LOS DESTRUCTORES CLASE “NUEVA ESPARTA”

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD MILITAR BOLIVARIANA DE VENEZUELA INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL GRAN MARISCAL DE AYACUCHO “ANTONIO JOSÉ DE SUCRE”

LOS DESTRUCTORES CLASE “NUEVA ESPARTA” Trabajo de Grado para optar al título de Magister Scientiarum en Historia Militar

Autor: Lic. AN José Gregorio Maita Ruiz Tutor: MSc. CN (r) Edgar Enrique Blanco Carrero

Mayo 2015 1


CLASIFICACIÓN DE SEGURIDAD

Debido a que no se manejan datos que comprometan la integridad y seguridad de la República, a nivel colectivo ni individual, el trabajo se considera NO CLASIFICADO

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Carta de Aceptación del Tutor

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Dedicatoria

A la memoria del Capitán de Navío Tomás Mariño Blanco, quien amó a los buques de guerra de nuestra Armada y rescató la historia de muchos de ellos. Todos los historiadores navales de Venezuela tienen una deuda con él.

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Agradecimientos

Llegar a culminar un trabajo como éste no es nada fácil. Por eso, ante este logro, quiero agradecer primeramente a mi familia; a mi madre, mi padre y mi hermana. Ellos me enseñaron el valor de la disciplina y la constancia, me brindaron apoyo a toda prueba y cultivaron en mí el gusto por la historia y la vida académica y profesional. Agradezco también al CN Luis Farage Dangel, quién me brindó su apoyo y amistad y me permitió el primer acercamiento a la Armada y al grupo de los “Cañoneros Navales”. Al CN Miguel Antuofermo Risio por su ayuda decisiva para asimilarme en la Armada y por su orientación y guía en mi primer año como oficial asimilado, además de haberme brindado el oportuno consejo de tomar este tema de los Destructores Clase “Nueva Esparta” como tema de tesis, y haberme ayudado en el diseño del trabajo y la investigación. Agradezco al CN Edgar Blanco Carrero, por regalarme su amistad y haber aceptado desde 2012 ser mi tutor para este trabajo, estando siempre dispuesto a orientarme, y haciendo una gran labor. También agradezco al grupo de los “Cañoneros Navales”, primeramente al Lic. Ramón Rivero Blanco, sin cuyos abundantes y decisivos aportes jamás habría podido llevar a feliz término esta investigación; además al Prof. Francisco Javier Nieves-Croes y al Dr. Carlos Hernández que tan amablemente me dieron datos claves en el curso de la investigación. También a los capitanes de navío Ricardo Ríos Noguera y Norman Rodríguez Arias, y al vicealmirante Antonio Pérez-Criollo por haberme concedido entrevistas que resultaron vitales para esta investigación. Finalmente agradezco al CN Carlos Sánchez Caparros, quién desde que comencé la Maestría en Historia Militar, me ha dado su apoyo y asesorías, creyendo desde el inicio en la viabilidad de este tema como trabajo de grado.

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Índice

Introducción…………………………………………………………………………….…09

I) Contexto histórico de la adquisición de los destructores Clase “Nueva Esparta” y su estudio técnico……………………………………….........18 A) Contexto estratégico mundial. De la Segunda Guerra Mundial a la Guerra Fría y el nuevo derecho del mar………………………………..........................19 1) La herencia de la Segunda Guerra Mundial y el control norteamericano de los mares…………………………………………………………………………………….....20 2) El sistema panamericano y evolución del derecho del mar……………………………..23 3) El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y la venta de nuevo armamento a América Latina……………………………………………………................27 B) Amenazas a la soberanía, integridad territorial y seguridad de Venezuela…...…..38 1) Amenazas extra continentales y la experiencia de la Segunda Guerra Mundial………..39 2) Los recientes avances territoriales colombianos y sus nuevas aspiraciones………...…..47 3) Otras amenazas……………………………………………………………………….....52 C) La política del nuevo gobierno militar a partir de 1948………………………..…..54 1) Orígenes del nuevo gobierno y sus razones para tomar el poder……………………….54 2) Respuestas a las amenazas a la soberanía, integridad territorial y seguridad nacionales…………………………………………………………………………………..63 D) Desarrollo de la guerra naval hacia los años 50……………………………………..68 1) Las nuevas armas y tácticas……………………………………………………………..68 2) La emergencia del destructor en el arte de la guerra naval……………………………...71 E) Estudio técnico de los destructores clase “Nueva Esparta” y su adquisición……...73 1) Antecedentes………………………………………………………………………….....73 6


2) Estructura general y armamento………………………………………………………...76 3) Motores y propulsión……………………………………………………………………82 4) Electrónica……………………………………………………………..………………..83 5) Balance de sus capacidades y su adquisición…………………………………………...85

II) Historia operacional de los destructores Clase “Nueva Esparta”…………………90 A) De la contratación a su primera misión diplomática: 1953 – 1957………………...91 1) Contratación, botaduras y entrada en servicio…………………………………………..92 2) Primer Crucero de Instrucción al Extranjero y primera misión diplomática…………....97 B) Una década agitada, 1958 – 1969……………………………………………………102 1) La caída de Pérez Jiménez……………………………………………………………..103 2) Capacitación de personal y otros hitos, 1959 – 1962………………………………….109 3) 1962: “El Carupanazo”, “El Porteñazo” y la “Cuarentena” a Cuba…………………...114 4) El secuestro de MMV “Anzoátegui”, 1963……………………………………………124 5) El resto de la década…………………………………………………………………...134 C) Los últimos años, 1970 – 1983……………………………………………………….143 1) Misiones y tareas en sus últimos años…………………………………………………144 2) Desincorporación y el “Zulia” como fallido museo flotante…………………………..149

III) Los destructores clase “Nueva Esparta”: su impacto en la institución y el país……………………………………………...........151 A) Impacto en la Armada………………………………………………………………152 1) Infraestructuras………………………………………………………………………..153 2) Capacitación de personal……………………………………………………………...159 3) Doctrina……………………………………………………………………………….162 7


B) Impacto en el país……………………………………………………………………165 1) Venezuela en el equilibrio regional de fuerzas………………………………………..166 2) Diplomacia naval y presencia de la República en su espacio marítimo……………….176 3) Desarrollo……………………………………………………………………………...181

Conclusiones……………………………………………………………………………..183 Epílogo……………………………………………………………………..…………….190 Anexos……………………………………………………………………………………193 Fuentes…………………………………………………………………………………...216

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Introducción La historia está llena de ejemplos que muestran que el poder marítimo es crucial en el destino de las naciones. Dentro de este contexto la Armada es expresión del poder naval del Estado en el mar. De la misma forma, el alma y razón de ser de toda armada son sus buques, los cuales son mucho más que simples máquinas; son el hogar de sus tripulaciones, son seres vivientes, que al portar la bandera nacional, constituyen muestras del país que navegan en el mar. De entre todos los buques de guerra que han pasado por la historia naval venezolana, destacan los Destructores Clase “Nueva Esparta”. Estos destructores son los barcos de guerra de mayor tonelaje y poder artillero que ha tenido la República, marcaron una época de intenso desarrollo y modernización de la Armada nacional y tuvieron una vida operativa con muchos sucesos, siendo protagonistas de varios momentos que marcaron la historia de Venezuela. Los Destructores Clase “Nueva Esparta”, se construyeron en Gran Bretaña para Venezuela por negociación de la Junta Militar de Gobierno, pero ellos y sus tripulaciones tuvieron una actuación clave el 23 de enero de 1958, en el derrocamiento del General Marcos Pérez Jiménez. Más tarde, fueron protagonistas de los sucesos de “El Porteñazo” y tuvieron una menos conocida participación en la “Cuarentena” a Cuba durante la Crisis de los Misiles de 1962. Esta investigación, busca descubrir detalles operacionales y divulgar la historia y secretos de estas nobles máquinas de guerra, así como también de los hombres que las tripularon y les dieron vida, protegiendo los intereses nacionales en nuestros espacios acuáticos. Los destructores clase “Nueva Esparta” fueron las primera clase de buques de guerra comprados nuevos por el Estado venezolano, diseñados y construidos además a pedido y según las especificaciones y exigencias dadas por el Gobierno nacional al astillero encargado de su construcción. Contribuyeron además de forma decisiva a la presencia nacional en los espacios marítimos que le corresponden, reafirmando así su soberanía. Estos destructores también marcaron un antes y un después en el desarrollo profesional de la Armada. Sin embargo, estos buques son unos grandes desconocidos hoy en día, tanto dentro como fuera de la Armada Bolivariana y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) 9


en general. Sólo los oficiales más antiguos tienen cierta noción sobre ellos, pero ninguno tiene una visión precisa. No se conservan mayores registros de los destructores Clase “Nueva Esparta”, las piezas extraídas de ellos que actualmente se exhiben en diversos establecimientos navales no están correctamente identificadas en su mayoría, y se llega incluso al lamentable extremo que en la infografía de la historia de la escuadra en el Museo Naval “Ana María Campos”, ubicado en la Meseta de Mamo, los destructores Clase “Nueva Esparta” son mostrados como destructores livianos, siendo ellos destructores pesados, cuyas características y capacidades los convertían casi en cruceros. Lo anterior es solo una muestra entre otros desaciertos. El gran problema que esta investigación enfrentó, y que pretende resolver, es el desconocimiento y olvido por parte de la Armada, la FANB y la nación en general de unos de los buques de guerra que marcaron un hito en la historia naval de la República. La mayor justificación que podemos ofrecer para haber realizado este trabajo, es la necesidad de rescatar la memoria histórica de los destructores Clase “Nueva Esparta”. Posterior al rescate la memoria de estos buques, es necesario el estudio y valoración de su impacto en el desarrollo de la Armada y del país en general, teniendo entonces un trabajo completo sobre la historia de estos buques. Así pues, la razón principal para haber emprendido este esfuerzo investigativo es el olvido, el desconocimiento casi absoluto, en el que han caído los destructores Clase “Nueva Esparta”, tanto dentro como fuera de la institución a la que sirvieron. Con el fin de develar las causas de este hecho, de modo que al hacer presente la historia de estos medios se pueda reflexionar en lo que ha sido el ser de la Armada desde el punto de vista óntico y consecuentemente ontológico. Esta investigación es de importancia primordial para todos los venezolanos, especialmente los oficiales de la FANB en general y la Armada Bolivariana en particular, debido a que no sólo rescata la memoria de una parte muy interesante y desconocida de nuestra historia militar, sino que contiene importantes lecciones estratégicas y geopolíticas que siguen vigentes en el siglo XXI. Al rescatar su historia, y cómo afectaron a la Armada y al país, rescatamos con ella las lecciones del pasado. Podremos aprender como la presencia de significativos buques de combate reforzó el ejercicio de la soberanía nacional en nuestro espacio marítimo, además de provocar la modernización de la institución, y su 10


fortalecimiento en general. Así, además de recuperar parte de nuestra historia, reforzando nuestra identidad, también recuperaremos lecciones estratégicas del pasado, que son de gran importancia para el presente y el futuro. En relación con la Doctrina de Seguridad y Defensa Integral de la Nación, podemos explicar que este trabajo nos lleva a comprender la importancia de contar con una Armada – específicamente una escuadra o flota de combate – capaz de defender los intereses de la nación mediante su capacidad de proyección, y ejercer la soberanía nacional hasta en el último punto de nuestro espacio marítimo, siendo además la primera línea de defensa contra cualquier agresión de la que pudiera ser objeto la República. Entre los centros de documentación utilizados por el autor se encuentran la Academia Nacional de la Historia, el Archivo General de la Nación “Generalísimo Francisco de Miranda”, el Archivo de la Asamblea Nacional, el Archivo Histórico de Miraflores, el Archivo de la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Armada Bolivariana, la Biblioteca “CN Armando de Pedraza” (especializada en temas navales) y el Museo Naval “Ana María Campos”. Respecto a las fuentes utilizadas para este trabajo podemos mencionar entre las del tipo bibliográfico Mar de Leva del Contralmirante Ricardo Sosa Ríos, Del Porteñazo al Perú del Capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales, Latin America. A Naval History 1810 – 1987 de Robert L. Scheina, Golpes de Estado en Venezuela de Jesús Sanoja Hernández y la enciclopedia All the world´s fighting ships 1947 – 1982. Part II: The Warsaw Pact and Non-Aligned Nations, entre muchas otras consultadas. Entre las fuentes hemerográficas podemos mencionar los diarios El Nacional, El Universal y Ultimas Noticias, utilizados para cubrir los grandes eventos nacionales en los que participaron los buques, además de las publicaciones periódicas de la Armada y la Fuerzas Armadas Nacionales de entonces, tales como la Revista de las Fuerzas Armadas, la Revista de la Armada y la revista El Galeón. De las fuentes documentales resaltan las Memoria y Cuenta del Ministerio de Defensa, los Libros Amarillos del Ministerio de Relaciones Exteriores y demás documentos internos de la Armada relacionados con los buques. Cabe destacar que en el curso de la investigación los Diarios de Navegación y Puerto de los destructores Clase “Nueva Esparta” y otras unidades flotantes desincorporadas fueron hallados en los depósitos de la Imprenta Naval en el Sector “23 de 11


Enero” de la ciudad de Caracas, pero los mismos no están aún accesibles para el público. A la fecha en que se terminó de redactar este trabajo, dichos diarios estaban siendo preparados para ser trasladados al Archivo General de la Nación. El Objetivo General de esta investigación es el estudio de la historia de los destructores Clase “Nueva Esparta”, a fin de valorar el impacto generado en el desarrollo de la Armada como institución y rescatar su memoria; mientras que los Objetivos Específicos son: 1) Valorar en su contexto histórico la adquisición de los destructores Clase “Nueva Esparta”, a fin de rescatar las lecciones pertinentes para la Armada Bolivariana y la FANB en general, 2) Estudiar la historia operacional de los destructores clase “Nueva Esparta”, a fin de recuperar su memoria, como homenaje a los propios buques y sus tripulaciones, y 3) Determinar el impacto que los destructores Clase “Nueva Esparta” tuvieron en la modernización y profesionalización de la Armada y cómo posicionaron a Venezuela en el equilibrio estratégico de la región. Respecto a los antecedentes al presente trabajo, podemos decir que aunque no existen publicaciones expresamente centradas en la historia de esta clase de buques de la Armada Bolivariana, se pueden mencionar, sin embargo, los diversos trabajos de la historiadora Hadelis Jiménez y del Capitán de Navío Tomás Mariño Blanco referidos a la historia de los buques de guerra de Venezuela, aunque estos trabajos son mayormente una recopilación anecdótica de buques y tripulaciones, sin llegar a estudiar el impacto en la institución o la nación. En el caso particular de la historiadora Hadelis Jiménez, se trata más de obras sobre una historia general de la Armada, que pasa a vuelo rasante sobre el desarrollo de la escuadra de combate; mientras que los trabajos del CN Tomás Mariño Blanco se centran en la historia de varios buques de diversas épocas, pero con un enfoque más técnico acerca de las embarcaciones, sin llegar a trabajar cómo se relacionaron éstas con su contexto de la institución y el país. Estudios más profundos sobre buques, o grupos de buques de la Armada, son los realizados por Carlos Hernández, Delso López y Ramón Rivero Blanco, sobre los destructores “Carabobo” y “Falcón”, las corbetas clase “Constitución” (no confundir con los posteriores patrulleros misilísticos) y los cañoneros “General Urdaneta” y “General Soublette”.

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La historia de los destructores Clase “Nueva Esparta” es larga: estuvieron al servicio de la República durante tres décadas llenas de grandes acontecimientos que marcaron la historia contemporánea del país. Sus orígenes se remontan a la Segunda Guerra Mundial, cuando quedó manifiesta la vulnerabilidad y debilidad de Venezuela por mar, evidenciada en el Bloqueo Anglo-Ítalo-Alemán de 1902-1903. Tras aquel “susto” a la clase política venezolana, el gomecismo se puso de espaldas al mar nuevamente, contentándose con el control interno del país y olvidando las serias amenazas venidas del exterior. Eso nos lleva a los ataques de submarinos alemanes en aguas cercanas a Venezuela en 1942 y la activa presencia norteamericana en nuestro mar como consecuencia. Sin olvidar el menos difundido asunto del tratado fronterizo con Colombia de 1941, en el que el país vecino amparado en una manifiesta superioridad militar nos impuso una nueva amputación territorial.1 Pero una reacción estaba por llegar... En 1948 un grupo de militares pertenecientes a la Unión Patriótica Militar, y liderados por Marcos Pérez Jiménez y Carlos Delgado Chalbaud, entre otros, derrocan al presidente Rómulo Gallegos, poniendo punto final al experimento político de Acción Democrática. Esta cofradía de militares que tomaron el poder en Venezuela tenía una interesante agenda política, marcada por la búsqueda del desarrollo material del país, especialmente de las Fuerzas Armadas, un nacionalismo fuerte y la defensa a ultranza de la soberanía e integridad territorial del país, recientemente lesionada por el tratado de límites entre Venezuela y Colombia de 1941. En dicho tratado Venezuela terminó de perder la península de la Guajira, además de abrir la puerta a más avances colombianos en el Golfo de Venezuela, hacia el archipiélago de Los Monjes y en los ríos fronterizos. Cuando López Contreras fue interpelado por el Congreso Nacional por haber aceptado tal tratado, alegó coacción militar colombiana. Y es que en ese momento Colombia superaba a Venezuela en pie de fuerza en más de 2 a 1, además de una ventaja aún más amplia en aviación y artillería, sin contar la experiencia de haber derrotado a Perú en un conflicto armado en los años 30.2 1

Nieves-Croes, Francisco Javier. “El Derecho Internacional Venezolano en la Segunda Guerra Mundial: Los Aspectos Territoriales” en Venezuela y la Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945. 2

Ídem

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Justamente ese tratado, aceptado por el gobierno del General Eleazar López Contreras y luego por el del General Isaías Medina Angarita, fue una de las razones esgrimidas por este grupo para el derrocamiento de Medina Angarita en 1945. Luego, alegando el “sectarismo” adeco y su pretensión de politizar las Fuerzas Armadas, también derrocaron a Rómulo Gallegos. Por aquellos años, Venezuela había adquirido cierta cantidad de material bélico de segunda mano, desecho de la Segunda Guerra Mundial, que si bien era un avance frente a lo adquirido en las décadas anteriores, aún era insuficiente para defender la soberanía nacional frente a las amenazas que se cernían sobre ella. Para finales de los años 40, la espina dorsal de la escuadra de combate venezolana la constituían seis corbetas de la Clase “Flower”, de fabricación canadiense, que habían demostrado su eficacia para la guerra antisubmarina en la pasada conflagración mundial, pero que habían sido entregadas a Venezuela en pésimas condiciones, además de estar quedando obsoletas y no ser suficientes para equilibrar la balanza frente a las pretensiones territoriales colombianas, amparadas en unas fuerzas armadas bien equipadas. Pero el nuevo gobierno militar ya tenía planes para eso, y justamente el Capitán de Fragata Oscar Ghersi Gómez, Comandante de las Fuerzas Navales, presentó un plan hacia 1949 que contemplaba la adquisición de varios destructores y submarinos, un crucero de batalla y un portaaviones3. Es en ese contexto que se comienzan los trámites para adquisición de los Destructores Clase “Nueva Esparta”. El tiempo no tardó en respaldar la visión de rearme de la Junta Militar, pues en 1952 Venezuela encaró de nuevo a Colombia en la Crisis de Los Monjes. Colombia mostró más claramente sus pretensiones sobre el archipiélago, llegando a realizar prácticas de tiro en el mismo y a enviar a sus unidades flotantes más destacadas. Fue necesaria entonces una respuesta militar venezolana de magnitud mayor, marcada por el envío de infantes de marina, cuatro corbetas y el uso de aviones para disuadir al país vecino y zanjar definitivamente el asunto de Los Monjes de forma beneficiosa para Venezuela.

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Ghersi Gómez, Oscar Emilio. “Modernización de la Armada desde el 30 de marzo de 1947 hasta el 10 de enero de 1958” en Revista de la Armada. Caracas, 24 de junio de 1986, Nº 10, p. 44

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Ahora bien, ¿qué es exactamente un destructor?... Llegados a este punto, se hace necesario definir ciertos términos. Comencemos con “destructor”. El Diccionario Militar, Aeronáutico, Naval y Terrestre define destructor como:

“el buque de guerra – llamado también cazatorpedero o contratorpedero y a la inglesa, ―destroyer‖ – de pequeño porte y rápida marcha que acompaña a las escuadras y realiza por sí misiones secundarias en la guerra naval, con el torpedo como armamento característico.”4

Sin embargo, este concepto no se adapta para los nuevos destructores diseñados tras la Segunda Guerra Mundial, como la Clase “Nueva Esparta”, que superaba las 2500 toneladas de desplazamiento y tenía como principal armamento cañones de 114 mm. Otra definición más genérica del destructor es que se trata de un buque de guerra rápido, mayor que una fragata y menor que un crucero. Este concepto tan poco específico tampoco nos sirve para definir de forma precisa a los buques objeto del presente estudio. Se hace entonces preciso explicar algunas cuestiones relacionadas con la clasificación de los buques de guerra en tipos y clases. Desde antes de la aparición de los buques a vapor, las naves – de guerra o mercantes – se han clasificado en diversos tipos según su tonelaje, armamento, propósito, etc. Los tipos de buques de guerra vigentes en la segunda mitad del siglo XX evolucionaron a partir de tipos aparecidos entre finales del siglo XIX y pocos años antes de la Segunda Guerra Mundial. A finales del siglo XIX se perfeccionó un tipo de buque impulsado por vapor pequeño, ligero y rápido, armado con torpedos autopropulsados que se reveló como una amenaza terrible para los mastodónticos acorazados y cruceros, los hasta entonces reyes del mar; esos buques eran los torpederos. Para dar caza a esta nueva amenaza, se diseñaron barcos ligeros y rápidos, bien armados, capaces de perseguir y destruir a los torpederos, de donde proviene el nombre de “destructor”. Con el desarrollo de los submarinos y la aparición de la aviación naval y los portaviones, los destructores recibieron la misión de 4

Cabanellas, Guillermo. Diccionario militar, aeronáutico, naval y terrestre. Tomo II, p-329

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escoltar por una parte a estos últimos, dotándoseles de armamento antiaéreo y antisubmarino; y por la otra, los convoyes de buques mercantes para asegurar el normal funcionamiento del Estado. Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se reveló, en primer lugar, la vulnerabilidad de los grandes acorazados y cruceros ante las nuevas armas (el submarino y el avión) y en segundo lugar, que lo primordial en la nueva guerra naval serían por una parte los portaviones y su defensa, los destructores empezaron a ganar tonelaje y armamento, en una lenta transición que los llevó hasta los actuales destructores de la OTAN, Rusia y China: medianamente grandes, y poderosamente artillados con misiles. En los años 50, cuando son construidos los destructores Clase “Nueva Esparta”, se están dando los primeros pasos para convertir a los destructores en buques multipropósito que no sólo escolten a los buques más grandes, sino que asuman mayor variedad de tareas. Concluyendo, ¿Qué se entiende entonces por “destructor” en la época en que fueron adquiridos por Venezuela los destructores clase “Nueva Esparta”?... Se entiende como un buque de tonelaje mediano-alto (sin llegar a las dimensiones de un crucero), dotado con una variedad de armas tal que le permita cumplir diversas misiones tales como combate superficie – superficie, defensa antiaérea y guerra antisubmarina; teniendo como principal propósito sostener el mayor peso de la lucha contra el enemigo. Este concepto nos resulta mucho más cercano a la Clase “Nueva Esparta” y es como definimos “destructor” para este trabajo. Se hace preciso definir que es una “clase” de barcos. Los buques de guerra por lo general no son piezas únicas, sino que son construidos en series que pueden variar entre 2 o 3 hasta más de 100 unidades. A una serie de buques con igual diseño y características, construidos en secuencia planificada, se le denomina “clase”, y la misma suele llevar el nombre del primer buque construido o que entró en servicio para la armada o marina que los encarga o adquiere. Para este trabajo, se entiende como “Clase Nueva Esparta”, la serie de buques de guerra encargados por el Gobierno de Venezuela a la compañía VickersArmstrong of Barrow-in-Furness, entre 1951 y 1952, y recibidos entre 1953 y 1956, que tuvieron las denominaciones “D-11 “Nueva Esparta””, “D-21 “Zulia”” y “D-31 “Aragua””, y que sirvieron en el componente naval de las Fuerzas Armadas Nacionales de Venezuela 16


(entiéndase “Fuerzas Navales”, “Marina de Guerra” o “Armada”, según los nombres que recibió en el período estudiado) entre 1953 y 1978. Para efectos de este trabajo llamaremos “impacto” a todos aquellos efectos o consecuencias que los destructores Clase “Nueva Esparta” produjeron en la Armada y en el Estado venezolano. En cuanto a la institución, nos referimos a cómo la mencionada clase de buques afectó el desarrollo del componente naval de la FAN entre 1953 – 1983, es decir, qué infraestructuras generaron y/o debieron modificarse por y/o para ellos, qué cambios produjeron a nivel de doctrina, estrategia y tácticas, y cómo afectaron la formación y capacitación del personal de la institución; especialmente del destinado a tripularlos. Respecto al país, nos referimos al efecto que los buques objeto de estudio tuvieron en el poder naval venezolano en los años considerados, y cómo colocaron a Venezuela en el equilibrio regional de fuerzas, cómo afectaron la capacidad del Estado venezolano para ejercer su soberanía en el espacio marítimo y cuál fue su participación – y la de sus tripulaciones – en los principales acontecimientos internos y externos que vivió el país, tales como la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, las rebeliones de “El Carupanazo” y “El Porteñazo”, la “Cuarentena” a Cuba de 1962, los ejercicios UNITAS, etc. Los métodos utilizados fueron el explicativo, propio de la investigación documental teórica, descrito por Fidias Arias y Luis Peña en sus obras respectivas. Esto referido al método específico para recopilar, procesar y analizar la información; y el “tucididiano”, basando en el análisis de los hechos históricos una vez reconstruidos estos mediante la investigación Pero además de métodos clásicos de la investigación documental, se hizo uso de disciplinas técnicas auxiliares como la talasopolítica, las relaciones internacionales, o las ciencias navales, a fin de hacer una exégesis de talante hermenéutico que nos permita a través de la interpretación llenar los vacíos de información relacionados con la historia de esos buques y su impacto en el país. Esto con el propósito de poder llevar a cabo un estudio completo de los destructores Clase “Nueva Esparta”, que fuera desde el propio análisis técnico de los mismos como sistemas de armas, hasta su impacto en la posición de Venezuela en el equilibrio naval regional en el período señalado.

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Capítulo I: Contexto histórico de la adquisición de los destructores clase “Nueva Esparta” y su estudio técnico

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I) Contexto histórico de la adquisición de los destructores clase “Nueva Esparta” y su estudio técnico La adquisición de cualquier sistema de armas por parte de cualquier país – sobre todo si se trata de toda una clase de buques de guerra – es una decisión compleja, que obedece a razones y objetivos de Estado de diversa índole, que a su vez vienen determinados por un contexto político – nacional, regional y mundial –, económico y social. Es decir, es una decisión que sólo puede entenderse y explicarse en su contexto. Estudiaremos entonces el contexto histórico que enmarca y explica la adquisición de los destructores Clase “Nueva Esparta”; abordando, en primer lugar, el contexto mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial, el contexto regional y las amenazas a Venezuela; en segundo lugar, el contexto político interno marcado por el nuevo gobierno de la Junta Militar; en tercer lugar, el estado del arte de la guerra naval en los años 50 y finalmente el estudio técnico de los buques mismos. Todos estos enfoques separados nos darán un cuadro general que nos llevará a entender cómo se dio, y por qué se decidió adquirir los destructores Clase “Nueva Esparta”.

A) Contexto estratégico mundial. De la Segunda Guerra Mundial a la Guerra Fría y el nuevo derecho del mar

La Segunda Guerra Mundial había llegado a todos los continentes, llenándolos de muerte y devastación, salvo a uno: América. La primera razón que explicaría esa realidad es la “insularidad estratégica” del continente americano, efectivamente resguardado tras los dos mayores océanos de la Tierra, el Atlántico y el Pacífico. Fue gracias al control de estos dos océanos que los Aliados pudieron encerrar en las masa continental euroasiática a las potencias del Eje y finalmente vencerlas, y no en vano las dos mayores amenazas que el Eje proyectó hacia los Aliados fueron la guerra submarina alemana en el Atlántico y la expansión marítima inicial de los japoneses en el Pacífico, es decir los dos únicos intentos serios del Eje por tomar el control de los mares. 19


De esta forma, Estados Unidos, potencia naval desde inicios del siglo XX, sucesor de la hegemonía marítima que el Imperio Británico había tenido desde la batalla del Estrecho de Los Santos en 17825 y gran ganador de la guerra; fue plenamente consciente de la importancia geopolítica – o deberíamos decir talasopolítica – del mar en el nuevo orden mundial. Así, Estados Unidos fue impulsor de toda una serie de reformas y cambios de lo que pasaría a denominarse Derecho Internacional del Mar asegurándose con ello una posición hegemónica; base irremplazable de su poderío a escala mundial. Al mismo tiempo, los norteamericanos buscaron solidificar su liderazgo y hegemonía en América, pasando de la antigua “Fortaleza América”6 pensada para resistir un eventual ataque alemán – y en mucha menor posibilidad japonés – a una nueva estructura política, jurídica y militar que uniera el continente bajo su égida, marcada por la Organización de Estados Americanos y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, pensada para blindar América contra el nuevo enemigo: la Unión Soviética. A su vez, Venezuela cobró conciencia sobre su propia vulnerabilidad en materia de defensa, especialmente en sus espacios marítimos, a raíz de la actividad de submarinos alemanes en sus aguas territoriales, lo que trajo como consecuencia la previsible actividad militar norteamericana y británica en dichas aguas, quedando comprometida así la soberanía venezolana, debido a la incapacidad del Estado venezolano para ejercerla en su espacio marítimo. Este despertar del Estado venezolano condujo a una participación activa del país en la construcción del nuevo Derecho del Mar y a una preocupación por fortalecer sus fuerzas navales.

1) La herencia de la Segunda Guerra Mundial y el control norteamericano de los mares Es un hecho harto conocido que tras el final de la Segunda Guerra Mundial el planeta quedó dividido en dos bloques opuestos y antagónicos, el capitalista liderado por 5

Mahan, Alfred. T. Influencia del Poder Naval en la Historia 1660 – 1783 (Tomo II), p. 611 – 661.

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Bacalao Römer, Isabel. “La Navegación Fluvial Internacional. Posición de Venezuela” en Política Internacional, N° 15, p.8 – 13.

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Estados Unidos, y el comunista liderado por la Unión Soviética. En este sentido Boersner expresó: “Apenas vencidos Alemania y Japón, volvió a estallar el inevitable antagonismo entre los sistemas capitalista y socialista, combinado con la tradicional rivalidad internacional entre rusos y anglosajones. La guerra había dejado grandes ―vacíos de poder‖. Por el momento, el gran peso político, económico y militar de Alemania había desaparecido del mapa. Inglaterra, victoriosa pero extenuada, había perdido su rango de primera potencia y no era capaz de mantener su dominación sobre su vasto imperio. Francia había descendido aún más dramáticamente. Estados Unidos, en cambio, había subido al primer puesto entre los imperios del mundo: sin haber sufrido destrucciones en su propio territorio, e inmensamente fortalecido en los planos económico, político y militar, luego de breves vacilaciones, fue asumiendo el papel – anteriormente desempeñado por los británicos – de guardianes y dominadores de los mares. La URSS por su parte, no obstante haber perdido veinte millones de habitantes y la casi totalidad de su industria al oeste de los Urales, poseía los recursos humanos, materiales, morales e intelectuales necesarios para ocupar el puesto de segunda potencia del mundo con la expansión y el fortalecimiento de su control sobre gran parte de Eurasia. Se inició por rápidas etapas el proceso de deterioro de la Gran Alianza y de marcha hacia la Guerra Fría: confrontación entre el capitalismo y el socialismo y, al mismo tiempo, pugna entre dos grandes potencias que, por la forma, aunque no por el contenido social de su conflicto, continuaron las estrategias trazadas en el pasado por el Imperio Británico y la Rusia Zarista, respectivamente.”7

Si bien siempre son referidos con detalle los hechos que condujeron a la Guerra Fría, y más aún aquellos que la marcaron; esta disputa por la hegemonía mundial entre estadounidenses y soviéticos ha sido menos estudiada en Venezuela desde la perspectiva del mar. La Segunda Guerra Mundial no sólo propulsó grandes avances en la ciencia, la técnica y el arte de la guerra naval en sí mismos, sino que al estudiarla a nivel estratégico podemos afirmar que en buena medida se decidió, en primer lugar, gracias al 7

Boersner, Demetrio. Relaciones Internacionales de América Latina, pp. 285 - 286

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mantenimiento de un ciclo de producción que permitió el sostenimiento de las frentes de combate y, en segundo lugar, gracias al mantenimiento de las líneas de comunicaciones marítimas. Fue crucial el hecho de que Gran Bretaña – con el invalorable apoyo de Estados Unidos – lograra mantener cierto grado de control del Atlántico norte, el Mediterráneo y las rutas de abastecimiento hacia la Unión Soviética a manos del Eje; así como también habría sido imposible la victoria aliada sobre Japón sin unas poderosas fuerzas navales. Evidentemente todas las potencias vencedoras del conflicto aprendieron la importancia de ejercer un importante grado de control de las líneas de comunicaciones marítimas en el marco de un conflicto planetario; siendo esto parte de las explicaciones de por qué la Unión Soviética – un país sin casi tradición naval moderna – emprendiera justo después de 1950 un intenso programa de desarrollo naval. Sólo así podría la URSS mantener firme su “fortaleza euroasiática” ante el poder naval norteamericano, además de aspirar a disputarle efectivamente la hegemonía mundial. Por su parte, EE.UU., fiel a sus líneas maestras geopolíticas, siguió apoyándose en su poder marítimo, su geopolítica desde el mar, su talasopolítica; para controlar el mundo. Dentro de esa política de dominio mundial basado en el dominio de los mares, existían – y existen hasta hoy – dos principios casi sagrados para los estadounidenses: a) Conservar y aprovecharse de la “insularidad estratégica” de su territorio, a salvo en la “Fortaleza América”; y b) Mantener la hegemonía exclusiva en América Latina, la base material de su poder. Al observar detenidamente mapas políticos ambientados entre 1950 y 1991, que muestren la tendencia político-ideológica de los países, nos damos cuenta que las naciones comunistas o regímenes aliados a la URSS estuvieron casi todos en Europa Oriental, Medio Oriente, África o Asia, y nunca al oeste del límite entre las dos Alemanias, con la notable excepción de Cuba, y ya tardíamente de la Nicaragua sandinista. Es decir, EE.UU. logró establecer una verdadera “muralla atlántica” ante la expansión del comunismo, que sólo fue fisurada con el caso cubano. Y más que una “muralla atlántica”, podríamos hablar de una “muralla oceánica” con puntos avanzados más allá de los océanos Atlántico y Pacífico, que aseguraran la orilla opuesta de cada uno, y por tanto la insularidad estratégica del continente americano y de Estados Unidos. En el caso del Atlántico, el punto avanzado fue la OTAN, y el del Pacífico lo fueron Japón, Corea del Sur, Taiwán y Australia. No en vano la “Seguridad Hemisférica” fue un recurso permanente en el discurso de los gobiernos 22


norteamericanos durante toda la Guerra Fría, e incluso hoy en día. La lógica sobre la cual se basó el establecimiento de lo que hemos denominado “muralla” fue lo que se conoció como estrategia de contención, preconizada por Nicholas Spykman, basada en el establecimiento de un Rimland (Anillo Exterior) frente a un Heartland (Anillo Interior) dominado por la URSS.8

2) El sistema panamericano y evolución del derecho del mar ¿Cuál fue entonces la manera en que Estados Unidos aseguró su hegemonía en el continente americano?, ¿hasta dónde se remonta esa estrategia?... La respuesta a ambas la encontraremos en la Doctrina Monroe, esbozada por primera vez en 1823, y consolidada en las Conferencias Panamericanas realizadas bajo liderazgo norteamericano desde 1889, con la participación de las jóvenes repúblicas latinoamericanas. La primera Conferencia Panamericana (1889-1890) en Washington fue iniciativa de Estados Unidos para incrementar su tráfico comercial con Sudamérica, apropiándose con ello del pensamiento bolivariano, enmarcado en el Congreso Anfictiónico de Panamá. Siguieron la de 1901 en Ciudad de México, la de 1906 en Río de Janeiro, la de 1910 en Buenos Aires que estableció la Unión Panamericana, la de 1923 en Santiago de Chile, la de 1928 en La Habana, la de 1933 en Montevideo, la de 1936 en Buenos Aires, la de 1938 en Lima, la Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y de la Paz, en marzo de 1945 en Chapultepec (México); la Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente, en Río de Janeiro en 1947, donde se establecieron las bases del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) o Tratado de Río; la Conferencia Panamericana de 1948 en Bogotá, en la que se creó la OEA, y la de 1954 en Caracas, que cerró el proceso. En esta última conferencia se hizo énfasis en finalizar el colonialismo en el continente, y se aprobaron políticas comunes contra actividades subversivas. Es decir, se colocaron las bases definitivas contra la expansión del comunismo 8

Sempa, Francis. “Spykman World´s” en American Diplomacy. Disponible en: http://www.unc.edu/depts/diplomat/item/2006/0406/semp/sempa_spykman.html (Revisado online el 24 de febrero de 2015 a las 02:47 pm). Ver también: Chaliand, G. The Art of War in World History. From Antiquity to Nuclear Age.

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en América y la subordinación del continente a la hegemonía de Estados Unidos. Junto a estas conferencias también nos interesan las Reuniones de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, realizadas en Panamá en 1939, La Habana en 1940, y Río de Janeiro en 1942. De todas estas conferencias, nos conciernen fundamentalmente la VII Conferencia Panamericana de 1933 en Montevideo, porque fue la primera en América en donde se trató de dar respuesta al problema de la delimitación del espacio marítimo de los países; la I Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de 1939 en Panamá, porque estableció un perímetro de seguridad alrededor del continente americano que fue la base para el derecho marítimo posterior; la Conferencia de Río de Janeiro de 1947 por el establecimiento del TIAR y la de Bogotá en 1948 por la creación de la OEA. Todas ellas fueron cruciales en el establecimiento de un “orden a la norteamericana” en el continente. Buena parte del orden político regional de comienzos de la década de los años 50 se estableció en estas conferencias. Revisamos lo que dice el Dr. Kaldone G. Nweilhed:

“La séptima Conferencia Internacional Americana reunida en 1933 en Montevideo… …declaró que no consideraba posible, en ese momento, formular un proyecto de Tratado Interamericano respecto al mar territorial. Con la irrupción de la Segunda Guerra Mundial en Europa, seis años después, las repúblicas americanas celebraron su Primera Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores en la misma Ciudad del Istmo, que sirviera de asiento al Congreso Anfictiónico de Bolívar. De esa reunión salió la conocida Declaración de Panamá, un documento sui géneris en el Derecho Internacional, el cual si bien recogía una anterior declaración, que anunciaron durante la Primera Guerra Mundial Brasil, Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Colombia, en el sentido de llamar a los beligerantes a abstenerse de llevar las hostilidades muy cerca de sus costas, tuvo el carácter sin parangón de declarar una Zona de Seguridad de 300 millas alrededor del Continente con la exclusión del Canadá. La Declaración, cuya idea se atribuya al Presidente Roosevelt, delimitaba la zona con precisión cartográfica y erigía un cinturón marítimo en forma poligonal en donde el Mar Caribe – con excepción de los bolsillos alrededor de las colonias insulares europeas – caía enteramente adentro. 24


Las repúblicas americanas pretendían mantener esa zona libre de las hostilidades, al tratar de obtener de los beligerantes la observación de los principios de la Declaración. Estos, señala Charles Rousseau, hicieron caso omiso, ya que el Derecho Internacional tradicional no los obliga a respetarla. Brasil, al tiempo que lanzó su primera cruzada en pro de los ―Océanos que nos rodean donde está la suerte futura de nuestras soberanías‖, bautizó este concepto, en Declaración aparte, con el nombre de Mar Continental y prometió defenderlo. Se ha tratado de establecer una especie de continuidad entre la Zona de Seguridad, o Mar Continental, de la Declaración de Panamá y el área de seguridad delineada en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, mejor conocido como el Tratado de Río de 1947. Este Tratado, si bien reconoce una extensa área de polo a polo, señalada con exactitud geográfica (la cual coincide con el llamado Mar Continental de 1939), lo hace en función de un pacto de defensa entre los países miembros del sistema americano y no en función de jurisdicción marítima alguna.”9

Como puede verse claramente, en la reunión de Panamá de 1939, aunque buscaba establecer una zona de seguridad alrededor del continente americano, terminó por crear los principios de una doctrina jurídica que acabaría imponiéndose al cabo de unas décadas. Las tesis de mar cerrado, defendidas por aquellas naciones más débiles militarmente contra las grandes potencias marítimas, avanzaba de forma significativa, y Venezuela necesitaría una Armada capaz de ocupar efectivamente el espacio marítimo que el derecho empezaba a reconocerle.10 Venezuela ya no sólo podía limitarse a defender su fachada costera, tal y como se había hecho bajo el paradigma militar reinante hasta el gomecismo, sino que a la luz de la 9

Kaldone G. Nweilhed. La Vigencia del Mar, pp. 394 – 396.

10

ACTA FINAL DE LA REUNIÓN DE CONSULTA ENTRE LOS MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES DE LAS REPÚBLICAS AMERICANAS DE CONFORMIDAD CON LOS ACUERDOS DE BUENOS AIRES Y DE LIMA en http://legislacion.asamblea.gob.ni/Instrumentos.nsf/d9e9b7b996023769062578b80075d821/306a3e60b2d724 a0062577040079858e?OpenDocument&ExpandSection= (Descargado online 1 el 18 de junio de 2014 a las 03:26 pm.)

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experiencia de la Segunda Guerra Mundial – durante la cual las aguas venezolanas estuvieron infestadas de submarinos alemanes, siendo además escenario de incontables combates entre fuerzas submarinas alemanas y antisubmarinas aliadas, además de haber sido buques venezolanos, o con tripulaciones venezolanas, blanco de ataques 11 –, y del nuevo derecho marítimo que estaba naciendo; se hacía necesario que el Estado venezolano hiciera presencia efectiva en sus aguas territoriales si quería conservarlas. Aunado con todos los cambios que se iban dando en tan poco tiempo en lo relativo al derecho marítimo dentro del sistema interamericano establecido por Estados Unidos, tenemos otro hecho ocurrido fuera de éste, que también moldearía a futuro el derecho del mar: la “Declaración Truman” del 28 de septiembre de 1945.

“Se considera generalmente que el punto de origen de la evolución jurídica de la Plataforma Continental es la llamada ―Declaración Truman‖, dada a conocer por el gobierno de los Estados Unidos el 28 de septiembre de 1945 (inmediatamente luego de concluida la Segunda Guerra Mundial) en la que se hacía mención a los ―recursos naturales del subsuelo y del lecho marítimo de la Plataforma Continental bajo el alta mar‖. Este concepto de ―recursos naturales‖ (sumado al también mencionado en la declaración de ―contigüidad‖) es una de las bases políticas de la iniciativa estadounidense. La declaración indicaba que estos ―recursos naturales‖ ―estarían sujetos‖ a la ―jurisdicción y control‖ de los Estados Unidos. Es decir, que los recursos cuyo status jurídico anterior era indefinido o res nullius, ahora se encontrarían bajo la potestad de un Estado. Se debe señalar algunos elementos de esta declaración de 1945 que hicieron su camino y están hoy consagrados en la Convención del Derecho del Mar: la mención a los recursos, al lecho y al subsuelo, la adyacencia a la costa, la reafirmación del régimen de alta mar y la necesidad de delimitar la plataforma con otros Estados. Otros, como el concepto de ―contigüidad‖, el

11

Farage Dangel, Luis. “Operación Neuland: Las acciones navales emprendidas por submarinos alemanes en aguas jurisdiccionales venezolanas, 1942 – 1944” en Venezuela y la Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945, pp. 249 – 271.

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de ―jurisdicción y control‖ o el criterio de ―explotabilidad‖, evolucionaron o fueron remplazados.”12

Como se sabe e indicaremos seguidamente epígrafe, el primer acto de apropiación de áreas marinas y submarinas lo constituyó el Tratado del Golfo de Paria de 1942 entre Venezuela y el Reino Unido. Volviendo al punto que nos ocupa ahora; Estados Unidos le dijo al mundo que de forma unilateral ampliaría su jurisdicción sobre el mar hasta abarcar la Plataforma Continental, a fin de asegurarse la posesión y explotación exclusiva de las riquezas que se encuentren en el lecho marino y su subsuelo. Evidentemente esto generó en poco tiempo que más países tomaran la misma decisión, iniciándose una verdadera carrera por hacer efectiva estas nuevas medidas, y consagrándose así – de facto – un nuevo principio jurídico en el derecho, como lo son los actos unilaterales de los Estados. Obviamente, para cumplir este objetivo, muchos países tendrían que incrementar las capacidades de sus respectivas armadas.

