1. ESTÉTICA DE LA VIOLENCIA: CONTINUUM DEL HACER LITERARIO EN COLOMBIA
fragmentados y la visión subjetiva y emocional de la violencia con el referente político e histórico del país. Se requiere de vocabularios renovados que permitan reflexionar históricamente los acontecimientos traumáticos más íntimos. Es necesario “historizar” el estado afectivo de la nación a partir del reconocimiento de su elemento político y cultural. VIOLENCIA, ANGUSTIA Y MIEDO La violencia es causante directa del miedo y la angustia y, a su vez, estas dos emociones son generadoras de violencia política. El miedo y la angustia han sido abordadas en diferentes estudios como emociones disímiles, aunque complementarias. Pese a la semejanza de su carácter expresivo, las causas y consecuencias de ambos afectos difieren entre sí. Delumeau ([1978] 2002), apoyado en fuentes del psicoanálisis, distingue una serie de características entre miedo y angustia. El miedo, según el historiador francés, se deriva indefectiblemente de una amenaza concreta, de “un objeto determinado al que se puede hacer frente” (20), mientras que la angustia o ansiedad –como también la reconoce– responde más bien a una sensación de desasosiego intenso frente a algo que no puede definirse de forma objetiva. La angustia “se la vive como una espera dolorosa ante un peligro tanto más temible cuanto que no está claramente identificado: es un sentimiento global de inseguridad” (20). El miedo derivado de algo concreto se relacionaría con el temor, el terror y el horror, mientras que la ansiedad tiende a acoplarse con la angustia y la melancolía. Estas manifestaciones emocionales son indicativas del nivel de inestabilidad o de abolición del yo al que puede llegar una persona. Para el historiador francés, vivir en estado de ansiedad perturba hasta lo más íntimo del sujeto abocándolo a una pérdida de sí mismo, por esta razón, el hombre ha ingeniado la manera de convertir sus angustias y ansiedades en miedos con forma concreta. “El espíritu humano fabrica permanentemente el miedo para evitar una angustia morbosa que desembocaría en la abolición del yo” (Delumeau, [1978] 2002: 21). De las tesis de Delumeau llama la atención el hecho de que el hombre sea artífice de sus propios miedos, que sea capaz de fabricar a partir de un desorden afectivo-psíquico otro tipo de emociones particulares, igualmente traumáticas. Desde esta perspectiva teórica, para las fuerzas gubernativas el miedo resultaría más efectivo que la ansiedad porque puede dirigirse hacia una amenaza concreta y servir para controlar a las masas. La creación de miedos sería incluso algo necesario para dar cierta estabilidad psíquica al sujeto.
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