundo era su enemigo. —¿Qué es eso? —Luego de conocerte, todos decían que dabas miedo. —Bueno, no podía hacer nada al respecto. Nunca tuve un aliado con quien sincerarme. En el ejército donde solo había hombres, si cometía un error, sería criticada, si alguna vez fallaba, las personas me denunciaban por ser mujer, así que no podía darme el privilegio de relajarme. —… Me pregunto si no podía descansar incluso entre la familia. Qué vida tan solitaria, pensé. Sin embargo, ahora era diferente. Cualquiera se daba cuenta. Mi tía encontró a una persona en quien confiar y estaba viviendo en paz. —Lamento haber dicho que esa no eras tú. —¿En serio? - 45 -


Emoto Mashimesa / Akaneko

Volumen 02

—Me agradas más ahora. Cuando dije eso, mi tía sonrió con una expresión resplandeciente que nunca antes había visto. Por alguna razón me sentí avergonzado y dije algo grosero otra vez. —Qué alivio. No tenías ni una pizca de ello, pero tu esposo te hizo mujer en solo un año. —¡¿Qué has dicho?! —¡! Su expresión suave desapareció y entrecerró los ojos. —¡¿Dónde escuchaste eso?! —M-mis tíos, yo, creo. —Ooh, así que mis hermanos dijeron eso. —S-sí. N-no lo dudes ni tantito. —Entiendo. —… Perdí ante su aura intimidante y terminé escupiéndolo todo. Ya que las vacaciones de invierno comenzaron a partir de hoy, mis tíos también regresarán a la mansión. Será muy incómodo. A pesar de que no me haría nada a mí, estaba temblando. Durante la cena, mis tíos tenían una expresión sombría. Cuando mi abuela preguntó qué pasaba, mi tía los fulminó con la mirada y nadie pudo decir nada. ¿Exactamente quién es este hombre que convirtió a mi tía, que tiene una mirada de ave de rapiña, en su esposa? ¿Y exactamente cómo logró domesticar a esta “águila carmesí”? No podía dejar de pensar en eso. Luego de eso, cada vez que mi tía veía a mis tíos, parecía molesta. Su furia no disminuyó en lo más mínimo. Un par de días después, su esposo llegó. Mis tíos lo recibieron de la mejor forma posible. Qué patéticos.

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La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña

Capítulo 07

% Reunión

¡La tan esperada reunión con Sieglinde! Estaba tan feliz que estuve muy ansioso durante el viaje de dos días en barco. En el puerto, un sirviente de la casa de Sieg estaba allí para guiarme. En el carruaje, uno de mis cuñados me contó sobre los recientes acontecimientos de interés en la Mansión Wattin. Me dio gusto saber que Sieg se encontraba saludable. Tres horas más tarde, arribamos a las frondosas tierras que el Conde regía. Frente a la entrada, los hermanos de Sieg me esperaban. Me pregunto qué está pasando. Todos me saludaron con expresiones deslumbrantes. No sería extraño si solo fuera uno, pero había muchos soldados corpulentos alineados. Una escena rara. —¡Bienvenido, Ritzhard-kun, te estábamos esperando! —¿Eh? Ah, muchas gracias. —¡No tienes por qué ser tan educado! Somos hermanos, ¿verdad? —Ya veo. Trataré de acostumbrarme. Tuve problemas sobre cómo debería reaccionar ante estos soldados que hablaban de una forma tan decorosa. Además, había personas que veía por primera vez. Mejor dicho, de los cinco presentes, es la primera vez que veo a cuatro de ellos. Todos tenían cabello rojo y rostros de aves de rapiña. También eran una cabeza más alta que yo, así que era un poco aterrador estar rodeado por ellos. —Pero, ¿qué hacen aquí, cuñados? —Eh, no, eeh, eso es. —Ah… Es que… es porque nuestra fuerte…… Quiero decir, li-lin… linda hermanita… ¡Agh! ¡¡Me dieron escalofríos!! —¡Ah, eso te pasa por decir algo que no piensas de verdad! —Como sea, ¡¡Sieglinde está un poquitín malhumorada!! - 47 -


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Volumen 02

—¿Sieg? Eeeh, qué inusual. De súbito, todos mis cuñados jadearon y me miraron incrédulos. —Eh, ¿dónde está Sieg? —¡En su habitación, por favor, apresúrate! —¡¡U~wa!! Fui empujado por el hermano más corpulento de Sieg hasta su habitación. Luego abrió la puerta, me lanzó dentro y cerró la puerta. Me giré hacia la puerta que había sido cerrada con mucha fuerza y ladeé la cabeza sintiéndome intrigado. Cuando eché un vistazo por la habitación, Sieg estaba sentada junto a la ventana. Cuando nuestros ojos se encontraron, se levantó de la sorpresa. —¡Ritzhard! —Ah, cuánto tiempo sin vernos, SieglinAntes de que pudiera decir su nombre, Sieg corrió hacia mí y me abrazó. En el instante en que nuestros cuerpos se encontraron, me pregunté si esto no era un sueño; pero, cuando su cabello carmesí acarició mis mejillas, me di cuenta de que era real. Disfruté el abrazo. —… Te extrañé, Sieg… Susurré eso en sus oídos y Sieg asintió en silencio. Cuando mis labios tocaron sus lóbulos, lentamente se tiñeron de un rojo brillante. Por el momento, me separé de Sieg y le pedí que tomara asiento en la silla junto a la ventana. —¿Cómo te sientes? —Ah, bien. —Ya veo. Aun así, me comentó que todavía tenía náuseas. —Parece que has adelgazado un poco, Ritz. —¿En serio? Puede que haya perdido peso por culpa del estrés. No tenía mucho tiempo para descansar debido a las lecciones que le di a papá por un mes. Me exigí demasiado sin darme cuenta. - 48 -


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Por ningún motivo puedo hablar sobre mi experiencia viviendo junto con mis padres. Estuvieron viajando por una década, así que su sentido común se volvió verdaderamente raro. Me cansé mucho al tener que cuidarlos. —En verdad, vivir con Sieg es perfecto. Tomé asiento frente a Sieg y rememoré nuestra vida durante el periodo temporal. Solo podía recordar momentos agradables. —¿Qué estuviste haciendo en el mes pasado, Sieg? —Pues, me dijeron que no podía hacer esto ni aquello, tenía muchas limitaciones. —Suena difícil. Mi suegra y la cuñada de Sieg estuvieron junto a ella vigilándola. —Por lo visto, creen que saldré para ejercitarme en el instante en que me quiten los ojos de encima. En serio, qué familia tan grosera. Como su familia estaba preocupada, estuvo tejiendo o bordando en silencio. Sieg me mostró sus trabajos. —Hiciste muchos. —Bueno, estaba aburrida. Un abrigo de lana, guantes, bufandas y calcetines. Todos tenían patrones de trapezoides perfectos. Sieg me colocó la bufanda. La bufanda era suave al tacto y estaba hecha con estambre azul. La sensación suave me tranquilizaba. —Esto, ¿es para mí? —Sí, todo lo que está aquí es para Ritz. —¡Eh, ¿de verdad?! ¡Qué feliz soy! —Adivinen qué, todos los artículos de lana eran para mí—. ¡Muchas gracias, Sieglinde! Le agradecí y le di un beso en la mejilla. Cuando me separé de ella, mis ojos se encontraron con sus ojos grises. Como estuvimos separados por mucho tiempo, me avergoncé. Nos estuvimos mirando por mucho tiempo; luego, Sieg fue la primera en apartar la mirada. Sus pestañas estaban revoloteando un poco.

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Volumen 02

Apoyada junto a la pared, Sieg parecía avergonzada. Cuando nuestras miradas se volvieron a encontrar, trató de escapar, así que coloqué ambos brazos contra la pared para atraparla. —Oye, Sieg. —¡¿?! —¿Puedo besarte? —… —¿No quieres? —… No es que no quiera… Ya que dijo que no le desagradaba, separé un brazo de la pared y sujeté su cintura. —Ah, me hubiera quitado el abrigo. Por culpa del abrigo esponjoso, no podía sentirla. Como mis cuñados estaban esperando afuera, no tuve tiempo de quitármelo. A pesar de eso, si retrocedo ahora, será más difícil atrapar a una Sieg avergonzada de nuevo, por eso, continué. Había agachado la cabeza, así que puse una mano en su mentón, levanté su cabeza y la besé. Quería disfrutar esto, pero los frenos no reaccionaron y la besé ligeramente. Lentamente me separé de ella y la miré a la cara. Tenía las mejillas teñidas de rojo y sus ojos grises estaban húmedos, poseían un destello más profundo que de costumbre. Cuando acaricié su mentón, cerró los ojos. Ya que no se presentaba esta oportunidad a menudo, la besé ligeramente cerca de la boca y me volví a separar. —Tengo que ir con mi suegro. —… Ah, es verdad… Esta era la casa de Sieg. No podía permanecer todo el tiempo aquí. —¿Dónde está mi suegro? —Creo que en su oficina. —Ya veo, gracias. Gentilmente acaricié su cabello y me levanté; pero, Sieg sujetó la solapa de mi abrigo. —Ah, es verdad, mi abrigo. Tengo que quitármelo. —No, no me refería a eso. —¿Uh? - 50 -


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—Tal y como dijiste, nuestra vida juntos es perfecta. —Bueno, estando con la familia, en realidad no podemos tenernos el uno al otro como la máxima prioridad. Por alguna razón, el tiempo que vivimos juntos pareciera que fue hace mucho tiempo. Estuvimos separados solo un mes, qué extraño. De igual forma, Sieg hizo una sonrisa amarga. —Espero que podamos regresar pronto a casa. —No te preocupes, podremos regresar pronto. No hice el comentario tonto de señalar que esta también era la casa de Sieg. ❄❄❄ Después, ambos fuimos al primer piso. —¡Ah, Ritzhard-kun, buen trabajo! —¿? No estoy seguro de a qué se refería con “buen trabajo”, pero mis cuñados me estaban dando la bienvenida, así que hice una reverencia. —Entonces, sobre el rancho. —¡¿Eh?! —¿Pasa algo malo? —Tú, ¿piensas trabajar? —Sí, eso pienso, y… ¿? Parece que dije algo raro, así que miré a Sieg. —Papá solo está sorprendido de que seas tan diligente. —Eh, ¿de verdad? Cuando miré a mi suegro, asintió como si estuviera de acuerdo con las palabras de Sieg. —Vienes desde muy lejos, deberías descansar por dos o tres días. —No, probablemente no pueda. Me siento mal holgazaneando. Así que expresé que me dejaran algo de trabajo. —Aah, en serio, desearía que mis hijos fueran un poco así. - 51 -


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Al parecer, mis cuñados, que son soldados, no estaban ayudando con el rancho. Pero, bueno, están aquí de vacaciones, de modo que no suena justo. —Siendo franco, Ritzhard-kun, serás de gran ayuda. ¿Podrías comenzar a ayudarme desde esta tarde? —Sí, desde luego. De esa forma, me reté a mí mismo con este nuevo trabajo.

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Capítulo 08

% Las desdichadas personas de la Casa Wattin

Mi suegro dijo que el rancho, que había empezado como pasatiempo luego de que se retiró, era uno pequeño; pero, para un campesino como yo, era bastante grande. En el campo cercado había borregos, caballos, vacas y cabras. Tenían cerdos en un establo grande y gallinas en uno pequeño. —Primero, comenzaremos limpiando. —Sí, señor. Yo debía limpiar el criadero de cerdos, lo cual se hacía una vez al día cuando los cerdos salían a pasear. Un perro grande los guiaba ladrándoles a los cerdos despreocupados para que se movieran. La limpieza incluía quitar el heno y reemplazarlo con uno nuevo. También tenía que lavar los alimentadores. Mi suegro me mostró cómo se hacía, una vez que entendí el proceso, le pedí que me lo dejara a mí. Pensé que estaría bien porque estaba acostumbrado a cuidar renos y gallinas; pero, el olor en el criadero de cerdos superó mis expectativas. Como no creí que pudiera soportarlo, até un pañuelo alrededor de mi boca y nariz antes de continuar trabajando. Cuando casi había terminado, escuché a un perro ladrar. Al abrir la puerta, había muchos cerdos esperando con un perro al frente. —¿Pueden esperar un poco más? Les pedí que aguardaran y después finalicé rápidamente. Luego de eso, había más y más trabajo por hacer. Tenían cerca de diez personas trabajando en el rancho. Como solo era un pasatiempo, decidió que no contrataría mucha gente. —Iyaa, de verdad fuiste de gran ayuda. —No, todavía soy un poco lento. Mi suegro y yo descansamos uno junto al otro. Estábamos cubiertos de tierra, pero aquí todos estaban iguales, así que no le di mucha importancia. Solo lavé mis manos y tomé un poco de leche tibia. - 53 -


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—¡Deliciosa! A diferencia de la leche de reno, la de vaca no tenía un sabor fuerte y bajaba con facilidad por la garganta. El sabor era profundo y el aroma suave. —Se siente bien tomar algo así de rico luego de un arduo trabajo. —Me alegro de que pienses así. Todos los productos diarios que se comen en la Casa Wattin son de este rancho. También hay salchichas, jamón y carne ahumada. En lugar de venderlo, la mayor parte de los productos es usada por los miembros de la familia y sirvientes. Tras un breve descanso, era hora de alimentar a los animales. Mientras tenía cuidado de no mirar a los cerdos que se acercaban corriendo con mucha energía, coloqué la comida en los alimentadores que acababa de limpiar. ¡Terminamos el trabajo de hoy! Aunque no hice mucho, mi estómago desvergonzadamente gruñó. —Regresemos ahora. ¿Tienes hambre? Ah, antes de eso, primero deberíamos tomar un baño. —Está bien~. En la carreta de regreso había leche fresca, trozos de carne y queso envuelto en una tela. Me senté en alguna parte mientras mi suegro guiaba al caballo. El día ya casi terminaba. La brisa fría acarició mis mejillas, pero se sentía más suave comparada a la brisa en casa. Donde vivía, todas las hojas desaparecían en invierno, pero aquí había más verde que blanco. Los árboles de abeto que rodeaban el rancho supuestamente eran de hoja perenne; es decir, árboles cuyas hojas no caen. —Ya que los veo todo el tiempo, no es tan interesante para mí, pero veo que sí lo son para alguien del país de la nieve. —Bueno. Todos los árboles en casa desprenden sus hojas antes del invierno. —Entiendo. Por cierto, tienen una canción. —¿Los abetos? —Así es, para celebrar la Navidad. Mi suegro parecía recordarla bien, pues la cantó mientras tarareaba algunas partes. Aunque afirmó que era una canción de Navidad, se trataba por completo de una canción para los árboles de abeto siempre verdes. - 54 -


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Tras arribar, entregamos los bienes a los sirvientes en la cocina y fui directo al baño. —Ritzhard-kun puedes entrar primero. —¡No, no, suegro, usted debería ir primero! —No, no puedo entrar antes de la persona de honor de hoy. —¡No hice gran cosa el día de hoy! —Todo está bien. Solo entra primero. —¡Estaré bien solo con un poco de agua en un barril! —¿De qué estás hablando? Si haces eso, pescarás un resfriado. Estuvimos repitiendo lo mismo por un rato, por lo que al final, entramos juntos. En la mansión del Conde hay un baño especial para las personas que regresan cubiertos de tierra del rancho. —Ahora bien, ¿te lavo la espalda? —¡¿Eh?! —Haré esto como agradecimiento. No te preocupes por nada. —¡N-no! ¡Suegro! Estoy bien. ¡¡Solo recibiré tus sentimientos!! ¡Puedo lavarme yo mismo! —Hey, no tienes que dudar. —¡Aah! El primer baño que tomé con mi suegro fue incómodo en otro sentido. ❄❄❄ Regresé a mi habitación sin secar mi cabello apropiadamente. Deshice la trenza que había hecho deprisa y comencé a secarlo con una toalla. Pronto estará lista la cena, así que traía puesta ropa limpia. También debía de asegurarme de que mi cabello se encontrara presentable. Mientras secaba mi cabello, tocaron la puerta. —Ah, adelante~. Cuando respondí desanimado, la puerta se abrió y Sieglinde entró. —¿Eh? ¿Qué pasa? —Nada, solo quería verte. - 55 -


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—Ya veo. Moví la silla al centro y le ofrecí que tomara asiento. —Lo siento. —No, está bien. No quería mostrarle mi cabello suelto, así que siempre salía luego de secarlo por completo; sin embargo, el día de hoy por culpa de mi suegro más o menos tuve que salir corriendo del baño. —Es la primera vez que te veo con el cabello suelto. —… Sí… Parecía un triste perro mojado; por eso no quería que me viera. —¿Quieres que lo seque por ti? —¡Eh, ¿qué?! Me arrebató la toalla de la mano; luego Sieg se movió detrás de mí y secó mi cabello con movimientos refinados. Luego de secarlo, lo trenzó. —¿Debí apretarlo más? —No. Está muy bien hecha. —Entiendo. Menos mal. Sieg dijo que había jugado con su sobrina a las muñecas en caso de que esto sucediera. —¿Cómo debería decirlo? Siento que me voy a morir. —¿A qué te refieres? —No puedo hacerle nada a esta linda y amable Sieg. No puedo tocar mucho a Sieg debido a sus náuseas. Así que solo acaricié gentilmente su mano. Había estado lejos de Sieg por un mes, por eso, con solo tocarla me llenaba de energía. Hasta que la cena estuvo lista, los dos pasamos el tiempo tranquilamente. ❄❄❄ Inesperadamente, la cena fue puesta en una mesa pequeña para ocho personas. Los padres de Sieg y dos de sus hermanos solteros, en total éramos seis personas.

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Esto se debía a que mi suegro opinaba que cenar con muchas personas haría difícil charlar entre todos. —Hoy de verdad fue un gran día. El trabajo marchó bien gracias a Ritzhard-kun. —Perdón por haberte hecho trabajar el mismo día que llegaste. Me sentí muy agradecido por las palabras amables de mi suegro y suegra. No estaba acostumbrado a que me halagaran, así que solo pude mostrar una sonrisa superficial. Mis cuñados fueron criticados por mi suegro. —Por lo menos ayuden un poco. —No necesitamos ayudar con un rancho que tienes como pasatiempo — respondieron humildemente a eso. —Aun así, es un alivio. Sieg se estaba volviendo peligrosa… Quiero decir, sintiendo solitaria. —Hermano, eso es. —Está mejor ahora, un poco. Mis cuñados hablaron sobre Sieg. —Sieglinde a veces se vuelve feroz… Quiero decir, marimacho. —¡Pero ese es su lado lindo! De súbito, la expresión de mi cuñado se tensó y tiró el vaso que tenía en la mano. —¡¿E-estás bien?! —A-aah. Lo lamento —dijo tras revivir de su estado petrificado sin verme a los ojos. —Ah, entonces eso pasó. —¿? Mi cuñado, que es un año mayor que Sieg y se encontraba sentado diagonalmente frente a mí, habló. —A veces Sieglinde puede ser opresiva… Quiero decir, a veces es obstinada, ¿cómo te va? —Pero, lo que dice es cierto, así que… —¡¡Qué tan entrenado estás!!… ¡¡Agh!! De repente mi cuñado bajó la mirada hacia su pie y parecía estar sufriendo. Me pregunté qué había pasado. Sieg, sentada frente a él, también lo vio con preocupación. - 57 -


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—Qué bien que Ritzhard sea un hombre magnánimo, Sieglinde. —… Con las palabras misteriosas de mi suegro, la conversación llegó a su fin.

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Capítulo 09

% El encanto de Sieglinde

Luego de cenar, acompañé a mi suegro y cuñados a beber. Sin duda alguna son familiares de Sieg, de verdad saben cómo tomar. Ya que antes había mencionado que me gustaba el Ale, prepararon una cerveza con sabor frutal para mí. Por supuesto, el acompañamiento eran salchichas. La salchicha Thüringer era fabricada artesanalmente con los cerdos criados en el rancho y las especias que cultivan aquí. Solo usaríamos carbón para asar las salchichas, de lo contrario no se podían proclamar que eran salchichas Thüringer. Además, mi suegro me advirtió que la salchicha que vendían con el nombre de “Thüringer Art” no era la verdadera. —¿Qué te parece si mañana hacemos salchichas juntos? —¡Sí! Estaba interesado en hacer salchichas desde hace tiempo, así que me emocioné por los planes de mañana. —¿Qué tal si lo dejas descansar mañana, papá? —Ah, ¿sería mejor eso? —Está bien, cuñado. Estoy interesado en hacer salchichas, así que lo espero con ansias. Cuando dije eso, todos me miraron de una forma rara. —Eh, um, ¿dije algo raro, cuñado? —No, no. Solamente estamos sorprendidos de que desees trabajar tanto. —Aah, es eso~. Tuve una conversación similar con mi suegro. —Al parecer Ritzhard-kun rara vez descansa durante el año. Tras oír las palabras de mi suegro, mis cuñados lucieron sorprendidos otra vez. —Esto es normal en nuestra aldea, así que, eh, le he ocasionado problemas a Sieglinde-san. - 59 -


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—No, usa a mi hija. Tiene mucha energía. —Así es. En realidad, tiene energía de sobra… —¡Hey, detente, ¿quieres volver a estar en una situación miserable?! —Ah, ah. Tienes razón. —¿? Cuando Sieglinde se convirtió en el tema, mi suegro y cuñados mostraron una expresión triste. Deben sentirse abandonados porque su encantadora hermanita se casó en algún lugar muy lejano. No me había dado cuenta. Quizá sea buena idea visitarlos un tiempo, al menos una vez al año. —¿Qué parte te gustó de mi hija, Ritzhard-kun? Creo que debería decirles. Sin embargo, contarles algo que ni siquiera le he dicho a ella, a su familia. —No hay problema si no quieres contarnos. —Se los diré. Todos lucían tristes, así que tenía que responder. Recordé muchas cosas: cuando aprendí sobre el amor verdadero, el recibir afecto, el sentimiento de alivio… Aunque eso solo pasó un par de meses antes de que regresara a mi país. —Me enamoré a primera vista de ella en el baile. —¡¿?! Todos los pares de ojos grises se abrieron completamente. Acaso piensan que soy un hombre superficial. —Bueno, no solo fue su apariencia, me cautivaron sus ojos valientes. —¡Ah, eso! Um, entiendo. En ese caso, puedo entenderlo. Ciertamente, los ojos de mi hija son especiales. Sin duda alguna posee unos ojos apropiados al título “El Águila Carmesí”. Mientras vivía con ella, descubrí muchas cosas sobre ella. Sobre su diligencia, su amabilidad, su postura audaz hacia las dificultades de la vida. Todo sobre Sieg era encantador. —Y luego~. —Ya es suficiente, gracias. ¡Entiendo que amas a mi hija!

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Mi suegro y mis cuñados estaban ruborizados. Puede que haya parloteado demasiado sobre la lindura de Sieg. —¿Ya nos vamos a dormir? —Está bien. Ya que el licor no cayó bien, la fiesta finalizó. Sentía el rostro caliente, así que me lavé la cara y me cepillé los dientes antes de ir al cuarto. La habitación contigua a la que me asignaron era de Sieg. No había luz saliendo por debajo de la puerta, así que debería estar dormida. Pensé en ver su cara antes de irme a dormir; pero, no quería despertarla, por eso fui directamente a mi habitación. Bajo la luz tenue de la chimenea, caminé lentamente hacia la cama. —¿Uh? Había un bulto en mi cama. —Llegas tarde. —¡! Casi grité. Se trataba de Sieg. —¿Eh? ¿Entré a la habitación equivocada? —No, esta es tu habitación. —Oh, sí~. En la oscuridad me quité el abrigo y me puse la delgada ropa de dormir de seda preparada sobre la silla. —¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? —No, solo quería dormir contigo. —¡! … Oh no, mi esposa es tan linda. Quería estar de inmediato a su lado, así que me apresuré a cambiarme y subí a la cama. Bajo las sábanas estaba Sieg. Esto debe ser el paraíso. Por si acaso, revisé su cuerpo.

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Ajá. Tiene ropa. —Qué raro~. —Dijeron que una mujer embarazada debía mantener su cuerpo caliente. —Qué desgracia. Me esforcé al máximo para no tener pensamientos pecaminosos. —Buenas noches. —¿Ya te vas a dormir? —… Sí… Sería lindo si mi amor por Sieg siempre fuera puro. Tristemente, soy un hombre, aunque generalmente estoy bien, una vez que mis deseos comienzan a hervir, no creo que mi mente o mi cuerpo estén satisfechos solo con roces ligeros. —Sieg. —¿Qué pasa? —Te amo. —Lo sé. A pesar de que dijo eso con frialdad, me abrazó más fuerte. Uwa, mi esposa es tan linda (se omite el resto). Como estaba usando ropa de dormir delgada, sentía su calor directamente. Además, descubrí que no tenía nada de ropa interior puesta. … Pensemos en otra cosa… ¿Qué debería hacer? Considerando que recién le dije que la amaba, ¿tal vez debería contarle sobre lo que hablé con su padre y hermanos? —¿Qué pasa? —No, eh, pues. Demasiada estimulación. No puedo dormir de esta forma. —Ahora que lo pienso, tomaste un baño con papá. —¡! Mi cabeza estaba repleta de cosas rosas; pero, al pensar en la vergonzosa (¿?) escena de baño con mi suegro, recordé mi pasado oscuro de hace unas horas. - 62 -


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Menos mal. Creo que ahora puedo quedarme inconsciente. Al final, me dormí mientras charlaba sobre cómo terminé tomando un baño con mi suegro. ❄❄❄ Al día siguiente, salí al rancho por la mañana. Ordeñé a las vacas y recogí huevos. Los huevos frescos llegaban desde temprano. Me quité el uniforme de trabajo y me cambié a ropas limpias antes de dirigirme al comedor. Qué difícil es ser un noble. Si estuviera en mi casa, probablemente solo estaría con mis ropas de trabajo todo el día. Durante el desayuno solo estaban las personas lindas de la Casa Wattin. Mi suegra, la esposa de mi cuñado y sus dos hijas, de seis y nueve años, así como Sieglinde. La princesita junto a mí me estaba mirando fijamente. —¿Qué pasa, princesa? —¡¿Princesa?! ¡Mamá, dijo que era una princesa! —No levantes la voz. Ah, fracasé. Qué complicado es hablar con las mujeres. —Oye, esa cintilla para el cabello, ¿te la dio tu tía Sieglinde? —Sí. —¡Eso pensé! Así que Sieglinde jugó a las muñecas con su sobrinita. —¡Tía eres muy buena! —Gracias, Adeltraud. ¿Ya se terminó la historia? Pensé, pero seguía mirándome. —Oye. —¿Qué pasa? —¿Eres del país de la nieve? —Sí, lo soy. —Nunca vi a una persona con el cabello blanco antes. —Hay muchos así en casa. - 63 -


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—¡¡Eeeh!! Tal parece que la curiosidad de una niña de seis años era infinita. Tras el desayuno, la princesita de la Casa Wattin, Adeltraud se acercó a mí y dijo que quería decirme algo al oído. Cuando me agaché, comenzó a susurrar. —En realidad eres un hada, ¿verdad? —¡! Ante las palabras de Adeltraud, hice una expresión de sorpresa. —No te preocupes. No le diré a nadie. —Ah, gracias. Terminé diciendo que sí. ¿Qué debería hacer? Casi soy un hombre de mediana edad, pero una jovencita me dijo que era un hada. Cuando discutí eso con Sieg, se rió. Aunque, estoy hablando en serio, sabes. —¿No está bien? Un hada. —Casi cumplo treinta, además no tengo poderes especiales, ¿creo? —¿Poderes especiales? Sieg sonrió, luego se acercó y susurró algo. —El Hada de la Nieve de la Felicidad. —¡! Por culpa del ataque sorpresa, mi rostro se ruborizó. Me agaché allí mismo y libré una batalla desesperada contra la vergüenza.

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Capítulo 10

% Thüringer

El día de hoy haré salchichas. El lugar de trabajo no contaba con calefacción, por lo que mi aliento era blanco. Como estaremos preparando alimentos, até mi cabello y lo coloqué debajo de un sombrero, además amarré una tela alrededor de mi boca. También vestí un uniforme de trabajo diferente, era blanco con un delantal. Pensaba que los ojos de mi suegro eran amables; pero, antes de que comenzáramos a preparar las salchichas, sus ojos grises brillaron como los de una noble ave de rapiña surcando por los cielos. Sin duda alguna, Sieg y mi suegro eran padre e hija. Luego de que termináramos de cambiarnos, me contó el secreto para hacer salchichas. —En cualquier caso, asegúrate de que la temperatura de la carne no aumente. ¡Tienes que mantener la temperatura de la carne baja para lograr una salchicha deliciosa! —¡Ya veo! Cuando se trataba de las salchichas, mi suegro se volvía apasionado. Siendo su estudiante, esa energía era contagiosa. —Esto es importante para hacer salchichas. Desde un almacén frío, sacó un objeto blanco. Mientras me preguntaba de qué se trataba, mi suegro dijo que eran intestinos de borrego curados con sal. —Se tiene que dejar en sal durante una hora aproximadamente. Por lo visto, mi suegro colocó los intestinos en agua con sal antes del desayuno. Luego, se lavó apropiadamente y se envolvió alrededor de una vara. —Y esto es la parte más importante. —¡Oh, ooh! ¡Con un golpe! Dos grandes piezas de carne fueron colocadas sobre la mesa. Eran de cerdo, la carne magra y el lomo se amasaban con sal y salitre, luego se dejaban enfriar. - 65 -


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—¡Lo más importante es no dejar que la carne se caliente! La salchicha se hace en bajas temperaturas para que las especias y la grasa se mezclen bien. Si falla la temperatura, al parecer la grasa se desprende y la textura empeora. —¡Luego trituras la carne! No hay problema durante el invierno, ¡pero en el verano tienes que lavarte las manos con agua fría antes de hacerlo! —¡Eeeh! Hasta en invierno, si el trabajo se alarga, las manos se calientan, así que tienen que usar agua para mantener sus manos frías. Las herramientas también son enfriadas. Incluso la carne se encuentra medio congelada. —A menos que no tomemos tantas precauciones, no seremos capaces de obtener una textura deliciosa. Lo diré cuántas veces sean necesarias, pero ten cuidado con la temperatura. —¡¡Sí, señor!! Corté la carne y luego la molí finamente en el molinillo de carne. —Una vez que esté molida, se añaden especias en polvo. Acorde al nombre “Thüringer”, se emplean hierbas recolectadas del bosque o cosechadas en la zona: ajo, mejorana, alcaravea, cilantro. Había muchas especias que veía por primera vez. Luego de sazonar la carne, se colocaba en un contenedor de metal con muchas cuchillas que parecían plumas. Cerramos muy bien la tapa y mezclamos el contenido al rotar la manilla. Incluso en este contenedor había hielo. Por lo visto era necesario mantener la carne fría. Aun cuando amasaba la carne, se usaba hielo. A pesar de que no lo estaba tocando, la rápida rotación de las cuchillas calentaba la carne. Mientras tomábamos turnos, logramos triturar la carne hasta volverla brillante y suave. —Sí. ¡Una gran emulsión! —¡E-entonces, esto es, ¿una gran emulsión?! Una emulsión de carne finamente molida, la cual va dentro de los intestinos de oveja. Se amarra un extremo, mientras que por el otro se va rellenando los intestinos con la carne procesada. —¡No pierdas la concentración, Ritzhard-kun! —¡Sí, señor!

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A pesar de que se preparó una buena emulsión, la salchicha no estaba terminada. En este paso, si nos tardábamos mucho tiempo, la temperatura se elevaba y la calidad se veía afectada. Rápidamente metí la carne cuidando que tuviera una longitud adecuada. Al final, quité el exceso de agua y lo sequé con un deshidratador. Si no se retiraba el agua apropiadamente ahora, la forma se volvía desmoronadiza. Luego de eso, se procesaba un poco más, se hervía y se dejaba enfriar. Después, estaba lista. Mi suegro sacó algunas Thüringer que fueron hechas recientemente. Encendió un fogón afuera, colocó encima una parrilla de alambre de metal y asó algunas salchichas. —Estos son los bienes que solicitó, señor. Arribó un sirviente cabalgando con una canasta cubierta por una tela blanca. El contenido era desconocido. Mi suegro recibió la canasta sin decir una palabra y prosiguió asando las salchichas Thüringer con una mirada afilada. Las herramientas para asar las salchichas también eran interesantes. Las empuñaduras eran similares a las tijeras, pero los extremos eran planos para que fuera más fácil sujetarlas. Con un clic cortó la superficie. De esa parte, la grasa fluía. Conforme un buen aroma aparecía, mi suegro volteaba las salchichas con una expresión seria. Una vez que estaban bien asadas, las salchichas eran como una obra de arte. Con movimientos fluidos, mi suegro retiró la cubierta de la canasta y en su interior había panes largos que estaban cortados de un extremo a otro. En uno de ellos, puso una salchicha Thüringer asada. Se veía un poco extraña, pues la salchicha era más larga que el pan. Como toque final, le untó mostaza. —¡Come! —¡Sí! Una mordida. La salchicha era larga, así que la primera mordida no llegó hasta el pan. Tampoco tenía mostaza, por lo que solo probé el sabor de la propia Thüringer. Hizo un claro y lindo sonido crujiente cuando la mordí. Desde el interior, el jugo de la carne especiada se esparció. La carne era firme pero suave, mientras más la masticaba, podía saborear más todo en su conjunto. Quemé un poco mi lengua con el jugo, pero no pude dejar de comer. —¡¡Esto es asombroso, suegro!! —¡¡Por supuesto que sí!!

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Mi suegro también estaba comiendo una salchicha asada. Al tercer mordisco, llegué hasta el pan y la mostaza. —¡¿?! La Thüringer por sí sola era muy deliciosa, pero sumada al pan y a la mostaza, la sorpresa fue más allá de lo esperado. El pan duro y los jugos de la salchicha combinaban muy bien. La mostaza condimentada resaltaba con la Thüringer que no poseía un sabor fuerte. Deliciosa. ¡¡Simplemente deliciosa!! Solo podía decir esto. —¿Qué tal? —¡Quiero que me adoptes! Cuando exclamé eso, mi suegro se rió de corazón y mostró sus dientes blancos, regresando al viejo hombre amable de costumbre. ❄❄❄ —Adeltraud estaba aburrida porque no estuviste aquí para el almuerzo. —Oh. Por lo visto, la princesita deseaba tener una conversación secreta con el hada anciano. Hice algo malo. Luego de eso, no regresé a la casa ni siquiera para el almuerzo, pues comí salchichas con pan. Trabajé un poco más y volví. Para entonces, ya había oscurecido y tenía el estómago vacío. —De cualquier modo, no pensé que volverías a tomar un baño con papá. —Sí. Bueno, yo también estaba sorprendido. Luego de volver a casa, tuvimos un intercambio similar al de ayer y, a final de cuentas, nos bañamos juntos otra vez. Al igual que ayer, Sieg vino a mi habitación mientras me secaba el cabello, luego de huir del baño. Nuevamente, Sieg trenzó mi cabello. La forma en que cepillaba mi cabello era relajante. A este ritmo, terminaré dormido. Para evitar eso, charlé sobre lo que había sucedido en el rancho el día de hoy. Una vez que mi cabello estuvo seco, lo adornó e incluso me puso una cintilla para la cabeza. - 68 -


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—Gracias, Sieg. —… De nada… Su tono era apagado cuando tomó asiento junto a mí. Quizá se fatigó demasiado. Entrando en pánico, la miré. —¿Qué pasa, Sieg? ¿No te sientes bien? —No, no es eso. —¿Te cansaste por secar mi cabello? —Es otra cosa. —Entonces, ¿por qué pareces tan triste? Mientras la miraba, tenía la boca totalmente cerrada. —No lo sabré a menos que me cuentes, Sieg. —… —Por favor, Sieglinde, dime. Como no dejó de actuar testaruda aun después de suplicarle, jugué con sus labios voluminosos y suaves con mi dedo. —¡! —Habrá problemas si no me respondes rápido. —… Es otra cosa, se trata de mi comportamiento desafiante. —Eeeh, ya veo. Sin embargo, también quiero conocer ese lado de Sieg. Mientras decía eso, acaricié gentilmente sus muslos. Seguían sintiéndose muy bien. —Espera, Ritzhard. Tal y como pidió, me detuve y arreglé mi postura. Tras un momento de silencio, Sieg comenzó a decir. —Entiendo que no debería decirle esto a trabajadores responsables, pero… —¿? —Estoy molesta porque pareces muy amistoso con papá… —Y-ya veo. —… - 69 -


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Sieg estaba deprimida porque actuaba muy amistoso con mi suegro. Sin embargo, no puedo dejar de verlo de repente. Es un problema difícil. Luego, se me ocurrió una buena idea, así que la dije sin pensar detenidamente. —¡Está bien, entendido! ¡A partir de mañana nos bañaremos juntos, tú y yo! —Está bien. —¡¿?! «¡No podemos hacer eso!» O al menos eso pensé que diría, pero aceptó tranquilamente. Cuando estaba a punto de decir que lo había dicho sin querer, un sirviente entró y nos informó que la cena estaba lista. ¿Qué debería hacer? ¿Qué pasará a partir de mañana? Incluso mientras pensaba en eso, sobra decir que mi cara se había relajado de la felicidad.