3) El Decreto de Aguas Territoriales de la República de 1939 y la Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas en el Golfo de Paria, 1942. No sólo Estados Unidos sentó precedente jurídico de forma unilateral y autónoma en lo referente a delimitación de sus espacios marítimos y afirmación de su soberanía en los mismos. De hecho, Venezuela dio dos pasos similares y más concretos, ya que se trataba de un decreto del Ejecutivo Nacional, en primer lugar, y no de una simple declaración, seis años antes que Estados Unidos. Revisemos lo que el experto en derecho del mar, Francisco Javier Nieves-Croes reflexiona sobre este decreto:

12

Ricardes Raúl, “La Plataforma Continental y la Política Exterior de la República Argentina” (Ponencia presentada en el Ciclo Anual de Conferencias sobre los Intereses Marítimos de la República Argentina y la Defensa Nacional “Almirante Storni”, organizado por el Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa “Manuel Belgrano”) Disponible en: http://storni.wordpress.com/jornada-del-24-de-junio-plataformacontinental/la-plataforma-continental-y-la-politica-exterior-de-la-republica-argentina/ (Revisado online el 29 de junio de 2014, a las 05:59 pm)

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“El ―Decreto por el cual se fijan por Aguas Territoriales de la República, de acuerdo con los Convenios Internacionales relativos a los Derechos y Deberes de los Estados Neutrales y de las Leyes, Decretos y Resoluciones concernientes a la Neutralidad de Venezuela, las en él expresadas‖, publicado en la Gaceta Oficial Nº 19.981 del 16 de septiembre de 1939, fue la norma primigenia en la cual, por primera vez en su historia, Venezuela fijaba la extensión de su dominio marítimo conforme al Derecho Internacional de la época…. …En el artículo 1º se fija la extensión del mar territorial de la República en tres millas náuticas, equivalentes a cinco kilómetros y 556 metros, las cuales se medirán a partir de la línea de la más baja marea, a lo largo de las costas continentales e insulares de la República… …no existía acuerdo en la comunidad internacional con relación al uso de kilómetros o millas a utilizarse como unidad de medida del mar territorial. Tampoco existía un acuerdo relativo a la línea de base y el método para determinarla y sin embargo, los redactores escogieron las medidas y métodos que mayor aceptación había tenido en la Conferencia de Codificación del Derecho Internacional de La Haya en 1930… El establecimiento en el artículo 3º de lo que hoy se denomina zona contigua, fue un verdadero movimiento de avanzada del Estado venezolano en ese momento. Si bien la naturaleza y extensión de la zona contigua se venía discutiendo por la doctrina y en algunas reuniones internacionales, no se había llegado a un acuerdo más o menos universal en cuanto a la misma. De hecho las grandes potencias marítimas, con la Gran Bretaña, no veían con buenos ojos su establecimiento.”13

Aunque si bien en el terreno de los hechos, a Venezuela aún le faltaba mucho para poder afirmar efectivamente su soberanía en el mar afuera, se había dado un paso importante en esa dirección. Era además, un paso acorde con las tesis que iban dominando en el derecho del mar a nivel mundial, y que convertía a nuestro país en pionero dentro de estas nuevas corrientes. La posterior Declaración Truman no hizo sino reforzar la posición venezolana y la de otros países con puntos de vista e intereses similares. Este decreto

13

Nieves-Croes, Francisco Javier. “El Derecho Internacional Venezolano en la Segunda Guerra Mundial: Los Aspectos Territoriales” en Venezuela y la Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945, pp. 181 - 182

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explica el importante rol desempeñado por Venezuela en la Conferencia de Ginebra de 1958 al frente de la Cuarta Comisión junto con Ceilán y Ghana, que se ocupó justamente del tema de la Plataforma Continental.14 De nuevo, citamos a Nieves-Croes, quien valora significativamente el impacto de este decreto:

“Al Decreto de 1939, no se le ha hecho verdadera justicia como la norma, no solamente originaria en cuanto a Derecho del Mar se refiere, sino contentiva de las más avanzadas concepciones de esta rama del Derecho Internacional. En un escueto instrumento jurídico que, mecanografiado, no lleva más de una cuartilla, se establecieron las bases completas del régimen jurídico de los espacios marítimos de Venezuela colocando a nuestro país a la cabeza de la comunidad internacional en el Derecho del Mar, que por muy incipiente que fuera, representaría hacia el futuro una de las áreas de mayor expansión de los Estados.”15

Sin embargo, sin menoscabar la importancia del sustento jurídico que el decreto de 1939 le aportó a Venezuela para ejercer efectivamente su soberanía en los espacios marítimos que le corresponden, y sin sub valorar la importancia del marco jurídico internacional en la materia al que dedicamos esta parte; podemos decir que por sí solo el decreto de 1939 poco podía hacer para que el Estado venezolano ejerciera de forma efectiva su soberanía más allá de las aguas costeras. En efecto, la historia tiene incontables ejemplos en los que la ley amparaba la posición de países poco capacitados para su defensa, y justamente por esa incapacidad defensiva, no pudieron hacer valer sus derechos ante agresivos poderes que desafiaron los mismos. Las experiencias que siguieron al año 1942, cuando tanto alemanes como Aliados combatieron en las cercanías de aguas territoriales venezolanas, debió ser bastante aleccionador para los siguientes gobiernos

14

Kaldone G. Nweilhed. Ob. Cit., p. 202

15

Nieves-Croes, Francisco Javier. “El Derecho Internacional Venezolano…”, p. 183

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venezolanos16, pues justamente a partir de 1945 se evidencia mayor preocupación por potenciar la capacidad defensiva del país en el mar, lo que nos lleva a la necesidad de adquirir a los destructores Clase “Nueva Esparta”. Otro acto decisivo en el establecimiento de precedentes sobre delimitación de áreas marinas y submarinas, y sobre el concepto de Plataforma Continental lo constituyó el Tratado sobre Áreas Submarinas en el Golfo de Paria entre Venezuela y el Reino Unido de 1942. Debido a su posición estratégica, entre Trinidad y Venezuela, vecino de las bocas del Orinoco y zona de paso entre el Océano Atlántico y el Mar Caribe, el Golfo de Paria siempre fue escenario de disputas y tensiones desde que Gran Bretaña obtuvo Trinidad de España mediante el Tratado de Amiens de 1802. Las tensiones entre Venezuela y el Reino Unido comenzaron en 1871 cuando un buque de guerra venezolano capturó al buque “Providencia”, propiedad de un ciudadano británico. El Reino Unido reclamaba la pequeña pero estratégica Isla de Patos, ubicada a unos 4 Km de la Península de Paria, argumentando que la misma era parte de Trinidad y por lo tanto la había recibido en el Tratado de Amiens de 1802. Venezuela, por su parte, contra argumentaba que dicha isla ni siquiera era mencionada en dicho tratado, además de ubicarse mucho más cerca de la costa venezolana que de la de Trinidad.17 En 1936 Gran Bretaña le propuso a Venezuela entrar en negociaciones sobre la delimitación del Golfo de Paria, a lo que Venezuela aceptó, exigiendo sin embargo que la Isla de Patos entrara en la negociación. Gran Bretaña aceptó y Estados Unidos convenció a Gran Bretaña para que devolviera la mencionada isla a Venezuela antes de que la guerra terminara.18 Finalmente, el 26 de febrero de 1942 los dos países firmaron el acuerdo por medio del cual delimitaron las áreas marinas y submarinas del Golfo de Paria y Gran

16

En este sentido es conveniente tener presente que Blanco Carrero (Reflexiones sobre Estrategia Marítima en la Era de la Libertad de los Mares), ha señalado que las acciones emprendidas por Alemania en aguas cercanas a nuestro Mar Territorial, con la excepción del Golfo de Paria, no se ejecutaron más acá de las tres millas náuticas debido a que Alemania evitó que Venezuela saliera de su condición de neutralidad y pasase a un estado de beligerancia. 17

Nieves-Croes, Francisco Javier. “El Derecho Internacional Venezolano…”, p.201

18

Ídem

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Bretaña renunciaba a la Isla de Patos en favor de Venezuela. Veamos como el experto en el área, abogado Francisco Javier Nieves-Croes valora este hecho:

“El Tratado sobre las Áreas Submarinas en el Golfo de Paria entre Venezuela y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte del 26 de febrero de 1942, es la norma precursora de la figura jurídica de la plataforma continental. Fue la primera vez en la historia que dos Estados con costas frente a frente delimitaron sus áreas submarinas y es el inmediato antecedente de la Proclamación Truman de 1945… Para la época se estaba muy lejos de haberse creado un concepto claro definido en términos jurídicos de la plataforma continental y de cuáles eran los derechos y como se ejercería la soberanía en esta zona marítima… Nos encontramos con una nueva muestra de la visión futurista con relación a los espacios marítimos, al igual que en el Decreto de 1939. Fue una postura muy hábil desde el punto de vista diplomático acompañar al Imperio Británico en la aventura, ya que ante cualquier controversia internacional se contaba con un aliado de gran peso en la escena mundial El Tratado no menciona por su nombre a la plataforma continental, pero no deja duda a que se refiere cuando en su artículo 1° establece que se… ―entenderá por áreas submarinas del Golfo de Paria, las del lecho del mar y del subsuelo fuera de las aguas territoriales‖… El Tratado de 1942 contiene además un punto importante para Venezuela, que será ratificado por el Tratado de 1990 y es el reconocimiento de la capacidad de la isla de Patos para generar sus respectivas áreas marítimas, como son mar territorial y plataforma continental, importante precedente en la delimitación del Archipiélago de Los Monjes y de la isla de Aves.”19

El Capitán de Navío Edgar Blanco Carrero nos resume también, de forma muy precisa este punto:

19

Ibídem, pp. 202 - 203

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“Con el fin de la Segunda Guerra Mundial el mar comenzó a sufrir transformaciones. El Tratado del Golfo de Paria, firmado por Venezuela y el Reino Unido en 1942, para delimitar el espacio de mar que separaba a Venezuela de la Isla de Trinidad (dominio británico), evitar la entrada de submarinos alemanes en el área y facilitar la extracción inglesa de petróleo costa afuera en las adyacencias de la citada isla; y la declaración de la Plataforma Continental que realizó EE.UU. en 1945 para asegurar la explotación de recursos no vivos en el espacio de mar costa afuera, fueron los dos hechos portadores de futuro que anunciaron esos cambios. Antes de esa fecha el tema del mar se circunscribía al límite del mar territorial, a las zonas de seguridad marítima, a la limitación en el uso de armas navales y al derecho de la guerra en el mar. Posteriormente, las conferencias sobre Mar Territorial, Zona Contigua, Plataforma Continental y Alta Mar, realizadas en 1958, constituyeron un hito en lo referente al crecimiento del Estado a expensas del mar libre. Estos hechos fueron favorecidos por los desarrollos tecnológicos alcanzados hasta esa fecha. También, un sostenido crecimiento de la economía mundial trajo aparejada una mayor necesidad de recursos y, por consiguiente, la necesidad de protegerlos en función de los intereses específicos de cada Estado. Ello dio origen a la Zona Económica Exclusiva.”20

Resulta evidente entonces que el Gobierno venezolano iba cobrando conciencia de la importancia de consolidar la soberanía nacional en sus espacios marítimos y, en consecuencia, de disponer de medios navales idóneos…

4) El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y la venta de nuevo armamento a América Latina Regresando al marco regional, tenemos la Conferencia de Río de Janeiro de 1947, ya en el nuevo contexto mundial de confrontación EE.UU. – URSS. En la misma se vino a consolidar, con un poderoso instrumento legal-militar, la hegemonía norteamericana en el continente americano y la seguridad colectiva del mismo en función a los intereses 20

Blanco Carrero, Edgar. Reflexiones sobre Estrategia Marítima en la Era de la Libertad de los Mares, p. 83

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norteamericanos. Dicho instrumento legal fue el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca. Revisemos algunos fragmentos de su texto:

“TRATADO INTERAMERICANO DE ASISTENCIA RECIPROCA En nombre de sus Pueblos, los Gobiernos representados en la Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente, animados por el deseo de consolidar y fortalecer sus relaciones de amistad y buena vecindad y, Considerando: Que las Altas Partes Contratantes reiteran su voluntad de permanecer unidas dentro de un sistema interamericano compatible con los propósitos y principios de las Naciones Unidas y reafirman la existencia del acuerdo que tienen celebrado sobre los asuntos relativos al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional que sean susceptibles de acción regional; Que la obligación de mutua ayuda y de común defensa de las Repúblicas Americanas se halla esencialmente ligada a sus ideales democráticos y a su voluntad de permanente cooperación para realizar los principios y propósitos de una política de paz; Han resuelto—de acuerdo con los objetivos enunciados—celebrar el siguiente Tratado a fin de asegurar la paz por todos los medios posibles, proveer ayuda recíproca efectiva pare hacer frente a los ataques armados contra cualquier Estado Americano y conjurar las amenazas de agresión contra cualquiera de ellos: ARTICULO 3.° 1. Las Altas Partes Contratantes convienen en que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de dichas Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque, en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. ARTICULO 4.° 33


La región a que se refiere este Tratado es la comprendida dentro de los siguientes límites: comenzando en el Polo Norte; desde allí directamente hacia el sur hasta un punto a 74 grados latitud norte, 10 grados longitud oeste; desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 47 grados 30 minutos latitud norte, 50 grados longitud oeste; desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 35 grados latitud norte, 60 grados longitud oeste; desde allí directamente al sur hasta un punto a 20 grados latitud norte; desde allí por una linea loxodrómica hasta un punto a 5 grados latitud norte, 24 grados longitud oeste; desde allí directamente al sur hasta el Polo Sur; desde allí directamente hacia el norte hasta un punto a 30 grados latitud sur, 90 grados longitud oeste; desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto en el Ecuador a 97 grados longitud oeste; desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 15 grados latitud norte, 120 grados longitud oeste; desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 50 grados latitud norte, 170 grados longitud este; desde allí directamente hacia el norte hasta un punto a 54 grados latitud norte; desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 65 grados 30 minutos latitud norte, 168 grados 58 minutos 5 segundos longitud oeste; desde allí directamente hacia el norte hasta el Polo Norte. ARTICULO 9.° Además de otros actos que en reunión de consulta puedan caracterizarse como de agresión, serán considerados como tales: a) El ataque armado, no provocado, por un Estado, contra el territorio, la población o las fuerzas terrestres, navales o aéreas de otro Estado; b) La invasión, por la fuerza armada de un Estado, del territorio de un Estado Americano, mediante el traspaso de las fronteras demarcadas de conformidad con un tratado, sentencia judicial, o laudo arbitral, o, a falta de fronteras así demarcadas, la invasión que afecte una región que este bajo la jurisdicción efectiva de otro Estado.”21

21

TRATADO INTERAMERICANO DE ASISTENCIA RECIPROCA en http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/b-29.html (Descargado online el 18 de junio de 2014 a las 02:28 pm.)

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Este Tratado materializó de manera formal y legal la política trazada desde 1823 con la Doctrina Monroe. Y es que desde su propia independencia, Estados Unidos siempre consideró como una de sus mayores amenazas la posibilidad de que potencias extra continentales regresaran al continente o ampliaran su poder en él, amenazando así la hegemonía, la seguridad y la propia integridad y existencia de Estados Unidos. Los acercamientos de las potencias del Eje hacia territorio americano; tales como la ocupación de las Islas Aleutianas y el bombardeo con globos, aviones y submarinos hacia Oregón y California por parte de Japón, o las campañas submarinas de Alemania frente a la costa atlántica de Norteamérica y en el Caribe, por no mencionar las vastas y aún poco estudiadas redes de inteligencia alemanas, y probablemente también japonesas, que operaron en América Latina durante la Segunda Guerra Mundial, debieron ser una dura lección para los estrategas norteamericanos. Ante tales experiencias, el poder de la Unión Soviética, su ventajosa posición en Eurasia, y el carácter global que tendría otra posible Confrontación Global, era fundamental para Estados Unidos tener bien firme bajo su égida a América. Con América controlada y a salvo, podría ocuparse de combatir al enemigo lejos de su propio territorio, con todas las ventajas que ello implica. Pero para ello, los norteamericanos necesitarían: a) Organizar a los Estados latinoamericanos en una sólida alianza militar que consagrara legalmente la defensa común del continente, b) Armar adecuadamente a sus vecinos latinoamericanos en función de la estrategia global norteamericana, y c) Crear un mecanismo político de control continental que evitara que los Estados latinoamericanos usaran la fuerza entre ellos, reservándola en función del enemigo común, o mejor dicho, del enemigo de Estados Unidos. El TIAR cumplía el primer objetivo, y en parte el tercero, quedando pendiente el segundo. El tercer objetivo se terminaría de cumplir con la Conferencia de 1948 en Bogotá, que creó la Organización de Estados Americanos. El segundo objetivo se cumpliría entonces solo con la cesión o venta de equipos adecuados a las fuerzas armadas latinoamericanas, especialmente sus marinas de guerra. Robert L. Scheina nos ilustra muy bien esta situación:

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“Estados Unidos salió de la Segunda Guerra Mundial con un excedente de buques obsoletos u obsolescentes aun relativamente nuevos y con un exceso de buques anfibios y auxiliares. Las naciones latinoamericanas carecían de una industria naval importante, y no habían sido capaces de llenar el vacío comprando buques de guerra durante el conflicto. Ninguno de estos países había adquirido un gran buque de guerra desde 1939 (con la excepción de Brasil y Uruguay). En Europa la guerra destruyó muchos astilleros que había suplido tradicionalmente a las armadas latinoamericanas. Así, Estados Unidos – y en menor medida Gran Bretaña – tenían un exceso de buques mientras que América Latina tenía una creciente demanda... …la Ley de Préstamos y Arriendos, el aparato legal para las transferencia de buques durante la Segunda Guerra Mundial, había expirado, y el Congreso había rechazado una propuesta de la administración Truman en 1946 para continuar la cooperación militar con América Latina más allá del sistema de misiones navales. Como resultado, muchas armadas latinoamericanas compraron clases Flower - y River - de escolta, británicas y canadienses, para cubrir sus necesidades inmediatas. Un miembro de una comisión de compra de Venezuela declaró que la razón por la que su país compraba corbetas de Canadá y no de Estados Unidos era evitar la cinta roja. Pero esas ventas dejaron insatisfechos los deseos latinoamericanos de cruceros, destructores y submarinos.”22

Este comentario es realmente ilustrativo para el caso venezolano, pues Venezuela adquirió siete corbetas clase “Flower” en Canadá (una se perdería en la navegación hacia Venezuela) y no tuvo una experiencia del todo satisfactoria con ellas; al contrario, debido a las pésimas condiciones en que habían sido entregadas y a su obsolescencia en avance, no se adecuaban a las necesidades defensivas de Venezuela en el marco regional, mucho menos entonces a la amenaza que la armada soviética supondría en los próximos años para los intereses norteamericanos en el continente americano.23

22

Scheina, Robert L. Latin America. A Naval History 1810 – 1987, pp. 172 – 173.

23

Rivero Blanco, Ramón. “Las Corbetas Clase Flower en la Armada de Venezuela” en http://www.favclub.com/index.php?option=com_content&view=article&id=372:las-corbetas-clase-flower-en-la-armada-devenezuela-&catid=20:armadas-y-sistemas-navales&itemid=23 (Revisado online el 03 de septiembre de 2013, a las 02:00 pm)

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Por otra parte, las excesivas reservas de Estados Unidos a vender armamento de la mejor calidad y tecnología a América Latina pronto empezaron a ser un problema para los propios norteamericanos, abriéndose ventanas a otros proveedores.

“Estados Unidos estaba también perdiendo influencia entre las armadas latinoamericanas debido a su entrega de buques excedentes casi de desecho, llegando desde lo casi nuevo hasta lo usado y casi obsoleto. Los rivales de Estados Unidos – Gran Bretaña, Alemania, Francia, e Italia – se habían recuperado y podían competir una vez más en el mercado latinoamericano ofreciendo buques hechos a pedido. Y las naciones latinoamericanas más poderosas fueron desarrollando construcción naval propia, aunque la misma aún permanecía como una industria incipiente.” “El Tratado de Asistencia y Defensa Mutua de 1949 proveía de garantías militares a los miembros de la OTAN y autorizaba ventas de equipo militar a países en otras regiones, incluida América Latina. Para ser elegible, una nación latinoamericana tenía que haber ratificado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de 1947, comúnmente conocido como Tratado de Río, y pagar el costo original del artículo, en un pago único, previo a la entrega.” “En octubre de 1951 el Congreso de Estados Unidos aprobó el Tratado de Asistencia Mutua, proveyendo asistencia y subvenciones a América Latina. Para ser elegible una nación tenía que aceptar participar en la defensa del hemisferio occidental y tener un acuerdo bilateral de defensa con Estados Unidos. Para 1956 cada país latinoamericano con una misión naval de Estados Unidos había firmado un acuerdo de ese tipo, salvo Venezuela.”24

Empezamos a ver entonces los orígenes de por qué Venezuela negoció los destructores con Gran Bretaña y no con Estados Unidos. Muy tempranamente aparecieron diferencias de intereses y criterio entre la potencia hegemónica y el Gobierno venezolano, que decidieron la contratación a favor de otro proveedor. Estas diferencias se hicieron

24

Scheina, Robert L. Ob. Cit., pp. 172 – 174

37


patentes durante la Segunda Guerra Mundial por la actitud de neutralidad que asumió el país hasta febrero de 194525. Aunque Venezuela no rompería del todo con Estados Unidos, como veremos más adelante, siempre existió una divergencia de opiniones en cuanto al juicio de las amenazas existentes para cada nación, y por tanto de los objetivos estratégicos de cada uno. Estas divergencias quedan manifiestas al estudiar en detalle las características de los buques adquiridos por Venezuela y la diferencia con lo que planteaba Estados Unidos como necesidad para nuestro país. Seguidamente veremos cuáles eran las amenazas que el Gobierno venezolana identificaba, y que por tanto condicionaban sus objetivos en materia de política exterior y defensa, incidiendo directamente en sus planes de dotación y equipamiento para las Fuerzas Armadas.

B) Amenazas a la soberanía, integridad territorial y seguridad de Venezuela Podríamos empezar preguntándonos ¿qué es un barco de guerra en su definición más pura?... Un barco de guerra es, esencialmente un arma, o un sistema de armas. Ahora bien, ¿qué es un arma?... El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española lo define como “Instrumento, medio o máquina destinados a atacar o a defenderse”26. Esto nos lleva a pensar que si una persona, ente o Estado adquiere un arma, es en función a atacar y/o defenderse de un enemigo, y si existe un enemigo, existe una amenaza. Esto nos conduce a una pregunta muy importante: ¿en función de qué enemigos o amenazas adquirió el Gobierno venezolano los destructores Clase “Nueva Esparta”?... Trataremos de responder esa pregunta en las líneas que siguen. Para 1951, cuando se firmó la contratación para la construcción de los destructores Clase “Nueva Esparta” en el Reino Unido, el Estado venezolano había comprobado su vulnerabilidad ante enemigos externos de forma bastante clara, e incluso contundente. Ya 25

Ver Blanco Carrero, Edgar. Reflexiones sobre estrategia marítima en la era de la libertad de los mares y Pérez Lecuna, Roberto. Apuntes para la Historia Militar de Venezuela, 1º de enero de 1936 – 18 de octubre de 1945 26

Diccionario de la Lengua Española. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=arma

38


la experiencia del Bloqueo Anglo-Ítalo-Alemán de 1902 le había mostrado al Gobierno venezolano cuan indefenso estaba el país ante una agresión por parte de las grandes potencias, pero ya en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, Venezuela volvería a contemplar su grado de indefensión en dos escalas; primero la extra continental, encarnada por la amenaza de las potencias del Eje y materializada por la actividad de submarinos alemanes en el Caribe, lo que a su vez atrajo la presencia militar norteamericana en nuestros espacios marítimo, aéreo y terrestre, comprometiendo la soberanía nacional, y dificultándole a Venezuela mantener su neutralidad; podemos citar como ejemplo que cuando los cañoneros “General Urdaneta” y “General Soublette” viajaron a EE.UU. en 1943 para reformas, debieron portar las insignias exigidas a los buques neutrales 27. En la escala regional, la amenaza de Colombia, manifestada desde 1830 por sus sucesivos avances territoriales; siendo el tratado firmado entre Colombia y Venezuela en 1941 el último y más contundente golpe recibido por el Gobierno y la opinión pública nacionales, generando un gran debate nacional y un amplio efecto en la política interna. Además de estas dos amenazas principales, Venezuela también identificó otras secundarias, aunque nunca descartables. Las estudiaremos una a una.

1) Amenazas extra continentales y la experiencia de la Segunda Guerra Mundial Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en Europa, en septiembre de 1939, no puede decirse de forma absoluta que Venezuela no hubiese enfrentado antes a enemigos o amenazas provenientes de fuera del continente. Ya en el siglo XIX los avances territoriales del Imperio Británico en el Esequibo y la diplomacia naval desplegada por las potencias europeas en diferentes épocas de nuestra historia republicana hasta 1909, fueron muestras bastantes claras para el Estado venezolano de su vulnerabilidad ante estas potencias mundiales. Sin embargo, estos roces fueron más de tipo colonial o periférico que una 27

Rivero Blanco, Ramón A. “Venezuela en la Segunda Guerra Mundial: La primera vez que marinos venezolanos desfilaron en Estados Unidos” en FAV-Club. Disponible en: http://www.fav-club.com/venezuela-en-la-segunda-guerra-mundial-la-primera-vez-que-marinos-venezolanosdesfilaron-en-estados-unidos/ (Revisado online el 14 de marzo de 2015, a las 09:46 pm) (Segunda foto, pabellón nacional enmarcado en armazón en la medianía del buque, a fin de ser más visible).

39


verdadera vinculación de Venezuela con los grandes conflictos globales y cambios en el escenario mundial. De hecho, al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, Venezuela pudo disfrutar de cierta paz y tranquilidad mientras la matanza estaba a un océano de distancia. En ese sentido, la Segunda Guerra Mundial puso a Venezuela frente a una situación inédita: un conflicto mundial de proporciones nunca antes vistas llegaba sus costas sin que el Gobierno nacional hubiese hecho nada para provocarlo, ni tampoco tuviese los medios para impedirlo. Simplemente Venezuela quedaba a merced de las grandes potencias y del desarrollo de una conflagración mundial cuyos orígenes le eran lejanos y hasta indiferentes. La situación de Venezuela nos la define muy bien el investigador de temas de historia militar y naval Carlos Hernández:

“Tras el fallecimiento del general en jefe Juan Vicente Gómez, en diciembre de 1935, el general de brigada Eleazar López Contreras, quien le sucedió en el poder, hizo notables esfuerzos, por continuar el proceso de modernización a las tres ramas de la institución militar. El general López Contreras a pesar de no ser un oficial de formación académica, estaba consciente de la necesidad de modernizar las Fuerzas Armadas y, con ese propósito, puso al frente del Ministerio de Guerra y Marina a un militar profesional, el coronel Isaías Medina Angarita. En el período 1936 – 1939 se contrataron asesores y misiones militares, navales y aéreas, en Alemania, Gran Bretaña e Italia. Se reinició el envío de cadetes y oficiales a formarse y capacitarse en centros de educación militar en países amigos.”28

Las declaraciones del entonces Ministro de Guerra y Marina, General Isaías Medina Angarita sobre la situación de la Marina de Guerra resultan escalofriantes cuando pensamos que justamente sería por mar que llegaría a Venezuela la guerra.

28

Hernández, Carlos. “Las Fuerzas Armadas Venezolanas en la Segunda Guerra Mundial” en Venezuela y la Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945, pp. 218 - 219

40


“Venezuela no tiene Armada verdadera, pues los escasos barcos de que dispone, todos pequeños y muy antiguos, no pueden, ni aún reunidos, combatir contra un crucero poderoso. Su conservación hasta hoy ha significado una constante sangría para el Tesoro, y no se utiliza en otras cosas que las comisiones ordinarias del servicio. Ni siquiera para esos menesteres pueden responder y con entera eficacia. Una nación como ésta, de tan dilatado litoral marítimo, de abundantes aguas navegables en el interior y de tan vasto y productivo territorio, no puede, sin consecuencias fatales, desestimar como uno de sus negocios más vitales el fomento de la Marina de Guerra. Lo piden su seguridad política, la protección de su comercio naval, su porvenir. Lo reclama la protección debida a sus hijos y sus bienes allende del mar, llegado el caso. Todo nos compromete a afrontar el problema con sostenido ánimo. El Ministerio, por el momento limítase a exponer el mal y a prevenir al país del empeño económico que su remedio entraña”29

Según expone Carlos Hernández, en aquellos años Venezuela tenía una “Armada de cañoneras” muy inferior a las de México o Colombia.30 Totalmente inadecuada al tamaño, longitud de costas y creciente producción petrolera. Ahora bien, ¿cómo llegó la Segunda Guerra Mundial hasta Venezuela?...

“América era en ese momento un continente en paz, aunque Canadá y demás enclaves coloniales británicos en el Hemisferio, por obvias razones, ya estaban, de hecho, involucrados en la guerra. Pero los países hispanoamericanos no podían mantenerse al margen del conflicto debido a que los Aliados consideraban a América Latina un elemento estratégico de vital importancia. Esto los comprometía a asegurarse el acceso a las materias primas de uso industrial que producían los países de la región, particularmente, el petróleo venezolano y el caucho brasileño; controlar y asegurar el tráfico marítimo en el Caribe, Atlántico

29

Memoria que presente el Ministerio de Guerra y Marina al Congreso Nacional en sus sesiones ordinarias de 1937, pp. XI-XII. 30

Hernández, Carlos. “Las Fuerzas Armadas Venezolanas… , p. 232

41


Sur, Pacífico Oriental y el Canal de Panamá, y, neutralizar, y eliminar la influencia de los países del Eje en Hispanoamérica.”31 “Venezuela, por su ubicación geográfica y producción petrolera fue considerada como un objetivo estratégico, tanto por los Aliados como por el Eje y, en tal sentido, su soberanía e integridad territorial, estaba amenazada nuevamente por fuerzas navales extranjeras.”32 “El 4 de septiembre de 1939, a los cuatro días de haberse iniciado la invasión alemana a Polonia, el gobierno venezolano, mediante Decreto Ejecutivo, declaró ―la neutralidad de la República ante el conflicto armado de potencias extranjeras. Posteriormente, el 8 de diciembre de 1941, a raíz del ataque japonés a la base naval norteamericana de Pearl Harbor, el gobierno venezolano expresó sus simpatías al gobierno estadounidense y reiteró su disposición de cumplir con sus compromisos en defensa del hemisferio. Finalmente, el 31 de diciembre de 1941, Venezuela rompió relaciones con los países del Eje, pero mantuvo su neutralidad. No fue sino hasta el 16 de febrero de 1945, cuando Venezuela declaró el estado de beligerancia con Alemania y Japón y se adhirió a la declaración de las Naciones Unidas.”33 “La rendición de Holanda a los alemanes, el 15 de mayo de 1940, significó un problema de seguridad para Venezuela, en consideración de su vecindad con las islas de Aruba, Bonaire y Curazao. En tal sentido, fueron numerosas las gestiones realizadas por la cancillería venezolana, con los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, así como con las autoridades de Holanda en el exilio, a fin de tratar lo relativo a la defensa de esas islas y de manifestar su preocupación por un eventual bloqueo u ocupación militar de esos territorios insulares, por parte de las potencias del Eje. Las consultas se iniciaron en 1940 y culminaron en febrero de 1942, cuando, venciendo la resistencia de las autoridades holandesas a admitir la presencia de militares y funcionarios venezolanos en las Antillas 31

Ibídem, p. 231 - 232

32

Ibídem, p. 233

33

Ídem

42


Neerlandesas, el gobierno de los Países Bajos invitó a Venezuela a participar en la defensa común de las islas, que ya habían sido ocupadas por tropas norteamericanas.”34

Ahora bien, en ¿qué forma se materializó la Segunda Guerra Mundial sobre Venezuela?... Dejemos que el Capitán de Navío Luis Farage Dangel, autor de un detallado trabajo sobre el asunto nos presente los dos hechos bélicos más resaltantes.

“Las operaciones de guerra de la Operación Neuland se iniciaron precisamente en aguas interiores venezolanas en la noche del 15 de febrero, el U-502, al mando del Teniente de Navío Jürgen Von Rosenstiel, quien penetró en el Golfo de Venezuela… …Esa misma noche, un convoy de buques cisterna navegaba por la Barra de Maracaibo con destino a las refinerías de Aruba y Curazao. A las 02:44 horas de la madrugada del 16 de febrero, el U-502 inició el ataque. El primer buque en ser alcanzado fue el Tía Juana, aproximadamente, a 25 millas al suroeste de Punta Macolla. Era un tanquero de bandera británica perteneciente a la Lago Shipping Co. Ltd. De los 25 miembros de su tripulación, murieron 17. El segundo en ser atacado fue el tanquero Monagas, que fue hundido por el impacto de dos torpedos. De bandera venezolana, era propiedad de la Mene Grande Oil Company y estaba al mando del capitán margariteño Luis Marcano. Existen discrepancias con respecto al número de bajas de su tripulación, que van de 5 a 9 marinos. Entre los 11 supervivientes, se encontraba su capitán quien resultó gravemente herido. Finalmente fue alcanzado el tanquero San Nicolás, propiedad de la Lago Oil & Transport Co. Ltd. De los 26 miembros de su tripulación, 7 fallecieron y 19 fueron rescatados. El único buque de la Armada que se encontraba en el área del ataque, era el cañonero General Urdaneta, al mando del entonces Teniente de Navío Wolfgang Larrazábal…

34

Ibídem, p. 236

43


Los sobrevivientes fueron trasladados a los puertos de Maracaibo y Las Piedras. Tres horas duró el ataque y en total, 7436 toneladas de registro bruto fueron hundidas esa madrugada. Mientras eso ocurría en el Golfo de Venezuela, otros dos submarinos alemanes, el U-156 y el U-67, cañonearon las refinerías de Aruba y Curazao y hundieron varios buques anclados en aguas de esas islas. La primera fase de la Operación Neuland concretada en esta área, duró hasta el mes de noviembre de 1942.”35

También nos narra otro hecho de combate…

“…uno de los enfrentamientos navales de connotaciones y características más épicas acaecidos durante la Batalla del Atlántico, ocurriendo esta, en aguas venezolanas. Esta acción fue protagonizada, por el Capitán de Corbeta Ralph Kapintzki al mando del U-615, quien ingresó al Caribe en junio de 1943. Kapintzki se enfiló al Golfo de Paria, penetrando sus aguas, burlando las defensas anglo-americanas, y saliendo ileso de esta incursión. Posteriormente, bordeando la costa venezolana se dirigió a Curazao. El 28 de julio, hundió al tanquero holandés Rosalía a 25 millas al noreste de Adícora, localidad del estado Falcón. Luego de varios ataques frustrados, Kapintzki recibió la orden de regresa a su base, pero el 5 de agosto, su submarino fue detectado y atacado por seis aviones y un destructor norteamericano. Durante 2 días el U-615 se batió con sus atacantes en un cruento enfrentamiento aeronaval a tan solo 12 millas náuticas, al noroeste de La Blanquilla. Con el fuego de sus baterías antiaéreas logró derribar a un avión atacante y averiar a otros dos. El intrépido comandante alemán fue mortalmente herido en la acción, pero su tripulacipon continuó combatiendo hasta que el U-615 zozobrara en la madrugada del 7 de agosto, tras haber protagonizado, en aguas

35

Farage Dangel, Luis. “Operación Neuland: Las acciones navales emprendidas por submarinos alemanes en aguas jurisdiccionales venezolanas, 1942 – 1944” en Venezuela y la Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945, pp. 262 - 263

44


venezolanas, ―una épica batalla que fue única en un mundo en guerra‖, tal como la califó el historiador naval Gaylord Kelshall”36

En pocas palabras, las aguas de Venezuela fueron escenario de combate entre fuerzas del Eje y los Aliados, y no pudo hacer nada para defender su neutralidad. Además, no solo se dieron choques entre Aliados y el Eje, sino incidentes entre Venezuela y los Aliados, además de tensiones con EE.UU. por su intención de establecer bases permanentes en el país.

“…en el período comprendido entre el 1° de septiembre de 1939 y el 2 de septiembre de 1945, la soberanía de Venezuela fue violentada en múltiples ocasiones por fuerzas navales de los países en pugna. Además, Estados Unidos, tuvo que asumir roles en defensa nacional que le correspondían a Venezuela como nación soberana y por haber suscrito acuerdos de carácter internacional. Y, ocurrieron varios incidentes de carácter bélico en los espacios terrestres, marítimos y aéreos de Venezuela, originados por los Aliados. Sin embargo, el gobierno de Isaías Medina Angarita (1941 – 1945) no permitió el establecimiento de bases o tropas extranjeras, de manera permanente, en territorio venezolano. Se aceptó la permanencia de contingentes militares norteamericanos, en cantidad y tiempo necesario para el entrenamiento del personal militar venezolano, y sometidos a las leyes y la autoridad de Venezuela, exigiendo su retiro tan pronto terminaran su misión.”37

Aunque el Gobierno nacional en los años previos a la guerra, sobre todo por la amenaza de Colombia como veremos más adelante, trató de armarse y responder al peligro; fue el golpe de la guerra submarina alemana en el Caribe lo que causó un impacto suficientemente hondo como para que llegara a un acuerdo con Estados Unidos para 36

Ibídem, p. 265

37

Carlos Hernández, Ob. Cit, p. 234

45


armarse y asumir sus responsabilidades en el Sistema Interamericano. 38 El Capitán de Navío Edgar Blanco Carrero nos da un comentario interesante sobre este punto:

“…el Estado venezolano sólo interiorizaría la experiencia vivida en el año 1952 luego del incidente del archipiélago de Los Monjes. De igual forma, la enseñanza más importante de este incidente es que un Estado puede ser neutral si está lo suficientemente armado para defender su neutralidad. De lo contrario, la posición política va a depender esencialmente de una entramado de consideraciones políticas, económicas y geográficas, y sobre todo va a depender de la política del propio Estado. Los casos de Noruega en 1940 y Venezuela entre 1940 y 1942 son ejemplos negativos de esta afirmación.”39 “…la principal crítica que se puede hacer desde el punto de vista político sobre la conducta estratégica del Estado venezolano en la guerra fue que no se preparó militarmente para defender su neutralidad y poder negociar desde una posición más cónsona dada nuestra dependencia de un producto de exportación que depende de la seguridad de las líneas de comunicaciones marítimas como lo es el petróleo. Defender la neutralidad, en ese contexto, debió haber sido tener capacidad para defenderse de los UBoot alemanes así como también de los buques de guerra anglosajones y franceses. En una circunstancia determinada por esa debilidad de naturaleza política, la Armada pudo hacer aquello para lo que había sido dotada y mucho más a pesar de los condicionantes con los que limitó la dirigencia política del país en función de unos intereses fundamentados en una miope visión de la realidad global y regional.”40

A pesar de estas limitaciones, el CN Blanco Carrero resalta la entrega en el servicio de las tripulaciones de la Armada durante la Segunda Guerra Mundial, que siguieron cumpliendo labores de vigilancia, abastecimiento a las islas y salvamento, en aguas llenas de submarinos alemanes y sin los medios para defenderse de ellos. Además, que la 38

Ibídem, pp. 227 y 229

39

Blanco Carrero, Edgar. “Desagravio: la Armada venezolana en la Segunda Guerra Mundial” en Venezuela y la Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945, p. 285 40

Ibídem, p. 305

46


experiencia acumulada por el trabajo conjunto y a bordo de buques venezolanos y estadounidenses le dio la visión y experiencia necesaria a toda una generación de jóvenes oficiales para emprender los cambios necesarios en la Armada en la década siguiente. 41 Pasada ya la Segunda Guerra Mundial y con ella el peligro de los submarinos alemanes, el Estado venezolano pudo centrarse en su consolidación y desarrollo, especialmente el de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, para Estados Unidos la lucha no había terminado ni era tiempo para relajarse, ya que en el horizonte se levantaba la silueta del nuevo enemigo: la Unión Soviética. Así, los norteamericanos fueron imponiendo rápidamente su doctrina de Seguridad Hemisférica en América Latina. El nuevo enemigo soviético, como se revelaría en las siguientes décadas, heredó de Alemania la vocación por la guerra submarina para contrarrestar la superioridad occidental en medios navales de superficie. La Junta Militar de Gobierno, en el poder desde 1948, quizá haya podido darse cuenta de que aunque el “peligro común” que la Unión Soviética y el comunismo internacional representaban para el Hemisferio Occidental, tal como sostenían los norteamericanos, no tocaba directamente a Venezuela ni era una de sus principales amenazas, podía ser utilizado beneficiosamente por nuestro país como una excusa o tapadera para armarse adecuadamente en el marco del Sistema Interamericano, a fin de defenderse de las amenazas que sí consideraba reales.

2) Los recientes avances territoriales colombianos y sus nuevas aspiraciones En 1941 Colombia y Venezuela firmaron el – hasta ahora – último gran tratado de delimitación de fronteras. Como se ha hecho mención, este tratado causó un gran impacto en Venezuela. Nieves-Croes nos explica bastante bien el asunto:

41

Pérez Lecuna, Roberto. Apuntes para la Historia Militar de Venezuela, 1º de enero de 1936 – 18 de octubre de 1945, pp. 745, 811 y 931

47


“El día 5 de abril de 1941, en acto solemne celebrado en el Templo del Rosario, en Cúcuta, Colombia, los Presidentes de Venezuela, Eleazar López Contreras y Eduardo Santos de Colombia presenciaron la firma del Tratado sobre Demarcaciones de Fronteras y Navegación de los Ríos Comunes… Nunca un acuerdo internacional había levantado tanta polémica como este Tratado. Posiblemente el acuerdo más lesivo a los intereses nacionales que haya celebrado Venezuela, desde su presentación ante el Congreso Nacional, su contenido fue discutido y rechazado con gran fuerza por sus opositores. Fue la primera vez que el tema territorial tuvo una amplia discusión a nivel de la opinión pública. El Tratado de 1941 hasta fue objeto de numerosas demandas ante el máximo tribunal de nuestro país, ninguna de las cuales dio fruto… …Venezuela renunciaba así a todos los argumentos y posiciones sobre la injusticia e inequidad que provenían del Laudo Arbitral sobre la Cuestión de Límites de 1891 y de la Sentencia del Consejo Federal Suizo de 1922. El Laudo español está plagado de errores, omisiones y defectos que lo hacían susceptible de nulidad. Tan consciente estaba Colombia de ellos, que había aceptado la idea venezolana de proceder a rectificaciones territoriales basadas en la equidad a cambio del derecho a la libre navegación… Lo cierto del caso, es que con esta afirmación se inhabilita jurídicamente en forma irrevocable cualquier revisión de los Laudos Arbitrales de 1891 y 1922…”42

¿Y por qué el Gobierno venezolano aceptó firmar un tratado tan desventajoso para los intereses nacionales?...

“Los argumentos expresados por el General Eleazar López Contreras, el Canciller Gil Borges y los Senadores y Diputados oficialistas en el Congreso Nacional sobre la amistad, la hermandad y el origen y destino comunes suenan a falso, ante el inmenso sacrificio de los intereses nacionales. Los diplomáticos que intervinieron en la negociación, particularmente el Canciller Gil Borges, eran hombres profundamente conocedores del Derecho 42

Nieves-Croes, Francisco. Ob Cit, pp. 185 - 186

48


Internacional y de los problemas territoriales y hábiles y avezados negociadores… Si bien el principal negociador, el Embajador José Santiago Rodríguez, deja traslucir a lo largo de su libro sobre el tema su simpatía por el vecino país y su profunda creencia en el grancolombianismo y la hermandad de las dos naciones… …De acuerdo con algunos diputados, el Tratado de 1941 era el recurso supremo para evitar la guerra entre Venezuela y Colombia…. …También puede señalarse el oficio Nº 2505, de fecha 1º de julio de 1935, del Ministerio de Guerra y Marina, firmado por el entonces General de Brigada Eleazar López Contreras, mediante el cual se remiten al Ministerio de Obras Públicas… el plano y las instrucciones que trazó el Servicio de Ingenieros del Ejército para la construcción de un reducto fortificado (…) destinado a la defensa de un cañón Schneider-Canet de 15 cm. La obra se alzará en San Cristóbal, ciudad capital del Estado Táchira… La pregunta que surge de inmediato es cuál era el enemigo a enfrentar en San Cristóbal que ameritaba el traslado de uno de los cañones de defensa de costas a esta ciudad?... …Por las mismas fechas advertía el Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante el Gobierno de Italia, Caracciolo Parra Pérez, sobre una supuesta compra de armamentos del gobierno colombiano a ese país y la necesidad de no permitir la inferioridad militar ante Colombia, ya que ésta se encontraría en mejor posición para presionar las cuestiones limítrofes.”43 “El gobierno venezolano había tomado nota, cuidadosamente, del proceso militar colombiano. Un testigo directo de ello fue Caracciolo Parra Pérez, quien observó, desde Europa, las compras de armamento que desde 1933 había hecho Colombia”44

¿De qué armas estaría hablando Parra Pérez?... antes de contestar, presentamos un balance de las fuerzas militares de Colombia y Venezuela tomado del trabajo de NievesCroes, quién a su vez refiere al trabajo de Roberto Pérez-Lecuna.45 (Ver Anexo I)

43

Ibídem, pp. 197 - 198

44

Pérez Lecuna, Roberto. Apuntes para la Historia Militar de Venezuela…, p. 589

45

Pérez Lecuna, Roberto. Ob. Cit.

49


Evidentemente, para 1941, Colombia tenía una manifiesta superioridad en poder militar sobre Venezuela, de al menos 2 a 1 en muchos aspectos. Pero revisemos un poco las compras de armamento naval que Colombia realizó antes de la Segunda Guerra Mundial. Una primera vista nos la da una fuente colombiana.

“A medida que los esfuerzos del gobierno del presidente Olaya fueron cubriendo las primeras necesidades para atender el conflicto en la zona amazónica (la guerra colombo-peruana de 1932 – 1933), se siguió insistiendo, ahora con mayor empeño, en lograr dotar al país de material naval que pudiera defender las costas oceánicas del Pacífico y del Atlántico. A pesar de haber fallado las tentativas de adquirir unidades de guerra en varios países, se siguió insistiendo y, en afortunado momento, se iniciaron con el gobierno de Portugal las diligencias para adquirir dos modernos destructores, de cinco que las firmas Vickers Armstrong y Yarrow Company estaban construyendo en Lisboa para ese país. Las dos unidades tenían los nombres de DOURO y TAJO (Duero y Tajo), y aunque en un principio hubo reacciones contrarias a su venta, ésta se logró culminar con gran diplomacia y habilidad. Gracias a ella Colombia tuvo a su servicio dos excelentes buques que, con su poder de fuego, velocidad de 36 nudos y características marineras, le dieron la fuerza necesaria para hacer respetar sus mares y para iniciar una Armada basada en excelente tecnología. Las dos nuevas unidades fueron bautizadas ANTIOQUIA (ex-Duero) y CALDAS (ex-Tajo) y estaban dotadas del siguiente armamento: cuatro cañones Vickers de 120 milímetros, tres piezas antiaéreas de 40 milímetros, dos torres lanzatorpedos Weymouth y rieles para lanzamiento de cargas de profundidad… …Los buques, después de exitosas pruebas en aguas portuguesas, y tripulados por 25 oficiales y 231 suboficiales de la reserva naval inglesa, zarparon para Colombia, a donde arribaron el 14 de mayo de 1934, dirigiéndose posteriormente al océano Pacífico, iniciando el 24 de mayo la presencia del poder naval colombiano en esas vastas aguas. Durante muchos años estas dos unidades fueron la columna vertebral de nuestra fuerza naval. En ellas la tripulación inglesa fue enseñando y entrenando a nuestros marineros y junto con su tecnología fueron entregando, como valiosa herencia, su mística marinera, sus tradiciones y cultura profesional.”46 46

Ospina Cubillos, Carlos E. (Vicealmirante). “La Armada Colombiana – Su formación y desarrollo” en Histamar. Disponible en: http://www.histarmar.com.ar/InfHistorica-5/ArmadaColombia-Formacion.htm (Descargado online el 02 de julio de 2014 a las 9:45 pm.)

50


Conocemos más detalles sobre estos dos destructores: el “Antioquia” y el “Caldas”; fueron construidos en Astillero Real de Lisboa, Portugal. El primero fue botado el 10 de mayo de 1933 y el segundo el 18 de noviembre del mismo año, siendo completados el “Antioquia” en febrero y el “Caldas” en abril de 1934. Estas naves tenían un desplazamiento de 1219 toneladas, que llegaba a 1563 a plena carga; una eslora máxima de 98,5m, manga de 9,44 m, y calado de 2,74 m; propulsadas a su vez por dos propelas movidas por dos turbinas de vapor Parson alimentadas por 3 calderas Yarrow, que generaban una potencia de 33.000 CV, logrando una velocidad máxima de 36 nudos. Tenían una autonomía máxima de 5400 millas náuticas navegando a 15 nudos. Su armamento consistía en cuatro torretas de Armstrong Mk G de cañón único de 120/50 mm, tres torretas antiaéreas de 40 mm QF Mk II, dos tubos cuádruples lanzatorpedos de 533 mm, 20 minas y lanzador de cargas de profundidad. Su tripulación era de 140 hombres.47 48

(Ver Anexo II). Antes de 1947 lo mejor con lo que podía contar Venezuela para enfrentar a estos

destructores eran los dos cañoneros Clase “Ostia” adquiridos a Italia: el “General Urdaneta” y el “General Soublette”, justamente comprados como respuesta a estos destructores colombianos, aunque netamente inferiores en todos los aspectos49; y hasta la llegada de la Clase “Nueva Esparta” en 1953, con las seis corbetas Clase “Flower” mencionadas anteriormente. Además de estos destructores de la Clase “Douro”, Colombia también contaba con tres fragatas Clase “Tacoma”, veteranas de la Guerra de Corea.50 En resumen, hacia 1951 Colombia no sólo gozaba de una clara superioridad naval sobre Venezuela, sino que además contaba con tripulaciones más experimentadas. La amenaza colombiana para Venezuela era de primer orden. Reproducimos este análisis de Nieves-Croes, que es bastante elocuente:

47

Sin Autor. “Colombian Navy, Torpedo ships, Antioquia destroyers (1934)”. Disponible en: http://www.navypedia.org/ships/colombia/col_dd_antioquia.htm (Revisado online el 11 de febrero de 2015 a las 10:37 pm) 48

http://marinas1939.blogspot.com/2008/10/destructor-clase-antioquiacolombia.html

49

Blanco Carrero, Edgar. Ob. Cit., pp. 275 y 279

50

Scheina, Robert. Ob. Cit., pp. 177 - 178

51


“… podría hacerse la pregunta de si Colombia es un Estado proclive al uso de la fuerza en sus relaciones internacionales. La respuesta podría estar en su conducta en la comunidad internacional. En 1952, en plena discusión diplomática, sobre el Archipiélago de Los Monjes, la fragata ARC Almirante Padilla realizó prácticas de tiro sobre la mayor de las islas e invadió el área hasta que fue obligada a retirarse por aeronaves venezolanas. En 1971, la misma fragata invadió el Golfo de Venezuela, apoyada posteriormente por las corbetas ARC Tono y ARC Córdoba. Solamente una vigorosa acción diplomática las hizo desistir de su acción. En 1980, evidente ya el fracaso del proyecto de tratado llamado Hipótesis de Caraballeda, tropas terrestres colombianas fueron movilizadas hacia las fronteras con Venezuela en La Goajira, los Andes y el Arauca. La movilización venezolana contrarrestó las posibles intenciones bélicas. En 1987, está todavía fresca en la memoria venezolana la incursión de la corbeta ARC Caldas que produjo una crisis internacional que llevó a los países al borde de un conflicto bélico.”51

3) Otras amenazas Aunque Colombia era la principal amenaza en la mente de los miembros de la Junta Militar de Gobierno hacia 1951, no era ni mucho menos la única. De hecho, era otro país cercano a Venezuela, y no Colombia, el que parecía tener la fuerza naval más grande entre los países independientes del Caribe: República Dominicana. Hacia 1950 la Armada dominicana poseía un destructor Clase “H”, una fragata Clase “River”, una fragata Clase “Flower”, un destructor Clase “F”, una fragata Clase “Asheville”, dos fragatas Clase “Tacoma” y cinco corbetas Clase “Flower”, estas últimas iguales a las venezolanas, pero mejor equipadas.52 Según la enciclopedia All the world´s fighting ships 1947 – 1982. Part II: The Warsaw Pact and Non-Aligned Nations, la Armada dominicana alcanzó su mayor cantidad de efectivos durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, decayendo luego de su 51

Nieves-Croes, Francisco. Ob Cit, p. 199

52

Gardiner, Robert (Director). All the world´s fighting ships 1947 – 1982. Part II: The Warsaw Pact and NonAligned Nations, pp. 414 - 415

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asesinato en 1961. Aunque Trujillo tuvo en general actitudes cordiales hacia los regímenes dictatoriales o autoritarios que acordaran con él una ayuda mutua contra exiliados opositores, su megalomanía y el fortalecimiento de las fuerzas armadas dominicanas no dejaba de ser una preocupación para el nuevo Gobierno venezolano. Además de República Dominicana, podríamos considerar el poderío militar de Brasil, que específicamente en lo naval era hacia 1950 consistente en: dos acorazados Clase “Minas Gerais”, tres destructores Clase “Marcilio Dias”, seis destructores Clase “Acre”, ocho destructores de escolta Clase “Cannon”, un submarino clase “Humaita” y tres submarinos clase “Tupi”, aunque los intereses brasileños nunca apuntaron hacia Venezuela y de hecho las relaciones entre Marcos Pérez Jiménez y Getulio Vargas siempre fueron cordiales incluso. Otra posible amenaza, juzgando por las declaraciones dadas por el propio General Marcos Pérez Jiménez a Agustín Blanco Muñoz53 sobre sus planes y sueños de recuperar el Esequibo, cabría preguntarse si en los escenarios considerados por la Junta Militar no estaría previsto a medio plazo un enfrentamiento con el Imperio Británico u otra potencia colonial europea en la zona de las Guayanas y el Caribe oriental. En todo caso, la adquisición de armamento naval y aéreo en el Reino Unido no indicaría realmente un escenario de esa naturaleza. Las declaraciones de Pérez Jiménez ante Blanco Muñoz pudieron estar distorsionadas por el tiempo transcurrido y la época. El único caso de la historia en el que un país se ha enfrentado en guerra a su proveedor de armas fue Argentina en la Guerra de las Malvinas. Si Pérez Jiménez realmente pensó en atacar la Guyana Británica, es algo que al menos por ahora no se ha demostrado con documentos de la época. En cualquiera de los casos antes expuestos, era evidente que Venezuela necesitaba de manera urgente una poderosa escuadra de combate para sus Fuerzas Navales, y que la Junta Militar lo entendió muy bien.

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Blanco Muñoz, Agustín. Habla el general, p. 218

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C) La política del nuevo gobierno militar a partir de 1948

El 24 de noviembre de 1948 un grupo de militares pertenecientes a la Unión Patriótica Militar, y liderados por Marcos Pérez Jiménez y Carlos Delgado Chalbaud, entre otros, derrocan al presidente Rómulo Gallegos. Este grupo de militares tenía una interesante agenda política, marcada por la búsqueda del desarrollo material del país, especialmente de las Fuerzas Armadas, un nacionalismo fuerte y la defensa a ultranza de la soberanía e integridad territorial del país, recientemente lesionada por el tratado de límites entre Venezuela y Colombia de 1941. Ahora bien, ¿quiénes eran exactamente estos militares?, ¿por qué derrocaron a un gobierno que ayudaron a establecer tras el golpe de Estado del 18 de octubre de 1945?, ¿cuál era su ideología y planes para la nación?... Trataremos de responder estar interrogantes en las próximas líneas.

