TERCA Y LIBRE
Soy Artista. Terca... Terca y libre... libre prisión del pensamiento libre; fui naciendo virgen, esquirla y, para mi sorpresa, estalagmita... Nave sin puertos... Sin cruceros, nave... —Chabuca Granda, 1972.
Por aquellos tiempos, gobernaba en el Perú el general Manuel Odría, quien había organizado un golpe de Estado desde la ciudad de Arequipa el 27 de octubre de 1948. A pesar de la represión política y las lamentables persecuciones y encarcelamientos que caracterizaron a este periodo, conocido posteriormente como el Ochenio, se vivió en el país una bonanza económica, fruto del incremento en las importaciones y exportaciones que se dio en un ambiente económico mundial favorable, recuperado ya de la Segunda Guerra Mundial y enriquecido en medio de la Guerra de Corea (Contreras & Cueto, 2013, p. 313). En medio del efervescente clima de la ciudad, la novel compositora había mantenido en marcha el espíritu creativo; a su primera canción, Lima de veras, siguieron tres composiciones más: Callecita encendida, Zaguán24 y Tun, tun... abre la puerta (Bulnes, 1990, p. 42), este último un aire de marinera con el que ganó, en 1949, un premio de 2.500 soles de oro del Club de Leones. Sería en el almuerzo de celebración de este premio, precisamente, donde escucharía del historiador Raúl
24. El vals Zaguán estaría inspirado en la casa de la familia Sánchez-Concha, ubicada en Malambito, donde «desde la calle se adivinaba el misterio y el señorío. ¿Quién habrá que no quisiera haber entregado el candor de un beso tras el portón de ese queridísimo zaguán?» (Fuller & Rodríguez, 1989, p. 59).
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