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Capítulo 11

% Diario de Actividades #3 ~Sieglinde~

Cuando escuché que Ritzhard se quedaría conmigo, estuve realmente feliz. El año pasado, pasamos todo el tiempo trabajando juntos, así que pensé que no estaría mal que descansáramos juntos. Sin embargo, la realidad no fue tan satisfactoria como lo imaginé. Ritzhard, siendo el adicto al trabajo que es, fue a ayudar a papá con el rancho. El tiempo pasó rápidamente sin espacio para relajarse. Quería ayudar al menos con un poco de trabajo ligero en el rancho; pero, mamá lo prohibió. Me dijo que permaneciera quieta en casa hasta que entrara al periodo estable, por eso mis acciones eran restringidas. Incluso yo entiendo mi situación. Comprendo que mis acciones arbitrarias podrían tener un impacto negativo en el bebé que llevo dentro. Argumenté con mamá que no sería tan malo, pero ella solo negó con la cabeza. —La nieve se está acumulando y los vientos fríos del norte también están soplando. Sería malo si atrapas un resfriado. —… Comparado al frío de las tierras remotas, los vientos invernales de aquí se sienten como una brisa cálida de primavera. Le dije eso, pero no me creyó. No obstante, era el consejo de alguien que había dado a luz a diez personas, así que decidí escucharla. Continué diciendo que quería salir el primer y segundo día luego de que Ritzhard llegara; pero, a partir del tercero, pasé el tiempo tranquilamente en casa. Otro desarrollo inesperado fue que a mi familia le agradó Ritzhard. Papá, así como mis hermanos, hasta a mis sobrinas les gustaba. De entre ellos, le agradó en especial a papá. Sufrí un dolor de cabeza cuando traté de averiguar el motivo. Ritzhard también dijo esto, que no puedes medir a los miembros de la familia sobre quién es más importante. De verdad lo experimenté. Quería regresar a la aldea remota y vivir solo nosotros dos; pero eso pondría demasiado estrés para el bebé, así que tenía que soportarlo. - 71 -


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No obstante, había estado guardando mi frustración y soledad de cuando nos separamos el mes pasado. Por eso pensé que disfrutaríamos de una segunda vida de recién casados. Pese a eso, la realidad no era así de dulce, así que, una vez más, terminé esperando a que Ritzhard regresara a casa. Aunque solo me estoy quejando, en verdad creo que Ritzhard es sorprendente. La mayoría de las personas no les gusta ir con la familia de su pareja y tampoco interactúan bien con ellas. Recibiría castigo divino si llegara a quejarme. Por la tarde. Al regresar del trabajo, Ritzhard charló alegremente sobre lo que hizo con papá el día de hoy. Aunque estaba agradecida de que trabajara con papá en lugar de mis hermanos, que no hacían nada, sentí un celo mezquino hacia papá porque yo solía ser quien trabajaba junto a Ritz. A partir del segundo día que volvimos a vivir juntos, llegué al límite de mi paciencia. Ahora, no podía evitar llamar su atención. ❄❄❄ A primera hora de la mañana. Luego de levantarme, fui en silencio a mi habitación para no despertar a Ritz. En el cuarto construido especialmente para guardar la ropa, había muchos vestidos. Llamé a una sirvienta y discutimos qué vestido sería bueno. —¿Qué tal el oscuro de aquí? —Ah, es verdad. Usemos ese. El vestido que la sirvienta escogió tenía los colores del bosque veraniego que le gustaban a Ritz. Tenía un corte especial que no presionaba el estómago de una mujer embarazada. El escote empezaba alrededor del cuello hasta el pecho; luego se ajustaba en esa altura y por debajo del pecho la suave tela caía formando una falda larga que no presionaba el cuerpo. Para asegurarme de que no pasara frío, colocó un trozo de tela que parecía manta sobre mis hombros y que llegaba hasta mis rodillas. Luego de eso, era el momento de maquillarme. Desde luego, la sirvienta lo hizo por mí y solo aplicó un maquillaje ligero. Tenía un accesorio colgando sobre mi pecho que mi padre me regaló hace mucho tiempo… cuando cumplí dieciséis años y me presenté en la alta sociedad. Se trataba de un collar con gruesos diamantes. Estaba muy fuera de moda; pero, por desgracia este era el único accesorio que tenía. Mi cabello, que llegaba un poco más abajo de mis hombros, fue recogido con varias horquillas y decorado con un listón floreado. —Se ve hermosa, Sieglinde-sama. - 72 -


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—Gracias. Las sirvientas y sirvientes detrás de mí elogiaron mi apariencia cuando me miré en el espejo. Cuando eché un vistazo al reloj, ya era hora de levantar a Ritzhard. Mientras sujetaba la larga falda del vestido, me apresuré a su habitación. ❄❄❄ Ritzhard estaba acurrucado sobre la cama. Probablemente se encontraba cansado por hacer trabajo al que no estaba acostumbrado. Si bien dormía profundamente, lo desperté con una voz fuerte a pesar de que me daba lástima. —Despierta, Ritz. —… Sí… Como de costumbre, le costaba trabajo despertar. Cuando le hablé, respondió, pero luego de eso, pestañeó un par de veces y volvió a dormir. Como no podía hacer nada al respecto, puse una rodilla sobre la cama y me acerqué para sacudirlo hasta que despertara. —¡Ritzhard! —¡! Cuando nuestras miradas se encontraron, abrió los ojos de par en par y se levantó. —¡Uwa, qué rayos! —¿Qué pasa? —Qué, solo es Sieg~. Iya, pensé que una diosa había venido por mí. —… Arreglarme desde temprano tuvo algo de efecto. Aunque solo actué como un reloj despertador. Ritz se movió con una energía impensable en alguien que acababa de levantarse, se cambió de ropa y lavó su rostro. Pensé que le gustaría que trenzara su cabello, pero salió con el cabello ligeramente mojado y despeinado como ayer, y regresó con su cabello perfectamente atado. Ritz tomó asiento junto a mí y me mostró una sonrisa amable. —¿Saldrás a algún lado el día de hoy, Sieg? —No, en realidad no. ¿Qué hay de ti, Ritz? - 73 -


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—Haré queso. —De verdad. Incluso arreglarme falló en atraer la atención del denso de Ritz. No obstante, no había motivo para preocuparme como ayer, así que respondí con tranquilidad. —Aun así, estoy feliz. —¿Sobre qué? Ritzhard acarició el dorso de mi mano mientras tocaba gentilmente mis labios. —No quiero que nadie más vea a una Sieg tan hermosa. —¡! Retiro lo dicho. Mis esfuerzos de la mañana dieron fruto. ❄❄❄ Ese día, preparé aperitivos con mis dos sobrinas. El repostero de la casa nos guiaría. Haríamos unos dulces extranjeros conocidos como trufas de chocolate. —Oye, ¿qué son las trufas de chocolate? —Las trufas de chocolate son dulces que se hacen al cubrir pequeñas bolitas de ganache de chocolate con un chocolate líquido, luego se da el toque final al espolvorear cocoa en polvo. —Eeeh~. ¡Suena bien! La siempre curiosa Adeltraud continuó haciéndole preguntas al repostero, que venía del extranjero. Su hermana mayor, Edelgard de nueve años, escuchaba en silencio. Sus personalidades eran totalmente opuestas. —Primero, cortamos el chocolate en trozos pequeños. Solo Edelgard y yo usamos el cuchillo. Adeltraud nos observó desde un banquillo a lo lejos. —A continuación, derretimos lentamente los trozos de chocolate en baño maría. Había dos recipientes apilados. Uno tenía agua caliente, mientras que el otro era para el chocolate. Mientras la hermana mayor sujetaba el recipiente con unos guantes, la hermana menor revolvía el chocolate con una espátula. Entretanto, yo calentaba crema en una cacerola y me aseguré de apagar el fuego antes de que comenzara a hervir.

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Una vez que el chocolate se derritió excelentemente, lo mezclé en la crema hasta suavizarse. —¿Esto es el ganache? —Así es. El chocolate suave hecho al mezclar chocolate y crema se le conoce como ganache. Una vez terminado el ganache, se deja enfriar para que resulte más fácil moldearlo en una esfera. Hasta que el chocolate se endureciera, tomamos un pequeño descanso con té. —¿Ustedes dos suelen cocinar? —¡No, hoy es la primera vez! ¿Verdad, Onee-chan? Edelgard asintió tímidamente. Por lo visto, planean sorprender a sus padres y abuelos con un regalo. —¡Tía Sieglinde, también tienes que contarnos la reacción del tío Ritzhard! —Entendido. Mientras charlábamos, vino un sirviente y nos informó que el chocolate ya estaba listo. Con el chocolate endurecido formamos esferas del tamaño de un bocado. Luego, las colocamos en una brocheta y las sumergimos en un chocolate líquido llamado “couverture chocolate4” para cubrir la superficie. Luego de eso, se da el toque final espolvoreando cocoa en polvo encima. Tras envolverlos impecablemente, parecían que los habíamos comprado en una tienda. Le pedí a Ritzhard que me prestara un poco de su tiempo cuando regresara para el almuerzo. —¿Qué necesitas, Sieg? —Ah, hice esto con Edelgard y Adeltraud. —Uwa, ¿qué es? —Ritzhard abrió la cajita—. Ah, chocolate. —Es un dulce extranjero llamado trufa de chocolate. —¡Eeeh!

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N. de la T. Couverture chocolate: lo dejé así para que sonara fino, pero es cobertura de chocolate.

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Ritz preguntó que si no habría problema en que yo comiera, luego lanzó un chocolate en su boca. —Delicioso. —Entendido. Como pensé que quedaría un sabor dulce en su boca, le pregunté si quería un poco de agua mineral con jugo de frutas. —En lugar de eso, necesito el beso de la Diosa. —… Incluso cuando pregunté dónde estaba esa Diosa, dijo mi nombre de una manera despreocupada. Como había dicho eso de repente, me apresuré a darle un beso en la frente. —Eh, ¿no era para limpiar mi paladar, por qué lo haces en la frente~? —… Entonces, esa era su intención. Dejé caer la cabeza. Ritzhard cerró los ojos y se quedó quieto. Como un beso superficial, no era tan vergonzoso, acerqué mi rostro. No obstante, en el instante en que nuestros labios se tocaron, nos abrazamos y lo disfrutamos. Aunque Ritzhard parecía distante, cuando me acercaba, se entregaba por completo a mí y eso me sorprendía. Podía saborear el chocolate por todas partes. Una vez más, el recuerdo del chocolate se superponía a la memoria del beso.

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Capítulo 12

% Como un noble

Luego de cenar, me llamaron mi suegra y mi cuñada, querían hablar conmigo sobre algo. Quizá era una charla secreta, pensé mientras me dirigía a la habitación. Cuando abrí las puertas, fui recibido por dos mujeres con rostros tenebrosos y mi suegro que lucía incómodo. Me senté junto a mi suegro. —¿Escuché que no bebes, Ritzhard-san? —Ah, sí. Por favor no me presten atención. Dejaron el licor sobre la mesa y, en cambio, la esposa de mi cuñado sirvió un poco de jugo para mí. Mientras tanto, mi suegra abría y cerraba su abanico. —Entonces, ¿qué está pasando? Chasquido. Como si lo hubieran planeado de antemano, dejaron de moverse al mismo tiempo. Me asusté, así que miré a mi suegro en busca de ayuda. No obstante, mi suegro también lucía aterrado. La esposa de mi cuñado fue la primera en abrir la boca. —Ya que Sieglinde podría empezar a preocuparse si te mantenemos ocupado mucho tiempo, seré franca. Ritzhard-san, estás trabajando demasiado. —¡¿?! —Desde luego, no es que trabajar sea malo. No obstante, antes de eso, ¿no eres un noble? —¿Quieres decir, que mi suegra y cuñada están molestas porque no actúo como un noble? —¡Sí! —E-esperen, fui yo quien le pidió ayuda a Ritzhard-kun. —¡¡Por favor, guarde silencio, suegro!! —… Sí… - 77 -


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Aunque fui yo quien anunció que quería ayudar, decidí que sería mejor no decir nada innecesario y seguí mirando. Sentí lástima por él; pero, las dos amazonas frente a mí eran muy aterradoras. No olvidaré su sacrificio, suegro. —¡Todavía tengo más que decir! —¡¿?! La charla todavía no había terminado y tampoco había desaparecido su furia. Ponderé si debía ocultarme detrás de mi suegro, el cual estaba temblando, pero opté por arreglar mi postura y escuchar. —¡Estás descuidando mucho a Sieg! No tengo nada que discutir sobre eso. En serio, solo estoy viendo a Sieg por la mañana y en la noche, en cuanto al resto del día estoy en el rancho. Cuando pienso en holgazanear por ahí sin ayudar con el trabajo, me siento tan mal que termino ayudando incluso cuando no me lo piden. —¡Sieglinde-san siempre estuvo esperando ver a Ritzhard-san y, aun así, nunca has pasado un día con ella! Lo siento. Eso fue lo único que podía pensar. —¿Alguna objeción? —No, ninguna. Estaba abrumado por la fuerza de la esposa de mi cuñado, aunque mi suegra era más aterradora, no decía nada, solo sonreía. —¡Ritzhard-san! —¡Sí! —¡A partir de mañana, bajo la guía de nuestra suegra, vivirás como un noble! —… ¡¿A qué te refieres con vivir como un noble?! O eso pensé; pero, creo que terminaría recibiendo otro largo sermón, por eso solo pude responder: —Sí, por supuesto~. ❄❄❄ Tras recibir esa declaración, me dejaron ir descaradamente. Pensé en beber un poco con mi suegro, pero él se quedó retenido en la habitación. Quería rescatarlo, pero allí estaban mi cuñada y suegra, así que solo pude regresar a mi cuarto y rezar por él con los ojos llorosos. - 78 -


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En la habitación, Sieg ya me estaba esperando sobre la cama. —Llegas tarde. —Sí, estaba con mi suegro. Nos estaban regañando, no podría decirle algo así. Sin embargo, luego recordé que estaba molesta porque actuaba muy amistoso con mi suegro; así que cambié rápidamente el tema al horario de mañana. —Ah, sobre mañana, estaré con mi suegra. —¡¿Qué has dicho?! —Desde luego, Sieg también estará ahí. —¿Estarás conmigo? —Sí. Sus ojos afilados regresaron a la normalidad. Casi piensa que también estaba siendo amistoso con mi suegra. Eso fue peligroso. —¿Cómo terminó así? —Pues, creí que sería bueno aprender cómo es vivir como un noble. —No es necesario que cambies, ¿sabes? —¿En serio~? No le iba a contar que ellas estaban molestas. Por eso, lo cambié a que yo quería aprender. —No creo que tengas ningún problema. —U~m. Ahora que lo pienso, a pesar de que soy un Conde, no vivo como un noble. En casa, no soy diferente a los aldeanos y tampoco poseo la dignidad de un Lord. Quizá hay un error fatal en mi comportamiento. Si arreglo eso, los aldeanos podrían verme con una luz diferente. —Bueno, experimentarlo no es una mala idea. —Eso es cierto. Mientras charlábamos, me cambié y subí a la cama. —Así es como están las cosas, por eso, por favor cuida de mí a partir de mañana.

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—Entendido. Le di un beso de las buenas noches en la frente y nos dormimos. ❄❄❄ En este país, la temporada para la alta sociedad es en otoño. Desde grandes bailes organizados por el Rey hasta pequeñas fiestas de té celebradas por damas de la nobleza, había muchas oportunidades para socializar. El día de hoy seremos los anfitriones de un almuerzo. —Ustedes solo necesitan asistir a la comida, Ritzhard-san y Sieglinde-san. Hasta entonces, pueden descansar. —Gracias, cuñada. Siguiendo las órdenes de mi cuñada, Sieg y yo esperamos en una habitación. —No hemos estado a solas en mucho tiempo, ¿no es así? —Tienes razón. Realmente había pasado un tiempo desde que nos relajamos juntos de esta forma. Como de costumbre, Sieg despertó temprano. Quizá por el almuerzo, su maquillaje era más cargado de lo normal. Tenía labial puesto y sus labios casi parecían frutas maduras de temporada. Por desgracia, no podía probarlos. Si hago caso a mis deseos, su maquillaje quedaría arruinado. —¡¡Cierto, juguemos algo, Sieg!! Para cubrir mis deseos inmorales, le pregunté a Sieg si quería jugar. —En ese caso, ¿por qué no apostamos? —sugirió Sieg. Por supuesto, yo respondí. —¿Qué deberíamos apostar? —¿Qué tal el derecho de que uno obedezca al otro por siempre? —Um, bueno, está bien. ¿Qué debería decir? Estaría encantado de escuchar los deseos de Sieg y sería feliz haciendo que haga lo que quiero; así que no era una gran apuesta. —¿Qué pasa? —¡No, nada! Volví a mostrar una sonrisa astuta, así que sospechó de mí.

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El resultado: yo perdí. Fue una derrota limpia. No es que pensara que sería mejor que Sieg me ordenara qué hacer, fue una dura contienda. Frente a la ganadora, Sieg, puse una rodilla sobre el suelo como si fuera un caballero jurando lealtad a su Reina. —¿Cuáles son sus órdenes, mi Reina? Tomando en cuenta que sus lindas sobrinas eran princesas, Sieg era la reina. Claro está, eso solo pasaba en mi mente. —En ese caso. —Sí. —Desde este punto y a partir de ahora, vive como desees. —¿Perdón? —No me importa si quieres ir al rancho todo el día, tampoco si quieres estar a solas cuando estés cansado. —¿Por qué dices eso de repente? —Mamá y mi cuñada te dijeron algo, ¿no es así? —N-no, en realidad no. —Dime la verdad. —… Sí, lo hicieron… Sorprendente, Sieg vio a través de todo. Desde la postura de jurar lealtad, doblé ambas rodillas y la cambié a la postura para reflexionar de un país extranjero. —Entonces, Ritz, tienes que seguir mis órdenes. —¿De vivir como yo quiera? —Así es. Jamás había oído de una orden como esa. Cuando miré confundido a Sieg, ella tenía una sonrisa cálida. Sentí una presión sobre mi pecho. ¿Cómo puedo describir este sentimiento? Casi quería llorar.

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Capítulo 13

% Al igual que un noble

El almuerzo en la mansión de la Casa Wattin se llevaría a cabo en un salón comedor diferente al usual, uno más grande. Luego de recordarme a mí mismo que marido y mujer debían de entrar con los brazos entrelazados, saludar a los participantes en la puerta y tomar asiento, ingresé con Sieg. En el salón comedor ya había muchas personas. Mostré una sonrisa superficial, luego hice una reverencia y fui hacia nuestros asientos según lo indicó el mayordomo. —Qué sofisticadas —dijo Sieglinde en una voz tan baja, que solo yo pude escucharla, mientras contemplaba a las jovencitas bien vestidas. —Pero, Sieg es la más bonita —susurré cuando me aparté de ella para sentarme en el asiento de enfrente. Por lo visto, éramos los últimos en llegar, ya que tan pronto como tomamos asiento, mi suegro hizo un brindis para agradecer la asistencia de todos. Conforme los sirvientes ajetreados comenzaban a preparar la mesa, yo charlé con las personas a mi alrededor. Todas parecían estar interesadas en mí, un extranjero, así que me hicieron muchas preguntas. —Ese es un color inusual de cabello. —De donde vengo, todas las personas tienen el mismo color de cabello. —Ya veo. Parece un color de cabello que solo verías en los cuentos. —Pues, sí. —¿Cómo se llamaba? Había un cuento que leí cuando era niña. Me pregunto si el cuento del Hada de la Nieve es famoso por aquí. Si muchas personas dicen que me parezco, es preocupante el nivel de similitud que tengo con eso. El almuerzo terminó sin problemas. Había dos flores, jovencitas, junto a mí; sin embargo, descubrí que solo deseaba una flor. Considerando cómo solía amar a todas las mujeres por igual, sí que he cambiado bastante.

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Luego de comer, nos dividimos en grupos de hombres y mujeres para relajarnos un momento. Las mujeres realizaron una elegante fiesta del té. Mientras que los hombres tenían charlas vulgares con alcohol y puros para ventilar sus frustraciones. Como había muchas personas alrededor de mi suegro, me escabullí a un rincón para que no me vieran. Tomaba sorbos de una copa de licor de frutas, prácticamente parecía que lo bebía con gotero. —¿Puedo sentarme junto a ti? —Ah, claro. El hombre que se acercó a este rincón solitario, era el esposo de la dama que había tomado asiento junto a mí durante el almuerzo. —Conrad von Baer Walbgen, a su servicio. —Ritzhard Salonen Revontulet. Nos presentamos e hicimos un brindis con nuestras copas. Conrad tenía la misma edad que yo. Además, él fue un subordinado de Sieg. —El día de hoy fue muy tenso. —Te entiendo. Sieg parecía feliz durante el banquete porque disfrutó su reunión con un antiguo colega. También aprendí algo inesperado, que era un conocido del único amigo que tengo en este país, Kayneth von Brzenska. —Le conté a él sobre la Teniente Wattin, ah, ella es Lady Revontulet ahora. Como sea… Al parecer fue él quien le contó a mi amigo sobre la “Águila Carmesí”. Qué coincidencia. —A decir verdad, no sería extraño para ella que tuviera un rango más alto; sin embargo, rechazó los ascensos y permaneció en nuestra unidad para seguir liderándonos. Las historias de Sieglinde en su carrera militar, eran gallardas y valientes. —Me disculpo. Terminé hablando demasiado. —No, no. Está bien. Ya que no podría decir que deseaba escuchar historias sobre las hazañas heroicas de Sieg, le comenté que estaba agradecido de escuchar relatos tan valiosos. —Cierto. Este fin de semana, habrá una competencia de caza. Kayneth vendrá. ¿Por qué no vienes tú también? - 83 -


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Ya que tenía la cabeza llena de Sieglinde, no había estado en contacto con mi viejo amigo. Me encontré con él en el baile del mes pasado; pero, solo intercambié un par de palabras con él, así que me gustaría tener una oportunidad para charlar tranquilamente con él. —¡Ah! —¿Qué te parece? ¿O es tu primera vez cazando? —N-no, me encantaría. No me preocupaba cazar, pero no podía decidir arbitrariamente sobre esto. —¿Puedo preguntarle a mi esposa primero? —Sí, desde luego. En cuanto salieron esas palabras de mi boca, me arrepentí. Sería malo que pensaran que mis acciones eran controladas por mi esposa. Cuando me apresuré e inventé una excusa, él sonrió y anunció: —La Teniente es una buena comandante después de todo. Eres un buen hombre, Conrad. ❄❄❄ Una vez que finalizó en forma segura el almuerzo y tener una reunión reflexiva con mi suegro, cenamos. Cuando fui a mi habitación luego de tomar una ducha, la diosa se encontraba acostada sobre mi cama como de costumbre. Como me sentí agradecido, junté ambas manos en mi mente a modo de rezo. Me puse la ropa de dormir y me zambullí en la cama. Luego, charlé sobre Conrad. —Entonces, fui invitado a una cacería. —Por supuesto que puedes ir. —Gracias. ¿Qué hay de ti? Mi esposa participará en una fiesta del té en la mansión de Conrad. A Sieg también la estaban presionando, así que traté de preguntarle. —¿Yo también puedo? —Está bien. Escribiré eso en la carta. —Por favor. Como ya no tenía nada más que decir, cerré los ojos para irme a dormir. Fue entonces que Sieglinde tocó mi hombro con sus dedos. - 84 -


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—¿Qué pasa, Sieg? —Podemos charlar un poco más antes de dormir. —Claro. Sieg platicó sobre muchas cosas que sucedieron hoy. Mientras escuchaba su historia, pensé que era difícil ser una dama. —El día de hoy solo había jovencitas hermosas; pero, me hizo feliz que dijeras que yo era la más bonita. —Por supuesto, Sieg es la persona más despampanante del mundo. —De verdad. Al decir eso, coloqué su cabello detrás de la oreja y acaricié el arete en el lóbulo de su oreja con las yemas de mis dedos como si lo estuviera revisando. Quizá porque esa acción le daba cosquillas, abrió un poco los ojos. —Solo quería hablar. Lo siento, esto es un poco vergonzoso, me tardé demasiado. Ya hay que dormir. Sujetó mi mano que estaba acariciando su lóbulo de la oreja y la regresó a su posición original. A pesar de que estaba decepcionado, cerré los ojos con fuerza cuando pensé que Sieg también debía de estar cansada. —Buenas noches, Sieglinde. —Sí, que duermas bien. Esa noche tranquila pasó pacíficamente. ❄❄❄ Durante la cacería del fin de semana, buscamos un animal pequeño llamado corzo. Por lo visto, y para mi sorpresa, la caza se realizaba como un deporte para los nobles. Incluso el objetivo era predeterminado: la realeza cazaba venados; los nobles, corzos; y el resto, conejos. —Los perros encontrarán la presa en el bosque, así que por favor espera. —Está bien. Aprendí las reglas, monté el caballo y luego procedí al bosque con mi viejo amigo, Kayneth. —Finalmente estamos solos, Kayneth. —¡Idiota! ¡No digas algo tan desagradable!

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—Perdón. Es solo que estoy feliz. Kayneth von Brzenska. Debido a ciertas circunstancias se convirtió en un noble cuando tenía dieciocho años. No habla al igual que un noble; sin embargo, gracias a esa actitud, rápidamente pude volverme cercano a él. —En serio, no creí que te casarías con la “Águila Carmesí”. —Tienes razón. Nunca imaginé que ella aceptaría. Cuando le conté sobre la vida temporal de pareja por un año, Kayneth dijo que fue bueno que hubiera tenido un milagro. —Es verdad, Sieg es la diosa de los milagros. —Entonces, tuve razón al recomendarte que consiguieras una esposa fuerte, ¿eh? —Pues, sí. Kayneth me aconsejó que buscara una esposa fuerte que pudiera sobrevivir al clima hostil de las tierras remotas. No obstante, como solo iba tras mujeres que eran lindas, seguían rechazándome. No se equivocó en que necesitaba una esposa fuerte. Como estábamos charlando mucho, los animales no se acercaron a nosotros y los perros parecían decepcionados al no poder encontrar ninguna presa. —Ya que estamos cazando, pensé que irías con todo. —Bueno, es un poco diferente a cuando estoy en casa. Ciertamente, cazar animales por diversión no se sentía bien, así que no podía esmerarme en ello. Desde mi punto de vista, la caza era un medio para sobrevivir, no de entretenimiento. Los viejos hábitos eran difíciles de cambiar. Cuando regresé al punto de reunión, las personas estaban evaluando quién había conseguido el más grande. Al ver eso, realmente sentí la diferencia en culturas.

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Capítulo 14

% La historia de Kayneth y Ritzhard ~Kayneth von Brzenska~

En el baile, donde deslumbrantes hombres y mujeres jóvenes buscaban a sus compañeros para toda la vida, Kayneth, el tercer hijo del Vizconde de la Casa von Brzenska, entró con un gesto de disgusto. Era la primera vez que asistía a un baile. Kayneth había vivido como un plebeyo durante dieciocho años. No obstante, su padre, al que nunca había conocido antes, lo adoptó en la aristocracia porque su hijo mayor había muerto justo el año anterior. Su madre, que trabajaba en una fábrica, al parecer había servido en la mansión del Vizconde cuando era joven. Tener relaciones en el calor de la juventud y ser despedida luego de quedar embarazada, se trataba de una historia recurrente entre las sirvientas que servían a los nobles. El segundo hijo del Vizconde era enfermizo, así que Kayneth fue adoptado como el sucesor de reserva. Desde luego, siendo originariamente un plebeyo, no había forma de que Kayneth se acostumbrara a la alta sociedad; por eso, meramente se apoyó contra la pared y observó a los hombres y mujeres jóvenes charlar. Cuando echó un vistazo a un lugar un poco más apartado, había una multitud. Al centro, había un caballero de la tercera edad, mismo que el padre de Kayneth le había dado instrucciones para que recordara su rostro y nombre. Adalbert von Lüneburg. Un Marqués. Le había dicho que era un noble influyente que empleaba sus fondos privados para construir escuelas para las personas comunes, así como fábricas o tiendas donde las mujeres podían trabajar, entre muchos otros negocios para los económicamente débiles. La fábrica en la que trabajaba su madre era administrada por el Marqués, de modo que sentía una familiaridad arbitraria. Le habían instruido que lo saludara si alguna vez se encontraba con el Marqués en un baile; sin embargo, por desgracia no tenía la oportunidad, de modo que solo se quedó viéndolo inexpresivo. Junto al Marqués Lüneburg, había un joven que no parecía tener veinte. Kayneth se sorprendió por la apariencia de ese joven. Un hermoso cabello blanco que casi parecía plateado y ojos azules como gemas. Esa belleza era algo que no pertenecía a este mundo. Kayneth no pudo evitar mirar ese semblante que parecía haber salido directamente de las pinturas fantásticas que había visto en la mansión del Vizconde. Kayneth no fue - 87 -


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el único que estaba así. Todas las personas a su alrededor, independientemente de su edad o género, tenían su atención robada por el joven. Mientras observaba al joven de cabello blanco como si fuera un animal raro, sus ojos se encontraron. El joven le mostró una leve sonrisa a Kayneth antes de desviar la mirada. Esa vez, Kayneth solo pudo pensar que se trataba de un hombre frívolo por sonreírle a los extraños.

El segundo año que asistió al baile, Kayneth partió con una reprimenda de su padre para que se esforzara más. Aprendió apropiadamente los pasos de baile y recordaba oraciones que le agradarían a las mujeres. El salón de baile seguía igual de resplandeciente y colorido. Kayneth tenía la tarea de invitar al menos a una mujer a bailar. Cuando su corazón se encontraba a punto de estallar del nerviosismo, sus ojos se cruzaron con los de una mujer cercana. —Disculpa… ¡¿?! En el instante en que estaba a punto de hablar con ella, alguien chocó contra él por detrás. —¡Ah, lo siento! Sabía que no lo había hecho a propósito porque la persona se había disculpado; pero, la mujer que había estado frente a él salió corriendo. Cuando se giró con resentimiento, la persona que estaba ahí de pie era el joven de cabello blanco, que había visto el año pasado. —¿Está bien tu espalda? Lo siento, no estaba prestando atención. —… Contemplando al joven que agachó la cabeza a modo de disculpa, elaboró un plan. Pensando que el joven sería una buena carnada para atraer a las mujeres, Kayneth lo invitó a charlar. Ese fue su encuentro con el joven de cabello blanco, Ritzhard Salonen Revontulet, con quien se encontraría por una década. ❄❄❄ Luego de presentarse, comenzaron a charlar mientras se apoyaban contra la pared. Ritzhard daba una impresión efímera; sin embargo, después descubrió que provenía de una aldea de cazadores que buscaban su propia comida con pistolas. Al principio, Kayneth pensó que era una broma. —Como si alguien tan relajado como tú pudiera cazar.

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—Claro que sí~. Había muchas personas desafortunadas en el mundo y Ritzhard era una de ellas, al menos eso era lo que pensaba Kayneth. Ritzhard hablaba como si estuviera cansado o como si tuviera una atmósfera relajante única. No obstante, su habilidad para seducir a las mujeres era real, ya que Kayneth podía sentir miradas desde hace un tiempo. —¿Y qué te trae por aquí? —¡Debo encontrar una esposa, desde luego! —En ese caso, eso es conveniente. Kayneth le susurró a Ritzhard, contándole que deberían hablar con dos bellezas que estaban de pie un poco más lejos. Había sido un plan brillante usar a Ritzhard como cebo; pero se hundió espléndidamente. Ritzhard fracasó en leer el ambiente y comenzó a relatar sobre métodos para destripar animales. —¡Cómo es que hablar sobre los recientes platillos populares en la ciudad se convirtió en cómo destripar animales! —¡No, solo dije que el hígado de la perdiz blanca era delicioso! —¡No era necesario que describieras todo el proceso de manufacturación! —Eeeh, ya~ veo. —… Por desgracia, Ritzhard era un cazador desde el fondo de su corazón. —Oye, habla sobre cosas que les interesen a las mujeres, como artículos de moda, arte y flores. —¡Ah, sé mucho sobre plantas! —exclamó conforme señalaba una flor blanca en el florero junto a la pared—. Esa flor es muy bonita, pero es tóxica. —… —¿Creo que era disfunción cardíaca? Al parecer si alguien ingiere un poco, podría provocar problemas para respirar. Si mal no recuerdo, escuché que incluso tomar el agua del florero es peligroso~. No se trata de eso, pensó Kayneth; sin embargo, no tenía la energía para replicar, así que escuchó en silencio el parloteo de Ritzhard.

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Luego de eso, Kayneth siguió reuniéndose con Ritzhard una vez al año en el baile; mientras que este seguía haciendo la misma estupidez y repetidamente conseguía prometidas que huían. —Ahora que lo pienso, ¿todavía no contraes matrimonio, Kayneth? —Todavía tengo tiempo. El año pasado, su padre se había vuelto a casar y tuvo un hijo. Ahora que la sucesión ya no era inestable, las personas a su alrededor no lo molestaban. —Solo estoy aquí para tomar un descanso de la deprimente vida en el ejército. —¡Ah, te entiendo! En el país de la nieve, Ritzhard llevaba una vida deprimente sin nada con qué distraerse. Kayneth, siguiendo el estricto horario del ejército, solo podía descansar en el baile. —Me pregunto cómo será el matrimonio~. —Y yo que sé. ¿No has pensado que quizá no puedas encontrar una esposa aquí? Pensó, pero no lo dijo. Sentía lástima por Ritzhard, que esperaba muy ansioso el matrimonio. No obstante, eso no se podía evitar. En el resplandeciente mundo de los nobles, incluso Kayneth alguna vez tuvo un sueño. ❄❄❄ Diez años después. El baile no era diferente a lo habitual. Esa noche, se abriría el salón de baile que actuaría como un lugar de reunión para hombres y mujeres. La única diferencia a lo normal, era que vendría una persona famosa que normalmente no asistía a los bailes. Sieglinde von Wattin. Se trataba de una mujer muy famosa y que todos en el ejército conocían. Kayneth solo la había visto una vez, pero su vívido cabello carmesí dejó una impresión en su mente. Las mujeres se desmayaban por la figura galante de Sieglinde. Mientras que los hombres la envidiaban, pues lucía más apuesta y varonil que muchos de ellos. No obstante, Ritzhard era diferente. Se enamoró de ella a primera vista y de la nada le propuso matrimonio. Como se estaba robando a la militar que atraía la mirada de muchas mujeres, Ritzhard ganó mucha enemistad.

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Primero, a fin de calmar la conmoción, Ritzhard y Sieglinde salieron del salón. Ritzhard se marchó con la espalda encorvada, mientras era maldecido por las damas. En cambio, Sieglinde había puesto su mano sobre la cintura de Ritzhard para protegerlo a medida que lo conducía hacia afuera. De lado, Ritzhard y Sieglinde eran la viva imagen de un sospechoso siendo arrestado por un soldado de elite. Kayneth se rió al ver dicha escena. Kayneth se despidió de su amigo mientras rezaba que esta vez encontrara la felicidad.

Unos meses más tarde, una carta con noticias sorprendentes arribó para él. Lo que exponía en ella era que Sieglinde von Wattin y Ritzhard se habían casado. No hay forma de predecir lo que sucederá en la vida. Eso fue lo que pensó Kayneth.

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Capítulo 15

% ¡Con mi suegro!

Buenos días. Desperté por culpa de los violentos cantos de las aves. Ni siquiera había salido el sol todavía, pero como el día de hoy ayudaría a mi suegro en el rancho, ¿supongo que era la hora perfecta para levantarme? A pesar de eso, me pregunto por qué no puedo sentirme agradecido de haber despertado temprano. Me quejé con el pájaro que debería cantar con un tono más afinado. Sieg seguía durmiendo, por eso solo susurré “ya me voy”, acaricié su cabello y besé su frente. También le dije al bebé en su vientre que fuera un buen chico. Me puse mis ropas para trabajar, lavé mi rostro, cepillé mis dientes y salí. —¡Buenos días! —Ah, buenos días. Una vez más, mi suegro llegó antes que yo. —¿No hay problema hoy? —¡Así es! ¡Tanto mi suegra como Sieglinde-san me dieron permiso! Mi suegro asintió con la cabeza y murmuró «Bien, bien». Administrar el rancho era un pasatiempo de mi suegro, así que mi suegra no quería que trabajara ahí. Por eso solo podía ayudar dos o tres días a la semana, en cuanto al resto de los días, estoy viviendo como un noble de acuerdo a las direcciones de mi suegra. Montamos los caballos y nos dirigimos al rancho, el cual se encontraba un poco más alejado de la mansión del Conde. Tras arribar al rancho, alimenté a los animales: vacas, caballos, ovejas, cerdos, pollos y todos los demás. No había tantos animales, pero tampoco había muchas personas, así que el trabajo era pesado. Para los caballos, vacas y ovejas; el forraje consistía en plantas secas y varios tipos de granos. En cuanto a los cerdos y pollos, el alimento era a base de granos molidos y plantas. Como tenían los estómagos vacíos por la mañana, los animales se volvían bastante bruscos por el alimento. Por eso les decía «Por favor, esperen un momento», - 92 -


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mostrando una actitud humilde y tratando de entrar en contacto con ellos tanto como fuera posible. Cuando terminábamos con eso, nos alejábamos un rato del rancho, pues llegaba el momento del desayuno. —Casi es hora del desayuno, suegro. —¡Ya es tan tarde! Montamos nuestros caballos y nos apresuramos a casa. Si llegábamos tarde al desayuno, mi suegra nos regañaba. Cabalgamos por un pequeño sendero del rancho hasta la mansión. La vegetación que nos rodeaba se balanceaba gentilmente con la brisa suave. —El viento en esta temporada es agradable. —De verdad. Luego de que la temporada de frío pasó, unos vientos cálidos y refrescantes acariciaron mis mejillas. La primavera en el país extranjero era así de cálida. Me sorprendí y pude entender por qué las personas de este lugar decían «No puedo esperar a que llegue la primavera». Mi relación con el caballo que conocí aquí también era muy buena. Aprendí cómo montar a caballo gracias a mi suegro. No se mecía tanto como el trineo y era agradable subir a uno. Los caballos, acostumbrados a los humanos, nos seguían obedientemente. Era muy lindo. —Cuando era joven, solía tomar paseos a caballo con mi esposa en la colina que está un poco más lejos de aquí. En esta temporada, las flores en los árboles son muy hermosas. —Eeeh~. Desde luego, mi suegra también fue al ejército. Cuando le pregunté si montaba valerosamente su caballo ella sola, me dijo que así era. —Aunque no recuerdo haberla visto montar a caballo. —Ah, no lo ha hecho desde hace treinta años. No pudo luego de tener hijos. Entonces es así, como lo pensé. Recordé que mi suegra me hizo un comentario mordaz por estar prestando demasiada atención al rancho: «Este es el único periodo donde todavía puedes disfrutar de las atenciones de tu esposa». —¿Por qué no vamos de paseo a esa colina, suegro? —¿Solo tú y yo? —¿No está bien? —No, ese no es el problema. - 93 -


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—¿? —… Es que me preocupa que Sieg se moleste. Hace un tiempo, Sieg comentó que no era divertido que fuera amistoso (¿?) con mi suegro. Sieg y mi suegra dentro de poco tendrán una fiesta del té e invitarán a otras damas, así que sugerí ese día. —Salir juntos es muy difícil. —Lo siento, mi jerarquía dentro de la familia es bastante baja. —Está bien. Cuando estábamos a punto de terminar de agendar una fecha para el paseo, arribamos a la mansión. Guiamos los caballos hasta el establo y entramos por la puerta trasera, luego fuimos al baño y nos limpiamos. Tras desayunar, regresamos al rancho. Ordeñamos a las vacas y ovejas, luego limpiamos sus corrales. —Hoy destriparemos ovejas. Mi suegro decidió matar a las ovejas cuya producción de leche estaba disminuyendo. —¿Has probado la carne de oveja, Ritzhard-kun? —No, nunca. Desafortunadamente no hay ovejas en casa. Escuché que la historia de domesticar a las ovejas por su lana o leche, data de hace once mil años. Además, por lo visto, la zona donde las ovejas salvajes pueden vivir son limitadas. Cuando aprendí cómo se procesaban, no era diferente a lo que estaba acostumbrado a realizar, así que les ayudé. Primero, drenamos la sangre por el cuello y luego las colgamos de las patas traseras. Cortamos la parte cerca del abdomen y destripamos a la oveja. Por último, tallamos la carne del muslo. —Toma alrededor de diez días para que madure la oveja. Bueno, no sé si será deliciosa ya que esta especie se cría para ordeñar. Las ovejas se crían de acuerdo a la fortaleza de su raza: por su lana, por su carne; incluso hay ovejas de pelaje corto para áreas tropicales. Al parecer, no había muchas razas para ordeñar antes. Así que el sabor sería un misterio. —¿En esta región comen con frecuencia carne de oveja?