1) Orígenes del nuevo gobierno y sus razones para tomar el poder Para entender sucintamente el golpe de Estado del 24 de noviembre de 1948, se hace imprescindible revisar el del 18 de octubre de 1945, también llamado “Revolución de Octubre” y que tuvo un marcado carácter civil – militar, pues el partido Acción Democrática hizo causa común en igualdad de condiciones con un sector de la Fuerza Armada para derrocar al General Isaías Medina Angarita. Desde la visión civil, aquel derrocamiento fue una suerte de triunfo final de aquellos jefes políticos que comenzaron su andadura en 1928 como líderes estudiantiles. Habían finalmente vencido al gomecismo y su herencia. Pero… ¿cómo puede ser visto este proceso desde dentro de los cuarteles?... El Capitán de Navío Jairo Bracho Palma nos explica este fenómeno como un quiebre generacional y nos das luces acerca de las motivaciones de quienes derrocaron a Medina Angarita en 1945.

“Estas y otras circunstancias desarrollaron en aquella oficialidad un espíritu crítico muy duro hacia la Fuerza Armada, considerada capaz de

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mantener el orden interno y el gobierno de turno, pero no sus obligaciones verdaderas. Unos ciento cincuenta oficiales participaron en la conspiración. Bajos sueldos, postergación de ascensos y las pérdidas territoriales, fueron los principales fundamentos expuestos, aunque como veremos más adelante, éstas motivaciones van perdiendo firmeza ante el análisis número de la realidad. Fue un movimiento militar con fines militares, no otra cosa. Existía la intencionalidad de los altos mandos por mejorar las condiciones de vida y la modernización de la fuerza… El primer grupo de conspiradores surgió de la Armada a finales de 1943, denominado ―Comité Militar Patriótico‖. El alma del movimiento lo conformaba la oficialidad egresada de la Escuela Naval Argentina… El comité de marinos estaba muy bien organizado, contaba con cuarenta miembros aproximadamente, pero tenía una proyección localista. Las causas del descontento no diferían mucho de los planteamientos del Ejército: nivel de vida miserable, postergación de ascensos, material bélico no acorde con las realidades del país, pérdidas territoriales, etc. El segundo grupo estaba conformado por oficiales del Ejército. Comenzaron por simples reuniones donde se criticaban los problemas reseñados. El alma de este grupo fue el teniente Edito Ramírez, pero el catalizador de lo que luego se llamaría ―Unión Patriótica Militar‖, fue el capitán Marcos Pérez Jiménez, le seguían el capitán Mario Ricardo Vargas y el subteniente Martín Márquez Añez… El tercer grupo estaba compuesto por los capitanes Miguel Nucete Paoli, Martín Carrillo Méndez, los tenientes Francisco Gutiérrez, Horacio López Conde y Carlos Morales… Unos siete meses antes del 18 de octubre, a instancias de Edito Ramírez, se concretó la unión de los grupos atomizados en una unidad de propósitos y acciones… La primera gran asamblea conformó la cúpula militar, doce andinos y un central: mayores Marcos Pérez Jiménez y Julio César Vargas, capitanes Mario Ricardo Vargas, Miguel Nucete Paoli, Teresio Contreras Vivas, Martín Carrillo Méndez, Evelio Roa Castro; tenientes Edito Ramírez, Horacio López Conde (Aviación Militar); Francisco Gutiérrez, Carlos Morales, Régulo Pacheco Vivas, y subteniente Martín Márquez Añez. Se formó un subcomité en la guarnición de Maracay, dirigida por el mayor Hugo Fuentes y el capitán Miguel de la Rosa.

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La Unión Patriótica Militar era una logia a imitación de las que existían en los países del Cono Sur, que abogaban por un modelo desarrollista de tendencia prusiana. Tenía una declaración de principios un programa básico de gobierno y un juramento de ingreso. Esta logia no tenía un ala política que le diera sustento a las acciones de calle, las conjuras de 1922 y 1928 habían demostrado este hecho.”54

Estos grupos de oficiales conspiradores, activos y organizados ya antes de 1945 como hemos visto, eran bastante jóvenes, y muy diferentes en su formación a las generaciones precedentes. Tenían una excelente formación militar, muchos de ellos en el extranjero, tenían una visión mucho más clara de cómo debían ser unas fuerzas armadas modernas y eficientes para la defensa nacional, y habían visto la realidad de países vecinos mucho mejor organizados y desarrollados. En contraste, sus posibilidades de ascenso militar y político se veían truncadas por oficiales y líderes salidos de las últimas guerras civiles y montoneras, que en casi todos los casos estaban muy por debajo de su nivel académico y profesional, y que ya habían fracasado en la tarea de defender la soberanía e integridad nacionales, como fue evidente durante la Segunda Guerra Mundial y con la firma de tratado con Colombia de 1941.

“En el caso venezolano, las relaciones civiles-militares no pueden ser analizadas a la luz de especulaciones antagónicas o de acuerdo a las clasificaciones de modernos manuales que tienen la manía de enmarcarlos en reglas generales… …Las establecidas entre camaradas, superiores y subalternos, subalternos y superiores. Se caracterizará por un vacío generacional entre hombres con más de treinta años de servicio, muy sufridos por qué no decirlo, sujetos a privaciones y décadas en el mismo grado, dispuestos a dejarse matar por el jefe, y que entendieron a la Fuerza Armada como servicio rutinario en cuarteles. El vacío generacional venía acompañado por la dicotomía formativa, no era la misma diferencia entre los oficiales que

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Bracho Palma, Jairo. Los Sueños Rotos. La historia de los Delgado Chalbaud, pp. 192 - 194

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vinieron con Castro, los que quedaban de la época de Crespo y Guzmán en 1913, formados al calor de la batalla, y los de Escuela. La relación superior-subalterno era áspera. Persistían los castigos exagerados, como el planazo o la reclusión de oficiales en compañías disciplinarias.”55

Ahora bien, una vez completada la “Revolución de Octubre de 1945” y estabilizada la situación, ¿qué efecto tuvo la misma en la Fuerza Armada?

“Con la ejecución del golpe de Estado octubrista la FAN se constituye de nuevo en un actor político de primer plano en la dirección del Estado y del poder público; pero ahora este papel pasa a desempeñarlo la institución armada dentro de un marco político e ideológico regido por el uso populista que hace el ―adeco-betancourismo‖ de las categorías: pueblo, partido del pueblo, ejército del pueblo, gobierno del pueblo, etc.”56

En efecto, tras el golpe del 18 de octubre de 1945, la Fuerza Armada reforzó su papel en la política nacional, en gran medida por la exaltación que el propio partido Acción Democrática hizo de los militares. Sin embargo, la diferencia entre estos dos aliados no tardó en marcarse. En muchos sentidos era una alianza contra natura.

“La posición política de esta fracción castrense durante el Trienio (que en el momento del golpe de Estado se presentaba como la representación de toda la Fuerza Armada Nacional) pasa por una evolución que va del total acuerdo con Acción Democrática y el gobierno a la ruptura violenta del mismo mediante el golpe de Estado del 24/11/1948. Hasta poco antes de la realización de este hecho de fuerza son numerosas las declaraciones en las que distintos voceros de Acción Democrática 55

Ibídem, p. 203 - 204

56

Battaglini, Oscar. El betancourismo 1945 – 1948: rentismo petrolero, populismo y golpe de Estado, p. 198

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(Betancourt en primer término) y de esta fracción militar, aparecen haciendo profesión de fe sobre las ―virtudes‖ que se reconocen mutuamente; y sobre las identidades políticas que ya existían o que se establecen entre ellos una vez consumado el golpe de Estado del 18 de octubre de 1945. Cabe señalar que todo esto se da a pesar de que los intentos golpistas que se suceden durante el Trienio denuncian el hondo descontento que ya cundía en el seno de la FAN debido a determinados hechos que eran percibidos por ella como una amenaza o como elementos desestabilizadores del orden político que se había constituido en el país tras el derrocamiento de Medina Angarita. Entre los más importantes de esos hechos destacan: 1.

La creciente conflictividad social y política que, como se ha visto, se desarrolla durante ese período; situación que se agravaría todavía más por la incapacidad demostrada por el gobierno para contenerla (para reprimirla). El descontento que esta situación provoca en una Fuerza Armada ya imbuida de un profundo y redoblado espíritu reaccionario por el proceso de ―pentagonización‖ que sobre ella se había operado, muy pronto se convertirá en una de las principales determinaciones del conflicto que progresivamente llevaría a la FAN a disolver su alianza con AD en el ejercicio del gobierno. Esta posición política que el grupo militar que venía de derrocar a Medina Angarita logra disimular a todo lo largo del Trienio, se pondría de manifiesto en las declaraciones que inicialmente ese grupo militar le ofrece al país como explicación justificadora del golpe de Estado por el cual ellos le ponen fin al gobierno de Rómulo Gallegos…

2.

La presencia en Acción Democrática de un sector político radical de izquierda que de acuerdo con la particular valoración política que dicho grupo militar hacía de ese hecho, convertía a AD en una suerte de ―partido comunista blanco‖…

3.

La gran recuperación y beligerancia que de nuevo estaban alcanzando los comunistas y otros agrupamientos políticos de izquierda en el seno de los trabajadores; particularmente, como se ha visto, entre el proletariado petrolero. A este respecto debe recordarse o tenerse en cuenta el contenido de la conversación que sostienen el embajador norteamericano, Walter J. Donelly y el presidente Gallegos, en la que Donelly expresa su preocupación por ese problema. Otro dato que ilustra bastante bien la preocupación que se experimentaba en el seno de la FAN por ese hecho, lo deja traslucir Carlos Delgado Chalbaud en la entrevista que, a su vez, tiene con el 58


embajador Donelly días después de ejecutado el golpe de Estado contra Gallegos.”57

El historiador Oscar Battaglini, como se ve más arriba, toma en cuenta la influencia norteamericana en el golpe de 1948, aunque evidentemente el mismo se trató de un hecho complejo, consecuencia de un largo proceso, marcado por factores internos y externos. Podríamos también mencionar que un punto de ruptura irreversible entre los adecos y los militares llegó tempranamente cuando la Asamblea Constituyente de 1946 dejó a los militares sin derecho al sufragio en la nueva constitución.58 El CN Bracho Palma sigue dándonos luces acerca del rápido proceso que enemistó a militares y adecos durante el “Trienio Adeco”.

“Betancourt era un líder de partido, quiso hacer del aparato político la voz nacional con la exclusión de los otros. Bien pronto tuvo choques frontales con Marcos Pérez Jiménez y Julio César Vargas, porque los identificó como protagonistas, y eso cortaba sus aspiraciones de atraer a sus filas, a oficiales activos.”59 “Los motivos de los movimientos del 18 de octubre de 1945 y del 24 de noviembre de 1948, requerirían trabajos específicos sobre el tema. La complejidad es evidente… La caída de Gallegos no es más que el acto segundo de un mismo movimiento que devino en un gobierno en nombre de las Fuerzas Armadas.”60 “Acción Democrática desde el gobierno había generado las condiciones favorables para obtener el respaldo mayoritario. Copeyanos, uerredistas y comunistas concentraban sus esfuerzos en Caracas y en Los Andes, con escenas especialmente violentas en Mérida y Táchira. 57

Ibídem, pp. 295 - 296

58

Plaza, Eliana y Combellas, Ricardo (Coordinadores). Procesos Constituyentes y Reformas Constitucionales en la Historia de Venezuela: Tomo II. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 2005. 59

Bracho Palma, Jairo. Los Sueños Rotos. La historia de los Delgado Chalbaud, pp. 205

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Ibídem, p. 242

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Desde la tribuna, las Fuerzas Armadas eran tentadas por los partidos de oposición. Algunos sugerían otorgarles libertades políticas, con propuestas en el Congreso, de permitirles el voto. Otros, como Jóvito Villalba, se vieron involucrados directamente en movimientos de cuartel. Las Fuerzas Armadas pasaron a ser un factor de poder. Habían adquirido conciencia de su capacidad para influir en los acontecimientos políticos, no de la mano de un caudillo, sino en nombre de la institución. Era una nueva etapa en la historia militar de Venezuela.”61 “Sin entrar en consideraciones de tipo institucional, ¿cuál fue el dilema o los factores objetivos que propugnaron la caída del gobierno y del partido Acción Democrática? El sectarismo y el desprecio hacia las opiniones contrarias, la ausencia de obras de envergadura, eficiencia en las ejecutorías, a favor de actos políticos de bajo alcance. La mayoría de lo anunciado no fue terminado, o iba a un ritmo demasiado lento. La apertura entreguista a las compañías norteamericanas, sin ningún régimen compensatorio. El desorden y la improvisación.”62

Hasta ahora, llevamos una idea al menos esencial de quienes eran estos militares que derrocaron a Rómulo Gallegos el 24 de noviembre de 1948 y cuáles fueron sus razones. Sin embargo, lo que más nos interesa en este estudio es qué planes tenían para el país, y especialmente para las Fuerzas Armadas.

“La Junta Militar carecía de un programa de gobierno como los partidos políticos lo entendía, pero pronto tuvo su propio proyecto. Sus prioridades estaban orientadas a crear un adecuado clima de convivencia y la solución de los problemas urgentes”63 “¿Cómo concebía el Ministerio de Defensa, y el sector militar en general, lo nacional? Como una estructura cohesionada, canalizada y guiada a las necesidades de potenciales guerras, mediante obras en tiempos de paz 61

Ibídem, p. 243

62

Ibídem, p. 283

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Ibídem, p. 275

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de uso prioritario en tales contingencias: carreteras, ferrocarriles, nuevas poblaciones, puentes, minería. El concepto de la nación en armas era entendido como el Ejército activo, y un bien entrenado cuerpo de reserva.”64

En cuanto a los medios para alcanzar tales fines, la siguiente declaración de Marcos Pérez Jiménez resulta reveladora de su ideología, personalidad y de los medios a los que estaba dispuesto este oficial.

“Para mí por sobre el espíritu democrático debe estar un concepto cabal de beneficio público, de engrandecimiento nacional. Y los sistemas de gobierno tienen que subalternizarse a los logros realmente beneficiosos para la nación.”65

Justamente fue Marcos Pérez Jiménez, el oficial que terminaría liderando al final a esta agrupación de oficiales, tras las Juntas Militares de 1948 a 1952. Aunque Pérez Jiménez no fue ni mucho menos el líder absoluto, ni el único ideólogo del movimiento antes de 1948, sí está indisolublemente unido a su persona lo que más pudiera acercarse a un “corpus ideológico” o “doctrina político-militar” dominante del decenio 1948 – 1958: el Nuevo Ideal Nacional. Y ¿qué era el “Nuevo Ideal Nacional”?...

“La doctrina del Nuevo Ideal Nacional aparece enunciada oficialmente, por primera vez, por el Teniente Coronel Marcos Pérez Jiménez, Ministro de Defensa y miembro de la Junta Militar de Gobierno, en su discurso de clausura de la Convención de Gobernadores de Estado y Territorios Federales, el 13 de marzo de 1949. En ese discurso, que contiene tres referencias directas al ―ideal nacional‖, aparece enunciada, de manera imprecisa, la doctrina que será el 64

Ibídem, p. 296

65

Blanco Muñoz, Agustín. Habla el General, p. 47

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gran ―faro filosófico‖, como lo llamará después Pérez Jiménez, para orientar la acción de su régimen. Años más tarde, ya instalado en el poder, el Presidente Pérez Jiménez la presentará de manera sucinta y definitiva, tal como ocurrió en su discurso del 19 de abril de 1953, en el acto de toma de posesión de la Presidencia de la República.”66 “el Nuevo Ideal Nacional buscaba ser el punto de partida para la transformación del medio físico y el mejoramiento moral, intelectual y material de los venezolanos, como vía para la construcción de una patria digna, próspera y fuerte; libre de la miseria y el atraso que venía aquejando a la población desde el siglo XIX.‖ ―El Nuevo Ideal Nacional es el discurso justificador de la estructura de poder y de la acción política perezjimenista, es el vehículo que transporta la ideología dominante y el fin que persigue es establecer un ―ideal común‖, justificado en la ausencia de una conciencia o identidad nacional, única condición garante de la estabilidad, el progreso y la civilización”67

En resumen, para 1949 tenemos en el poder en Venezuela a un grupo de jóvenes oficiales de las Fuerzas Armadas con una formación académica de calidad en el extranjero, que han hecho un relevo generacional forzado en el mando, y han derrocado al que era el partido político dominante entre las masas hasta la fecha. Su ideología tiene vetas de fascismo, absorbidas en Argentina y Perú, y su programa de gobierno es claramente nacionalista y desarrollista, teniendo como uno de sus principales objetivos el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, y garantizar la defensa, soberanía e integridad territorial de la nación. Sin embargo, muestran una mínima preocupación por las formas y métodos que asumirán para llevar a cabo su programa. Veremos entonces cómo este nuevo Gobierno manejó las amenazas que Venezuela estaba encarando para comienzos de los años 50.

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Cartay, Rafael. “La filosofía del régimen Perezjimenista: El nuevo ideal nacional”. Disponible en: ftp://iies.faces.ula.ve/Pdf/Revista15/Rev15Cartay.pdf (Revisado online el 25 de enero de 2015 a la 01:08 pm) 67

García Rodríguez, Catherine. “El Nuevo Ideal Nacional: Nueva y Vieja Práctica del Poder”. Disponible en: http://www.cidar.uneg.edu.ve/DB/bcuneg/EDOCS/formae/Revistas_e/Kaleidoscopio/Numero_4/5.pdf (Revisado online el 25 de enero de 2015 a la 01:14 pm)

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2) Respuestas a las amenazas a la soberanía, integridad territorial y seguridad nacionales Hacia 1950 Venezuela como Estado presentaba un balance bastante negativo en lo referente a disputas territoriales y demarcación de fronteras. Venía perdiendo territorios ante Colombia de forma casi continua desde 1830 y también ante el Imperio Británico en la zona del río Esequibo. Solo en los casos de la Isla de Aves y la Isla de Patos, el Estado venezolano había salido ganando de la mesa de negociación. Sin embargo, no eran las islas del Caribe o la frontera oriental con la Guayana Inglesa las principales preocupaciones en materia de defensa que ocupaban la mente de los miembros de la Junta Militar de Gobierno. Dicho lugar lo ocupaba Colombia, pues para este grupo de oficiales, era imperativo que Venezuela fortaleciera su posición para evitar un nuevo retroceso territorial como el de 1941, al tiempo que se pudiera avanzar hacia la recuperación del territorio perdido.

“La preparación contra las pretensiones colombianas fueron consideraciones de primer orden. Se manejaba como hecho cumplido en el Estado Mayor General, la recuperación de territorios perdidos en La Guajira y en las inmediaciones del río de Oro: En la época de la Junta Militar no habíamos tenido tiempo de revisar el mapa ni nada de esas cosas, y entonces los colombianos comenzaron a hacer actos de soberanía, dando concesiones o negociando con la plataforma submarina en el Golfo a unas compañías internacionales, y otras para que explotaran el guano de Los Monjes. Los Monjes son en sí unos peñotes, significaban todo como posesión de la plataforma submarina que da entrada al golfo de Venezuela. Si usted ve la posición de Los Monjes, y ve la isla de Aruba, entonces esa otra entrada hubiera quedado en aguas territoriales colombianas, y en aguas de Aruba, que pertenecen a Holanda, lo que nos hubiera quedado como acceso al Golfo de Venezuela solamente la mitad de las aguas correspondientes a las existentes entre Aruba y la costa de Paraguaná, por eso nosotros nos auto hicimos un alto en la cuestión del Esequibo, y parar a los colombianos ahí, en Los Monjes. Los colombianos tenían mayores efectivos, mayores reservas entrenadas, mejores cuadros de oficiales y de sub-oficiales, nos aventajaban en fuerzas terrestres, pero bastante, la única cuestión que teníamos nosotros a nuestro favor era que estaban llegando los fusiles semi-automáticos belgas 63


que por primera vez se utilizaban en las Fuerzas Armadas de Latinoamérica. ¿Qué significaba eso? Mayor poder de fuego en nuestras unidades terrestres sobre las unidades terrestres colombianas, solamente ese aspecto favorable; Fuerzas Navales: la superioridad colombiana era manifiesta, tenían los destructores Antioquía, Caldas, las fragatas Almirante Padilla, Tono. Nosotros teníamos cuatro (4) corbetas viejas desarmadas incapaces de sostener ni un minuto de enfrentamiento con las unidades colombianas”68

Los acontecimientos no tardarían en confirmar los temores de la Junta Militar, pues en 1952 se produjo la Crisis de Los Monjes con Colombia. Sin ahondar demasiado en la crisis en sí, tenemos que Venezuela había venido ejerciendo soberanía en este archipiélago desde su independencia de España. Aunque se habían dado hechos un poco “ambiguos” que abrieron la puerta a las aspiraciones colombianas sobre Los Monjes, en realidad la soberanía venezolana sobre las islas nunca fue interrumpida. El 29 de junio de 1951 por decreto 214, el Gobierno de Venezuela adscribió Los Monjes a la Capitanía del Puerto de las Piedras, sin que se produjera reclamo colombiano.69 Ya en 1952 Colombia pasó a una actitud más agresiva. El 10 de enero la revista oficial “Territorios Nacionales” publicó un escrito afirmando que Los Monjes era parte de Colombia. Siete días después respondió la cancillería venezolana afirmando que Los Monjes era territorio venezolano, y recibiendo total apoyo del ministro de defensa, Coronel Marcos Pérez Jiménez. En febrero, la Comandancia de las Fuerzas Navales de Venezuela instala un faro en Los Monjes, ejerciendo así la soberanía nacional en la zona. En junio, el Ministerio de Defensa venezolano convocó las reservas de tropas excedentes de los años 1950 y 1951 ante más informaciones de las intenciones colombianas en Los Monjes.

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Bracho Palma, Jairo. Entrevista al General de División Marcos Pérez Jiménez. Madrid, 1996

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Esser De Lima, Rolando. “Los Monjes” en FAV-Club. Disponible en:

http://www.fav-club.com/index.php?option=com_content&view=article&id=208:los-monjes&catid=26:historia&Itemid=25 (Revisado online el 03 de septiembre de 2013, a las 09:02 pm)

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La crisis estalló el 13 de agosto, cuando la fragata colombiana “Almirante Padilla” realizó prácticas de tiro contra Los Monjes; dichas maniobras se extendieron hasta el 29 de ese mes. El 1 de septiembre el Gobierno venezolano comienza a reaccionar, conciliatoriamente primero, pero luego de forma más activa. Cuando la noticia de lo sucedido con la “Almirante Padilla” llega al Ministerio de Defensa, se ordenó la alerta máxima en las unidades militares de la frontera con Colombia al tiempo que se les reforzó. Se despacharon también las corbetas “Patria”, “Federación” y “Victoria” hacia Los Monjes, enviándose también buques de transporte con infantes de marina, bajo el mando del Comandante General de las Fuerzas Navales, Capitán de Fragata Oscar Ghersi Gómez. Por su parte, el Escuadrón de Caza N° 36 de la Fuerzas Aérea, dotado con aviones Republic F47/D Thunderbolt también envió unidades a la zona, enviando también la Fuerza Aérea al Escuadrón B-40 con aviones B25J Mitchell y los modernos jet Havilland Vampire. Los infantes de marina desembarcaron en Los Monjes Sur e izaron el pabellón nacional al acorde del “Gloria al Bravo Pueblo”. El 22 de noviembre el Gobierno colombiano reconoció la soberanía de Venezuela en Los Monjes, y el día 29 es izado nuevamente – esta vez de forma oficial – el pabellón nacional de Venezuela en Los Monjes sin respuesta alguna por parte de Colombia. La crisis se había resuelto gracias a una decidida acción venezolana que disuadió a Colombia. Pero revisemos las declaraciones de un protagonista clave de aquel momento.

“El gobierno venezolano estuvo a la altura del momento histórico. Actuó de manera responsable. El 9 de mayo, el Canciller Gómez Ruiz, luego de enviar una misión de estudiosos al Archivo General de Indias y otros que tuvieran títulos históricos, presentó un trabajo con tales avales y los posibles escenarios con la Cancillería colombiana. Marcos Pérez Jiménez, atento a las maniobras colombianas, ordenó la publicación de un llamado a fila a la reserva de las tropas licenciadas en 1950 y 1951. Entre el 13 y 29 de agosto, el destructor colombiano ―Almirante Padilla‖, al mando del CN Jorge Berrio Posada apareció sobre Los Monjes e hizo varios tiros de entrenamiento sobre ella. Al parecer, algunos disparos 65


fueron efectuados contra pescadores venezolanos que faeneaban en aquella isla. El estado de las Fuerzas Navales venezolanas, comparadas con la colombiana era poco favorable: A pesar de la notable inferioridad de las Fuerzas Navales y Terrestres, con una ligera superioridad aérea, Pérez Jiménez, no fue a instancias internacionales, no utilizó más que los necesarios mecanismos de conciliación diplomática, a sabiendas de que se jugaba su pervivencia en lo político y lo militar, apostó a los valores tradicionales de un militar: el honor y la defensa de la soberanía. Movilizó las Fuerzas Armadas y se preparó para un conflicto.”70 “…Cuando se presentó el conflicto o amago de conflicto de Los Monjes, ya teníamos contabilizado nuestro poder intrínseco dentro de las Fuerzas Armadas, y sobre todo la relación con las Fuerzas Armadas de Colombia. Y nuestra conclusión, muy somera, fue que los colombianos nos superaban ampliamente en el mar y en la tierra. En el mar, nosotros sólo disponíamos de cuatro viejas corbetas, sin armamento adecuado y mal manejadas por marinos que no habían alcanzado los niveles suficientes para conducir esos barcos con eficiencia. Y en tierra, por la sencilla razón, de que tenían mucho mayor número de reservas entrenadas y el ejército en sí era más numeroso. Lo único que nos favorecía con respecto a las Fuerzas Armadas Terrestres era que nosotros, para ese momento, habíamos adquirido un fusil semiautomático FN, con el cual nuestras unidades tenían un mayor poder de fuego, es decir, la posibilidad de lanzar más proyectiles sobre el enemigo. En lo que respecta a las Fuerzas Aéreas, allí, sí superábamos ampliamente a Colombia porque ya teníamos los aviones a reacción. Por eso no se dio el paso firme de la ocupación de Los Monjes. Sabíamos que podíamos aguantar en tierra, por mejor dotación de armamento y que en el aire podíamos superar ampliamente a los colombianos. Ellos se dieron cuenta de esta situación y quizás, en consulta con sus militares, resolvieron transarse. Y la cuestión de Los Monjes se quedó ahí. Es decir, que esa acción que se basaba en tener unas Fuerzas Armadas con una aviación superior y unas fuerzas terrestres que al menos podían contrarrestar a las del país vecino, se tradujo en el beneficio de la preservación de once mil kilómetros cuadrados de plataforma submarina, 70

Bracho Palma, Jairo. Hombres de Hierro Tomo I, p. 202

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rica en petróleo. Sin ese respaldo de las Fuerzas Armadas esa acción no se hubiera podido tomar.”71

Y tras este análisis táctico, Pérez Jiménez ofrece una visión política más amplia de la crisis de 1952 entre Colombia y Venezuela.

“… La única actuación que quizá dio resultados concretos, fue más bien a través de razones no muy jurídicas, sino de fuerza. Me refiero a la preservación que se hizo, en la época de la Junta Militar de Gobierno, de los islotes de Los Monjes. Pero no eran los islotes en sí. Es la plataforma submarina; once mil kilómetros cuadrados de plataforma submarina en el Golfo de Venezuela. Eso era lo que se estaba preservando allí. Y se les habló a los colombianos un lenguaje demasiado sencillo, pero respaldado por un aparato disuasorio como era las Fuerzas Armadas, que entonces valía un poco más desde el punto de vista militar, que las actuales. Se les dijo a Colombia: nosotros no podemos perder ni un centímetro más de nuestro territorio. Ya hemos cedido bastante. De manera que si ustedes pretenden tomar ese territorio debemos advertirles que Los Monjes fueron ocupados ayer por las Fuerzas Armadas Nacionales, por la Guardia Nacional. Así que si ustedes quieren sacarnos tienen que echar tiros. Esa fue una medida de hecho. Y los colombianos desistieron de sus propósitos. …la diplomacia de las naciones débiles es una diplomacia inefectiva. Los argumentos tienen más validez cuando se sabe que detrás de ellos hay un aparato militar.”72

Semejantes declaraciones nos muestran al General Pérez Jiménez como un pensador enmarcado en la Realpolitik. Para él y sus compañeros de la Junta Militar, la capacidad disuasoria de Venezuela debía ser primordial para garantizar su seguridad, soberanía e integridad territorial. Así pues, tenemos que para los nuevos gobernantes de Venezuela, la estrategia básica para la seguridad nacional se centraba potenciar la capacidad de las

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Blanco Muñoz, Agustín. Habla el General, p. 217

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Ibídem, p. 37

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Fuerzas Armadas y responder con firmeza a las amenazas que surgieran, y no sólo las de Colombia… Para ello, reforzarían el poder bélico de las Fuerzas Armadas, y las emplearían en un conflicto internacional si era preciso. En esta política de defensa se enmarca la adquisición de los destructores Clase “Nueva Esparta”.

D) Desarrollo de la guerra naval hacia los años 50 Al terminar la Segunda Guerra Mundial, se abrió un nuevo ciclo de desarrollo tecnológico que permitió una verdadera revolución en el armamento naval, produciendo cambios trascendentales en la táctica naval. Nuevas armas como el portaviones, el submarino y el avión a reacción, y nuevo sensores como el radar y el sonar, cambiaron para siempre la naturaleza del combate en el mar, haciéndolo mucho más complejo, abstracto y difícil, Por su parte, el destructor, que había sido hasta antes de la Segunda Guerra Mundial un buque de menor importancia, vio incrementadas sus funciones y tareas en el nuevo escenario, al tiempo que sus características también cambiaron para capacitarlos para las mismas.

1) Las nuevas armas, sensores y tácticas El arma naval más visible aparecida en la Segunda Guerra Mundial son los asociados a la protección y detección que favorecieron el desarrollo del avión y del submarino. Tras batallas como las del Atlántico, Tarento, Pearl Harbor, Golfo de Siam, o Mar del Coral, quedó patente que las flotas no estarían ya completas ni a salvo sin cobertura aérea, al tiempo que sus posibilidades de atacar a la flota rival también estarían bastante limitadas sin el alcance y velocidad de ataque que aportaban los aviones, bien fueran embarcados – en términos ideales - , o con base en tierra. De esta forma, el portaviones, como la plataforma para la aviación naval por excelencia, emergió ya en la propia guerra como el buque de guerra rey del mar, desplazando de esta posición al acorazado; aunque ya en batallas como Tsingtao (1914) y 68


Jutlandia (1916), durante la Primera Guerra Mundial, ya se habían utilizado hidroaviones en asociación con acorazados y cruceros para facilitar la búsqueda y detección del enemigo. Estos últimos buques, se habían revelado como demasiado costosos, y vulnerables, por lo que constituían un desperdicio de material y dinero para cualquier país que los construyera. De hecho, ya durante el desarrollo de la contienda, ningún país siguió construyéndolos, siendo significativo el caso de Japón, país pionero en el empleo del avión y el portaviones, que dio marcha atrás con la construcción de los súper acorazados “Yamato” y “Musashi” de 70.000 toneladas y que luego, en plena guerra debió transformar al último de su clase, el “Shinano” en un súper portaviones73. Esta afirmación obedece a que tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, las acciones principales que se desarrollaron en el mar fueron el ataque al tráfico marítimo y la consecuente protección de los convoyes. En estas acciones, los principales protagonistas fueron la aeronave, el submarino y el destructor, como veremos más adelante. Desde el punto de vista de la detección, el principal desarrollo se produjo con la aplicación militar de un ingenio italiano: el radar.

“El radar y las contramedidas radar, al momento de alcanzar su mayoría de edad en la Segunda Guerra, se transformaron en las principales herramientas sensoriales de la guerra.”74

En efecto, la presencia del radar no sólo redujo significativamente la vulnerabilidad de las flotas ante los ataques nocturnos, sino que convirtió el combate naval en algo que podía ser practicado en todo momento del día. Aquellas armadas que habían invertido tiempo y esfuerzo en desarrollar habilidad en sus tripulaciones y pilotos para el combate nocturno quedaron sin ventaja alguna cuando el radar anuló la sorpresa del ataque aéreo y dirigió el tiro de la artillería propia. El ocultamiento y la sorpresa en el ataque resultaron 73

Stille, Mark. Imperial Japanese Navy Aircraft Carriers 1921 – 1945. Oxford, Osprey Publishing, 2005

74

Hughes, Wayne P. Táctica de Flota, p.99

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casi imposibles en el combate superficie – superficie y aire – superficie. Una rara excepción a esto, donde el combate nocturno pudo aún darse en condiciones de sorpresa para el atacado y ventaja para el atacante fue la Batalla de la Isla de Savo, y la Batalla del Estrecho de Tassafaronga75, entre buques japoneses y norteamericanos, durante la campaña de Guadalcanal76, aunque estos hechos fueron en realidad el fin de este tipo de combate.

“En la Segunda Guerra Mundial el avión llegó a ser el arma suprema de las horas de luz debido a su alcance eficaz y a su (no limitada) capacidad de exploración, de guiado al blanco y de coordinación. No cualquier aeronave es apta para la tarea, y a juzgar por las pérdidas en combate, no cualquier piloto.”77

Aunque cuando hablamos del arma aérea aplicada a la guerra naval lo primero que nos suele venir a la mente es la aviación de ataque basada en portaviones y batallas como Midway, Santa Cruz, o Golfo de Leyte, la verdad es que la aviación naval cumplió muchos otros roles, como la exploración, el apoyo, la detección, y la guerra antisubmarina. En efecto, el binomio avión – buque con sonar, fue la clave del éxito Aliado en el Atlántico contra los submarinos alemanes. Aviones con gran autonomía eran ideales para la búsqueda y destrucción de submarinos en la inmensidad del océano, a la par que eran un vector de armas inalcanzable – literalmente – para el arma submarina. Si su patrullaje era a la vez bien guiado por el sonar, el avión se convertía en el arma antisubmarina perfecta. Ante el dominio tan determinante que el arma aérea alcanzó en el combate naval durante la Segunda Guerra Mundial, el armamento antiaéreo se vio notablemente incrementado en los buques de todos los tipos - construidos durante y después de la guerra –, además de que el radar – cada vez más sofisticado y potente – se hizo de presencia obligada incluso en buques de menor porte. 75

Hughes, Wayne P. Táctica de Flota, pp. 102 - 113

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Preston, Antony. Destroyers, an illustrated history, pp. 164 - 165

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Ídem, p. 93

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“…el balance de fuerzas, que en un principio favoreció al ataque aéreo, a medida que la guerra progresaba, se volcó a favor de la capacidad defensiva de los buques, circunstancia que por su incidencia táctica también debieron ser tenidas en cuenta”78

Justamente, ante la desaparición de los grandes, pesados, costosos y vulnerables acorazados y cruceros de batalla, son los cruceros ligeros, y sobre todo los destructores, los que tomarán el protagonismo en las tareas de escoltar y defender de aviones, y submarinos, a los portaviones y demás buques mayores, como transportes de tropas, buques logísticos, y otros.

2) La emergencia del destructor en el arte de la guerra naval Los destructores comenzaron a tomar mayor relevancia en la Segunda Guerra Mundial con la campaña de Noruega (1940), cuando británicos y alemanes se vieron obligados a ampliar emplear sus destructores en múltiples tareas tales como: escolta, transporte de tropas, defensa de costa, y guerra de superficie. La exigencia de la Batalla del Atlántico, y de la guerra en el Mediterráneo, hicieron que tuvieran que aumentar su capacidad antisubmarina y su autonomía (1941). Las operaciones navales que se dieron tras la Batalla del Mar de Java (1942), Guadalcanal (1942 – 1943), Islas Gilbert e Islas Marshall (1943) hicieron ampliar aún más sus capacidades antisubmarinas y antiaéreas. Todas las grandes potencias, con la notoria excepción de Japón, y más atrás Francia e Italia, ejecutaron proyectos de mejoramiento de sus destructores. El hecho más notorio del segundo conflicto mundial fue, con la excepción de las batallas entre portaviones y los escarceos entre la flota italiana y británica en el Mediterráneo, que los enfrentamientos entre grandes buques fueron escasos. Por supuesto, se excluye en primer lugar los hundimientos del “Bismarck” y el “Scharnhorst”, por ser 78

Ídem, 94

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actos de cacería, y en segundo lugar, las batallas del Cabo Matapán, Mar de Sibuyán, y Estrecho de Surigao porque fueron accesorios desarrollados dentro de operaciones de mayor envergadura: la Campaña de Creta y la Invasión de Filipinas. Tras la guerra, al desaparecer de la escena los grandes acorazados y cruceros de batalla, los cruceros medianos y ligeros, y sobre todo los destructores, asumieron la importante tarea de defender los portaviones y buques mayores de la amenaza aérea y submarina enemiga. Hasta la Segunda Guerra Mundial, los destructores eran buques pequeños, pensados para escoltar convoyes y cazar submarinos y amenazas menores; eran el anillo más externo de la flota de combate. Sin embargo, ya durante la guerra, sus funciones empezaron a cambiar, como explicamos más arriba:

“…los destructores, pensados para defender la vanguardia y retaguardia de la línea de acorazados de los ataques con torpedos de otros destructores, fueron adaptados para desempeñarse como escoltas antisubmarinos y antiaéreos”79 “Cuando la Royal Navy recibió el HMS Daring en marzo de 1952, quedó tan desconcertado por su tamaño que por un tiempo se habló de que era demasiado grande para ser un destructor. Con 2600 toneladas parecía haber pasado la categoría cazador cazado, pero no era más que el primero de una nueva serie de súper-destructores, y dentro de unos pocos años el destructor como tipo de barco de guerra había cambiado por completo No fue sólo en tamaño que el destructor cambió. El control de fuego asistido por radar ya había hecho del ataque con torpedos una cosa del pasado y, aunque esto no fue reconocido durante algunos años, se habían reconocido la importancia del ataque aéreo. El peso necesario para acomodar armas realmente de doble propósito, así como el volumen del sistema de control de fuego, para hacer efectivas esas armas, hizo inevitable el salto en tamaño. Pero había una tendencia en la dirección opuesta; reducir el destructor a escolta antisubmarina que sólo portara armas de

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Ídem, 76

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autodefensa, estando repleto de sensores antisubmarinos y armas de ese tipo.”80

Para los años 50, los destructores se estaban haciendo más grandes, estaban siendo dotados con más artillería y de más calibre, mayor armamento antiaéreo y antisubmarino y radares, sonares y electrónica de primera. Tras las experiencias de la Segunda Guerra Mundial, el destructor pasó a convertirse en el “caballito de batalla” de todas las flotas asumiendo buena parte del peso del combate superficie – superficie y un rol protagónico en el combate superficie – aire y superficie – sub superficie. Esta situación explicaría en sí misma, por qué el Plan Naval de 1949 del que hablaremos más adelante, tuvo en esta clase de buques la espina dorsal para una renovación total de la escuadra venezolana.

E) Estudio técnico de los destructores clase “Nueva Esparta” y su adquisición. Es momento ya de que estudiemos a nivel técnico los destructores Clase “Nueva Esparta”, pues sólo así podremos comprender su magnitud y su poderío, las razones que probablemente decidieron su adquisición, cómo impactaron en el desarrollo de las Fuerzas Navales de Venezuela y cómo aumentaron la proyección del poder naval venezolano. 1) Antecedentes Comencemos entonces por la empresa constructora y su astillero. Tenemos que la Vickers-Armstrong Limited era un conglomerado industrial formado por la fusión de la Vickers Limited y Sir W. G. Armstrong Whitworth & Company en 1927. La mayor parte de la empresa fue nacionalizada entre los años 60 y 70, quedando el remanente bajo el nombre de Vickers plc. hasta 1977 cuando desapareció. La Vickers Limited venía ya de ser una de las mayores empresas productoras de armas del mundo, fabricando desde aviones hasta vehículos militares, incluyendo la famosa ametralladora Vickers desarrollada a partir de la Maxim, y que fue ampliamente usada por el ejército británico en las guerras coloniales del siglo XIX, y las Guerras Mundiales. 80

Preston, Antony. Destroyers, an illustrated history, p. 200

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La Vickers se fusionó con la industrial Armstrong Whitworth ubicada sobre el río Tyne, que había sido fundada por W. G. Armstrong, para convertirse en VickersArmstrong, Ltd. Ambas empresas habían desarrollado líneas similares, extendiendo su producción a varios sectores militares, fabricando toda una gama de productos bélicos. La Armstrong Whitworth era famosa por su artillería fabricada en Elswick y su producción naviera en el astillero de High Walker en el Tyne. Tras la mencionada fusión de 1927, la compañía poseía un gran astillero en cada costa de Gran Bretaña: el Astillero de Construcción Naval de Vickers en Barrow-in-Furness – donde fueron construidos los “Nueva Esparta” – y el Astillero Naval de Armstrong Whitworth en High Walker. La Vickers-Armstrong llegó a ser una de las navieras más importantes del mundo.81 Por su parte, el astillero de Barrow-in-Furness surgió en 1871 con la Barrow Shipbuilding Company de James Ramsden. En 1897 fue comprado por la Vickers y se convertiría en el Astillero de Construcción Naval. Tras la fusión de 1927 pasó a manos de la nueva Vickers-Armstrong Ltd. y en 1955 la división de construcción naval cambió su nombre a Vickers Armstrong Shipbuilders. El astillero fue finalmente nacionalizado en 1977. Cuando se recibió el encargo de los “Nueva Esparta”, el astillero de Barrow-inFurness ya había producido algunos de los barcos de guerra más famosos de Gran Bretaña y del mundo, como por ejemplo: el acorazado “Mikasa” – buque insignia japonés en la Batalla de Tsushima de 1905 - , el acorazado “Emperor of India” en 1913 - destacado en la Primera Guerra Mundial - , los portaviones “Illustrious” e “Indomitable” - protagonistas en la Segunda Guerra Mundial - , y también varios buques mayores para Brasil, Chile y Argentina, entre muchos otros. Es digno de mencionar que el primer submarino de propulsión nuclear de Gran Bretaña, el “Dreadnought”, fue también construido en Barrowin-Furness poco después de terminarse el “Nueva Esparta” y el “Zulia”, lo que viene a poner en perspectiva el nivel técnico de dicho astillero.82 En resumen, se trataba de una compañía con larga tradición y experiencia en la construcción de poderosos buques de guerra que ya habían dejado su huella en la historia. Ellos serían los encargados de

81

Scott, J.D. Vickers: A History. Londres, Weidenfeld & Nicolson, 1962

82

The Dock Museum Barrow-in-Furness http://www.dockmuseum.org.uk/archive/shipname.asp

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materializar una parte del plan naval de 1949 del CN Oscar Ghersi Gómez, el sueño de una poderosa escuadra para Venezuela. El diseño de los “Nueva Esparta” no salió de la nada, sino que fue una evolución – más que una simple modificación – de la Clase “Battle”. Estudiemos un poco a esta clase de buques. La clase “Battle” fue construida en tres grupos, siendo ordenado el primero en 1942; un segundo grupo con modificaciones, más otros dos barcos de diseño extendido, fue planeado para 1943. El último grupo se ordenó hacia 1944. La construcción de la mayoría de estos buques fue cancelada cuando se vio que la Segunda Guerra Mundial se estaba decidiendo a favor de los Aliados y que no serían necesarios. Los usuarios de esta clase fueron la Real Armada Británica y la Real Armada Australiana, que completó la construcción de los dos últimos buques. Siete de estos buques fueron comisionados antes de que terminara la guerra, pero sólo uno – el HMS Barfleur – tomó acción, en el Pacífico. (Ver Anexo III) Para el año 1942 Gran Bretaña estaba acosada por la amenaza submarina alemana, y necesitaba nuevos destructores, acordes con la amenaza y las nuevas tácticas navales que se imponían. La Real Armada Británica solicitó entonces un tipo de destructor veloz, con excelentes capacidades artilleras, anti submarinas y anti aéreas; así comenzó a desarrollarse la clase “Battle”. La última flotilla fue ordenada según las estimaciones de 1944, y recogiendo las lecciones aprendidas desde 1942. Se instalaron armas dobles de 4,5 pulgadas hacia proa en las nuevas torretas MkVI RP41. Dichas torretas ofrecían una cadencia de fuego mayor al ser semi automáticas. La estructura del puente fue elevada, debido a que una de las torretas delanteras obstruía la visión. El armamento anti aéreo fue incrementado. El cambio más interesante realizado en los dos últimos buques modificados fue el incremento en 10 pies (3,0 m) en la eslora, y 2,5 pies (0,76 m) en la manga, permitiendo así la instalación de una tercera torreta doble con cañones Mk VI de 4,5 pulgadas. El aumento del tamaño se debió sin embargo, más a los planes de instalar motores más poderosos en el futuro, que al deseo de dotarlos con más armamento.83 Así tomaba forma la última versión de la clase “Battle” 83

Hodges, Peter. Battle Class Destroyers. London, Almark Publishing, 1971

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antes de los “Nueva Esparta”. El último modelo de la clase “Battle” tenía dos torretas BD Mk. IV con dos cañones QF Mark III de 4,5 pulgadas , 1 cañón único QF Mark IV de 4,5 pulgadas en torreta CP Mk. V, dos cañones dobles Bofors de 40 mm en torretas “STAAG” Mk, II, un cañón doble Bofors de 40 mm sobre torreta “Utility” Mk. V, dos cañones únicos Bofors de 40 mm montados en torretas Mk. VII, dos tubos giratorios para torpedos de 21 pulgadas Mk. IX, y un mortero anti submarino (Ver Anexo XIV). Los “Nueva Esparta” tendrían mucho más armamento, a saber: seis cañones QF Mark III de 4,5 (114 mm) pulgadas en tres montajes dobles BD Mark IV, ocho cañones antiaéreos 60 Bofors de 40 mm en montajes dobles STAAG Mk. II, dos cañones antiaéreos 60 Bofors de 40 mm en montajes simples Mk. V, un tubo lanzatorpedos triple de 21 pulgadas (533 mm) Mk. IX y un mortero anti submarino; además de complejos sistemas de radar, sonar y comunicaciones, que los convertían en barcos mucho más complejos, independientes, y poderosos.

2) Estructura general y armamento Los destructores clase “Nueva Esparta”, tenían un desplazamiento normal de 2600 toneladas, que llegaba a 3300 a plena carga; una manga de 402 pies (122,5 m); eslora de 42 pies (12,8 m); y calado máximo de 15 pies (4,5 m).84 En cuanto a su armamento, podemos clasificarlo en tres tipos: principal, superficie – superficie o multipropósito; el armamento anti aéreo, y el anti submarino (Ver Anexo IV). Revisemos primero el armamento principal. Seis cañones QF Mark III de 4,5 pulgadas que estaban instalados en tres torretas dobles BD Mark IV, dos a proa y una a popa. Es preciso decir que estos cañones originalmente fueron destinados a artillar a los portaviones que se estaban construyendo en la década de 1930, pero se terminaron convirtiendo en armas medias habituales en cruceros y destructores. Los cañones QF Mark I de 5,1 pulgadas fueron relegados progresivamente debido a que el mayor peso de su munición le dificultaba la recarga a los artilleros, así que

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Gardiner, Robert (Director). All the world´s fighting ships 1947 – 1982. Part II: The Warsaw Pact and NonAligned Nations, p. 428.

