294 | Julián I. Santillana
4. La sierra central La sociedad huanca
La ocupación humana en el valle del Mantaro durante el Período Intermedio Tardío y el Horizonte Tardío ha sido investigado a partir de fuentes etnohistóricas y de trabajos arqueológicos, sobre todo los llevados a cabo por el equipo de arqueólogos de la Universidad de California, en los años Ochenta del siglo pasado, estudios que han permitido caracterizar los rasgos sociopolíticos y económicos de los huanca. Esta entidad alcanzó el clímax de su desarrollo independiente durante el periodo Wanka II (1350-1460 d.C.), de acuerdo a la secuencia regional, y continuó funcionando cuando los incas dominaron la zona, período que se conoce como Wanka III (1460-1533), ya durante el Horizonte Tardío. De modo que, para tener un mejor entendimiento sobre las formas de vida huanca del periodo regional y los cambios ocurridos en la sociedad local cuando los incas conquistaron la región, utilizaremos las informaciones arqueológicas recuperadas y publicadas por los miembros de este equipo arqueológico.100 ¿Qué significó la presencia inca en la región del Mantaro? Los investigadores mencionados sostienen que, durante el periodo Wanka III (1460 -1533 d.C.), los incas dominaron la región y su presencia permitió, por un lado, el incremento de las tierras agrícolas y, por otro, la reestructuración del patrón poblacional local. De esta manera, gran parte de la población nativa huanca de los pequeños enclaves de altura se trasladó a la parte baja del valle que contaba con extensas tierras irrigadas; y así, la región se convirtió en productora de gramíneas, sobre todo, de maíz a gran escala para fines propios del Estado cuzqueño. Accedieron también a la yunga húmeda, ubicada al cruzar el contrafuerte oriental de la cuenca del Mantaro, para procurarse recursos de subsistencia y bienes ceremoniales. Los autores han estudiado las diferentes expresiones sociales y económicas de un conglomerado de curacazgos huanca durante el Período Intermedio Tardío (Wanka II, 1350-140 d.C.). Indican que la guerra permanente entre dichos curacazgos determinó que los asentamientos fueran fortificados o que se construyeran en lugares protegidos naturalmente. Asimismo, señalan que, durante el período Wanka II, los signos de estratificación social eran muy claros y se modificaron a raíz de la ocupación 100. Costin y Earle 1989.