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—No, no muy seguido. Sobre la carne de oveja, está el “cordero” que se refiere a la carne de una oveja antes de su primer año y “borrego”, que se refiere a la carne de la oveja luego de su segundo año. El borrego posee un sabor fuerte y una buena textura, pero el olor es fuerte. Usualmente se dice que el borrego no es sabroso, sin embargo, quizá se debe a que las personas suelen comer aquellos que no han sido refrigerados apropiadamente. —Este tiene dos años y medio, así que es un borrego. —Eeeh~. ¡Pero tal vez esté sabroso porque es una hembra! —¡Cierto, las hembras son deliciosas! Mi suegro y yo nos emocionamos por un punto extraño. Fuimos a una bodega fría para reposar la carne fresca y, de igual forma, a sacar carne que ya estaba lista. —Ah, esta se ve bien. —¡Así que esta es la señora Oveja…! Espaldilla, costillas, pecho, lomo, pierna, chamorro, falda, había muchas partes. —¿Probamos un poco? —Me parece bien. Una vez que lo decidimos, actuamos rápido. Se colocó un barril cortado a la mitad sobre unos ladrillos, luego pusimos una parrilla encima y encendimos el fuego. —¿Te parece bien la espaldilla? Aunque dijo que solamente la probaríamos, lo que escogió fue un trozo de carne con bastantes partes blancas en ella. Luego lo rebanó finamente y eso lo asó a la parrilla con hierbas debido a su fuerte aroma. Sobre la parrilla caliente se colocó la espaldilla de borrego. Mientras se cocinaba en el fuego, las partes blancas lentamente se derritieron y la grasa comenzó a hervir. Aunque dicen que la carne huele mal, yo solo podía oler algo delicioso, quizá se debía al olor del humo o a las hierbas. —¡Se ve genial, suegro! —Espera solo un poco más. Esperando frente al barril, probablemente ninguno de los dos nos veíamos como un noble. Mi suegra dijo que los nobles siempre debían comportarse con elegancia, sin embargo, solo en estas ocasiones nos dejaba actuar libremente.

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—Ahora parece un buen momento. —¡! La carne asada fue atravesada con una brocheta improvisada de una rama cercana que se había caído. Le di un mordisco a la carne que goteaba grasa. —¡Uwa, delicioso! La carne de borrego tenía un sabor sorprendentemente limpio. El nivel de delicia se encontraba entre el cerdo y la res. No podía pensar en una descripción adecuada. No olía mal. Bueno, esto podría ser porque estoy acostumbrado a comer carne de animales de caza. Mi suegro parecía tener un poco de problemas. En ese caso, a mi suegra tampoco le gustará. A mi abuelo le gustó la carne de reno, así que podría ser una buena idea tomar un poco para dársela como obsequio. —Creo que a Sieg también le gustará. —Entonces puedes llevarte un poco más. La carne de borrego es rica en nutrientes. La carne de borrego no tiene mucha grasa animal, por lo que uno no subiría mucho de peso incluso si comes bastante. También es abundante en hierro, lo cual es algo de lo que carecen las mujeres embarazadas, así que es perfecto para Sieg. En cuanto a la carne de borrego que sirvieron en la cena, a mi suegra no le gustó como me imaginé. Mientras que a Sieg, sí, tal y como pensé. Mi suegra dijo que ya no quería más, pero cuando mi suegro dijo que era buena para bajar de peso, de repente empezó una sesión de preguntas y respuestas. Más tarde, la fiesta del té fue cambiada por una fiesta de carne de borrego.

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Capítulo 16

% ¡Con mis sobrinas!

El día de hoy saldré con las lindas niñas, Edelgard y Adeltraud. El destino será la zona comercial en la ciudad. Las amables niñas deseaban ofrecer una fiesta del té e invitar a Sieg, así que me ofrecí como voluntario para ayudarlas. —¿En verdad sabes cómo hacer aperitivos, querido Tío? —Desde luego. En esta ocasión no sería una fiesta de té usual, ya que serviríamos pastelillos y mermeladas hechas por nosotros mismos, a diferencia de los nobles de la zona. En cuanto al motivo por el que una fiesta de té como esa fue organizada, fue porque las princesas encontraron un libro llamado “La fiesta de té en el bosquecito”. En la historia había una Princesa de los animales que preparó pastelillos con bayas del bosque y un té de hierbas silvestres, luego invitó a la Reina del bosque vecino para que fuera a la fiesta del té. Tras leer eso, dijeron que también querían hacer una fiesta del té como esa. Mientras echaba un vistazo al plan que Edelgard escribió, fuimos de compras. En el dibujo había un tipo de pastel redondo con un agujero en el centro y un pequeño aperitivo horneado con dos clases de mermelada y fruta. —¿El pastel redondo es? —Rosca de limón... —Ya veo. La usualmente callada Edelgard se esforzó por explicarme. Aunque dijo rosca de limón, al parecer era diferente a la idea de roscas que teníamos en casa. Para la base usaban uno formado al doblar varias capas hechas de harina y mantequilla. Ladeé la cabeza cuando dijeron que era crujiente, pero pensé que no tendríamos ningún problema si le pedía consejos al personal de cocina. —Es necesario crema de limón para la rosca de limón. —¿Crema de limón? - 97 -


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La crema de limón es algo producido cuando se cuaja el limón, por lo visto, se realiza al calentar el jugo con mantequilla, huevos y azúcar. —Tenemos limones libres de pesticidas, así que son perfectos para hacer crema de limón. Ya que incluso la cáscara se utilizaba, recomendaban que no tuvieran pesticidas. —En ese caso queremos unos, por favor. Aparte de los limones, compramos ingredientes para las mermeladas; como fresas, naranjas y toronjas para hacer jugo. Luego, continuamos a las otras tiendas. Entretanto charlaba con la señora de la tienda, Edelgard y Adeltraud se escondían detrás de mí. Quizá era la primera vez que veían tan de cerca cuando salían de compras y por eso estaban avergonzadas. Luego, fuimos a una tienda que se especializaba en artículos para hornear. Aquí compramos moldes para hornear pasteles, herramientas para hacer el agujero en la rosca y frascos para las mermeladas. —Waa, Onee-sama, mira qué bonito. Corrieron alrededor de la tienda como si la timidez de antes fuera una mentira. No había otros clientes, así que la señora de la tienda benignamente nos permitió tomar lo que necesitábamos. Aparte de las herramientas, también compramos harina para hornear, nueces de castilla e higos secos.

Una vez que regresamos a casa, los tres cocinamos. Lavamos nuestras manos muy bien y después dividimos el trabajo. —Edelgard, por favor pesa el azúcar; mientras que Adeltraud, por favor limpia las fresas. También les pedí a los otros sirvientes que supervisaran su trabajo. Aunque no les estoy dando tareas peligrosas a ellas, hay muchos cuchillos y herramientas filosas, así como el fuego en la cocina. En cuanto a lo que yo hice, fue sacar una olla para hervir las frutas y hacer mermelada. Se trataba de una de cobre que pedí prestado del jefe de cocina de aquí. La conducción del calor era excelente y las frutas se espesaron muy bien. —Esta es una olla especializada llamada tazón de mermelada. Si las frutas se dejaban hervir por mucho tiempo, el sabor se disipaba un poco. Por lo tanto, la olla de cobre para hacer mermelada era una herramienta esencial gracias a que podía cocinar rápidamente con ella.

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Después de regresar a la mesa de la cocina, me concentré en preparar la mermelada de naranja. Primero lavé las naranjas con agua tibia y las pelé. Las cáscaras también se lavaban con agua tibia. Luego, las corté en rebanadas delgadas y las dejé hervir para remover el sabor amargo. De hecho, solo el jugo que se exprimía se colocaba en la olla. Acto seguido, las puse a hervir con azúcar en la olla. Tenía que retirar la espuma durante ese proceso y estaba listo una vez que adquiría un lindo tono rojizo. Guardé las mermeladas terminadas en los frascos esterilizados. A continuación, hicimos el pastel de higo y nuez de castilla, el cual era muy sencillo. Los higos secos se desmenuzaban en trozos pequeños y las nueces de castilla se trituraban en trocitos. Se suavizaba la mantequilla en agua y se mezclaba con yema del huevo y azúcar, luego se añadía harina y leche. Una vez que estaban bien revueltos, la mezcla suave de las claras de huevo batidas se agregaba con una espátula de madera para que fuera más fácil de combinar. Finalmente, los trozos de higo y los pedacitos de nueces de castilla se añadían, luego se vertía la masa en un molde con mucha mantequilla alrededor y se ponía a hornear. El pastel que tenía pedacitos de higo y crujientes nueces de castilla se volvía dulce si se dejaba reposar por un día, por eso era mejor esperar que comerlo recién horneado. Le pedí a alguien que lo guardara en algún lugar donde la luz del sol no llegara. Tras hacer las mermeladas, las hermanas hicieron galletitas. Se mezclaba mantequilla suave, azúcar y leche, luego se agregaba harina y almidón de maíz. Una vez que la masa se tornaba brillante, la moldeábamos en delgadas formas de flores. Luego se perforaba la superficie con tenedores para crear agujeros pequeños y se horneaban en una bandeja para crear galletitas crujientes. No eran muy dulces, así que eran un buen acompañamiento para la mermelada. Por el día de hoy terminamos, el resto lo haríamos mañana. Preparamos bastantes aperitivos, así que elogié a las princesas por eso.

Al día siguiente, también trabajamos antes de la hora del almuerzo. Primero hicimos la rosca de limón. Le pedí a Edelgard y Adeltraud que hicieran la crema de limón. En cuanto a la base crujiente de la rosca que haría por primera vez, lo hice con el apoyo del jefe de cocina. Lo primero fue revolver la harina y mantequilla, luego añadí agua y sal a la masa. Se mezclaba hasta que los grumos desaparecían, luego se amasaba en piezas delgadas y se dejaba reposar en un lugar frío por un rato. Tras eso, la masa se doblaba una y otra vez hasta terminar la base. La base se horneaba en una bandeja similar a las galletitas. Luego le di el toque final al colocar la crema de limón encima. El único problema fue que, quizá no terminaríamos a tiempo el jugo de toronja, así que pedí ayuda. —¡De alguna forma lo hice a tiempo! ¿Creo? - 99 -


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—¡Asombroso, querido tío! ¡Todo luce delicioso! Edelgard asintió a las palabras de Adeltraud. Acaricié la cabeza de las princesas para recuperarme de la fatiga, luego pasé a los preparativos finales. El lugar donde se llevaría a cabo la fiesta del té, era un jardín rebosante con las flores de primavera. Sobre la mesa, que trajeron desde la mansión, había un mantel blanco y encima habían alineado lindas tazas. Acomodaron los aperitivos en una bandeja de tres niveles, y los frascos de mermelada que estaban sobre la mesa fueron decorados con listones a su alrededor. Trajeron el jugo de toronja frío desde la cocina y las preparaciones para la fiesta del té estaban listas. —¡Las dos hicieron un excelente trabajo! —Tú también, querido tío… —¡Te esforzaste al máximo! —¿Eso creen? Me alegra oír eso. Mufufu, nos reímos y contemplamos la mesa lista. Faltaba poco para la hora señalada, así que le pedí a un sirviente que llamara a la invitada de honor. Mientras tanto, me cambié rápidamente. —Perdón por la espera. Apareció Sieglinde siendo guiada por un sirviente. Sobre su cabello había un gran accesorio hecho de plumas de águila. —Buenas tardes… Eeh, gracias, por venir. Edelgard tenía una banda para el cabello con orejas de conejo. —¡La estábamos esperando, Reina de las Águilas! Adeltraud tenía orejas de oso. Ambas se veían tan lindas que deseaba abrazarlas. Decidimos que nos disfrazaríamos como los animales del libro. Las orejas de animal hechas a la perfección fueron cortesía de mi habilidosa suegra. —Princesas, Reina, les sirvo este jugo con las bendiciones del bosque. El día de hoy sería un mayordomo, usando un frac y una corbata negra de moda, serví a mis maestras e invitada. Al verme así, Sieg se rió mientras ocultaba su boca con un abanico. - 100 -


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—¿Hay algo extraño, Reina? —No, simplemente pensé que las orejas de perro te quedaban muy bien. —… No soy un perro, sino un lobo… Aunque, si Sieg me dijera «¡Dame la mano!», creo que felizmente le ofrecería mi mano, así que no podía negar que era como un perro. Las mermeladas y los aperitivos que nos esforzamos por hacer, recibieron buenos comentarios. Solo con ver a las princesas sonriendo y disfrutando de los postres horneados, me sentí feliz. En medio de la fiesta del té, mi suegro regresó del rancho con un perro. Luego las hermanas persiguieron al perro por el jardín. Mi suegro también terminó siendo perseguido y eso me dio mucha risa. —Ritz. —Sí~. Cuando me giré hacia Sieg, hizo una seña para que me acercara. Ya que era un sirviente el día de hoy, puse una rodilla en el suelo. —¿Qué desea, mi Reina? —Nada, solo quería agradecerte. —¿Por qué? Cuando ladeé mi cabeza en confusión, Sieg me dio las gracias por hacer realidad el sueño de las hermanas. Al parecer, Edelgard y Adeltraud estaban realmente ansiosas por la fiesta del té de hoy. —Aquí hay una recompensa para ti. Sieg untó mermelada en la mitad de una galletita y luego la extendió hacia mí. Cuando abrí la boca, ella colocó la galletita en mi boca. Mientras masticaba la galletita, Sieg acarició mi cabeza adornada con las orejas de lobo. —Estaba rica. —Qué bien. —Pero… —¿? —Me gustaría algo más dulce, mi Reina. - 101 -


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—¿? Sieg ladeó la cabeza y me entregó un frasco de mermelada, pero negué con la cabeza. —Un beso, por favor. —¡! Solamente pedí un beso y la expresión de Sieglinde cambió. Tal vez era presuntuoso para un sirviente pedir un tesoro que valía joyas preciosas. Así que me disculpé de inmediato. —Eeh, me he sobrepasado. Por favor, perdóname. —No, está bien, pero la mirada de papá… Cuando eché un vistazo hacia el jardín, encontré a mi suegro mirando hacia aquí. Me levanté y corrí hacia ellos mientras movía las manos en el aire, uniéndome al juego de persecución. Fue hasta la noche que pude recibir mi dulce recompensa. ❄❄❄ De esa forma, la divertida fiesta del té con mis sobrinas terminó.

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Capítulo 17

% Las hermanas soñadoras y el Hada de la Nieve

❄❄❄ Si colocas un frasco de miel, galletas caseras y flores blancas en la repisa de la ventana, un hada te visitará. ❄❄❄ Las hermanas Edelgard y Adeltraud se mudaron a la casa de sus abuelos hace medio año. El motivo fue porque sufrían de bronquitis, así que el doctor les recomendó vivir en el campo por un tiempo, por lo que el padre de las hermanas escribió una solicitud de transferencia para regresar a su pueblo natal, el cual era abundante de naturaleza. En el nuevo pueblo las hermanas no tenían ningún amigo y había menos tiendas. El medio ambiente era muy diferente al anterior, por lo que se encontraban en un estado de confusión. Para las hermanas que habían vivido en la ciudad, habitar en la mansión rodeada por densos bosques oscuros era una experiencia aterradora y, debido a eso, pasaban todo el tiempo en su habitación. Su abuela simplemente no podía quedarse de brazos cruzados, así que les leyó el cuento “Las hadas del bosque”, que había leído cuando era niña para que se acostumbraran a las tierras de Thüringer. —Entonces, ¿vendrá un hada en el invierno, querida abuela? —Sí, lo hará. Las hermanas se interesaron mucho en el hechizo para invocar un hada, el cual era dejar comida que les gustara a las hadas en las noches de luna llena. —Aunque no podrán ver directamente a las hadas, ya que solo aparecen disfrazadas. Además, tampoco podrán ver sus pequeñas alas una vez que sean mayores. —¡¿En serio?! —Sí. A las hadas les gusta la miel, galletas, bocadillos dulces y flores de invierno. - 103 -


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—Serán capaces de encontrarlas cuando den un paseo afuera. Gracias a la historia de la abuela, surgió un brillo en los ojos de Edelgard y Adeltraud. De esa forma, las dos comenzaron a pasear por el jardín en busca de un hada. —¿El señor Hada será pequeñito, Onee-sama? —No lo sé… La abuela dijo que podría estar disfrazado —declaró Edelgard que tal vez no tendría la apariencia alada del libro ilustrado. Incluso cuando la temporada cambió y la nieve comenzó a caer, las hermanas seguían sin encontrar a un hada. —Entonces, ¿tendremos que hacer nosotras mismas las galletas? —Hornear… es demasiado difícil para nosotras. Pensaron que sería difícil sin las galletas, pero no podían rendirse.

Al día siguiente, las hermanas fueron de paseo por el bosque ligeramente cubierto de nieve con su abuelo. —¿No tienen frío, Edelgard, Adeltraud? —Está bien, querido abuelo. Edelgard también asintió para confirmarle que estaba bien. Las dos habían ido al bosque para buscar una flor de invierno. —¿De verdad hay flores por aquí, querido abuelo? —Ah, creo que hay, o creo que no. El abuelo de las hermanas procedió por el bosque confiando en sus recuerdos borrosos. Mientras más se adentraban en el bosque, más oscuro y denso se volvía. Sus alientos salían blancos e incluso Adeltraud comenzó a toser. —Deberíamos regresar pronto. —¡Todavía estoy bien! —Incluso si dices eso. Si permanecían más tiempo en el bosque podrían atrapar un resfriado. Pensando de esa forma, su abuelo sugirió regresar a la mansión, pero ellas no estuvieron de acuerdo.

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Si continúan así, debería cargarlas y llevarlas a casa, mientras pensaba eso, vio que Edelgard se agachaba. —¡¿Te sientes mal, Edelgard?! —¡¿O-onee-sama?! Cuando Edelgard se giró, tenía una flor blanca y frágil en su mano. —La encontré… —¡Waa! Debajo de la vegetación que había crecido, se asomaban flores blancas. —Estas son schneeglöckchen5. —¡Qué lindas! Las flores que Edelgard había encontrado, eran unas que florecían a principios de primavera; pero por alguna razón estaban floreciendo en esta temporada. Las hermanas decidieron recoger solo una flor.

Por la noche colocaron la flor que encontraron en un florero a un lado de la repisa de la ventana, junto con un frasco de miel. —¡Deseo que el señor Hada aparezca! —Quiero verlo… aunque sea una vez. Mientras miraban afuera de la ventana, la luna llena subía. También escucharon que la luna llena intensificaba el poder de las hadas. Contemplaron a la flor blanca brillar bajo la luz de luna, aun cuando sus corazones latían rápidamente, las hermanas fueron a dormir.

Por la mañana. —¡Waa! —Sorprendente… Cuando abrieron los ojos, fueron recibidas por un mundo repleto de nieve. Había nevado tanto durante la noche que el jardín estaba cubierto por una alfombra de blanco puro.

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N. de la T. Schneeglöckchen: campanilla de invierno.

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—El señor Hada de la Nieve hizo un hechizo, Onee-sama. —¿Eh…? —Como dije, el señor Hada hizo magia. —Realmente… ¿un hada? —murmuró Edelgard con la mirada vacía. —¿Pasa algo, Onee-sama? Adeltraud miró a su hermana mayor mientras la tocaba de la cadera. Edelgard apuntó hacia el jardín con unas manos temblorosas. Luego, Adeltraud se asomó al mundo de nieve blanca. —¡¿Eh?! En el jardín había una persona blanca de pies a cabeza. Su cabello blanco estaba trenzado, el tono de su piel era de un blanco claro, incluso sus ropas eran hechas de piel blanca. —¿Será el señor Hada, Onee-sama? —S-sí… sin duda, eso parece. Con sus ojos abiertos de par en par, las hermanas no podían creer lo que estaban viendo. Abrieron la ventana para ver si no estaban imaginando cosas y la figura del hada no desapareció. Edelgard tomó la campanilla de invierno y corrió hacia afuera. Adeltraud la siguió muy cerca detrás de ella. Aun cuando los sirvientes les dijeron que permanecieran adentro porque podrían atrapar un resfriado, las hermanas insistieron que saldrían. Un sirviente trajo abrigos para que se los pusieran las hermanas. Una vez que estuvieron protegidas contra el frío, Edelgard volvió a correr. Cuando llegó con su respiración agitada, se encontró con el hada blanca de antes frente a la puerta. Edelgard contuvo la respiración y miró al hada. Al igual que en la ilustración del cuento de hadas, tenía un sedoso cabello blanco, ojos claros y suaves de color azul. El hada con la hermosa apariencia vio a la niñita y ladeó su cabeza de una forma encantadora. Adeltraud alcanzó a su hermana y saltó de la sorpresa cuando vio al hada. —¡W-waa, hada-mufu! Edelgard se apresuró y cubrió la boca de su hermanita.

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—¡Mufumufu! —¿Qué estás haciendo? Protestó la hermana menor, pero la hermana mayor dijo para tranquilizarla. —Si su identidad es revelada a los adultos, desaparecerá. —¿Ustedes son? Tras oír esa pregunta, las dos se pusieron nerviosas. —Son mis sobrinas. La tranquila es Edelgard y la enérgica es Adeltraud. —Ya veo~. Encantado de conocerlas, Edelgard, Adeltraud. Ellas ni siquiera cuestionaron por qué su tía fue la que trajo el hada a su hogar. —¡Encantada de conocerte! —Uum… —¿Qué pasa? Edelgard le mostró la flor blanca en su mano al hada de la nieve. —Esto… si te gusta. —Waa, qué linda flor. Edelgard hizo una reverencia mientras que Adeltraud sonrió refrescantemente. —Gracias por venir… —Yo debería ser quien les dé las gracias. El hada recibió la flor de las hermanas y se la mostró a su tía. —Pues bien, ¡disfruta tu comida~! —¡¿Eh?! Adeltraud ofreció la flor que le gustaba al hada de la nieve y, a su vez, el hada mostró una expresión de sorpresa. A diferencia de él, Sieglinde que entendió la situación le susurró algo al hada que permanecía de pie con la mirada vacía. Comentó que se trataba de una comida deliciosa preparada como un gesto de bienvenida. —¡Ah, e-entonces, eso! Tras haber comprendido el significado de la flor que le habían dado, el hada disfrutó de la fragancia y tragó saliva. Luego, se comió la flor blanca y frágil de un solo bocado. —E-estaba deliciosa~… Gracias. Fue difícil encontrar una flor como esa en la nieve, ¿verdad?

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Volumen 02

—¡Sí, Onee-sama la encontró! El hada se agachó y dijo palabras de reconocimiento, a las cuales Edelgard y Adeltraud se sintieron como en un sueño. Después, cuando el hada fue presentado como el esposo de su tía, las dos se emocionaron aún más. Un hada que se enamoró de una mujer humana, qué maravilloso, pensaron y regresaron a su habitación en un estado excitado. El hada que era su tío, se quedaría con ellos por un tiempo. El hada, llamado Ritzhard, era muy sabio y les enseñó a las hermanas los nombres de las flores y la vegetación durante sus paseos por el bosque, inclusive les mostró cómo hacer té y bocadillos. Edelgard y Adeltraud quedaron tan fascinadas por las bendiciones de la naturaleza que incluso iban al bosque con sus sirvientes aun cuando su tío ya se había marchado. El gentil bosque de primavera, la refrescante brisa del verano, los frutos del otoño y las hermosas plantas con nieve del invierno, sus corazones fueron cautivados por el bosque. Y antes de que se dieran cuenta, llegaron a amar el pueblo con abundante naturaleza. Eso no cambió incluso después de cinco o diez años. Mientras anticipaban la visita del Hada de la Nieve una vez al año, la cálida vida de las hermanas continuó.

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Capítulo 18

% Informe de Reconocimiento ~Los nueve hermanos de Sieglinde~

Okt6. 03 ~Albert~ Cuando recibimos la noticia de que Sieg regresaría, nuestra familia estaba desconsolada. Al final de cuentas, nuestra hermanita será devuelta. Cuando se enteró de la noticia, papá se fue al rancho con la apariencia de un animal que iba a ser llevado al matadero. En cambio, mamá dijo con entusiasmo que esta vez la convertiría en toda una dama y ordenó vestidos. Tenía el presentimiento que Sieglinde se habría vuelto más grande en las tierras remotas, así que pidió la talla más grande que tuvieran. Nadie se atrevió a decirle que ya era demasiado tarde. Poco después, escribí una carta advirtiéndole a mi hijo Claus, quien vendría a casa durante sus vacaciones del colegio internado, que no bromeara con ella. Aun así, ¿qué debería decirle a mi hermanita? La mansión estaba de luto. ❄❄❄ Nov. 01 ~Daniel~ Sieglinde finalmente regresó. Esperaba trabajar sin descanso mientras mi hermanita y su esposo estuvieran en casa, pero mi hermano mayor dijo: «¡Tengo miedo, por favor quédate conmigo!». Entonces, de mala gana asistí al ritual donde Sieglinde sería devuelta por su esposo. También realizamos una reunión para discutir quién debería salir a recibirlos y quién debería actuar de manera violenta por la devolución. Todos mis hermanos, incluido yo, negamos con la cabeza. La discusión se alargó hasta el amanecer.

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N. de la T. La autora usó abreviaciones para los meses en alemán.

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Volumen 02

El resultado: primero que al menos coma algo de carne. Esa fue la conclusión a la que llegamos luego de discutir seriamente el tema. Decidimos cooperar con dinero y comprar una vaca del rancho de papá. Sieglinde. No te preocupes. ¡¡Tal vez fuiste abandonada por tu esposo, pero siempre tendrás carne!! Una vaca apaciguara el corazón de nuestra hermanita. Además de eso, practicamos en hacer una expresión enternecida para recibir a Sieg, quien tendría el corazón roto. ❄❄❄ Nov. 12 ~Diederich~ Por fin llegó el día en que Sieg vendría de visita. No tuve el corazón de contarles a mis pequeñas hijas que su tía regresaría. Tanto Edelgard como Adeltraud se llevan bien con Sieg, pero no podría soportar verlas en shock por el cambio de apariencia de su tía. Lo único que podíamos hacer ahora era rezar a Dios. Oh Dios mío, por favor aplaca a la indómita Sieg. Por la mañana, todos portaban una expresión tensa. Edelgard, que era sensible, pareció haber notado la tensión en el aire ya que no comió mucho. Adeltraud, quien es densa en el buen sentido de la palabra, estaba untando mermelada de manera apetitosa sobre el pan y mordiéndolo. Todos se esforzaron por llevar su día, usando la inocencia de Adeltraud como método de sanación. ❄❄❄ Nov. 12 ~Eugen~ Un sirviente nos anunció que Sieg había arribado. ¡¿Viene sola?! Fue lo que pensé, pero tal parece que el esposo también estaba aquí. Me sentí aliviado de que no hubiera un combate cuando las personas involucradas explicaran las circunstancias. Le pregunté a mi hermano mayor qué clase de persona era el esposo de Sieg, pero respondió que solo papá y mamá lo conocían, por eso no sabía. Papá comentó que el esposo de Sieg era un joven muy amable y suavecito. Cuando le pregunté si quería decir que tenía una personalidad tranquila, él contestó que no. - 110 -


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Parece que con suavecito se refiere a su apariencia. No estoy seguro de lo que eso significa. Exactamente quién es su esposo, además de ser un Conde de otro país. Inclusive fue él quien le pidió matrimonio a Sieg porque fue amor a primera vista. ¿Exactamente qué parte de Sieg, que siempre tiene una mirada afilada, le gustó? Es un completo misterio. La puerta se abrió con fuerza, provocando que todos mis hermanos y yo diéramos un paso atrás, aterrados. Pensé que podría haber sido Sieglinde, actuando como una salvaje, pero se trataba del hijo de mi hermano mayor, Claus. Por lo visto, Claus vino a ver a Sieglinde. Nos dijo que deberíamos ir al salón de dibujo; pero ninguno de nosotros estaba preparado, así que negamos violentamente con la cabeza. Al final, Claus iría al salón de dibujo, solo. Mi hermano mayor le advirtió varias veces que no hiciera algo innecesario, pero estoy seguro de que ese chico ignorara sus consejos. Me despedí del imprudente Claus mientras lamentaba su muerte. ❄❄❄ Nov. 12 ~Florenz~ Claus, que se había marchado con mucha energía, regresó con una expresión como si hubiera visto un fantasma. Por eso te lo advertimos. Todos en la habitación pensaron eso. Claus nos dijo que fuéramos al salón de dibujo ya que pronto servirían la cena. —Finalmente ha llegado la hora —murmuró mi hermano mayor una frase pesada. La cena sería únicamente de adultos. La oponente era Sieglinde, que se encontraba en su estado más susceptible. No me sorprende que negaran el acceso a los menores de edad. Antes de ir al salón de dibujo, nos pusimos nerviosos sobre quién iría al frente. Escribimos boletos que iban del número uno hasta el cuatro, luego entramos en línea recta en ese orden. A la cabeza iba el primogénito, Albert, quien había sacado el boleto con el número uno. Cuando finalmente llegamos al salón, gritó «¡¿Sieglinde?!» con un tono de sorpresa. Para ver a nuestra hermanita que se había convertido en una guerrera fornida en tierras extranjeras, mis hermanos y yo nos asomamos al salón.

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¿¿Uuh?? ¡¿La señorita sentada ahí es Sieglinde?! Con el cabello más largo y un cuerpo más llenito, Sieg parecía una persona diferente. Ella se veía milagrosamente bien en vestido. Por si fuera poco, nos dimos cuenta que cometimos un grave error. Sieg solo venía de visita. Todos en la familia saludamos con torpeza a Sieg y a su esposo. Con solo ver a mi hermanita me di cuenta que era querida en esa tierra extranjera. Ritzhard, el esposo de Sieg, a quien conocí por primera vez, daba una impresión suavecita como la nieve, tal y como había dicho papá y mamá. También era sociable y charlaba con nosotros mientras sonreía. Mientras lo observaba, entendí algo. Si se trataba de una persona tan sociable como él, fue rápido entablar amistad con Sieg. Papá nos reunió para la cena. Sobre la mesa había muchos platillos de carne. Todos eran comidas que le gustaban a Sieg. A pesar de eso, Sieg no comió bien. En medio de la cena, cuando el platillo principal fue servido, Sieg se cubrió la boca y salió corriendo de la habitación. Toda la familia estaba confundida sobre lo que podía haber pasado. —Eh, son las náuseas del embarazo —dijo rápidamente Ritzhard. Aunque usted no lo crea, Sieg estaba embarazada. Es grandioso que la pareja esté en buenos términos. ❄❄❄ Nov. 15 ~Georg~ Mi hermano mayor, que había regresado a casa durante las vacaciones, me informó que podría ver algo interesante, así que decidí visitar la casa familiar. Cuando pregunté qué era la cosa interesante, mi hermano mayor no respondió. Como dijo que lo sabría si entraba al salón de dibujo, me dirigí allí. Cuando abrí la puerta y entré, había una señorita pelirroja que veía por primera vez. ¿Una pariente? O eso pensé, pero esa persona dijo que había pasado mucho tiempo sin vernos con un tono amistoso. - 112 -


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Cuando escuché que nos conocíamos de antes, ladeé la cabeza y descubrí un hecho inconcebible. La señorita frente a mí, era Sieglinde. Siendo honesto, me sorprendí. Sieg cambió muchísimo, en muchos sentidos. Exactamente qué sucedió en el extranjero para que se volviera tan femenina. Pensé que era querida por su esposo, pero para convertirse en esto. Además, nunca la vi usar accesorios antes, pero había un arete brillando en su oreja. Al parecer fue un regalo de su esposo. Cuando le dije sinceramente que se veía bien con el arete, sonrió tímidamente. Quería saludar a su esposo que había sido capaz de cambiarla, pero estaba regresando a casa en ese momento. Cuando bromeé «¿No te estará abandonando?», me miró con una expresión aterradora, del tipo que nunca había visto antes. Oh, esposo, por favor regresa pronto y llévate a Sieg. Deseé eso mientras se formaban gotas de sudor en mi frente. ❄❄❄ Dez. 13 ~Heino~ Desde hace tiempo recibí la noticia de que Sieg había regresado a la casa de nuestros padres. Cartas de tragedia informándome sobre las agonías de mis hermanos, llegaban una vez por semana. Aunque usted no lo crea, se descubrió que Sieg estaba embarazada, así que estaba en reposo. Entretanto su esposo había regresado de manera temporal a su país. Escribieron que estaban a merced de la inestabilidad emocional de Sieg, pero tenía la certeza de que era porque mis hermanos mayores bromeaban o decían algo innecesario para molestar a Sieg. Creo que mis hermanos están siendo graciosos. No había muchas cosas que pudiera hacer. Mientras pensaba en la casa de nuestros padres, junté mis manos para rezar. Ritzhard-dono, por favor regresa pronto y apacigua a la violenta Sieglinde. Un par de días después, recibí la noticia de que Ritzhard-dono había regresado. Parece ser que la paz finalmente volvió allí. ❄❄❄ - 113 -


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Dez. 21 ~Ewald~ Estuve muy sorprendido con el cambio de Sieglinde. Jamás habría imaginado a mi hermanita como la esposa dócil de alguien, pero la Sieg que estaba frente a mí daba la impresión de una esposa reservada. No pude evitar asombrarme por la habilidad de Ritzhard-san. ❄❄❄ Jan. 15 ~Johann~ Cuando visité la casa de mis padres luego de mucho tiempo, había una mujer agachada en el jardín y ladeé la cabeza en confusión. ¿Quién podría ser? Tenía puesto un sombrero decorado con flores y lazos, y estaba retirando la nieve sobre el surco de flores con ropas que parecían ser un poco delgadas para el invierno. Su piel era perfecta y tan blanca que se perdía en el escenario nevado. De alguna forma me preocupó, así que hablé con ella. —Atraparás un resfriado con esa ropa, jovencita —dije mientras le ofrecía mi abrigo. La persona que estaba agachada levantó la vista y mostró una sonrisa elegante. Luego, contestó con un «¡Estoy bien!». Me sorprendí al escuchar eso. Porque era la voz de un hombre. La persona que parecía un hada era el esposo de Sieglinde. En cuanto al motivo para que usara un sombrero de mujer, fue algo que mamá compró para Sieg, pero como ella no quería usarlo, mamá le pidió a él que se lo probara. Eeh, puedes declinar ese tipo de ofertas. Le dije a mi joven e inocente cuñado. ❄❄❄ En un año, Sieg cambió de manera sorprendente. Recordamos que papá una vez dijo que todas las mujeres poseían el potencial de florecer como una flor. En esta ocasión, no pudimos hacer otra cosa más que estar de acuerdo con esas palabras.

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Capítulo 19

% Ritzhard tiene una cita

El día de hoy tenía una cita. A pesar de eso, caminaba pesadamente porque vería a una mujer hermosa y, encima de eso, sentía culpa por mantenerlo en secreto de Sieg. Todavía tenía tiempo antes de irme, así que lo pasé en compañía de mi esposa. —¿Entonces verás a tus amigos el día de hoy? —Ah, sí. Inconscientemente desvié mi mirada de Sieg y miré al techo. —Ritz. —¿Sí? —¿Estás diciendo la verdad? —¡P-por supuesto! Estaba tratando de comportarme de la forma más natural posible, pero mi voz titubeó por las preguntas de Sieg. La otra persona me pidió que mantuviera este tema en absoluto secreto. —… Hoy… —Sí. —¿No te ves más apuesto que de costumbre? —Quise aprovechar la oportunidad para usar la ropa que el abuelo me regaló. —… No sería raro levantar sospechas si alguien se arreglaba un poco más que lo normal. La mirada afilada de Sieg me atravesó como una daga. Comencé a sentirme intranquilo, así que me levanté de la silla y me dirigí a la ventana. Saqué un reloj de bolsillo y lo abrí. Todavía faltaba algo de tiempo hasta que llegara la hora de salir. Tenía que esperar en esta habitación por un rato. El cielo estaba despejado el día de hoy. No se veía ni una sola nube en el claro cielo azul. «Qué buen clima», cuando murmuré eso - 115 -


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con una mano sobre la repisa de la ventana, de pronto alguien me empujo desde atrás. Mi frente chocó contra el cristal de la ventana. —¡Uwa! —… Por lo visto, Sieg se acercó mientras eliminaba su presencia y silenciaba sus pisadas. No me había dado cuenta en lo absoluto. Luego me sujetó por detrás, torció mi brazo hasta llevarlo a mi cuello, mientras que con la otra mano sujetó con fuerza mi muñeca, la cual mantenía en mi espalda. No podía moverme porque tenía presionado los puntos clave y su peso sobre mí. Como se esperaría de alguien del ejército, está acostumbrada a restringir personas. —¿Qué pasa, S-Sieglinde-san? Se sorprenderá el bebé que llevas dentro, o al menos eso dije para tranquilizarla de una forma sutil. A pesar de eso, Sieg no respondió. Cuando me calmé y volví a sentir, no tenía el estómago presionado contra mí. Suspiré aliviado de que ese estrés no se transmitiera al bebé. Por lo general, estaría excitado si nuestros cuerpos hicieran contacto de esta forma, pero hablando en sentido figurado, esto es “arrestando a un sospechoso que actúa de manera extraña”. No es una posición placentera en lo absoluto. —Ya, ya me tengo que ir, Sieg-san. Necesito comprar flores o algo para ganar el favor de la otra persona. Incluso si salía más temprano, fácilmente podía matar el tiempo en la ciudad. —Regresaré a casa tan pronto como sea posible, así que… —Mi cuñada me contó sobre, eso… —¿Sobre qué cosa? Lo dijo con un tono de voz tan aterrador que me causó escalofríos por todo el cuerpo. ¿Qué podría ser? Cuando pregunté eso, respondió algo absurdo. —Que el 50% de los hombres mantienen aventuras amorosas durante el periodo de embarazo de sus esposas. —¡¿?! —Eso, ¡¿de dónde sacó esa información?! ¡¿Quién hizo esa investigación?! —grité sin querer. No puedo negarlo, tengo una cita con una mujer hermosa, pero no se trata de una aventura amorosa. Incluso si le decía claramente eso, la llave de Sieg no cedió. Aunque le dije que era la mejor del mundo, solo ejerció más fuerza en su llave. Dolía un poco, así que terminé soltando un gritito. —¡Hie! - 116 -


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En ese momento, su llave se aflojó. —… —… ¿Creo que sería la primera vez en mi vida que tengo miedo de dar la vuelta? Mientras estaba paralizado, pronunció mi nombre con una voz baja, así que me giré. Luego de ver su rostro, grité «¡Hie!» una vez más. Sieg estaba llorando. Sus ojos estaban repletos de lágrimas, tantas que incluso un pestañeo causaría que se desbordaran. Nunca antes había visto una expresión tan frágil. Sentí un impacto como si hubiera sido golpeado en la nuca. —¡L-lo siento! Me disculpé apropiadamente lo más fuerte que pude y me postré en el piso con la frente sobre él. Luego, le expliqué los detalles sobre la persona con la que me reuniría el día de hoy y cómo fue que llegué a eso. ❄❄❄ Hablé después de que recuperáramos la compostura y estuviéramos sentados lado a lado. La persona que vería hoy, era la prima de Sieg, Hildegart von Hertling. Hace poco decidieron su matrimonio y solo hace un par de días arribó una carta de ella. Me pidió que la viera para quejarse. —Perdón. Pensé que sería lindo si tu prima me veía como una persona bien acomodada, así que me enfoqué en vestirme mejor que de costumbre. —Entonces fue por eso… Además, me dijo que no le contara a Sieg. Le preocupaba que Sieg la odiara si decía algo así. Sieg se quedó inmóvil mientras miraba el suelo. No sé qué debería hacer en este tipo de situaciones. Solo pude sentir pena. En lo que hacíamos eso, llegó la hora de marcharme. A pesar de eso, agonicé sobre si estaría bien que saliera ahora. Por si acaso, la miré una vez más. —Ee~h, Sieg-san, tengo que irme ahora. —Yo también iré. —¡¿Eh?! —¿Dónde la verás? - 117 -


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Volumen 02

—Ah, pues… —¿Dónde? —E-en la cafetería de la ciudad. —Mi prima es muy bella, así que no quiero que la veas tú solo —dijo Sieg de manera sorprendente. Aun cuando le dije que era una mujer soltera y que estaría en compañía de su sirvienta, no soltó mi mano. Probablemente solo vaya a ser abusado verbalmente por su prima. No estoy ni un poquito preocupado. En cambio, si Sieg viene, la otra persona regresará a casa todavía sintiéndose frustrada. Por eso, lo mejor sería que Sieg me esperara en casa. —Sieg. —… Cuando dije que regresaría pronto mientras acariciaba su mano, me dejó ir. Como me sentiría mal irme, así como así, me acerqué a ella para darle un beso de despedida. Antes de que mis labios pudieran tocar su mejilla, la dócil Sieg se alejó. Me impactó que me siguiera detestando a pesar de que estaba siendo considerado, pero tampoco me estaba rechazando por completo. En cuanto le susurré palabras de amor al oído, sus mejillas se tiñeron de rojo. Sieg se veía muy linda con los ojos cerrados fuertemente. Por lo que besé sus labios. Aun cuando me sentía triste, me marché. Después de todo, siento mis pies pesados.