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el calibre de 4,5 pulgadas fue seleccionado a mediados de los 30 para las nuevas armas DP de los portaviones, pues se creía que al tener munición un poco más liviana, los artilleros podrían recargar más rápidamente, ganando en cadencia de tiro, compensando el menor calibre. También se le consideró el mayor calibre que podía ser usado en puntos fijos. Completando la ficha técnica de estas armas tenemos que fueron diseñadas en 1935, entrando en servicio en 1938; fueron instalados en el acorazado “Queen Elizabeth” tras su modificación de 1938 – 1940, en el “Valiant” de la misma clase, en el crucero de batalla “Renown”, en los portaviones “Implacable” y “Ark Royal”, además de las clases de destructores “Savage” y “Battle”. Pesaban 6.304 libras (2.859 kg), tenían una longitud máxima de 202 pulgadas (5,13 m), y alcanzaban una cadencia de tiro de veinte disparos por minuto cada cañón, lo que equivale a un disparo cada tres segundos. Teniendo seis cañones, los “Nueva Esparta” podían descargar seis tiros cada tres segundos, o 120 cada minuto, si utilizaban todos sus cañones de 114 mm. En cuanto a sus municiones, éstas completas pesaban alrededor de 85 libras (38,6 kg), aunque se había observado que municiones pesadas perjudicaban la rapidez del tiro al exigir más esfuerzo a los artilleros. Para finales de los años 40, la munición de 85 libras se había impuesto a la de 4,7 pulgadas en destructores y cruceros.85 Este calibre se mantiene hasta el día de hoy. (Ver Anexo V) La munición de alto poder explosivo pesaba 87 libras (39.46 kg.) – y 55 libras 24.95 (kg) el proyectil solo - , mientras que la semi penetrante en blindajes pesaba 91,75 libras (41.62 kg) - , y el proyectil propiamente dicho 58,25 libras (11,36 kg). El propelente utilizado podía variar entre 11,04 libras (5,02 kg) de SC 122 86 , 13.63 libras (5,29 kg) de NF/S 198-05487, o cartucho de latón de 38,5 libras (2,27 kg) con carga de SC. El cartucho de latón medía 114 x 644 mm, y podía contener unas 27.0 libras de carga. (12.27 kg). La velocidad inicial del proyectil en un arma nueva era de 746 m/s. (2685.6 k/h), mientras que 85

http://www.navweaps.com/Weapons/WNBR_45-45_mk1.htm (Revisado online el 15 de abril de 2014, 09:11 am) 86

Solventless Cordita, adoptada por la Real Armada Británica en 1927. Se trata de un propelente que utiliza un plastificador, tal como la nitroglicerina, la cual es aplicada a las fibras de la nitrocelulosa, bajo el efecto mecánico de un molino y se produce un gel. Ver http://www.navweaps.com/Weapons/Gun_Data_p2.htm 87

Originalmente conocido como NFQ, un propelente de triple base adoptado por la Real Armada Británica durante la Segunda Guerra Mundial. Ver http://www.navweaps.com/Weapons/Gun_Data_p2.htm

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en promedio era 716 m/s (2577.6 k/h), generando una presión dentro del cañón de 3.230 kg/cm2. Su proyectil semi perforante podía penetrar blindajes de 75 mm a más de 9 km si se lograba un impacto perpendicular. La vida útil del cañón era de unos 650 disparos, pudiendo llevarse a bordo unas 460 balas semi perforantes, 720 de alto poder explosivo, 160 ligeras de práctica y 160 pesadas de práctica. En cuanto al alcance, los QF Mark III lograban 18.200 m a 43º de inclinación, y 18.970 m a 45º. Para la cortina antiaérea, podían alcanzar los 12.500 m con 80º, que era la máxima elevación del montaje doble. Por su parte, las torretas BD Mark IV pesaban alrededor de 46 toneladas métricas, en elevación podían oscilar desde -5º hasta 80º, pudiendo moverse a un máximo de 20º por segundo y con una ronza de 360º, girando a un máximo de 20º por segundo. Sus armas generaban un retroceso de 46 cm. Resumiendo, podemos decir que los cañones QF Mark III de 4,5 pulgadas (114 mm) que portaban los “Nueva Esparta” eran armas de larga trayectoria con la Real Armada Británica, de probada eficacia y poder, siendo artillería concebida para dar golpes contundentes al enemigo, pero manteniendo un peso moderado a fin de obtener una alta cadencia de fuego, acorde a la intensa acción multipropósito a la que se destina a un destructor. En el caso de los “Nueva Esparta” esto iba a ser más necesario aún, ya que ante la ausencia de cruceros, acorazados o portaviones en Venezuela, y al reducido número de nuestra escuadra en aquel entonces, los “Nueva Esparta” tendrían que ser – y lo fueron durante toda su vida operativa – buques capitales88, destinados a ser la columna vertebral de la escuadra, más que a ser escoltas. Era imperativo entonces que se les dotara de un variado y poderoso armamento multipropósito. Otra arma anti buque de los destructores Clase “Nueva Esparta” era el torpedo Mark IX de 533 mm. Este torpedo fue ampliamente usado por los británicos en la Segunda Guerra Mundial, siendo solo superior el modelo japonés “Long Lance” propulsado por oxígeno puro. Contaba con dos hélices contra rotatorias, lo que impedía que dejara estela, que fuera detectado al lanzarse y aseguraba su estabilidad durante el recorrido. Los

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El concepto de “Buque Capital” es anglosajón, y se refiere a los buques más importantes y poderosos de una Escuadra. Son aquellos que son el núcleo de su poder. Un concepto análogo al de “Buque Insignia”

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torpedos Mark IX eran lanzados mediante un tubo giratorio triple ubicado entre la medianía y la popa de los buques, siendo un arma rápida y flexible (Ver Anexo VI). El Mark IX fue diseñado en 1928 y entró en servicio con la Real Armada Británica en 1930, pesaba 1.639 kg y medía 7,28 m de largo, su cabeza contenía 365 kg de un explosivo de alto poder denominado “Torpex” formulado especialmente para este tipo de arma, su alcance máximo era de 12.800 m a 30 nudos, y desarrollaba una potencia máxima de 264 CV alcanzando los 41 nudos. Actualmente el torpedo anti buque es un arma poco usual para los barcos de guerra, pues es un arma cercana que ha quedado obsoleta debido al misil y el apoyo de otras armas; sin embargo, todavía hasta los años 60 – antes del desarrollo e implementación masiva de los misiles anti buque – se trataba de un arma efectiva y temible, que podía rematar o liquidar un blanco de forma muy rápida. Generalmente se disparaban en salvas rápidas con haces divergentes para multiplicar las probabilidades de impacto en el blanco. La presencia de los torpedos Mark IX a bordo de la Clase “Nueva Esparta” le daba a estos buques todavía más versatilidad en el combate, a la vez que mantenía la esencia original de los destructores: el ataque con torpedos a buques mayores de la flota enemiga.89 Seguidamente tenemos el armamento anti aéreo, constituido por ocho cañones antiaéreos 60 Bofors de 40 mm en cuatro montajes dobles STAAG Mk. II y ocho cañones antiaéreos 60 Bofors de 40 mm en cuatro montajes dobles Mk. V. Los cañones Bofors eran construidos por una compañía sueca del mismo nombre desde 1936 cuando se diseñaron, y en 1941 fue adoptado por la Real Armada Británica y comenzó su producción bajo licencia en Gran Bretaña. El Bofors 40 mm, y toda esa familia, llegaron a ser pronto el arma antiaérea más extendida en los barcos aliados de todos los tipos durante la Segunda Guerra Mundial, usándolo también las potencias del Eje, bien fuera por vínculos corporativos, como el caso de Alemania, pues la Krupp fue accionista de la Bofors hasta 1930 y ayudó a desarrollar el cañón, o como de Japón, que plagió el diseño a los británicos por piezas capturadas en Singapur. El Bofors 40 mm pesaba 1163 libras (528,64 kg), medía 145,5 pulgadas de largo (3,69 m), y una cadencia de tiro de 120 disparos por minuto, llegando a 160 en posición 89

Nieves-Croes, Francisco. “Los cañones de la meseta” en FAV-Club. Disponible en: http://www.favclub.com/los-canones-de-la-meseta/ (Revisado online el 04 de mayo de 2014 a las 02:46 pm).

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horizontal, cuando la gravedad ayudaba a la recarga automática. La munición de alto poder explosivo pesaba 1,970 libras (0,9 kg) en la ojiva, y 4,88 libras (2,22 kg) completo, mientras que su ojiva medía 7,25 (0.18 m) pulgadas y completo marcaba 17,75 pulgadas (0.45 m). Su carga de propelente consistía en 0,719 libras. (0,33 kg) de FNH/PO22, generando una velocidad de salida en el proyectil de 853 m/s (3070.8 k/h), y una presión en el cañón de 3.100 kg/cm2. La vida útil del cañón llegaba a los 10.000 disparos, mientras que la capacidad de carga a bordo superaba las 1500 municiones por cañón. El alcance era realmente respetable: 9.830 m a 45º, mientras que en su ángulo máximo para acción anti aérea, llegaba a 7.160 m. Por su parte la torreta pesaba 23,8 libras (10,8 kg) en el modelo Mk. II, y 24,55 libras (11,16 kg) en el modelo Mk. V. Podían rotar 360º y a una velocidad máxima de 26º por segundo; su elevación era de -15º a 90º, pudiendo moverse a un máximo de 24º por segundo. Su retroceso era de 22 cm. Ahora bien, como dijimos más arriba, a bordo de los “Nueva Esparta” estaban instaladas cuatro torretas STAAG Mk. II y cuatro Mk. V. Mientras que la Mk. V era un sistema más simple – aunque suficientemente sofisticado para ser controlado y guiado a distancia - , la STAAG Mk. II era producto de varios avances; de hecho su nombre “STAAG” era el acrónimo de Stabilized Tachymetric Anti Aircraft Gun (Cañón Antiaéreo Tacométrico Estabilizado). Era una batería estabilizada, que llevaba su propio sistema director de disparo basado en el Radar Tipo 262, capaz de “fijarse” en un blanco. El peso del afuste y las altas vibraciones producidas por los cañones lo hacían mala plataforma para sensibles instrumentos electrónicos. El STAAG mostró ser muy complicado de mantener y terminó siendo reemplazado por el Mk. V y más adelante por el misil Sea Cat. Es interesante que la Vickers-Armstrong entregara los “Nueva Esparta” con dos sistemas anti aéreos diferentes; uno más sofisticado pero complicado de mantener, y uno a la inversa.90 En 1968 al D-11 “Nueva Esparta” se le removieron las cuatro torretas STAAG Mk. II y se sustituyeron por sistemas Sea Cat, dando inicio a la era del misil en las Fuerzas Armadas de Venezuela (Ver Anexo VII). El Sea Cat era un misil anti aéreo de fabricación británica, desarrollado a partir del misil anti tanque australiano Malkara. Fue el primer sistema de misiles anti aéreos embarcado del mundo. En su primera versión, la GWS-20, el 90

http://www.navweaps.com/Weapons/WNUS_4cm-56_mk12.htm 15 de abril de 2014, 09:11 am

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tiro era dirigido por radio e instrumentos ópticos, pero en la siguiente versión, la GWS-21, instalada en el D-11 “Nueva Esparta”, el tiro se dirigía con el radar Tipo 262, instalado en esta clase de destructores. Fue diseñado especialmente para reemplazar a las torretas Bofors de 40 mm en respuesta a los nuevos aviones a reacción que eran demasiado rápidos para ellas. El Sea Cat venía en montajes cuádruples, siendo sus características un peso de 68 kg, sus dimensiones 19 x 149 cm, y 65 cm de diámetro, además de un motor de doble impulso que usaba combustible sólido, con un alcance máximo de 5 km, volando a match 0,9. Su cabeza explosiva podía detonar por impacto o por proximidad. Debido a su poco peso y pequeño tamaño, la recarga de los montajes podía ser realizada de forma manual. La instalación de los Sea Cat a bordo de la Clase “Nueva Esparta” en 1968 – apenas seis años después que lo implementara la Real Armada Británica, para quién fue diseñado - , marcó el arribo de la fuerza naval venezolana a un nuevo nivel tecnológico, demostrando así que tan actualizada se mantenía la misma respecto a la evolución de la guerra naval en el mundo.91 92 Las armas anti submarinas de la Clase “Nueva Esparta” eran el proyector de cargas antisubmarinas Mark 6 (K-Gun) y el proyector de cargas antisubmarinas Mark 15 erizo (Ver Anexo VIII). Estudiemos el primero: La Mark 6 era un tipo de carga de profundidad de origen británico, diseñada en 1937 y que había entrado en servicio en 1938 con la Real Armada Británica. Pesaba 191 kg, su carga explosiva era de 136 kg de TNT, su velocidad terminal era de 2,4 m/s (7,2 km/h), su profundidad mínimo para detonar era de 8 pies (2,43 m) y su alcance horizontal podía graduarse de 15 a 137 m. Era un arma sencilla, usada por casi todos los buques británicos con misiones anti submarinas durante la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, el Mark 15 Erizo era un conjunto de 12 cargas anti submarinas en un mismo lanzador. Tenían la ventaja de poder ser lanzadas hacia delante del buque, lo que permitía no interrumpir el contacto por sonar con el submarino enemigo. Cada una pesaba 29,5 kg, de los cuales 15,9 eran del poderoso explosivo submarino “Torpex”. A diferencia

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http://www.navweaps.com/Weapons/WMBR_Sea_Cat.htm

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Nieves-Croes, Francisco. “Los cañones de la meseta”…

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de otras cargas, estas no estallaban por proximidad, sino por contacto, disparándose en pares en una línea elíptica con un radio de 244 m y con un alcance máximo de 244 m. Al usar esta táctica, se podía encerrar al submarino enemigo – previamente localizado por sonar – en una lluvia tal de cargas que garantizarían su destrucción.93 En 1959 se instalarían nuevos morteros anti submarinos Mk4 Squid en el “Nueva Esparta” y el “Zulia” en reemplazo del tubo lanzatorpedos triple de 533 mm. Es probable que esto se realizara de acuerdo a los intereses de EE.UU. y en el marco de los ejercicios UNITAS, ya que para la armada norteamericana era más importante coordinar con sus homólogas de Latinoamérica la guerra anti submarina contra posibles incursiones soviéticas, que la guerra de superficie.

3) Motores y propulsión La propulsión de los destructores Clase “Nueva Esparta” era producida por dos juegos de calderas y turbinas. Las calderas eran marca Foster, y las turbinas marca Parsons (Ver Anexo IX). Cada juego de caldera-turbina le transmitía su poder al eje de una de las dos hélices de los buques, además de producir electricidad mediante un generador que transformaba la energía cinética del eje en energía eléctrica. Las calderas usaban fueloil como combustible, alcanzando una temperatura de 850º F (454,44º C) y una presión de 650 psi, y producían vapor recalentado. La cámara de ignición de las calderas estaba enchapada en porcelana, a fin de conservar mejor el calor, siendo del tipo “tubos de agua”, es decir, el agua ya destilada a partir de agua de mar, o trasegada desde el muelle, atravesaba la cámara de ignición mediante tuberías expuestas directamente a las flamas de la cámara, consiguiéndose con ello que el agua circulante elevara su temperatura y presión más rápidamente. El gran inconveniente de estas calderas fue su complicado y costoso mantenimiento, pues periódicamente había que re entubar las cámaras de ignición de las calderas con porcelana nueva, además de limpiarlas en profundidad de forma regular para retirar las precipitaciones de fueloil que se solidificaban en las paredes. Además, el intenso calor de la cámara de ignición debilitaba progresivamente las tuberías de agua, por lo que debían reemplazarse regularmente. Estos problemas de mantenimiento se veían 93

Ídem

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complicados a su vez si no se utilizaba agua correctamente destilada, lo que generaba acumulación de sales en las tuberías y cámara de ignición, con la consiguiente obstrucción de las mismas. En cuanto a las turbinas, es de destacar que fueron hechas por la Parsons Marine Steam Turbine Company, que tenía sus fábricas y oficinas principales en Newcastle upon Tyne, no lejos de donde estaba el astillero de la Armstrong-Vickers en Barrow-in-Furness. La Parsons Steam Turbine Company construyó las turbinas para casi todos los grandes navíos de guerra de Gran Bretaña y Estados Unidos, acorazados, portaviones, cruceros y destructores. Las turbinas instaladas en la Clase “Nueva Esparta” producían 50.000 CV y podían propulsar a los buques a una velocidad máxima de 34 nudos, multiplicando así con su velocidad y maniobrabilidad todo el poder de su armamento.

4) Electrónica En el apartado de las comunicaciones, los destructores Clase “Nueva Esparta” contaban con radio capaz de transmitir en HF, VHF y UHF, en 10 canales seguros y 10 abiertos en cada tipo de frecuencia, lo que le daba gran versatilidad para las comunicaciones, y con un alcance respetable, por ejemplo, como para recibir señales de Venezuela estando al otro lado del Atlántico.

“…a las pocas horas de haber zarpado de Lisboa, se recibió la confirmación de un mensaje de la Comandancia General que ordenaba que el destructor Aragua cambiara rumbo y se dirigiera hacia Baltimore, en los Estados Unidos, el puerto de donde habíamos zarpado a bordo del Felipe, para la instalación de un nuevo sistema de radar.‖94

94

Manzano Zavala, César Augusto. La Mar. Caracas, Editado por el Autor, 2009, p-88.

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Respecto a su sensores y equipo de guerra electrónica tenemos al FH-4 que era un sensor pasivo RWR/ESM/SIGINT; al sonar activo Tipo 162, de rango 1, usado para búsqueda, información de rango y rumbo; el sonar activo Tipo 170, de rango 3, y de tareas iguales al anterior; y el sonar activo/pasivo Tipo 177, de rango 3 y para fines iguales al anterior. En radares, tenían el radar Tipo 275 fc de rango máximo de 16 MN, para búsqueda en superficie y aérea, e información de distancia, rumbo y altitud, también guiaba el tiro de las torretas Mk. VI; el radar Tipo 293Q de alcance máximo de 45 MN, para búsqueda en superficie y aérea, e información de distancia, rumbo e IFF, sirviendo también para seguimiento de blancos; el radar Tipo 974 de alcance máximo de 25 MN, para búsqueda en superficie y aérea, e información de distancia y rumbo.95 Además contaba con el radar Tipo 291 de búsqueda aérea, el radar Tipo 274 para navegación y el radar Tipo 262 para control de tiro para las torretas STAAG Mk. II y luego para los lanzadores de misiles Sea Cat. De todos estos instrumentos debemos señalar como los más importantes al radar Tipo 275 fc, el cual tenía una precisión de 0,167 grados, un ancho del haz en horizontal de 4,8 grados, y en vertical de 5,2 grados, un rango máximo implícito de 161,7 millas náuticas, una potencia de salida de 400kw. 96; el radar Tipo 293Q que tenía un ancho horizontal del haz de 2 grados, y vertical de 35 grados, una potencia de salida de 500kw y un rango máximo implícito de 161,7 millas náuticas97; y el radar Tipo 262 que tenía un ancho de haz de 5,2 grados tanto en horizontal como en vertical, además de una potencia de salida de 30kw y un rango máximo implícito de 53,92 millas náuticas98. Es digno de mención además que los destructores Clase “Nueva Esparta” fueron los primeros en la historia venezolana con sensores tan diversos, tan complejos y sofisticados, marcando una nueva era en la Armada al generar la capacitación de personal en manejo de

95

http://www.harpoondatabases.com/Platform.aspx?DB=3&Type=Ship&ID=315 (Revisado online el 04 de mayo de 2014 a las 05:35 pm. 96

http://navalhistory.flixco.info/H/120450/8330/a0.htm (Revisado online el 04 de mayo de 2014 a las 05:57 pm) 97

http://navalhistory.flixco.info/H/148468/8330/a0.htm (Revisado online 04 de mayo de 2014 a las 06:05 pm)

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http://navalhistory.flixco.info/H/121276/8330/a0.htm (Revisado online 04 de mayo de 2014 a las 06:10 pm)

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radares sonares y nuevos tipos de radio, algo hasta ese momento prácticamente desconocido por los marinos de guerra venezolanos. (Ver Anexo X)

5) Balance de sus capacidades y su adquisición Al estudiar detenidamente los destructores Clase “Battle” primero, y la Clase “Nueva Esparta” después, podemos entender por qué el Gobierno venezolano eligió adquirir buques de estas características. Teniéndose ya los lineamientos generales de la modernización deseada para las Fuerzas Navales según el Plan Orgánico de Renovación y Actualización de Medios Navales, se hacía más clara la búsqueda de buques para las Fuerzas Navales por parte del Ministerio de Defensa y la Junta Militar. El Capitán de Navío e historiador naval Jairo Bracho Palma nos ilustra un poco sobre este proceso, citando partes de su entrevista al General Marcos Pérez Jiménez.

“La búsqueda de tales unidades comenzó en los Estados Unidos. Los ofrecimientos fueron ofensivos: ―Pedimos a los EE.UU. que si nos podían suministrar cuatro destructores: entonces dijeron que como no que fuéramos allá, y se mandó una comisión de las Fuerzas Navales. ―Aquí venimos a ver los cuatro destructores‖. Nos respondieron: -―Que cuatro ni que cuatro, son este y este‖. Llamé al Embajador a Estados Unidos y le dije: ―Nosotros no estamos pidiendo que nos regale estos destructores, queremos que los EE.UU. nos los suministre, estamos dispuestos a pagar‖. Me contestó: ―Ud. Sabe, es que las cosas allá, el Pentágono, las Fuerzas Navales, en fin.‖, ―pues entonces si Ud. No los suministra vamos a buscarlos a Europa‖. Se contrataron en Inglaterra tres destructores pesados que así los denominamos en esa época; y luego en Italia seis destructores ligeros. Una comisión se dirigió a varios astilleros en Italia y el Reino Unido. Las facilidades, tecnología y soporte logístico ofrecidos, influyeron en la decisión de construir los tres destructores pesados en Inglaterra, y los seis ligeros en Italia. 85


La experiencia y calidad de los buques salidos del astillero inglés fueron fundamentales para la decisión de otorgarles el contrato de los destructores de escuadra. Buques como el ―Ajax‖, ―Jervis Bay‖, famosos por sus desempeños en la Segunda Guerra Mundial así como los portaviones ―Indomitable‖ y ―Ilustrius‖, avalaron la decisión. El 20 de junio de 1950, el Ministro de la Defensa, Tcnel. Marcos Pérez Jiménez firmó el contrato de construcción de dos destructores de escuadra (―Nueva Esparta‖ y ―Zulia‖) con el astillero ―Vickers Armstrong Barrow in Furness Limited, dirigida por el teniente general Sir Ronald Weeks. El contrato de construcción del tercer destructor (―Aragua‖) fue firmado el mismo día de la colocación de las quillas de los dos primeros: 24 de julio de 1951. El esfuerzo adicional, responsabilidad y facilidades brindadas por la empresa estaba relacionada con la necesidad de consolidar una imagen internacional, en razón de que el pedido del gobierno venezolano era el primero hecho a aquel astillero, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial.”99

Es de destacar otro dato que nos parece, al menos, curioso. Y es que en la Revista de las Fuerzas Armadas de junio de 1948, varios meses antes de que se entregara el Plan Orgánico de Renovación y Actualización de Medios Navales, apareció una breve reseña sobre el destructor “Alamein”, el cual estaba siendo entregado a la Real Armada Británica tras habérsele practicado las pruebas de mar100. Este destructor era uno de los últimos de la Clase “Battle” en ser terminados y entregados. Si consideramos que buena parte del armamento que adquirió el Gobierno venezolano durante los años 50 fue primero ampliamente reseñado en esta revista, destacando los bombarderos Camberra que visitaron Venezuela; ¿podríamos entonces pensar que quizá desde 1948, o antes quizá, a los oficiales miembros del alto mando naval, del Ministerio de Defensa y de la Junta Militar, les habían interesado los destructores ingleses?... Es una pregunta casi imposible de responder de forma precisa, pero nos inclinamos a pensar que la reseña de este destructor es una muestra 99

Jairo Bracho Palma. Hombres de Hierro Tomo I, p. 200

100

Sin Autor, “Nueva Unidad Naval Inglesa – El “Alamein””, en Revista de la Fuerzas Armadas. Caracas, Junio de 1948, Volumen 4, Nº 24, Mes VI, Año 2.

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de que por lo menos ya en 1948 la Clase “Battle” y los astilleros británicos estaban en la mente de las altas autoridades militares venezolanas. Conviene entonces una breve comparación de la Clase “Nueva Esparta” con otras clases de destructores anteriores y contemporáneos de Estados Unidos y Gran Bretaña, para poder así poder contextualizar sus capacidades. No incluimos en las tablas los sensores e instrumentos ya que los mismos variaron mucho durante los años de servicio, y en función de las modernizaciones y/o modificaciones sufridas por cada una de las unidades. (Ver Anexos XI al XIV). Antes de comparar a la Clase “Nueva Esparta” con destructores norteamericanos similares, es preciso explicar que la Clase “Fletcher” dio origen a la “Allen M. Sumner”, y esta a su vez a las “Gearing”, datando todas de la época de la Segunda Guerra Mundial, y habiendo evolucionado en función del desarrollo de la misma. Ya en la comparación, tenemos que la Clase “Nueva Esparta” resulta un poco más grande y pesada que las tres norteamericanas, que tiene menor potencia en sus motores y ligeramente menos velocidad, y que su armamento es menos numeroso y/o poderoso en cada apartado. Interesantemente su autonomía es más del doble y requiere menor tripulación. Aun así, la Clase “Nueva Esparta” se acerca bastante a los estándares de los destructores norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial, y fue diseñada para portar más y mejores sensores que sus equivalentes estadounidenses de la época señalada. En cuanto a la comparación con los destructores británicos, es preciso explicar que la Clase “Weapon” dio lugar a la “Battle” durante la Segunda Guerra Mundial, y ésta a su vez a la Clase “Nueva Esparta”. La Clase “Daring” fue, por otro lado, un desarrollo paralelo de la Clase “Battle”, hecho para la Real Armada Británica. Tenemos que, curiosamente, la Clase “Nueva Esparta” es ligeramente más grande pero menos pesada que la “Daring”. La “Nueva Esparta” tiene menor potencia en sus motores que la “Daring” y la misma que la “Battle”, pero al ser más ligera, logra más velocidad que la “Daring”, aunque menos que la “Battle”. Su autonomía es más del doble que la de los demás destructores, mientras que su armamento es el mismo, salvo en la capacidad torpedera y una ligera superioridad antiaérea. La tripulación de los “Nueva Esparta” también es la segunda más reducida. 87


En resumen, los destructores Clase “Nueva Esparta” igualaban en casi todos los aspectos a las principales clases de destructores de Estados Unidos y Gran Bretaña diseñados a la luz de la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, llegando incluso a aventajarlos en ciertos aspectos. En este sentido, el Plan Orgánico de Renovación y Actualización de Medios Navales de 1949, ejecutado entre 1951 y 1958, buscó dotar a Venezuela de una escuadra acorde a la nueva situación mundial. Su impulsor, el Capitán de Fragata Oscar Ghersi Gómez, Comandante General de las Fuerzas Navales, nos dice:

“La situación estratégica de Venezuela… …le beneficia notoriamente en tiempo de paz, pero le asigna una terrible responsabilidad en caso de una conflagración bélica… Esta realidad imponía una agresiva política de modernización para lograr que en breve plazo dispusiéramos de una escuadra con medios idóneos, no necesariamente los más costosos pero sí los más efectivos y versátiles a fin de responder a esa realidad y estar en condiciones de poder cumplir con nuestra cuota de responsabilidad en el mantenimiento de la paz… Consciente de tal situación, el comando a mi cargo se aboca con ahínco al estudio de un plan orgánico de renovación y actualización y en efecto, el 30 de abril de 1949 se presenta un programa naval cuya primera etapa debía realizarse en un plazo de 10 años a fin de sustituir la vieja flota…”101

En síntesis, este plan - del que hablaremos detalladamente más adelante - tenía como propósito principal modernizar la Armada venezolana, especialmente la escuadra, a fin de ponerla a tono con las nuevas tecnologías desarrolladas a la luz de la Segunda Guerra Mundial, para así satisfacer el objetivo nacional de reclamar y ejercer soberanía en los nuevos espacios marítimos que se estaban definiendo en el derecho internacional y prevenir nuevas agresiones y/o violaciones de la soberanía nacional a través y/o en dichos espacios 101

Ghersi Gómez, Oscar Emilio. “Modernización de la Armada desde el 30 de marzo de 1947 hasta el 10 de enero de 1958” en Revista de la Armada, Nº 10, 24 de junio de 1986, p. 43

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marítimos. Este plan tenía su núcleo principal en la adquisición de tres destructores pesados: los destructores Clase “Nueva Esparta”.

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Capítulo II: Historia operacional de los destructores Clase “Nueva Esparta”

90


II) Historia operacional de los destructores Clase “Nueva Esparta” Los destructores Clase “Nueva Esparta” tuvieron una larga historia operacional, llena de todo tipo de tareas y comisiones, llegando a participar activamente en varios sucesos que marcaron la segunda mitad del siglo XX venezolano. Estos buques estuvieron en servicio desde 1953 hasta 1978, y el último de ellos no fue hundido hasta 1983; por lo que nos referimos a tres décadas de historia operacional, lo cual no resulta fácil de estudiar si no es dividiéndola en torno a hitos o puntos de referencia de su propia historia y los cambios sufridos por el país. Por ello, hemos dividido su historia en varios períodos, el primero de 1953 a 1957, el segundo de 1958 a 1969, y el último de 1970 a 1983; cada uno marcado por características propias, transformaciones en el país y desde luego en la propia estructura y configuración de los buques. La progresiva llegada al país de estos buques, así como el paralelo entrenamiento de sus tripulaciones en Reino Unido y Estados Unidos marca este período, hasta que para 1957 se ha completado la nueva escuadra de combate de Venezuela.

A) De la contratación a su primera misión diplomática: 1953 – 1957

El primer buque de esta clase, el D-11 “Nueva Esparta”, entró en servicio a finales de 1953, como se ha dicho ya, mientras que a comienzos de 1957 el mismo buque cumplía su primer crucero de instrucción para cadetes en el extranjero, en una misión que también fue la primera de tipo diplomático de alto nivel cumplida por los destructores de la clase estudiada. Un año después, las tripulaciones y comandantes del “Nueva Esparta”, el “Zulia” y el “Aragua”, tomarían parte en las conspiraciones que desembocaron en el 23 de enero de 1958, cerrando así un período histórico para la nación, las Fuerzas Armadas, las entonces llamadas Fuerzas Navales y para los propios buques de la escuadra.

91


Podríamos decir que fue una época formativa para las Fuerzas Armadas de Venezuela, pues como se mostró en el capítulo anterior, el Gobierno estaba llevando a cabo un intenso proceso conducente a formar unas fuerzas armadas modernas, tanto en equipamiento como en doctrina, estructura y entrenamiento. En lo concerniente a la Armada, tenemos que se está formando una nueva escuadra prácticamente de cero 102, cuya espina dorsal serán los tres destructores Clase “Nueva Esparta”, cada uno al frente de una división.

1) Contratación, botaduras y entrada en servicio El 24 de julio de 1951 fue puesta la quilla del D-11 “Nueva Esparta” y la del D-21 “Zulia”. Según el General Iván Darío Jiménez Sánchez, fue el propio 24 de julio de 1951 cuando se firmó el contrato para la construcción del “Nueva Esparta” y del “Zulia”103, mientras que el Capitán de Navío Jairo Bracho Palma da como fecha de la firma del contrato de construcción para el “Nueva Esparta” y el “Zulia”, el 20 de junio de 1950, mientras que señala como fecha de firma del contrato del “Aragua” el 14 de julio de 1951104, apenas diez días antes de colocar la quilla del “Zulia”. Por su parte, la Memoria y Cuenta del Ministerio de Defensa de 1953, dan como fecha del primer contrato el 29 de junio de 1950105. Considerando que el CN Bracho Palma toma como fuente los datos plasmados por la Revista de las Fuerzas Armadas, la principal publicación del Ministerio de Defensa en la década de 1950, podemos considerar como fidedignas las fechas que señala.

102

Desde el punto de vista material, pues desde el punto de vista humano, muchos oficiales navales fueron formados en EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial, como se dijo anteriormente. Es preciso recordar que la Marina en sí, existió de forma ininterrumpida con distintos tipos de medios desde la consolidación de la República en 1830. 103

Jiménez Sánchez, Iván Darío. Los Golpes de Estado desde Castro hasta Caldera, p-96.

104

Bracho Palma, Jairo. Hombres de Hierro. Tomo I, p. 200

105

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1954, p. 199.

92


El 19 de noviembre de 1952 fue botado el casco del “Nueva Esparta”

106

, paso

decisivo en la construcción de todo buque. La ceremonia de botadura se llevó a cabo a mediodía, hora británica, y fue presidida por el Embajador de Venezuela en Gran Bretaña, doctor Carlos Sosa Rodríguez y su esposa doña Yolanda Pietri de Sosa, que fue nombrada madrina de la nave. El buque fue bendecido por el obispo de Lancaster, acto seguido fue arrojada la tradicional botella de champán contra la proa, tras lo cual se activó el mecanismo para botar el casco al mar, al tiempo que sonaba el Himno Nacional de Venezuela, y se izaba el Pabellón Nacional a bordo del “Nueva Esparta”. Entre las personalidades que asistieron aquel día están el Presidente de la Junta Directiva de la Vickers-Armstrong Limited, Teniente General Sir Ronald Weeks; el Alcalde de Barrow-in-Furness, el Cónsul General de Venezuela en Londres, doctor Carlos Rodríguez Jiménez; el Jefe de la Comisión Naval Inspectora en Gran Bretaña, CF Alonso Viloria Dávila; el Agregado Naval de Venezuela en Gran Bretaña, CC. Daniel Gámez Calcaño; y los Inspectores de la Construcción de los buques, CC. Orlando Medina S. y CC. Jesús Carbonell Izquierdo. Además del TN. José Vicente Azopardo y el TN. Armando Pérez Leefmans. En su discurso, el Presidente de la Junta Directiva de la VickersArmstrong Limited, destacó que éste era el primer buque de guerra construido en Gran Bretaña para un país sudamericano tras la Segunda Guerra Mundial, mientras que el embajador venezolano resaltó que el “Nueva Esparta” no sólo contribuiría a la defensa de Venezuela y sus enormes recursos naturales, sino de todo el “mundo libre”. Esa misma noche se efectuó un baile para festejar la botadura del “Nueva Esparta” en el Hotel Victoria Park de Barrow-in-Furness. Cerramos la reseña de este momento con un extracto de la nota aparecida en la Revista de las Fuerzas Armadas que sintetiza muy bien las emociones provocadas:

“Difícil es tratar de describir la profunda emoción que en esos momentos colmaba los corazones de todos los venezolanos presentes, y lágrimas de orgullo y alborozo se vieron en los ojos de los oficiales navales 106

Sin Autor, “Nueva unidad para las Fuerzas Navales de Venezuela”, en Revista de la Fuerzas Armadas. Caracas, Diciembre de 1952, Volumen 13, Nº 78, Mes VI, Año 7, pp. 105 - 110

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que en ese momento teníamos la suerte de ver convertida en realidad flotante, una de nuestras más caras aspiraciones: la modernización de nuestra flota, con buques de guerra construidos, expresamente para ella. Los acordes marciales de nuestro Himno, hicieron no solamente evocar la Patria lejana, sino que marcaron también el punto de partida y el nacimiento de una Fuerza Naval moderna y apropiada, para proteger los derechos de Venezuela en sus dilatadas costas y mares, como pueblo libre y soberano.”107

El diario El Nacional reseñó el evento con nota titulada “Destructor “Nueva Esparta” fue botado en Inglaterra”, de la cual rescatamos el telegrama dirigido por el Coronel Marcos Pérez Jiménez, entonces miembro de la Junta Militar de Gobierno y Ministro de Defensa, al Capitán de Navío Oscar Ghersi Gómez, Comandante de las Fuerzas Navales:

“Con motivo de la botadura de destructor pesado ―Nueva Esparta‖ quiero hacer llegar a todo el personal de las Fuerzas Navales mis cordiales felicitaciones y mis votos porque cada día se consolide más ese espíritu de superación que debe ser característica fundamental de la Nueva Marina de Guerra de Venezuela.”108

El 29 de junio de 1953 se botó el “Zulia” y se puso la quilla del “Aragua”, mientras que el 8 de diciembre de ese año llegó al país el “Nueva Esparta”, iniciando su servicio en las Fuerzas Navales de Venezuela (Ver Anexo XVI). El 15 de septiembre de 1954 entró en servicio el “Zulia. Y ese mismo año el “Nueva Esparta” transportó a los integrantes del I Curso de Estado Mayor a Panamá.

107

Ibídem, p. 106

108

Sin Autor, “El Destructor “Nueva Esparta” fue botado en Inglaterra” en El Nacional. Caracas, 17 de noviembre de 1952.

94


El 27 de enero de 1955 fue botado el “Aragua”109. La ceremonia fue presidida por el embajador venezolano en Gran Bretaña, y su esposa, señora de Rodríguez Travieso, fue la madrina del buque, estrellando contra su proa la tradicional botella de champán. El “Aragua” entró en servicio el 14 de febrero de 1956110. Según lo publicado por la Revista de las Fuerzas Armadas, tenemos que el “Aragua” llegó a la base naval de Turiamo el 30 de marzo de 1956, saludando con 21 salvas de cañón, y contestándole la corbeta “Victoria” el saludo. El buque fue visitado por el General de Brigada Marcos Pérez Jiménez, Presidente de la República y que fue recibido con todos los honores correspondientes, además del Coronel Oscar Mazzei Carta, Ministro de la Defensa; el Dr. Laureano Vallenilla Lanz, Ministro de Relaciones Interiores; el Capitán de Navío Oscar Ghersi Gómez, Comandante de las Fuerzas Navales; y el Coronel José Saúl Guerrero Rosales, Comandante de las Fuerzas Aéreas, entre otras altas personalidades. La Revista de las Fuerzas Armadas también nos deja conocer parte de la primera tripulación del “Aragua”. El comandante era el CF. Daniel Gámez Calcaño, quién como se dijo antes era Agregado Naval de Venezuela en el Reino Unido en 1952 y asistió a la botadura del “Nueva Esparta”, el segundo comandante era el CC. Guillermo Ginnari Troconis, mientras que los jefes de departamento eran: CC. Andrés Castro Vásquez, CC. Carlos Porras Rodríguez, TN. Enrique Peña Peña, TN. Francisco Cardier Rodríguez. Los jefes de sección eran: TN. Nelson Montilla, TF. Alfredo Bello, TF. José Alí Galavís, TF. Tomás Rodríguez, TF. Oscar Ortega Jugo, TF. Rafael Suárez Matute, TF. Henner Truchsess, TF. Juan José Zambrano, TF. César Márquez W., TF. Félix Villasana, TF. Luis Ramírez, y AN. Mauricio Valle. El médico de abordo era el TF. Alberto Chitty. Aunque en las Memorias del Ministerio de Defensa no hemos podido hallar ninguna referencia directa a misiones de cualquier tipo antes de 1957, contamos con el testimonio del CN. Norman Rafael Rodríguez Arias, egresado de la Escuela Naval de Venezuela en

109

Sin Autor, “Botadura del Destroyer “Aragua” en Inglaterra”, en Revista de la Fuerzas Armadas. Caracas, Febrero de 1955, Volumen VI, Nº 104 y Sin Autor, “El Destructor “Aragua” fue botado ayer” en El Nacional. Caracas, 28 de enero de 1955, Año XII; Nº 4.105 110

Sin Autor, “El Destructor Aragua” en Revista de las Fuerzas Armadas. Caracas, Abril de 1956, Volumen IV, Nº 118.

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1954, y pasado a retiro en 1980, por lo que casi toda su carrera militar, coincide con los años de servicio de los destructores Clase “Nueva Esparta”, de hecho, llegó a ser segundo comandante y comandante accidental del D-31 “Aragua” siendo este Buque Presidencial.

“…estuve desde cadete, en viajes de instrucción 1950, 1951 Trasporte Capana, 1951, 1952, 1953 Corbetas Patria y Victoria, 1954 Destructor Nueva Esparta… Fui designado al graduarme de Alférez de Navío (5 julio 1954) Oficial Orgánico del Transporte Capana, para luego viajar en septiembre de 1954 a Barrow in Furness, Inglaterra, como tripulación inicial del destructor ―Zulia D-21‖. Fui Encargado de Máquinas Auxiliares, navegaciones de Pruebas de Mar, para recibir la Unidad, y viaje a Venezuela en diciembre 1954, en este viaje y otros vino personal inglés para instrucción y garantía, primeras experiencias en buques de esa magnitud, destructores pesados, con calderas y turbinas a vapor para propulsión y turbo-alternadores y diesel para generación eléctrica, armamento nuevo, cañones, ametralladoras, tubos lanza torpedos, etc… electrónica, radares y detección sub-marina… Todo un mundo nuevo para nuestra Armada, pero de difícil manejo por lo rústico, salas de calderas cerradas bajo presión, con cubículo de descompresión para su acceso y salida, Centro de Información de Combate (CIC) con electrónica incipiente, Aire Acondicionado adaptado de una planta de enfriamiento de leche, evaporadoras de vapor para agua bi-destilada para calderas y consumo, difícil alimentación de las torres de cañones desde los magazines, la

acomodación

era

bastante

adecuada,

con

diferentes

cámaras

(Comandante, Oficiales, Sub-Oficiales, Marinería), las operaciones de cubierta razonables al mando del contramaestre… Podría extenderme demasiado pero sería muy descriptivo… En el aspecto operacional, de fácil maniobra normalmente, excepto en puertos de vientos por su alta superestructura, operaciones de transferencia de personas y líquidos en alta

96


mar, muy difíciles al principio por la falta de equipos adecuados, ¡había que inventar!”111

Un cuadro bastante detallado el suministrado por el CN Rodríguez Arias, donde podemos destacar el desafío que representaba para las Fuerzas Navales la nueva tecnología de los destructores Clase “Nueva Esparta”, la presencia de personal británico en Venezuela y la muestra del buen manejo del personal, al utilizar al D-11 “Nueva Esparta” para entrenar personal que sería destinado como tripulación inicial del D-21 “Zulia”. Más adelante estudiaremos detenidamente cómo la llegada de estos destructores tuvo un impacto marcado en las infraestructuras de la Armada y en la formación de personal.

2) Primer Crucero de Instrucción al Extranjero y primera misión diplomática Poco antes de cumplir cuatro años de servicio, el D-11 “Nueva Esparta”, cabeza de su clase y buque insignia de las Fuerzas Navales de Venezuela, cumplió su primer Crucero de Instrucción para Cadetes al extranjero112. Entre el 28 de enero y el 24 de febrero de 1957 el “Nueva Esparta”, al mando del CF. Rafael Rosales Álvarez que también se desempeñó como Jefe de la Misión; realizó su primer crucero de instrucción para cadetes, siendo también el primero de la Clase “Nueva Esparta”. El “Nueva Esparta” visitó República Dominicana, Cuba, Guatemala y Estados Unidos, llevando cadetes del 3er y 4to año. El Sub-Jefe de la Misión era el CF. Armando Medina, Sub Director de la Escuela Naval de Venezuela. Este crucero nos resulta muy importante en la historia de la Clase “Nueva Esparta”, ya que no sólo se trata de su primera gran misión relacionada con la formación de los futuros oficiales, sino también la primera misión de diplomacia naval realizada por esta clase de buques. Conocemos los pormenores de la primera escala del “Nueva Esparta” en

111

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN. Norman Rafael Rodríguez Arias, Caracas, 2013.

112

“Primer crucero de instrucción a bordo del destructor “Nueva Esparta”” en El Galeón. Caracas, Edición 2011, p.7.

97


República Dominicana, gracias a la recopilación bibliográfica elaborada por la embajada venezolana en ese país113. Podemos resumir así su estadía en República Dominicana: atracaron en la mañana del día miércoles 30 de enero, siendo recibidos por una comisión de las Fuerzas Navales de Venezuela y el embajador venezolano, Luis M. Chafardet-Urbina. El Comandante del “Nueva Esparta” acompañado del embajador venezolano visitó en la mañana al Secretario de las Fuerzas Armadas, Teniente General José García Trujillo; al Secretario de Relaciones Exteriores y Culto, Porfirio Herrera Báez; al Jefe del Estado Mayor de la Marina Guerra dominicana, Contralmirante Tomás E. Cortiñas C.; al Gobernador del Distrito Nacional, Juan O. Velázquez; y al Presidente del Consejo Administrativo del Distrito Nacional, Marco A. Gómez, h. Dichas autoridades luego visitaron el “Nueva Esparta” entre las 3:30 y las 5:00 pm del mismo día. Pasado el mediodía el embajador venezolano ofreció un almuerzo informal para los oficiales y cadetes que llegaron a bordo del “Nueva Esparta”, y cerraron el día con una recepción en honor del comandante del “Nueva Esparta” y su tripulación, ofrecida por el contralmirante Cortiñas en el salón de recepciones del Centro de Enseñanza General Trujillo, del Ejército Nacional dominicano. El jueves 31 de enero a las 10 am rindieron una ofrenda floral en el Altar de la Patria, acto seguido por un desfile conjunto de militares venezolanos y dominicanos. Luego visitaron el Pabellón de las Fuerzas Armadas dominicanas en la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. Cerraron la mañana con una visita a las 11:30 am a los Astilleros Dominicanos, donde el anfitrión fue el contralmirante Cortiñas quién, pasado el mediodía ofreció un almuerzo a los oficiales y cadetes del “Nueva Esparta” en el night club La Voz Dominicana. A las 3 pm visitaron la base aérea Presidente Trujillo y la academia Batalla de las Carreras. A las 5 pm visitaron el Campamento Militar 18 de Diciembre y el Centro de Enseñanza General Trujillo. Cerraron ese jueves con una recepción a las 7 pm en el Hotel El Embajador, ofrecida por la embajada venezolana. El viernes 1º de febrero visitaron la fábrica de armas e instituto politécnico Loyola, y a mediodía asistieron a un

113

Chafardet-Urbina, Luis M. Visita del Destructor ―Nueva Esparta‖. Ciudad Trujillo, Embajada de la República de Venezuela en la República Dominicana, 1957

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almuerzo en el Hotel San Cristóbal, todo en la ciudad homónima. El día sábado 2 de febrero zarparon a las 8:30 am para continuar el crucero de instrucción. Es digno de mención aparte que el General Héctor B. Trujillo Molina, Presidente de la República Dominicana, recibió en la mañana del miércoles 30 de enero en el Palacio Nacional al CF. Rafael Rosales Álvarez, comandante del “Nueva Esparta” y Jefe de la Misión; al CF. Armando Medina, Sub-Director de la Escuela Naval de Venezuela y Sub Jefe de la Misión; al CF. Rafael Álvarez Álvarez, segundo comandante del “Nueva Esparta”; y a los tenientes de navío Felipe Alejandro Rivas Perdomo y Néstor Julio González Díaz, edecanes de los capitanes de fragata Rosales y Medina. El presidente dominicano no escatimó en palabras de simpatía y hermandad hacia Venezuela. El viernes 1º de febrero el embajador venezolano y los oficiales navales mencionados anteriormente, fueron recibidos por el “Padre de la Patria Nueva, Generalísimo y Doctor” – como lo llamaba la prensa de su país - Rafael Leonidas Trujillo, quién realmente gobernaba República Dominicana en aquel momento. Trujillo tampoco escatimó en palabras de unión dominicano-venezolana y elogios al General Marcos Pérez Jiménez. Es importante destacar que a la luz de lo reseñado por la prensa, la visita del “Nueva Esparta” despertó mucho revuelo en el país. Revuelo explicado - lógicamente – por el porte mismo del buque. He aquí algunos extractos muy elocuentes:

“una de las más modernas unidades navales de ese país hermano‖, ―Otros destructores venezolanos similares al ―Nueva Esparta‖, cuyo costo fue de siete millones y medio de dólares cada uno, son el ―Zulia‖ y el ―Aragua‖. Su dotación la integran 20 oficiales, 75 suboficiales y 300 marineros”114 “El NUEVA ESPARTA con sus similares el ZULIA y el ARAGUA son considerados por las altas autoridades en la materia en Londres, como los buques más modernos de las flotas de guerra de la América del Sur.”115

114

Chafardet-Urbina, Luis M. Visita del Destructor ―Nueva Esparta‖, p. 2

115

Ibídem, p. 20

99


Más allá de comentar a nivel anecdótico si en República Dominicana causó impresión o no la visita del “Nueva Esparta”, o de los pormenores de la misma; consideramos más interesante acercarnos a las razones mismas que llevaron a la visita del buque a ese país. Resulta entonces necesario que manejemos el concepto de diplomacia naval, pareciéndonos adecuado el siguiente:

“La diplomacia naval es una de las funciones militares de cualquier Armada entendida como instrumento del Estado. Se caracteriza porque puede implicar el empleo limitado de la fuerza hasta el desarrollo de misiones de buena voluntad como medio para acercar o alejar países y establecer otro tipo de relaciones”116

El mismo autor nos comenta también:

“En este rol (el diplomático) una Armada posee varios objetivos: a) Negociar desde una posición de fuerza en el sentido de apoyar a Gobiernos amigos amenazados por serios aprietos de carácter interno… b) Manipular en el sentido de proveer demostraciones de poder naval en forma continuada en aguas lejanas, para dejar establecido cuáles son los intereses del Estado que ejerce presión... c) Mantener un prestigio en el sentido de dar seguridad a sus nacionales y proyectar una imagen favorable del país… …Aquí se puede citar como ejemplo las visitas que normalmente hace el Buque-Escuela ―Simón Bolívar‖ en sus giras internacionales y las visitas que

116

Blanco Carrero, Edgar. “La Diplomacia Naval: El Caso de los Linienschiff SMS “Schleswig-Holstein” y del SMS “Schlesien” y su relación con Venezuela: 1936 – 1939” en Festina Lente ubicado en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2011/11/la-diplomacia-naval-el-caso-de-los.html (Revisado online el 13 de septiembre de 2014, a las 5:08 pm)

100


generalmente hacen los buques de guerra a otros puertos y sitios de interés para el Estado que hace uso del instrumento”117

Este ejemplo ofrecido por el CN Edgar Blanco Carrero nos resulta más que oportuno, pues el viaje del “Nueva Esparta” a República Dominicana fue justamente del mismo tipo, un Crucero de Instrucción para Cadetes, del que actualmente realiza el BE-11 “Simón Bolívar”; por lo que clasificaríamos esta comisión en el último objetivo que señala el CN Blanco Carrero. Sin embargo, y cómo veremos más adelante, el hecho de que para esa época República Dominicana poseyera la mayor flota de guerra del Caribe (después de la de EE.UU.), recientemente relegada al segundo lugar por Venezuela, y la actitud megalómana del dictador Rafael Leónidas Trujillo, nos llevan a no descartar del todo que esta visita del “Nueva Esparta” a ese país haya tenido un tácito objetivo de mostrar el nuevo poder naval venezolano y disuadir al Gobierno dominicano. Ese mismo año, del 8 al 17 de junio, el “Zulia”, comandado por el CF Eduardo Morales y el “Aragua”, comandado por el CF Daniel Gámez; asistieron a la Revista Naval Internacional de Hampton Roads (Virginia, Estados Unidos) para conmemorar el 350° Aniversario de la Fundación de la Colonia de Virginia, punto inicial de la historia del Estado norteamericano. En la revista participaron también buques de Bélgica, Canadá, Colombia, Cuba, Dinamarca, España, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Perú, Portugal, Reino Unido, República Dominicana, Turquía y Uruguay, además del país anfitrión. Esta revista se desarrolló de la siguiente forma: del 6 al 8 de junio, se reunieron en Hampton Roads las flotas de los países invitados. El 11 de junio, los buques salieron de los muelles y se colocaron en formación. Al día siguiente, a la 1:00 pm, los buques zarparon con salvas de honor y dio comienzo la revista. A las 3:20 pm aviones navales sobrevolaron la formación de buques, y 30 minutos después, el equipo acrobático aéreo de los Blue Angels de la armada estadounidense, sobrevoló Fort Wool, Willoughby Spit y Old Point Comfort. A las 5:00 pm los buques regresaron a los muelles. El 13 de junio los buques tomaron posiciones para el zarpe del día siguiente, cuando a las 8:00 am dio inicio un 117

Blanco Carrero, Edgar. Reflexiones sobre estrategia marítima en la era de la libertad de los mares, pp. 104 - 105

101


ejercicio de ataque anfibio. Tres días después, el 17 de junio, se cerró el evento. Esta fue la primera revista naval internacional en la que participaron los destructores Clase “Nueva Esparta”, y la armada venezolana.

