El Callejón de las Once Esquinas
Se van los Dioses
Esparvero
Es un lugar extraño... LOS DIOSES se han marchado. Tal como pronostiqué. Se han llevado con ellos su templo sagrado. También lo avisé. Nuestro pueblo se ha quedado sin su importante ayuda para localizar la caza y saber cuándo habrá lluvia o cuándo crecerá el Gran Río. Y tal como supuso mi amigo, mi enemigo mortal ha intentado matarme en medio de la gran asamblea del poblado. Voy a comenzar por el principio. Soy U_Nak, un cazador del pueblo del Río. Bueno, lo era. En mi prueba de iniciación como adulto salí a cazar algún fiero animal para demostrar que ya era un hombre, como hacemos todos los varones de mi pueblo. 108
Lo conseguí, maté un puma tan grande que casi no pude arrastrarlo al poblado. Pero él me desgarró una pierna y ya no he podido andar bien y menos, correr. Soy cazador de nombre nada más. Un año antes, mi primo U_Moru, doble de fuerte que yo y no muy listo salvo para atormentarme, había cazado otro buen ejemplar. Pero el mío era mucho más grande y creo que eso disparó su enemistad hasta el odio. No importaba que yo me hubiera quedado impedido para la caza y él no, los odios y los amores son así. Me dediqué a tallar cuchillos y hachas de obsidiana, que cortan mejor que las de otros talladores y han salvado a muchos (incluso a mí) de las garras y fauces de nuestras presas. Así, y ayudan-