Su prima ya se encontraba en la cafetería designada. Por lo que pude ver a lo lejos, se trataba de una belleza atractiva e iba acompañada por tres sirvientas. —Ah, hola~. Buenas tardes. Troté al interior de la tienda y me apresuré a saludar a la prima mientras me quitaba el sombrero. —Quería verte —dije eso en una voz frágil, pero ella solo me fulminó con la mirada. —Siéntate. —Sí, gracias. Tomé asiento mientras sonreía un poco. Ordené jugo de frutas del mesero que vino a recibir la orden. Luego.

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—Aun cuando eres un caballero, estás ordenando eso —comentó con un tono acusador. ¿Qué tipo de bebida es de caballeros? Reflexioné seriamente. No solo estaba recibiendo una mirada asesina desde el frente. También desde arriba, las tres sirvientas detrás de la prima me fulminaban con sus ojos. ¿Podría ser que también admiran a Sieg-sama? Tenía un poco de miedo, así que no podía confirmarlo. Sacié la sed con el jugo de frutas que trajo el mesero, luego fui al tema principal. —Entonces, ¿de qué te gustaría hablar? —Escuché que Sieglinde-Onee-sama está embarazada, ¿es verdad? —Ah, eh, sí, por fortuna. Sieg, te llaman Onee-sama. Qué inesperado. También me gustaría llamarla “Oneesama”. Al imaginarla jugando con su prima, me sentí más relajado. Quizá porque estaba sonriendo demasiado, se molestó la prima. Todo lo que pude hacer fue disculparme. —¡No te perdonaré…! Sentí un miedo que nunca antes había experimentado de la belleza temblando furiosa frente a mí. Agaché tanto la cabeza que mi frente casi golpeó la mesa y esperé a que se tranquilizara. —¿Qué parte de Onee-sama te gusta? —¡! —No te atrevas a decir que solo te gusta su apariencia. Desde luego, fue amor a primera vista. En cuanto vi a Sieg, «Ella es la indicada. ¡La encontré!» fue lo que pensé y mi cuerpo se movió de manera natural. ¿Eso significa que le pedí matrimonio porque me gustó su apariencia? No estoy seguro. Pese a eso, hay algo que puedo declarar con seguridad. —Yo… amo todo sobre Sieg. Revelé mi corazón por completo, el cual ni siquiera le había mostrado a Sieg, a su prima. Me dio vergüenza en el transcurso, así que tartamudeé un poco, pero conseguí transmitirlo. —Así es como es… —…

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La prima tenía su abanico abierto y ocultaba la mitad de su rostro con él, por eso no sabía qué clase de expresión tenía. Sin embargo, ya no sentía las miradas asesinas de antes, ¿eso quiere decir que estoy perdonado? —Ah, eeh, aparte de eso, ¿tienes otra pregunta? —…rias. —¿Perdón? —Cuéntame historias sobre Onee-sama. —¡! Me comentó que le gustaría saber cómo le iba a Sieg recientemente, por eso relaté felizmente cómo era ella en las tierras remotas. Cómo había cautivado Sieg a las mujeres de la aldea, cómo había recibido a Emmerich con una patada giratoria, cómo detuvo a un reno que había perdido el control, cómo disparó a un alce que estaba muy lejos con su gran habilidad con las pistolas, le conté sobre esas historias. La prima escuchó con una expresión alegre. —Qué bien. Onee-sama tiene una vida relajante en una tierra extranjera sin necesidad de contenerse. Me dijo que Sieg no sería capaz de ser la esposa de un noble ya que no había recibido educación de cómo ser una dama. Incluso si estuviera bien, su prima estaba preocupada de que Sieg se estuviera conteniendo todos los días. —Pensé que sin duda alguna estaría experimentando una vida dura en una tierra extranjera… Sin embargo, parece que me equivoqué. Todo este tiempo tuvo miedo de reunirse con Sieg, murmuró. Por lo visto, le preocupaba que Sieg se hubiera marchitado por el ambiente hostil al vivir en un país extranjero. Además, le insistió a su papá que le contara cómo es que se había casado Sieg. Le angustiaba pensar que Sieg se había comprometido a un matrimonio no deseado por culpa de ella. La prima sonrió al escuchar cómo estaba viviendo Sieg. Yo también me sentí aliviado. Luego de eso, oí las hazañas de Sieg durante sus años de servicio militar y perdí la noción del tiempo. Al final, solo estábamos preocupados por la persona que nos gustaba. Regresé en sí cuando el sol comenzó a ponerse. —¡Uwa! —¿Qué sucede? —Bueno, a decir verdad… - 120 -


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Confesé que fui atrapado con las manos en la masa por Sieg justo antes de venir. —¡Vaya, eso es un gran problema! Tras decir eso, su prima, Hildegart-san, me acompañó a la casa. Cuando vio el rostro de Sieg, comenzó a llorar. Dijo que no había tenido el valor de reunirse con ella, con una voz temblorosa. También se disculpó por lo de hoy. Sieg abrazó gentilmente a Hildegartsan y acarició su cabeza. Me sentí conmovido por el amor fraternal. Una vez que pasó la tormenta, me disculpé con Sieg una vez más. —Sieg, eeh, perdón. —No, comprendo lo que sucedió. —Sí… Sieg también comentó que se disculpaba por haber sospechado de mí. —Hildegart es muy bella, así que… Estaba intranquila de que pudiera distraerme. Retiré su seductor cabello rojo de su mejilla y le susurré al oído. —Aunque mis ojos no pueden ver a nadie más que a Sieg… Contemplé por un buen tiempo a Sieg, quien tenía la mirada hacia el suelo debido a la vergüenza. De esa forma, conseguí sobrevivir al problema de Sieg y su prima. Además, esta fue la historia del día en que decidí que nunca volvería a hacer llorar a Sieg.

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Capítulo 20

% Los eventos alrededor de una pintura

Desde la mañana he estado ayudando a mi suegro a organizar su biblioteca. Al parecer esta habitación se la darán a su hijo mayor. Actualmente estamos guardando los libros de los estantes en cajas. La mayoría serán donados a la biblioteca de la ciudad. Mi suegra sugirió que los sirvientes se encargaran de hacerlo, pero mi suegro argumentó que lo haría él mismo porque eran sus pertenencias. Cuando luchaba por ordenar los libros, mi suegro que estaba trabajando un poco más alejado, de repente soltó una carcajada. Mientras me preguntaba qué podría haber pasado, dijo que encontró algo sorprendente y me hizo un gesto para que me acercara. —¿De qué se trata? Cuando me acerqué, había algo parecido a un álbum grande en su mano. La cubierta era de piel suave y no tenía nada grabado en la portada. Al abrirlo, había una pintura de un oficial gallardo y joven de cabello rojo. Usando un uniforme blanco y con una expresión afilada, solo podría describirlo como apuesto. La edad sería a finales de su adolescencia. Se encontraba sentado y en una mano sujetaba un sombrero. Era lo bastante apuesto para que alguien se enamorara de él a primera vista. Mi suegro me preguntó con una voz temblorosa si podía adivinar de quién se trataba. —Es Sieglinde-san, ¿cierto? —¡Correcto! ¡¡Como lo pensé!! No, tuve el presentimiento que era Sieg a primera vista. Comparada a la primera vez que la vi, tenía el cabello más corto y sus ojos eran más afilados. Cuando pregunté al respecto, me respondió que la pintura tendría más de una década. —¿Qué piensas? —Debe haber sido muy popular con las mujeres. Cuando dije eso, mi suegro soltó otra carcajada. —¿Puedes adivinar para qué era la pintura, Ritzhard-kun? - 122 -


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—U~m. Buena pregunta. ¡Velemos por nuestra saludable hija! ¿Habrá sido para eso? La pintura de Sieg irradiaba una sensación un poco a la defensiva y difícil de acercarse. A pesar de eso, por alguna razón me gustó. Pensé que hubiera sido lindo conocerla en aquel entonces. Reflexioné sobre el propósito de la pintura, pero todas fueron teorías erradas. —La respuesta es… ¿D-de qué podría tratarse? Mi suegro jugó conmigo. No fue en conmemoración por haber obtenido una medalla, tampoco por un ascenso ni por su cumpleaños. ¿Exactamente qué tipo de propósito podría tener…? —Para entrevistas de matrimonios. —¡¿Eh?! Revisé nuevamente la pintura del gallardo oficial. … No hay duda, ¡¡apuesto!! Si una pintura como esa llegaba, apuesto a que cualquier señorita gritaría al instante: «¡Quiero casarme con él!». Por lo visto, llamaron a Sieg para forzarla a tener una entrevista de matrimonio, pero por desgracia ninguno de los vestidos lucía bien en ella. Al final, su uniforme militar le quedaba mejor, así que no tuvieron otra opción más que hacer que la pintaran con él. —En serio~, fue difícil. ¡Nadie quería casarse con ella luego de ver esta pintura! En aquel entonces, Sieg no estaba interesada en casarse. Por eso tenía una expresión malhumorada, pensé. —Tuve que inclinar la cabeza para conseguir entrevistas de matrimonio arregladas, pero Sieg estaba ocupada, así que no podía venir. —Parece que fueron tiempos difíciles… —A pesar de eso, cuando cancelaba las entrevistas, en contraste los hombres lucían aliviados. Sería deprimente si una mujer del ejército que parece más fuerte que tú, llega a la entrevista de matrimonio. Si fuera el yo cuando era más joven, probablemente la habría rechazado. —Uum, ya veo. Entonces, Ritzhard-kun no te hubieras interesado por Sieg. —¡Pero la amo, lo juro!

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Volumen 02

Sin embargo, mi gusto de hace más de una década difiere enormemente al de ahora. Si fuera el yo de aquel entonces, no le habría propuesto matrimonio. Sieg tampoco estaba interesada en casarse en ese momento. —En ese caso, los dos tuvieron un encuentro destinado conforme pasó el tiempo. —¡Así es! Aunque, más que destino, diría que nuestros intereses coincidieron. Bueno, eso no cambia el hecho de que ahora soy feliz. Así que podría llamarlo destino. —¡Muy bien, Ritzhard-kun, te regalaré la pintura de este apuesto soldado! —¡¿Eh?! ¡¿De verdad?! ¡¡Viva!! ¡Qué recompensa tan asombrosa! Inesperadamente recibí un tesoro. A pesar de eso, lo mantendré oculto de Sieg. ❄❄❄ Envolví la pintura de Sieg en una tela y la cargué en secreto. Para evitar que alguien la viera, me moví sigilosamente por los pasillos. En cada esquina, comprobaba si no había nadie. ¡¡Si la descubría Sieg, definitivamente la confiscaría!! Se trataba de un tesoro que deseaba proteger a cualquier costo. ¡Un poco más y habré llegado a mi habitación! En el instante en que pensé eso, alguien me habló por la espalda. Sentí que mi corazón saldría volando por mi boca. —¿Qué haces, Ritzhard-san? —Pareces estar escabulléndote. —Ah, cuñados… Fui descubierto por personas peligrosas, quienes se habían acercado a mí por detrás eran mis cuñados solteros, cuyas edades eran cercanas a la de Sieg. Abracé con fuerza la pintura de Sieg para ocultarla. —¿Acaso es una pintura de un desnudo? —¡¿Eh?! —Últimamente están de moda en las ciudades. Y-ya veo. No lo sabía.

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Dejando de lado mi inquietud, mis cuñados se emocionaron hablando sobre mujeres desnudas. Al parecer, pinturas obscenas de bellezas rubias eran populares en las ciudades. —Entonces, ¿qué compraste, Ritzhard-san? —¡¿Eh?! —Incluso si te ves suavecito, eres un hombre de corazón. —No… ¿Q-qué debería hacer? ¿Debería decir que es una pintura de un desnudo e irme? Aunque, no me gustaría que mis cuñados piensen que soy vulgar. Pero, si les digo la verdad, Sieg me descubrirá. —¿Es la última que salió al mercado? —N-no, es de hace una década. —Eeeh, es bastante vieja. —Y-yo no fui quien la compró. —¿E-es de papá? —¡No, no, no! A fin de proteger el honor de mi suegro, negué con la cabeza. —¿Me pregunto que era popular hace una década? —Es preocupante. —¡¿?! ¡N-no! ¡Esto es para mí! … Por culpa de mi gran boca, me siguieron acorralando. —¿Qué compraste? —No conozco los gustos de Ritzhard-san. —Ah, sobre eso… Lentamente comencé a retroceder hasta topar contra la pared con un golpe. Al encontrarme rodeado por mis cuñados que son al menos una cabeza más grande que yo, ¿debería decir que son imponentes o intimidantes? ¿Qué hago? ¿Qué debería hacer? ¿Estaría bien revelarlo aquí? La galante figura de Sieglinde en su juventud. - 125 -


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No. No puedo. Solo diré: «¿Me dejarían disfrutar de esto a solas?», eso hará que se rindan. Cuando decidí ese plan y estaba a punto de abrir la boca, un grito retumbó a lo lejos. —¡Qué están haciendo! —¡¿?! Debido a esa voz, mis cuñados se sobresaltaron. Yo también me sorprendí un poco, después de todo se trataba de Sieglinde. Ella comenzó a cuestionar qué estaban haciendo mis cuñados. —N-nada, solo estábamos charlando con Ritzhard-san, eso es todo. —A-así es, estábamos hablando sobre arte, ¿v-verdad? —Ah, sí. —¡A mí me parece que estaban acorralando a Ritzhard, ¿no creen?! —E-estás equivocada. —S-solo manteníamos una conversación placentera. Cuando Sieg los fulminó con la mirada, mis cuñados salieron corriendo. ¿Qué debería decir? Sieg es fuerte. —¿Estás bien? —¿Eh? —Mis hermanos te estaban molestando, ¿verdad? —N-no, en realidad no. —No tienes que preocuparte por mis hermanos. Bueno, en cierto modo Sieg me salvó. —Pero, ¿por qué te estaban acorralando de esa forma? No… ¡¡Todavía no estoy a salvo!! ¡¡Esto es un desastre!! Sieg notó la pintura que estaba abrazando con mucho cariño. No podía responder incluso si me preguntaba qué era. —¿Qué estás ocultando? —Esto… - 126 -


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… Esto es imposible. Me estoy poniendo aún más nervioso que cuando estaba con mis cuñados. Su mirada afilada me atravesó. No obstante, era mucho más suave que la mirada que tenía Sieg en la pintura. ¿Puedo soportar esto de alguna forma? Pensé. Pese a eso, no hay forma de ocultarle nada a Sieg. A medida que gotas de sudor se formaban en mi frente, le entregué la pintura a Sieg, luego retiró la tela y miró en su interior. —… —… En cuanto vio la pintura, sus mejillas se tiñeron de rojo. Me miró con unos ojos ligeramente húmedos, los cuales eran menos intimidantes que antes. —Hablemos en mi habitación, Sieg. —… Si ella va a molestarse, prefiero que sea en un lugar donde otros no puedan verla. La invité a mi habitación siguiendo esa línea de pensamiento. Sentados uno frente al otro en nuestros asientos, ella comenzó a interrogarme. —¿Dónde encontraste esto…? —En la biblioteca de tu papá. —¿Papá te la dio? —N-no… —pensé que no debería involucrar a mi suegro en esto, así que guardé silencio—. Perdón. Tomar esto sin decírtelo, debe haber sido desagradable para ti. —… Confesé honestamente que esperaba disfrutar la pintura yo solo, después de todo se trataba de una obra gallarda. Sieg parecía atónita. Cuando le dije que lo sentía, ella respondió con algo sorprendente. —¿Hay pinturas tuyas Ritz? —¿Eh? —¿No tienes alguna en la mansión del Marqués? —¿Mías? Uum. Creo que alguien pintó algunas cuando era niño —respondí eso y otra declaración inesperada surgió. —Si me dejes ver una pintura tuya, no me importaría darte esta. - 127 -


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—¿Eh? —Yo también tengo curiosidad por saber cómo lucías cuando eras niño. ¡¡Si puedo tener esta pintura por algo como eso, entonces felizmente acepto!! Más tarde cuando contacté con el abuelo, nos trajo unas cuantas pinturas. Echamos un vistazo a cada una de ellas. —¿No crees que Ritzhard se veía como el Hada de la Nieve cuando era niño? —Tienes razón, qué lindo. Le mostró pinturas de cuando era un bebé, cuando tenía cuatro años y cuando tenía diez. Tres pinturas en total. Solo vine tres veces a este país cuando era niño, aunque no recuerdo las primeras dos veces. Sieg miró alegremente las pinturas y eso me hizo sentir avergonzado por alguna razón. Mientras tanto, el abuelo hizo una innecesaria… quiero decir, maravillosa propuesta. —Escoge una, te daré la que más te guste. —Eh, ¿te parece bien? —No hay problema, así que elige una. Sieg ponderó seriamente cerca de una hora. Al final, se decidió por la pintura de cuando era un bebé. —Muchísimas gracias, consuegro. Lo atesoraré. —Me alegra que te gustara. De esa forma, el intercambio de pinturas se terminó. Mi pintura de cuando era un bebé ahora se encuentra colgada en la habitación. Ajá, es vergonzoso después de todo.

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Capítulo 21

% Diario de Observación ~Los sobrinos~

Esta historia es sobre el pequeño incidente que sucedió con Claus y las hermanitas durante la estadía de Ritz en la casa de Sieg. —¡Estú~pido! ¡Eso no es cierto! —¡No es estúpido! ¡Y es cierto! Los dos que estaban luchando con ferocidad; eran Claus, el hijo del hijo mayor de la Casa Wattin, y Adeltraud, la hija del tercer hijo de la Casa Wattin. Edelgard había entrado en pánico un poco más alejada de ellos. —¡Como si el tío Ritzhard pudiera ser un hada, estúpida! —¡Es cierto! ¡Es un hada! Esto sucedió mientras las hermanas estaban dibujando hadas, Claus las vio y se percató de que el modelo era su tío. Adeltraud había dibujado a una persona en un escenario nevado, mientras que Edelgard capturó una fantástica Hada de la Nieve en medio de un campo nevado. Cabello blanco trenzado y ojos azules, a partir de estos rasgos era evidente que se trataba de Ritzhard. Al ver eso, Claus había pensado molestarlas un poco «El tío Ritzhard no es un hada», pero esa declaración encendió la ira de Adeltraud, quien creía firmemente que Ritzhard era un hada. —¡Qué parte de él es un hada, solo es un guerrero viejo! —¡Mi tío no es un guerrero! —¡No me refiero a eso! —¡Mi tío come flores! —¡Uuh, ¿qué mierda?! Adeltraud de repente salió corriendo de la habitación. Edelgard fue tras ella poco después. Cinco minutos después, Adeltraud regresó con una flor. - 129 -


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—Le daré esto a mi tío. —No, hacer que coma eso el tío, ¿no te sientes mal por él? —¡¿Por qué?! ¡Él dijo que ama las flores! —Si le das eso esperando algo, no tendrá más opción que comerla. —¡¡En ese caso, le pediré a una sirvienta que se la entregue a él!! Adeltraud comentó que podían espiar por la ventana para averiguar lo que hacía Ritzhard con la flor. Luego de eso; le pidieron a una sirvienta, que se encontraba cerca, que le entregara la flor que habían recogido de un jardín a Ritzhard. Luego, los niños comenzaron a correr, su destino era la ventana desde donde podían espiar la habitación de Ritzhard. Como la ventana estaba algo alta y Adeltraud no podía alcanzar, le pidieron al jardinero una caja para que pudiera subirse a ella y poder ver. En el interior, la pareja estaba sentada lado a lado en un ambiente grandioso. Al percatarse que no habían llegado tarde para ver a la sirvienta entregar la flor, Claus se sintió aliviado. —¡Wa, ahí viene-mugu! Claus se apresuró a tapar la boca de Adeltraud, pues había comenzado a gritar emocionada. Estaban asomándose a la habitación aprovechando un espacio entre la cortina, por fortuna no los habían descubierto, así que soltó un suspiro. Conforme recibía la flor de la sirvienta, sonrió un poco tras escuchar que se trataba de un regalo de su sobrina. Disfrutó el aroma y mostró una sonrisa más amplia. La sirvienta hizo una reverencia y salió de la habitación. A partir de ese momento, los tres niños contuvieron la respiración y observaron cada movimiento de su tío. Después de girar momentáneamente la flor con sus dedos, Ritzhard comenzó a charlar con su esposa. Sieglinde desvió la mirada y parecía aturdida. —¿Qué podría estar diciendo mi tío? Es la primera vez que veo a la tía avergonzarse de esa forma. —… Claus revisó una vez más si su tía realmente estaba actuando tímida. Sin duda alguna, su mejilla estaba teñida de rojo debido a la vergüenza. Podría ser que algo que las jóvenes hermanas no deberían ver, ¿estaba a punto de comenzar? Claus se preocupó, pero era incapaz de moverse por culpa de su curiosidad, pues quería saber lo que pasaría después.

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Ritzhard abrazó a Sieglinde por el hombro y se inclinó. Tomó su mano y susurró algo en su oído, antes de adornar su cabello rojo con la flor que tenía en su mano. Después volvió a susurrar algo en el oído de su esposa y los niños presenciaron a su tía ruborizarse por completo de un rojo brillante. —¡Y-ya vámonos! —declaró Claus y se llevó a las hermanas lejos de ahí. ❄❄❄ —Aah, eso fue lindo~. Adeltraud dijo maravillada. Por lo visto, Edelgard compartía la misma opinión de su hermanita. —Podemos darle otra flor después. Cuando mi tía no esté con él. —No, está bien. —¿Eh? —He confirmado que el tío Ritzhard no es humano. —¡¿Hablas en serio?! —Sí. Lograr que esa tía feroz se ruborice de esa forma, es una hazaña imposible para un ser humano. Pensó Claus. —Puede que mi tío realmente sea un hada. —¡Te lo dije, ¿verdad?! Al recordar a su tía actuando tímida, un escalofrío recorrió la espalda de Claus. Tras ser testigo de semejante escena, no pudo evitar más que aceptar la opinión de sus primas.

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Capítulo 22

% Los sobrinos y el bosque de verano

El día de hoy salí al bosque en compañía de mis sobrinas y sobrino. —¡Tío, hoy hice queso crema y miel con mi hermana mayor! —Eeeh, suena delicioso. Las niñas prepararon bocadillos para comer en el bosque. Un emparedado sencillo de miel y queso crema con pan, se trata de una merienda que les encanta a las personas de este país. Por lo visto, se esforzaron mucho para el paseo de hoy, así que me sentí feliz. Mientras disfrutaba de este sentimiento de satisfacción, escuché un suspiro profundo al lado mío, así que miré allí. —¿Uuh? ¿No hay emparedados con carne? Claus descaradamente dio su opinión a las niñas. No se veía contento, mientras sujetaba la canasta de emparedados en su mano. Tras oír eso, Adeltraud reveló el secreto concerniente a la comida de hoy. —Eso es porque a mi tío le gusta la miel. —¿Uh? —¡Él no come carne! —Tío, ¿no dijiste que por lo general comes carne? —murmuró en voz baja para que las hermanas no escucharan. Cuando acaricié la cabeza de Claus por su amabilidad, se molestó y me dijo que me detuviera. Los chicos adolescentes sí que son difíciles de tratar. Aun cuando se quejó de muchas cosas, Claus nos acompañó en nuestro paseo. El bosque a principios del verano ostentaba hermosas flores y un follaje frondoso. Edelgard y Adeltraud dibujaban las flores que encontraban para llevar un registro. Al parecer piensan buscar los nombres en una enciclopedia una vez que regresen a casa. —¿Qué le encuentran de divertido a esto? - 132 -


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—¿No te gusta? Desde que era niño, me tranquilizaba caminar en medio de frondosos bosques verdes y me encantaba encontrar hierbas en el bosque, pero Claus dijo que a él no le gustaba. —En ese caso, ¿por qué no intentamos hacer sidra? —¿Eh? —Ah~, eeh, es algo parecido al Apfelschorle de este país, ¿creo? Apfelschorle es un licor con gas hecho a base de manzanas. Les conté la historia de cuando me sorprendí, hace unos diez años, al recibir un licor con gas de manzana cuando pedí una sidra en una tienda de este país. —No lo entiendo muy bien; pero, ¿quieres decir que podemos hacer agua con gas de cosas disponibles en el bosque? —Así es. Además, este proceso se recomienda hacerlo a principios de verano. —¿? Llamé a las hermanas que estaban observando flores para comentarles sobre el plan. —¿Sucede algo, tío? —Gracias por venir. A partir de ahora haremos jugo con gas usando los alimentos que nos ofrece el bosque. Las dos dijeron al mismo tiempo que era una idea asombrosa. —¿Con qué haremos el jugo, tío? —Um, con ese árbol. El ingrediente se encontraba justo frente a nosotros. —Eh, eso es un pino. —Estás muy bien informado, Claus. Extendí mi mano para acariciar su cabeza, pero recordé que se molestó antes, por eso me detuve y, en su lugar, cambié de trayectoria hacia Edelgard y Adeltraud. —¡¿Por-por qué estás acariciando la cabeza de Eru y Aru cuando ellas no dijeron nada?! Pues, te molestas cuando acaricio tu cabeza.

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A fin de cuentas, los chicos adolescentes son difíciles. Había acariciado sus cabezas sin prestarle mucha importancia, pero las hermanas lo recibieron felizmente con sonrisas. —Tío, ¿podemos hacer jugo con árboles y no flores? —Así es. Si sumergimos las hojas en agua y la exponemos al sol, el agua en la botella se convertirá en agua con gas. —¡¿Hablas en serio?! —Por supuesto. Consigamos algunas hojas. Era lindo ver cómo los ojos de las hermanas brillaban mientras escuchaban mi historia. En cambio, Claus me miró como si estuviera siendo testigo de un fraude. Durante esta época es la mejor oportunidad para hacer sidra, pues las hojas frescas de pino de principios de verano proporcionan un sabor dulce, a diferencia del sabor amargo que se consigue el resto del año. Trepé por los árboles rectos de pino y recogí hojas. Ya que los trozos amarillos en los bordes provocan un sabor amargo, se cortan las hojas por la mitad. Mientras lo hacía, Claus dijo que él también quería hacerlo, así que le enseñé cómo trepar árboles. Luego de que llenamos una pequeña canasta con hojas de pino, tomamos un breve descanso. Claus estaba mirando las hojas de pino en la canasta con una expresión perpleja. —¿Sabrán dulces, tío? —Buena pregunta. Nunca las he probado crudas, así que no tengo idea. Impulsado por su curiosidad, Claus probó unas hojas de pino frescas. —¡! Desde luego no iban a saber bien. Claus enseguida las escupió. —¡Qué es esto! —Bueno, la verdad es que pensé que no sabrían bien. Le expliqué que el agua no adquiría el sabor dulce por las hojas de los pinos. —¡¿Qué quieres decir?! —Que es una hoja común y corriente. —¡Di eso antes! —Lo~ siento. - 134 -


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El agua se produce cuando la levadura en las hojas de los pinos se activa al recibir la luz del sol. Luego, se agrega azúcar y con los movimientos que genera se produce gas en el agua. La hice unas cuantas veces cuando era niño, pero descubrieron que papá había estado usando el azúcar en secreto y nos vimos en la necesidad de parar la producción. El jugo tiene un recuerdo triste agregado. Comimos emparedados de miel mientras charlábamos sobre el jugo de hoja de pino y después regresamos a casa. En cuanto llegamos, comenzamos a preparar el jugo. —Primero ponemos agua a hervir en una olla. Trabajamos en un rincón del rancho de mi suegro. —¿Puedes pesar la azúcar, por favor, Claus? —Entendido. Dejé que Claus se encargara del azúcar. En cuanto a Edelgard y Adeltraud, les pedí que lavaran las hojas de los pinos. —Si se lavan demasiado, la levadura disminuye, así que solo enjuáguenlas un poco. Luego de dar instrucciones a las hermanas, me hice cargo de esterilizar las botellas y de agregar azúcar al agua. Las botellas que usaríamos tenían alcohol, pero mi suegro se encargó de vaciarlas o mejor dicho de tomárselas. Para esterilizarlas, las herví en una olla. En la segunda olla, meramente puse agua a hervir. Esa era para la bebida. Una vez que la esterilización estaba completa, se dejaban secar las botellas. En el agua hirviendo, agregué azúcar. Mientras dejaba enfriar el agua, ayudé con el trabajo en el rancho de mi suegro. Como recompensa, conseguí salchichas recién hechas. Dos horas más tarde, tras confirmar que el agua caliente estuviera fría, comenzamos a trabajar en el siguiente paso. —¿Podrían por favor poner las hojas de los pinos en las botellas? En dos botellas, colocamos las hojas de pino que habían enjuagado un poco. Terminamos con las preparaciones cuando vertimos el agua azucarada en las botellas. —No hay que taparlo con fuerza, es mejor colocar una tela sobre la boca de la botella y amarrarla con una cuerda. Eso es porque si lo tapamos herméticamente, existe el peligro de que la botella explote por el proceso de fermentación. Por la noche, los movimientos de la levadura se detienen, así que tenemos que cerrarlas con fuerza para evitar que el gas se escape. Una vez que se deja reposar por un par de días, el agua con gas está listo.

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El producto terminado posee ácidos lácticos y ácido etanoico, así que sabe amargo. Ya que era agrio, añadí miel y jugo de fruta para ajustar el sabor. Luego permití que mis colaboradores probaran la bebida gaseosa color ámbar mezclada con miel. —Uwa~, es burbujeante y dulce. —Deliciosa… —No está mal, creo. La bebida gaseosa tenía un sabor suave. La sidra fue muy popular entre los niños, así que fuimos de nuevo al bosque otro día para hacer más.

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Capítulo 23

% ¡Con los señores!

El día de hoy tengo una reunión para beber con los amigos de mi suegro, el cual por cierto lo estaba esperando con muchas ansias e incluso preparó carne ahumada y alcohol solo para la ocasión. En cuanto a mí, hice pescado en escabeche con algunos que atrapé en un río cercano, Sieg dijo que así sabían mejor con alcohol. La ubicación del festín era el cobertizo para las herramientas en el rancho. Para que no fuéramos descubiertos por mi suegra o alguna de mis cuñadas, procedimos en silencio. Sin embargo, como estaríamos cocinando, dejamos una ventana abierta. Había tres dueños de ranchos reunidos aquí y todos cerca de la edad de mi suegro. Los hombres de esta zona usualmente son estoicos, pero estos señores tenían disposiciones muy alegres, al grado que incluso uno sospecharía que se encontraban muy ebrios. La mesa estaba rebosante con platillos e ingredientes que habían traído: salchichas, jamón, cerveza, vino de frutas, nueces tostadas y pescado seco. Todo lucía bien. De entre todos ellos, un señor que tenía una gran bolsa de piel la mostró orgulloso. —Miren esto, los atrapé hace poco. De la bolsa emergieron unas pequeñas bestias que nunca antes había visto. Tenían una apariencia similar a un glotón. —¿Qué son? —Oh, son dachs7, como arruinan nuestros campos los cazamos a principios de primavera. —Eeeh~. Sin duda, los dos tejones a pesar de haber despertado hace poco de su hibernación, tenían cuerpos regordetes y un pelaje brillante. —Además son deliciosos.

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N. de la T. Dach: significa tejón en alemán.

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Ooh, eso realmente picó mi interés. Por lo visto, tenía pensado destriparlos, por eso me ofrecí para realizar esa actividad afuera, aunque se sorprendieron con mi propuesta. Cuando mi suegro les dijo «mi yerno pertenece a una comunidad de cazadores», se sorprendieron aún más. —Aunque eres delgado, eres bastante duro. Asombroso. Hice un gesto con la mano para indicarles que ese no era el caso mientras sonreía débilmente, luego salí del cobertizo. Me sentí decepcionado con mis brazos delgados. Las personas de aquí eran altas y quizá porque era más fácil para ellos conseguir músculos, también poseían complexiones corpulentas. Por otro lado, yo no era tan alto ni tenía músculos. Si tuviera un cuerpo musculoso como el de esos señores, me pregunto si Sieg exclamaría «¡Qué hombre tan confiable! ¡Espléndido! ¡Abrázame!» Mientras fantaseaba con temas así de inútiles, me dirigí al degolladero. Para procesar a los tejones, amarré sus patas y los colgué. Al parecer ya habían drenado la sangre apropiadamente. Sería un trabajo fácil. Primero, coloqué un recipiente bajo los tejones y comencé a despellejarlos desde las patas. La piel de tejón era más dura de lo que había imaginado. Si no ponía suficiente fuerza al hacerlo, el cuchillo no pasaba. Quizá porque habían estado comiendo cosas buenas, el pelaje era suave. Sería buena idea usarlo en un lindo sombrero y poner su cola como decoración. A fin de procesar la piel después, la extendí y la dejé secar en un lugar fresco y oscuro. La carne expuesta del tejón estaba cubierta con bastante grasa. Los pequeños trozos de rojo que se asomaban, poseían un tono rosa y no olía mal. Corté las garras y los abrí por el abdomen. Cuando saqué los órganos, algunos todavía estaban calientes. Al parecer son criaturas con una temperatura corporal alta. Luego los corté en partes y los fui colocando en una bandeja. Una vez que terminé con todo el trabajo, me lavé las manos y recogí algunas hierbas por la zona mientras regresaba al festín. —Gracias, Ritzhard-kun. —No hay de qué, estoy acostumbrado. A medida que la habitación se llenaba de humo, varios ingredientes se cocinaban sobre la parrilla. —Ooh, lo hiciste a la perfección. La persona que atrapó los tejones recibió felizmente la carne y las hierbas que recogí. Aplicó las hierbas a la carne y dejó caer algunos trozos sobre la parrilla de manera muy animada. Juwa~. La carne a la parrilla producía un sonido como ese. La carne de tejón no desprendía el aroma exótico de los animales de caza. La grasa goteaba de la carne y una - 138 -


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fragancia aromática surcó por el aire. Una vez que la carne estaba bien cocida, le dio un toque final esparciendo un poco de sal sobre ella. —Toma, prueba un poco. —Gracias. Recibí educadamente el plato con la carne recién salida de la parrilla. Como la carne no se había dejado reposar, estaba un poco dura. Pese a eso, tenía una agradable textura al masticar, así que sabía bastante bien. Al morderla, mi boca se impregnó con el sabor de la carne y luego mi nariz inhaló el delicioso aroma de la bestia salvaje. La sencillez de la carne a la parrilla combinaba bien con la cerveza. La grasa era dulce, pero no pegajosa. Fue una carne muy deliciosa. —Sabe mejor cuando la haces sopa. —¡! Al oír eso no pude evitar prepararla. Conseguí la receta y de inmediato me puse de pie para ir a preparar la sopa de tejón. En el rancho de mi suegro había una cocina pequeña para que uno pudiera merendar cuando quisiera. También había ingredientes sencillos y vegetales almacenados. Primero, usamos las costillas del tejón para hacer la sopa. Ya que la grasa también era una fuente principal del sabor, lo agregué de igual forma. Una vez que comenzó a hervir, añadí hierbas y vegetales para acentuar el sabor. Retiré la grasa que se formaba mientras hervía. En cuanto la sopa turbia se volvió clara, utilicé un colador para filtrar todos los contenidos en la olla. Sobre la sopa limpia, agregué la carne de tejón en trozos, así como tubérculos y hongos. La grasa comenzó a formarse otra vez, así que me esforcé por quitarla. Finalmente, la sopa de tejón estaba lista tras agregar especias. Decidí llevarme la olla entera para compartir con todos. —¡Esto es asombroso! Por lo visto, la sopa de tejón también era algo nuevo para mi suegro, ya que abrió sus ojos de par en par. La sopa clara poseía un sabor profundo y los vegetales que se habían bañado allí tenían un sabor rico que deleitaba las papilas gustativas. Aunque había puesto mucha grasa, no estaba pegajoso. Era refrescante. Al parecer los tejones no huelen porque no son omnívoros, su dieta principal consiste de miel, frutas y bayas. Ya que son más sabrosos que los jabalís que aparecen con frecuencia, hay muchos cazadores que los buscan. Los dos tejones desaparecieron en un santiamén. Pensé que sabrían más ricos si se dejaban reposar, pero como son raros tuve que rendirme. Proseguimos el festín con las salchichas y el jamón, también bebimos bastante. El lugar se volvió animado con diversos temas. De entre ellos, los señores mostraron un - 139 -


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gran interés en mi vida en las tierras remotas. La cacería durante el invierno y la preparación de comida preservada para las noches polares. Recolectar las bendiciones del bosque durante la primavera, las noches blancas del verano y la guerra por reunir bayas de las mujeres. Cuando declaré que nosotros fabricábamos cualquier cosa que necesitábamos, se sorprendieron. —¿Incluso haces alcohol? —Sí. Comprarlo quizá sea más barato, pero tenemos tiempo para fabricarlo. Se trata de un viejo hábito hacer lo que podamos, incluso si es una molestia. Compramos lo menos posible de los mercantes. Esa idea estaba desapareciendo entre las generaciones más jóvenes, pero personalmente creo que las habilidades para hacer cosas son útiles. —¡Jaja, qué sorpresa! Al escuchar mi historia sobre el alcohol, los señores se sorprendieron. Por lo visto, también estaban preparando alcohol como un pasatiempo. No obstante, dijeron que solo era al nivel de comprar los ingredientes de la licorería. —El licor de albaricoque que hicimos el año pasado sabía grandioso. Aparentemente fue hecho con albaricoques secos, dijeron que los frutos secos volvían más dulce el licor y profundizaban el sabor. Además de eso, también prepararon alcohol medicinal a partir de hierbas para cuidar su salud. —Esos no son tragos. Son medicina. —Claro que lo son. Hierbas y nueces, usaban muchas cosas. Aprendí mucho. —En mi aldea por lo general tenemos licor de baya. A veces hacemos alcohol de frutas para vender a los mercantes. —Ooh, aquí el licor de baya tiene un mayor grado de alcohol. —Ya veo. En casa me enseñaron a solo usar bayas frescas para hacer alcohol, así que nunca pensé en usar frutos secos o hierbas para prepararlo. —Suena estupendo. Me gustaría tratar de hacerlos. En mi opinión el alcohol sabe mejor cuando es hecho en casa. Cuando murmuré eso, mi suegro propuso algo. —¿Por qué no hago varios tipos de alcohol y te los envío después, Ritzhard-kun?