B) Una década agitada, 1958 – 1969

La democracia representativa bipartidista venezolana que se sostuvo hasta 1998, comenzó con la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, en cuyas conspiraciones previas las tripulaciones y comandantes de los destructores Clase “Nueva Esparta” tomaron parte activamente. La siguiente década fue bastante agitada para el país como un todo, debido al antagonismo de Venezuela con República Dominicana por la rivalidad personal entre el presidente Rómulo Betancourt y el “hombre fuerte” en aquel país, Rafael Leónidas Trujillo, a la tensión con Cuba después de la revolución, en el marco de la Guerra Fría, la aparición de grupos guerrilleros de izquierda e intentos de golpe de Estado y rebelión militar aparecidos dentro de las fuerzas armadas, gestándose justamente los dos más importantes – “El Carupanazo” y “El Porteñazo” – dentro de las filas de la entonces llamada Marina de Guerra de Venezuela. “El Carupanazo” y “El Porteñazo” tuvieron su origen y núcleo en la Marina, y constituyeron un verdadero “sacudón” para la Venezuela de los años 60, y los hechos acaecidos durante ambas rebeliones, involucraron a varios buques de la escuadra, incluidos dos de los destructores de la Clase “Nueva Esparta”. Antes de que el año 1962 terminara, dos de estos buques, el “Nueva Esparta” y el “Zulia”, formaron parte de la “Cuarentena” naval impuesta a Cuba en el marco de la Crisis de los Misiles, siendo esta la primera misión naval multinacional en la que participó Venezuela. Al año siguiente, la Marina venezolana enfrentó otra contingencia generada por el conflicto interno, cuando el buque mercante “MM Anzoátegui” fue secuestrado por militantes de la FALN, siendo perseguido por el “Nueva Esparta” hasta aguas brasileñas. Finalmente la década es cerrada con la modernización de estos buques, siendo lo más destacado la instalación de los misiles anti aéreos Sea Cat. Así, los destructores Clase “Nueva Esparta”, portaron el primer sistema de

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misiles de la historia de Venezuela. El decenio 1958 – 1969 fue realmente una “década agitada” para estos buques y sus tripulaciones.

1) La caída de Pérez Jiménez Los destructores clase Nueva Esparta irrumpen en el acontecer político nacional en los días previos al 23 de enero de 1958, cuando sus tripulaciones, comandantes, y el CN Ricardo Sosa Ríos –uno de los mayores cerebros del plan para derrocar a Pérez Jiménez -, conspiran contra la dictadura. El propio Sosa Ríos cuenta en su libro Mar de Leva que él y las tripulaciones estaban dispuestos a unirse al intento de golpe de la Fuerza Aérea del 1° de enero, llegando a enviar autobuses a Caracas a recoger el personal y llegando a encender las calderas de los destructores; pero que cuando se tuvo noticia del fallo del golpe, los buques regresaron a puerto y se disimuló todo aquel movimiento.118 Los hechos no llegaron hasta ahí, sino que en los siguientes días las tripulaciones de los “Nueva Esparta” se involucraron más en la conspiración, llegando a tener un papel decisivo, tal y como lo refieren el historiador naval Robert Scheina y el General de División Iván Jiménez Sánchez, quien explica que el gobierno arrestó a muchos oficiales navales, que el 8 de enero ocurrió una salida de puerto no autorizada y que por orden del jefe del Estado Mayor General, G.B. (Ej.) Rómulo Fernández, la munición fue removida de los buques y llevada al arsenal.119. Más adelante Scheina explica el plan: “Acorde con el plan, a las 1600 h del 22 de enero… …los destructores Aragua y Zulia zarparon hacia Puerto Cabello a buscar munición. Después Pérez Jiménez ordenó a la fuerza aérea atacar, los aviones interceptaron a los buques en el mar pero no les dispararon. En Puerto Cabello, los destructores recibieron las municiones junto con el Batallón de Infantería de Marina Nº1 y lo transportaron a las afueras de La Guaira.”120

118

Sosa Ríos, Ricardo. Mar de Leva, pp. 23 - 24

119

Scheina, R. Ob. Cit, p. 221

120

Ibídem, p. 223

103


El resto de la historia es conocido: Pérez Jiménez trata de negociar con la Armada, el Contralmirante Wolfgang Larrazábal, Comandante de las Fuerzas Navales, es tajante en su negativa y el general tiene que abandonar el país. Ahora bien, lo que a menudo la historiografía ha detallado poco es cómo la Armada fue – según muchas versiones protagonista del golpe, basada sobre todo en el poder de fuego y velocidad de sus nuevos destructores. En efecto, y según esa visión, aunque vulnerables al ataque de la aviación leal a Pérez Jiménez – si el dictador lograba mantener la aviación leal a él, cosa dudosa desde el alzamiento del 1º de enero, llevado a cabo ante todo por elementos de la aviación - , los destructores podían bloquear y controlar las costas del país, y además, trasladar rápidamente fuerzas insurgentes al Litoral Central, de donde podían marchar rápidamente a Caracas, mucho más rápido de lo que los blindados o cualquier otra unidad del ejército pudiera desplazarse para socorrer a Pérez Jiménez. El 23 de enero de 1958, al no producirse una movilización determinante de la aviación contra la Armada, la situación estratégica quedó totalmente contra la dictadura, y en esa situación, fueron trascendentales los destructores Clase “Nueva Esparta”121. Es interesante que la prensa del momento destacara mucho el papel de estos navíos en dicha jornada.122 (Ver Anexo XVII) Un buen resumen de estos acontecimientos lo ofrece el CN Jairo Bracho Palma en su obra Hombres de Hierro.

“El 22 de diciembre, el mayor Julio César Castellanos, quien ya había regresado del Brasil, se reunió con el CN Ricardo Sosa Ríos en su casa. Acordaron algunos puntos importantes como la indicación de la hora y día para que las unidades flotantes tuviesen el tiempo necesario para elevar la presión de sus calderas”123

121

Sin Autor, “Un plan de acción conjunta fue puesto en práctica para derrotar a Pérez Jiménez. El comandante del destructor “Zulia” encabezaba el movimiento de las Fuerzas Navales” en El Nacional. Caracas, 24 de enero de 1958. Año XV, Nº 5175, p. 1 122

Sin Autor, “Buques que ayudaron a caída del dictador” en El Universal. Caracas, 25 de enero de 1958. Año XLIX, Nº 17.477, p. 1 123

Jairo Bracho Palma. Hombres de Hierro Tomo I. Caracas, Editado por Ramón Alberto Rivero Blanco, 2013, p. 169

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“Ese mismo día, el Cnel. Carlos Pulido Barreto (compañero de promoción y muy cercano al Presidente) se enteró de lo hablado a bordo del ―Zulia‖, poco después lo sabría el general Marcos Pérez Jiménez. A La Guaira bajó el Jefe del Estado Mayor General, Rómulo Fernández. En un ambiente cordial dialogó con los oficiales. Los ánimos se calmaron. En medio de tanta confusión, se daba la orden al general Luis Llovera Páez de arrestar a los oficiales comprometidos. En efecto, el día 3, en horas de la tarde, varios blindados apuntaban a los destructores. La munición fue bajada de los buques. Algunos proyectiles guardados en los servicios inmediatos de los cañones y en algunos camarotes. Salieron bajo arresto el comandante del ―Zulia‖ CF Eduardo Morales Luengo; Pablo Cohen Guerrero, los capitanes de corbeta Álvaro Del Castillo, Ortega Jugo y el TN Magin La Grave Fry.”124 “A la Base Naval Agustín Armario en Puerto Cabello, llegaron los capitanes Manuel Ponte Rodríguez y Víctor Hugo Morales, les esperaba el CF Manuel Herrera, era la orden de sublevarse. Tanto el Comandante de la Base Naval, CF Julio Vale Guillén, como el Comandante del batallón de Infantería de Marina allí acantonado, fueron invitados a unirse, se negaron y terminaron arrestados. El gobierno ordenó al batallón de infantería del ejército ―Carabobo‖ movilizarse hacia Puerto Cabello y tomar la Base Naval, su comandante no obedeció. Igual sucedió con la orden de impedir la salida de los destructores de La Guaira. El Batallón de Infantería de Marina ―Bolívar‖ se preparaba para marchar sobre Miraflores.”125 “Mientras tanto, los destructores ―Zulia‖ y ―Aragua‖ llegaron a Puerto Cabello para reabastecerse y cargar municiones. Los mandos de los otros componentes se fueron congregando alrededor de un jefe visible: Wolfgang Larrazábal”126

La historiografía entonces muestra consenso en sostener que las entonces llamadas Fuerzas Navales, y desde luego sus buques de guerra, se vieron estrechamente relacionados con la caída de la dictadura el 23 de enero de 1958. La prensa del momento, la historiografía posterior, e incluso la tradición oral venezolana, alimentada y reforzada recientemente en Internet, le dieron un rol protagónico a la Armada, al Contralmirante 124

Ibídem, p. 171

125

Ídem

126

Ibídem, p. 172

105


Wolfgang Larrazábal, e incluso a los propios destructores Clase “Nueva Esparta”, pues según un mito muy difundido, estos buques tenían la capacidad de alcanzar con sus cañones el Palacio de Miraflores y la Base Aérea “Generalísimo Francisco de Miranda” en Caracas, pudiendo así tomar parte activa en el golpe contra el General Marcos Pérez Jiménez. Según esta suerte de leyenda urbana, el propio Pérez Jiménez conocía esta capacidad de los destructores Clase “Nueva Esparta”, por lo que al enterarse que las Fuerzas Navales apoyaban el golpe, decidió huir. Este mito tiene a su vez una variante en la cual los destructores de las Fuerzas Navales constituyeron una amenaza para la dictadura por su capacidad para trasladar rápidamente infantes de marina desde Puerto Cabello y avanzar sobre Caracas antes de que llegaran las unidades más pesadas del ejército, procedentes de Maracay y San Juan de los Morros. Esta última visión es más extendida y existe mayor consenso alrededor de la misma, como se explicó más arriba. Nos resulta bastante esclarecedora para este punto, la entrevista realizada al CN. Ricardo Ríos, quien se graduó de la Escuela Naval de Venezuela en 1949, llegó a ser segundo comandante del D-11 “Nueva Esparta”, comandante del D-21 “Zulia” y comandante del D-31 “Aragua”, pasando a retiro en 1978, por lo que toda su carrera de oficial coincidió con los años de servicio de la Clase “Nueva Esparta”.

“-¿Qué tan cierto es que los destructores Clase ―Nueva Esparta‖ podían alcanzar blancos en Caracas con sus cañones de 114 mm? -

-

Teóricamente sí, pero en realidad, yo lo dudo. Ese fue un plan, que se llamaba ―Plan Junín‖, que fue creado por el CF Moreno Piña. Que hizo un estudio de la parábola de tiro a 45° de ángulo de cañón, el alcance máximo que se logra con un cañón. A 45° y poniéndose en un punto X frente a La Guaira, podía bombardear Miraflores y La Carlota. Pero yo dudo eso, porque el alcance efectivo de esos cañones, si no estoy equivocado, era de 17 millas, unos 30 km aproximadamente. Y la descripción de la parábola de tiro, para llegar a ser efectivo, no era posible. Esa es mi opinión personal. Ese plan nunca ni siquiera se practicó, pues requería un disparo, y para hacer ese disparo, teníamos que saber dónde caía, y eso era imposible de hacer. A menos que fuese una situación de guerra. Ese Plan Junín se diseñó ¿para qué?, ¿para un posible golpe? 106


-

-

-

Claro que sí, porque había siempre esa rivalidad entre la Armada y las demás fuerzas. Entonces, como el Ejército era el que tenía el dominio de la plaza de Caracas, y nosotros lo único que teníamos era Infantería de Marina, incipiente, no teníamos otra cosa que hacer, en una situación de emergencia para responder, desde el Litoral. El hecho de que el tiro fuera teóricamente posible, no quiere decir que hayan amenazado a Pérez Jiménez con ese tiro. ¿Qué piensa usted que intimidó realmente a Pérez Jiménez, la movilización de la Infantería de Marina a bordo de los destructores, que llegaría a Caracas antes que el ejército, o el famoso tiro casi imposible? Yo creo que ninguna de las dos cosas. Primero, los infantes de marina no estaban embarcados. Los barcos se hubiesen limitado a bloquear los puertos y disparar sobre los blancos que fuesen necesarios en el Litoral, y poder preservar la hegemonía de la Armada en el litoral venezolano. Segundo, Pérez Jiménez conocía de ese tiro, y sabía, porque era un hombre sumamente bien preparado, - recordemos que fue primero en su promoción en Perú, un hombre muy inteligente. Entonces, él conocía perfectamente ese plan y sabía que era una utopía. Para mí, lo que tumbó a Pérez Jiménez, fue el alzamiento de la Escuela Militar.”127

Justamente, el testimonio del General Marcos Pérez Jiménez coincide con las apreciaciones del CN. Ricardo Ríos.

“Mire, la Marina no estaba atacando a nadie. La Marina se fue. Se le habían sacado todas las municiones a los barcos y éstos se fueron solos. Eran barcos que no tenían ningún poder ofensivo. En absoluto. Ahora ¿qué acuerdo? No hubo nada de eso. Me fui porque resolví irme, porque si no lo hacía hubiera tenido que coger unidades y atacar los sitios donde hubiera alzamiento. Y se hubieran producido muertos. Hubiera tenido que atacar la Escuela Militar si es que no se rendían. Porque donde nosotros nos presentábamos nadie combatía.”128

Sin embargo, las declaraciones de Pérez Jiménez podrían ser imprecisas, como nos muestra el CN. Bracho Palma: 127

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN. Ricardo Ríos, Caracas, 2013.

128

Blanco Muñoz, Agustín. Habla el General, p. 202.

107


“Se había dado la orden de trasladar la munición de los destructores que se hallaban en Puerto Cabello, hacia Caracas. Ghersi Gómez logró que solo se trasladaran las espoletas y quedara en almacén la munición de 20 mm y 40 mm. El día 9 de enero, el general Rómulo Fernández fue a La Guaira a dialogar con los oficiales que estaban en los destructores, y en carácter conciliatorio apaciguó las inquietudes derivadas de varias reuniones que estos habían tenido. Momentos después, bajó con dos tanques el general Luis Llovera Páez. Quitó la munición a los destructores y arrestó a los Comandantes y Segundos Comandantes, y varios oficiales. Alguna que otra munición fue guardada en los camarotes.”129

Al revisar los testimonios e investigaciones antes citadas, podemos concluir que la capacidad ofensiva directa de los destructores Clase “Nueva Esparta” estaba considerablemente mermada – por no decir casi anulada – como armas estratégicas capaces de protagonizar una gran acción armada en la región Capital el 23 de enero de 1958, siendo entonces más posible que amenazaran la dictadura trasladando infantes de marina desde Puerto Cabello. Aunque ninguna de las dos amenazas, ni su capacidad de fuego ni la de transportar infantes de marina desde Puerto Cabello, parecen haber sido decisivas para la decisión de partir de Pérez Jiménez, resulta muy interesante que los movimientos de los destructores se hallan convertido ya en enero de 1958 en algo icónico en la prensa nacional. Es posible pensar que tras años de aparición en la prensa, los destructores, especialmente la Clase “Nueva Esparta, se convirtieran en símbolos de las Fuerzas Navales en el imaginario colectivo venezolano. Esta imagen puede ser visualizada en los afiches alusivos al desfile naval realizado con motivo del 150 aniversario de los 150 años de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y la gran cantidad de fotografías de ellos aparecidas en diversas publicaciones civiles y militares durante los años 50, 60 y 70. El hecho de que el Contralmirante Wolfgang Larrazábal emergiera como rostro visible de la conspiración anti perezjimenista y de que varios oficiales de la escuadra, 129

Jairo Bracho Palma. Hombres de Hierro Tomo I, p. 207

108


comandantes incluso de los destructores, tuvieran una participación activa en la conspiración, pudo también reforzar la idea de un protagonismo que los destructores Clase “Nueva Esparta” no tuvieron como sistemas de armas en sí. Lo que sí podemos afirmar es que las tripulaciones de los destructores Clase “Nueva Esparta” conspiraron activamente contra la dictadura perezjimenista y que los propios buques se convirtieron en un emblema de los hechos ocurridos.

2) Capacitación de personal y otros hitos, 1959 – 1962 Según las Memorias del Ministerio de Defensa, en 1959 personal militar, tanto oficiales, como sub oficiales, sargentos y tropa, viajó a los astilleros de la VickersArmstrong en Newcastle, Reino Unido, para realizar reparaciones y mantenimiento general para el “Nueva Esparta” y el “Zulia”. Además 11 oficiales fueron enviados a Curso General de Armamento, 10 a Curso Básico de Ingeniería, 12 hombres a Curso de Señales, 9 a Curso de Centro de Información de Combate, 74 a Curso de Armamento y Marinería, 36 a Curso de Maniobras, 21 a Curso General de Armamentos y Curso ASDIC, 13 a Curso Básico de Electricidad, 14 a Curso de Refrigeración, y 17 a Curso de Talleres. En total, hablamos de que en solo un año, se enviaron al Reino Unido y Estados Unidos un total de 217 hombres a formarse en diversas áreas para una mejor operación de los destructores Clase “Nueva Esparta”.130 Gracias al testimonio del CN Ricardo Ríos, quien participó en dichos cursos del año 1959 en Great Lakes, EE.UU., podemos conocer más detalles al respecto:

“- ¿Cómo calificaría usted la preparación de las tripulaciones para los destructores Clase ―Nueva Esparta‖ en sus años de servicio?

130

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1960, pp. 423 - 425

109


- Pésima. Muy mala. Muy mala porque había personal, pero no era seleccionado. Inclusive había marineros que no sabían ni leer ni escribir y así fueron enviados a Great Lakes y a Filadelfia para su entrenamiento y poder ser utilizados como tripulantes de esos barcos. Para mi ese es el primer fracaso de la Clase ―Nueva Esparta‖. La falta de personal calificado para operar ese tipo de plantas. - Una vez que esas tripulaciones iniciales regresan, ¿no se fundó una especie de escuela o de ente especializado en formar gente para los ―Nueva Esparta‖? - El Centro de Adiestramiento Naval era el que supuestamente estaba diseñado para preparar esas tripulaciones, pero la carencia de equipos, y de personal calificado para enseñar, era precaria. - O sea, el impacto de los destructores Clase ―Nueva Esparta‖ en la capacitación de personal fue… - ¡Mínimo!, fue mínimo. Eso fue un fracaso. Es mi opinión muy personal. No se hizo una buena selección de personal. Se cubrió el cupo, pero no la calidad.”131

Además de estos cursos generales, en 1959 también tenemos información mínima sobre otros especialmente para oficiales y sub oficiales, a saber: en abril fue enviado a Perú un Capitán de Corbeta a Curso de Comando y Estado Mayor Naval, con una duración de diez meses; desde el 27 de junio fueron enviados a Collingwood, Reino Unido, siete Tenientes de Fragata a Curso Largo Internacional de Artillería, con duración de diez meses; desde el 21 de agosto fue enviado un Capitán de Fragata a Curso de Comando y Estado Mayor Naval en Newport, EE.UU., con duración de diez meses; y en septiembre fueron enviados oficiales para Curso de Sonar en Key West, EE.UU., con duración de diez meses y oficiales para Curso de Ingeniería Electrónica en la Universidad de Stanford hasta julio de 1963. Las fuentes oficiales del Ministerio de Defensa, y las Fuerzas Navales no reflejan cursos similares en fechas anteriores, por lo que bien pudiéramos pensar que estos fueron 131

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN. Ricardo Ríos, Caracas, 2013.

110


los primeros cursos de estos tipos, electrónica y sonar, que oficiales navales venezolanos realizaron.132 Hay un último hito del año 1959 que conocemos gracias al testimonio del VA Antonio Pérez-Criollo, quién se graduó en 1959, y pasó a retiro en 1989. Según él, el “Nueva Esparta” fue el primer buque que entró al nuevo dique seco de Puerto Cabello. Para ello se hizo necesario levantar el primer portulano de dicho puerto. Según su testimonio, el VA Pérez-Criollo estuvo ahí, a bordo del “Nueva Esparta” en ese momento.133 El año de 1960 fue crucial para la Escuadra venezolana y para los destructores Clase “Nueva Esparta”. Según las Memorias del Ministerio de Defensa, tenemos que entre enero y septiembre nueve elementos de plana menor asistieron y se graduaron en Curso de Técnico Electrónico y Mantenimiento, y en Curso de Operación de Radares en los Centros de Adiestramiento Naval de Great Lakes y Norfolk, EE.UU. Este personal fue destinado a la operación y mantenimiento de los nuevos radares instalados en los destructores “Nueva Esparta” y “Zulia”. Por otra parte, en marzo finalizó el Curso de Sonar 560, 564A y ALFA, para instructores en la Escuela de Sonar de Key West, EE.UU. En dicho curso se graduó un oficial y 26 “elementos de plana menor”, como reza en la Memoria del Ministerio de Defensa, sin precisar a qué clase de personal se refiere. Inferimos que pudiera tratarse de suboficiales o sargentos. Este personal fue destinado también a la operación y mantenimiento de los nuevos equipos instalados en los destructores Clase “Nueva Esparta”, exceptuando el “Aragua”, al cual se le harían las correspondientes mejoras posteriormente. Finalmente en junio finalizó el Curso de Comando y Estado Mayor Naval en Newport, EE.UU., al cual se había enviado a un Capitán de Fragata el año anterior. Desafortunadamente desconocemos la identidad de este oficial, y de todo el personal de los cursos antes mencionados.134

132

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1960, pp. 423 - 425 133

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al VA. Antonio Pérez-Criollo, Caracas, 2013.

134

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1961, p. 352

111


En 1960 también se reorganizó la Escuadra, pasando a formarse tres divisiones de destructores, integradas de la siguiente manera: PRIMERA DIVISIÓN D-11 DESTRUCTOR “NUEVA ESPARTA” D-12 DESTRUCTOR “CLEMENTE” D-13 DESTRUCTOR “FLORES”

SEGUNDA DIVISIÓN D-21 DESTRUCTOR “ZULIA” D-22 DESTRUCTOR “MORÁN” D-23 DESTRUCTOR “BRIÓN”

TERCERA DIVISIÓN D-31 DESTRUCTOR “ARAGUA” D-32 DESTRUCTOR “AUSTRIA” D-33 DESTRUCTOR “GARCÍA”.135

Así, los destructores pesados y ligeros, planeados desde 1949, por fin se organizaban de forma coherente y ordenada tal como lo había establecido en el plan original. Es destacado que a los destructores Clase “Nueva Esparta” les tocó el honor de ser el buque insignia de cada división. Justamente, por esas posiciones en la Escuadra, es que estos buques recibieron sus matrículas o codificaciones en la proa; la misma se componía de “D”, que significaba destructor, más un primer número, del 1 al 3, que indicaba la división a la que pertenecían, más un segundo número que indicaba su posición dentro de dicha división. De esta manera el “Nueva Esparta”, el “Zulia” y el “Aragua”, reforzaban su posición como espina dorsal de la Escuadra. Tenemos también que en 1960, específicamente entre el 22 y 23 de junio, se llevaron a cabo las maniobras “Pre-UNITAS”, en las que la Escuadra venezolana aceitó su maquinaria para participar en los ejercicios UNITAS II del año próximo, en conjunto con las armadas de EE.UU. y otros países latinoamericanos. En dichos ejercicios “PreUNITAS”, el “Aragua” fue elegido como sede para el Comando de la Escuadra, en

135

Ibídem, p. 355

112


reconocimiento al excelente nivel de adiestramiento alcanzando por su tripulación. El destructor “Nueva Esparta” y el “Zulia” también tomaron parte en estos ejercicios, teniendo una actuación destacada.136 1961 fue también un año intenso para estos buques. Ese año fueron sometidos a reparaciones, y participaron en las UNITAS II. Lamentablemente ni la prensa de la época ni las Memorias del Ministerio de Defensa nos brindan mayor información acerca de estos ejercicios multinacionales, los primeros en los que participó Venezuela. El CN Jairo Bracho Palma nos brinda una útil información para contextualizar estos ejercicios UNITAS.

“Durante el período 1958 – 1960 se consolidaron las maniobras conjuntas entre la Marina estadounidense y la Marina venezolana en un contexto signado por la Guerra Fría y la posibilidad de un enfrentamiento nuclear entre las dos potencias. La Conferencia Interamericana de Defensa, ―la Solidaridad Ideológica‖ y las Operaciones Unitas vinieron a concretar este hecho. El Jefe de Operaciones del Caribe coordinaba con las misiones militares y navales la asistencia, dotación de equipos e instrucción. La adquisición del primer submarino (―Carite‖) y la instalación de nuevos equipos antisubmarinos en los destructores ―Nueva Esparta‖, ―Zulia‖ y ―Aragua‖, confirman el interés que existía de desarrollar esta área. …La guerra antisubmarina y el uso del arma submarina fueron la esencia de los ejercicios combinados que más realizaron las unidades navales venezolanas juntos con las colombianas y las estadounidenses. Durante la década de los 60, las tripulaciones y medios de la Marina Venezolana tenían una bien ganada fama internacional de adiestramiento, pericia, conocimientos, vocación de servicio y alta efectividad operacional… …Nuestro país gozó de una amplia libertad de maniobra en el Caribe debido a una estrecha relación con la Marina norteamericana. Esta cooperación se manifestó a través de las operaciones Unitas, de la participación de nuestra Marina en el bloqueo a Cuba durante la crisis de los misiles en octubre de 1962 y en las excelentes relaciones que se llevaban a

136

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al VA. Antonio Pérez-Criollo, Caracas, 2013.

113


través del Sistema Naval Interamericano de Defensa y de Comunicaciones Navales…”137

En cuanto a las reparaciones y/o modificaciones realizadas, tenemos que al “Nueva Esparta” y al “Zulia”, les fueron instalados teléfonos submarinos UQC, para uso en la guerra anti submarina. Por su parte, al “Aragua” le fue modificado el cableado de luz de la proa, y se le amplió el Sistema de Comunicaciones Tácticas UHF.138 En cuanto a comisiones cumplidas, tenemos que del 13 al 16 de abril la Tercera de División de Destructores, compuesta por el D-31 “Aragua”, D-32 “Austria”, y D-13 “Flores”, realizó un Crucero de Instrucción, embarcando 1 profesor, 3 oficiales, 38 guardiamarinas y 31 cadetes de primer año. Del 11 al 14 de mayo la Primera División de Destructores, compuesta por el D-11 “Nueva Esparta”, D-12 “Clemente” y D-13 “Flores”, realizó también un Crucero de Instrucción, embarcando 1 profesor, 3 oficiales, 37 guardiamarinas y 39 cadetes de tercer año. Del 3 al 26 de junio, el “Zulia” cumplió Crucero de Instrucción al Exterior, con 2 profesores, 3 oficiales y 38 guardiamarinas. En este crucero el “Zulia” visitó los puertos de Kingston (Jamaica), Key West y Miami (EE.UU.), y San Juan de Puerto Rico, pasando a su regreso a La Guaira por Isla de Aves, haciendo presencia en el punto más lejano de nuestra geografía. El “Zulia” y el “Flores” realizaron Instrucción Práctica a Bordo, con guardiamarinas y cadetes de tercer año, del 26 al 1° de septiembre, y de nuevo del 26 al 29 de octubre.

3) 1962: “El Carupanazo”, “El Porteñazo” y la “Cuarentena” a Cuba Dejando de lado los orígenes y los detalles de “El Carupanazo” y “El Porteñazo”, que no son el objeto de este trabajo, pasaremos a estudiar el desempeño de los “Nueva Esparta” en dichos alzamientos.

137

Jairo Bracho Palma. Hombres de Hierro Tomo I, pp. 177 - 182

138

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1962, pp. 431 y 445

114


Respecto a “El Carupanazo”, ocurrido entre el 4 y el 5 de mayo de 1962, tenemos que el Gobierno envió al destructor “Nueva Esparta” junto con el destructor General Morán – de la Clase Clemente - , los transportes T-13 “Los Monjes” y T-14 “Los Roques” con infantes de marina a bordo; con el objetivo de realizar un asalto anfibio sobre Carúpano si era preciso. La fuerza se concentró en Cumaná y estaba comandada por el CN José C. Seijas Villalobos. Los destructores de esta clase fueron la punta de lanza en el sofocamiento de “El Carupanazo”, aunque no tuvieron que realizar la proyectada operación anfibia, pues los insurgentes se rindieron sin mayor complicación al no cumplirse su expectativa de que más unidades militares se les unieran en el resto del país. “Con motivo de encontrarse en vía hacia Carúpano en funciones de inspección el CN José Seijas Villalobos, quedó encargado de coordinar con las autoridades en Cumaná y posteriormente, encargarse del asalto anfibio previsto en caso de ser necesario… …Hacia el Teatro de Operaciones se desplazó el destructor ―Nueva Esparta‖ y los transportes T-13 y T-14… El capitán Rhuma Ríos ha informado oportunamente de una reunión a la que asistió el VA Carlos Larrazábal. Allí se entera de la insurrección en ciernes y de su supuesta misión de arrestar al Comandante General de la Marina llegado el momento.”139

En cuanto a la actuación propiamente dicha de los destructores, solo tuvieron que hacer unos cuantos disparos rasantes sobre las instalaciones de la Infantería de Marina en Carúpano, más como intimidación que como un ataque real. Al mes siguiente se produjo la mayor insurrección del período en cuestión, cuando se alzó la Infantería de Marina en la Base Naval de Puerto Cabello. Aún Dentro del caos del alzamiento en Puerto Cabello, la participación de los destructores clase “Nueva Esparta” viene a ser algo que la historiografía tradicional ha dejado atrás, por lo que su reconstrucción resulta difícil debido a que el foco de atención este alzamiento es ubicó en los sangrientos enfrentamientos ocurridos en el centro de Puerto Cabello, y en especial en

139

Jairo Bracho Palma. Hombres de Hierro Tomo I, p. 187

115


lo que se conoce como “La Alcantarilla”. Sin embargo, contamos con por lo menos dos testimonios de primera mano; Del Porteñazo al Perú, escrito por el Capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales – uno de los tres líderes de la insurrección – y el ya citado Mar de Leva, escrito por el Contralmirante Ricardo Sosa Ríos, quién para el momento de “El Porteñazo” era comandante de la Armada. Mar de Leva incluye una transcripción del informe presentado por el Capitán de Navío Jesús Carbonell Izquierdo, Comandante de la Escuadra, al Contralmirante Sosa Ríos; donde refiere los detalles de la insurrección dentro de la base. Revisemos este testimonio primero. “INFORME QUE PRESENTA EL CAPITÁN DE NAVÍO JESÚS CARBONELL IZQUIERDO, COMANDANTE DE LA ESCUADRA, ACERCA DE LOS SUCESOS ACAECIDOS CON MOTIVO DEL ALZAMIENTO DEL BATALLÓN Nº 2 DE LA INFANTERÍA DE MARINA EN PUERTO CABELLO:

Viernes, 1º de junio de 1962 …Inmediatamente se hizo una apreciación de la operatividad de los buques de la Escuadra, llegando a la conclusión de que se encontraban en la siguiente condición: - Destructor ―Aragua‖ (D-31), operativo en La Guaira. - Destructor ―Nueva Esparta‖ (D-11), en dique seco. - Destructor ―Zulia‖ (D-21), en mantenimiento para el viaje a los Estados Unidos. - Destructor ―Almirante Clemente‖ (D-12), operativo con una caldera. - Destructor ―General Morán‖ (D-22), en iguales condiciones. - Destructor ―General Flores‖ (D-13), en mantenimiento progresivo (operativo)… …A las 20:45 se ordenó al Destructor ―Aragua‖ (D-31) que fondeara en la rada exterior y a todos los buques que estaban en puerto que permanecieran en Rol de Defensa Inmediata…

116


Sábado, 2 de junio de 1962 … - Destructores ―Zulia‖ (D-21) y ―Flores‖ (D-13), procedían con remolcadores a fondearse en la rada exterior… …En esos momentos, aproximadamente a las 11:00 horas, pudimos observar y oír los disparos que con los montajes de 40 efectuaban los buques sobre las instalaciones de la Infantería de Marina para hacerlos deponer su actitud insurreccional. Estos buques estaban bajo el mando del Cap. Nav. Miguel Benatuil, quien se había embarcado en el Destructor Morán, formando un Grupo de Tarea y asumiendo así el Comando de la Escuadra, mientas permanecía detenido el suscrito… …Un marinero del Zulia, aproximadante a las 24:00 horas, se presentó con el radiograma No. 384, firmado por el Tte. Fta. Piccardo Román, dirigido a la Comandancia General de la Marina y con información para todos los buques, el cual textualmente dice así: ―El Destructor Zulia fiel a las causas que sus tripulantes consideran las más justas ha decidido mantener una actitud neutral consideran K nuestra Armada se halla empeñada en una lucha fratricida que de ser nuestro buque blanco del fuego de otra unidad preferimos antes hundirnos con él a permitir que nuestros cañones tomen parte en tal lucha K nos empeñaremos en evitar todo derramamiento de sangre K.‖…

Domingo, 3 de junio de 1962 …Se comunicó a Caracas, aproximadamente a las 03:00 horas, el estado de la situación y especialmente notificándole que el Zulia estaba en estado de rebeldía… … A las 08:00 horas se le pasó un radiograma visual al Zulia con el siguiente texto: ―Base recapturada su totalidad K Oficiales Buque debe rendirse incondicionalmente sin armas este Comando‖, contestando ellos el siguiente mensaje:

117


―Se agradece enviar un Oficial Superior del Comando de la Escuadra a esta unidad fin parlamentar garantizamos su seguridad‖. En esos momentos el Zulia se encontraba rodeado por personal leal bajo el mando del Cap. Cta. Melecio Delgado en expectativa de cualquier acción que pudiera tomar. A las 08:05 se le pasó el siguiente mensaje visual: ―Resuyo fin evitar derramamiento de sangre K o una pérdida valiosa de nuestra Armada K deben rendirse incondicionalmente que de acuerdo mi mensaje anterior K peso de responsabilidad que ocurra al Buque recaerá sobre ustedes K exijo respuesta inmediata K deben presentarse este Comando K Tf. Fermín Castillo K Tf. Antonio Piccardo K Tf. Juan Medina y An. Otoniel Piccardo‖. Se comunicó al Comando General de la Marina y recomendó que se tratara de parlamentar antes de tomar una decisión que pudiera causar daños al buque y al personal de él que no estuviera comprometido. En consecuencia, a las 09:20, se le envió el siguiente menaje visual: ―Este Comando enviará Oficial a parlamentar al extremo de muelle donde ha de encontrarse Oficial de ustedes solo‖… …A las 11:00 horas se le puso un radiograma a todas las Unidades informándoles que la Base estaba completamente recuperada y que los Oficiales Fermín Castillo, Antonio Piccardo, Juan Medina y Otoniel Piccardo, quienes se encontraban en el Zulia, habían depuesto su actitud de amotinamiento.”140 Según el informe del Capitán de Navío Carbonell Izquierdo, los rebeldes solo pudieron controlar un destructor Clase “Nueva Esparta”: el “Zulia”, que para su mal, estaba con su capacidad seriamente limitada, al estar amarrado al muelle y sin posibilidad de moverse. Revisemos ahora el testimonio del Capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales junto con lo relatado por el historiador naval norteamericano Robert Scheina.

140

Sosa Ríos, Ricardo. Mar de Leva, pp. 80 – 81

118


Según Scheina141, a las 3 pm del 1º de junio Sosa Ríos llamó a Carbonell Izquierdo para informarle que la Infantería de Marina y la Guardia Nacional en el Litoral Central y Puerto Cabello iban a alzarse. El Contralmirante Sosa Ríos además envió al Capitán Carbonell a Puerto Cabello a mantener el orden y la lealtad de la flota. El Capitán de Navío Carbonell Izquierdo llegó, le informó la situación al Comandante de la 1era División de Destructores, Capitán de Navío Andrés Oswaldo Moreno Piña. Toda la flota fue puesta en alerta. Más tarde, poco antes de las 7 pm, el almirante Sosa Ríos ordenó enviar a todo el personal a sus cuarteles y poco después ordenó a todos los buques prepararse para un ataque aéreo. Víctor Hugo Morales relata: “(el viernes 1º de junio de 1962)…A las 05.45 h se acercó un oficial del batallón hasta el portalón y le dijo a un suboficial nuestro que le comunicara al resto que la Base estaba tomada y que podían proceder a tomar el buque. El oficial de guardia, que no era de los comprometidos, se encontraba en el puente de mando y vio a la residencia de los oficiales de la Base rodeada por tropas de infantería de marina y, pareciéndole raro, se lo comunicó al Comandante del Buque, capitán de navío Miguel Benatuil, quien de inmediato ordenó al personal que ocupara sus puestos. Es necesario aclarar que la gente que teníamos comprometida en el buque, debido al acuartelamiento perdió todo contacto con las otras unidades… …Además esperaban, según lo convenido, la presencia de los tenientes de fragata Carlos Fermín y Antonio Piccardo para actuar.”142

Scheina presenta los siguientes hechos:

141

Scheina, R. Ob. Cit., p. 226

142

Morales, Víctor Hugo. Del Porteñazo al Perú, p. 61

119


“A las 1530 el destructor Almirante Clemente se movió de nuevo contra los rebeldes en la base naval con sus cañones de 40 mm. Morales Monasterios, quién había abordado al destructor Zulia, radió que si la fragata no cesaba el fuego el Zulia respondería con sus cañones de 4,5 pulgadas. En pocos minutos los cañones de los destructores quedaron en silencio… …A las 0200 en la madrugada del domingo, 3 de junio, Carbonell Izquierdo pidió permiso al comandante de la armada para que los destructores Almirante Clemente y General Morán dispararan sobre el Castillo Libertador. Sólo dos horas antes el capitán había informado que los rebeldes controlaban el destructor Zulia.”143

Lo relatado por Morales sobre este episodio es interesante: “… el Clemente estuvo todo momento fuera del alcance de las baterías del Zulia, que podía disparar su artillería aunque no pudiera maniobrar. Sin embargo, se les envió un radiograma que decía lo siguiente:

―COMUNICAMOSLE

QUE

ESTÁN

CAUSANDO

GRANDES DESTROZOS SIN NECESIDAD. EN CASO PERSISTIR BOMBARDEO CONTESTAREMOS EL FUEGO‖. A partir de ese momento no volvieron a acercarse ni disparar.”144 Aunque Morales dice que el “Clemente” nunca estuvo a tiro, el mismo mapa que su libro (Ver Anexo XVIII) presenta, con las posiciones del “Clemente” y el “Zulia” en la base, mapa que además también aparece en la prensa y otras obras sobre el tema con las mismas posiciones, muestra que el “Clemente” sí estuvo a tiro del “Zulia”, separados apenas por unos 4 km, y el brazo de tierra que alberga la base naval. Las armas principales del Zulia, de 114 mm, fácilmente habrían alcanzado al “Clemente” destrozándolo en una sola andanada, aunque los disparos habrían devastado la base en el proceso. 143

Scheina, R. Ob. Cit., pp. 231 - 232

144

Morales, V. Ob. Cit., p. 71

120


Scheina relata así el final de la rebelión del “Zulia”: “A las 0630, mientras tropas del ejército estaban haciendo un lento progreso a través de las calles, los aviones de la fuerza aérea atacaron a los rebeldes en el Fortín Solano con cohetes y ametralladoras. A las 0800 h marineros leales rodearon el Zulia, el cual estaba aún atracado, y Carbonell Izquierdo exigió al destructor su rendición incondicional. Una hora y media después el Teniente Antonio Piccardo, líder de los rebeldes en el destructor, se rindió.”145 La rebelión del “Zulia” durante “El Porteñazo”, fue eclipsada, como hemos indicado ya, en la historiografía por la encarnizada lucha en las calles de Puerto Cabello y en el Fortín Solano, pero sin embargo fue un hecho crucial. Fue la fortuita – para el Gobierno situación tan limitada de los destructores “Zulia” y “Nueva Esparta” la que minimizó el poder de fuego de los insurrectos. Resulta evidente que al haber planeado el alzamiento en Puerto Cabello, los rebeldes pretendían apoderarse de la Escuadra, especialmente de los destructores Clase “Nueva Esparta”. De haberlo logrado, se habrían hecho con un impresionante poder artillero y antiaéreo, causando una lucha aún más encarnizada e intensa, y quizá teniendo el poder necesario para animar a más unidades militares del país a unírseles. El año 1962 traería más situaciones comprometidas para los destructores Clase “Nueva Esparta”… En octubre estalló la Crisis de los Misiles en Cuba, cuando los norteamericanos descubrieron que los soviéticos estaban instalando misiles nucleares en dicho país. Estados Unidos procedió a establecer una “cuarentena” sobre la isla, consistente en bloquear sus comunicaciones por mar y aire utilizando sus fuerzas navales y aéreas, a fin de evitar que siguieran llegando misiles a Cuba, y también para responder al desafío soviético, siendo el momento más peligroso de toda la Guerra Fría146.

145

Scheina, R. Ob. Cit., p. 232

146

Powaski, Ronald. La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917 – 1991, pp. 179 - 182

121


Estados Unidos convocó una reunión de la OEA donde logró el apoyo a sus medidas sobre Cuba, además de la participación de fuerzas navales latinoamericanas en una Fuerza de Tareas conjunta, que integraron Argentina, República Dominicana y Venezuela. En el marco de dicha reunión, se estableció que las fuerzas latinoamericanas operarían bajo el comando de la OEA, encabezadas por el Contralmirante John A. Tyree, comandante en jefe de la Flota del Atlántico; él dirigiría la recién creada Fuerza de Tareas 137, que integraba buques de Venezuela, Estados Unidos y Argentina.147 Es de destacar que en ese momento Venezuela no tenía relaciones diplomáticas con Argentina, debido a diferencias político-ideológicas. Por ello, nunca hubo comunicación directa entre los buques venezolanos y argentinos. La Fuerza de Tareas 137 se concentró en Trinidad, y recibió la misión de conducir una operación de cuarentena en los pasos de las Antillas Menores, para cortar los envíos y prevenir la llegada de más armas soviéticas a Cuba. El “Zulia”, al mando del CN Benatuil Guastini, y el “Nueva Esparta”, al mando del CF Luís J. Ramírez, patrullaron entre Venezuela y Grenada. El destructor argentino “Rosales”, al mando del CF Carlos F. Peralta, cubrió el área de Dominica a Guadalupe; el otro destructor argentino, el “Espora”, al mando del CF Julio O. Vázquez, patrulló el paso de Guadalupe y la zona alrededor de Monserrat. La parte más septentrional correspondió al destructor norteamericano “Mullinix”. La Fuerza de tareas 137 estuvo activa hasta el 20 de noviembre, cuando el Presidente Kennedy ordenó finalizar la “cuarentena”. 153 barcos fueron observados y reportados, 31 de ellos por el “Nueva Esparta” y 40 por el “Zulia”. La fuerza fue formalmente disuelta el 24 de diciembre.148 (Ver Anexo XIX). El CN. Ricardo Ríos, quién era segundo comandante del “Zulia”, nos muestra varios detalles interesantes en su testimonio: “Por el rumbo que han debido tener los barcos que venían con los misiles para Cuba, creo que es muy difícil que nosotros hubiésemos tenido la oportunidad de interceptar alguno. 147

http://www.ussmullinnix.org/1962Cruise.html (Revisado online el 08 de abril de 2014, a las 08:00 pm)

148

Scheina, R. Ob. Cit., pp. 175 - 180

122


- Cuando a ustedes los despachan, ¿qué instrucciones les dieron y qué les dijeron que podían esperar? - Mira, verdaderamente no recuerdo nada destacado. Por supuesto, hubo una reunión con el Comandante de la Escuadra, los comandantes recibieron sus instrucciones; pero esas fueron instrucciones que les fueron giradas a los comandantes, y como tal ellos se abocaron a cumplirlas. Pero, ¿qué esperar?... Yo creo que las posibilidades de que nosotros hubiéramos entrado en contacto con el enemigo eran muy pocas. Porque como te digo, yo considero que estábamos muy lejos del rumbo de los barcos que venían hacia Cuba. Los americanos hicieron esto como un show. Pero la parte donde verdaderamente se podría presentar una acción era la que estaba cubierta por los americanos.”149 En el resto de la entrevista, el CN Ricardo Ríos declaró que nunca hubo alguna novedad o sobresalto en el cumplimiento de la tarea, la cual se llevó a cabo con el mayor profesionalismo y aplomo. Pero el año de 1962 no fue sólo convulsiones para los destructores Clase “Nueva Esparta”, ese mismo año participaron en la revista por el Día de la Marina, 24 de julio. Además el “Nueva Esparta” y el “Aragua” participaron en la operación anfibia “Caimán I”, realizada en aguas territoriales venezolanas junto con el destructor D-22 “Morán”, el transporte T-13 “Los Monjes”, el transporte T-14 “Los Roques”, el transporte T-16 “Los Testigos”, el remolcador R-11 “Felipe Larrazábal” y el patrullero P-01 “Mejillón”. En los tres buques se efectuaron cambios para mejorar la capacidad ofensiva en guerra antisubmarina, consistentes en la instalación del lanza-cargas Bas.150 El “Nueva Esparta” fue también enviado en agosto de 1962 a los actos con motivo de la independencia de Trinidad, y recibió patente de navegación actualizada. Respecto a esta especial comisión a Trinidad, conocemos un poco los detalles gracias a la prensa del momento151, y al Libro Amarillo de 1962152: El Reino Unido aceptó darle la independencia 149

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN Ricardo Ríos, Caracas, 2013

150

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1963 151

Massock, Richard, “Trinidad pone hoy punto final a 165 años de dominio inglés” en El Nacional (Edición Metropolitana). Caracas, 31 de agosto de 1962. N° 6.821, Año XIX, p. 4 152

Libro Amarillo de la República de Venezuela presentado al Congreso Nacional en sus sesiones ordinarias de 1963 por el Ministerio de Relaciones Exteriores, p. CXXV

123


a Trinidad y Tobago el 3 de agosto de 1962, haciéndose efectiva la misma a la media noche del 31 de agosto. Los actos por la independencia del nuevo país se extendieron del 29 de agosto al 5 de septiembre, a los que asistieron más de cien representaciones diplomáticas, de países tan disímiles como Estados Unidos, Cuba, la Unión Soviética, etc. La comisión venezolana fue presidida por el Embajador José Nucete Sardi, y prácticamente al momento quedaron establecidas las relaciones diplomáticas entre ambos países. Aunque ninguna de las fuentes lo dice explícitamente, suponemos que el “Nueva Esparta” transportó a bordo a la delegación diplomática venezolana, siendo una de las comisiones más importantes de este tipo cumplidas por estos buques. Por su parte, el “Zulia” cumplió Crucero de Instrucción en el Extranjero entre el 17 de junio y el 14 de julio, tocando puerto en Norfolk (EE.UU.), Washington, Miami y Key West. Durante este crucero, los guardiamarinas recibieron instrucción de artillería en Norfolk, y de guerra anti submarina en Key West. El personal de marinería recibió por su parte formación general en Norfolk. El “Zulia” también cumplió Crucero de Instrucción de la Escuela Naval correspondiente al año académico 1961 – 1962, y participó en la “Operación Maracaibo”, relacionada con los actos de inauguración del Puente Rafael Urdaneta, sobre el Lago de Maracaibo. Finalmente al “Aragua” le fueron elaborados los planos para modificar sus estructuras. Esta modificación sería similar a la efectuada en el Reino Unido y Estados Unidos a los otros dos destructores de la clase. 4) El secuestro de MMV “Anzoátegui”, 1963 El 12 de febrero de 1963, un pequeño comando integrado por nueve militantes de la Fuerza Armada de Liberación Nacional, secuestró el buque mercante “Anzoátegui”, propiedad de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación. Su objetivo era causar impacto a nivel internacional y denunciar los crímenes del gobierno de Rómulo Betancourt; esto en el marco de la lucha armada que entre la FALN y las Fuerzas Armadas Nacionales se estaba librando a mediados de los años 60153. Este hecho suscitaría una crisis con

153

Cazal, Raúl. “Jóvenes de la FALN tomaron el buque Anzoátegui para denunciar el régimen de Rómulo Betancourt”, en Agencia Venezolana de Noticias, disponible en http://www.avn.info.ve/contenido/j%C3%B3venes-faln-tomaron-buque-anzo%C3%A1tegui-para-denunciarr%C3%A9gimen-r%C3%B3mulo-betancourt (revisado el 04 de enero de 2015 online)

124


repercusiones internacionales, y el D-11 “Nueva Esparta” estuvo entre los buques comisionados para perseguir al mercante secuestrado. 154 Con la complicidad del segundo oficial Wismar Medina Rojas, cuyo hermano Wallis era oficial de la Armada, había participado en El Carupanazo y se encontraba preso en la Isla del Burro, los nueve militantes de la FALN subieron a bordo del “Anzoátegui”, esperando varias horas hasta el día 12, para tomar el control del buque cuando ya se encontraba en aguas internacionales. Medina Rojas no sólo comandó la operación, sino que se la propuso al Partido Comunista de Venezuela; que la rechazó, por lo que luego se la planteó el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Los otros líderes de la operación eran Paul Del Río (alías Máximo Canales), de 19 años y con 2 años de militancia en el MIR, y José Rómulo Niño, de 26 años, quién era el Comisario Político de la operación. Respecto a sus motivaciones tenemos: “La toma del Anzoátegui era parte de las ―operaciones de propaganda armada para llamar la atención del mundo hacia lo que sucedía en Venezuela, porque tanto el Gobierno como la prensa nacional e internacional ocultaban lo que sucedía: una supuesta democracia, que era una dictadura disfrazada‖, dice con tono pausado Del Río, que levanta la mirada y enfatiza: ―Rómulo Betancourt se copió al pie de la letra las peores atrocidades de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y no aportó nada a la democracia. Salvo que se decía democrático porque había ganado unas elecciones‖.155 Respecto a los antecedentes…

154

Díaz Lorenzo, Juan Carlos. “Buques de la CAVN: “Anzoátegui” (1955 – 1977) Crónica de un secuestro” en Venezuela en la Memoria disponible en http://venezuelaoctavaisla.wordpress.com/2014/10/21/buques-dela-cavn-anzoategui-1955-1977-cronica-de-un-secuestro/ (revisado el 04 de enero de 2015 online) 155

Cazal, Raúl. “Jóvenes de la FALN tomaron el buque Anzoátegui para denunciar el régimen de Rómulo Betancourt”, en Agencia Venezolana de Noticias…

