PARTE II
A continuación, se presenta un motivo que se levanta y cae constantemente, mientras el acompañamiento desciende cromáticamente hasta llegar al «fondo del tiempo y tu canoa», momento en el cual se eleva la melodía apoyada sobre la relativa mayor, junto con la súplica que entonces parece optimista. Sin embargo, se regresa a la hipnótica monotonía del inicio para llamar a la «inmolada paloma solitaria». Vuelve, de inmediato, al motivo de la segunda sección, el cual se presenta ahora más rápido y seguido, acaso más angustiante —«Ay, deja mirar tu río cuando vuelva, / aquel que me prometen tus flores de poeta. // Las sombras, los silencios, los dolores»—, antes de romper con un llanto que comienza agudo y termina grave —«lloran aún más hondo al recordarte»—, entre los compases 56 y 59, preparándose para el final, que se alarga sobre ese mismo movimiento descendente, aunque más sutil, como un reclamo vuelto lamento: «haciendo guerra con tus flores buenas». Pero la inspiración que brotó de la conmoción por la muerte del joven poeta en la producción de Chabuca Granda no cesaría con este ciclo. En Paso de vencedores, escrita en 1970, las estrofas remiten a la historia del poeta con figuras como «Sangre que dejó correr savia en el río» o «Soldado, toma la luz del guerrillero». En la margen opuesta, compuesta, según manuscrito, en el distrito de Miraflores, Lima, el 28 de febrero de 1972, y dedicada a Carlos Delgado —«para la ausencia de su hija»— exhibe, todavía, la voz del poeta cargada de significantes que se esconden entre risas, alhucemas, cantutas y hasta un río, madurez del personaje que, sin titubear, se pronuncia: «Mar adentro habré muerto / y para entonces renunciaré a pedirte / que me busques». Igualmente, al cabo de los años, en 1977, se sintió la huella del poeta una vez más: la canción Landó retomaba frases de la inédita Una rosa en el hombro —«Por el camino de huida solo llevo conmigo / una rosa en el hombro y una estrella en la cara, / en la mano una aurora y una alondra dormida, / en el pecho una riela y un molino de olvido, / en la sangre el silencio de una hoguera encendida»—, además de ofrecer algunas nuevas —como «Soldado desmemoriado, / costa de la soledad, / isla en el centro del sol, / puerto del viento»— que descubren la persistencia de esa palabra acribillada en el tintero de la artista.
VIOLETA, LA MUERTE Y SUS MOTIVOS Así como la muerte de Javier Heraud había impactado a Chabuca, también lo hizo el suicidio de la artista chilena Violeta Parra, aunque de manera distinta. No escribió esta vez canciones para contar la trágica historia de la artista que se quitó la vida; más bien, su lamentable muerte inspiró
141