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También me dijo que no me preocupara por los costos de envío mientras me daba palmaditas en el hombro. —En ese caso, me gustaría comprar los ingredientes en el mercado junto a Sieg. Sieg es la que bebe más. Si hay algo que prefiera, prepararé alcohol con eso. ❄❄❄ De esta forma, cerramos las cortinas del festín con los señores mientras la fiesta se dirigía al clímax. La carne de tejón8 que probé por primera vez, estuvo deliciosa y aprendí muchas cosas, así que la reunión para beber valió la pena.

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Nota del autor: Creo que la sopa de tanuki (mapache) de los cuentos japoneses está hecha de tejones… la carne de tanuki huele demasiado.

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Capítulo 24

% ¡Con Sieglinde!

El día de hoy saldré con Sieg luego de mucho tiempo. Hace poco aprendí cómo hacer licores de uno de los amigos de mi suegro, así que le pregunté a Sieg si quería ir a comprar algunos ingredientes. De acuerdo a mi suegra, el ejercicio moderado ayudaba a mejorar el estado de ánimo de una mujer embarazada. Sieg salía a dar paseos en el jardín o en el bosque cercano, pero era la primera vez que recorríamos las calles de esta forma. Por la mañana el mercado estaba atestado con personas, así que nos dirigimos a una zona comercial que tuviera menos gente. El clima de hoy era bueno. La brisa acariciaba las mejillas con gentileza, perfecto para dar un paseo. —Oye. —¿Qué pasa? —Finalmente estamos a solas. En los últimos días, no pude estar con Sieg. Así que era agradable poder estar con ella sin tener que estar atento a su familia. Me encontraba caminando con una sonrisa floja mientras contemplaba a Sieg, hasta que me regañó y dijo que mirara al frente cuando caminara. Me disculpé y comencé a mirarla de reojo. Aunque de camino tomamos un carruaje, nos bajamos un poco antes de la zona comercial para disfrutar de un paseo relajante. Cuando llegamos, apenas estaban abriendo las tiendas de la zona comercial, así que no había muchas personas. Tenía la impresión que podríamos disfrutar de nuestro viaje de compras con calma, por eso caminamos mientras conversábamos. —Compraremos ingredientes para hacer licor, ¿verdad? —Así es. Aunque, también planeo comprar ingredientes para hacer comida preservada.

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Hace poco aprendí la receta de una comida preservada llamada “salsa chutney” de un amigo de mi suegro. Es algo parecido a una jalea muy popular en el Medio Este. Se prepara al poner a hervir frutas y vegetales con especias. Su tiempo de vida es hasta tres meses y puede usarse como condimento para la sopa o untarla sobre el pan y comerse sola. —Quisiera tratar de hacer salsa chutney de baya y cacahuate. La salsa chutney de cacahuate que sirvieron para el desayuno estaba deliciosa, así que me gustaría tratar de hacerla. Cuando llegamos a la calle alineada con varias tiendas, montañas de varias frutas y vegetales entraron en nuestro campo visual. —¡Ah, Sieg, hay una fruta rara! Me acerqué emocionado, pero el precio no era barato. La fruta pintoresca provenía del Sur de Europa, por eso su precio era relativamente alto. El vendedor nos recomendó comprar kirsche9 que estaban en temporada. Las frutas redondas y rojas brillaban como piedras preciosas. —Considerando ese color tan lindo, el licor de cereza también sabrá bien. —Si estás hablando de cerezas, entonces está el kirschwasser10. —Ah, eso que lleva el Schwarzwälder Kirschtorte11. El Kirschwasser es empleado en pasteles. Conocido como agua de cereza, si bien es transparente, también posee el sobrenombre de “licor ardiente” debido a su alto contenido de alcohol. Recuerdo que mis ojos se llenaron de lágrimas cuando probé un poco por curiosidad. —Cierto, qué tal si horneamos un pastel. A Sieg le gusta el pastel de cerezas y mis sobrinas también dijeron que preferían pasteles hechos a base de frutas frescas en lugar de frutas secas, así que pensé que sería una buena idea. Gracias a que las cerezas eran un producto local en temporada, estaban baratas. Compré una gran cantidad y les pedí que la entregaran en la mansión del Conde. Además, recibimos dinero de mi suegro para cosas como bayas, hongos, frutas y vegetales, así que compré todas las cosas que me llamaron la atención. Luego de eso,

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N. de la T. Kirsche: significa “cereza” en alemán. N. de la T. Kirschwasser: así se llama el licor de cereza en alemán. 11 N. de la T. Schwarzwälder Kirschtorte: nombre en alemán para el pastel de selva negra, al menos así se le conoce en México. 10

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Volumen 02

nos dio un poco de hambre, por lo que fui a comprar un poco de currywurst de un puesto en el parque. —¡Iré a comprar las bebidas! Puedes empezar a comer primero~. El puesto de currywurst solo tenía cerveza. Como la gente de aquí tomaba eso como si fuera agua, no pensaron que fuera necesario tener algo más. Luego de caminar un poco, encontré un puesto que vendía jugo de fruta fría, así que compré dos. Mientras me apresuraba a regresar, alguien me habló. —¿Le gustaría comprar algunas flores, señor? Una mujer mayor vendiendo flores me llamó. Allí vi una brillante flor roja. Por lo visto, crecían en su jardín. —A tu novia le fascinará si le regalas una. —En ese caso, deme diez12. Como eran sorprendentemente baratas, terminé comprándolas en un impulso. La vendedora recortó los tallos elegantemente e hizo un ramo, dio el toque final atando un lazo alrededor. Con un ramo en la mano, troté de regreso a la banca donde Sieg me esperaba. —¡Gracias por esperarme! —Ah, perdón por las molestias. —No, esto no es nada~. Le entregué el jugo que había comprado. —Oh, no has comida nada, ¿me estabas esperando? —Estaba viendo a los niños jugar. Cerca de nosotros había niños pequeños gritando y jugando por todas partes. Cuando pensé que recibiría un nuevo integrante en la familia como esos niños, sentí algo cálido esparciéndose en mi corazón. —Ya falta poco. Me agaché frente a Sieg y hablé con nuestro bebé. —Además.

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N. de la T. Para los curiosos, regalar diez rosas rojas en el lenguaje de las flores, es una forma simple pero poderosa de decirle a una persona: “Eres perfecta”.

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—¿? Aprovechando esta oportunidad, le entregué el ramo que había escondido en mi espalda. —Estos son mis sentimientos por ti. Por favor, acéptalos. Hablaba en serio, pero Sieg se rió. —Sieg… —Pero, es como si me estuvieras proponiendo matrimonio. Por alguna razón fue vergonzoso, así que me senté en la banca y abrí la cubierta de madera del jugo, le entregué una a Sieg y yo bebí el otro. Mi estómago se quejó de que estaba hambriento cuando olí el aroma dulce. La salchicha con especias picantes, la currywurst se enfrió, pese a eso la comida de su tierra natal seguía siendo deliciosa. No se comparaba a la que comimos en el festival de mi país. Los dos comimos en silencio. No me llené, pero tampoco sentía hambre. Luego de eso, nos adentramos más en la ciudad. —Aquí hay muchas carnicerías. Me sorprendí por la cantidad de carnicerías sobre la calle. Incluso había varias alineadas en un solo lado de la calle. —Como lo pensé, no hay ninguna carnicería que venda carne de reno. —Así es. Extrañaba un poco la carne de reno, así que eché un vistazo alrededor, pero ninguna tienda la vendía. Tenían carne de res y puerco, pero no había carne de animales que eran populares en los países del Norte de Europa. —¿Te gustaría regresar pronto a la aldea, Sieg? —Sí. ¿Qué hay de ti? —Uum, buena pregunta. Me gusta mucho este lugar, pero estoy preocupado por mis padres, así que tenemos que regresar lo más pronto posible. Estaba feliz de que a Sieg le gustara mi tierra natal, así que respondí con eso. El parque que estaba un poco abarrotado, ya no tenía tantas personas ya que era hora del almuerzo. Los niños que habían estado jugando frente a nosotros también regresaron a casa para comer. Junto a mí, Sieg estaba disfrutando el olor de las rosas. - 145 -


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—Sieglinde. —Dime. —¿Sabes qué significado tienen las rosas rojas en el lenguaje de las flores? —No. Coloqué un brazo alrededor de los hombros de Sieg y me acerqué para susurrarle al oído. —Te amo. —¡! Cuando dije eso, las mejillas de Sieg también se tiñeron con un tono rojo como el de las rosas. Mientras amaba a mi esposa que estaba avergonzada, disfruté de la refrescante tarde a principios del verano. ❄❄❄ Cuando regresamos a casa, los vegetales y frutas que compramos de las tiendas ya habían sido entregadas. El mayordomo nos preguntó qué nos gustaría para almorzar, pero le dije que no había necesidad de preparar nada ya que quería cocinar con Sieg. Mientras charlábamos, comenzamos a extrañar la vida en las tierras remotas, así que decidimos cocinar luego de mucho tiempo. Tomamos prestada una esquina de la cocina y nos pusimos manos a la obra. —¡Hoy haremos sopa de reno! O al menos me gustaría decir eso, pero ya que no conseguimos carne de reno, prepararemos sopa de albóndigas de borrego. —Entendido. Usaremos carne de borrego, la cual es la última tendencia por aquí. Piqué en trocitos la carne con dos cuchillos. Mientras que Sieg pelaría los vegetales. En la olla había cebada, la cual había secado y pulverizado, hirviendo. El carnicero me dijo que si la mezclaba con las albóndigas añadía una textura única. Coloqué la carne molida y especias en un recipiente y la amasé hasta que se volvió pegajosa. Al final, añadí la cebada hervida y las moldeé en pequeñas esferas. Mientras preparaba las albóndigas, Sieg añadió tubérculos y hierbas a una cazuela y las puso a hervir. Una vez hervidos, agregó pimientos y pequeños tomates para que también hirvieran. Por último, colocamos las albóndigas y las hervimos a fuego alto. Quité la grasa y herví la sopa hasta que tuviera un lindo tono rojo. Entonces, la “sopa de tomate con albóndigas de borrego y cebada” estaba lista. Conseguí algo de pan para comer con la sopa. - 146 -


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Miré a Sieg mientras probaba un poco con su dedo. Gracias a su expresión, supe que estaba deliciosa. —Realmente cocinas muy bien, Ritz. —¿De verdad~? Como me elogió, mis mejillas se aflojaron hasta formar una sonrisa boba. Me gustaría mirar a Sieg comer, pero siento que me volvería a reprender, así que decidí probar la sopa también. Tal y como lo recomendó el carnicero, la albóndiga con la cebada poseía una textura que nunca antes había probado. La cebada le daba un toque chicloso. El tomate se había combinado bien con la sopa, acentuando el sabor de las albóndigas. El tomate fresco y los pimientos de la sopa eran al mismo tiempo agrio y picante, dejándote con un indescriptible sabor después. Los tubérculos que estaban en temporada también sabían grandiosos. Nos acabamos cerca de dos tazones cada uno, después de un largo tiempo comimos hasta quedar llenos. —Por alguna razón tengo sueño. —¿Qué tal si tomamos una siesta? —¿En serio está bien que nos relajemos tanto? —Está bien. Has trabajado bastante. Acepté la hospitalidad de Sieg y pasamos el resto de la tarde descansando en la habitación. El día de hoy, Sieg salió luego de mucho tiempo e incluso cocinamos juntos. Sin duda alguna, hoy fue un día muy satisfactorio.

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Capítulo 25

% ¡Otra vez con el Abuelo!

El día de hoy prepararé licor. Ayer esterilicé las botellas al hervirlas y ya tenía listo todos los ingredientes. Tras ver la gran cantidad de alcohol claro13 que compré, experimenté una indescriptible sensación de que usualmente pasaba por un proceso muy problemático para hacer menos del tercio de esta cantidad. Me subí las mangas y comencé a trabajar a la brevedad. Hoy haré licor de albaricoque seco, tal y como lo recomendó un amigo de mi suegro. Limpié los albaricoques con un paño húmedo y los coloqué en una botella. Luego añadí limones sin cáscara y semillas de albaricoque, estas últimas poseen un efecto que acentúa el sabor del alcohol y dan fragancia. Los limones y las semillas de albaricoque se dejarán por un mes y después se sacarán, para entonces el licor solo se hará con el albaricoque. Finalmente, se podrá tomar luego de un año. El otro fruto seco que usaré son ciruelas, son ricas en azúcares y el licor resultante tendrá un sabor profundo. Además, la fruta empleada se puede rehusar para hornear pasteles. Este licor tarda cerca de medio año en estar listo. La siguiente es una fruta fresca. Estoy usando cítricos específicamente porque son frutas que no se pueden encontrar en mi tierra natal. Les quité la cáscara gradualmente y las coloqué en botellas. Llené cerca de diez botellas, pero todavía había botellas vacías y más ingredientes. ¿Qué tal si hago licor de champiñones como mi próxima aventura~? Mientras pensaba eso, Sieg entró a la habitación. —Oh, ¿qué pasa, Sieglinde? —Nada, simplemente pensé que debería ayudarte, pero veo que ya casi acabas. —Ajá, aunque todavía faltan cosas por hacer. —En ese caso, ¿también probarías con estas?

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N. de la T. Alcohol claro: en inglés usaron la palabra “clear spirits”, que son aquellos licores transparentes o claros, mientras que los “dark spirits” son los licores que poseen un rango de color, de un ámbar cálido a un café oscuro. Por cierto, cualquier destilado empieza siendo transparente. Sin embargo, no encontré cuál sería el término correcto en español, por eso lo dejé así. Si alguien sabe, le agradecería que me informara.

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Sieg me mostró las rosas que le entregué hace poco. —¿Un licor de eso? —Así es, ¿no crees que funcione? Sieg quería mantener las flores intactas, así que le pidió consejos al jardinero y le dijo que secara las flores, pero se rindió cuando escuchó que el color cambiaría. —Por eso pregunté a los cocineros y me dijeron que era posible conseguir un tono vivo si se usaba alcohol. —¡Ya veo! Entonces con el objetivo de preparar licor de rosas, Sieg y yo nos pusimos manos a la obra. Primero limpiamos los pétalos de la rosa, usando un paño humedecido con alcohol, limpiamos sinceramente pétalo por pétalo. Al igual que con otros licores, se elaboraba poniendo hielo y alcohol con los pétalos en una botella. —Calculo que debería estar listo dentro de tres meses aproximadamente. —Entiendo. Para entonces el bebé ya habrá nacido y podré beber. —Bueno, beber en moderación~. Aunque, no creo que sea muy convincente decir eso cuando acabo de preparar una gran cantidad de licores. —Estoy bien con solo ver el producto final. —Después de todo el color es lindo. —Por supuesto, es la cristalización del amor de Ritz. —Uwa, me estás avergonzando. En ese caso, no podré tomarlo. —Entonces, lo tomaré yo sola. No pensé que Sieg estaría así de feliz por las rosas, así que me sentí tanto avergonzado como complacido al mismo tiempo. —¿Tienes algo de tiempo libre, Sieg? —Sí, no tengo otro pendiente por hacer. —En ese caso, ¿me podrías ayudar a preparar un licor para dárselo de regalo al abuelo? —Claro. Para el abuelo preparé un licor medicinal usando hierbas. Me gustaría que viviera mucho tiempo, así que elegí aquellas que eran buenas para la salud. - 149 -


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—Usaremos estas~. —Esas son las flores que recogiste en la mañana. —¡Así es! El ingrediente son flores de manzanilla que recogí en el paseo matutino con Edelgard y Adeltraud. Estaban floreciendo en el jardín. La mitad se usaron para hacer té y el resto para preparar el licor. La parte que usamos solamente son las puntas de los pétalos. El resto se guarda para alimentar a los animales en el rancho. Las manzanillas recortadas se enjuagan. Luego, se dejan en un lugar bien ventilado a secar. El trabajo está listo al colocar los pétalos secos en una botella y luego llenarla con alcohol. Después se deja así por tres semanas y se filtra el contenido. Tras un mes se puede beber, o al menos eso escuché. Por lo visto adquirirá un lindo tono ámbar. —El licor de manzanilla es bueno como tranquilizante, ayuda a mantener hidratada la piel, recuperarse de la fatiga y para el insomnio. La manzanilla es una planta que posee un sabor refrescante como las manzanas. Cuando se pone en alcohol, su fragancia se concentra. Eso fue todo lo que escuché del jardinero. Tres semanas después, filtré los contenidos del alcohol y vertí la bebida en una botella esterilizada. El día de hoy el abuelo vendría de visita, así que hice planes para cenar con él y Sieg, solo nosotros tres. Como todavía teníamos tiempo, descansé mientras disfrutaba del té herbal que prepararon mis sobrinas. —Tío, hice bocadillos con Onee-sama. —Uwa, luce delicioso. Las dos prepararon muffins con manzanilla. Al parecer aprendieron la receta del cocinero. —Aplastamos las hojas de té y las mezclamos entre la leche y la harina. Todavía emocionadas, las sobrinas hablaron sobre su experiencia horneando bocadillos. Bueno, el té de manzanilla posee un efecto calmante, así que me serví un poco y dejé caer una flor empapada de azúcar. —Qué lindo aroma. Probé un poco del muffin y tomé un sorbo de té. Con el simple sabor me sentí más tranquilo. Me dio la impresión de que había sido sanado. —¿Qué tal está, tío? —Delicioso. Gracias, Edelgard, Adeltraud. - 150 -


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Las dos sobrinas angelicales sonrieron deslumbrantemente y dijeron: —¡Volveremos a prepararlas en otra ocasión! Su tío es muy feliz. ❄❄❄ Luego de la divertida hora del té, era hora de arreglarse. Sequé mi cabello apropiadamente después de tomar un baño y lo trencé, dividiéndolo en tres partes para hacerlo. —¿Estás listo, Ritz? —Sí~, solo cinco minutos más~. Abrí la puerta y saludé a Sieg. Sieg tenía un brillante vestido rojo puesto. Viéndola completamente arreglada, solté un suspiro. —Te ves asombrosa, Sieg. —Gracias. Ya se había aplicado el maquillaje, así que no podía besarla en la mejilla. En cambio, besé el dorso de su mano. Me hubiera gustado meterla en mi habitación para apreciar su belleza, pero escuché pisadas de un sirviente que se dirigía hacia aquí. —Parece que mi consuegro ha llegado. —Ya veo. Entonces, será mejor que vayamos. Tomé la botella de licor de manzanilla envuelta en una tela y la llevé al comedor. La última vez que lo vi fue hace un mes, pero seguía siendo el hombre enérgico de costumbre. —Perdón por hacerte venir hasta aquí en cada ocasión. —No es como si viniera a verte a ti, así que no te preocupes. —Jaja, desde luego. Y sus comentarios hirientes también seguían igual. —Ah, preparé esto con Sieg… Le mostré el licor de manzanilla. —¿Qué es?

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—Licor de manzanilla. Lo hicimos con las flores que recogimos del jardín. Es bueno para tu cuerpo. Le expliqué que debería beberlo luego de dos meses y en pequeñas dosis como medicina. Luego, charlamos sobre los acontecimientos recientes. Teníamos una infinidad de temas, pero mencioné una petición importante antes de que lo olvidara. —De hecho, tengo un favor que pedirte, abuelo. —¿Qué, necesitas dinero? —No, esa clase de favor no. Intercambié una mirada con Sieg, que estaba sentada junto a mí, y dije lo que tenía en mente al abuelo. —Me preguntaba si podrías elegir el nombre de nuestro primer hijo. —¿Uh? —Lo decidimos juntos, Sieg y yo. Espero que puedas considerarlo. Sieg también se lo pidió al abuelo. —Consuegro, nos disculpamos por pedírselo a estas alturas. —No te preocupes por esas pequeñeces… Aah, ¿me lo están pidiendo en serio? —Sí. ¿Te podría pedir que lo hicieras? —Pues, umm, veamos. El abuelo parecía tener problemas por la repentina petición. Como se tenía previsto que nacería dentro de poco, no había mucho tiempo para pensar, a pesar de todo se lo supliqué. —Si es pedirte demasiado, abuelo, entonces… —¡N-no, demasiado, como si ese fuera el caso, para nada! —¿De verdad? —Sí, solo espera un poco. Vendré otra vez de visita… Um, Sieglinde, ¿cuándo es el parto? —En aproximadamente dos semanas. —Ya veo. Sí. No hay problema. Déjenmelo a mí. —¡¿Lo dices en serio, abuelo?!

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—Qué ruidoso… No sabemos si será niño o niña, así que pensaré nombres para ambos. —¡Gracias, abuelo! —¡Muchísimas gracias, consuegro! Me sentí aliviado que aceptara gustoso nuestra petición. Dos semanas más tarde, el abuelo le confirió el grandioso nombre de Arno14 a nuestro bebé recién nacido. Una vez que la condición de Sieglinde se recupere luego del parto, entonces será el momento de despedirnos de las personas de la Casa Wattin con las que he convivido por medio año.

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N. de la T: el nombre de Arno es de origen alemán y significa “águila que gobierna” o “tan fuerte como un águila”. Mientras que Sieglinde también es de origen alemán y significa “victoria amable”. Ritzhard me parece que es una variante de Richard que significa “rey valiente”.

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Capítulo 26

% ¡Con Cerdito-san!

El día de hoy prepararé jamón con mi suegro. —En esta ocasión prepararemos jamón serrano. Lleva un proceso diferente al ahumado. —Oooh~. A diferencia del jamón usual, el que no es ahumado se le conoce como jamón serrano y se prepara sin necesidad de calor, además puede conservarse hasta tres años. Al contrario del ahumado, es más húmedo y posee un sabor más profundo. De acuerdo a mi suegro ese sabor tierno se vuelve inolvidable. Usaremos la carne del muslo. Por lo visto, pertenece a uno de los animales del rancho y todavía no había madurado, incluso se trataba de un cerdo especial. —A este cerdo lo criamos con suero de leche. El suero producido del queso alberga muchos nutrientes y estos son pasados a la carne. Lo ideal es utilizar la carne de cerdos de menos de un año para producir jamón serrano. —Como también se incluye la maduración de la carne en el proceso, es mejor utilizar carne fresca de menos de tres días. Para quitar la sangre, la carne se coloca en agua con sal y se deja en un lugar frío. Una vez que se retira la sangre, se lava una vez más con agua limpia para remover la sal, luego se vuelve a añadir sal y se deja reposar la carne así, un día. A continuación, haremos el líquido para encurtir, esto realza el sabor del jamón y ayuda a conservarlo por largos periodos de tiempo. Los ingredientes del líquido para encurtir incluyen varios tipos de especias, bayas, sal, melaza, nitratos, agua y cerveza. En un recipiente se añade agua y tres clases de cebada. En medio del proceso se agregan hojas secas y especias atadas. Esos polvos finos se envuelven en un trozo de tela y se dejan sumergir. Una vez que el agua comienza a hervir, se añaden los otros ingredientes. Después de que hierve por un tiempo, se apaga el fuego y se deja enfriar por un rato. La mezcla se pasa por un colador para que solo permanezca el líquido. Luego se guarda el líquido para encurtir terminado en una jarra grande. Allí se mete el cerdo una vez que se le retira la sal y se deja reposar por medio mes o un mes en un lugar frío. - 154 -


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Dependiendo de la temperatura, el líquido para encurtir podría descomponerse, así que me dijeron que lo revisara al menos una vez al día. Una vez que la carne está encurtida, se saca y se cuelga para que seque de dos a tres días. Aunque todavía no acabamos. Es posible comerlo tal y como está luego de secarlo, pero si se quiere almacenar por largos periodos de tiempo, se requiere de más trabajo. —Se realizan pequeños cortes y sobre la superficie se unta una mezcla de harina, sal y agua. Con este proceso el sabor de la carne mejora. —Bueno, requiere algo de tiempo, pero hacer jamón serrano es muy sencillo. Aunque podría oler mal si no eres cuidadoso. Durante el proceso de preparar el jamón, había un agradable olor en el aire. Mi suegro me dijo que tratara de mantenerlo en ese estado. Luego, de la bodega con los jamones serranos, mi suegro sacó un pedazo de jamón como si estuviera cargando a un bebé. —¡¿Suegro eso es?! —Un jamón serrano de tres años. —¡Wow! Dicen que el jamón serrano se deja madurar de medio año a un año. Sin embargo, los que tienen tres años se consideran un lujo raro. Comeré un jamón como ese con mi suegro. Usando un cuchillo, cortó una rebanada delgada. El jamón bien maduro tenía una capa de grasa blanca, quizá porque fue expuesto a una temperatura más alta. Llevé el jamón rebosante con grasa a mi boca. El sabor carnoso oculto en el jamón se condensó junto con la cantidad adecuada de sal y especias, consintiendo mis papilas gustativas. En el instante en que pensé eso, desapareció. Solo tomó un segundo. —¡Esto es extremadamente delicioso! —Entiendo. Comenzamos a charlar sobre el rancho, entretanto siguió dándome rebanadas de jamón, al grado que me sentí como un perro, pero no podía dejar de comer debido a su delicioso sabor. —Oh, suegro, está desapareciendo el preciado jamón. —No te preocupes. No se puede conservar por mucho tiempo luego cortarlo. - 155 -


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Qué magnánimo. Aah, me gustaría haber nacido en esta familia. Qué feliz sería trabajando en el rancho con mi suegro. Pero, Sieg quería regresar a la aldea remota, así que no podía hacer nada al respecto. Además, estaba preocupado por mis padres. —Ahora que lo pienso. —¿Qué pasa? —Hoy Sieg tendrá una fiesta. —Es verdad. Habíamos sido invitados a la fiesta del té, pero lo olvidamos. Así que regresamos en pánico para prepararnos. ❄❄❄ Primero me duché, luego me puse la ropa limpia típica de este país y arreglé mi cabello. Mientras lo hacía, Sieg entró a la habitación. —¡Ah, Sieg! Corrí hacia Sieg que estaba junto a la puerta para ayudarla. El bebé en su estómago ya estaba bastante grande, al punto que parecía tener problemas incluso para caminar, aunque mi suegra me dijo que no fuera sobreprotector. Pensando que no habría problemas si lo hacía mientras nadie veía, terminé consintiéndola. —¿Estás bien? —Sí, no te preocupes por mí. En retrospectiva, me sentí aliviado al tomar la decisión de hacerla dar a luz en un lugar con hospitales cerca. Las mujeres del pueblo ayudarán, pero los doctores son más confiables en caso de que algo suceda. Es su primer embarazo, así que no puedo evitar sentirme ansioso. —¿Qué deberíamos hacer sobre el nombre? —Todavía no sabemos si será niño o niña. —Cierto. Mi abuelo también estaba esperando con ansias ver al bebé, así que venía a menudo de visita. —Ayer llegó una carta diciendo que el abuelo vendría otra vez. —¿En serio?

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En su última visita, tuvimos un festín de cordero. Aunque diga festín, solo fue carne de cordero a la parrilla en el jardín, aun así, la fiesta estuvo muy animada. —Tengo una idea, Ritz. —¿Cuál? —¿Por qué no dejamos que mi consuegro decida el nombre? —Sí, qué buena idea. De esa forma decidimos pedirle a mi abuelo que eligiera el nombre de nuestro primer hijo. Luego fuimos a la fiesta del té que organizó mi suegra. Me dijo que actuara como un extranjero estoico. Tengo el vergonzoso título de “El Yeti de las Fronteras”, así que era una estrategia para eliminar esa reputación. —Vaya, qué extraño color de cabello y qué hermosos ojos. Fui rodeado por mi suegra y damas de su edad. Así que mostré una sonrisa amable. Pensé que sería difícil no hablar mucho, pero me preocupé en vano. Después de todo, tenía que seguir escuchando todo durante la fiesta del té. —¡Luego de eso se volvió todo un fastidio! Pasé el tiempo despreocupadamente con Sieg mientras escuchaba la charla de las señoras. De vez en cuando servía unos bocadillos caseros, así que me elogiaron diciendo que era agradable que un hombre supiera cómo cocinar. —El pasatiempo de mi esposo solo es montar a caballo y cazar. Nada interesante. —Podría pasar más tiempo de calidad en pareja si su pasatiempo fuera hornear. —Qué envidia, Sieglinde-san. Todos los días me esforzaba por no manchar más mi reputación. A cambio, mi suegra también hizo lo mejor que pudo para mejorarla, orquestando varias cosas. Al final del día, solo podíamos relajarnos durante la noche. —¿Estás cansado por tratar con todas esas señoras? —Sí, es una tarea imposible. Cuando dije eso, Sieg sonrió. Sin previo aviso, la tomé de la mano y besé sus dedos. Luego, acomodé su cabello detrás de su oreja y acaricié su mejilla. La expresión de Sieg se suavizó y cerró sus ojos grises. A pesar de que la amo, no puedo presionar demasiado a Sieg.

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—Te amo, Sieg. Por eso, solo susurré palabras de amor en su oído. De esa forma, nuestra vida en el país extranjero continuó.

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Capítulo 27

% Familia

Mientras aprendía cómo actuar como un noble, ayudaba a mi suegro con el rancho o me relajaba con Sieg, el primer invierno en el país extranjero transcurrió rápidamente. Ya han pasado cinco meses desde que vine aquí. El vientre de Sieg también albergaba un bebé. De acuerdo al doctor, Sieg tenía cerca de siete meses de embarazo. A principios del verano, una nueva vida nacería. Sieg quería regresar a mi país porque se encontraba ahora en su periodo estable, sin embargo, como las personas a nuestro alrededor se opusieron fuertemente, decidimos permanecer aquí hasta que naciera el bebé. Estoy feliz de que ame las tierras remotas. Pero no hay doctores en la aldea. En cambio, aquí está mi suegra que tiene experiencia en dar a luz y los sirvientes, así que es tranquilizante. Por eso, opté por quedarnos aquí hasta el verano. ❄❄❄ El día de hoy dimos un paseo por el frondoso bosque de primavera con las dos princesitas y Sieg. Edelgard y Adeltraud caminaron con canastas en sus brazos para poner flores en ellas. Sin demora, la enérgica princesita me miró para hacerme una pregunta. —Querido tío Ritzhard, esa flor violeta, ¿cómo se llama? —Esa es una malva azul. Se utiliza para hacer té. —¡¿De verdad?! —El té es azul como la flor, pero si le añades limón, cambia de color a un lindo rosa pastel. —Eeeh, sorprendente, quiero verlo. —¿Qué tal si lo intentamos cuando regresemos a casa? Aunque será dentro de unos días, primero tenemos que secarlas. La malva azul es buena para el dolor de garganta. Además, protege las membranas mucosas, por eso también es buena para el dolor de estómago. - 159 -


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Mientras les explicaba, las hermanas recogieron únicamente las flores y las pusieron en las canastas. —Aunque es un poco difícil de beber. La malva azul no posee un sabor u olor en particular, así que no es muy rico. Cuando era niño, recuerdo que lo tomaba con miel cuando me enfermaba. El té de las flores no sabe bien. Me contuve de decir esas cosas realistas a las dos niñas que estaban felizmente recogiendo flores. Bueno, quizá puedan disfrutarlo al ver cómo cambia de color, o eso pensé y renuncié a la idea de contarles sobre el sabor. Sieg las siguió con pasos lentos. El sirviente que sujetaba una sombrilla detrás de ella estaba sudando a mares, así que le entregué un pañuelo. —¿Te encuentras bien, Sieg? —Sí, estoy bien. Me quité la chaqueta y la coloqué sobre el piso para ofrecerle un asiento. —Lo siento. —No te preocupes. Los dos nos sentamos sobre el césped y entrecerramos los ojos debido a los rayos del sol. Había muchas aves cantando en el bosque, al punto que parecían estar susurrando. Desde las copas de los árboles, las ardillas se asomaban de vez en cuando. La brisa que pasaba entre las hojas transportaba un aire fresco hasta aquí. Mientras disfrutaba de este bosque grandioso, escuché una voz enérgica acercarse. —¿Son suficientes con estas, querido tío? —Recolectaron bastantes. Tenían sus canastas repletas con flores violetas. —¿Ya regresamos? —Sí. En este país las ramas de los árboles se entrelazan bastante, por eso el color del follaje se torna oscuro mientras más te adentras en los bosques. No hay muchos lugares donde uno pueda caminar con buena luz. Además, no es bueno que Sieg camine durante mucho tiempo, así que decidí regresar a casa. Luego de secar la malva azul, que recogieron del bosque, por un par de días, se convirtió en un té hermosamente colorido al extraer las esencias de la flor con agua caliente. - 160 -


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—¡¡Qué bonito~!! Al ver el té recién preparado, los ojos de Edelgard y Adeltraud brillaron. Luego, cuando dejaron caer un poco de jugo de limón con una cuchara de té, el líquido azul se tornó rosa. —¡¡Waa!! —¡¡Sorprendente!! Hasta Edelgard exclamó con asombro. —La malva azul también es conocida como la planta del amanecer… —¡Esto es magia, ¿verdad, querido tío?! —¿Disculpa? A pesar de que vivimos juntos por varios meses, tal parece que mi imagen de hada no ha cambiado. No pude evitar sonreír incómodamente. Como no quería decepcionar a las dos princesas, presumí mi conocimiento trivial sobre plantas. Luego, Adeltraud dijo: —¡¡Justo lo que esperarías de un hada!! ¡Sabes todo sobre el bosque! Esta vieja hada está tan conmovida que está a punto de llorar. ❄❄❄ La temporada rápidamente cambió y ahora era verano. Cuando el sol salió por debajo del horizonte, una nueva vida nació. El recién nacido con el rostro enrojecido declaró su nacimiento. Cuando le dije palabras de ánimo a Sieg, quien estaba totalmente trasnochada, ella respondió con energía que no era nada. El bebé fue bañado por las mujeres y envuelto en una manta suave antes de que lo recibiera mi suegra. El color de su cabello era blanco. Sus párpados estaban gorditos como si estuvieran hinchados, por lo visto, tomaría algo de tiempo para que abriera los ojos. Incluso cuando había matrimonios con extranjeros, los bebés que nacían de la aldea poseían cabello blanco. Era un misterio de la aldea. —Todavía no sabemos a quién se parece más. —Aun así, es muy lindo —dijo mi suegra mientras miraba el rostro del bebé. —Hey, ¿te sientes bien, Ritzhard-san? - 161 -


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—Sí. Aún me encontraba un poco agitado y el hecho de que había nacido el bebé, me seguía pareciendo irreal. A pesar de que lo tenía abrazado entre mis brazos, sentía que era un sueño. Llevé al bebé con Sieg, que apenas se había recuperado. —Mira, Sieg, es nuestro bebé. —Sí, qué alivio. Tras ver al bebé, Sieg parecía muy aliviada. —Gracias, Sieg. Me alegro que ambos estén saludables. No había suficientes palabras de agradecimiento. —Cuida a la familia, papá. —¡! Entré en sí, gracias a las palabras de ánimo de mi suegra. En ese instante, lo sentí realmente. Sentí que finalmente había conseguido esa nueva familia que tanto anhelaba. ❄❄❄ El bebé fue un niño y su nombre sería Arno. El abuelo eligió ese nombre con la intención de «Ser tan fuerte como un águila» en mente. El abuelo estaba encantado con su bisnieto. —Es un hijo digno del nombre de un ave de rapiña. Solo ve esa mirada penetrante. Arno tenía cabello blanco y ojos azules como yo, pero sus facciones eran más similares a las de Sieg. Aunque poseía todos los rasgos de una persona viviendo en la aldea de las hadas en las tierras remotas, era más parecido a un valiente polluelo águila que al bebé de un hada. El abuelo debe haber pensado lo mismo, ya que cuando nos volteamos a ver, nos reímos. —Si se trata de este niño, también vivirá bien en esas tierras remotas. —Espero que así sea. —Claro que sí. —Gracias, abuelo. Arno, a quien el abuelo estaba cargando, de repente comenzó a llorar. Como acababa de tomar leche, debe ser el pañal. - 162 -


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—Por cierto, ¿puedes cambiarle los pañales en el barco? —Sí puedo. El sirviente nos trajo un nuevo pañal, así que proseguí charlando mientras lo cambiaba con gran velocidad. El día de mañana finalmente regresaríamos a mi pueblo natal luego de nueve meses. Mi suegro deseaba que permaneciera aquí, pero estaba preocupado sobre el estado de la aldea, Sieg también anhelaba la vida en la aldea, así que lo rechacé respetuosamente aun cuando me sentía mal por ello. Además, me preocupaba la actuación de papá como el Lord. Recibí cartas unas cuantas veces al mes. «Todo está de maravilla~», enviaban esa clase de reportes relajados, lo más preocupante es que los aldeanos no mandaban cartas. Me sentí ansioso de que algo malo le hubiera pasado a la aldea. —Sobre eso, ¿de verdad te parece bien eso? —Pues, por el momento. Casi como si estuviéramos cambiando de lugar, se decidió que papá y mamá vendrían a vivir a este país. Había una petición para que papá presentara su investigación o algo así. Si solo fueran ellos dos estaría preocupado, pero también estará el abuelo, así que no habrá problemas.

Al día siguiente. Llegó la hora de regresar a casa. Antes de marcharnos, nos despedimos del abuelo. —Llévate un regalo de despedida, Ritzhard. —¿? El abuelo señaló una bolsa negra cuadrada sobre la mesa. El mayordomo del Marqués me entregó un documento para que firmara. —¿Eh? ¿Qué es esto? —Chocolate. —¿Disculpa? —Es un chocolate especial, así que es necesario hacer un procedimiento especial. ¡Deja de perder el tiempo y solo fírmalo! —S-sí.