125


“El antecedente de la toma del buque Anzoátegui fue la Operación Dulcinea, que consistió en tomar el trasatlántico portugués Santa María, y fue ejecutada por el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación. Esta organización agrupaba a portugueses y españoles que luchaban contra las dictaduras de Oliveira Salazar, en Portugal, y Francisco Franco, en España. El trasatlántico en el que viajaban 650 pasajeros y 350 tripulantes fue tomado por 24 hombres al mando de Henrique Galvão, quienes abordaron en el puerto de La Guaira y fueron hacia Brasil, en donde pidieron asilo político. –Nosotros lo que hicimos fue copiarnos de esa operación que había sido realizada dos años antes (22 de enero de 1961), en la cual participó mi padre. No en la operación en sí, pero fue el que consiguió el armamento. Eso lo supimos años después. Él era muy ―guillao‖. Eso lo aprendí de él. Lo que yo hacía, nadie lo sabía. El segundo jefe de la Operación Dulcinea, Jorge Fernández de Sotomayor, llevó consigo a su hijo Federico Fernández Ackerman, que tendría en ese momento 20 años. Cuando regresaron a Venezuela, el padre de Del Río se lo presentó a su hijo, y este lo incorporó a su comando del MIR. Así fue cómo participó en la toma del Anzoátegui. –Fernández es el único ser humano, creo yo, que ha participado en dos operaciones de toma de buques. El caso nuestro, por supuesto, fue el más modesto:

un

buque

de

la

Compañía

Venezolana

de

Navegación

Anzoátegui…”156 Tras la exitosa infiltración facilitada por Medina Rojas – la Guardia Nacional y las autoridades de puerto no sospecharon nada, pues él era segundo oficial del buque, y en su equipaje personal introdujo las armas -, los militantes de la FALN, que se habían hecho pasar por estibadores, se encerraron en un camarote y no salieron hasta que dos horas después del zarpe, ya en aguas internacionales, Medina Rojas les abrió la puerta y salieron ya armados y listos para tomar el buque. Medina Rojas y sus compañeros sorprendieron a la

156

Ídem

126


tripulación desayunando, por lo que pudieron reducirlos sin violencia. Capturaron al capitán, tomaron la sala de máquinas, el puente de mando y la estación de radio. Eliminaron la radio, y dejaron operativo nada más el aparato de clave morse. El radio operador terminó confraternizando con los militantes, y les ayudaría en los próximos días enviando informaciones falsas que desorientaron a las autoridades venezolanas. Dos días después aparecía la noticia en la prensa nacional. Presentamos fragmentos de la primera nota publicada por El Nacional. “SECUESTRADO EN ALTA MAR EL ―ANZOÁTEGUI‖. De la Venezolana de Navegación Será declarado pirata y podrá tomarlo cualquier nación… Un buque carguero de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación, el ―Anzoátegui‖, que zarpó el martes próximo pasado a las 5 de la tarde del puerto de La Guaira, con destino a Nueva Orleáns, fue capturado por un grupo de asaltantes que se identificó como pertenecientes a las llamadas ―Fuerzas Armadas de Liberación Nacional‖ – FALN –, en un acto destinado

a

llamar

la

atención,

según

apuntaron

en

mensaje

radiotelegrafiado anoche a las 10 a las oficinas de la empresa naviera, sobre la lucha que libran contra el Gobierno Constitucional… …La confirmación de la captura del ―Anzoátegui‖ por un grupo de asaltantes fue hecha a las once y media de la noche… …Un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Interiores declaró anoche, poco antes de las 12, que el barco sería declarado pirata, y que lo podía tomar cualquier nación…”157

La noticia publicada al día siguiente nos resulta curiosa por la seguridad con la que el Gobierno venezolano afirmó tener localizado el “Anzoátegui”. “ES CUESTIÓN DE HORAS LA CAPTURA DEL ANZOÁTEGUI. 157

Sin Autor, “Secuestrado en alta mar el “Anzoátegui” de la Venezolana de Navegación” en El Nacional. Caracas, 14 de febrero de 1963, N° 6.989, Año XX, p. 1

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Dice el Gobierno. Está localizado, avisadas todas nuestras Embajadas y Consulados en el Caribe y Estados Unidos y en acción nuestra Marina y Aviación. Se estima como cuestión de horas la captura del buque mercante ―Anzoátegui‖ ya localizado, según dijo el Ministro de Relaciones Interiores… …- El buque ―Anzoátegui‖ está localizado y ahora fuera de la Ley Internacional. Tanto la Marina como la Aviación venezolana, como las de los países del Caribe avisados por nuestra Cancillería, pueden vigilarlo y detenerlo.”158

Más curioso resulta que junto a la nota, fue publicado un mapa con la supuesta derrota del buque hacia el puerto de Santiago de Cuba, dándose así como un hecho que el “Anzoátegui” se dirigía a la isla caribeña (Ver Anexo XX). Sin embargo, los militantes de la FALN no se dirigían allá, tal como explica Paúl Del Río en entrevista a la Agencia Venezolana de Noticias. “Las autoridades venezolanas comenzaron a buscar el Anzoátegui tan pronto como perdieron contacto con su tripulación, pero no lo consiguieron, a pesar de que tenían la cooperación de la marina y la aviación estadounidenses establecidas en una base militar en Puerto Rico. –Ellos pensaban que iríamos para Cuba, pero se equivocaron y perdieron tiempo buscando nuestro paradero. Nos consiguieron al quinto día y a pocas horas de entrar en aguas territoriales de Brasil.”159

El mismo día El Nacional publicó en su edición para todo el país una noticia titulada “Zarparon destructores en persecución del Anzoátegui”160. En dicha nota, se señala 158

Sin Autor, “Es cuestión de horas la captura del “Anzoátegui”” en El Nacional (Edición Metropolitana). Caracas, 15 de febrero de 1963, N° 6.990, Año XX, p. 1 159

Cazal, Raúl. “Jóvenes de la FALN tomaron el buque Anzoátegui para denunciar el régimen de Rómulo Betancourt”, en Agencia Venezolana de Noticias, disponible en http://www.avn.info.ve/contenido/j%C3%B3venes-faln-tomaron-buque-anzo%C3%A1tegui-para-denunciarr%C3%A9gimen-r%C3%B3mulo-betancourt (revisado el 04 de enero de 2015 online)

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ya a Wismar Medina Rojas como el oficial del buque que facilitó la toma por los militantes de la FALN, y como líder de la operación, a la vez que se da una mínima información de las medidas tomadas por la Marina de Guerra de Venezuela. “Todos los destructores de la Marina Venezolana que se encontraban hasta ayer atracados en el muelle naval de este puerto, zarparon a primeras horas de hoy con rumbo no conocido. Se informó que esos destructores van en la persecución del buque ―Anzoátegui‖. El primero en zarpar fue el ―Almirante Clemente‖, que abandonó la rada a las cuatro de la madrugada, con todos sus tripulantes a bordo.”161 Se sigue informando además que el “Anzoátegui” se dirige a Cuba… “Una emisión radial desde La Habana, captada aquí, señalaba que el barco venezolano ―Anzoátegui‖ de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación, atracaría en Santiago de Cuba a las once de la noche de ayer. Esta información podría confirmar la versión obtenida por nuestros reporteros según la cual un avión de las Fuerzas Aéreas Venezolanas había localizado el barco pirata, rumbo a Cuba, y lanzado bombas de sondeo en un intento por sondear su ruta.”162

El día 16 de febrero El Nacional publicó en su edición metropolitana las siguientes notas: “Informa el Pentágono: El buque no ha llegado a Cuba”, “Posibilidades remotas de que el “Anzoátegui” logre llegar a Cuba”, “Wismar Medina Rojas confirma que las “FALN” capturaron el Anzoátegui”, “La armada cooperará en la búsqueda” y “Cuba ofrece

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Sin Autor, “Zarparon destructores del “Anzoátegui”” en El Nacional. Caracas, 15 de febrero de 1963, N° 6.990, Año XX, p.1 161

Ídem

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Ibídem, p. 35

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asilo político a los captores del “Anzoátegui”163, mientras que en su edición nacional apareció “Mensajes del “Anzoátegui”. Solo informan que la tripulación está bien”164 En resumen, para el día 16 de febrero, a cuatro días de haber sido secuestrado, las autoridades venezolanas desconocían el paradero del “Anzoátegui”, siendo ya evidente que no estaba cerca de Cuba. Tampoco las fuerzas norteamericanas lo habían detectado, siendo el Gobierno de Estados Unidos el primero en admitir que el buque no se encontraba en aguas cubanas. Por otra parte, del “Anzoátegui” solo se sabía que el segundo oficial, Wismar Medina Rojas, era el líder del secuestro, que el mismo había sido practicado por militantes de las FALN y que la tripulación se encontraba bien. El día 17 el “Anzoátegui” fue finalmente avistado por aviones norteamericanos. El Nacional informó en su edición metropolitana: “Avistado por avión norteamericano. El “Anzoátegui” fue visto navegar rumbo a Brasil. Las autoridades brasileñas informaron que entregarán la nave a Venezuela y darán asilo político a sus captores. Destructores venezolanos acuden a toda marcha y dijeron que esperan el carguero mañana a mediodía”165. Contamos con el testimonio de Paúl Del Río sobre el encuentro con el avión norteamericano: “–Ellos pensaban que iríamos para Cuba, pero se equivocaron y perdieron tiempo buscando nuestro paradero. Nos consiguieron al quinto día y a pocas horas de entrar en aguas territoriales de Brasil. Era una operación sin retorno. ―Sabíamos que era una operación suicida‖, dice Paúl del Río, y lo confirma cuando cuenta que los localizó un avión B26 de la Marina de Guerra de los Estados Unidos. El aeroplano desapareció en las alturas, pero en su lugar regresaron dos aviones que trataron de comunicarse por radio con el buque. Luego probaron con señales de morse

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El Nacional (Edición Metropolitana). Caracas, 16 de febrero de 1963, N° 6.991, Año XX

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El Nacional. Caracas, 16 de febrero de 1963, N° 6.991, Año XX

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El Nacional (Edición Metropolitana). Caracas, 17 de febrero de 1963, N° 6.992, Año XX

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mediante luces y, posteriormente, por el aparato que se mantenía activo a bordo, pero desde el Anzoátegui nadie respondió. –El muchacho que conocía de clave morse nos avisó que estaban diciendo que cambiáramos el rumbo y nos dirigiéramos a Puerto Rico. Hicieron caso omiso. Intentaron detener el buque disparándole misiles cerca de la proa. En ese instante se les ocurrió mandar mensajes de que los aviones de la Marina de Guerra de Estados Unidos estaban bombardeando un barco civil tomado por unos revolucionarios venezolanos. –Creo que tenemos el honor de ser los únicos venezolanos bombardeados – ―por ahora‖– por aviones de los marines yanquis‖. Los tomistas no tenían cómo resistir al ataque, por eso no dispararon. Llevaban armas cortas, además de una Thompson y una M3, de la primera y segunda Guerra Mundial, respectivamente. –Lo que hacíamos era pararnos en cubierta, y cuando pasaban bajito, rasantes, les pintábamos una puñeta. Esa fue la respuesta más dura que se nos ocurrió.”166

La edición para el resto del país de El Nacional, complementó la información con “Localizado a una 180 millas de la Guayana Holandesa. El “Anzoátegui” está en capacidad de arribar hoy a puerto brasileño. También existe la posibilidad de que sea interceptado por unidades de la Marina Venezolana. El Gobierno del Brasil les ha ofrecido asilo y prometió devolver la embarcación conforme a la ley”167. Es esta última nota, se informa – con foto incluida – que el destructor “Nueva Esparta” está navegando a toda máquina para alcanzar al “Anzoátegui”. En nota especial titulada “Se desplaza a 24 millas por hora el destructor “Nueva Esparta” para interceptar al barco. El buque de la armada estaba frente a Cuba para

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Cazal, Raúl. “Jóvenes de la FALN tomaron el buque Anzoátegui para denunciar el régimen de Rómulo Betancourt”, en Agencia Venezolana de Noticias, disponible en http://www.avn.info.ve/contenido/j%C3%B3venes-faln-tomaron-buque-anzo%C3%A1tegui-para-denunciarr%C3%A9gimen-r%C3%B3mulo-betancourt (revisado el 04 de enero de 2015 online) 167

El Nacional. Caracas, 17 de febrero de 1963, N° 6.992, Año XX

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impedir que el “Anzoátegui” fuera llevado hacia aquella isla”168. Tal como expresó Del Río, la finta de simular un escape a Cuba surtió efecto y el “Anzoátegui” pudo sacarle una gran ventaja a sus perseguidores. Del Río da un testimonio muy claro: “—Estábamos en territorio brasileño y para evitar encallar, detuvimos las máquinas y esperamos la llegada de las autoridades de ese país. Nuestra meta era llegar a Belén de Pará, pero por la persecución nos quedamos en la isla Amapá. Allí, en un cayuco llegaron los policías del pueblo con quienes entablamos una conversación, pero sin entregar nuestras armas. Ellos nos dijeron que llegaría la Armada de ese país, por lo cual esperamos. Ante el oficial que comandaba la embarcación dejamos las armas y fuimos conducidos a Belén de Pará y al día siguiente nos llevaron en avión a Brasilia y de allí a Río de Janeiro. Habían gestionado en ese tiempo nuestro asilo político y pocos días después se nos dejó en entera libertad. Exactamente al día siguiente del carnaval de ese año. La labor se había realizado en 8 días, cuenta Del Río. El objetivo se había logrado, porque la ONU dio a conocer el documento para denunciar al gobierno de Betancourt. Los integrantes del grupo fueron recibidos en el Primer Congreso de Solidaridad con Cuba, en Niteroy. Allí se reunieron con Alberto Lovera, Héctor Mujica, de Venezuela, con Luis de la Puente Uceda, de Perú, entre otros. De allí pasaron a Cuba, se entrevistaron con el Che y regresaron a Venezuela por Colombia para mostrarse en los medios anunciándole al Gobierno que estaban prestos a continuar la lucha.”169

En los últimos días de la crisis, el presidente Rómulo Betancourt partió a su gira regional, que incluía una visita a la Casa Blanca, a pesar del impacto en los medios de 168

Ídem

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García, Igor. “50 años del secuestro del Anzoátegui” en Noticias Diarias, disponible en http://www.noticiasdiarias.informe25.com/2013/02/50-anos-del-secuestro-del-anzoategui.html (Revisado el 04 de enero de 2015 online)

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comunicación internacionales que tuvo el caso. Sobre el desempeño de la Marina de Guerra, Del Río tiene su apreciación: “El Gobierno, cuando nos detectó, envió contra nosotros dos fragatas; la primera se quedó varada por desperfectos, y la otra apenas pudo llegar a Margarita.”170

Dejando aparte los comentarios políticos sobre este hecho, lo cual no es el objeto de este trabajo, nos centraremos entonces en el objetivo dado a la escuadra, especialmente a los destructores “Almirante Clemente” y “Nueva Esparta”. Aunque no podemos confirmar lo dicho por Paúl Del Río, tampoco podemos confirmar si el “Nueva Esparta” llegó a acercarse a aguas cubanas o que tan cerca estuvo del “Anzoátegui” después que los norteamericanos lo detectaron en ruta hacia Brasil. Esto debido a que en la Memoria y Cuenta del Ministerio de Defensa no se reseña el hecho, ni tampoco disponemos de los Diarios de Navegación del “Nueva Esparta”, para conocer más detalles. Lo que sí es una realidad incuestionable, es que ni el “Nueva Esparta”, ni ninguna otra unidad de la Marina logró su objetivo: alcanzar y apresar al “Anzoátegui” antes de que escapara a otro país. Evidentemente, esto debido mucho más al hábil engaño de los militantes de la FALN y del Gobierno cubano, que a errores de la Marina de Guerra de Venezuela. Sin duda, la persecución del “Anzoátegui” fue una de las tareas más difíciles que la Escuadra enfrentó en esa década. El año de 1963 trajo otros acontecimientos importantes para la Clase “Nueva Esparta”, que conocemos gracias a la Memoria y Cuenta del Ministerio de Defensa. La escuadra participó en la operación “Caribe VII”, previa a la UNITAS, con la Armada de Colombia. Aunque la fuente antes mencionada no nos confirma la presencia de los destructores Clase “Nueva Esparta” en la operación, la consideramos altamente probable. Hay otro hecho destacado que involucra a esta clase de buques, y es que a partir del 2 de abril se ordenó reagruparse a las Unidades Clase “Nueva Esparta” y Clase “Clemente” en dos Divisiones, constituidas de la siguiente forma: Primera División Destructores: “Nueva

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Ídem

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Esparta”, “Clemente”, “Juan José Flores” y “García”, el Comando de la División a bordo del Destructor “Nueva Esparta”; Segunda División Destructores: “Zulia”, “Morán”, “Brión” y “Austria”, Comando de la División a bordo del Destructor “Zulia”. Se observa la ausencia del “Aragua”, que fue excluido debido a su próxima partida para mantenimiento mayor en el Reino Unido. Desconocemos el motivo de esta desincorporación, pero sospechamos que pudo deberse a reparaciones y renovaciones, ya planteadas desde el año anterior. También en 1963 el “Zulia” recibió nuevo gallardete y su comandante – cuya identidad no es revelada – recibió un diploma por eficiencia. Del 23 al 27 de enero de ese año, el “Zulia” realizó Crucero de Instrucción por las costas venezolanas junto al destructor D-13 “Flores”.171

5) El resto de la década En 1964 se llevó a cabo la Operación Anfibia “Caimán II” con las unidades de la flota disponibles; consideramos altamente probable la participación de uno o más destructores de la Clase “Nueva Esparta”. El “Zulia” fueron embarcados guardiamarinas y cadetes para efectuar prácticas, tras lo cual este buque, acompañado del remolcador “Felipe Larrazábal” navegó a Nueva Orleáns, EE.UU., para recibir trabajos de mantenimiento mayor, consistentes en re encubar sus calderas172, mientras que el “Felipe Larrazábal” trajo el dique flotante “ARD-13”. El “Aragua” a su vez realizó Crucero de Instrucción para cadetes en aguas nacionales. Luego, el “Aragua” fue enviado a Newcastle, en el Reino Unido, a mantenimiento mayor acompañado por el remolcador “Felipe Larrazábal”. Según cuenta en su libro Mar de Leva, el almirante Sosa Ríos, esta reparación del “Aragua” se volvió un asunto bastante complicado debido a diferencias de opinión entre la Marina y el Ministerio de Defensa: Esta situación también la refiere el CN. Jairo Bracho Palma:

171

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1964, p. 323 172

Las cámaras de ignición de las calderas estaban revestidas de porcelana a fin de conservar mejor el calor y proteger al metal del que estaba hecha la estructura principal. Periódicamente, ésta cubierta debía ser cambiada debido a que se debilitaba por el calor y se acumulaban precipitaciones de combustible.

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“Desde el período de comando del VA Carlos Larrazábal, se había programado un proceso de modernización de los destructores pesados y livianos, especialmente para adaptarlos a los nuevos sistemas de radares y antisubmarinos. El ―Nueva Esparta‖ y el ―Zulia‖ recibieron las modificaciones estructurales necesarias en el astillero de construcción en Inglaterra y la instalación de los sistemas electrónicos en USA. Los resultados fueron satisfactorios. Dentro de la programación, tocaba el turno al ―ARV Aragua‖. Las modificaciones electrónicas consistían en el cambio de radares, instalación de un sonar panorámico y armas antisubmarina. Como en los casos anteriores, las modificaciones estructurales se realizarían en el mismo astillero que construyó las unidades y la instalación de los sistemas electrónicos en USA. La oposición desde el Ministerio no se hizo esperar, y a pesar de la opinión positiva del Estado Mayor Conjunto donde se encontraba el CN José Vicente Azopardo, las opiniones inconsultas para cambiar el astillero de destino, así como el asegurador, evidencia dos cosas: la tremenda oposición al Decreto 288 y los primeros indicios de la influencia de los vendedores de armas en el Ministerio de la Defensa.”173

Contamos también con el testimonio del CN Ricardo Ríos, quien fuera comandante del “Aragua” durante la travesía a Inglaterra. “A los destructores se les hizo un ―overhauling‖, uno de esos fue cuando yo llevé el destructor ―Aragua‖ a Inglaterra, para hacerle una reparación que se creía iba a ser moderada, pero tuvo que ser muy grande por el deterioro, especialmente en el casco. Yo entregué el barco en Newcastle, a la Vickers-Armstrong y después de ahí me dejaron como segundo de la misión, el jefe de la misión era Hugo Galípoli. - Por qué el ―Aragua‖ fue acompañado por el remolcador ―Felipe Larrazábal‖? - No era confiable ni la máquina, ni el casco del buque. Y precisamente, en caso de que se produjese un accidente que inutilizara la propulsión del barco, tenía que ser nariceado por el remolcador. Te voy a dar el itinerario: de aquí 173

Bracho Palma, Jairo. Hombres de Hierro Tomo I, p. 185

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a Puerto La Cruz, en Puerto La Cruz rellenamos tanques, cargamos pipotes que los pusimos en la popa. ¡Todo lo que pudo!... pusimos doscientos pipotes. De ahí fuimos a Cabo Verde, en África. De Cabo Verde a Cádiz, y de Cádiz a Newcastle. - Por seguridad no cruzaron el Atlántico en su parte más ancha hasta Inglaterra. - Porque no teníamos radio de acción. - ¿En qué estado se encontraba el buque y qué le iban a reparar? - Te voy a decir algo… cuando lo subieron a dique seco, el representante de la Vickers-Armstrong, en presencia mía cogió una piqueta, le dio ―así‖, y la piqueta atravesó el casco. Y yo me llevé ese barco de aquí hasta allá. - Tenemos que en el año 1965 el ―Felipe Larrazábal‖ viaja de nuevo al Reino Unido llevando parte de la tripulación… - Claro que sí, porque muy pocos quedaron allá, y luego volvieron a enviar a la tripulación para que se trajeran el barco cuando estuvo listo. Y fue cuando ese barco fue para Estados Unidos, y sufrió un accidente frente a Puerto Rico, en la parte norte de Puerto Rico, y perdió la pierna Carrido Vásquez. - Tenemos aquí que luego el ―Aragua‖ regresa de Norfolk, Virginia. - De Norfolk, Virginia, porque es ahí donde lo llevan que ponen de comandante, después del accidente que lo tenía Rojas, y que yo venía, ahí acompañando a Rojas, nombran a Del Nur, que se lo lleva de Puerto Rico a Norfolk y se queda allá en la misión. Hasta que lo reparan.”174

1965 fue otro año de gran actividad y nuevos hitos para la Clase “Nueva Esparta”. En el marco de las UNITAS VI, el Comandante de la Escuadra subió a bordo del “Zulia”, que era el buque insignia del Grupo de Tareas 86.3, y zarpó para participar en las mismas. En las UNITAS VI tomaron parte otros tres destructores de la Marina de Guerra venezolana, y se efectuaron conferencias pre-zarpe y de crítica, a las que asistieron el Comandante de la Fuerza de Tareas 86 de Estados unidos, el del Grupo de Tareas 86.1 de Colombia y el Comandante del Grupo de Tareas 86.3 de Venezuela, además de los 174

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN. Ricardo Ríos. Caracas, 2014.

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comandantes de las unidades participantes.175 En segundo lugar, tenemos que del 1° al 30 de enero el “Nueva Esparta” y el “Zulia”, acompañados del submarino “Carite” cumplieron con el Crucero de Instrucción al Exterior correspondiente al año escolar 1964 – 1965. Durante este crucero visitaron Panamá y Perú, llevando 5 profesores, 5 oficiales, 1 sub oficial, y un total de 62 cadetes de diversos años.176 En este crucero participó el entonces Guardiamarina César Augusto Manzano Zavala, quien llegaría al grado de Vicealmirante, y menciona brevemente en su libro autobiográfico y anecdótico La Mar177, el momento de cruzar el Canal de Panamá y de cruzar el Ecuador, señalando que en el segundo momento referido, se cumplieron a cabalidad las tradiciones navales acostumbradas para el cruce del Ecuador.178 Es muy importante mencionar que durante ese Crucero de Instrucción al Extranjero, se cumplieron varios hitos para la Clase “Nueva Esparta”: primer cruce del Canal de Panamá, primera navegación en el Océano Pacífico, primer cruce del Ecuador y primera visita a Panamá y Perú. Como se dijo anteriormente, en 1965 el “Aragua” quedó listo de sus reparaciones en el Reino Unido y se dispuso a regresar a Venezuela. Durante esta travesía enfrentó varios problemas, ocurriendo el mayor siniestro en la historia de estos buques. Contamos con el testimonio del entonces Alférez de Navío recién graduado César Augusto Manzano Zavala

“Allí me esperaba el Capitán de Navío Jefe del departamento de Oficiales, quien me recibió con cara de pocos amigos y me dijo: ―Alférez de Navío Manzano Zavala, lo felicito, usted ha sido seleccionado para viajar al exterior, específicamente a Inglaterra, para formar parte de la tripulación del destructor Aragua que se encuentra allá en mantenimiento mayor. Fue seleccionado por su actuación durante los cruceros de instrucción… P-50 …Mis órdenes indicaban que en Baltimore debía desembarcarme del destructor Flores y presentarme a bordo del remolcador de alta mar Felipe 175

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1966, p. 255 176

ídem

177

Manzano Zavala, César Augusto. La Mar. Caracas, Editado por el Autor, 2009

178

Cuervo Prada, César Ramón. Tradiciones Navales, p. 122.

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Larrazábal para cruzar el Atlántico. Así lo hice. Con ello daba inicio a lo que habría de ser un largo periplo por el Atlántico hasta llegar al puerto de Newcastle upon Tyne, en las cercanías de la frontera entre Inglaterra y Escocia… …A bordo del Felipe íbamos bastante incómodos debido al exceso de tripulantes, por cuanto nos embarcamos, aparte de la tripulación propia del buque, también la tripulación que iba a recibir al destructor Aragua, el cual se encontraba en reparaciones de mantenimiento mayor en Newcastle upon Tyne, En efecto, en el camarote que era para cuatro oficiales estábamos alojados seis, de manera que si queríamos descansar al mismo tiempo o nos correspondían horas de guardia en el mismo turno, teníamos que dormir en colchonetas en la cubierta del camarote. Esto se debía que el Comando de la Armada había decidido, por razones de restricciones presupuestarias, enviar la tripulación del Aragua a bordo del Felipe en lugar de hacerlo por avión. Claro que para la marinería era todavía más fuerte el asunto, por obvias restricciones de espacio. Pero bueno, así debíamos andar avante… …Me ordenaron incorporarme al grupo de los Artilleros, que es el departamento a bordo en el cual se abarca la mayor área de conocimientos y por lo tanto permite adquirir una importante experiencia en una gama muy amplia de las actividades operativas del buque. Me dediqué con ánimo a empaparme de los trabajos de remodelación que se habían efectuado y especialmente a conocer el funcionamiento de las piezas de artillería así como de sus mecanismos de control. En todo esto supe aprovecharme de la experiencia de los tripulantes que ya tenían tiempo en esta comisión de mantenimiento en Inglaterra, entre los cuales había gente con excelentes conocimientos de todos los sistemas. Lo más importante era que guardaban entre ese bagaje, los secretos que todo buque tiene y que sólo los llegan a conocer a la perfección las primeras tripulaciones o aquellas que supervisan un mantenimiento mayor como el que se realizó en esa oportunidad. El Aragua era un buque que se encontraba en su edad madura y formaba parte de la división de destructores pesados que la Armada había adquirido de los astilleros Vickers de Inglaterra a principios de los años cincuenta y en su momento constituyeron la expresión de los avances tecnológicos navales británicos de la postguerra. Pero ya habían transcurrido los años suficientes para acometer un rejuvenecimiento y qué mejor opción que realizarlo en los astilleros donde fue construido. De manera que encontrarme como actor novel en toda esta experiencia, me resultaba de verdad un reto y a su vez me llenaba de orgullo por cuanto había sido seleccionado para esta misión en base a las calificaciones obtenidas durante el crucero de fin de curso de mi 138


promoción que efectué, como Guardiamarina, a bordo del destructor Zulia, por cierto hermano gemelo del Aragua… ―New Castle era un puerto no muy grande. Esa fue la impresión que tuve cuando hice mis primeras salidas en mis horas libres. El astillero donde se realizaba el mantenimiento mayor del Aragua constituía una de las actividades más importantes de la zona. Las oficinas de la Comisión Venezolana que supervisaba el mantenimiento mayor que se le efectuaba al Aragua, estaban situadas en las propias instalaciones del astillero y desde allí se llevaba el control de todos los trabajos que se realizaban a bordo. A partir de nuestra llegada, que completaba la tripulación del buque, se desplegaba mucha actividad en la Comisión ya que entre otras cosas se hacían los preparativos para iniciar las Pruebas de Mar, las cuales consistían en una serie de eventos que se programaban para cada sistema de a bordo, desde las máquinas hasta los equipos de radares, comunicaciones, armamento. En fin todo el buque era probado desde la quilla hasta la perilla. En mi condición de Alférez de Navío recién salido de la Academia, estas pruebas de mar me venían como anillo al dedo, porque el aprendizaje que se obtiene en una actividad de este calibre es inigualable. Unas horas de navegación para realizar estas pruebas sustituyen con creces muchas horas de enseñanza teórica en las aulas. Zarpábamos desde muy temprano en la mañana y atracábamos al final del crepúsculo vespertino, para así aprovechar al máximo el día solar, que en esa época del año, en esas latitudes, es bastante corto. En varias de las pruebas navegábamos buscando de fuerte marejada a mar gruesa para lo cual nos aproábamos hacia el Mar del Norte, que de verdad se mueve durante los meses de invierno y de cambio de estación… …Después de superadas las pruebas de mar del destructor Aragua nos preparamos para zarpar de regreso a Venezuela… …Estábamos en los días finales de abril de 65 y nos disponíamos a seguir la ruta de los vientos para cruzar el Atlántico y recalar a costas venezolanas en plena primavera, si todo iba bien… …fui designado como Oficial Adjunto del Jefe de Armamento Principal del buque… … a las pocas horas de haber zarpado de Lisboa, se recibió la confirmación de un mensaje de la Comandancia General que ordenaba que el destructor Aragua cambiara rumbo y se dirigiera hacia Baltimore, en los Estados

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Unidos, el puerto de donde habíamos zarpado a bordo del Felipe, para la instalación de un nuevo sistema de radar.”179

El relato del almirante Manzano Zavala prosigue narrando una monstruosa tormenta con la que el “Aragua” se topó al norte de Puerto Rico. La tormenta fue especialmente dura y violenta, poniendo a prueba la resistencia del propio buque y sus tripulantes. En cierto momento de la tormenta, estando el contramaestre del buque y el Capitán de Fragata que se desempeñaba como Jefe de Máquinas – el cual no es identificado por el almirante Manzano Zavala, pero sí por el CN Ricardo Ríos, quién lo identifica como Carrido Vásquez – , destrabando uno de los cables de los mástiles que se había enredado en la proa, el carretón de una de las cadenas de las anclas se desprendió por efecto de las violentas sacudidas de la tormenta y en su movimiento arrancó una de las piernas del referido Capitán de Fragata. Desde ese momento, la travesía se convirtió en un angustioso andar hacia el puerto más cercano, para salvar la vida del CF Carrido Vásquez, cuyo cuadro clínico se fue empeorando debido a la presencia de necrosis en los tejidos de lo que quedaba de su pierna. A través de la radio, se pudo coordinar la entrada del “Aragua” a las Islas Bermudas, donde el CF Carrido Vásquez sería transportado en un avión ambulancia de la Armada de EE.UU. a un hospital en ese país donde se le daría el tratamiento requerido, que precisaba de cámara hiperbárica. Aún en medio de la tormenta, el “Aragua” navegó a toda velocidad para llegar lo antes posible a las Bermudas y salvar la vida del oficial agonizante. Sin embargo, cuando ya estaban en la entrada del puerto, la ansiedad del comandante lo traicionó y entró al puerto sin haber esperado al práctico, guiándose solo por los portulanos disponibles. Resultó que la acción de las corrientes había cambiado mucho al puerto, teniéndose que cambiar la posición de las boyas y dejando el portulano desactualizado. El “Aragua” se estrelló de lleno con afilados arrecifes, recibiendo serios daños en el casco. Este accidente le costaría su puesto al comandante del buque.

179

Manzano Zavala, César Augusto. La Mar, pp. 50, 52, 53, 63, 65, 81, 82, 84, 88.

140


“Desde las Islas Bermudas nuestro buque fue ―nariceado‖ hasta los muelles de la Betlehem Steel en Baltimore… …Los daños que sufriera el buque cuando tocó fondo en el banco de corales, fueron de cierta envergadura. Una vez varado en las gradas del dique, se pudo observar cuán graves fueron las heridas causadas. Las hélices habían sido destruidas prácticamente y el casco tenía varias fisuras profundas ocasionadas por los corales… De manera pues que el buque había quedado inhabilitado para navegar por lo que el Comando de la Armada negoció con el astillero la reparación inmediata de los daños. Se dio inicio a los trabajos y luego de varios meses en Baltimore, el buque quedó listo para su regreso a Venezuela… …Las reparaciones se realizaron con la premura del caso. En pocos meses estábamos preparando el regreso al país, con el buque remozado en cuanto a su electrónica, con un nuevo radar, con todos los daños reparados.”180

En 1966 la Clase “Nueva Esparta” tuvo más hitos importantes, específicamente el “Nueva Esparta” y el “Zulia”, pues el “Aragua” seguía en EE.UU. en reparaciones y modernizaciones, primero en Baltimore y luego en Norfolk. En primer lugar tenemos que la Marina de Guerra de Venezuela suspendió su participación en la UNITAS VII, y que el “Nueva Esparta” y el “Zulia” participaron en la operación anfibia “CAIMÁN III”, realizada en el oriente del país. En segundo lugar tenemos el Crucero de Instrucción al Extranjero, con personal de oficiales, guardiamarinas y cadetes de tercer año de la Escuela Naval de Venezuela. En este crucero, el “Nueva Esparta” y el “Zulia” navegaron por aguas, costas y puertos de Europa y el Mediterráneo.181 Este crucero fue el que más lejos llevó a los buques de esta clase, como podemos conocer a través de los testimonios del CN Norman Rafael Rodríguez Arias y del VA Antonio Pérez-Criollo. Según el testimonio de estos dos oficiales retirados, el crucero se

180

Ibídem, 114 y 116.

181

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1967, p. 276

141


desarrolló entre el 15 de julio y el 7 de septiembre de 1966. El CN Rodríguez Arias comentó:

“…viaje de instrucción por el Mediterráneo donde hubo que auxiliar al Zulia en el Atlántico (sin combustible, agua y alimentación)… …yo era Jefe de Ingeniería del Nueva Esparta, en este viaje se accidentó el Zulia y hubo que auxiliarlo, buscando combustible en islas Cabo Verde, regresando alta mar al Zulia y transferirle sin equipos adecuados (usé mangueras de agua e incendio) combustible, diesel, agua y provisiones, largo de contar…”182

El VA Pérez-Criollo precisó aún más la información, comentándonos que aquel trasiego de combustible ocurrió precisamente el 24 de julio de 1966, lo que fue tomado humorísticamente por las tripulaciones del “Nueva Esparta” y el “Zulia”, que estaban celebrando el Día de la Marina con arduo trabajo. Fue necesario colocar ambos buques popa con popa, debido a la insuficiente longitud de las mangueras. El VA Pérez-Criollo también nos da el itinerario del viaje: La Guaira – Cabo Verde – Cádiz – Nápoles – Tolón – El Pireo – Beirut. También que originalmente también estaba proyectada una visita al Alejandría, pero las diferencias políticas entre el presidente egipcio Nasser y el presidente Leoni, condujeron a que las autoridades egipcias le ofrecieran a los buques venezolanos un muelle secundario en el puerto de Alejandría, lo cual fue interpretado por el Gobierno venezolano como una descortesía y se suspendió la visita a Egipto. 183 Este fue el crucero de instrucción al extranjero en el que buques de la Clase “Nueva Esparta”, y de toda la Marina de Guerra venezolana en general hasta ese momento, navegaron hasta destinos tan lejanos e incluso “exóticos” desde nuestro punto de vista. Fue la primera visita a aguas del Medio Oriente de un buque de guerra venezolano. Otro hito en la historia de los destructores Clase “Nueva Esparta”.

182

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN Norman Rafael Rodríguez Arias. Caracas, 2014

183

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al VA Antonio Pérez-Criollo. Caracas, 2014

142


En 1968 el “Aragua” regresó de sus reparaciones en Norfolk, EE.UU., y pasó a ser preparado para las UNITAS IX, efectuadas en Cartagena, Colombia, en julio de ese año. Por su parte el “Nueva Esparta” fue enviado al Reino Unido para dotársele de mejor electrónica, radares, comunicaciones y misiles antiaéreos Sea Cat, el primer sistema de misiles de la historia de Venezuela184. Al año siguiente se realizaron las UNITAS X, con la posible participación del “Zulia” y el “Aragua”, mientras que el “Nueva Esparta” regresó de su modernización en el Reino Unido. Así, se cerraba una década en la que estos buques, y sus tripulaciones, vivieron situaciones de crisis interna como la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, “El Carupanazo” y “El Porteñazo”, hasta situaciones de crisis que trascendieron nuestras fronteras, como la Crisis de los Misiles en Cuba y el secuestro del MMV “Anzoátegui”. En esta década también se capacitó gran cantidad de personal en diversas áreas, con la finalidad de maximizar su desempeño a bordo de los nuevos buques de la escuadra, y también, los destructores Clase “Nueva Esparta” marcaron nuevos hitos, como el primer cruce del Canal de Panamá, la primera navegación en el Pacífico, el primer cruce del Ecuador y la primera visita a aguas del Medio Oriente. Sin duda, podemos afirmar que en el decenio 1958 – 1969, los destructores Clase “Nueva Esparta” se consolidaron como buques capitales y espina dorsal de la escuadra de combate venezolana.

C) Los últimos años, 1970 – 1983 En 1969 el “Nueva Esparta” había completado su modernización, rápidamente seguido por el “Zulia” y el “Aragua”, pasando a un nuevo nivel tecnológico y del arte de la guerra naval. Cuando fueron construidos, se trataba de buques diseñados a la luz de la experiencia de la Segunda Guerra Mundial; y para la década de 1970 eran sistemas de armas completamente renovados. Potentes radares, electrónica mejorada, capacidad anti submarina potenciada y sobre todo, la presencia de los misiles anti aéreos Sea Cat puso a la Clase “Nueva Esparta” a la altura de las nuevas tecnologías, marcadas por el creciente 184

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1970, p. 379

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papel de los misiles anti buque para guerra superficie – superficie y la presencia de nuevos aviones jet con altas velocidades. En esta década estos buques cumplen diversas tareas en ejercicios nacionales e internacionales, asisten a diversos actos solemnes en el país, como la conmemoración del 150° Aniversario de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, y en el extranjero, además de cumplir cruceros de instrucción para cadetes. Sin embargo, a medida que la década del 70 avanza, su presencia en las Memorias del Ministerio de Defensa va disminuyendo notablemente hasta desparecer por completo.

1) Misiones y tareas en sus últimos años Entre el 11 y el 26 de febrero de 1971 se llevó a cabo la “Operación Springboard”, a la cual la Marina de Guerra de Venezuela fue invitada por la Armada de Estados Unidos, con la finalidad de participar en ejercicios efectuados en aguas de Puerto Rico. Ese mismo año también se llevaron a cabo los ejercicios conjuntos “Venbritex” (del 22 al 25 de septiembre) con unidades venezolanas y británicas, los ejercicios Caribe VII (del 8 al 16 de octubre) con unidades colombianas y venezolanas, y las UNITAS XII (del 27 de noviembre al 10 de diciembre) con unidades colombianas, norteamericanas y venezolanas. En todas participó por lo menos uno de los destructores Clase “Nueva Esparta”. Del 27 de julio al 16 de agosto se efectuó la primera fase del Crucero de Instrucción para cadetes de la Escuela Naval de Venezuela, tocando puertos del centro y occidente del país e islas de las Dependencias Federales, siendo el “Nueva Esparta” parte de la agrupación comisionada, mientras que del 16 de agosto al 2 de septiembre se llevó a cabo la segunda fase del crucero, del cual fue buque insignia el “Nueva Esparta” 185. También septiembre el “Nueva Esparta”, junto con los destructores “García” y “Brión”, y el transporte “Los Roques”, viajó a Curazao con motivo de los actos conmemorativos del Sesquicentenario de la Muerte del Almirante Luis Brión. A esta ceremonia asistió el Presidente de la República de aquel momento, Rafael Caldera y otras altas autoridades del

185

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1972, p. 149

144


Gobierno186, viajando a bordo del “Nueva Esparta” desde La Guaira. Este acto fue reseñado por la prensa nacional,

187

y según dichas fuentes, el acto fue de alto nivel, siendo el

presidente Caldera el invitado de honor, recibido por las máximas autoridades de las Antillas Holandesas, y concediéndosele la distinción de pasar revista a la Guardia de Honor. En el acto, se desveló una estatua del Almirante Brión en la isla antillana. El presidente Caldera recibió la Orden del León Neerlandés, mientras que él otorgó la Orden del Libertador, en diferentes clases, a las autoridades de la isla. Estas ceremonias relacionadas con el Almirante Luis Brión se realizan hasta la actualidad, siendo un momento para el encuentro entre Curazao y Venezuela. Sin embargo, en aquella ocasión se trató de un acto bastante especial por la magnitud de la fecha. También podríamos interpretar este hecho como una maniobra del presidente Caldera para acercarse más a Curazao, y por tanto a su metrópoli Holanda y a otras potencias europeas. El objetivo en particular parece menos evidente, pudiendo obedecer desde búsqueda de apoyo y financiamiento para sus proyectos de desarrollo en Guayana, hasta acercarse, a través de Holanda, a las potencias de la OTAN en el marco de las crecientes tensiones con Colombia por las disputas territoriales en el Golfo de Venezuela. Este cúmulo de percepciones entra en el marco de subjetividad que comprende todo aquello que señalamos como diplomacia naval. El 24 de julio de 1973 se conmemoró el 150° Aniversario de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo con un desfile naval frente a lo que hoy en día es el Paseo del Lago. En dicho desfile, destacaron los destructores Clase “Nueva Esparta”, que recién habían pasado su mayor proceso de modernización. En 1974 se dictaron Cursos sobre Operaciones Anfibias, Cursos sobre Cohetes Sea Cat, y Cursos sobre Planta Propulsora, Planta Auxiliar, Electricidad y Control de Averías, y Control Aéreo en unidades de la Clase “Nueva Esparta”. Estos cursos se materializaron en el segundo trimestre del año, cuando se efectuó el primer disparo exitoso de un misil Sea 186

Ibídem, p. 178

187

Sin Autor, “Emocionado homenaje a Brión en Curazao en el sesquicentenario de su muerte” en El Nacional. Caracas, 28 de septiembre de 1971, N° 10.087, Año XXIX, p. 1

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Cat desde el “Nueva Esparta”. También, se adelantaron planes para modernizar nuevamente al “Nueva Esparta”.188 En 1976 se dio uno de los acontecimientos más notorios de la historia de la Clase “Nueva Esparta”: la visita del “Zulia” a Estados Unidos durante las celebraciones por el bicentenario de la independencia de ese país. Según las Memorias del Ministerio de Defensa, cuarenta y dos cadetes de tercer año zarparon a bordo del destructor “Zulia” desde el 22 de junio de 1976 a las 6 de la tarde, hasta el 23 de julio a las 10 de la mañana, cuando tocaron puerto de nuevo en Venezuela. En el crucero, el “Zulia” visitó San Juan de Puerto Rico, Norfolk, Nueva York, Filadelfia, Baltimore y de nuevo en San Juan de Puerto Rico. Aunque en la fuente citada la información es mínima, y en la prensa nacional es menor aún, es interesante el testimonio fotográfico que ha sobrevivido de este viaje.189 Ese mismo año, se constituyó el Grupo de Tareas 12.4, conformado por los patrulleros P-11 “Constitución”, P-13 “Independencia”, P-14 “Libertad, y P-15 “Patria”, y encabezado por el “Zulia”. Este Grupo de Tareas cumplió diversas actividades en el mar por la Semana de la Armada. Para 1978 los tres buques fueron desincorporados, pero en las Memorias del Ministerio de Defensa no se expone esa información al Congreso de la República, lo cual es muy significativo. De hecho, a medida que se avanza en la década del 70, se puede observar como la fuente citada menciona cada vez menos, y con menos detalle, las comisiones encargadas a la Clase “Nueva Esparta”, a la par que hay más y más menciones al proyecto de adquirir seis fragatas Clase “Lupo”, llamadas en Venezuela Clase “Mariscal Sucre”, en Italia. En base a lo aparecido en esta fuente oficial, y a las entrevistas efectuadas, podemos inferir que la desincorporación de los destructores Clase “Nueva Esparta” fue un asunto considerado como secundario por la Armada, muy concentrada en la adquisición de las nuevas fragatas italianas. Considerando el contexto de los años 70, tanto a nivel tecnológico naval, como político nacional e internacional y el económico, además del estado de deterioro de los buques que nos ocupan, podemos inferir que para el Gobierno venezolano de aquel entonces pudo haber considerado a estos destructores como obsoletos 188

Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1975, pp. 152 y 182 189

Archivo “CN. Ramón Rivero Núñez”.

146


y poco aptos para encarar las nuevas amenazas de diversa procedencia, y marcadas por nuevas tecnologías, como el marcado dominio del misil anti buque; pudo considerar que era más caro modernizar a los “Nueva Esparta” que adquirir buques de combate nuevos.190 Ante la sólida coincidencia de todos los testimonios orales conseguidos en esta investigación, no podemos sino interpretar que una de las mayores razones, sino la primera y principal, que produjo la desincorporación de los destructores Clase “Nueva Esparta”, fue el hecho de que la Armada como institución – es decir, sus instalaciones, personal, etc. – nunca pudieron dominar la tecnología de las calderas y el vapor con que funcionaban estos buques, dándoles en consecuencia un deficiente mantenimiento que acortó su vida útil y dificultó su operatividad. Como se sabe, la Armada ha logrado un mejor manejo con la tecnología que le siguió, la de las turbinas y motores diesel, con las que están dotadas las fragatas Clase “Mariscal Sucre”. Gracias al testimonio del CN Héctor Ferrer Castellanos191, testigo presencial del hundimiento del “Nueva Esparta”, y a un recorte de prensa publicado por el investigador de historia naval Delso López, publicado en el muro de Historia Náutica de Venezuela en Facebook192, podemos conocer el final del destructor D-11 “Nueva Esparta”. Según recuerda el CN Ferrer Castellanos, el “Nueva Esparta” fue hundido en 1982 frente al litoral aragüeño por un impacto de misil Otomat disparado por una de las nuevas fragatas Clase “Mariscal Sucre”. El CN Ferrer Castellanos cuenta que el “Nueva Esparta” fue preparado como blanco naval y llevado hasta el lugar de práctica por el remolcador R-21 “Felipe Larrazábal”, mientras que las fragatas encargadas de disparar fueron la F-21 “Mariscal Sucre”, F-22 “Almirante Brión” y F-23 “General Urdaneta”. Según el relato del CN Ferrer Castellanos, el “Nueva Esparta” fue impactado por un misil Otomat disparado por una de las fragatas, pero no se hundió de forma inmediata como se esperaba; por lo que se decidió que fuera nuevamente remolcado por el “Felipe Larrazábal” hasta Puerto Cabello para ser 190

Hay que tener presente que el hundimiento del destructor israelí “Eilat” por impacto de dos misiles SS-N-2 Styx, lanzados por patrulleros egipcios clase “Komar” de fabricación soviética, provocó un cambio significativo en la guerra naval. (Ver http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2683055) 191

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN Héctor Ferrer Castellanos, Meseta de Mamo, 2014.

192

https://www.facebook.com/groups/431909266843132/?fref=ts

147


reparado y reutilizado como blanco naval. Sin embargo, cuando los buques iban navegando, el comandante del “Felipe Larrazábal” reportó al comandante del ejercicio que el “Nueva Esparta” estaba inundándose peligrosamente rápido, corriéndose el riesgo de que se hundiera y arrastrara consigo al remolcador. La tripulación del “Felipe Larrazábal” cortó la línea y las fragatas dispararon con sus cañones de 127 mm sobre el “Nueva Esparta” hasta hundirlo. El recorte de prensa antes mencionado confirma parte de esta historia, dándonos además la fecha precisa del hundimiento del “Nueva Esparta”: 17 de diciembre de 1982, y el lugar: 11°05'15"N 67°35'35"E, a unos 65 km al norte de Puerto Colombia, Edo. Aragua. También confirma que el hundimiento se produjo por impacto de misil durante la travesía de remolque a Puerto Cabello. Este recorte no se centraba en el hundimiento del “Nueva Esparta”, sino en una ceremonia de despedida al mismo, efectuada en fecha posterior e indeterminada. El breve artículo de prensa anuncia dicha ceremonia de homenaje al buque y sus tripulaciones, que sería presidida por el Vicealmirante Rafael Bertorelli Moreno, Comandante General de la Marina, y contaría con la participación de la fragata F-23 “General Rafael Urdaneta”, el remolcador R-21 “Felipe Larrazábal”, dos patrulleros y aviones Tracker antisubmarinos del Escuadrón Aeronaval. Al cruzar ambas fuentes, podemos inferir que la F-23 “General Rafael Urdaneta” pudo ser la que disparó el misil que hundió al “Nueva Esparta”, pues su participación en la ceremonia antes dicha junto al R-21 “Felipe Larrazábal”, que remolcó al destructor en su último viaje, resulta bastante significativa. Queda también en el terreno de la duda si el “Nueva Esparta” fue finalmente hundido por disparos de cañón 127 mm si fue rematado con un impacto de misil Otomat en su regreso a Puerto Cabello. En todo caso, podemos afirmar que el “Nueva Esparta” tuvo una muerte solemne y de guerrero, y que además fue despedido con una ceremonia digna de un navío que fue buque insignia de la Armada durante tres décadas. En el caso del “Aragua”, gracias al testimonio del CN Ricardo Ríos 193, sabemos que este buque fue desguazado en Puerto Cabello. Presumimos que algunas de sus piezas 193

Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN Ricardo Ríos, Caracas, 2013

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pudieron ser aprovechadas en otros buques, y que el metal de su casco pudo ser vendido como chatarra. El otro buque de esta clase, el “Zulia”, tuvo un final un poco más largo y complejo…

2) Desincorporación y el “Zulia” como fallido museo flotante El Día de la Marina (24 de julio) de 1979, el presidente Luis Herrera Campíns sugirió donar el destructor “Zulia” al Estado Zulia194. De inmediato comenzaron las coordinaciones entre el Vicealmirante Ernesto Reyes Leal, Comandante General de la Marina de Guerra y el Ing. Gilberto Urdaneta Besson, Gobernador del Estado Zulia; para hacer efectiva la transferencia de la unidad. Esta decisión se tomó considerando la historia marinera de Maracaibo, escenario de la mayor batalla naval de la guerra de independencia, que además cerró la lucha emancipadora. La noticia se hizo pública el 13 de septiembre de ese año, cuando una comisión de la Gobernación del Zulia salió para Puerto Cabello a realizar una inspección al buque y asistir a la ceremonia de entrega del mismo. Una semana después, el 20 de ese mes195, el destructor “Zulia” atracaba en Maracaibo. Según el plan original, el “Zulia” pasaría unos tres meses atracado en el puerto, junto a la draga “Zulia”, mientras se le realizaban las modificaciones y adecuaciones necesarias para convertirlo en museo flotante; el primero de este tipo en la historia venezolana. La cubierta inferior del “Zulia” estaría destinada a operar como museo marítimo: albergando exposiciones permanentes sobre temas geográficos y biológicos de Venezuela. La segunda cubierta del buque albergaría una biblioteca de temas y autores zulianos. 194

Sin Autor, “La Marina de Guerra donó a la Gobernación el destructor “Zulia”” en Panorama. Maracaibo, 13 de septiembre de 1979, Año LXV, N° 21.273, p. 57

195

Sin Autor, “El destructor Zulia llega hoy al puerto” en Panorama. Maracaibo, 20 de septiembre de 1979. Año LXV, N° 21.280.

