PARTE I
DOCE NUEVOS VALSES En febrero de 1965, recibió una invitación del Gobierno chileno, en ese entonces dirigido por Eduardo Frei Montalva, para asistir a un homenaje a la Primera Dama, María Luisa Tagle. Durante su estadía en Chile, Chabuca tuvo una intensa actividad profesional acompañada de la guitarra de Avilés: en Viña del Mar, participó en el VI Festival de la Canción y fue además parte del jurado, que por primera vez estaba conformado también por artistas internacionales; y, en Santiago, se presentó en el Teatro Caupolicán, en El Escorial y en Radio Sociedad Nacional de Minería. El 28 de marzo, cuando un terrible terremoto sacudió la zona central de Chile, con devastadores efectos, la artista no dudó en ofrecer su colaboración en el festival organizado en el Perú a beneficio de los damnificados. En julio, partió nuevamente hacia el sur, a las ciudades de Arequipa, Tacna e Ilo, en el Perú, y Arica, en Chile, donde conoció a Hugo Mosó, dueño de un gallo de pelea al que dedicó su canción El gallo Camarón, a pesar de nunca haber visto una pelea de gallos (Granda, 1979, p. 31)51. Su lira no descansó, y además de escribir letras para unas piezas musicales compuestas por Daniel Hoyle —Preludio N.º 16, Réquiem y Danza de pallas—, Chabuca escribió unas sentidas coplas por marinera que tituló La herida oscura. Sin embargo, 1965 resultó un mal año para la economía de la compositora debido a la quiebra del salón de belleza en el que había invertido sus ahorros, situación que sobrellevó gracias a las regalías recibidas por sus canciones52, principalmente del éxito de La flor de la canela grabada para Sono Radio (Mundaca, 1983, p. 12). «Año difícil para nuestro país», manifestó Chabuca (Fuller & Rodríguez, 1989, p. 92). Ciertamente lo fue: desde inicios de la década de 1960, habían aparecido en Latinoamérica grupos de guerrilleros que, inspirados en la Revolución cubana, se levantaban desde las más alejadas regiones, en donde buscaban «despertar a la población». Ese preciso año, inició sus acciones armadas el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, que, luego de la muerte de su líder y fundador, Luis Felipe de la Puente Uceda, a finales de octubre, terminaría por desmantelarse con la intervención del ejército (Contreras & Cueto, 2013, pp. 330, 334). En ese mundo, que vivía el hostil clima de la Guerra Fría entre las dos grandes potencias, Chabuca fue invitada en noviembre a participar en el Leader Grant Program —renombrado a partir de ese 1965 como el Foreign Leader Program—, gracias al cual realizó una gira por los Estados Unidos de
51. Aunque Chabuca escribió esta canción luego de conversar con criadores y amarradores, entre ellos Fernando Peschiera, reconoció luego haberse equivocado al referirse a una camada y no a una nidada (Granda, 1979, p. 31); sin embargo, este no habría sido un error, dado que era común el uso figurado del primer término como parte del argot gallístico. Su verdadera equivocación, en realidad, habría estado en mencionar en plural a las trabas que contienen al gallo, cuando solo es una. 52. Chabuca fue miembro de la Asociación Peruana de Autores y Compositores (Apdayc)—fundada 1952—, con número de socia 108. También perteneció a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic).
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