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No sabía exactamente de qué se trataba, pero escribí mi nombre donde me indicó el mayordomo. Luego un sirviente cargó la bolsa hasta el carruaje. —¿Por qué chocolate? —Es el estilo de los nuevos ricos que está de moda recientemente. —Ah~, eso. Recordé que mi cuñado me habló al respecto hace unos días. Por lo visto, la nueva moda de los nobles es apilar chocolates con forma de lingotes de oro sobre las mesas como si fueran nuevos ricos y disfrutar de sus bebidas. —Ya los probé, así que no los necesito, llévatelos contigo sin quejarte. —E-entendido. El mayordomo abrió un poco la bolsa y me mostró el chocolate en su interior. Las brillantes envolturas lograban que parecieran de verdad. —¿Eh? Estas parecen reales. Me sobresalté cuando el abuelo se aclaró la garganta y me recordó que ya era hora de partir. —Muchas gracias por todo lo que has hecho, abuelo. Regresaré de nuevo. —Sí, ya vete de una vez. Incliné la cabeza y corrí hacia mi familia, que ya me estaba esperando en el carruaje. Mientras miraba el escenario pasar en el carruaje, me despedí de la tierra natal de Sieg. ❄❄❄ Durante el viaje en barco de dos días, cuando sujeté la bolsa con chocolates que el abuelo me dio, estaba sospechosamente pesada. Era casi tan pesada como un niño a principios de su adolescencia. Como un sirviente del marquesado lo cargó hasta el camarote, era la primera vez que lo tocaba. —Eh, qué, esto, es un poco pesado. Como estaba sin moverme frente a la bolsa, Sieg se acercó mientras cargaba a nuestro hijo. —¿Qué hay en la bolsa? —¿Chocolate… del… abuelo? El peso no era algo normal para un dulce, de eso estaba seguro. Cuando abrí con cuidado la bolsa, ciertamente había lingotes de oro adentro. - 164 -


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—¡¿E-estos son?! —Sin duda, es oro de verdad. —… Aunque parezca difícil de creer, el regalo de despedida del abuelo no eran chocolates, sino treinta lingotes de oro. Además de los lingotes de oro, había varios documentos y una carta del abuelo, la cual se podría resumir como: «No se aceptan devoluciones». —Me engañó… —¿Acaso no te diste cuenta cuando te pidió firmar el documento? —¡No, porque me estaba apresurando! —… Un hijo y lingotes de oro, regresé a casa con enormes ganancias.

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Volumen 02

Capítulo 28

% Historia de un día de verano -Parte 1-

Desde que nació Arno, el abuelo visitaba la casa de Sieg cada vez que podía. Incluso traía una gran cantidad de juguetes como obsequios en cada ocasión. En verdad le agradezco que comprara principalmente animales de peluche, pero al ver la montaña de dichos peluches, no pude evitar ladear la cabeza y preguntarme quién los estaría haciendo. Estaba pensando en pedirle a papá que hiciera los que usaríamos en nuestro hogar, pero luego recordé que su trabajo manual es pésimo y cambié de opinión. Mamá es más hábil que papá, pero me sentiría mal al pedírselo, así que al final será mi trabajo. Bueno, aunque es muy pronto para preocuparme en hacer peluches para Arno. Como sea, el abuelo vino de visita. Cuando fui a la puerta principal tras escuchar la noticia, el abuelo estaba entrando con un enorme oso de peluche entre sus brazos. —Abuelo, ¿eso es…? —No es para ti. —Bueno, aunque eso ya lo sabía. A lo lejos escuché que dos personas venían corriendo hacia aquí mientras gritaban algo. —Están aquí —dijo el abuelo sonriendo, luego se agachó ahí mismo. —¡¡Abuelo Lüneburg~!! —Aru, espera, correr es, peligroso… Se trataban de mis sobrinas. Aunque llegaron corriendo, Edelgard se detuvo un poco antes, mientras que Adeltraud abrazó a mi abuelo. Me pregunto cuándo se volvieron tan cercanos. Fue sorprendente saber que al abuelo le gustaban los niños. El abuelo tenía una cara tenebrosa, así que los niños de la Casa Lüneburg estaban asustados de él. A pesar de eso, Adeltraud parecía no darle importancia a su cara, pues estaba charlando con él con una sonrisa. En cambio,

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Edelgard todavía no se acostumbraba, solo se limitaba a ver la cara del abuelo. Por el momento me acerqué a ella y dije: —El abuelo es amable, ¿por qué no vas a jugar con él? El abuelo le entregó el oso de peluche a Adeltraud y luego hizo una seña para que Edelgard se acercara, la cual se estaba poniendo nerviosa un poco más alejada de ellos. Por lo general, el abuelo llegaba tarde y se marchaba casi enseguida, sin embargo, el día de hoy se quedaría a pasar la noche aquí. —Parece que logré llegar antes que las niñas se fueran a dormir. —Aunque ya es muy tarde. El reloj marcaba más de las nueve. Como mis sobrinas escucharon que el abuelo vendría, lo estaban esperando ansiosas. Juguemos mañana, incluso hicieron una promesa tan linda. Luego de recibir el oso de peluche, las hermanas se marcharon con la ayuda de una sirvienta. —¿Dónde está Sieglinde-san y Arno? —Se están levantando, probablemente. —Ya veo. El abuelo compró una sombrilla como obsequio para Sieg, era de un azul profundo y tenía encaje negro bordado en los bordes. Del tipo que poseía un diseño bastante fascinante o maduro. De solo imaginar a Sieg usando esta sombrilla, terminé sonriendo un poco. El abuelo también dijo: —¿No crees que es lindo? Oh, este es para ti. —¿Eh? Por lo visto, él también trajo un regalo para mí. Se trataba de una caja grande y pesada que me entregó un sirviente. ¿Qué podría ser? —¿Qué es esto, abuelo? —Pues, ábrelo en tu habitación. —¿? Cuando regresé a mi habitación, Arno acababa de terminar de comer. Tenía su estómago redondito luego de tomar mucha leche. El abuelo recibió a Arno de Sieg y mostró una sonrisa como si se estuviera derritiendo. Si las personas de la Casa Lüneburg vieran esta escena, se sorprenderían. Por alguna razón me sentí conmovido al verlo así. El abuelo fue sobrecargado con la crianza de sus hijos, así que me alegra que esté así de encantado con los niños. - 167 -


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Volumen 02

—¿Y eso, Ritz? —Ah, buena pregunta. Recordé que estaba sujetando una caja. —Abuelo si te parece bien, puedes tomar asiento. —Primero pondré a dormir a Arno. —Ah, gracias. El abuelo puso mucho esfuerzo y energía para que Arno durmiera, meciendo su cuerpo. Arno rápidamente se quedó dormido en la cuna mientras dejaba salir un tenue «mi». El abuelo siguió viendo el rostro durmiente de Arno, hasta que un sirviente trajo té, por lo que se acercó con nosotros y tomó asiento. —¿Qué, todavía no lo abres? —Así es. —Ábrelo. El regalo del abuelo se encontraba sobre la mesa y lo abrí mientras mi corazón se aceleraba por la emoción. —… ¿Eh…? Había algo así como una cubeta de metal en la caja de madera, tenía una tapa bien cerrada y en un costado había una manivela. Se trataba de una estructura misteriosa. —¿Sabes qué es? —Uum, ¡una cubeta de metal! —¡Piensa más antes de responder! No, pues, solo puedo verla como una cubeta de metal… El abuelo le hizo la misma pregunta a Sieg. —¿Es para hacer algo? —Sí. —Por favor danos una pista, abuelo. —Es para hacer algo helado. —¿Una máquina de hielo? —¡Cerca! - 168 -


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—¿Podría ser una máquina de helados? —Correcto. —Eeeh, así que existía algo como eso. Cuando abrí la tapa, en su interior había dos capas. El hielo se ponía en la capa exterior, mientras que los ingredientes en la capa interior. Luego de eso, se colocaba la tapa y se movía la manivela para hacer el helado. —Puedes llevártelo a la aldea y poner una tienda. —Ah, esa es una buena idea. Vender helado con sabor a bayas a los turistas y ganar dinero. Eso podría ser bueno. —Eh, espera, ¿qué se necesita para hacer helados…? —Necesitamos leche, así que los costos serían elevados. —¡Ugh! Mi sueño fue destrozado cuando Sieg señaló eso. No hay ganado cerca, así que la leche es un producto caro debido a los gastos de transporte. Los renos solo se pueden ordeñar a principios de primavera y necesitamos su leche para hacer queso, así que no sobra suficiente para preparar helado. Perdí las fuerzas. —¿Nunca antes has probado el helado, Ritzhard? —¡Ah, ahora que lo mencionas! Luego que el abuelo lo señalara, me di cuenta que nunca había comido helado. Hay muchas tiendas de helado en las ciudades, pero por desgracia no hay ninguna en las tierras remotas. En ocasiones se instalan puestos en el puerto, pero solo los niños comen. —¿Tú has comido, Sieg? —Bueno, un par de veces. Por lo visto, había una famosa heladería en la ciudad. —Es un lugar popular para tener citas entre los jóvenes. —¡¿?! Terminé quejándome con Sieg y la interrogué para saber con quién fue allí. —Nada de eso, solo fui allí con mis primas… —¡Entonces no hay problema! - 169 -


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Volumen 02

Me sentí aliviado al saber que no fue con sus colegas o algo por el estilo. Como estaba actuando de esa forma, el abuelo me lanzó un ataque. —Aunque tú jugabas con mujeres cada vez que venías aquí. —Eh, abuelo, esas historias… ¿Qué está diciendo ahora? ¿Por qué justo en este momento? Desde luego eso fue antes de casarme. No, bueno, sí hice un reporte con Sieg sobre estas cosas, así que debería estar bien… ¡¡O no!! Sieg me estaba fulminando con la mirada. Aun cuando dije «Sieg es la mujer más hermosa en el mundo» con una voz temblorosa, ella solo entrecerró los ojos. Yo estaba coqueteando sin restricciones, pero me preocupé por las relaciones de Sieg, qué hipócrita. Por el momento me disculpé seriamente y le dije que deberíamos hablar sobre eso después. Tal vez sea golpeado con la sombrilla de diseño fascinante, pero juré en mi mente que lo soportaría. —Pues bien, ¿qué tal si descansamos? —¡! Me sorprendí que el abuelo se retirara tan pronto. Qué cruel… Lanzar una bomba atómica y desaparecer. —Muchas gracias por este regalo tan encantador, consuegro. —Te servirá bien. —También muchas gracias por la máquina para helados, abuelo. —Prepara un poco mañana. —Sí. La agenda de mañana fue decidida. El problema yacía en lo que sucedería a continuación. Sieg estaba dando golpecitos contra la palma de su mano con la sombrilla que consiguió del abuelo. Me dio la impresión por los movimientos que hacía que estaba comprobando su resistencia, por consiguiente, se formaron gotas de sudor en mi frente. —¿Eh, Sieglinde-san? —¿Qué pasa? —¿Qué debería hacer para que me perdones? —¿Por qué preguntas? - 170 -


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—No, es que, pareces un poco molesta~. Me armé de valor y pregunté, pero Sieg-san dijo que no estaba molesta. Aunque, ¿sus acciones eran muy aterradoras? Declaré que haría cualquier cosa y luego agaché la cabeza. —Bueno, hay algo que me gustaría hacer… —Soy todo oídos. —Me gustaría pasear en bote en un lago, ¿así que remarías por mí? —¿Disculpa? —Después de todo recibí una espléndida sombrilla. —¡! Me sorprendí con la repentina propuesta de cita. Además, mi corazón se aceleró con la expresión avergonzada de Sieg. Cuando le pregunté por qué estaba balanceando la sombrilla de esa forma, me dijo que lo hacía porque estaba indecisa sobre invitarme. Me sentí aliviado que no estuviera molesta. Esta noche, una vez más, agradecí la magnanimidad de Sieg.

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Volumen 02

Capítulo 29

% Historia de un día de verano -Parte 2-

Cuando desperté, mi esposa ya se había levantado. Como ella es una madrugadora, esto sucede a menudo. Tal vez porque salieron a tomar un paseo, la cuna de mi hijo también estaba vacía, lo cual provocó que mis hombros cayeran en depresión. Toqué la mantita, pero ni siquiera el calor seguía allí. Qué triste. A un lado de mi cama, la ropa para el día de hoy estaba colgada: camisa, corbata, chaleco, pantalones y cinturón. Sieg las elegía todos los días. Mientras pensaba que la forma en cómo hacía estas cosas sin decirme nada, era muy lindo, me cambié de ropa. Cepillé mis dientes, lavé mi cara y también me afeité ya que estaba en ello. Peiné mi cabello y lo trencé apropiadamente. Una vez que terminé de arreglarme, me dirigí al salón comedor para desayunar. Mi suegro estaba ahí. Al parecer acababa de regresar de trabajar en el rancho. Yo solo ayudaba por las mañanas una o dos veces por semana. Me gustaría ayudar más, pero, por desgracia, no soy bueno para madrugar. Mi suegro iba al rancho todos los días muy temprano por la mañana, así que lo admiraba por ser un trabajador diligente. —Buenos días, suegro. —Buenos días. Hoy de nueva cuenta me saludó con una sonrisa. Mi suegro es confiable y ama a su familia. Totalmente diferente a cierto padre pródigo que se la pasa por ahí. En serio, es el modelo del padre ideal. Siento envidia de Sieg. Cuando le comenté eso, mi suegro declaró algo espléndido. —Ritzhard-kun también es uno de mis hijos del que estoy orgulloso. —¡S-suegro! ¡Estoy tan feliz que quiero abrazar a mi suegro! O al menos eso pensé, pero me contuve porque podría no estar acostumbrado a eso. Mientras sonreíamos entre nosotros, mi abuelo llegó al salón comedor. Llevaba a Arno entre sus brazos, poco después entró Sieg. - 172 -


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—Qué, hay dos personas sospechosas sonriendo entre ellas. Llamó a nuestro encantador momento entre padre e hijo, sospechoso. Qué cruel. Arno fue entregado a un sirviente y puesto en una cuna en un rincón del salón comedor. Por lo visto, los tres habían salido a tomar un paseo. El abuelo lo presumió con orgullo. Mientras charlábamos, el tema cambió al rancho. En ese momento recordé algo. —Ah, ahora que lo pienso, ¿me podrías regalar un poco de leche, suegro? —No me importa, pero, ¿para qué la quieres? —Hoy tenemos planeado hacer helado. Cuando le conté la historia, mi suegro aceptó encantado. —Aparte de eso, probablemente necesitarás huevos y crema —dijo y prometió darnos ingredientes frescos del rancho. —¿Estaría bien si Edelgard y Adeltraud nos ayudan a prepararlos? —Sí, supongo que no habría ningún problema siempre y cuando ellas no coman mucho. —Gracias. Hace un tiempo escuché que había padres que no les gustaban que sus hijos comieran helado, así que estaba un poco preocupado. —Como lo pensé, ¿podría darles dolor de estómago? —No es por eso, Ritzhard. —¿Eh? De acuerdo a mi abuelo, las tiendas de helado usan leche diluida y una gran cantidad de colorante artificial, inclusive algunas de ellas empleaban sustancias dañinas, por ese motivo no les gustaba que comieran helado. En esta ocasión usaremos leche del rancho, así que no habrá ningún problema. El abuelo estaba muy bien informado sobre las tiendas de helados en la ciudad. Poco después, mis sobrinas, su madre y mi suegra entraron. Mis cuñados ya habían salido a trabajar, así que estaban ausentes. Llegó la hora del desayuno con todos los miembros de la familia presentes. Luego de nuestro desayuno, le pedí permiso a la esposa de mi cuñado para hacer helado con las niñas. Sorprendentemente mis sobrinas, aunque originariamente eran niñas de ciudad, nunca habían probado el helado. Uno de los motivos fue porque eran enfermizas. Al

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Volumen 02

escuchar del inesperado evento de preparar helado, Adeltraud saltó arriba y abajo de felicidad, mientras que Edelgard se ruborizó de dicha. —Mi querida madre siempre dice que solo las princesas pueden comer helado. Edelgard asintió también al comentario de Adeltraud. —Pues hoy podrán comerlo como una ocasión especial —declaré eso y ellas parecían alegres. Qué princesas tan adorables, pensé mientras las abrazaba. Luego de mostrarles la máquina de helados, sus ojos brillaron aún más. Cuando mencioné que el abuelo lo trajo, lo vieron llenas de admiración. —Es una magia pasada de generación en generación entre las hadas. —Uwaa, asombroso. —¡! —… El abuelo volvió a decir algo irresponsable. Al parecer él había estado hablando sobre hadas con las hermanas. Cuando miré a Sieg por ayuda, ella también estaba sonriendo avergonzada. Como no había motivos para destruir los sueños de las niñas, lo acepté sin decir una palabra. En cuanto a las porciones de los ingredientes, el repostero nos ayudaría para que no hubiera errores. —Pues bien, ¡comencemos! —Hurra~. —Sí… A fin de hacer el helado, nos dirigimos al salón comedor donde había una mesa grande. El abuelo acercó una silla mecedora y sentó a Arno en su regazo. Por lo visto, su papel el día de hoy sería el de supervisar. Los ingredientes eran: leche, huevos, crema, azúcar, vainilla, hielo y sal. Primero abrimos las vainas de vainilla y descartamos la cáscara. —¿Qué son esas, querido tío? —Estas son vainas de vainilla secas. Los dulces huelen bien cuando le agregas vainilla. —Eeeh~. - 174 -


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El fruto con forma de guisante es una especia que emite un aroma dulce. La esencia de vainilla que venden en las tiendas, son fragancias sintetizadas hechas al colocar los granos de vainilla en alcohol o al menos eso dijo el repostero. La vainilla se usará tal y como está, por lo que el helado resultante será un producto extravagante en el que podremos disfrutar por completo del sabor original. En una olla servimos la leche y luego la vainilla. Antes de que comenzará a hervir, apagamos el fuego. —¿Pesaron el azúcar? Cuando le pregunté a las niñas, tenían el azúcar preparado apropiadamente. Como no tenían nada más que hacer, estaban viendo cómo Sieg separaba la clara del huevo de la yema. En cuanto a las claras, pensé en hornear “Langue de chat” con ellas, así que le pedí a un sirviente cercano que lo llevara a la cocina. Batí bien las yemas, después agregué el azúcar. Una vez que no quedaran grumos, añadí vainilla. A continuación, en el recipiente con el azúcar, las yemas y la vainilla, vertí la leche de antes y luego la revolví. Para mejorar la textura, se filtraba a través de un pedazo de tela y se colocaba en una olla, la cual se ponía a calentar a fuego bajo. Si subía mucho la temperatura, se podían formar grumos, así que debíamos ser cuidadosos. Tras unos minutos apagué el fuego y moví los contenidos a un recipiente, el cual se colocaba en agua fría para que se enfriara más rápido. —La mezcla de leche, azúcar, yemas y vainilla; se le conoce como “crème anglaise”. Significa “crema inglesa” según el idioma de un país extranjero. Por lo visto, esta crema provenía de un país en específico, así que estaba nombrado de acuerdo a él. Los ingredientes eran los mismos que la natilla, pero aquí no se usaba harina por lo que su forma era líquida. Mientras se enfriaba la “crème anglaise”, batimos crema y azúcar en un recipiente. Una vez que se volvió pegajoso, dejé de revolver. Le pedí a Sieg que mezclara la “crème anglaise” fría con la crema batida. Entretanto le puse sal al hielo y lo coloqué en la capa exterior de la máquina para helado. Luego de esparcir un poco más de sal encima, terminé con las preparaciones. Acto seguido, la mezcla para helado se vertía en la capa interior y cerrábamos la tapa con fuerza. Después se hacía girar la manivela alrededor de media hora y el helado estaba listo, o al menos eso decía el manual. Hice girar la manivela mientras recibía miradas expectantes de las niñas. Poco a poco se volvió más difícil, por lo que sentí mis ojos llorosos. Conforme hacía mi trabajo, las niñas me miraron sin descanso… no, me observaron atentamente. Aprecié eso e incluso lloré un poco. Cuando iba a la mitad, Sieg me preguntó si debería relevarme, pero le dije que la intención era más que suficiente.

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Volumen 02

Treinta minutos después, cuando quitamos la tapa con anticipación, había un lote de helado muy bien hecho. Primero que nada, para verificar que el sabor fuera el correcto, le pregunté a nuestro experto, a mi abuelo, que hiciera un control de calidad… Quiero decir que lo probara. Sí, le pedí que probara qué tal sabía. —Um. Sabe muy bien para ser de un principiante. —Uwaa~. ¡Menos mal! Ya que recibió una calificación aprobatoria del abuelo, nos servimos un poco de helado en tazones. Un sirviente llegó a tiempo con las “langue de chat”, así que las puse sobre el helado. —¿Qué son, querido tío? —“Langue de chat”. Bocadillos hechos con las claras de huevo. —¿Acaso usaste las claras que no necesitamos? —¡Correcto! “Langue de chat” o “lengua de gato” era un postre del extranjero. También oí al respecto por el personal de cocina. Los ingredientes eran claras de huevo, mantequilla, harina y azúcar. Se trataba de una galleta horneada con una textura ligera. Tal y como implicaba el nombre: lengua de gato, era delgada y larga. La textura ligera y la dulzura no sobresalían, así que iba bien con el helado que poseía un sabor fuerte. Las herramientas que usamos fueron retiradas por los sirvientes y Arno se encontraba profundamente dormido en su cuna. Ahora bien, comeremos el helado antes de que se derrita. Primero vi a las niñas probarlo. En el instante en que pusieron un poco en sus bocas, sus ojos brillaron tan intensamente que podrían haber salido estrellas de ellos. —¡Delicioso! —M-mágico… Terminé sonriendo mientras las veía comer felizmente sus helados. En verdad son princesas encantadoras. Quisiera seguir mirándolas, pero el helado se derretirá, así que yo también comencé a comer. ¿Qué clase de textura tendría? Mientras mi corazón se aceleraba debido a la misteriosa comida frente a mí, tomé una cucharada y lo llevé hasta mi boca. —¡Uwa, delicioso! En cuanto exclamé eso, mi abuelo soltó una carcajada. - 176 -


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—¿Sucede algo malo, abuelo? —¡¿Malo?! ¡Tus ojos están brillando como los de un niño! —¿Tenía estrellas en mis ojos? —Sí, tanto que me hizo reír. —¿De verdad tenía una expresión como esa? No, ¿o sí? Cuando miré a Sieg mientras preguntaba eso, estaba ocultando su boca y tenía sus ojos ligeramente entrecerrados. Sin duda alguna se estaba riendo. Me sentí un poco avergonzado. Pero el helado estaba realmente sabroso. Gracias a que usamos leche fresca, el helado poseía un sabor fuerte, mientras que la textura era suave. La forma en cómo enfriaba y se derretía en mi boca, era mágico. Cuando probé un poco de helado con una “langue de chat”, la textura crujiente y el sabor de la leche suave formaron una armonía en mi paladar. La esencia dulce de la vainilla también fue indescriptiblemente buena. Me sentí conmovido de que existiera un postre tan lujoso y elegante que no pudiera describir bien. Mis sobrinas comentaron que era una magia asombrosa. Se trataba de una magia que requería una gran cantidad de fuerza, pero les gustó, así que sonreí junto a ellas. El primer helado que hicimos fue un gran éxito. Por la tarde, fui a dar un paseo al bosque hasta llegar al lago con Sieg y Arno, pero esa es una historia para otra ocasión.

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Volumen 02

Capítulo 30

% ¡Para el abuelo!

Luego de que Arno naciera, recibimos muchos regalos del abuelo. Por eso Sieg y yo queríamos agradecerle de alguna forma. Anteriormente le habíamos dado animales tallados de madera y kuksas, así que pensamos que no deberíamos darle artesanías. —En ese caso, ¿qué tal si vamos a la tienda departamental en la capital? —Muy bien. Sieg me dijo que había un gran complejo comercial a un par de horas en carruaje del territorio de la Casa von Wattin. —¿No hay problema si también llevamos a Arno? —Bueno, ese es un tema delicado. Moverse durante largos periodos ocasiona una carga sobre el bebé. Debido a eso, decidimos consultar a un doctor y a mis suegros.

Al día siguiente. Les pregunté a mis suegros y sugirieron que debería llamar a un empleado de la tienda departamental de la ciudad. Al parecer es posible conocer qué tipo de bienes prefieren las personas de la misma edad que el abuelo. Como dijeron que eran conocidos de uno desde hace mucho tiempo, les pedí que se encargaran de eso. Cuando le comenté a Sieg al respecto, sonrió argumentando que era algo bueno. El doctor confirmó que trasladarse en carruaje no causaría problemas, así que Arno nos podría acompañar a la ciudad. El abuelo también estará feliz. Sin embargo, no ha pasado ni un mes desde que nació, así que no deberíamos presionarlo mucho. En cuanto al regalo, decidí que lo entregaría en persona en la casa del abuelo. —Así es como están las cosas, así que Arno tendrás que quedarte a cuidar la casa junto a mami~. Arno permaneció tranquilo sobre mi regazo. Cuando lo mecí, bostezó. A pesar de que es mi hijo, es demasiado lindo. Quería besar sus mejillas redondas, pero se estaba durmiendo, así que me contuve de hacerlo. Poco después se quedó dormido y lo moví a - 178 -


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la cuna. Me arrodillé y mecí lentamente la cuna. El ligero aroma de bebé me hizo feliz. Mis mejillas siguieron aflojándose al ver su rostro durmiente, pero ya que no habría fin a esto, regresé a mi posición original, sentado junto a Sieg. Mi esposa tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido. ¿En qué estará pensando? —¿Qué pasa? —Ritzhard. —¿Sí? —¿No tienes problemas con el pago? Dinero para los productos. El pago para el regalo del abuelo. Si voy a dar un obsequio para un Marqués, tendré que conseguir un artículo de muy buena calidad. El abuelo es un caballero que vive en la alta sociedad, así que tiene que ser cuidadoso con lo que usa. “Lo importante es la intención ☆”, no funciona para las personas que viven en ese mundo. —Sinceramente, no he usado las mesadas que recibí del abuelo. Han pasado veintinueve años desde que nací y el dinero que recibí del abuelo cada año no se ha usado y se encuentra depositado en un banco de este país. El abuelo mencionó «actúa como un perfecto caballero» al usar el dinero, pero por alguna razón terminé sin tener un motivo para usar el dinero. Desde luego, me prohibió que lo invirtiera en la aldea. En serio, no había ninguna buena forma de gastar ese dinero. —¿No te dieron ese dinero para que compraras ropa? —Ah, pues, tienes razón. Sí, gasté el dinero para comprar trajes y otros artículos para los bailes cada año. Sin embargo, también cada año me depositaba dinero más que suficiente. Su consumo era limitado, así que no lo consideraba mi dinero. —Creo que dar un regalo espléndido es algo que haría un caballero. Como sea, solo puedo gastar el dinero en esto. Incluso si lo uso para el abuelo, probablemente no me regañará. —Entonces, deja que pague la mitad. —N-no. —Tengo dinero ahorrado de mis días en el ejército, así como regalos vitalicios de papá.

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Emoto Mashimesa / Akaneko

Volumen 02

Descubrí sobre los activos de Sieg por primera vez. Por lo visto, había estado recibiendo dinero de mi suegro y la cantidad superaba fácilmente la suma total de lo que yo recibí del abuelo. —Sorprendente, Sieg. —Nunca había tenido la oportunidad de usarlo antes. Jamás había retirado dinero. Al parecer, Sieg pensó en usarlo para la aldea, pero creyó que estaría siendo entrometida si ayudaba sin que se lo pidieran. —Parece que estuviste bastante preocupada por eso. —No, bueno, es un problema difícil. —C-ciertamente~… Sieg en verdad es amable, no lastimó mi insignificante orgullo al sugerir medios para aumentar el presupuesto. Si realmente le hubiera pedido dinero, probablemente me habría sentido extremadamente avergonzado. A pesar de eso, el capitán Artonen salvó la aldea de una crisis financiera. Ahora podemos operar sin problemas con solo el presupuesto del país. Esto también fue gracias a su consejo, así que tengo que ser muy agradecido. —Gracias, Sieg. —No es necesario, no hice nada. ¡Siendo modesta otra vez! Pero, más importante, hay algo que me estaba molestando, así que le pregunté. —¿Por qué mi suegro hizo algo como darte regalos de por vida? —Pensó que sería imposible que me casara, así que me regaló eso especialmente. —Ah, es por eso~. Por lo visto, la familia de Sieg ni siquiera podía imaginarla casada. En serio~, soy una persona afortunada. Poder casarme con una mujer tan asombrosa. —¿En qué estás pensando? —¡Sieg! Como tenía una sonrisilla, Sieg me miró con sospecha. Parece que todavía me falta mucho en mi camino para convertirme en caballero. ❄❄❄ Un par de días después, el empleado de la tienda departamental vino a la casa con muchos artículos. Cuando fui a la sala de dibujo, había varios objetos alineados sobre la - 180 -


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mesa. El vendedor nos dijo que echáramos un vistazo tranquilamente. A diferencia de los vendedores de puerta en puerta del pueblo, este vendedor no era molesto, simplemente permaneció de pie junto a la pared hasta que lo llamáramos. Había muchos artículos lujosos para los nobles: relojes de bolsillo, bastones, accesorios, guantes, abrigos, sombreros, zapatos. —U~m, ¿qué sería bueno? —Esto es muy difícil. No sé cómo identificar si los productos son buenos o no. Mis suegros salieron, así que no tenía a nadie con quién recurrir por consejo. Sieg también tenía el ceño fruncido mientras decía «No lo sé». —¡Ah! —¿Eh? Sieg levantó algo. —¿Qué es eso? —Lentes de sol. Los lentes de sol aparentemente protegen los ojos de los rayos del sol. Ahora que lo pienso, el abuelo a menudo entrecierra los ojos cuando sale. Quizá la luz del sol sea demasiada brillante. Le pedí al vendedor que nos diera más detalles. El artículo consiste en dos lentes oscurecidos asegurados a un marco de metal, en los extremos hay una especie de brazo para usarlos sobre las orejas. En un principio fueron usados por los militares, sin embargo, hace poco fabricaron algunos para uso civil. Ya que todavía no eran muy comunes, sería un buen regalo para el abuelo que es muy curioso sobre las cosas nuevas. Lo discutí con Sieg y decidimos comprar los lentes de sol junto con un estuche para ellos. Poco después nos entregaron un producto perfectamente envuelto. Además de eso, optamos por regalar una pintura que solicitamos hace unos días. Se trataba de una pintura de Sieg, Arno y yo, de nosotros tres. Sieg se encontraba sentada en una silla con Arno en sus brazos, mientras que yo estaba detrás de ellos descansando una mano sobre la silla. Sieg propuso que el abuelo estaría feliz si lo recibía, así que pedimos la pintura. —Entonces, Sieg, Arno, nos veremos después. —Que tengas un buen viaje. —¡Entendido! - 181 -


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Volumen 02

Esta vez, Sieg y Arno se quedarán a cuidar la casa. Mientras que yo pasaré un día en casa del abuelo y regresaré al día siguiente. Tras unas cuantas horas en el carruaje, arribé a la capital. Quizá porque sabía que vendría, el abuelo estaba esperándome en la entrada. —Umph, qué, solo eres tú. —Lo siento~. Sí, le mencioné en la carta que Sieg y Arno no podrían venir, pero tal vez tenía un poco de esperanza. Me sentí mal que solo fuera su nieto de casi treinta años. Como dijo que esperara en la sala de dibujo, me dirigí allí sin que nadie me guiara, después de todo conocía la casa. En cuanto a la bolsa que contenía la pintura, un sirviente la cargó. Mientras esperaba sentado, mi tío vino. Se trataba del hermano mayor de papá, un hombre digno de alabanza al que no podía encontrar la relación entre él y papá. —Parece que recibiste una rápida bienvenida por papá. —Jaja, pues. Se quejó de que hubiera venido solo, pero quizá esa es su forma de recibirme. —Desde que papá escuchó que vendrías, no ha podido tranquilizarse. —E-esperaba con ansias ver a mi esposa e hijo, ¿cierto? —No, dijo que solo vendrías tú. —¡! A-abuelo no eres honesto… Me pregunto si lo esperaba con tantas ansias que tuvo que ir a la puerta principal para recibirme. Si quería darme la bienvenida, podría haberme dado un abrazo o algo así. Mientras charlábamos, el abuelo llegó y mi tío se marchó. Sonreí y le indiqué que tomara asiento junto a mí, pero el abuelo se sentó frente a mí. Luego de eso, su mirada se dirigió a los paquetes sobre la mesa. —¿Qué es eso? —Un regalo para ti, abuelo. —¿Quieres dinero o qué? —… No se trata de eso… Primero le entregué la caja que contenía los lentes de sol. Al recibirlo, lo abrió como si estuviera viendo algo extraño. - 182 -


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—Um. Ya veo, lentes de sol. —Son para proteger tus ojos de los rayos del sol. —Ya veo. El abuelo miró a los lentes con interés. «¿Cómo me veo?». Cuando preguntó eso, contesté que se veía muy bien. Tuvo un gran recibimiento. Sin duda fue algo que Sieg eligió. Después de eso, le entregué la pintura. Sin prestarle atención a mi imagen, Sieg y Arno se veían muy adorables. —¡Esto es…! El abuelo observó intensamente la pintura. Ya que la pintura estaba muy bien hecha, debe haberle gustado. Luego, mientras cenábamos, hablé sobre Arno y Sieg. El abuelo me escuchó con una expresión afable. —Sinceramente quería traer a Sieg y Arno también. —Bueno, subir a un carruaje sería duro para un bebé y una mujer que acaba de dar a luz. En ese caso, podría decir lo mismo del abuelo. Se ve saludable, pero tiene más de setenta años, así que moverse durante periodos largos por carruaje sería una carga para su cuerpo. —Si solo soy yo, puedo venir otra vez. —Bueno, ¡qué se le va a hacer si solo puedes venir tú! —Ahí vas otra vez~. Diciendo cosas como esa~. —¡Q-qué quieres decir con «otra vez»! No podía decir: «Tú también me quieres, ¿no es así?». Probablemente no puede ser honesto frente a la persona en cuestión. Por ahora, me sentí aliviado ya que aceptó felizmente los regalos. Más tarde, descubrí gracias a una carta de mi tío que aparentemente mi abuelo usaba los lentes de sol cada vez que salía y que colgaron la pintura en su habitación privada, en un lugar donde se podía ver claramente. Por lo visto, le gustó bastante. Pensé que sería agradable tener una pintura donde posara él con nosotros la próxima vez.

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Volumen 02

Capítulo 31

% Informe de Actividades ~Adalbert von Lüneburg~

Una y otra vez las personas, que eran cercanas a mí, me decían que tenía una “cara tenebrosa”. Sin embargo, no pensé que fuera algo de qué preocuparse y no le presté atención durante mucho tiempo. No entendí lo que significaban estas palabras hasta que mi primer hijo nació. Al principio, me reía cuando me imaginaba niños. En realidad, pensaba así porque no tenía ninguna experiencia con ellos. Sin embargo, cuando vi a mi hijo recién nacido, pues, era adorable. Sentí que mi hijo era la cosita más adorable en todo el planeta. Mi esposa me entregó a mi hijo para que lo sostuviera entre mis brazos. Me habían dicho que era un bebé que no lloraba fácilmente. Aun así, en el instante en que lo sostuve, comenzó a llorar como si le hubiera prendido fuego. Cuando se lo regresé a mi esposa en pánico, dejó de llorar. Tal vez estaba de mal humor. Fue lo que pensé en aquel entonces. Pero, incluso después de eso, mi hijo lloraba sin cesar cada vez que lo abrazaba. Cuando eso sucedió unas diez veces, empecé a ser cauteloso. Me di cuenta que tenía una cara que no era querida por los niños. Mientras transcurrían mis días ocupados, mi hijo creció rápidamente. Era tan pequeño, pero antes de notarlo; comenzó a caminar, hablar y comer por su propia cuenta. Había estado tan ocupado que no tenía muchas oportunidades de pasar tiempo con mi hijo. Cuando lo vi luego de mucho tiempo, comenzó a llorar en cuanto nuestros ojos se encontraron. Entretanto, mi esposa salió embarazada de nuestro segundo bebé. En esta ocasión, tendré que esforzarme para no ser odiado. Pensé bastante cómo debería hacerlo. Son muy lindos, pero es doloroso que no te quieran. Para conseguir una idea, salí de mi oficina durante la hora del almuerzo y pasé el tiempo reflexionando en el parque. Allí los niños estaban corriendo felizmente. Contemplaba la escena con satisfacción, pero cada vez que mis ojos se cruzaban con los de un niño, gritaba y salía corriendo. - 184 -


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Así que es la cara después de todo. No podía aceptarlo por alguna razón. Al día siguiente, me dirigí al parque otra vez. Tenía el objetivo de entender y observar a los niños. Nuevamente los niños estaban jugando felizmente. Para mi sorpresa también había bastantes adultos. Me pregunté si todos estarían disfrutando de un momento de relajación. Cuando me senté en la banca, una mujer joven más o menos de la edad de mi esposa se acercó y me preguntó si quería comprar algunas flores. Las flores que vendía eran flores sencillas del campo acomodadas en ramos. No podía creer que vendiera esto. Ni siquiera tenía el dinero para conseguir flores apropiadas. Además, la ropa de la mujer se encontraba en pésimas condiciones también. Estaba luchando por salir adelante. Qué historia tan triste. El ramo costaba diez peniques. Como no tenía monedas de una denominación tan pequeña, le di unas cuantas monedas que estaban en mi bolsillo por las flores. Cuando miré con detenimiento alrededor, la mayoría de los adultos en el parque eran mujeres. Todas cargaban canastas para vender algo. Escuché que la tasa de empleo para las mujeres era baja. Aun cuando necesitaban dinero, no tenían lugares dónde trabajar. Sin duda la situación actual era muy triste. Bueno, más importante, los niños. Estaban jugando felizmente al “corre que te pillo”. Al parecer a los niños les gustaba jugarlo. Pensé que no me podría equivocar con eso, así que perseguí a mi hijo de cuatro años, pero solo conseguí que llorara como si su vida dependiera de ello. Creo que no a todos los niños les gusta ese juego. Seguí observando a los niños en el parque. Un día, vi algo asombroso. Un comediante con una apariencia extraña cautivó a los niños. Era muy querido como “el hombre del bigote”. Ciertamente la forma en como su bigote se encontraba arqueado hacia arriba era interesante. Eso es, me sentí iluminado, es el bigote. Con un bigote perfectamente recortado, esperé a que mi segundo bebé naciera. El cual resultó ser una niña. Las niñas son realmente lindas. Tenía un bigote gracioso, así que pensé que estaría bien. Pero, el resultado fue un gran fracaso. Con solo verme, ella lloró. ¿Qué es esto? Mi hija creció como una niña hermosa, pero yo no le agradaba para nada. Cuando me asomaba a la habitación de los niños, mi hijo e hija se acurrucaban juntos totalmente asustados. Fue una escena un poco cruel. Pensé que se podían acostumbrar si los veía todos los días, pero por desgracia solo contaba con un cuerpo para cumplir con mi apretada agenda. Dos años más tarde, nació otro hijo. Mi esposa dijo que era demasiado taciturno.