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También se venderían objetos y libros relacionados con el mar, esto con la finalidad de auto gestionar el mantenimiento del museo, que correría a cargo de una fundación. Sin embargo, este proyecto no llegó a materializarse. Debido al mal manejo y mantenimiento por parte de sus custodios, la nave se hundió, convirtiéndose en un obstáculo a la navegación al quedar semi sumergida frente al Paseo del Lago. Se le intentó reflotar durante cuatro meses y se debió recurrir a maquinistas de la flota de Lagoven S.A. que habían servido antes en la Armada, para poder rescatar el buque. Aunque la nave fue solicitada en custodia por la Capitanía de Puerto de Maracaibo, la Armada se negó y el “Zulia” fue remolcado y extraído del puerto de Maracaibo por el RA-21 “Felipe Larrazábal” el 11 de marzo de 1983196, para luego ser hundido como blanco naval con un impacto de misil, corriendo así el mismo destino que ya habían tenido sus buques hermanos. Cuatro meses después, el 24 de julio, se llevó a cabo una revista naval internacional en el Paseo del Lago, en Maracaibo, con motivo del Bicentenario del Natalicio del Libertador Simón Bolívar y del 160° Aniversario de la Batalla Naval de Lago de Maracaibo, en la cual los nuevos buques, tales como el Buque Escuela “Simón Bolívar” y las fragatas Clase “Mariscal Sucre” fueron las estrellas. Se suponía que el “Zulia”, en su segunda vida como museo flotante, debía estar presente allí, pero no fue así. El fracaso del proyecto del museo flotante fue un amargo final para esta clase de buques que marcó un antes y después en la historia de la Armada.

196

Sin Autor, “Destructor Zulia a su último viaje” en Panorama. Maracaibo, 11 de marzo de 1983. Año LXIX, N° 22.526, p. 1

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Capítulo III: Los Destructores Clase “Nueva Esparta”: su impacto en la institución y el país.

151


III) Los Destructores Clase “Nueva Esparta”: su impacto en la institución y el país. Entendiendo “impacto”, como ya indicamos, por efecto, consecuencia o incidencia, procederemos a exponer y analizar cómo los destructores Clase “Nueva Esparta” incidieron en la institución – las Fuerzas Navales, la Marina de Guerra o la Armada, según como se le llamó en cada período – , específicamente en su desarrollo y modernización; y cuál fue su impacto en el país, específicamente en su posicionamiento en el equilibrio regional de fuerzas navales, además de cómo aportaron a la proyección del país en el mundo a través de la diplomacia naval. Nos ocuparemos primero de cómo la Clase “Nueva Esparta” impactó en el desarrollo de la Armada, y luego en el país como un todo.

A) Impacto en la Armada

Los Destructores Clase “Nueva Esparta”, como se dijo en el primer capítulo, no fueron una adquisición aislada o solitaria de las entonces Fuerzas Navales de Venezuela, sino que obedecieron a un vasto plan general que pretendía modernizarlas en un plazo relativamente corto. Se trata del Plan Orgánico de Renovación y Actualización de Medios Navales, llamado abreviadamente por la historiografía “Plan Naval de 1949”, por haber sido presentado el 30 de abril de 1949. De este plan podemos decir, muy resumidamente, que fue presentado al Ministerio de Defensa por el entonces Capitán de Fragata Oscar Ghersi Gómez, Comandante General de las Fuerzas Navales, y…

“A grandes rasgos, tal programa se estructuró en base a una flota compuesta por 1 crucero, 3 destructores de escuadra, 6 destructores livianos, 1 transporte con capacidad para una Compañía de Infantería de Marina y facilidades para ser utilizado como buque presidencial, 6 lanchas para las 152


zonas de pilotaje, 2 draga-minas, 4 submarinos y 12 lanchas de alta velocidad…”197

Evidentemente, los tres “destructores de escuadra”, o destructores pesados, a los que se refiere el CN Ghersi Gómez son los que integran la Clase “Nueva Esparta”. Aunque eran partes de un vasto plan general de modernización de las Fuerzas Navales, en este trabajo abordamos el impacto que en si estos tres destructores tuvieron, por lo que se hace elemental volver a mirarlos enfocados en sus peculiaridades técnicas. Un buque de guerra de las dimensiones y complejidad como los que nos ocupan, no son para nada fáciles de operar y mantener, todo lo contrario. Buques como los destructores Clase “Nueva Esparta” requerían tripulaciones capacitadas en el manejo y uso de sus armas y tecnología, la cual además era toda una innovación para las Fuerzas Navales de aquel momento, cuando fueron recibidos. Además, requerían adecuadas instalaciones de apoyo y personal capacitado en las mismas, no sólo para el mantenimiento mayor, algo que como veremos siempre fue bastante difícil de realizar en Venezuela, sino incluso para simples estadías cortas en puerto, suministro de combustible, agua, electricidad, etc. Además, la presencia de estos nuevos buques de guerra significó un salto cualitativo en las capacidades bélicas de las Fuerzas Navales de Venezuela, lo que originó cambios en la doctrina táctica y estratégica. Veremos pues, cómo los destructores Clase “Nueva Esparta”, impactaron a la Armada a nivel de infraestructuras, capacitación de personal y doctrina.

1) Infraestructuras Como cualquier máquina de guerra, un destructor de más de dos mil toneladas requiere infraestructuras idóneas para su operación. Hablamos de bases y/o apostaderos con muelles adecuados, equipados con energía eléctrica, depósitos de agua y combustible, equipos de bombeo, la profundidad requerida para el calado de los buques, etc. Además, instalaciones destinadas al mantenimiento, tales como diques secos, grúas que puedan 197

Ghersi Gómez, Oscar Emilio. “Modernización de la Armada desde el 30 de marzo de 1947 hasta el 10 de enero de 1958” en Revista de la Armada. Caracas, 24 de junio de 1986, Nº 10, p. 44

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levantar grandes pesos, instrumentos para corte, soldadura y moldeado de grandes piezas de acero, etc. Esto no escapó de las mentes de los que desarrollaron el Plan Naval de 1949.

“…era igualmente impostergable la elaboración de un plan de modernización y ampliación de las instalaciones en tierra que, conjuntamente con la reorganización de las estructuras operativas, logísticas y de capacitación del material humano, constituyera con un programa lógico y factible de renovación del material flotante, un todo armónico y dinámico que permitiera transformar a corto plazo en una marina moderna y eficaz a esta otra que… …estaba formada por un puñado de hombres de hierro tripulando barcuchos de madera”198

Según explica el CN Ghersi Gómez en el artículo citado, entre las instalaciones cuya construcción pudo iniciar bajo su comando están el nuevo faro en Los Roques, la instalación de un faro en Los Monjes, trabajos renovación de la Escuela Naval de Maiquetía (actual Comando de Guardacostas), el Centro de Adiestramiento Naval de Catia La Mar (actual Centro de Adiestramiento Naval “CN Felipe Santiago Esteves” CANES), trabajos de renovación y ampliación de la Base Naval y el Castillo “Libertador” de Puerto Cabello, la construcción de sedes para la Infantería de Marina en Puerto Cabello y Carúpano, la construcción de un nuevo apostadero naval en La Guaira, la construcción de una carretera entre el dique seco y el faro de Punta Brava en Puerto Cabello, y finalmente la adquisición de terrenos en la Meseta de Mamo, donde se construiría la futura Escuela Naval de Venezuela (actual Academia Militar de la Armada Bolivariana). Sin embargo, esto no fue todo.

“…ejecución de un plan de defensa naval cuyo pilar más importante fue una Base Naval en Turiamo, de la cual se ejecutaron en mi período, el dragado de las dársenas, los pañoles subterráneos de municiones y otras obras civiles. En el campo de las realizaciones importantes, puede agregarse el estudio 198

Ibídem, p. 43

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para ampliación y modernización del Servicio de Comunicaciones de la Armada, el cual fue realizado por un organismo de renombre mundial… Menciono de último, el proyecto para el nuevo astillero de Puerto Cabello. Este astillero, con capacidad para construir buques mercantes hasta 30.000 toneladas de peso muerto y reparar en su dique seco naves de hasta 40.000 toneladas, fue auspiciado con vehemencia por mi comando, entre otras razones, por su importancia en relación a la autonomía que le daría al país para reparación y construcción de sus propios buques, sin dependencia de intereses foráneos, además de su capacidad de generación de empleo y obtención de divisas.”199

Ante estas palabras, no podemos menos que sorprendernos por la magnitud y alcance del Plan Naval de 1949, verdadero sueño de una armada moderna y poderosa para Venezuela. Observamos entonces que como obras vinculadas en mayor o menor medida con los destructores Clase “Nueva Esparta”, tenemos: el Centro de Adiestramiento Naval de Catia La Mar, donde se formarían a los marinos, sargentos y sub oficiales para los nuevos buques; el nuevo apostadero naval en La Guaira, que extendería el radio de acción de los buques y facilitaría sus actividades en el Litoral central; la nueva base naval en Turiamo, proyectada en aquellos años como la futura base principal de las Fuerzas Navales de Venezuela, dotada de todo lo necesario para albergar y atender a buques de guerra de gran porte; y el proyectado astillero de Puerto Cabello, además de los otros trabajos de mejora en la base, que darían como resultado la capacidad para construir y mantener adecuadamente a la Clase “Nueva Esparta” y el resto de la escuadra de combate que se estaba adquiriendo en los años 50. Es decir, la nueva escuadra de combate que la Armada adquirió entre 1953 y 1958, especialmente la Clase “Nueva Esparta”, generó una gran cantidad de infraestructuras modernas – todas en servicio actualmente – que la transformaron. Estas nuevas instalaciones navales aumentaron la operatividad y alcance de los buques de guerra, permitieron la capacitación y adiestramiento del personal de marinería, sargentos, sub oficiales y oficiales, generaron innumerables empleos y experiencia operativa, impulsaron 199

Ibídem, p. 46

155


la modernización de la Armada venezolana y, desde luego, aumentaron la capacidad de combate de la misma, creando entonces la posibilidad de defender la soberanía, independencia e integridad nacionales con mayor eficacia. Sin embargo, es preciso explicar que no todo fue “luces” en el Plan Naval de 1949, habiendo también “sombras”. Tristemente, este proyecto sólo pudo materializarse en un 60% aproximadamente, faltando hacia 1958 – 1959 los submarinos, por ejemplo. Además que nunca se concretó la adquisición del crucero, ni del portaviones. En lo tocante a infraestructura, estas no fueron completadas o no se terminaron con los requerimientos solicitados. La historiadora Hadelis Jiménez nos expone la situación de astillero en Puerto Cabello. “En 1954 se inician los estudios para construir la sede del Instituto bajo la responsabilidad de la Dirección de Puertos y Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas… …, el sitio escogido por reunir unas excelentes condiciones fue la zona del valle de Santa Lucía (Puerto Cabello), ya que se pretendía la construcción de un complejo industrial acorde para la época con los requerimientos de un Astillero de primera categoría. El proyecto original constaba de las siguientes instalaciones:           

10 muelles de reparación 03 diques secos 04 dársenas 02 varaderos 06 grúas sobre rieles propias de astilleros Edificios administrativos Residencias Escuelas Talleres Carreteras internas y obras urbanísticas menores.

Para 1957 estaba concluida sólo la octava parte del proyecto. Los trabajos fueron suspendidos y en 1958 comenzó a funcionar con las obras que se habían logrado concluir. Oficialmente fueron recibidas de parte del Ministerio de Obras Públicas el 31 de octubre de 1959, para ese entonces las instalaciones recibidas fueron: 156


       

Un dique seco Un edificio para oficinas administrativas Un edificio para depósitos de materiales Un edificio para escuela de aprendices Una planta eléctrica de 6000 KWH Una estación de bombeo y aire comprimido Carreteras internas Un cuartel de bomberos.”200

Las cifras ofrecidas por Hadelis Jiménez hablan por sí solas. El que debía ser un astillero de gran envergadura, apto para reparar y/o construir buques de más de 30.000 toneladas, no llegó a ser ni la sombra de lo que originalmente se pensó. Este fracaso hipotecó la operatividad y la vida útil de la escuadra venezolana en las décadas posteriores, e incluso hasta el siglo XXI, comprometiendo en consecuencia la capacidad de la Armada para garantizar la seguridad de Venezuela en sus espacios marítimos, así como su soberanía e integridad territorial. Veamos su propio comentario al respecto:

“A consecuencia de la realización parcial del proyecto, los viejos talleres del Astillero Nacional y las nuevas obras no constituían un todo orgánico e integrado, lo cual no permitía atender la demanda nacional existente para los servicios de reparación de buques nacionales y, por otra, cubrir mediante una explotación racional de las instalaciones, la totalidad de los costos de operación”201

Durante las siguientes dos décadas el gran “Talón de Aquiles” de la flota venezolana sería justamente la incapacidad de mantener y reparar los buques

200

Jiménez López, Hadelis. La Armada de Venezuela, 1830 – 1975, p. 183

201

Ibídem, p. 184

157


adecuadamente y dentro de nuestras fronteras. Cuando se produjo, una nueva fase de desarrollo en la década 70, ya los “Nueva Esparta” estaban al final de su vida útil.

“Entre 1971 y 1973, realizó la construcción de un muelle de 228 mts., de longitud dotado de bitas de amarres, servicio de electricidad, agua dulce, agua salada y aire comprimido. Construcción de dos talleres de estructuras mecánicas y navales con una superficie techada de 16500 mts2, dotados de todos los servicios electromecánicos industriales. Construcción de 6 grúas puentes; 2 de 30 toneladas, 2 de 5 toneladas y 2 de 10 toneladas de capacidad. Adquisición de nuevas y modernas maquinarias, sistemas y equipos para los nuevos talleres. Adquisición de tres grúas de astilleros autopropulsadas con desplazamiento sobre rieles, una de 60 toneladas y dos de 20 toneladas. Adquisición de dos grúas hidráulicas telescópicas de 14 toneladas cada una. La segunda etapa se inicia en agosto de 1973, cuando se contrata la adquisición del SYNCROLIFT, lo cual condujo a las siguientes realizaciones:  Elevador mecánico de buques de una capacidad de levante de 4000 toneladas métricas ampliables a 5000 toneladas.  Puesto de varadas en tierra para reparaciones y construcciones de buques.  300 metros lineales de muelles para la reparación de buques a flote y muelles de alistamiento de nuevas unidades.  Sistema de transferencia, longitudinal y transversal, para transferir los buques desde la plataforma del elevador a los puestos de varada.  Dotación, para los muelles y puestos de varada, de servicios de energía eléctrica, aire comprimido, oxígeno, gas propano, agua potable y de mar y teléfono.”202

Esta nueva estructura llegaba demasiado tarde para los destructores Clase “Nueva Esparta”, y tampoco se ajustaba al proyecto original de 1949. Aunque el plan del astillero 202

Ídem

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de Puerto Cabello nunca se ejecutó por completo, afectando negativamente la vida operacional de los destructores Clase “Nueva Esparta”; no puede negarse que aún con retrasos, modificaciones y disminuciones respecto al proyecto original, en Venezuela se generó una infraestructura de astillero, cuya motivación inicial fue atender a la nueva escuadra adquirida en los años 50, principalmente a los destructores que nos ocupan en este trabajo. Otro aspecto que afectó la vida útil de los buques estudiados, y de la flota en general, fue la capacidad de las bases (Puerto Cabello y La Guaira) para sostener el despliegue de las unidades destacadas, es decir, los buques estaban obligados a mantener en funcionamiento sus sistemas debido a que los muelles no contaron con servicios completos a la altura, como electricidad; por citar solo un ejemplo. Además de esta deficiencia, se agrega también la falta de muelles para las unidades. En lo que concierne al mantenimiento, es de destacar que si bien hubo una escala del mismo esencialmente correctivo y preventivo a bordo de las unidades y que Puerto Cabello dispuso de una relativa capacidad de mantenimiento correctivo. A una escala superior de mantenimiento hubo dificultades notorias que afectaron la disponibilidad operacional de los buques debido a que el país no contó con la base industrial adecuada para asegurar el mantenimiento de los mismos. Ello explica los overhaulin realizados en el Reino Unido.

2) Capacitación de personal Los destructores Clase “Nueva Esparta” eran algo nunca antes visto en Venezuela, y no sólo por su armamento y capacidades. Incluso en la habitabilidad resultaban algo totalmente nuevo: por ejemplo, fueron los primeros buques de guerra venezolanos equipados con aire acondicionado – a pedido expreso del Gobierno venezolano, pues la

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Clase “Battle” original no lo tenía –, y los primeros con tal nivel de electrificación a bordo203. Mención aparte requieren sus equipos de radio, radar y sonar, todos ellos de última generación y complicado manejo, que requerían tripulaciones bien capacitadas y debidamente adiestradas. En este punto el Capitán de Navío Oscar Ghersi Gómez nos comenta:

“En tal sentido, se procedió a establecer nuevas fórmulas de sistemas y procedimientos que incluyeron cambios radicales en las prácticas de comunicaciones, criptografía y archivos. Se establecieron diversos cursos, con la inclusión de nuevas especialidades en la Escuela de Grumetes, entre las cuales puede citarse el adiestramiento de hombres ranas. Se creó la Escuela de Sub Oficiales Profesionales de Carrera, así como el Curso de Capacitación y Actualización de Conocimientos para Oficiales de la Armada, sustituido por la Escuela de Aplicación de Oficiales, la cual desempeñó una importantísima función formativa contemplada en su pensum de Comando y Estado Mayor Naval… Un significativo número de Oficiales y Sub-Oficiales Técnicos fue enviado más allá de nuestras fronteras a fin de obtener de otras fuentes los conocimientos que permitieran aportar nuevas luces que iluminaran el promisor futuro de la Armada venezolana, a la vez que centenares de Clases y Marineros fueron a capacitarse en las nuevas tareas que requerían mayores conocimientos.”204

Veamos detenidamente algunos cursos de capacitación en el extranjero que son mencionados en la Memoria y Cuenta del Ministerio de la Defensa: En 1959 son enviados a Newcastle, Reino Unido, 11 oficiales a Curso General de Armamento, 10 a Curso Básico de Ingeniería, 12 hombres a Curso de Señales, 9 a Curso de Centro de Informaciones de Combate, 74 a Curso Básico de Armamento y Marinería, 36 hombres a Curso de 203

A pesar de la comodidad que ello representó, su instrumentación hizo los buques ruidosos y por ello menos eficaces en la guerra antisubmarina. 204

Ghersi Gómez, Oscar Emilio. “Modernización de la Armada….”, p. 47

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Maniobras, 21 a Curso de General de Armamento, 21 a Curso ASDIC (sonar en la denominación inglesa), 30 a Curso Básico de Ingeniería, 14 a Curso de Ingeniería Especializada, 13 a Curso Básico de Electricidad, 14 a Curso de Refrigeración y 17 a Curso de Talleres. Estos fueron, como se dijo en la primera parte, con mucha probabilidad el primer grupo de oficiales, sub oficiales y tropa enviados al extranjero a capacitarse a nivel técnico para operar un sistema específico. Aunque gracias al testimonio del CN Ricardo Ríos sabemos que este personal, el de tropa, no fue elegido bajo el mejor criterio, y que no se formaron instructores que luego continuaran entrenando personal en Venezuela, es innegable la huella que los destructores Clase “Nueva Esparta” dejaron en la Armada venezolana y en el país en lo que a capacitación de personal se refiere. Entre 1959 y 1960 se llevaron a cabo también cursos de sonar y radar en Key West, Estados Unidos. Estos no fueron los únicos cursos dictados para personal de la Armada en el extranjero, pero constituyen una muestra importante de cómo los destructores Clase “Nueva Esparta” produjeron una verdadera revolución en la formación del personal naval en función de nuevas tecnologías. El hecho de que este proceso se diera en un lapso tan breve – menos de 10 años – no deja de ser un buen indicador para la Armada de aquella época, a pesar de todos los fallos y carencias que se tuvieron. Las tripulaciones de los destructores Clase “Nueva Esparta”, en todos los años que duraron en servicio, efectuaron más de 26 cursos de formación y capacitación en áreas tan diversas como sonar, radar, armamento o ingeniería electrónica y mecánica, formándose centenares de hombres. Los destructores Clase “Nueva Esparta” no sólo generaron cursos en el extranjero para formar a las futuras tripulaciones en el manejo de las nuevas tecnologías, sino que ellos mismos tuvieron un impacto directo en la formación de nuevos oficiales, pues a bordo de ellos se realizaron no solo cruceros de instrucción casi todos los años, sino que se tuvo que adecuar los centros de formación y adiestramiento a las nuevas necesidades. Es necesario explicar que la Armada no disponía de un buque escuela entre los años 50 y 70, por lo que los cruceros de instrucción para cadetes se realizaban a bordo de los propios buques de línea de la escuadra, poniendo así en contacto al cadete con las mayores unidades de la flota estando aún en la academia. Para cuando salieron de servicio, los destructores Clase “Nueva Esparta” habían cumplido 17 cruceros de instrucción para cadetes, llevando 161


el pabellón nacional por aguas del Caribe, Norteamérica, Europa, el Mediterráneo y el Medio Oriente, formando a centenares de cadetes que se convertirían en nuevos oficiales, tripulantes de la Armada.

3) Doctrina En esta parte pretendemos al menos acercarnos a determinar cómo los destructores Clase “Nueva Esparta” modificaron y/o crearon doctrina. Primeramente, debemos acercarnos a la definición de “doctrina” y luego “doctrina militar”, para establecer de qué hablamos. En este sentido básico una doctrina es una metodología movilizada para alcanzar cualquier objetivo. La Real Academia de la Lengua Española define doctrina como: “Conjunto de ideas u opiniones religiosas, filosóficas, políticas, etc., sustentadas por una persona o grupo.”205. Por otra parte, encontramos un concepto de doctrina militar que nos pareció satisfactorio: “Una doctrina militar, por último, es el conjunto de técnicas, estrategias, tácticas y prácticas que constituye un enfrentamiento bélico. La doctrina militar propone los pasos a seguir para ganar una guerra.”206 Otra definición que nos resultó interesante fue:

“La doctrina militar es la expresión de cómo las fuerzas militares han de conducir las campañas, las principales operaciones, batallas y compromisos. Se trata de una guía para la acción, en lugar de reglas fijas. La doctrina proporciona un marco de referencia común a los militares. Ayuda a normalizar las operaciones, facilitando la preparación mediante el establecimiento de formas comunes de realizar tareas militares.”207

205

http://lema.rae.es/drae/?val=doctrina

206

http://definicion.de/doctrina/

207

http://docsetools.com/articulos-educativos/article_5934.html

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Es decir, la “Doctrina Militar” es un concepto esencialmente teórico y abstracto con consecuencias prácticas. Es una guía de cómo unas fuerzas armadas habrán de conducirse para lograr el éxito en su misión. Pero como todo concepto, la idea de Doctrina Militar, o Naval en este caso, no nace de la nada, sino que es una abstracción a partir de la realidad. Una fuerza armada, y en este caso una Marina de Guerra, crea su doctrina en base a su historia y la de su país, su mentalidad y, obviamente, a partir de los medios de que dispone y sus experiencias de combate. Si revisamos la historia de la armada venezolana hasta los destructores Clase “Nueva Esparta”, nos encontramos con la irrefutable realidad de que se trataba de una escuadra de cañoneros, sin casi ninguna capacidad oceánica. Con medios bastante limitados pero con una importante historia que abarca varios hitos como la Guerra de Independencia, las guerras civiles, el enfrentamiento con Colombia en 1901 y las operaciones de apoyo emprendidas en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, los tímidos y no cristalizados intentos de modernización emprendidos en época de Monagas, Páez, Guzmán Blanco, Castro y López Contreras, nos demuestran que los oficiales navales venezolanos nunca perdieron contacto con las innovaciones tecnológicas, tácticas y doctrinales que estaban ocurriendo en las grandes armadas del mundo. Justamente, como ya se dijo anteriormente, fue la experiencia de muchos oficiales navales venezolanos con la armada de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial la que puso las bases para el Plan Naval de 1949. Es decir, el Plan Naval de 1949 no fue más que la plasmación en papel y tinta de todo un nuevo cuerpo de ideas; una doctrina, que empezaba a formarse y consolidarse en la armada venezolana de finales de los años 40. Esta nueva doctrina innegablemente obedecía a las influencias de las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, en especial EE.UU., y su deseo de moldear y estandarizar a su conveniencia las fuerzas armadas latinoamericanas, pero también a deseos largamente acariciados por el Estado venezolano de contar con medios navales idóneos para hacer valer su soberanía en los espacios marítimos, que justamente empezaban a conceptualizarse y delimitarse en esos años. Así pues podemos indicar la existencia de varios niveles en la doctrina: El primero relativo a la conducta estratégica del país en el sentido de usar o no la fuerza a ser 163


empleada. El segundo relativo a cómo se emplea la fuerza. El tercer relacionado a cómo se hace para asegurar la disponibilidad en el empleo de la fuerza. Y en último lugar, cómo se mantienen los medios para usar la fuerza cuando se necesita. Ahora bien, hasta la llegada de los barcos desde el Reino Unido, en el caso de la Clase “Nueva Esparta”, y desde Italia, en el caso de la Clase “Clemente”; y la consecuente formación de una nueva escuadra de combate, estas ideas que habían dado forma al Plan Naval de 1949, y que empezaban a reformar y modernizar la armada, no habían podido materializarse. Una cosa era que el alto mando naval venezolano diseñara y empezara a crear una nueva y moderna armada, y otra que el personal de tropas, oficiales y alto mando supiera como emplearla con precisión y sacar todo su potencial. Las siguiente reflexión del CN Edgar Blanco Carrero nos resulta muy útil:

“En un principio, para la Armada de la década de los años cincuenta e inicios de los años sesenta, el problema fundamental lo constituía la doctrina y el adiestramiento, elementos esenciales para hacer creíble la capacidad militar adquirida y, en consecuencia, las operaciones navales UNITAS contribuyeron a sedimentar los conocimientos propios de un tipo de combate estrictamente naval puro. La Guerra Fría, además, posibilitó la realización de ejercicios navales con otras Armadas americanas, siendo el núcleo central del adiestramiento la guerra antisubmarina. Pero las necesidades de la lucha antisubversiva hicieron que la prioridad operacional se volcara hacia adentro, esto es, para combatir la insurrección de la izquierda venezolana. Este hecho hizo que hubiese un cambio fundamental en lo concerniente a la amenaza. Mientras que, durante la década de los años cincuenta, ésta fue percibida fuera del país, en la década de los años sesenta la amenaza estuvo adentro, afectando los aspectos filosóficos de la doctrina que en principio se intentó implantar. Durante este período se produjo el primer ―Manual de Estrategia Naval‖, cuyo autor fue el CA Ramiro Pérez Luciani, que fue de corte mahaniano. El Capitán de Navío De Pedraza ayuda a fortalecer posteriormente este pensamiento en la Escuela Superior de Guerra Naval. A partir de una estructura de pensamiento sintético desde el punto de vista naval. …es conveniente resaltar que la Armada, en ese momento, participó en la cuarentena cubana enviando un Grupo de Tarea, efectuó, además, 164


operaciones de interdicción de embarcaciones cubanas y soviéticas que trataron de incursionar en nuestro territorio para suministrar armas y pertrechos a la izquierda insurgente.”208

Es decir, tras la llegada de la Clase “Nueva Esparta”, y la Clase “Clemente” a Venezuela, la Armada dispuso ya de los medios, pero no de la experiencia y el entrenamiento para hacer creíble su nuevo poderío. Es decir, no había materializado las ideas que habían dado lugar a la propia adquisición de estos nuevos medios. Fue la propia presencia de estos buques, y la ejecución de programas de entrenamiento, comisiones, cruceros de instrucción y ejercicios multinacionales lo que permitieron que la Armada comenzara a formar en parte una doctrina naval per se. Sin embargo, como explica el CN Blanco Carrero, la explosión de la lucha armada durante los años 60 provocó que ese proceso se interrumpiera, lo que se evidenciaría, como veremos más adelante, en una baja disponibilidad operacional de medios navales durante esa década, perdiéndose buena parte de la capacidad disuasiva convencional obtenida a partir de los años 50. Aún con todos los problemas, inconvenientes e interrupciones, resulta claro que los destructores Clase “Nueva Esparta”, por su sola presencia, le permitieron a la Armada ir creando, desarrollando, materializando, una doctrina naval que si bien era una adaptación de la británica y norteamericana, sirvió bien para defender la seguridad, soberanía e integridad nacionales en sus espacios marítimos, y disuadir a los potenciales enemigos de cualquier agresión contra Venezuela.

B) Impacto en el país

Todo Estado depende de forma decisiva de sus fuerzas armadas para hacer respetar su soberanía frente a otros Estados. A su vez, las fuerzas armadas dependen directamente sus medios (armas, sistemas de comunicación, sistemas de apoyo y logística, etc…) para 208

Blanco Carrero, Edgar. Reflexiones sobre Estrategia Marítima en la Era de la Libertad de los Mares, pp. 225 - 226

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cumplir con su tarea. Todo lo antes dicho puede resumirse en un término: “Disuasión”, siendo entendida ésta como:

“El concepto de la disuasión se puede definir como el uso de acciones por parte de una de las partes para convencer a abstenerse de iniciar algún curso de acción.”209

En el caso especial de las fuerzas navales, también cumplen otras dos tareas muy específicas y únicas de esta rama de las fuerzas armadas: la salvaguarda naval, es decir, la preservación de la vida humana en el mar, tarea que se realiza principalmente a través de las fuerzas de guardacostas; y la diplomacia naval, tal como fue definida anteriormente. En las próximas líneas estudiaremos cómo los destructores Clase “Nueva Esparta” colocaron a Venezuela en el equilibro regional de fuerzas navales, es decir cómo potenciaron su capacidad de disuasión, y cómo desempeñaron tareas de diplomacia naval para el país, aclarando que desde la perspectiva de Guardacostas los buques de la Armada de los cuarenta y sesenta no tuvieron esto como función inherente debido a la carácter mahaniano y corberttiano heredado de estadounidenses y británicos, que concibieron a la Armada como un instrumento destinado a la obtención del dominio del mar o de un importante grado de control que facilitaría el desarrollo de las operaciones navales. Esta diferencia sería corregida a mediados de los años ochenta con la creación del Comando de Guardacostas.

1) La capacidad disuasiva de Venezuela y el equilibrio regional de fuerzas El equilibrio de fuerzas militares, o navales, entre los Estados de una región geográfica específica viene determinado esencialmente por la cantidad, calidad y apresto operacional de las armas y medios que estos Estados poseen, así como el adiestramiento de su personal en el manejo de las mismas. Estudiaremos ahora cómo los destructores Clase 209

http://docsetools.com/articulos-utiles/article_121012.html

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“Nueva Esparta” incidieron en el equilibro regional de fuerzas en el Caribe. Para ello, iremos comparando el balance de fuerzas navales de Venezuela frente a Colombia, Cuba, República Dominicana y Brasil; este último como una referencia de flotas más grandes, aunque ese país no forma parte de la cuenca del Mar Caribe ni tenía intereses directos en la zona durante el período estudiado210. Hacia 1950 lo mejor, por no decir lo único, de que disponía Venezuela era de las seis corbetas Clase “Flower” compradas a Canadá y llamadas Clase “Constitución” en nuestro país. Estas corbetas que tenía Venezuela eran inferiores a las que podían tener otras armadas, puesto que llegaron a Venezuela en condiciones de desgaste bastante altas, además de desarmadas, por lo que debió dotárseles con armamento viejo procedente de buques más antiguos de la escuadra. Sus nombres eran “Constitución”, “Federación”, “Independencia”, “Libertad”, “Patria” y “Victoria”; eran buques diseñados durante la Segunda Guerra Mundial para combatir a submarinos y defender convoyes. Tenían un desplazamiento de 940 t estándar y 1170 t a plena carga, eslora de 62,48 m, manga de 10,05 m y calado de 3 m. Su propulsión era una caldera de vapor y alcanzaban una velocidad de 16 nudos. Nada adecuadas para ser el núcleo de las fuerzas de superficie de Venezuela y enfrentar y/o disuadir a sus vecinos. Colombia por su parte disponía de dos destructores Clase “Douros” adquiridos a la Vickers en Portugal, cuyos nombres eran “Antioquía” y “Caldas”. Como se dijo anteriormente, eran buques muy superiores a todo lo que tenía Venezuela. Su desplazamiento era de 1219 toneladas, 1563 a plena carga; eslora de 98,5m, manga de 9,44 m, y calado de 2,74 m. Tenían dos turbinas de vapor Parson alimentadas por 3 calderas Yarrow, que generaban una potencia de 33.000 CV, logrando una velocidad máxima de 36 nudos. Su armamento consistía en cuatro torretas de cañón único de 120/50 mm, tres torretas antiaéreas de 40 mm, dos tubos cuádruples lanzatorpedos de 533 mm, 20 minas y lanzador de cargas de profundidad. De estos destructores podemos decir, además de lo ya explicado anteriormente, que fueron el origen de la misión naval venezolana en Italia y del 210

Sin embargo, es de destacar que la Marina de Brasil ejecutó funciones de protección de convoyes hasta la costa de Trinidad en la Segunda Guerra Mundial (Ver Farage Dangel, Luis (Coordinador). Venezuela y la Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945. Caracas, Armada Bolivariana de Venezuela, 2011

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intento de modernización y equipamiento previo a la Segunda Guerra Mundial. Estos destructores iniciaron una verdadera “Carrera de Destructores” entre Venezuela y Colombia, como veremos en las próximas líneas. Además, la armada colombiana tenía tres fragatas clase “Tacoma” adquiridas ya usadas a Estados Unidos, a saber la “Almirante Brión”, la “Almirante Padilla”211, y la “Capitán Tono”. Tenían un desplazamiento de 1.234 t, eslora de 92,63 m, manga de 11,43 m y calado de 4,19 m. alcanzaban una velocidad máxima de 20 nudos y su armamento consistía en 3 cañones antiaéreos de 50 mm, 4 de 40 mm y 9 de 20 mm, 1 mortero antisubmarino, 8 lanzadores de cargas de profundidad y 2 rieles de lanzamiento. Así, Colombia tenía una superioridad cualitativa y cuantitativa manifiesta sobre Venezuela en lo referente a fuerzas navales. Cuba tenía la Marina de Guerra más pequeña del Caribe en aquel momento, con solo tres cañoneros, no muy diferentes a los que Venezuela tuvo antes de la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, República Dominicana poseía la Marina de Guerra más numerosa en buques y personal, a saber: un destructor Clase “H” británico llamado “Trujillo” (Desplazamiento: 1859 t y 1888 t a plena carga, eslora: 98,5 m y calado: 3,8 m. Velocidad máxima: 36 nudos. Armamento: 4 cañones de 120 mm, dos montajes cuádruples de ametralladoras de 12,7 mm, 2 montajes cuádruples de tubos lanzatorpedos de 533 mm, 1 riel lanzador de cargas de profundidad, dos lanzadores y 20 cargas.), un destructor clase “F” británico llamado “Generalísimo” (Desplazamiento: 1405 t y 1428 t a plena carga, eslora: 100,3 m, manga: 10,13 m y calado: 3,81 m. Velocidad máxima: 35,5 nudos. Armamento: 4 cañones de 120 mm, ocho ametralladoras anti aéreas de 13 mm, 8 tubos lanzatorpedos de 533 mm, un lanzador de cargas de profundidad), una fragata clase “River” británica llamada “Presidente Trujillo” (Desplazamiento: 1530 t a plena carga, eslora: 86,3 m, manga: 11,1 m, calado: 4 m. Velocidad máxima: 20 nudos. Armamento. 2 cañones de 102 mm, 10 cañones antiaéreos de 20 mm en montajes dobles y un mortero antisubmarino), una fragata clase “Flower” británica y llamada “Cristóbal Colón” (ND), una fragata Clase “Asheville” norteamericana llamada “Juan Pablo Duarte” (Desplazamiento: 2400 t, eslora: 211

Este buque fue el que realizó prácticas de tiro sobre Los Monjes en 1952, dando origen a la crisis homónima.

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91,90 m, manga: 11,13 m y calado: 4,17 m. Velocidad máxima: 20,3 nudos. Armamento: tres montajes triples de 50 mm multipropósito, cuatro montajes cuádruples de cañones 40 mm, nueve cañones de 20 mm, 8 lanzadores de cargas de profundidad, 2 rieles de lanzamiento, 1 mortero anti submarino), dos fragatas clase “Tacoma” llamadas “Presidente Peynado” y “Gregorio Luperión”, y 5 corbetas clase “Flower llamadas “Gerardo Jansen”, “Juan Alejandro Acosta”, “Juan Bautista Cambiaso”, “Juan Bautista Maggiolo” y “Cristóbal Colón”. Brasil, por su parte, tenía en 1950: 2 acorazados clase “Minas Gerais”, 3 destructores clase “Marcilio Dias”, 6 destructores clase “Acre”, 8 destructores de escolta clase “Cannon”, 1 submarino clase “Humaita” y 3 submarinos clase “Tupi”; una flota mucho más cercana a las de las potencias medianas que a los estándares del Caribe. En 1953 entra en servicio el “Nueva Esparta” en Venezuela, y Colombia completa la repotenciación del “Antioquía”. En 1954 entra en servicio el “Zulia” y en 1955 Colombia completa la modernización del “Caldas”. Parece así que Colombia modernizó sus Clase “Vouga” en respuesta a la Clase “Nueva Esparta”, pero como veremos, en 1956 Colombia dio una respuesta aún más contundente. Para 1956 Venezuela recibe el “Aragua” y los primeros 3 de 6 destructores Clase “Clemente”, mientras que Dominicana no ha variado su flota, Cuba dio de baja un cañonero el año anterior, y Brasil ha dado de baja 2 acorazados y un submarino, adquiriendo dos cruceros y el portaviones “Minas Gerais” en 1956. Ese mismo año Colombia adquirió en Suecia dos destructores Clase “Halland” modificados, que bautizó “Trece de Junio” (luego llamado “Siete de Agosto”) y “Veinte de Julio”. Estas naves tenían desplazamiento de 2650 t y 3300 a plena carga; eslora: 121 m, manga; 12,4 m, calado: 4,5 m. Estaban propulsados por dos propelas movidas por dos turbinas de doble reducción, impulsadas por dos calderas Penhoët de 55.000 CV, que les daban una velocidad máxima de 32 nudos. Tenían una autonomía máxima de 3000 millas náuticas a 18 nudos. Su armamento constaba de tres torretas dobles con cañones de 120 mm, cuatro torretas simples con cañones antiáereos de 40 mm, un lanzador cuádruple de torpedos de 533 mm y un mortero anti submarino de 375

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mm. Tenían radares LW-03 y DA-02212. (Ver Anexo X). Tomando en cuenta sus características tan parecidas y sus fechas de adquisición y entrega, resulta obvio que la Clase “Halland” fue la respuesta colombiana a la Clase “Nueva Esparta” de Venezuela. La Clase “Halland” estuvo en servicio en Colombia desde 1956 hasta 1986, mientras que la Clase “Nueva Esparta” estuvo en servicio en Venezuela desde 1953 hasta 1978, por lo que fueron contemporáneas. Ambas clases de buques fueron los buques insignias o capitales de sus respectivos países durante tres décadas, así que llegados a este punto vale hacer un análisis comparativo (Ver Anexo XI) Tras ver la tabla, observamos que un Clase “Nueva Esparta” era ligeramente más grande y pesado que un Clase “Halland”, aunque la diferencia es tan pequeña que poco o nada hubiera podido influir en un hipotético combate uno a uno entre dos buques de estas clases. Más interesantes nos resultan sus líneas, pues mientras que la Clase “Halland” presentaba una superestructura más alta, donde resalta un mástil principal más alto que el de la Clase “Nueva Esparta”, dos chimeneas y un mástil secundario para albergar un radar; la Clase “Nueva Esparta” presenta una superestructura más baja, un único mástil y una sola chimenea. En apariencia, en la Clase “Nueva Esparta” se sacrifica la visibilidad desde el puente de mando en pro de ofrecer una silueta más baja, con todas las ventajas que ello ofrece. La Clase “Halland” tenía calderas que producían mayor potencia (55.000 CV) que las de la Clase “Nueva Esparta” (50.000 CV), pero la Clase “Nueva Esparta” tenía una velocidad máxima de 34 nudos, frente a los 32 de la Clase “Halland”, y una autonomía de 10.000 MN a 10 nudos, frente a las 3.000 MN a 18 nudos de la Clase “Halland”. Es decir, los “Nueva Esparta” eran buques ligeramente más rápidos y con mucha mayor autonomía, teniendo por tanto mayor margen de maniobra. Mientras que la Clase “Nueva Esparta” poseía como armas principales seis cañones de 114 mm, la Clase “Halland” de Colombia poseía seis de 120 mm, teniendo así más poder de fuego para su artillería principal, además de mayor alcance. Sin embargo, cuando se diseñó la Clase “Battle” primero, y la “Nueva Esparta” después, se cambió el calibre de

212

Gardiner, Robert (Director). All the world´s fighting ships 1947 – 1982. Part II: The Warsaw Pact and Non-Aligned Nations, p. 411

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127 mm por uno más pequeño, a fin de hacer la munición más ligera, facilitando así la recarga para los artilleros y ganando en cadencia de tiro. Es importante mencionar que los dos destructores vendidos a Colombia no contaban con los rieles de lanzamiento de misiles SAAB Robot 08213, que si portaban los de Suecia. Es decir, con una tripulación bien entrenada, un Clase “Nueva Esparta” podía enfrentarse a un Clase “Halland” cambiando calibre por cadencia de tiro. En defensa antiaérea, los “Nueva Esparta” cuentan con cuatro veces mayor defensa que la Clase “Halland” gracias a sus ocho montajes dobles de 40 mm, frente a los cuatro simples de 40 mm de su contraparte colombiana. Con la modernización posterior a 1969, los “Nueva Esparta” ganaron aún más en defensa antiaérea, gracias a la dotación de misiles Sea Cat, los primeros misiles antiaéreos embarcados del mundo occidental. En el combate cercano con torpedos, la Clase “Halland”, contaba con ligera ventaja debido a que su lanzador de torpedos de 533 mm era cuádruple y el de la Clase “Nueva Esparta” era triple. Sin embargo, la superior velocidad de un “Nueva Esparta” podría ayudarlo a eludir las salvas de torpedos enemigos. En electrónica hay una ventaja clara a favor del “Nueva Esparta”, debido a su mayor cantidad, variedad y poder de sus instrumentos. En resumen, la Clase “Nueva Esparta”, a pesar de tener un armamento principal de un calibre menor – aunque al menos teóricamente tenía mayor cadencia de tiro – y menor poder de fuego en torpedos, es superior a la Clase “Halland” en velocidad, autonomía, maniobrabilidad y defensa antiaérea, además de superior electrónica. Así, nos atrevemos a decir que en un hipotético enfrentamiento uno a uno, un “Nueva Esparta” podría derrotar a un “Halland” si su comandante y su tripulación sabían sacar provecho de su capacidad de detección y maniobrabilidad, a la par que conseguían una mayor cadencia de tiro. Para 1959 Colombia dispone de los dos destructores Clase “Halland” mencionados más arriba y los dos Clase “Vouga” repotenciados. Venezuela dispone de tres destructores Clase “Nueva Esparta” y seis Clase “Clemente”, teniendo así superioridad cualitativa debido a la superioridad tecnológica de la Clase “Clemente” sobre la Clase “Vouga”, y 213

Estos fueron los primeros misiles anti buque superficie – superficie del mundo occidental. Ver http://www.encyclo.co.uk/meaning-of-Saab%20Rb%2008A

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cuantitativa: de 1,5 a 1 en el caso Clase “Nueva Esparta” vs. Clase “Halland”, y de 2 a 1 en el caso Clase “Clemente” vs. Clase “Vouga”. Dominicana se ha debilitado un poco con la desincorporación de una fragata Clase “Asheville”, y Brasil ha adquirido dos destructores Clase “Fletcher”214. La Clase “Fletcher” seguirá apareciendo entre los países Latinoamericanos en los próximos años, por lo que conviene darle una breve descripción: Esta clase fue desarrollada durante la Segunda Guerra Mundial, siendo la base para las clases “Gearing” británica y “Allen M. Sumner” norteamericana. Tenía un desplazamiento de 2050 t y 2500 t a máxima carga, eslora de 114,8 m, manga de 12 m y calado de 5,3 m. Su propulsión constaba de cuatro calderas diesel de 60.000 CV, que accionaban dos turbinas de vapor, y éstas a dos propelas. Su velocidad máxima era de 36 nudos y su alcance de 5.500 MN a 15 nudos. Su tripulación era de 329 hombres, y su armamento constaba de cinco cañones de 127 mm en montajes simples, 6 montajes dobles de 40 mm para fuego antiaéreo, 7 montajes de 20 mm y 10 tubos lanzatorpedos de 533 mm en dos montajes quíntuples, 6 proyectores de cargas de profundidad y 2 rieles de lanzamiento. En 1960 Colombia adquirió un destructor Clase “Fletcher”, el “Antioquía”, para totalizar cinco, frente a los nueve de Venezuela, y Brasil adquirió tres submarinos Clase “Tupí”. Al año siguiente Brasil adquirió dos destructores Clase “Fletcher” más, el “Paraná” y el “Pernambuco”. Venezuela por su parte inició su arma submarina con el “Carite” de la Clase “Balao” norteamericana. En 1962 la Armada dominicana continuó su declive con la desincorporación de una de sus fragatas Clase “Tacoma”, y Colombia desincorporó una igual también. Entre 1963 y 1964 Brasil adquirió 2 submarinos clase “Balao” y dio de baja 2 destructores de escolta clase “Acre” y 2 destructores de escolta clase “Cannon”. En 1965 Colombia dio de baja a otra de sus fragatas Clase “Tacoma” y recibió un destructor Clase “Crosley” de fabricación norteamericana, el “Almirante Padilla”, llegando a acumular seis, frente a los nueve de Venezuela. La Clase “Crosley” o “Buckler” eran destructores de la Segunda Guerra Mundial de 1740 t a plena carga de desplazamiento, eslora de 93,3 m, manga de 11,1 m y calado de 3,4 m; con velocidad máxima de 24 nudos, equipado con 214

Gardiner, Robert (Director). All the world´s fighting ships 1947 – 1982. Part II: The Warsaw Pact and Non-Aligned Nations, p. 404

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Radar Type SL y Sonar Type 128D. Su armamento constaba de tres montajes triples de 50 mm de propósito múltiple, dos montajes dobles de 40 mm como defensa antiaérea, 8 de 20 mm en montajes simples, un lanzador triple de torpedos de 533 mm y un lanzador de cargas de profundidad. En 1966 Brasil abre la era del misil en Latinoamérica al equipar uno de sus destructores Clase “Marcilio Dias” con misiles antiaéreos Sea Cat, dando de baja a los otros dos destructores de esa clase. Al año siguiente adquirió un destructor clase “Fletcher” y en 1967 dio de baja 1 destructor de escolta clase “Cannon” y 1 submarino clase “Gato”, y adquirió 1 destructor clase “Fletcher” más. República Dominicana por su parte dio de baja su destructor Clase “F”, y Colombia entre 1968 y 1969 dio de baja a la última de sus fragatas Clase “Tacoma” y adquirió tres destructores clase “Crosley”, alcanzando un total de nueve destructores, pero sin haber nivelado su disparidad cualitativa frente a la flota venezolana. Por su parte, Venezuela completó en 1969 la modernización del “Nueva Esparta”, dotándolo de nuevos sensores y misiles antiaéreos Sea Cat, como ya se ha dicho. Hacia 1972 Brasil había adquirido dos submarinos Clase “Oberon”, y había dado de baja a su último destructor Clase “Marcilio Dias”, República Dominicana dio de baja a su destructor Clase “H”, y Venezuela adquirió un submarino tipo “Guppy II”, el “Tiburón”, llegando a acumular dos submarinos. Sin embargo, Colombia amplió notoriamente el poder de su flota al adquirir un destructor Clase “Allen M. Sumner”, el “Caldas”, y un destructor Clase “Dealey”, el “Boyacá”, además de dos submarinos enanos “Tipo SX 506”, el “Intrépido” y el “Indomable”; llegando así a once destructores y dos submarinos, cambiando el equilibro entre fuerzas navales que desde los años 50 había sido favorable a Venezuela. Expliquemos brevemente las características de la Clase “Allen M. Sumner” – que Venezuela adquiriría también en esta década – y de la “Dealey”. Respecto a la Clase “Allen M. Sumner” tenemos que fue desarrollada por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, y eran naves de 2200 t de desplazamiento, eslora de 114,8 m, manga de 12,2 m y calado de 4,8 m. Su propulsión era a base de cuatro calderas, dos turbinas, dos ejes y propelas, alcanzando una potencia de 60.000 CV y una velocidad máxima de 34 nudos. Su armamento constaba de 6 cañones de 127 mm en tres montajes dobles, 12 cañones antiaéreos de 40 mm, 11 cañones antiaéreos de 20 mm, 2 173


pistas de cargas de profundidad, 6 proyectores de cargas de profundidad, y dos lanzadores quíntuples de torpedos de 533 mm. Tenían una tripulación de 336 hombres. Por su parte, la Clase “Dealey” fue la primera en ser desarrollada por Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial. Se trataba de naves con desplazamiento de 1290 t, eslora de 95,86 m, manga de 11,22 m y calado de 5,49 m. Su propulsión venía de 2 calderas y una turbina de 20.000 CV, que le daban una velocidad máxima de 25 nudos. Su armamento constaba de 6 cañones de 76,2 mm en tres montajes dobles, 4 tubos lanzatorpedos de 533 mm, 2 rieles lanzadores de cargad de profundidad, 2 morteros anti submarinos y 2 lanzadores de cargas de profundidad. Su tripulación era de 170 hombres. Con la adquisición de los últimos dos destructores y los dos submarinos enanos, Colombia se acercaba peligrosamente al nivel de fuerza de Venezuela que, por su parte, había casi paralizado la ampliación de sus fuerzas armadas durante los años 60, pues estaba centrada en la lucha anti guerrillera. Colombia por el contrario, iba aceitando su maquinaria naval en función de la reactivación de sus reclamos en el Golfo de Venezuela, frustrados en buena medida desde 1952 debido a la superioridad naval venezolana, que ya empezaba a desaparecer debido a la progresiva obsolescencia de los buques venezolanos y el crecimiento sostenido de la escuadra colombiana. En 1973 Venezuela comienza a responder al fortalecimiento naval colombiano, con la entrada en servicio de un destructor clase “Allen M. Sumner”, el “Falcón” y de un submarino tipo “Guppy II”, el “Picúa”, llegando a tener en su escuadra, nominalmente, diez destructores y tres submarinos. Ese mismo año Colombia da de baja a un destructor Clase “Fletcher” y un Clase “Crosley”, y pone en servicio un nuevo destructor Clase “Allen M. Sumner”, quedando con 10 destructores en su escuadra y dos submarinos. La “Carrera de Destructores” entre Colombia y Venezuela se calentaba… Brasil por su parte da de baja un destructor Clase “Acre”, un crucero Clase “Brooklyn” y un submarino Clase “Oberon”, y adquirió 4 destructores Clase “Allen M. Sumner”, 2 destructores Clase “Gearing”, 2 submarinos tipo “Guppy II”, un submarino clase “Oberon”, y 2 submarinos tipo “Guppy III”, en lo que fue el mayor reequipamiento de su flota en el tercer cuarto del siglo XX.

