PARTE I
Parque de la Exposición (Bulnes, 1990, p. 36). Un año después, participó en un entremés de la Asociación de Artistas Aficionados —conocida como la A. A. A., fundada el 13 de junio de 1938 por Percy Gibson, Alejandro Miró Quesada Garland y Manuel Solari Swayne—18 representando a Dulcinea del Toboso, junto a Fernando Schwalb López Aldana en el papel de don Quijote y Jorge Haaker Fort en el de Sancho Panza. Junto con esta joven compañía, interpretaría muchos papeles más (Mundaca, 1983, p. 7).
LA SONRISA AUSENTE En el momento en que la joven Chabuca iniciaba una carrera artística que le proyectaba un incierto pero atractivo futuro, se le presentó el inevitable encuentro con el amor. Enrique Demetrio Fuller Da Costa era cinco años mayor que ella; había nacido en 1915 y era hijo de Eduardo Fuller y Rita Da Costa19. Contaba con 22 años cuando unió su vida a la de ese amor prometido que esperaba que floreciese como lo hizo el idilio de sus padres. De la mano de su progenitor, ingresó a la iglesia el 13 de mayo de 1943, al mediodía, en una ceremonia celebrada por el padre Marcelino Serrano en la parroquia Santo Toribio La Inmaculada, en su viejo barrio La Colmena. Poco después, Fuller fue designado como agregado aéreo de la Embajada del Perú en los Estados Unidos de América, lo que obligó al joven matrimonio a mudarse de inmediato. Su primer hijo, Eduardo Enrique, nació el 11 de diciembre de ese mismo año en Washington D. C. (Granda, 1983, pp. 1-2). Lejos de ser la luna de miel soñada, su vida fue solitaria: Fuller debía viajar constantemente, de misión en misión, mientras ella cuidaba a Eduardo20. Para entretenerse, iba al cine a ver la misma película una y otra vez, hasta que, por sí sola, aprendió a comunicarse a la perfección en inglés. Durante este tiempo, además, participó en las veladas organizadas por la Unión Panamericana, donde presumiblemente cantaba y compartía algo de su arte.
18. De las canteras de esta cardinal institución cultural del siglo XX provendrían personajes tan entrañables como «Mocha» Graña, Elvira y Aurelio Miró Quesada, Carlos Raygada, María Isabel «Maricucha» Sánchez-Concha, Bernardo y Ricardo Roca Rey, entre muchos otros. En esta institución, Chabuca y «Mocha» habrían sido alumnas del profesor ruso de ballet Dimitri Rostoff (Serrano Castrillón, 1994, p. 126). 19. El matrimonio Fuller Da Costa vivía en Iquitos, y su hijo, Enrique, habría nacido «accidentalmente» en Brasil, al encontrarse la mejor atención médica del vecino país más cerca que la de la capital del nuestro. 20. A los tres meses de nacido, la policía habría tenido que ir a buscar y escoltar a madre e hijo para llevarlos a que Eduardo recibiera sus obligatorias vacunas, dado que Enrique se encontraba volando los bombarderos English Electric Canberra (Granda, 1983, p. 2).
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