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Volumen 02

Aun cuando no creía eso, lo sostuve entre mis brazos. Tal y como mi esposa afirmó, nuestro tercer hijo era demasiado taciturno. No hizo ningún ruido, pero cuando lo abracé, lloró sin ninguna expresión en su rostro. Nuestro tercer hijo era excéntrico. Luego de ser odiado por tres niños debí haberme rendido, pero todavía no lo hacía. Pensé que tendría más tiempo libre si le iba mal a mi negocio, así que inicié un nuevo negocio en un intento desesperado. Tenía la esperanza de que podría pasar más tiempo con mi familia de esa forma. El nuevo negocio se trataba de administrar fábricas que emplearan a mujeres. Se me ocurrió esa idea luego de ver a las mujeres en el parque. Las personas a mi alrededor trataron de detenerme argumentando que era una idea tonta. Aun así, si hay menos trabajo, puedo pasar más tiempo con mi familia, así que era un buen trato. O al menos eso creí, pero mi negocio nacido de la desesperación fue muy exitoso. Por consiguiente, estuve más ocupado y solo podía ver a mi familia una vez al mes. Antes de que me diera cuenta, mi primer hijo llegó a su adultez y cualquier rastro de lindura desapareció. Mi primera hija se casó lejos. Se había convertido en una belleza como mi esposa, pero podía contar el número de veces que hablamos con los dedos de las manos. No tenía dudas sobre mi segundo hijo. Ese excéntrico estaba realizando una investigación en la universidad. Además, no era un excéntrico cualquiera. Hablé con él también al respecto, pero carecía de emociones como ser humano. Pensé que sus emociones no cambiarían sin importar lo que hiciera, pero no fue así. Si había algo que le gustara, se absorbía tanto en ello que olvidaba comer. Ve y estudia sobre los sentimientos de las personas, cuando le dije eso, comenzó a investigar psicología o algo así. Me hubiera gustado regañarlo, que estudiar no necesariamente requería investigar, pero lo soporté con paciencia. Luego, por alguna extraña razón dijo que saldría de viaje y desapareció. Después de que mi segundo hijo desapareciera, pasaron unos cuantos años y mi primer hijo contrajo matrimonio y tuvo su familia. Al año siguiente, nació mi nieto. Por supuesto, yo no le gustaba al bebé. Ya me había rendido con ese tema. Un par de años después de eso, arribó una carta detallando eventos sorprendentes de parte de mi segundo hijo, a quien había olvidado por completo. Me dijo que se había casado en una tierra muy lejana y que incluso tuvo un hijo. No perdí tiempo y envié regalos para felicitarlos, pero no obtuve ninguna respuesta. A pesar de eso, mandé regalos cada año y ahorré dinero para mi nieto. No me descuidé en lo más mínimo a fin de prepararme para el niño que todavía no había visto. El nombre de mi nieto era Ritzhard. De acuerdo a mi hijo, era tan lindo como el Hada de la Nieve. - 186 -


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Le dije que viniera con su esposa e hijo varias veces, pero al parecer el padre de su esposa estaba renuente a venir a este país. Mi deseo fue concedido cuatro años luego de eso. Mi hijo regresó a casa con su esposa e hijo. Primero que nada, me sorprendí lo mucho que había cambiado mi hijo. Ahora desprendía un aura más suave y podía sonreír. Pude entender el motivo al conocer a su esposa. Mi hijo debe haber sido enormemente influenciado por ella. Mi nieto era justo como lo había descrito mi hijo. Cabello blanco como la nieve y ojos azules como el zafiro. No podía evitar compararlo con otra cosa que no fuera el Hada de la Nieve del cuento de hadas. Además, aunque suene difícil de creer, el niño sonrió cuando me vio. —¿Uh…? ¡¿Un niño me sonrió?! Quedé anonadado por un momento. Cuando mi hijo me presentó como su abuelo, mi nieto trotó hacia mí y dio una reverencia. —Encantado de conocerte, abuelo, soy Ritzhard. —¡! Luego de presentarse, Ritzhard extendió sus brazos de lado a lado mientras se movía nervioso. ¡¿Qué se supone que significa eso?! —¿No le vas a dar un abrazo, papá? —declaró mi hijo. Me di cuenta luego de que me dijo. Mi nieto quería que lo abrazara. Me acerqué con cautela. Cuando le eché un vistazo, sus ojos resplandecían, así que lo abracé rápidamente. Me preocupaba que pudiera empezar a llorar de repente, pero Ritzhard rió alegremente. ¿Qué debería decir? ¡Qué niño tan inocente! Pensé que era la cosita más linda en el sistema solar. Supuse que mis esfuerzos dieron fruto, que ahora era amado por los niños. Sin embargo, los hijos de mi primer hijo y primera hija todavía lloraban al verme. Me arrepentí. ❄❄❄

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—Papá me dabas miedo cuando era niño —escuché la confesión de mi hijo una década después—. Aquella vez que me perseguiste, apareciste en mis pesadillas durante varios días… Me preguntó qué estaba haciendo ese día. No podía decirle que trataba de jugar a “corre que te pillo”. El nieto que me temía, también se casó y tuvo un hijo. No esperé nada, ya que, si me aparecía frente al niño, lloraría y me odiaría. Bueno, podía mimar a Ritzhard, así que pensé que así estaba bien. No me arrepentía de nada. Sin embargo, un cambio inesperado llegó a mí. El hombre que no podía casarse, Ritzhard, contrajo matrimonio y milagrosamente yo les agradaba a los niños de la casa de su esposa. Encima de eso, sucedieron más milagros cuando el hijo de Ritzhard nació. Estaba feliz con solo tener a un bisnieto, pero Ritzhard quiso que escogiera el nombre de su hijo. Me sentí conmovido de que algo como eso sucediera. Agonicé durante días y días hasta decidir el nombre de mi bisnieto. Mi nieto y su esposa también estaban felices, así que me sentí grandioso. Además, mi bisnieto era la cosita más adorable en el universo. También ocurrió otro milagro: el niño no lloró incluso cuando me vio. Qué bendición. Ese día pensé que haber vivido por tanto tiempo no era tan malo después de todo. Me sentí agradecido con Ritzhard por lograr que mi sueño se hiciera realidad. No se lo he dicho en persona, pero debería mostrarle mi aprecio en algún momento.

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Capítulo 32

% ¡¿La espléndida transformación del Hada de la Nieve?!

Recientemente el octavo hermano de Sieg parecía deprimido. —Bienvenido. —Ah, sí. Ya regresé. El nombre de mi cuñado es Ewald von Wattin. Es soltero y un soldado. Hace poco movieron su lugar de trabajo a su ciudad natal Thüringer, por eso regresó a vivir a la mansión; sin embargo, estos últimos días se ve decaído. Incluso cuando mi suegro le preguntó, solo respondió: «No pasa nada», y no explicó el motivo de su depresión. Estaba pensando qué podría hacer, pero no se me ocurría ninguna buena idea. —Déjalo solo, se pondrá bien con el tiempo —dijo Sieg mientras le daba pecho a Arno. —U~m, ¿de verdad~? —Ritz. —¿Qué pasa? —No te molestes innecesariamente con mi hermano. —Eh, ¿está bien? Cuando me acerqué a Sieg para escucharla mejor, noté que Arno, que había estado tomando leche, dejó de mover sus labios. Así que lo abracé y gentilmente le di golpecitos en su espalda. Luego escuché un ruido como «kefu~», un eructo satisfactorio. Ahora que estaba lleno, Arno parecía somnoliento, por eso cuando canté un arrullo apropiado mientras lo mecía, se quedó dormido en minutos. Sin duda es un bebé que no da problemas. Acosté a Arno, que dormía pacíficamente, en una cuna y lo arropé. Su expresión al dormir era tan suave y linda que pensé que jamás podría cansarme de mirarlo. —Por cierto, ¿no te duelen tus pechos? - 189 -


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Recordé que mi suegro dijo que cuando las mujeres amamantan luego de dar a luz, en ocasiones sus pechos duelen y la leche no sale, así que le pregunté. —No creo que tenga problemas por ahora. —Ya veo. Hace poco aprendí de una partera cómo masajear los pechos en caso de que la leche no saliera fácilmente. —Bueno, así es como está la cosa, así que por favor dime si tienes algún problema. —No te preocupes, puedo hacerlo yo misma, pero, ¿podrías explicarme el método? —¡¿Eh?! —De verdad no creo que necesites hacerlo por mí, Ritz. ¡¡No, no, de ninguna forma!! Hacer que una esposa esté sola cuando sienta dolor, eso es algo que solo el peor bruto haría. Una pareja debería compartir sus sentimientos tanto dolorosos como alegres. Había escuchado el método para masajear pechos durante la lactancia con una gran determinación. Fue una clase de tres horas. La parte del método solo requirió diez minutos, pero el resto del tiempo tuve que soportar unirme a las señoras con sus rumores a fin de aprender el método. —¡Te aseguro que no tengo ningún motivo oculto para masajear tus pechos! —… —Estoy haciendo todo esto pensando en lo mejor para ti y Arno. —… Fue muy terrorífico cuando Sieg me fulminó con la mirada, así que no perdí tiempo y le expliqué el método. —Ah, ahora que lo pienso, nos desviamos del tema de tu hermano. —Así es. Por lo visto, a Sieg no le gustaba que me preocupara mucho por mi cuñado. —Eres demasiado altruista, Ritz. —Claro que no, Arno y Sieg son lo más importante para mí en el mundo. —Me pregunto si eso será cierto. Hay un motivo por el que estoy tan preocupado por el octavo hermano de Sieg. - 190 -


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—Tu hermano, Ewald, es el que se parece más a ti, Sieg, por eso cuando tiene una expresión triste, pues me molesta. —Así que es por eso. La primera vez que lo vi, me sorprendí mucho. Además, Ewald tenía la complexión más pequeña de entre todos los hermanos y era la viva imagen de Sieg. —Por alguna razón siento como si tú fueras la que está deprimida, Sieg~ o al menos para mí así es. Sin embargo, mi cuñado no nos dice el motivo de su depresión. —En ese caso, lo haremos hablar una vez que esté ebrio. —¡Ooh! De esa forma, el plan para sacar la información de mi cuñado ebrio nació. ❄❄❄ Unos días más tarde. Antes de que sus vacaciones terminaran, invitamos a mi cuñado y suegro a una reunión para beber. —Ah, perdón por esto. Hacer que nos reunamos por mi culpa —dijo mi cuñado con suavidad y educación, traicionando su apariencia de ave de rapiña. Sieg continuamente llenaba el vaso de Ewald con licores de alto contenido de alcohol, incitándolo a que tomara más y más. Aunque eran hermanos, su resistencia al alcohol no era la misma y el rostro de mi cuñado se enrojeció en cuestión de minutos, lo cual a su vez provocó que su lengua se soltara bastante. Mi suegro aprovechó esa oportunidad para preguntarle. —Bien, Ewald, ¿no te gustaría decirnos por qué estás tan deprimido últimamente? Toda la familia está preocupada por ti. Con las palabras de mi suegro, Ewald vaciló, pero un momento después soltó la sopa. —Siendo franco, una mujer me ha estado cortejando con mucha insistencia… Explicó que estaba en serios problemas porque lo visitaba todos los días, mientras se encontraba ajetreado tratando de ajustarse a su nuevo puesto. Además, como creyó que su familia diría: «¡Ya estuvieras casado!», no quiso contarnos. —¿No te gusta esa mujer, Ewald? —No se trata de que me guste o no. Quiero enfocarme en mi trabajo por el momento.

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Ya veo. Es un problema muy complicado, pensé. —Entonces, lo que quieres es tiempo, ¿no es así, cuñado? —Supongo. Tal vez medio año. Mientras escuchaba su historia, pensé que era una persona suertuda al poder casarme cuando me propuse, después de todo no consideré la atmósfera porque me enamoré a primera vista de Sieg. De mi diosa, Sieglinde. Hice un juramento mental de continuar con mi profunda devoción hacia ella. Eché un vistazo a Sieg, ella miraba preocupada a su hermano, y también pude notar que realmente deseaba resolver este problema. —Uum. Sería bueno si hubiera un método para detener a esa señorita. Mi suegro también guardó silencio con una expresión complicada. Por lo visto, los problemas entre hombres y mujeres son intensos. Probablemente sea peligroso actuar de forma temeraria. —¿Qué tal si alguien se presenta como su pareja? —¡! De inmediato las miradas penetrantes de las personas de la Casa Wattin me penetraron. Fue un poco intimidante, pero me incliné hacia adelante para explicar mi idea a detalle. —Por ejemplo, que alguien actúe como su novia y le diga a esa señorita: «Él es mi novio». Ya que no son prometidos, ¿no sería más aceptable si en medio año vuelve a estar disponible? ¿Era una forma de pensar demasiada despreocupada? Mientras temblaba un poco por culpa de los ojos entrecerrados que tenían, esperé a que respondieran. —¡Esa es una idea brillante, Ritzhard-kun! —¿Eh? —Ese método tampoco empeorara las relaciones. —¿En serio? —¡Gracias, Ritzhard-san! —No, no —Me sorprendí por esos elogios inesperados—. E-en ese caso, alguien debería pedirle ayuda a una señorita que conozcan.

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Sin embargo, cuando dije eso, los tres guardaron silencio al mismo tiempo. Al parecer no había ninguna mujer que cumpliera con ese papel. —Parece que será imposible. —Lo siento, hermano. —Creo que deberías rendirte y aceptar su cortejo, Ewald. La atmósfera volvió a ponerse sombría y el vaso de mi cuñado se vació rápidamente otra vez. Deberíamos terminar pronto la fiesta, de lo contrario mañana sufrirá mi cuñado. —Eeh~, creo que deberíamos terminar pronto, ¿saben? Sieg me miró e hizo una expresión perpleja. No pude entender su intención, así que ladeé la cabeza. —No, esperen… tenemos a Ritz. —¿Uh? —Podemos transformar a Ritz y presentárselo a esa mujer. Una vez más las miradas penetrantes de los depredadores cayeron sobre mí. Los tres me veían con los ojos entrecerrados. Después de un rato alguien murmuró: «Es posible». No entendí a qué se refería con eso, así que pedí una explicación. —Eeh, ¿a qué te refieres con eso, Sieg-san? —¿Qué tal si te vistes como mujer y pretendes ser su novia, Ritz? —¡¿Eh?! —¡Eres nuestra única esperanza, Ritzhard-kun! —Ah, oh, eeh… —Me disculpo de antemano. ¡Creo que será humillante vestirte como mujer, pero, TE LO RUEGO! —No puede ser. … Entonces, en resumen, ¿tengo que ponerme un vestido y pretender ser la novia de mi cuñado? —¡No-no-no, no creo que pueda pasar como una mujer incluso si uso un vestido! Últimamente mis brazos se hicieron más gruesos y tengo más anchos los hombros. —¡No son muy diferentes a los de Sieg, ¿verdad?! - 193 -


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—… Eh, imposible, no puede ser cierto, o al menos eso era lo que quería decir, pero no tenía el valor de compararme con Sieg, así que solo sonreí de manera superficial. —Aun así, los vestidos para mujeres no me quedarán. —No te preocupes, pensamos que Sieg regresaría como una guerrera amazónica, así que preparamos un vestido ligeramente más grande. Te quedará a la perfección, Ritzhard-kun. —Ah, d-de verdad, entonces… —Se puede ocultar la silueta del cuerpo con un chal. —Jaja, pero qué cosas dices~. —¡Mañana le pediré a mamá que nos ayude! —¡¿Hablas en serio?! De esa forma, la solución al problema de mi cuñado se dirigió en una extraña dirección. Ya no me importa que pase~. Pensé y me rendí, decidiendo irme a la cama.

Al día siguiente. Presentándome como vaca al matadero, fui rodeado por mujeres más o menos de la edad de mamá. —¡Q-qué bonito color de cabello! —¡La piel también es muy blanca! —¡Es como el hada del cuento! Me obligaron a usar fajas para modificar la forma de mi cuerpo, mi trasero estaba tan apretado que casi lloro y aplicaron suficiente polvo sobre mi rostro que casi me ahogo. Era un completo desastre. El vestido, que habían preparado para Sieg, sorprendentemente me quedó a la perfección. Se trataba de un vestido de cuello alto color verde bosque, además había varios holanes a la altura del pecho. Tal parece, en el escenario que crearon tengo pechos grandes. El cabello que usualmente tengo trenzado, también fue rizado y ajustado detrás de mi cabeza con un adorno. —¡Qué tal si elegimos el escenario de una princesa extranjera!

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—¡Un romance de verano nacido por una estadía de medio año, ¿qué les parece?! —Eso me recuerda, no digas ni una palabra. Incluso si te ves como un hada, tu voz sigue siendo la de un hombre. —Ah, sí. Agregaron varios escenarios de fondo al azar. Fueron tantos que no podía recordarlos todos, así que me rendí con eso. —¿Qué hay del nombre? —Richelle, servirá. Tomé prestado el nombre de mamá para no comprometerme y salí con mi cuñado. La mujer que debía conocer era de una belleza deslumbrante. Aunque tenía una personalidad imparablemente fuerte. A pesar de eso, cuando escuchó que era una princesa extranjera cedió de una forma refrescante. —Me alegra que todo resultara bien. —Sí, todo gracias a ti, Ritzhard-san. Mi cuñado se dirigió felizmente a trabajar el turno nocturno. En cuanto a mí, me fui caminando hasta donde me esperaba el carruaje de la Casa Wattin. Fue entonces que un problema se presentó. —¿Qué tal, señorita, de dónde eres? No se ve a menudo una carita como la tuya por aquí. —Sí que eres una chica linda. ¿Cómo te llamas? Por primera vez en mi vida, tenía hombres coqueteando conmigo. El maquillaje es realmente asombroso, concluí una vez más. Pensé en decir «¡Soy un hombre!» con una voz grave, pero la mujer que estaba cortejando a mi cuñado seguía cerca, así que no podía levantar la voz. Cuando estaba considerando cuidadosamente qué debería hacer, alguien me sujetó por detrás. En cuanto me giré para ver de quién se trataba, noté la silueta de Sieglinde con ropa de hombre. —¡¿Eh?! —Lamento informarles que ella tiene una cita conmigo —dijo Sieg y me llevó al carruaje.

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Volumen 02

—¿Te encuentras bien? —Sí. Solo me sorprendí, en muchos sentidos. Una vez que entramos al carruaje, finalmente pude tomar un descanso. —¿Por qué estas vestida de esa forma, Sieg? —Bueno, pensé que tú no deberías ser el único en sufrir una transformación vergonzosa. Al parecer tomó prestada la ropa de mi cuñado. Al ver otra vez su gallarda figura con ropa de hombre luego de mucho tiempo, quedé cautivado. —Lamento lo de hoy. —Bueno, al menos el estado de ánimo de tu hermano mejoró. Y pude ver a Sieg con ropa de hombre, así que todo estaba bien, concluí. —Como lo pensé, te ves bien con esa ropa, Sieg. —Tú también te ves bien, Ritz. —Otra vez te estás riendo de mí~. Cuando me dijo que me veía bien con ropa de mujer, sentí una emoción extraña. Mientras charlábamos y bromeábamos, regresamos a casa. Al final del día, Arno se rió cuando me vio con vestido, así que todo estaba bien. De esa forma, resolvimos el incidente sobre mi cuñado.

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Capítulo 33

% ¡Con Ritzhard! ~Sieglinde~

Luego de pasar más de medio año en mi ciudad natal, di a luz con seguridad a mi hijo. El periodo de recuperación también finalizó, así que solo faltaba regresar a la aldea. Sin embargo, algo inesperado sucedió. —¿Qué quieres decir con que volverán a casa? ¿Qué tal si se quedan un poco más? —No, mi cuerpo ya está bien, así que me gustaría regresar tan pronto como fuera posible. —Aun así… La persona que me está hostigando es papá, mientras sujeta entre sus brazos a su nieto, insistía en que alargara mi estadía aquí un poco más. —¡Hey, Ritzhard-kun! —¡¿Eh?! A, u, u~n. Ritzhard mostró una expresión atormentada cuando papá le suplicó con desesperación. Supongo que pensó en atacar a mi esposo si yo no cedía. Qué padre tan astuto. Quedé estupefacta. —¿Puedes dejar de atormentar a Ritzhard, papá? —¿De qué estás hablando? No lo estoy atormentando. Por lo visto, papá no se percató de cómo Ritzhard bajó la vista y se movía nervioso. —Para empezar—¿Q-qué estás haciendo? ¡Qué clase de hija eres para estar mirando a tu padre desde arriba! Me levanté y miré desde arriba a papá. Eso fue todo lo que hice, aun así, abrazó con fuerza a Arno para protegerlo. Si alguien más nos viera, pensarían que yo soy la villana aquí. —Papá, cuando yo me casé te despediste de mí con una sonrisa, pero cuando fue la hora de hacer lo mismo con Ritz y Arno, ¿no te parece que estás esforzándote por disuadirnos? —dije con un resoplido. - 197 -


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—¡Sí! —¡¿Acaso crees que tu nuero y tu nieto son más lindos que tu propia hija?! —¡S-sí! Si soy sincera, papá quiere demasiado a Ritz. También le gusta Arno. Ritz le ayudó felizmente con el rancho y gracias a su personalidad honesta y amable congenió muy bien con papá. Arno también seguía a papá, quizá porque su personalidad es similar a Ritz. Los bebés en este periodo son muy tímidos y no les gusta que otras personas además de sus padres los abracen, incluso en ocasiones lloran, pero Arno se comporta bien con todos. Hasta ríe cuando lo mecen. Por eso ni siquiera papá es inmune a los encantos de mi hijo. —Tranquila, Sieg. También tú, suegro. Ritz me tomó de la mano y tomó asiento junto a mí. —Suegro, en verdad me siento mal por irme arbitrariamente cuando hemos estado bajo tu cuidado por tanto tiempo. —N-no, eso es—Puedes ir a visitarnos para jugar con Arno y Sieg, serás bienvenido en cualquier momento, suegro. —S-sí, está bien… Al final papá hizo un compromiso gracias a las palabras de Ritz. Una vez que terminamos de convencer a papá, solté un suspiro de alivio. —Qué lindo que tu papá sea comprensible, Sieg. —Ah, sí. Me reí mientras acariciaba la cabeza de mi hijo. Cuando Ritz lo meció, Arno también se rió. —Está feliz de ver a Sieg… Aaah, nuestro hijo es muy lindo~. Mientras sonreía, Ritz meció aún más a Arno. —Sin duda, es tal y como tú dices. Tanto mi esposo como mi hijo son lindos. Solo con verlos, me siento revitalizada. Acaricié gentilmente el sedoso cabello blanco de Arno, luego hice lo mismo con el cabello en el fleco de Ritz. —S-siento que hasta yo estoy siendo mimado. —Pues no te equivocas. - 198 -


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—¿Como pensé? —¿No te gusta? —No, de hecho, es aún más agradable, ¿verdad, Arno? Como dijo tal cosa, le presenté al Hada de la Nieve frente a mí, un beso lleno de amor. ❄❄❄ No imaginé que tendríamos tantos problemas para regresar a casa. A pesar de eso, todavía nos faltaban personas a las que persuadir. —Entonces… esta vez tenemos que informarle a Edelgard y Adeltraud. —¡Wa-waaoh! Mis sobrinas se llevaban muy bien con Ritz, así que no tengo ni la menor duda de que llorarán. Hace un par de días le pedí a mi hermano que les dijera que regresaríamos a casa. Sin embargo, hace unos segundos vino y me comentó: «No pude hacerlo porque sería muy triste». —¿Cómo deberíamos explicarle esto a ellas? —Umm. Después de todo es difícil despedirse. De ser posible no nos gustaría tener una despedida triste. Aun así, no sabíamos cómo proceder. —Ah, es verdad. —¿Se te ocurrió algo? —Pues más que eso, estoy pensando en decirles pasado mañana durante el picnic. —Tienes razón. Mientras más rápido, mejor. Decidimos el plan sin demora: mañana saldremos a comprar las cosas necesarias para el picnic y cocinaremos temprano la mañana siguiente. Por consiguiente, al día siguiente, Ritz y yo fuimos a la zona comercial para comprar las cosas necesarias. En cuanto a Arno, le pedimos a mamá que lo cuidara. —¿Estos ingredientes están bien? —Sí, esos son los que necesitamos. Comprobé que las cosas que había elegido eran las mismas que las anotadas en la hoja de papel, luego les entregamos las bolsas a los sirvientes. —Ahora vayamos a comprar obsequios para Edelgard y Adeltraud. - 199 -


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Volumen 02

—Entendido. Ritz y yo decidimos que deberíamos darles algo cuando nos marchemos. —Qué difícil, no sé qué les gusta a las niñas. —Es complicado. —¿Qué querías cuando eras niña, Sieg? —Modelos de pistolas… —Oh, está bien. Lo que a mí me gustaba probablemente no haga feliz a las hermanas. Muñecas, osos de peluche, casas de juguete… mi consuegro le regala eso, así que no creo que se pongan tan felices. —¿Qué tal, libros? —Ah, quizá sea buena idea… —¿Pasa algo, Sieg? Mis ojos se posaron sobre una criatura en la ventana del aparador. Pelaje blanco y esponjoso, ojos grandes y redondos, y una cara de apariencia amable que parecía sonreír cuando nuestros ojos se encontraron. —¡Ritzhard! —¿Sí? Señalé a la criatura en la ventana para que mi esposo la viera. —Es parecido. —¿A qué? —Ritz es parecido a ese perro. —Ya veo. Entonces, ¿este será su obsequio? —S-sí. Tenía un poco de curiosidad, mejor dicho, mucha curiosidad, así que decidí entrar a la tienda y escuchar al vendedor. —Este de aquí es un Samoyedo. Una raza de perro perteneciente a un país frío de Europa Central. Los Samoyedos son buenos animales de apoyo en los países fríos, pueden arrear el ganado, jalar trineos y son muy obedientes. A pesar de eso, no poseen instintos agresivos de caza y su personalidad es gentil. Como son amables también son queridos como una mascota para jugar con los niños. - 200 -


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—Entiendo. Ese semblante que parece estar sonriendo aparentemente se le conoce como “La sonrisa Samoyedo”. Mientras más lo veo, más creo que se parece a Ritzhard. —Compremos este perro, Ritz. —¿Planeas llevártelo a casa? —No, este será un regalo para Edelgard y Adeltraud. Aunque no sirva como perro guardián, podría ser un buen amigo. Papá puede encargarse de entrenarlo. —¿Te parece bien? —Sí. Es una buena idea. De esa forma, conseguimos un nuevo miembro de la familia. ❄❄❄ El día del picnic. Ritz, las hermanas y yo despertamos temprano para preparar los almuerzos. El día de hoy mis padres, así como mi hermano y su esposa también vendrán. Solo iremos a un campo de flores cercano, pero por alguna razón se convirtió en una gran ocasión. Pedimos la ayuda de los sirvientes para preparar el almuerzo y gracias a la cooperación de todos, de alguna forma pudimos terminar a tiempo. Cuando llegó el medio día, procedimos al bosque. —Vaya, mira, tía Sieglinde, hay flores bonitas. —Así es. —¿Cómo se llaman estás, Onee-sama? —Reina de la pradera… creo. Adeltraud le entregó las flores a Ritz, el cual se veía muy bien con ellas, pues era como la nieve esponjosa. —Qué aroma tan encantador. Huelen como almendras~ —dijo Ritz de un modo despreocupado cuando recibió las flores y enterró la nariz en ellas. Cuando caminamos un poco más, llegamos a un hermoso campo de flores. Allí jugamos a perseguirnos entre nosotros, corriendo por todas partes, luego decidimos almorzar.

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Volumen 02

La comida que prepararon mis sobrinas recibió una respuesta positiva. Mis padres, así como mi hermano y su esposa, también la disfrutaron. Al ver eso, las hermanas sonrieron felizmente. Luego de almorzar, hicimos coronas de flores. Luego de ver a mamá y mi cuñada hacerlas, Ritzhard también trató de hacer algunas. Terminé riendo porque no supo leer la atmósfera y sus coronas fueron las mejores. El rostro que hizo papá cuando recibió las que hicieron mis sobrinas también daba risa. Rápidamente pasó el tiempo de forma agradable y Ritzhard les dijo a las hermanas que debía contarles algo. —Me gustaría hablar con ustedes. —¿Qué pasa, tío Ritzhard? —… —A decir verdad, tenemos que regresar a nuestro país. —¿Qué? —… Al escuchar las palabras de Ritzhard, Edelgard escondió su rostro mientras que Adeltraud mostró una expresión abatida. El día había sido muy divertido hasta hace poco. Así que me sentí mal por ellas. —¿P-por qué? —… —Realmente lo siento, pero tenemos que regresar a nuestro país. —¡No, no! Adeltraud me abrazó con los ojos llorosos. Cada vez que nos pedía que nos quedáramos, sentía una punzada en mi pecho. —T-todavía hay muchas cosas que podemos hacer, tenemos que jugar, no, no. En momentos como estos, no sé qué decir. También quería abrazar a Edelgard, la cual se encontraba sola un poco más alejada, pero no podía moverme. ¿Qué debería hacer? Estaba pensando eso cuando una voz tranquila me sorprendió. —No se puede, Adeltraud… Edelgard acarició gentilmente la espalda de Adeltraud y habló con ella. —P-pero lo extrañaré. - 202 -


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—Echa un vistazo al tío Ritzhard. —¿Qué? —¿No se ve pálido? —¿P-por qué? Edelgard murmuró en voz baja para que las otras personas no la escucharan. —El verano… —¿El verano? —Está recibiendo los rayos del sol, por eso… —¿Qué? —Nosotras sabemos que el tío Ritzhard no es una persona normal. Con las palabras de Edelgard, Adeltraud parecía haberse dado cuenta de algo. Ahora que lo pienso, las hermanas creen que Ritzhard es el Hada de la Nieve. —Si los rayos del sol son muy fuertes, nuestro tío podría derretirse. El Hada de la Nieve no puede soportar el calor del verano de aquí. ¿Te parece bien que nuestro tío desaparezca? —¡N-no! —En ese caso, no deberíamos detenerlo… Adeltraud se limpió sus lágrimas y se apartó de mí. —¡¿Te sientes bien, tío?! —S-sí, estoy bien. —¡Tienes que regresar pronto a tu país! —Sí. Ritzhard abrazó a las hermanas amables y les agradeció. ❄❄❄ —Suegro, suegra, gracias por cuidarnos. —S-sí, cuídense mucho, Ritzhard-kun, Arno, Sieglinde. Hasta el perro vino a despedirse de nosotros. Además, el nombre que le dieron fue «Ritz». Estoy segura de que lo querrán, así como aman a Ritzhard. - 203 -


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—Sieg, recuerda apoyar también a Ritzhard-san. —Sí, eso haré. Gracias a esta visita, incluso pude mostrarles mi hijo a mis padres. Me sentí un poco avergonzada por esta escena que no podría haber imaginado cuando estaba en el ejército. —La próxima vez yo iré de visita, Arno-chan. —Junto con el perrito Ritz-chan… Fue agradable que pudiéramos despedirnos sonriendo. Me sentí aliviada de que nos marcháramos sin arrepentirnos de nada. De esa forma, regresamos. Nuestra vida en el país de la nieve pronto se reanudaría.

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Capítulo 34

% El Perro y Papá ~Diederich Wattin~

Sieglinde dejó un perro como regalo y regresó al país donde se había casado. Pensé que mis hijas estarían tristes, pero mis preocupaciones fueron en vano. Edelgard y Adeltraud parecían un poco solitarias al principio, pero sorprendentemente ahora estaban ocupadas con el perro. El problema se encontraba en otro lado. Había una persona deprimida, no por Sieg, sino por su esposo: Ritzhard-kun. Papá. Una vez más se marchó al rancho con una expresión melancólica. Para que papá esté así de trise, exactamente que pudo haber hecho Ritzhard-kun… Solo bromeo. El joven que consiguió ser el esposo de Sieglinde de una forma despreocupada, era un hombre muy sociable. A pesar de que estaba aquí como un invitado, ayudaba a papá con su trabajo, manejaba las emociones de Sieg muy bien, y lidiaba a la perfección con mamá y mi cuñada. Solo podía verlo como un súper hombre. ¿Por qué alguien como él se casaría con Sieg? O al menos eso me preguntaba hasta que escuché que la mayoría de las mujeres no podían sobrevivir en el clima hostil de la aldea de Ritzhard-kun, fue entonces que comprendí. Por lo visto se trataba de una tierra donde la nieve caía sin cesar y bestias salvajes moraban los bosques. Un lugar aterrador sin duda. Cuando oí eso, tuve la sensación que era el lugar perfecto para mi tosca hermanita, Sieglinde. Como pareja se encontraban en muy buenos términos, tanto que me sentía incrédulo de que en verdad existieran milagros como esos. Solo podía rezar para que fueran felices por mucho tiempo. En cambio, el mayor problema era papá. Se encontraba aún más deprimido que mis dos hijas. Se supone que tú eres el adulto, fue lo que pensé, pero hablamos de Ritzhard-kun, el hombre que capturó el corazón de - 205 -


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la fortaleza impenetrable que era Sieg. A papá también le agradaba bastante, al punto que lo trababa como su propio hijo. Bueno, también creo que nosotros, mis hermanos y yo, somos responsables de esto. Estamos ocupados con el trabajo, así que priorizamos darles un descanso a nuestros cuerpos en lugar de ayudar a papá con su trabajo. Originariamente era algo que nosotros tendríamos que haber hecho, pero Ritzhard se encargó de eso. ¡He reflexionado y ayudaré a papá con el rancho! Era más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo al ver cómo se apilaba el trabajo, no podía ayudarlo, aunque quisiera. Todos mis hermanos también eran soldados, así que nuestros periodos con cargas laborales coincidían. A pesar de eso, no podemos dejar que papá se deprima de esta forma. Mientras agonizaba sobre qué debería hacer en el cuarto de dibujo, miré a mis hijas cargando al perro en una canasta. Un perro esponjoso y blanco como la nieve. Su nombre era Ritz, Adeltraud lo nombró. A pesar de eso, dejar que tranquilamente alguien nombre a un perro en su honor, sentí un profundo respeto. Probablemente sea el hombre más magnánimo en nuestra familia. La raza del perro es Samoyedo y los adultos suelen ser muy grandes. Es amable y le gusta jugar, incluso escuché de Sieglinde que estos perros son mascotas populares. Tiene una personalidad cariñosa y no tiene mucho instinto de caza, además como es amistoso con la gente, no es adecuado como perro guardián. Todos en la familia estuvimos de acuerdo que su sonrisa era similar a la de Ritzhardkun. En ese momento mi esposa murmuró que teníamos que entrenar al perro. Ciertamente se trata de un perro muy grande, por eso si llegara a abalanzarse sobre mis hijas mientras jugaban, sería muy peligroso. Mientras pensaba si conocía a una persona que supiera sobre perros. —¡Ah! —¡Santo cielo, ¿qué pasa?! Me sentí mal por haber sorprendido a mi esposa, pero se me ocurrió una gran idea. Pensé en dejar que papá entrenara al perro. Escuché que papá también entrenó a los perros ovejeros. De ser así, podemos dejar que papá se encargue del perro. Por fortuna, el perro era muy parecido a Ritzhard-kun. Incluso tenían el mismo nombre. Quizá sea capaz de aliviar el corazón de papá también. Ese día, tan pronto como fue posible, le pregunté a papá. - 206 -


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Después pensé que mis hijas estarían tristes si papá pasaba tiempo con el perro. Creí que no les gustaría entregar a su lindo perrito, pero Edelgard y Adeltraud honestamente cedieron al perro. Me sentí mal, pero cuando oí que mis hijas salían con ánimo a tomar paseos por el bosque, me sirvió de consuelo. Tomé al perro y fui a la oficina de papá. —¿Podrías dedicarme unos minutos, papá? Una respuesta vino de inmediato y me encontraba sentado frente a frente con papá, el cual todavía lucía exhausto. Viendo al perro en mis brazos, me preguntó qué se me ofrecía. —Me gustaría que entrenaras al perro, papá. —¿Que yo entrene al perro? —Sí. ¿Podrías hacerlo? Le entregué el perro a papá, que estaba escuchando con una expresión vacía, y cuando lo recibió, mostró una cara de confusión. El perro esponjoso no se intimidó y permaneció quieto. Incluso en esto era parecido a Ritzhard-kun. Qué perro tan terrorífico, pensé. El perro Ritz miró a papá. Como lo estaba viendo, papá acarició gentilmente la cabeza del perro Ritz. El pelaje del perro era suave, incitando a que uno lo acariciara bastante y gradualmente las mejillas de papá se aflojaron. Luego de acariciarlo hasta quedar contento, papá expresó su impresión. —E-es muy lindo. —Sí. El perro Ritz capturó el corazón de papá. Le dije con la mirada al perro Ritz que cuidara de papá y salí de la habitación. Unos días más tarde cuando regresé a casa del entrenamiento, vi a papá trabajando enérgicamente con el perro Ritz detrás de él. Cuando charlé con él, confirmé que era mi papá de costumbre. Cuando le pregunté por el perro, papá soltó una carcajada y dijo que era difícil porque tenía mucha energía. La estrategia “Aliviar a papá con el perro Ritz-kun” fue todo un éxito. Luego de ver a papá de esa forma, tomé una decisión.

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Primeramente, solicité ser transferido a un departamento con menos trabajo. De esa forma tendría una vida más relajada y más tiempo para dedicarle a mi esposa y a mis hijas. Además, mis hermanos y yo reflexionamos nuestras acciones pasadas, y ayudamos activamente a papá. Hasta ahora solo habíamos trabajado en el ejército, así que no estábamos acostumbrados a trabajar con animales. Al principio pasamos por muchas experiencias horribles, pero con el tiempo lo encontramos placentero y valedero. Unos meses después, el perro Ritz creció en un buen perro. Cuando acompañaba a mis hijas al bosque, caminaba al frente con una expresión similar a un caballero y permanecía alerta contra los animales salvajes. Se trataba de un perro encantador que nunca perdía su sonrisa, así que sanaba a toda la familia y a los sirvientes. Cuando iba con papá al rancho, también realizaba muy bien su trabajo como un perro trabajador. Tal y como se esperaría del perro que Sieglinde eligió, pensé con respeto. La casa se volvió más animada gracias al perro Ritz. Sinceramente me sentía agradecido con el nuevo miembro de la familia. Unos años más tarde fuimos a la aldea de Ritzhard-kun con papá, mis hijas y el perro Ritz. Fue una situación peligrosa con un par tan parecido. Uno era un sociable perro blanco, mientras que el otro era un sociable joven de cabello blanco. Ambos no eran familiares con el otro, pero Ritzhard-kun dijo «¿Cuánto tiempo sin vernos?» como si estuviera saludando a un viejo amigo, de igual forma el perro Ritz movió su cola como si hubiera encontrado a una persona agradable. Luego de eso corrieron uno hacia el otro. Al ver cómo se abrazaban entre ellos, casi solté una carcajada porque sus acciones y apariencias eran muy parecidas. Mordí desesperadamente mi labio inferior y me contuve. Sucedieron varios eventos encantadores en la aldea de Ritzhard-kun, pero esa será una historia para otra ocasión.