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En 1974 Venezuela pone en servicio un segundo destructor Clase “Allen M. Sumner”, el “Carabobo”, totalizando 11 destructores en su escuadra, pero Colombia a pesar de dar de baja a un destructor Clase “Crosley”, adquiere dos submarinos enanos “Tipo SX 506” ese año, y dos submarinos “tipo 209” en 1975, quedando para ese año con un total de seis submarinos contra tres de Venezuela, mientras que en destructores la relación quedaba en nueve para Colombia y once para Venezuela. Al observar estas cifras, pareciera que a mediados de los setenta, los estrategas navales colombianos se inclinaron por la guerra submarina y dejar la carrera con Venezuela en buques de superficie. Entre 1974 y 1975 Brasil sigue purgando su escuadra, y da de baja 3 destructores clase “Acre”, 5 destructores de escolta Clase “Cannon”, un crucero Clase “St. Louis” y un submarino clase “Balao”. Colombia dio de baja un destructor Clase “Crosley” en 1977, República Dominicana dio de baja una fragata clase “Flower” y 2 corbetas clase “Flower” en 1978, y Brasil entre 1977 y 1978 adquirió dos fragatas Clase “Niteroi” y dio de baja dos submarinos clase “Oberon”, dando inicio a una nueva era en América Latina: la de las fragatas misilísticas. Venezuela, por su parte desincorporó un destructor clase “Clemente”, el “General José de Austria”, y puso en servicio un submarino tipo “209”, el “Sábalo”. En 1977 desincorporó otro Clase “Clemente”, el “Almirante José García”, y recibió otro submarino tipo “209”, el “Caribe”. Finalmente, en 1978 Venezuela desincorporó a los tres destructores Clase “Nueva Esparta”, y dos Clase “Clemente”, el “Almirante Brión” y el “General Juan José Flores”. Venezuela adelantaba ya la adquisición de seis fragatas misilísticas Clase “Lupo” en Italia, a fin de ingresar al nuevo nivel tecnológico naval que se impondría en la década de los 80. La era de los destructores cuyo poder se basaba en la artillería media de tiro rápido, quedaba atrás. El misil y la electrónica de punta habían tomado el protagonismo en el combate naval. Al abordar este recuento histórico del equilibrio entre fuerzas navales de Venezuela, Colombia, Cuba, República Dominicana y Brasil entre 1950 y las postrimerías de la década de los 70, podemos llegar a varias conclusiones. La primera, que Venezuela estaba muy por detrás de Colombia y República Dominicana en poder naval hasta la llegada de la Clase “Nueva Esparta” y la “Clemente” en los años 50, con la implementación del Plan Naval de 1949. La segunda, que la Clase “Nueva Esparta” fue la piedra angular de la superioridad 175


naval venezolana en el Caribe y frente a Colombia, no sólo cuantitativamente frente a buques de sus mismas características, como la Clase “Halland” de Colombia, sino también a nivel cualitativo frente a tipos de buques inferiores en poder de fuego y capacidades. La tercera, Venezuela y Colombia desarrollaron una “Carrera Naval”, o más específicamente una “Carrera de Destructores” desde los años 30, cuando Colombia adquirió la Clase “Vouga” y Venezuela buscó también adquirir buques de ese tipo; hasta que con la llegada de la Clase “Nueva Esparta” y la Clase “Clemente” pudo dar un gran salto adelante y superar ampliamente el poder naval colombiano, manteniéndolo durante la década de los 50 y 60, hasta que en los años 70 Colombia pudo alcanzar nuevamente a Venezuela, manteniendo nuestro país cierta superioridad, paridad, gracias a la llegada de la Clase “Allen M. Sumner”. En resumen, los destructores Clase “Nueva Esparta”, fueron la base del poder naval venezolano durante casi toda su vida operativa, constituyéndose en el pilar de la superioridad naval de Venezuela sobre Colombia por más de dos décadas al ser una eficaz y creíble arma de disuasión.

2) Diplomacia naval y presencia de la República en su espacio marítimo Tal como definimos “Diplomacia Naval” anteriormente215, podríamos agregar otras definiciones que nos resultarían útiles para esta parte. Tenemos que para el almirante Castex, una armada es un instrumento que tiene el Estado para dominar las comunicaciones marítimas, tanto en lo defensivo como en lo ofensivo. En lo primero para mantener los flujos de intercambio, y en lo segundo para cortar las comunicaciones enemigas216. Más allá de estas definiciones teóricas y abstractas, observamos que la diplomacia naval venezolana entre los años 50 y 70 se manifestó fundamentalmente a través de tres maneras: las visitas diplomáticas a países amigos en el marco de los Cruceros de 215

Ver pág. XX - XX

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Castex, Raúl. Teorías Estratégicas Tomos I al V , p. 93

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Instrucción al Exterior para Cadetes, la participación en ejercicios navales internacionales con países aliados, dentro de las políticas de Seguridad Hemisférica delineadas por Estados Unidos por la Guerra Fría, y la asistencia de buques y tripulaciones venezolanas a actos especiales realizados en países amigos. En sólo una ocasión Venezuela usó sus fuerzas navales de forma activa o agresiva, durante la Crisis de los Misiles en Cuba de 1962, cuando integró una Fuerza de Tareas multinacional bajo mandato de la OEA. Estudiemos una por una estas maneras en que se materializó la diplomacia naval venezolana. Repasando su historia operativa, según lo que quedó registrado de forma oficial en las Memoria y Cuenta del Ministerio de la Defensa, y la información que hemos podido ampliar y/o confirmar a través de los testimonios orales antes citados, tenemos que en conjunto los destructores Clase “Nueva Esparta” realizaron seis cruceros de instrucción al exterior, visitando en por lo menos una ocasión República Dominicana, Cuba, Guatemala, Jamaica, Panamá, Perú, las Islas Cabo Verde (pertenecientes a Portugal), España, Francia, Italia, Grecia y Líbano, además de visitar en cuatro ocasiones Estados Unidos y Puerto Rico en dos. Mención aparte requiere la participación del “Zulia” y el “Aragua” en la Revista Naval Internacional en Hampton Roads, Virginia (Estados Unidos) en 1957. En aquella ocasión Venezuela fue invitada a participar en una revista naval de carácter internacional para conmemorar un hecho muy importante y sentido de la historia norteamericana, junto a unidades navales de aliados muy cercanos de Estados Unidos, poseedores algunos de ellos de las marinas de guerra más poderosas del mundo. Sin duda, aquel evento no sólo sirvió para que Venezuela mostrara al mundo sus nuevos destructores, sino que también indicó una estrecha relación con Estados Unidos. Este hecho sirve en nuestra interpretación para medir la notoriedad que nuestro país ganó en la escena internacional gracias a la posesión de una escuadra en rápido crecimiento y fortalecimiento. En este largo servicio a la política exterior venezolana, la Clase “Nueva Esparta” marcó ciertos hitos, como que el “Nueva Esparta” y el “Zulia” fueron los primeros buques de guerra de Venezuela en atravesar el Canal de Panamá y la línea del Ecuador, 1965; o los primeros en hacer presencia en aguas del Medio Oriente, durante su visita a Beirut, Líbano, en 1966. Todas estas visitas no sólo contribuyeron a la formación del personal de cadetes 177


que llevaban a bordo, sino a presentar una imagen positiva y prestigiosa de Venezuela ante países amigos y aliados, haciendo promoción de la cultura nacional y reforzando los lazos de amistad con dichas naciones. Es decir, después de la visita del “General Salom” en 1911 a Santa Marta (Colombia), y de las de los cañoneros “General Urdaneta” y “General Soublette” a las Islas Canarias en 1938 y a EE.UU. en 1943217, la Clase “Nueva Esparta” fue pionera en esta clase de misiones tan importantes para la nación, y que hoy en día cumple el “Embajador Sin Fronteras”, el Buque Escuela “Simón Bolívar”. Por otra parte, y ya más directamente relacionado con el rol militar que cumple toda Armada, tenemos que los destructores Clase “Nueva Esparta” participaron en catorce ejercicios internacionales con las armadas de Estados Unidos, Colombia, Reino Unido y Brasil. Entre los ejercicios navales internacionales en los que participó Venezuela en aquella época, podemos mencionar las UNITAS como los más importantes, seguidos por las Operaciones “Caribe”, realizadas con Colombia, y ocasionalmente algún otro país como Brasil, y las operaciones “Springboard” y “Venbritex” realizadas con Estados Unidos y Reino Unido, y con Reino Unido respectivamente. Decimos que las UNITAS fueron los ejercicios más importantes de este tipo porque fueron los más sostenidos en el tiempo – se mantienen vigentes en la actualidad aunque Venezuela ya no participa –, agruparon a la mayor cantidad de países del continente (casi todos), fueron liderados por la armada más poderosa del continente y del mundo (la norteamericana), fueron diseñados en pro de la defensa de todo el hemisferio, y fue dónde la armada venezolana pudo aprender y desarrollar más profundamente sus capacidades. Obviamente las UNITAS fueron diseñadas por Estados Unidos según sus intereses hegemónicos continentales y mundiales, buscando moldear y coordinar a las armadas latinoamericanas en función de combatir al potencial enemigo soviético, especialmente a sus fuerzas submarinas. Los demás ejercicios estuvieron en mayor o menor medida enmarcados en esta política. Repasemos brevemente la participación de los destructores Clase “Nueva Esparta” en estas maniobras: 217

Ver Rivero Blanco, Ramón (Coordinador). Historia de la Marina de Guerra de Venezuela de inicios del siglo XX: Legado del Capitán de Corbeta Ramón Díaz. Caracas, Editado por el Autor, 2013 y Farage Dangel, Luis (Coordinador). Venezuela y la Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945. Caracas, Armada Bolivariana de Venezuela, 2011 y

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En 1961: el “Nueva Esparta” vio acción en las UNITAS II, las primeras en las que Venezuela participó. Al año siguiente el “Nueva Esparta” y el “Zulia” fueron enviados junto a submarino S-11 “Carite” a Cartagena, Colombia, a participar en la Operación “Caribe” III, junto con la armada de ese país. En 1963 Venezuela volvió a practicar una nueva edición de estos ejercicios con Colombia. En 1965 el “Zulia” fue el designado para representar a Venezuela en las UNITAS VI. Al año siguiente Venezuela participó en las UNITA VII, pero las fuentes consultadas no especifican qué buques fueron designados. En 1968 el enviado a las UNITAS IX fue el “Aragua”, y de nuevo para las UNITAS X de 1969 no contamos con la información precisa de qué buques fueron comisionados. En 1971 la Marina de Guerra venezolana fue invitada por la norteamericana a participar en la Operación “Springboard” en aguas de Puerto Rico. Ese mismo año también se llevaron a cabo las operaciones “Venbritex”, con unidades británicas; y “Caribe” VII con unidades colombianas, además de las UNITAS XII con unidades norteamericanas y colombianas. En todos los casos, los destructores Clase “Nueva Esparta” y sus tripulaciones dieron un magnífico trabajo, mostrando una impecable imagen de profesionalismo de la armada venezolana. En cuanto a asistencia a actos protocolares, podemos mencionar: La asistencia del “Nueva Esparta” entre agosto y septiembre de 1962 a los actos por la Independencia de Trinidad y Tobago. Esta comisión, como ya hemos indicado, tuvo una importancia fundamental, pues más de un centenar de países asistieron a estos actos, muchos de ellos representados por barcos de guerra, o con barcos de guerra siendo parte de las delegaciones. En el caso del “Nueva Esparta”, acompañó a la delegación diplomática venezolana que procedió a establecer relaciones con el nuevo país, al tiempo que mostraba el poder naval de Venezuela al nuevo vecino, así como otros motivos. En septiembre de 1971: el “Nueva Esparta”, junto con el “García”, el “Brión” y el Transporte “Los Roques”, viajó a Curazao con motivo de los actos conmemorativos del Sesquicentenario de la Muerte del Almirante Luis Brión. Al acto asistió el Presidente de la República Rafael Caldera, y altos dignatarios del Gobierno, que fueron trasladados a bordo del “Nueva Esparta”. Esta segunda comisión diplomática de alto nivel para la que fue designado el “Nueva Esparta”, es la más importante de todas las de este tipo cumplidas por 179


los tres destructores, pues se trató de transportar al Jefe de Estado a territorio extranjero para un acto diplomático de la más alta relevancia, cumpliendo así con su rol como buque insignia de la Marina de Guerra de Venezuela. También, entre junio y julio de 1976, el “Zulia” fue enviado a EE.UU. cumpliendo Crucero de Instrucción para Cadetes, y para asistir a los actos por el bicentenario de la independencia de ese país. El “Zulia” representó a Venezuela en dichos actos, que incluyeron una revista naval internacional. Finalmente, como único acto armado de la diplomacia naval venezolana en toda su historia, y que involucró a dos de los destructores Clase “Nueva Esparta”, tenemos la participación en la “Cuarentena” a Cuba de 1962 durante la “Crisis de los Misiles”. Como se explicó anteriormente, por pedido de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos solicitó a los países latinoamericanos formar una fuerza militar bajo el mando de la OEA, y dirigida por Estados Unidos. En consecuencia, se creó la “Fuerza de Tareas 137”, bajo el mando del contralmirante norteamericano John A. Tyree, Comandante en Jefe de la Flota del Atlántico Sur. La Fuerza de Tareas 137 estuvo integrada por buques de Estados Unidos (destructor USS “Mullinnix” DD-944), Argentina (destructores ARA “Espora” y ARA “Rosales” D-22), Venezuela (destructores ARV “Nueva Esparta” D-11 y ARV “Zulia” D-21 y submarino ARV “Carite” S-11 y República Dominicana (fragatas “Gregorio Luperion” F-103 y “Capitán Pedro Santana” F-104). Esta fuerza cumplió tareas de patrulla y vigilancia entre el continente sudamericano y el Caribe central, operando desde el 7 de noviembre al 24 de diciembre de 1962. Tal y como nos dijo el CN Ricardo Ríos en entrevista, esta fuerza de tareas conjunta entre Estados Unidos y países latinoamericanos tuvo más una finalidad política que operativa, evidente por el hecho de que operó bastante lejos del área más caliente de la crisis, es decir, en el perímetro inmediato a Cuba. No obstante su secundaria importancia a nivel operativo, a nivel político tuvo una importancia fundamental para todos sus miembros. Para el Gobierno venezolano de aquel entonces, fue una oportunidad crucial de mostrar su alineación con Estados Unidos en el escenario latinoamericano, expresada también por la votación por la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos; y mundial. En este sentido, los destructores Clase “Nueva Esparta”, como 180


buques insignias de la Armada, cumplieron a la perfección su rol como instrumentos de la política del Estado, en este caso particular su diplomacia naval.

3) Desarrollo Como ya hemos indicado, el plan de desarrollo naval de 1949 fue el acto intencional que produjo un salto cualitativo y cuantitativo en lo que se refiere al poder naval venezolano. Este plan estuvo enmarcado dentro de los planes de desarrollo y modernización que se empezaron a idear en el país antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial y que más o menos se cumplieron de forma acelerada a finales de los años 40 y toda la década de los 50 del siglo pasado. Así pues, una voluntad de modernización hizo posible la adquisición de esos buques. Ahora, ¿cómo esos buques influyeron en el país desde su adquisición hasta el cumplimiento de su vida útil?... Ya hemos indicado cómo la formación y adiestramiento permitieron elevar el nombre del país como potencia marítima mediana de acuerdo al concepto señalado por el CN Blanco Carrero218. De igual forma, así como se pensó adquirir los buques, se hizo necesario mejorar también la disposición de una infraestructura adecuada para su sostenimiento. Esta infraestructura estuvo relacionada en primer lugar con muelles, diques, centros de mantenimiento - como ya hemos indicado - y, en segundo lugar, como una incipiente capacidad industrial naval y de sectores conexos que adquirieron cierto grado de desarrollo en concordancia con la infraestructura existente. Este hecho permite afirmar que el Estado, por intermedio de estos buques generó un ciclo económico que se expandió a otras actividades productivas que se extendieron, generando en el país un grado de desarrollo importante en las área abastecimiento, mantenimiento y servicios de diverso género, cuyo efecto está vigente hoy en día. Aunque a primera vista pueda sonar exagerado decir que solo tres buques de guerra de dimensiones medianas hayan podido tener impacto en el desarrollo de un país de casi un millón de kilómetros cuadrados y de varios millones de habitantes, sin embargo… 218

Blanco Carrero, Edgar. Estrategia Marítima…

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Si analizamos detenidamente aspecto por aspecto en la vida operativa e impacto que estos buques tuvieron en el país, no podríamos concluir otra cosa. Si tenemos que estos tres destructores pesados llevaron a la Armada venezolana de la máquina alternativa de vapor, y ser una escuadra netamente costera a manejar turbinas de vapor, radares, sonares y misiles antiaéreos, y a ser una escuadra incipientemente oceánica; que generaron un interesante desarrollo de instalaciones y facilidades de mantenimiento, reparación y construcción, además de sectores industriales conexos; y que proyectaron el poder y la imagen de Venezuela por aguas de tres continentes y que fueron el núcleo de su seguridad, defensa y disuasión naval durante tres décadas; no podemos sino concluir que definitivamente los destructores Clase “Nueva Esparta” tuvieron un impacto en el desarrollo integral del país, cuya huella es visible incluso en el siglo XXI.

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Conclusiones Tras estudiar la historia operativa de estos buques, además de sus antecedentes que se remontan al menos una década y media antes de su entrada en servicio, las conclusiones a las que podemos llegar no son, desde luego, pocas. Desde el inicio, hemos dicho que los destructores Clase “Nueva Esparta” fueron adquiridos en un contexto bastante peculiar, un momento coyuntural en la consolidación del Estado nacional venezolano, y que además, estos buques tuvieron un hondo impacto en el desarrollo y modernización de la Armada y en la nación como un todo. En primer lugar, tenemos que los destructores Clase “Nueva Esparta” fueron adquiridos en un contexto mundial marcado por el legado de la Segunda Guerra Mundial, la naciente Guerra Fría y la Política de Contención de Estados Unidos frente la Unión Soviética, paralela al desarrollo de una nueva legislación internacional que daría lugar al Derecho del Mar que conocemos hoy en día. En efecto, buscando en principio una zona de seguridad alrededor del continente americano y luego consolidar su soberanía más allá del Mar Territorial, Estados Unidos llegó a la Declaración Truman de 1945, que terminó dando lugar al surgimiento del concepto de Plataforma Continental. El consenso para que Estados Unidos pudiera llegar a esta declaración unilateral fue preparado por las sucesivas conferencias panamericanas, que sentaron las bases de la doctrina de Seguridad Hemisférica; de tal manera que fue casi unánimemente aceptada la Declaración Truman, facilitando que la misma se consolidara y oficializara tras la Convención Internacional del Mar de 1958. La búsqueda de Estados Unidos por blindar el continente americano bajo su égida para defenderse de su enemigo soviético se materializó en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y en menor medida en la posterior creación de la Organización de Estados Americanos. Esta estructura legal resultaría favorable para Venezuela cuando poco después buscó fortalecer sus fuerzas armadas. Por su parte, Venezuela ya en 1939 generó el primer documento legal de conceptualización y delimitación de espacios marítimos: el Decreto de Aguas Territoriales de la República de 1939. Mediante este decreto Venezuela no sólo definía qué aguas 183


consideraba partes del Estado nacional, y por tanto sujetas a su soberanía, sino que además sentaba un precedente en el derecho internacional, previo a la Doctrina Truman. Poco después en 1942, casi inmediatamente después de los primeros ataques de submarinos alemanes en sus aguas territoriales, Venezuela firmó un tratado de delimitación de áreas submarinas en el Golfo de Paria con el Reino Unido, volviendo a hacer historia en el derecho internacional del mar. Resulta así evidente que por lo menos desde la época de la Segunda Guerra Mundial, el Estado venezolano comenzó a tomar conciencia de la importancia de delimitar con precisión sus espacios marítimos; y en consecuencia hacer presencia efectiva en ellos para ejercicio pleno de su soberanía. Sólo así el país podría estar seguro ante un sinnúmero de amenazas provenientes del mar. Pero para cumplir esa meta, Venezuela necesitaba medios navales idóneos, cuya ausencia había sido precisamente la causa de la impunidad con que operaron los submarinos alemanes en nuestras aguas, y de la consecuente presencia militar norteamericana en nuestros espacios terrestre, marítimo y aéreo. Esto se refuerza y se entiende aún mejor cuando revisamos el contexto regional inmediato de Venezuela hacia 1939 – 1945. Como segunda conclusión podemos decir que durante este período Venezuela se vio amenazada por el incremento en el poder bélico de Colombia a raíz de su guerra con Perú de 1932 – 1933. Este incremento del poder militar colombiano se materializó en lo naval con la compra de dos poderosos destructores en Portugal, lo que dejó sin capacidad de respuesta a la Marina de Guerra venezolana. Esto sin contar la abrumadora diferencia en pie de fuerza, y en medios terrestres y aéreos. Este desequilibrio en el poder militar de ambos países se vio reflejado en la firma del Tratado sobre Demarcaciones de Fronteras y Navegación de los Ríos Comunes entre Colombia y Venezuela en 1941. Aquel tratado, en extremo desventajoso para Venezuela, permitió un nuevo y significativo avance territorial por parte de Colombia; y el Gobierno de aquel entonces alegó haberlo firmado bajo intimidación militar por parte de Colombia y para evitar una guerra entre los dos países. Justamente este Tratado fue una de las mayores justificaciones de los militares que tomaron el poder en 1948 mediante un golpe de Estado e instauraron una Junta Militar de Gobierno. Aquel grupo de jóvenes oficiales profesaba un fuerte nacionalismo, expresado en 184


el objetivo de desarrollar el país mediante la transformación del medio físico, fortalecer así su economía y sus fuerzas armadas, a fin de garantizar a todo trance la seguridad, soberanía e integridad territorial. Con estos objetivos en mente, el nuevo Gobierno se insertó en el Sistema Interamericano de Defensa que estaba levantando Estados Unidos, aunque pensando más en las amenazas inmediatas, tales como Colombia o los imperios coloniales vecinos de Venezuela; que en la lucha contra el comunismo internacional y la Unión Soviética. En este sentido, la Crisis de Los Monjes de 1952 suscitada con Colombia, vino a reforzar esta política, apresurando y fortaleciendo el programa de modernización y equipamiento de las fuerzas armadas. En lo tocante a las Fuerzas Navales, dicho programa se realizaría mediante el Plan Orgánico de Renovación y Actualización de 1949. En tercer lugar, concluimos que aunque la Marina de Guerra venezolana estaba severamente limitada en capacidad de respuesta a nivel material durante la Segunda Guerra Mundial, no así a nivel humano. En efecto, ya en los años 30 tenemos un tímido intento de modernizar la escuadra, centrado en la labor de la Misión Naval en Italia. Sin embargo, fue a causa de la Segunda Guerra Mundial que un número importante de oficiales navales venezolanos fueron a formarse en Estados Unidos, navegando incluso a bordo de sus buques de guerra, que el alto mando naval venezolano empezó a tener una visión más clara del tipo de flota que debía formar en los próximos años. Estos aprendizajes e ideas dieron lugar al referido Plan Naval de 1949, que tuvo como columna vertebral la adquisición de nueve destructores, tres de ellos pesados; que llegarían a ser la Clase “Nueva Esparta”. A la luz de su experiencia y formación, los líderes navales venezolanos pudieron asesorar a la Junta Militar de Gobierno de manera precisa, para que encargara a la VickersArmstrong barcos que verdaderamente se ajustaran a las necesidades de Venezuela, y que estuvieran a la altura de las últimas innovaciones y adelantos. En efecto, los destructores Clase “Nueva Esparta” bien pudieran considerarse entre los mejores buques de su tipo en su época, igualando en casi todos los aspectos a aquellos destructores que habían sido construidos para las armadas norteamericana y británica, y llegando a superarlos incluso en algunos puntos. Venezuela empezaba a dotarse con medios navales idóneos para hacer valer sus intereses en sus espacios marítimos.

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En cuarto lugar, podemos concluir que los destructores Clase “Nueva Esparta” tuvieron una dilatada vida operativa de tres décadas, en la que participaron en varios acontecimientos de primer orden en la historia nacional, a la vez que impusieron varios hitos que marcaron el desarrollo de la Armada. Las tripulaciones de los destructores Clase “Nueva Esparta”, participaron en la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, el D-11 “Nueva Esparta” ayudó a sofocar “El Carupanazo”, el D-21 “Zulia” fue tomado por los rebeldes durante “El Porteñazo”, los dos buques mencionados participaron en la “Cuarentena” a Cuba durante la Crisis de los Misiles, y el “Nueva Esparta” fue encargado de perseguir al MMV “Anzoátegui” cuando fue secuestrado por militantes de la FALN. Además, el D-31 “Aragua” fue Buque Presidencial durante el gobierno del presidente Raúl Leoni y los tres destructores fueron buque insignia de sus divisiones y de toda la Armada durante toda su vida operativa. Eso como solo una parte entre sus tantos hitos. Es posible decir que los propios buques ya fueron un hito en la historia de la Armada: Fue la primera vez que Venezuela adquiría una clase completa de buques nuevos y no una sola unidad - y hechos a pedido además. También, fueron los primeros buques de esas dimensiones y características que adquiría la Armada; pues estaban totalmente electrificados, portando radar, sonar, radio, e incluso aire acondicionado; eso sin mencionar el poder, variedad y complejidad de sus sistemas de armas y propulsión. Lo antes dicho nos lleva a nuestra quinta conclusión: los destructores Clase “Nueva Esparta” aportaron decisivamente a la modernización de la Armada, ya que tuvieron un impacto contundente en la generación de nuevas infraestructuras, capacitación de personal y generación de doctrina. En efecto, en paralelo a la adquisición de la Clase “Nueva Esparta” se inició el proyecto de un astillero en Puerto Cabello que debía mantener y/o construir buques de hasta 40.000 toneladas, con todos los complementos que ello implicaba. Se trabajó también en la ampliación del apostadero naval de Turiamo, proyectada como la futura base naval principal de la Armada venezolana, además de la ampliación y acondicionamiento de muchas otras instalaciones navales. Solo en relación con la Clase “Nueva Esparta” se dictaron más de veintiséis cursos de formación para oficiales, suboficiales, sargentos y tropa en el extranjero, siendo la mayoría de ellos los 186


primeros cursos de su tipo dictados a personal naval venezolano fuera de nuestras fronteras, formándose centenares de hombres en menos de una década. Además, los destructores Clase “Nueva Esparta” realizaron diecisiete cruceros de instrucción para cadetes, seis de ellos en el exterior, contribuyendo así en gran medida a la formación práctica de más de treinta promociones de oficiales de la Armada. En cuanto a la generación de doctrina, podemos decir que la Armada no había podido pasar de la teoría de combate antes de la llegada de los destructores Clase “Nueva Esparta”. En efecto, la falta de medios navales idóneos había limitado seriamente la capacidad de la Armada para ganar experiencia práctica en navegación y maniobras en mar abierto. Sin embargo, con la llegada de estos buques, los cruceros de instrucción, viajes transoceánicos y participación en ejercicios navales multinacionales se volvieron prácticamente rutinarios, aportando valiosas experiencias al personal naval venezolano, y sentado las bases prácticas para el desarrollo de una doctrina naval nacional. En sexo lugar, podemos afirmar que los destructores Clase “Nueva Esparta” fueron durante más de dos décadas la base de la seguridad y defensa de Venezuela en sus espacios marítimos, pues fueron sus mayores sistemas de armas navales, siendo un poderoso y creíble medio disuasivo convencional contra cualquier agresión. Al recorrer brevemente la historia de las adquisiciones de buques de guerra por parte de las armadas de los países independientes del Caribe desde 1953 a 1978, observamos que ningún país dispuso nunca de un buque con las capacidades de un Clase “Nueva Esparta”, siendo estos buques además mirados con respeto por parte de analistas navales de las grandes potencias. Esto nos lleva a nuestra sexta conclusión: A pesar de la adquisición de dos destructores Clase “Halland” por parte de Colombia en los años 50 como respuesta a la Clase “Nueva Esparta”, podemos afirmar que los buques que nos ocupan en este estudio fueron por más de dos décadas base de la seguridad de Venezuela en sus espacios marítimos al ser sus mayores barcos de guerra, siendo un poderoso y creíble disuasivo contra cualquier agresión. El análisis comparativo nos muestra claramente cómo la Armada venezolana fue netamente superior a la colombiana durante los años 50 y 60, tanto cuantitativamente como cualitativamente; y esto fue en gran medida gracias a la presencia de los tres destructores Clase “Nueva Esparta” en nuestra escuadra. 187


En una comparación uno a uno, ni siquiera la Clase “Halland” podía darle a Colombia más que cierta igualdad de fuerzas frente a Venezuela, pero debe considerarse que Colombia poseía solo dos de estos buques, mientras que la Clase “Nueva Esparta” estaba integrada por tres. Así, vemos como los destructores Clase “Nueva Esparta” fueron la base de la disuasión venezolana en el mar, tanto por su poder individual como por su número. Cuando vamos a la revisión de las relaciones diplomáticas de ambos países, encontramos algo interesante: entre 1953 y 1970 los reclamos colombianos en áreas del Golfo de Venezuela cesaron casi totalmente. Durante dos décadas Colombia estuvo prácticamente en silencio en estos temas, aun cuando Venezuela estuvo inmersa en la lucha antisubversiva de la década de 1960. No fue sino a partir de 1971, con el crecimiento de su flota y el declive de la nuestra – cuando los destructores Clase “Nueva Esparta” ya padecían un claro desgaste –, que Colombia mostró más claramente sus intenciones en la zona del Golfo. No podemos pensar que esto fue una casualidad, sino que durante al menos dos décadas – los 50 y 60 –, los destructores Clase “Nueva Esparta” fueron una fuerza disuasiva clave frente a Colombia, aportando decisivamente a la seguridad, soberanía e integridad territorial de la nación. Como última conclusión, tenemos que los destructores Clase “Nueva Esparta” tuvieron una participación importante en la diplomacia naval venezolana durante su vida operacional, cumpliendo comisiones de visita a países amigos y aliados, participando en una revista naval internacional, gran cantidad de ejercicios multinacionales y en la única fuerza naval multinacional, en una situación de conflicto, en la que se ha integrado Venezuela: la Fuerza de Tareas 137, junto a Estados Unidos y Argentina, en la “Cuarentena” a Cuba durante la “Crisis de los Misiles” de 1962. Para cuando finalizaron su vida operativa, los destructores Clase “Nueva Esparta” habían realizado seis cruceros de instrucción al exterior, realizando visitas diplomáticas a países de Sudamérica, el Caribe, Norteamérica, Europa y el Medio Oriente. Además, realizaron misiones estrictamente diplomáticas tales como la visita a Trinidad en su independencia, la visita a Curazao por el 160° del fallecimiento del Almirante Luis Brión y la visita a Estados Unidos por su Bicentenario; y habían participado también en catorce 188


ejercicios navales internacionales junto a las armadas de Estados Unidos, Colombia, Reino Unido y Brasil. Finalmente, cerramos reflexionado cómo era la armada de 1953 que recibió a la Clase “Nueva Esparta” y cómo era la de 1978 que los dio de baja. La primera, era una armada aún en formación, que se planteaba su modernización en el papel y que venía de padecer más de un siglo de limitaciones materiales y marginación institucional. La segunda, es una armada que bien puede considerarse la más fuerte entre los países independientes del Caribe, que ha acumulado valiosas experiencias y que, aún con carencias y errores, ha sabido llevar a cabo un intenso proceso de modernización y desarrollo en poco más de dos décadas, preparándose de hecho para un nuevo salto tecnológico; hecho este directamente relacionado con la desincorporación de la Clase “Nueva Esparta”. Más ampliamente, también podríamos comparar la Venezuela de 1953 con la de 1978 en materia de seguridad y defensa. El de 1953 es un país que apenas comienza un proceso de modernización y que apenas empieza a transformarse gracias al ingreso petrolero, que viene de haber visto comprometida su neutralidad peligrosamente durante la Segunda Guerra Mundial, de haber tenido un importante retroceso territorial frente a su vecino y que luego pudo apenas disuadirlo de un nuevo avance. En contraste, el de 1978 es un país que pudiera considerarse moderno y estable, que derrotó a grupos subversivos y que, sobre todo, cuenta con un eficaz aparato militar, y específicamente naval, capaz de garantizar su seguridad y defensa, y de disuadir a cualquier posible agresor. A la luz de este contraste, la huella que los destructores Clase “Nueva Esparta” dejaron en la Armada y la Nación es realmente grande. Esperamos haber contribuido al rescate de su memoria y su valoración dentro de la historia nacional.

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Epílogo: Reflexión Final

Hace más de medio siglo que el D-11 “Nueva Esparta” llegó al país, dando inicio a la historia operativa de los destructores Clase “Nueva Esparta” en la Armada venezolana. Desde ese entonces, es mucho lo que nuestro país ha cambiado; han sido muchas las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales que Venezuela ha pasado. Solo por citar ejemplos: aquel era un país que iniciaba su urbanización y modernización, mientras que el actual es un país altamente urbanizado; aquel era un país sin casi experiencia democrática que de nuevo tenía un gobierno militar, mientras que el de hoy es un país que superó la fase de la clásica democracia representativa y se aventura en la construcción de la democracia participativa, el poder comunal y el Socialismo del Siglo XXI; aquella Venezuela se había alineada firmemente con Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría y su sociedad era bastante conservadora, mientras que la de hoy es una Venezuela no alineada, que se pronuncia a favor de un mundo multipolar, y es contraria al imperialismo, a la par que su sociedad es mayoritariamente liberal y progresista en varios temas controversiales. Como ejemplo final: las fuerzas armadas venezolanas de hace medio siglo tenían como fundamentos doctrinales las enseñanzas de la Segunda Guerra Mundial e imitaban en gran medida a potencias como Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia, mientras que la actual Fuerza Armada Nacional Bolivariana tiene como principios la Doctrina Militar Bolivariana, la Unión Cívico-Militar y la Guerra Popular Prolongada, entre otros. En resumen, no son pocas las diferencias entre la Venezuela de 1953 y la de 2015. Sin embargo, deberíamos preguntarnos: Primero ¿Qué hay de similar entre ambos momentos históricos a nivel estratégico y de seguridad y defensa?, segundo ¿qué vigencia tiene en la Venezuela actual el Plan Naval de 1949 y la idea de adquirir una escuadra de combate como aquella? y tercero ¿qué lecciones podemos aprender de aquella época?... Respondamos una a una estas interrogantes. Respondiendo la primera, tenemos: Al igual que la de 1953, la Venezuela de 2015 tiene en el petróleo su principal producto de exportación y columna vertebral de su economía. Tanto en aquella época como en la actual, este recurso natural hace de nuestra 190


nación un punto estratégico en la geopolítica mundial, y objeto de ambiciones por parte de las grandes potencias del mundo, hambrientas de energía. Y al igual que hace medio siglo, hoy en día el petróleo se mueve a nivel mundial mayormente por vía marítima. Una novedad interesante en el caso de la Venezuela actual es cada vez una cantidad mayor de su petróleo se exporta a nuevos clientes - tales como China, los países integrantes de PETROCARIBE, etc. -, y en todos los casos se hace por vía marítima, lo que se pone aún más de relieve con la construcción del Canal Interoceánico de Nicaragua, que constituirá una nueva vía de salida de nuestro petróleo hacia el mercado chino. En resumen, tanto hace medio siglo como ahora, Venezuela tiene en el petróleo su principal sustento, y el mismo se exporta por mar. La Venezuela de 1953 tenía frescas las experiencias de la Segunda Guerra Mundial y los avances – e intentos de avance - territoriales colombianos, siempre relacionados con el mar o grandes cuerpos de agua; además de encarar el contexto mundial de la Guerra Fría, en la que Estados Unidos buscó convertir los océanos en murallas impenetrables para el poder soviético gracias a su holgada superioridad naval. Así, la Venezuela de 1953 tuvo que hacer conciencia de su vulnerabilidad en el mar y buscó fortalecerla. Por su parte, la Venezuela de 2015 sigue encarando las aspiraciones colombianas sobre las áreas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela, tiene además diferencias en materia de delimitación marítima con vecinos del Caribe y recientemente la larga reclamación venezolana sobre el Territorio del Esequibo a Guyana ha tomado un nuevo cariz marítimo al buscar ese último país extender unilateralmente su plataforma continental, cerrando así la salida venezolana al Océano Atlántico, a fin de explotar los yacimientos petroleros que se encuentran el área. Además de eso, la Venezuela de 2015, con alrededor de 30 millones de habitantes, importa por vía marítima un alto porcentaje de los alimentos y demás productos varios que consume. Si todo lo anterior fuera poco; la defensa a ultranza de su soberanía, autodeterminación, la búsqueda de un mundo multipolar, el rechazo al imperialismo y la persecución de la unidad latinoamericana, han puesto a Venezuela en la mira del imperialismo norteamericano, planteándosele la posibilidad de enfrentar todo tipo de acciones hostiles por parte de Estados Unidos, muchas de las cuales están ligadas al uso y control del mar.

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Entonces, ¿qué tan similar en cuanto a su relación con el mar son la Venezuela de 1953 y la de 2015?... A la luz de la geopolítica y su lógica inapelable, pareciera que mucho. En ambos momentos históricos Venezuela enfrenta una gran variedad de amenazas relacionadas y/o provenientes del mar, conectadas con las luchas entre las grandes potencias por la hegemonía mundial y con el petróleo como protagonista o factor clave, teniendo entonces incidencia directa en la economía venezolana, y por tanto en la estabilidad del propio Estado Nacional y en la calidad de vida de cada uno de sus habitantes. En virtud de lo antes dicho, podemos aproximarnos a responder la segunda pregunta planteada más arriba. Debido a las amenazas relacionadas y/o provenientes del mar, a la importancia del petróleo y sus rutas de salida por mar para Venezuela, y a la necesidad de garantizar su seguridad, defensa e integridad territorial, la Venezuela actual podría necesitar tanto o más que la de hace medio siglo, una escuadra de combate con alcance oceánico, moderna y con tecnología punta, capaz de disuadir y enfrentar las amenazas existentes, y que sea parte de un plan orgánico de más amplio alcance, insertado a su vez en el plan de desarrollo nacional, y que contribuya no sólo a la defensa y seguridad nacionales, sino también al desarrollo integral de la nación. Respecto a la tercera interrogante planteada, y en vista de lo expuesto hasta ahora, podemos rescatar de aquella época las siguientes lecciones: Primera, el reforzamiento de las fuerzas armadas, y de la Armada en particular, en el marco de un proyecto nacional de industrialización y desarrollo de infraestructuras, destinado a dotar al país de un complejo industrial que no sólo abasteciera a las fuerzas armadas, sino que impulsara el desarrollo económico de la nación. Segunda, la apuesta por una escuadra bien equipada como medio de defensa nacional ante las amenazas antes explicadas. Tercera, la búsqueda de la consolidación de la soberanía nacional en los espacios marítimos, para su explotación y uso en pro del desarrollo integral de la nación. En resumen, podemos entonces afirmar que lejos de ser sólo una vieja anécdota de nuestra historia naval, los destructores Clase “Nueva Esparta” resultan un cúmulo de lecciones y ejemplos a seguir interesantes para la Venezuela actual.

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Anexos

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Anexo I: Balance de Poder Militar Colombia – Venezuela hacia 1941

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Anexo II: Destructores Clase “Douros” (Clase “Antioquia” en Colombia)

Fuente: http://www.navypedia.org/ships/port ugal/pr_dd_douro.htmhttp://www.na vypedia.org/ships/portugal/pr_dd_do uro.htm

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Anexo III: Planos de la Clase “Battle”

Anexo IV: Planos de la Clase “Nueva Esparta”

Anexo IV: Plano de la Clase “Nueva Esparta”

Anexo IV: Plano de la Clase “Nueva Esparta”

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Fuente: Archivo “CN Ramón Rivero Núñez”


Anexo IV: Plano de la Clase “Nueva Esparta”

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Fuente: Archivo “CN Ramón Rivero Núñez”


Anexo V: Torreta Mark II BD 4.5" (114 mm) en montaje doble

Fuente: The Dock Museum Barrow-in-Furness www.dockmuseum.org.uk

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Anexo VI: Lanzador y Torpedo Mark IX 533 mm

Fuente: Nieves-Croes, Francisco. “Los cañones de la meseta” en FAV-Club. Disponible en: http://www.fav-club.com/los-canones-dela-meseta/ (Revisado online el 04 de mayo de 2014 a las 02:46 pm).

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Anexo VII: Misil antiaéreo Sea Cat

Fuente: Nieves-Croes, Francisco. “Los cañones de la meseta” en FAV-Club. Disponible en: http://www.fav-club.com/los-canones-dela-meseta/ (Revisado online el 04 de mayo de 2014 a las 02:46 pm).

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Anexo VIII: Proyector de cargas antisubmarinas Mark 6 (K-Gun) y Proyector de cargas antisubmarinas Mark 15 erizo

Fuente: Nieves-Croes, Francisco. “Los cañones de la meseta” en FAV-Club.

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Disponible en: http://www.fav-club.com/los-canones-dela-meseta/ (Revisado online el 04 de mayo de 2014 a las 02:46 pm).


Anexo IX: Calderas y Turbinas del “Nueva Esparta”

Fuente: The Dock Museum Barrowin-Furness www.dockmuseum.org.uk

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Anexo X: Plano lateral esquemático del D-11 “Nueva Esparta”

Fuente: Jordan John. Warships 2013. Londres, Conway, 2014, p. 120

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Anexo XI: La Clase “Nueva Esparta” comparada con destructores estadounidenses

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Anexo XII: La Clase “Nueva Esparta” comparada con otros destructores británicos

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Anexo XIII: Destructores estadounidenses comparables a la Clase “Nueva Esparta”

Fuente: Google imágenes

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Anexo XIV: Destructores británicos comparables a la Clase “Nueva Esparta”

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Fuente: Google imágenes


Anexo XV: Modernización de la Clase “Nueva Esparta”

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Fuente: Archivo “CN Ramón Rivero Núñez”


Anexo XVI: Primera tripulación del D-11 «Nueva Esparta». Barrow-in-Furness, Reino Unido. Noviembre de 1952.

El D-11 «Nueva Esparta» llega por primera vez a Venezuela. Pampatar, 8 de diciembre de 1953

El Cnel. Marcos Pérez Jiménez, Pdte. de la República, a bordo del «Nueva Esparta». Pampatar, 8 de diciembre de 1953

Fuente: Archivo “CN Ramón Rivero Núñez”

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Anexo XVII: Sin Autor, “Buques que ayudaron a caída del dictador” en El Universal. 25 de enero de 1958. Año XLIX, Nº 17.477, p-1

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Anexo XVIII: Situación de los principales buques en la Base Naval de Puerto Cabello durante “El Porteñazo”

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Anexo XIX: Despliegue de la Fuerza de Tareas 137

Infografía preparada por el autor

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Anexo XX: Secuestro del MMV “Anzoátegui”

Ruta original del MMV “Anzoátegui” a Nueva Orleáns y ruta a Cuba, supuesta por el Gobierno venezolano, después de ser secuestrado El Nacional. Caracas, 15 de febrero de 1963, N° 6.990, Año XX, p.1

Ruta que siguió el MMV “Anzoátegui” tras ser secuestrado El Nacional. Caracas, 19 de febrero de 1963, N° 6.994, Año XX.

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Anexo XXI: Clase “Halland” de la Armada Colombiana

Fuente: Google imágenes

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Anexo XXII: Tabla comparativa Clase “Nueva Esparta” (Venezuela) vs Clase “Halland” (Colombia)

Clase “Nueva Esparta”

Ítems

Clase “Halland” (Colombia)

Desplazamiento

2.600 t, 3.670 t a plena carga.

2650 t, 3300 a plena carga.

Eslora

122,5 m

121 m

Manga

13 m

12,4

Calado

5,8 m

4,5 m

Propulsión

Dos propelas movidas por dos turbinas Parson impulsadas por dos calderas de 50.000 CV 34 nudos

Dos propelas movidas por dos turbinas de doble reducción, impulsadas por dos calderas de 55.000 CV, 32 nudos

10.000 MN a 10 nudos.

3000 MN a 18 nudos.

6 – 114 mm (3 x 2)

6 – 120 mm (3 x 2)

16 – 40 mm (8 x 2)

4 – 40 mm (4 x 1)

3 – 533 mm (3 x 1)

4 – 533 mm (4 x 1)

Velocidad máxima Autonomía Armamento principal Armamento antiaéreo Armamento de torpedos Armamento anti submarino Sensores

Tripulación

2 lanzadores de cargas de profundidad. 1 – 375 mm ASW RL (1 x 4) 1 mortero anti submarino Radar Type 293Q, Radar Type 291, Radar Radar LW-03 y Radar DA-02 Type 274 navigation, Radar Type 275, Radar Type 262. 254 hombres 248 hombres

Modernizaciones Misiles A/A Sea Cat (1969) 215


Fuentes Fuentes documentales: Estados Unidos de Venezuela. Memoria que presente el Ministerio de Guerra y Marina al Congreso Nacional en sus sesiones ordinarias de 1937. Caracas, Congreso Nacional de los EE.UU. de Venezuela, 1937 República de Venezuela. Libro Amarillo de la República de Venezuela presentado al Congreso Nacional en sus sesiones ordinarias de 1963 por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Caracas, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1963 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1954. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1954. República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1961. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1961. República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1962. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1962 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1963. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1963 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1964. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1964 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1965. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1965 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1966. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1966 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1967. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1967

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República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1969. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1969 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1970. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1970 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1972. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1972 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1975. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1975 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1976. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1976 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1977. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1977 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1978. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1978 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1979. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1979 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1980. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1980 República de Venezuela. Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1981. Caracas, Congreso Nacional de la República de Venezuela, 1981

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Articles inside

Fuentes

13min
pages 216-226

Conclusiones

13min
pages 183-189

3) Desarrollo

2min
pages 181-182

2) Diplomacia naval y presencia de la República en su espacio marítimo

9min
pages 176-180

1) Venezuela en el equilibrio regional de fuerzas

19min
pages 166-175

3) Doctrina

6min
pages 162-165

2) Capacitación de personal

5min
pages 159-161

su impacto en la institución y el país

1min
pages 151-152

1) Infraestructuras

9min
pages 153-158

C) Los últimos años, 1970 – 1983

11min
pages 143-148

2) Desincorporación y el “Zulia” como fallido museo flotante

3min
pages 149-150

5) El resto de la década

16min
pages 134-142

3) 1962: “El Carupanazo”, “El Porteñazo” y la “Cuarentena” a Cuba

32min
pages 114-133

1) La caída de Pérez Jiménez

11min
pages 103-108

2) Capacitación de personal y otros hitos, 1959 – 1962

8min
pages 109-113

A) De la contratación a su primera misión diplomática: 1953 – 1957

1min
page 91

2) Primer Crucero de Instrucción al Extranjero y primera misión diplomática

10min
pages 97-102

1) Contratación, botaduras y entrada en servicio

8min
pages 92-96

5) Balance de sus capacidades y su adquisición

7min
pages 85-90

2) Estructura general y armamento

14min
pages 76-82

2) La emergencia del destructor en el arte de la guerra naval

3min
pages 71-72

4) Electrónica

3min
pages 83-84

nacionales

9min
pages 63-67

2) Los recientes avances territoriales colombianos y sus nuevas aspiraciones

8min
pages 47-51

Guerra Fría y el nuevo derecho del mar

1min
page 19

3) Otras amenazas

3min
pages 52-53

B) Amenazas a la soberanía, integridad territorial y seguridad de Venezuela

1min
page 38

2) El sistema panamericano y evolución del derecho del mar

7min
pages 23-26

1) Amenazas extra continentales y la experiencia de la Segunda Guerra Mundial

13min
pages 39-46

armamento a América Latina

19min
pages 27-37

mares

5min
pages 20-22
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