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Capítulo 35

% Con Gratitud

Ahora que habíamos regresado después de mucho tiempo, la tierra remota se encontraba en pleno verano. En estos momentos, las mujeres de la aldea deben de estar esforzándose en recolectar bayas. Fue un viaje largo de dos días, pero terminó sin muchos problemas. —Debes estar cansada, Sieg. —No, estoy bien. —Me alegro. Mi esposa era confiable como siempre. Mi hijo recién nacido tampoco lloraba excepto para pedir leche o un cambio de pañales. Mi hijo, Arno, se encontraba quieto entre mis brazos. Su mirada fuerte y resplandeciente era penetrante para un bebé. Sin duda alguna era el hijo del Águila Carmesí. Sus ojos, los cuales abrió cerca de una semana después de nacer, eran azules como los míos. Con esos ojos azules nos miraba a los dos. —Te están esperando en la aldea tu abuelito y abuelita, Arno~. También era agradable pensar cómo reaccionarían mis padres cuando vieran a su nieto. El carruaje se detuvo frente a la fortaleza y el conductor abrió la puerta. —Llevaremos el equipaje a la mansión. —Gracias. Ya que la bolsa llena de oro era difícil de transportar, le pedí al sirviente que nos acompañara en el carruaje. Siendo alguien del Marquesado podía confiar en él. Mientras cargaba a Arno entre mis brazos, entramos a la fortaleza. —¡Ah, ¿Milord?! Había un soldado relativamente joven en el escritorio de recepción y, como si su grito se tratara de una señal, salieron personas detrás de él a raudales. - 209 -


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—¡Oh, su Señoría ha regresado! —¡¿Por favor dinos que no nos piensas abandonar ahora?! —Lo hemos estado esperandooo~. Debido a su misterioso recibimiento, Sieg y yo intercambiamos miradas y ladeamos la cabeza en confusión. —Sí, ha pasado un tiempo. El Capitán Artonen salió poco después que los soldados revoltosos. —Wow, qué lindo. El Capitán Artonen miró a Arno y mostró una sonrisa como si se estuviera derritiendo. Luego, miró a Sieg y preguntó con una expresión seria: —¿Fue niña? —No, un varón. Se llama Arno. —Ah, ya veo, Ah, no, es solo que se parece mucho a la Condesa. Como si consolara al Capitán Artonen, Arno le mostró una sonrisa nihilista. Mejor dicho, ¿qué pasa con esa sonrisa nada propia de un bebé? Cuando le pregunté a Sieg, declaró que ella no sabía cómo enseñarles a las personas a sonreír, dijo todo eso mientras ella misma reflejaba una sonrisa similar a la de su hijo. —Por cierto, ¿cómo está la aldea? —¡¿Eh?! Ah, eh, cierto. Pacífica. ¿Qué pasa? ¿Por qué este reporte se siente incompleto? —Su Señoría realizó su trabajo a la perfección. —¿En serio? —En-en serio… —respondió el Capitán sin mirarme a los ojos. —Ya hay que irnos, Ritz. Estamos interrumpiendo su trabajo. —Ah, tienes razón. Al escuchar eso, el Capitán Artonen declaró: —¿No les gustaría un poco de té? —Nos ofreció con una mirada consternada. A pesar de eso lo rechacé educadamente, argumentando que mis padres estaban esperando. Salimos de la fortaleza y procedimos a la aldea.

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Mientras disfrutaba el escenario boscoso alrededor de la aldea, me encontré con un aldeano. —¡Ah! —¿? —¡Regresó el Lord! —gritó el joven con el que crucé la mirada. —¡¿Qué?! Fuimos rodeados por los aldeanos en un instante, los cuales nos recibieron efusivamente. Había incluso entre ellos personas mayores, los cuales veían con alegría a Arno. —¡Milord seguirá siendo el Lord aquí, ¿verdad?! —Por fin regresó el Lord, gracias a Dios~. —¡Por favor vuelva a ser el Lord, rápido! Tal vez se deba porque ahora tengo un bebé. Aunque me parece un poco exagerado. —Eeh, ¿acaso papá hizo algo? Cuando pregunté eso, las expresiones de todos se volvieron sombrías. —Mi suegro y suegra nos están esperando —dijo Sieg y todos se dispersaron rápidamente. Exactamente qué pasó, tenía curiosidad, así que fui con la dueña de la tienda para averiguar qué estaba sucediendo. ❄❄❄ —Waa~. Haru-kun, Sieglinde-san, bienvenidos~. La persona en cuestión estaba dibujando de manera relajada plantas en el patio frontal. Al escucharlo, mamá también salió. —¡Vaya, bienvenidos, Ritz-chan, Linde-chan~! Sobra decir, con «Linde-chan» se refería a Sieg. —Qué lindo~ —exclamó papá mientras miraba a Arno, en cambio mamá casi lloró. —¿Nos podrías explicar qué sucedió, papá? —¿Disculpa? Cuestioné a papá, el cual dejó de dibujar plantas y estaba a punto de hacer un retrato de Arno. Por ahora, mamá sugirió que entráramos, por lo que nos movimos a la sala. - 211 -


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Volumen 02

—¿Y bien? Sieg, papá y yo, los tres comenzamos la reunión. Mamá estaría cuidando de Arno. —Nada de «¿y bien?». ¿Por qué actuaste tan caprichoso? Papá ladeó la cabeza. Por lo visto, no entendía el motivo de este sermón. Lo que descubrí de la dueña de la tienda fue que papá actuó como un tirano. No prohibió la religión como mi abuelo, pero sí ordenó a los aldeanos que reportaran cada detalle sobre el número de presas que cazaban, trató severamente a las personas de la tercera edad que no les agradaban los extranjeros y obligó a las personas a participar en el trabajo en los campos durante primavera. —Pero, no hice nada malo. —… Desde luego, era necesario llevar un registro de la cantidad de animales en el bosque. Si colapsa el equilibrio, incluso algunos animales podrían llegar a extinguirse. Sin embargo, los aldeanos saben cuáles animales están disminuyendo y cuáles aumentando en número. Por lo tanto, controlamos lo que cazamos por nuestra cuenta. Dejar que las personas de la tercera edad sean libres, fue algo que decidí cuando me convertí en Lord. Claro, corregir su xenofobia sería bueno para las personas de otros países y Sieg. Sin embargo, creo que los asustó demasiado. El trabajo en el campo que se realiza como una alternativa para los impuestos, no es forzado. Eso se debe a que no todas las familias tienen un hombre en condiciones de trabajar. Había muchas personas que se resistían a cambiar, así que realizaba mis tareas como Lord con la mentalidad de que los cambios pequeños serían mejores. Sin embargo, al igual que mi abuelo materno, a papá no le importaban las circunstancias o los sentimientos de los aldeanos. —Es que, eres demasiado suave y había problemas debido a eso, entonces, ¿no está todo bien? —¿De verdad? —Sí. Además, ¿no crees que será más fácil trabajar después del reinado malvado de un Lord? —¡! En efecto, las personas mayores estaban muy felices con mi regreso. Probablemente no solo fue gracias a Arno. —¿Acaso ese fue tu objetivo, papá? - 212 -


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—No~. Es solo que al final resultó así~. —… Escuché del abuelo que papá era un hombre astuto, pero yo solo vi que era el esponjosito de costumbre. Pensé que en realidad podría ser frío, pero pronto me arrepentí de haber considerado eso. ❄❄❄ A partir de entonces, los cinco de nosotros vivimos pacíficamente. Yo salía a cazar, mientras que Sieg trabajaba adentro de la casa. Papá se consagró a su investigación y mamá felizmente cuidó de Arno. Un mes después, arribó una carta del abuelo en el que exigía que papá regresara a su país. Incluso ese padre distante parecía gustarle Arno, por lo que empezó a balbucear que no quería irse. Sin embargo, al mes siguiente llegó un sirviente intimidante del Marquesado y se lo llevó. Pensé que mamá lo acompañaría, pero se despidió de papá diciendo: —Tengo que cuidar de Ar-chan~. Papá lucía abatido cuando se marchó. De esa forma, nos volvimos cuatro, pero la vida relajante y cálida no cambió. Luego de almorzar con Sieg, cuidé de Arno en lugar de mamá para que comiera. Tomando leche apropiadamente, durmiendo bien, llorando y viviendo enérgicamente todos los días, Arno ahora ya era un bebé apuesto. Sus mejillas gorditas se veían sabrosas y cuando extendía un dedo, lo sujetaba con fuerza. Hasta ese apretón débil era encantador. Sieg, sentada junto a mí, también miraba a Arno. —Sieg. —¿Qué pasa? —¿Cómo transmito mis sentimientos de gratitud? Sin importar cuántas veces dijera «Gracias», nunca sentía que eran las suficientes. No podía expresar esta alegría en palabras. —Hay algo que haces todo el tiempo, ¿no, Ritz? —¿Disculpa? Mostrar gratitud, ¿qué hice la última vez? —¿Qué fue? - 213 -


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Volumen 02

—… Cuando cazamos juntos un reno salvaje por primera vez, cuando te di el brazalete que hice y cuando acepté casarme contigo… ¿todavía no lo recuerdas? —¡Ah! Me acordé que la besaba en la mejilla siempre que me sentía muy feliz o emocionado. Presioné mis labios en la mejilla de Sieg y también besé la frente de Arno con sentimientos de gratitud. Un sentimiento cálido inundó mi corazón. Arno volvió a mostrar una sonrisa nihilista, por lo que Sieg y yo terminamos riendo. ❄❄❄ En los años siguientes, cuatro niños más nacieron luego de Arno. El hijo mayor, Arno, se parecía a Sieg, tanto en apariencia como en personalidad, por lo que creció siendo un chico honesto e impetuoso. La hija mayor, Verónica, se parecía a mis padres, convirtiéndose en una chica despreocupada. El segundo hijo, Ulrich, era dócil y le gustaba leer. La segunda hija, Krimhilde, era salvaje y enérgica. El tercer hijo, Erenfried, era mimado y adoraba a Sieg y a mamá. Las facciones de Arno eran como las de Sieg, pero los otros cuatro eran como yo. Antes de darme cuenta, yo era el que tenía más hijos en la aldea. La aldea cambiaba lentamente, pero nunca dejó de ser pacífica. Además, había más residentes permanentes de otros países. Mis padres actuaban igual que siempre, mis hijos eran saludables, y Sieglinde siguió trabajando arduamente. Cada día sentía que era una persona bendecida. Y esta vida dichosa continuó todos los días.

VOLUMEN 02 LA LUNA DE MIEL DEL NOBLE DEL NORTE Y SU ESPOSA, LA AVE DE RAPIÑA FIN

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Volumen 02

Capítulo Extra 01

% Reporte de Actividades ~Lukas Salonen Revontulet~

Cuando regresé a mi tierra natal, lo que me esperaba era el recibimiento de mi padre. —¡¡Kukuku, ja~jajaja!! —… Padre se reía estruendosamente mientras me señalaba con el dedo. —Hey, ¿qué tal si te tranquilizas ahora? —¡Jaa, jaa, es imposible no reírse de esto! ¡Fu, fujaja! —… En cuanto al motivo de su muy buen humor, fue porque se sorprendió al verme deprimido tras haber venido aquí sin mi esposa. —Humph. Te lo mereces. Es el karma por haber molestado a tu hijo. —Um, ¿me pregunto si será por eso? —Otra vez actuando tan despreocupado, ¡en verdad no tienes ni una pizca de lindura! De acuerdo a un sirviente, desde hace mucho tiempo padre ha estado mimando especialmente a Ritzhard. Aunque tiene otros nietos, quizá no son tan lindos como el mío. —Como investigador consideré que no debería de perturbar demasiado las costumbres y cultura de la aldea. —Entonces, ¿supusiste que no deberías ayudar a tu hijo? —Correcto. —¡En ese caso solo eres un padre de pacotilla! —No lo negaré. - 216 -


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—¡Espero que tu familia se dé cuenta de tu verdadera naturaleza, hombre cruel! —Incluso si eso pasa, todos me aceptarían como si nada. —¡Vete al diablo! Padre chasqueó la lengua y salió de la habitación. Me alegro que se encuentre bien de salud. Luego, me sorprendí que yo hubiera pensado eso. Las personas cambian. ❄❄❄ Comencé a viajar por el mundo hace un par de décadas. Cuando la investigación que estuve realizando durante muchos años finalmente fue reconocida por el mundo, mi colega dijo que debía de estar feliz, a lo que respondí que ese no era el caso. Eso lo sorprendió. Puede que ese haya sido el motivo. Eres carente de emociones. Padre siempre me decía eso. Creí que no habría problema si yo estaba bien con eso. Pero me dijeron que era una persona cruel. Fue entonces que recordé una línea del reporte de investigación de otra persona que me había estado molestando. «Siento que la alegría de la vida se encuentra en lo importante que es para las personas tenerse una a la otra». La alegría de la vida, la importancia de conocer personas, nunca sentí nada eso. Pero tampoco sufrí de ninguna dificultad debido a eso. Sin embargo, tenía curiosidad sobre ese sentimiento que no tenía en mi interior. Si viajo por el mundo, cabe la posibilidad de que experimente esa sensación misteriosa. Las personas a mi alrededor trataron de detenerme, pero al final de cuentas me embarqué en mi viaje. Viajar por el mundo cuesta mucho dinero. Si quiero viajar de modo seguro, de igual forma costaría. Agoté rápidamente mis ahorros e incluso me vi en la necesidad de usar la mesada que me daba mi padre. Leí nuevamente las guías de viaje escritas por cierto hombre. Cuando iba a los países y las aldeas descritas en ellas, recibía una bienvenida amistosa por el simple hecho de que era de la misma nacionalidad que esa persona. De acuerdo a las palabras de esos habitantes, también podría aprender de su personalidad amable. - 217 -


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Volumen 02

Desde luego, no todo resultó bien. En una ocasión fui engañado por un intérprete y perdí todo mi dinero. También fui asaltado por unos bandidos mientras me transportaba en un vagón de mercancías. Hasta pasé una noche en prisión. A pesar de eso, no podía dejar de viajar. Más que el miedo de perder algo, era mayor el deseo de aprender sobre el mundo. También había algo que me molestaba. En un pueblo, una anciana a quien le debo un favor dijo: «En algún lado del planeta hay un tesoro que será irremplazable para ti. Si encuentras eso, sin duda alguna serás feliz». Ella no me explicó de qué se trataba ese tesoro. Algo irremplazable para mí, no podía imaginarlo. Algo irremplazablemente preciado. Solo podía ladear confundido la cabeza. Un cuerpo saludable y dinero para substituir son importantes, pero puedo asegurar que no son tesoros. Sin una respuesta clara, continué viajando. Las guías de viaje pasaron a hablar sobre el ártico. Entre los lugares que presentaban, había uno en particular que contaba con personas interesantes. “Esquimal”. Me intrigaba en gran medida que estas personas comieran carne cruda. Los esquimales vivían al norte de la línea ártica, en el interior del círculo ártico. Encima de eso, el lugar donde los esquimales se establecieron lo describía como «El peor clima posible para la vida humana». La guía también comentaba sobre qué tener cuidado. Principalmente debía estar alerta del “escorbuto”. En palabras simples, el escorbuto era ocasionado por la falta de vitaminas solubles en agua que se encontraban en frutas y vegetales, además de ser una enfermedad letal que conducía a la muerte por pérdida de sangre. A lo largo de la historia había muchos libros que relataban sobre el escorbuto. También fue esto lo que atormentó a los marineros durante la Época de Exploración y a los soldados que iban a la guerra. Las vitaminas solubles en agua se disolvían con el calor. Por lo que los esquimales comían carne cruda, ya que esta contenía muchas vitaminas solubles en agua para prevenir el escorbuto. Además, nunca se había invadido el territorio de los esquimales. Pues estas regiones no poseían ningún valor según la guía. ¿Por qué viven ahí? Tenía curiosidad sobre eso, así que me dirigí al norte. Sin embargo, cuando arribé allí, no había esquimales. - 218 -


La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña

Estaba escrito que los esquimales tenían rasgos raciales de los mongoloides, pero la mujer frente a mí era sin lugar a dudas caucásica. Cuando me giré para mirar a mi guía, esa persona ya había desaparecido. —Vaya, un visitante~. —… La mujer hablaba finlandés. Nunca pensé que una materia que cursé por capricho durante la universidad me ayudaría. Cuando eché un vistazo al pasaporte que recibí del guía, estaba expedido para otro lado. Fui engañado otra vez. No pude hacer nada más que agachar la cabeza. —¿Sucedió algo? ¿Tienes hambre? Noté que la mujer frente a mí seguía hablándome. —Eh, ¿dónde estoy? —Esta es una aldea de los Sami. —Sami. Cabello blanco, piel blanca. La mujer que lucía como un hada sonrió mientras sujetaba un conejo ensangrentado en su mano. El lugar donde el guía me trajo, era una aldea relativamente conservadora donde vivían personas conocidas como Sami. Comparadas con los esquimales, que dicen tener actitudes amistosas, los Sami tenían una actitud fría acorde al frío extremo. Sin embargo, al escuchar su historia de haber sido abusados por forasteros, era natural que actuaran fríos con las personas de fuera. Mientras más veía, escuchaba y aprendía, más sentía el mal carácter de los Sami. Sin embargo, la hija del Lord, Richelle, era diferente. Ella tenía una mente abierta y era amable con todos. No me tomó mucho tiempo para que me gustara. Me casé con Richelle y tuvimos un hijo. Fue entonces que descubrí lo que significaba tener un tesoro irremplazable para mí. Quería agradecerle a esa anciana que me dio un objetivo para seguir viajando. Sin embargo, me tomó mucho tiempo poder regresar a ese pueblo. Cuando por fin pude volver a visitarla luego de muchos años, ya había partido de este mundo. Aunque solo fui a su tumba, le agradecí junto a Richelle que fui capaz de encontrar mi tesoro irremplazable. En realidad, no recapacité sobre dejar solo a mi hijo porque tenía la certeza que sería un buen Lord. - 219 -


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Volumen 02

❄❄❄ Organicé adecuadamente mi investigación y la presenté durante un par de años, después regresé a casa. Cuando volví, mi familia me recibió. Ya tenía cinco nietos y se decidió que este viejo sin talento para cazar, se encargaría de cuidarlos. Era una tierra de frío extremo, pero yo sentía calidez. La aldea rebosaba de tesoros irremplazables. Agradecí a Dios por este milagro y juré que disfrutaría la vida.

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Capítulo Extra 02

% Epílogo

Mi habitación había sido invadida por papá y estaba infestada de libros. Hasta había libros sobre la cama. Me quedé sin palabras. De entre la pila encontré un libro viejo y desgastado. Daba la impresión de ser una guía de viaje escrita por un explorador. Ese explorador fue a muchos lugares e interactuó con varias personas. Lo que más me interesó fue un pueblo cazador conocido como «Esquimales», que también vivían en regiones de frío extremo como nosotros. Al igual que esta aldea, se encontraban ubicados en el círculo ártico, pero según lo registrado vivían en algún lugar aún más frío. Ellos cazaban animales que habitaban bajo el hielo y su fuente principal de alimento eran las focas, según el dibujo eran largas y delgadas. Siendo animales mamíferos, respiraban a través de pulmones. Salían al exterior para respirar aire fresco, por lo que eran cazadas durante ese momento. Aparte de eso, también cazaban: narvales, delfines con cuernos, siendo precisos tenían un cuerno sobresaliendo de su frente. Ellos de igual forma eran atrapados cuando salían del hielo para respirar. Dependiendo de la región hasta cazaban osos polares, conejos o renos. En cuanto a la cultura, había aspectos similares y otros que no. Por lo visto, querer a los niños era similar en todo el mundo. Lo que más me sorprendió fue el sentido de la virtud. Cuando los hombres salían por largos periodos de caza, dejaban a sus hijos y esposas para que otros hombres los cuidaran. Después, si un esposo no regresaba de la cacería, la esposa e hijos se convertían en los de ese hombre. Sobra decir, cuando uno caza, arriesga su vida, pero era difícil de creer que una cultura como esa realmente existiera. Eso ya era lo bastante sorprendente, pero también describía que no era extraño que un esposo regresara y fuera recibido por una esposa embarazada. Tal parece que ese tipo de situaciones no eran muy importantes. Tal costumbre surgió por la creencia que los niños eran tesoros de toda la tribu. —O al menos eso leí. —Pensar que habría un lugar aún más frío que esta aldea. —Sorprendente, eh. Antes de cenar, pasé tiempo con Sieg charlando sobre los «Esquimales». Arno, quizá satisfecho tras haber tomado leche, nos estaba mirando. —Pero, a mí no me gustaría dejar a Sieg y Arno a nadie más. - 221 -


Emoto Mashimesa / Akaneko

Volumen 02

—Bueno, el mundo es muy grande. —Aun así… —Ciertamente no es fácil aceptar diferencias culturales. —¿También fue difícil para ti, Sieg? —No, ahora que lo pienso, en realidad no. Me preocupaba que estuviera guardándose muchas cosas, pero me sentí aliviado al saber que no era así. Mientras charlábamos, nos sirvieron la cena en la mesa. —Gracias por esperar~. Mamá sirvió los platillos. Los días en los que Ruruporon no estaba aquí, mamá preparaba la cena del día. Cuando Sieg o yo tratábamos de ayudar, nos decía: «Déjenmelo a mí~», y nos ahuyentaba. Por lo visto, no solo era Ruruporon, a otras personas tampoco les gustaba que se metieran con su cocina. Dejé que Arno durmiera en su cuna y luego me senté. Mamá aprendió la cocina de todos los lugares a los que iba y estaba disfrutando de nuestras reacciones. Las mujeres de la aldea también se interesaron por los métodos de cocina extranjera, por lo que mamá impartía clases de cocina una vez a la semana. Hoy solo había platillos que veía por primera vez y mamá comenzó a explicar alegremente. —El día de hoy tendremos ensalada de pastor turca~. La ensalada de pastor turca era refrescante y estaba hecha de varios vegetales de verano con un aderezo de hierbas, aceite, pimientos y jugos cítricos. Por lo visto, su nombre provenía de los pastores que comían esto en los ranchos. —Luego tenemos~, ¡sopa rústica toscana de alubia roja y carne de reno envuelta con champiñones! Las alubias rojas poseían un sabor sencillo. Sabía bien porque las alubias tenían una dulzura sutil. El platillo envuelto era de primera calidad, la capa que lo rodeaba se hacía al mezclar harina con agua y hierbas. La carne de reno y los champiñones fueron envueltos con eso y puestos en el asador. Cuando lo corté con el cuchillo, se deslizó con facilidad. Al preguntarle cómo logró para que la carne de reno fuera tan blanda, me respondió que había puesto a marinar la carne en yogurt, un producto lácteo fermentado. Al parecer este método se usaba frecuentemente en países extranjeros. También empleaban yogurt como aderezo, este tenía un sabor agrio que realzaba el sabor de la carne. Se trataba de un aderezo que nunca había probado antes.

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La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña

—¿Qué es esto, mamá? —pregunté mientras untaba una pasta oscura de un frasco. Poseía un sabor exótico, pero me gustaba bastante su textura. Como sentía curiosidad sobre lo que era, interrogué a mamá. —Eso es puré de cannabis~. —¡¿?! Escuché su respuesta mientras la tragaba y me atraganté cuando oí de qué se trataba. —Ritz eso está hecho con el fruto, no de las hojas o el tallo. Así que no es venenoso. —Ya-ya veo. ¡Qué sorpresa! Al parecer el cannabis era un ingrediente común en el país de Sieg. —¿No te gustó, Ritz-chan? —Al contrario, está deliciosa. Arreglé mi postura y continué comiendo. De postre, comimos frambuesas que Sieg recogió del bosque. Eran agridulces. El té herbal que mamá preparó a partir de las plantas que recolectó del bosque fue hecho a mano, aun así, sabía extrañamente amargo. Lo soporté al pensar que se trataba de medicina para el cuerpo. —Una vez más estuvo deliciosa la cena de hoy, suegra. —Bien, bien~. ¡Me alegro que te haya gustado, Linde-chan! Estaba un poco preocupado por vivir con mamá, pero tal parece que no habrá ningún problema. También tengo la impresión de que se lleva bien con Sieg. Luego de cenar, bañé a Arno. Primero me bañé yo, luego le pedí a Sieg una tina pequeña para Arno. El agua en la tina tenía la temperatura perfecta para el bebé. Miruporon lo preparó. Empecé poniendo una toalla sobre mi regazo y coloqué a Arno encima de eso. Primero lavé su cabello, luego su cuerpo, manos, pies y espalda. ¿Te da cosquillas~? Cuando pregunté eso, se rió. Por último, cuando lo metí a la tina, parecía tan cómodo y encantado que yo también sentí que sanaba. Pensé que ya se había calentado lo suficiente y lo levanté. Lo sequé apropiadamente con una toalla y lo vestí con ropa que había sido calentada de antemano. —¡Sale un bebé calientito! —Buen trabajo. Le entregué Arno a Sieg y ella lo trasladó hasta su cuarto. Cuando salí del baño, Sieg me entregó una toalla.

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Volumen 02

—Gracias. Sieg y mamá ya se habían bañado. En ese caso, todo lo que hacía falta era irse a dormir. Me puse mi ropa de dormir y fui a mi habitación. —Ah, ya se durmió Ar-chan —dijo alegremente mamá mientras le daba gentiles palmaditas a Arno. —Ya veo. Mamá nos dijo que también quería encargarse de Arno por la noche, pero ella no daba leche, así que no podía. Ya estoy muy agradecido con que nos ayude durante el día. Luego de eso, se alejó de la cama de Arno con decepción, nos dio las buenas noches y salió de la habitación. En su lugar, Sieg entró, sonrió un poco al ver a su hijo dormido pacíficamente y subió a la cama. En cuanto Sieg se acercó a mí, la abracé. —Finalmente estamos a solas. —Sí. No podíamos ser muy cariñosos frente a mamá, así que solo podía tocar a Sieg por la noche. Bueno, pensé que debería dejar de ser tan cariñoso con Sieg porque ahora era un padre, pero por la noche me sentía el doble de alegre porque me estaba conteniendo durante el día, por eso no creo que haya un problema, supongo. —Creo que Arno pronto podrá dormir hasta el amanecer. —¿En serio? Amamantaba hasta diez veces al día. Era fácil saber ya que lloraba cuando tenía hambre. No importaba si era de día o de noche. Por eso las madres usualmente sufrían de falta de sueño. Por lo menos yo despertaba cuando Arno lloraba por un cambio de pañal. —Es difícil criar a un bebé. —Pero hay algo muy satisfactorio al respecto. Sin duda. Los bebés son adorables y también es divertido ver cómo crecen. —Podríamos tener unos cuatro hijos más. —Ahí vas otra vez~. Jamás habría imaginado que pronto estaría rodeado por cinco hijos. Uno nunca sabe lo que puede pasar en la vida.

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La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña

Capítulo Extra 03

% El soliloquio de Richelle

Ritz-chan se casó. Su esposa se llama Sieglinde-chan, una hermosa mujer pelirroja. Luego de que Ritz-chan me la presentara, cuando le pregunté si la podía llamar «Lindechan», la forma en cómo respondió tímidamente fue muy lindo. Además, Linde-chan veía a Ritz-chan con mucho afecto, eso me hizo sentir aliviada. Me pregunto si lo estaré imaginando, pero, ¿esos dos no parecen más una amistosa hermana mayor y un hermano menor que marido y mujer? ¿Estaré pensando eso porque Linde-chan es mayor? Recuerdo que Ritz-chan quería una hermana mayor cuando era niño. Fue muy difícil decirle a Ritz-chan que una hermana mayor era imposible cuando suplicaba tanto. También recuerdo la expresión triste de Ritz-chan. Fue un niño mimado y fácilmente se sentía solitario, por eso hubiera sido lindo si tuviera una amable hermana mayor, me acuerdo que hablamos sobre esa hermosa situación antes. Ahora que lo pienso, en verdad me sentía mal por haberlo dejado solo durante diez años. Debe haberse sentido muy solo e inseguro. Sin embargo, estaba preocupada por mi esposo, Lukas-san. Luego de que papá falleciera, dijo que había terminado su trabajo y que saldría de viaje. A pesar de eso, tenía la misma expresión de un hombre que estuviera partiendo a su muerte. Planeábamos realizar un viaje corto y regresar tan pronto como su estado de ánimo mejorara, pero su cicatriz emocional fue más profunda de lo que imaginé y tardó mucho tiempo en sanar. Siendo honesta, no tenía el valor de ver a Ritz-chan. Creí que no nos perdonaría. Aun así, Ritz-chan nos perdonó. Sin duda la presencia de Linde-chan había sido estupenda, pude afirmarlo luego de ver a los dos juntos. No puedo agradecerle lo suficiente a Linde-chan. Luego de regresar a la aldea, comenzamos una nueva vida. Lukas-san seguía igual que siempre, pero pienso que está cambiando poco a poco. Podía notar que se estaba comprometiendo para formar un apego a la aldea. Al regresar luego de una década, las críticas hacia nosotros fueron fuertes, pero entendía que se trataban de reacciones normales. Sentí que sería bueno si gradualmente disminuyeran. - 225 -


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Volumen 02

Unos cuantos meses después; Ritz-chan, Linde-chan y nuestro nuevo miembro de la familia, Arno-chan, volvieron a la aldea. Estaba tan feliz que no pude evitar llorar. Tal vez gracias a que nació Arno-chan, la atmósfera entre Ritz-chan y Linde-chan se sentía diferente. De ser como una amable hermana mayor y un hermano menor mimado, ahora daban más la impresión de ser una pareja casada vertiendo amor a su hijo. Este nuevo estilo de vida era muy ajetreado, pero nunca faltaron las sonrisas. Ritzchan amaba profundamente a su familia y era feliz. En verdad experimentábamos una vida cotidiana asombrosa. Luego vino un gran cambio en ese estilo de vida. Lukas-san regresó a su país para presentar su investigación. Dijo que no quería irse porque Arno-chan era muy lindo. Sin embargo, estaba usando fondos estatales, así que no tenía palabra en el asunto. Vinieron personas de su casa, así que tuvo que marcharse de la aldea. Cuando le comenté que me quedaría en la aldea, parecía muy impactado. Aun así, no tenía la atmósfera irresponsable y depresiva de antes. También pude notar que tenía un apego por la aldea. Incluso si no estoy con él, tengo la confianza de que regresará. Ahora está bien. Ya no tengo que preocuparme por él. Puedo estar tranquila y despedirme de él. No hay mucho que yo pueda hacer, pero esta vez sin duda necesito apoyar a Ritzchan y a los demás. De esa forma comenzó un nuevo estilo de vida. Linde-chan era una gran trabajadora, realizando sus tareas diligentemente. Aunque era tímida y reservada, no había duda que era una persona afectuosa y maravillosa. Ritz-chan seguía estando animado y muy saludable. Aunque todavía actuaba como un niño mimado, ¿creo? En varias ocasiones me encontré por accidente con él mientras se recargaba contra Linde-chan, así que mami se tuvo que disculpar muchísimas veces. Arno-chan estaba creciendo saludablemente. Podía verlo madurar en un muchacho apuesto parecido a Linde-chan. Mientras tanto, Lukas-san comenzó a enviar cartas a menudo. Por lo visto, no podía soportar no saber cómo le iba a su familia. Las personas cambian. Pensé con alegría. De esa forma, cada día vivimos tranquilos y en paz. Recé sinceramente que pudiéramos seguir viviendo con felicidad sin olvidar ser agradecidos.

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La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña

Lista de personajes

% Ritzhard Salonen Revontulet Altura: 175 cm. Edad: 28 años Características: cabello blanco, ojos azules. País de origen: Finlandia El Lord de una aldea en lo profundo del bosque de un país nevado. Tiene una personalidad alegre y tranquila. Es bueno con las tareas del hogar en general y también esculpiendo.

Sieglinde Salonen Revontulet Altura: 174 cm. Edad: 31 años Características: cabello carmesí, ojos grises País de origen: Alemania Parece que es fría, pero en ocasiones muestra su sensibilidad. Tiene confianza en su patada giratoria.

Teoporon Ponu Rango Altura: 193 cm. Edad: 36 años Características: cabello negro, ojos negros País de origen: Estados Unidos El jefe de la familia de raza marcial que proviene del extranjero. Diligente y justo. Atesora a su familia sobre todo lo demás. Respeta a Ritzhard por aceptarlo en la aldea.

Ruruporon Ponu Rango Altura: 180 cm. Edad: 34 años Características: cabello negro, ojos negros País de origen: Estados Unidos - 227 -


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Volumen 02

La esposa de Teoporon. Amable. Prepara la comida con amor.

Miruporon Ponu Rango Altura: 177 cm. Edad: 16 años Características: cabello negro, ojos negros País de origen: Estados Unidos Hija de Teoporon. Diligente y le gustan los animales.

Aina Salonen Bergholm Altura: 170 cm. Edad: 16 años Características: cabello blanco, ojos azules País de origen: Finlandia La chica más bonita de la aldea. Tiene una personalidad fuerte y no es muy honesta con sus sentimientos. Considera en secreto a Ritzhard como un hermano mayor.

Emmerich David Altura: 182 cm. Edad: 27 años Características: cabello rubio, ojos azules País de origen: Alemania Un soldado bueno para nada. Por lo general es distraído, pero a veces es inútilmente diligente. No entiende nada. Tiene un corazón de acero.

Adalbert von Lüneburg Altura: 178 cm. Edad: 75 años Características: cabello rubio cenizo, ojos azules País de origen: Alemania El abuelo paterno de Ritzhard. Parece difícil de tratar debido a su apariencia imponente, pero es una persona gentil que se preocupa por su nieto. Le gusta usar piel de oso.

Harold von Wattin Altura: 181 cm. - 228 -


La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña

Edad: En sus 50 Características: cabello rojo, ojos verde té País de origen: Alemania Padre de Sieglinde. Un hombre del ejército. Contraria a su apariencia depredadora, es gentil.

Franca von Wattin Altura: 174 cm. Edad: En sus 50 Características: cabello marrón, ojos grises País de origen: Alemania Madre de Sieglinde. Se comporta como una dama, pero solía formar parte del ejército. Nadie en su familia puede ir contra ella.

Claus von Wattin Altura: 150 cm. Edad: 13 años Características: cabello rojo, ojos verde té País de origen: Alemania Sobrino de Sieglinde. Tiene una personalidad salvaje y habla de forma descortés. Admira en secreto a su tía. Se encuentra en una edad en la que no puede ser honesto con facilidad.

Edelgard von Wattin Altura: 130 cm. Edad: 9 años Características: cabello carmesí, ojos azules País de origen: Alemania Sobrina de Sieglinde. Dócil. Hábil con las manos.

Adeltraud von Wattin Altura: 112 cm. Edad: 6 años Características: cabello carmesí, ojos azules País de origen: Alemania Sobrina de Sieglinde. Actúa como chico. Sinceramente cree que su tío Ritzhard es un hada. - 229 -


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Volumen 02

Lukas Salonen Revontulet Altura: 177 cm. Edad: En sus 40 Características: cabello rubio, ojos azules País de origen: Alemania Padre de Ritzhard. Hombre de estudios. Tiene una personalidad fría. Posee un problema de personalidad y una pasión por los viajes. A pesar de todo, se preocupa por su hijo a su manera.

Richelle Salonen Revontulet Altura: 155 cm. Edad: En sus 40 Características: cabello blanco, ojos verdes País de origen: Finlandia Madre de Ritzhard. Afectuosa, no le da importancia a los problemas pequeños. Hábil con las manos.

Rikhard Salonen Revontulet Abuelo materno de Ritzhard. Un hombre estricto.

Hermann Artonen Un Capitán amistoso que recientemente fue asignado a la fortaleza.

Albert von Hertling Tío de Sieglinde, por el lado de su mamá, y antiguo jefe de ella durante su época en el ejército.

Hildegart von Hertling Hermosa prima de Sieglinde. Perdió la mejor edad para contraer matrimonio debido a su apuesta prima.

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La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña

Anna-María von Hertling La decidida prima de Sieglinde. Trató de empapar a Ritzhard de vino durante el baile cuando conoció a Sieg, pero fracasó.

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TRADUCCIÓN AL INGLÉS Kudarajin TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL Clixea CORRECCIÓN Siegfried EDICIÓN Clixea


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Articles inside

Capítulo extra 03:El soliloquio de Richelle....................................................................Pp

3min
pages 225-226

Capítulo extra 02:Epilogo.....................................................................................................Pp

7min
pages 221-224

Lista de personajes...................................................................................................................Pp

3min
pages 227-232

Capítulo extra 01:Reporte de Actividades ~Lukas Salonen Revontulet~.........Pp

6min
pages 216-220

Capítulo 32: ¡¿La esplendida transformación del Hada de la Nieve?!..................Pp

10min
pages 189-196

Capítulo 34: El perro y papá.................................................................................................Pp

6min
pages 205-208

Capítulo 29: Historia de un día de verano -Parte 2....................................................Pp

9min
pages 172-177

Capítulo 31: Informe de Actividades ~Adalbert von Lüneberg~..........................Pp

9min
pages 184-188

Capítulo 26: ¡Con Cerdito-san!.............................................................................................Pp

6min
pages 154-158

Capítulo 27: Familia.................................................................................................................Pp

8min
pages 159-165

Capítulo 24: ¡Con Sieglinde!..................................................................................................Pp

8min
pages 142-147

Capítulo 18: Informe de Reconocimiento ~Los 9 hermanos de Sieglinde~......Pp

8min
pages 109-114

Capítulo 21: Diario de Observación ~Los sobrinos~.................................................Pp

4min
pages 129-131

Capítulo 22: Los sobrinos y el bosque de verano.........................................................Pp

6min
pages 132-136

Capítulo 23: ¡Con los señores!..............................................................................................Pp

7min
pages 137-141

Capítulo 19: Ritz tiene una cita............................................................................................Pp

10min
pages 115-121

Capítulo 16: ¡Con mis sobrinas!...........................................................................................Pp

9min
pages 97-102

Capítulo 17: Las hermanas soñadoras y el Hada de la Nieve...................................Pp

7min
pages 103-108

Capítulo 15: ¡Con mi suegro!................................................................................................Pp

7min
pages 92-96

Capítulo 08: Las desdichadas personas de la Casa Wattin.......................................Pp

6min
pages 53-58

Capítulo 11: Diario de Actividades #3 ~Sieglinde~....................................................Pp

8min
pages 71-76

Capítulo 10: Thüringer...........................................................................................................Pp

7min
pages 65-70

Capítulo 04:La pareja: juntos y separados.....................................................................Pp

12min
pages 24-33

Capítulo 13:Al igual que un noble......................................................................................Pp

6min
pages 82-86

Capítulo 02: Diario de Actividades #2 ~Sieglinde~....................................................Pp

6min
pages 13-17

Capítulo 14: La historia de Kayneth y Ritzhard ~Kayneth von Brzenska~.......Pp

7min
pages 87-91

Capítulo 06: Reporte de Actividades ~Claus Von Wattin~......................................Pp

6min
pages 43-46
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