348 | Waldemar Espinoza Soriano
multiplicación de yanas: verdaderos siervos de la gleba. Como es natural, ello acrecentaba la reputación de los linajes étnicos. Como se nota, los patrimonios territoriales de sapaincas y curacas constituían las primeras formas de la propiedad privada y familiar de los recursos productivos tipo “hacienda” en los Andes. Y ello se inició en forma sistemática desde el tiempo de Pachacútec, adquiriendo más amplitud durante la época de Huayna Cápac. De esta manera, hombres, tierras y rebaños comenzaron a ser enajenados como parte de la política estatal, para ser entregados en propiedad privada a jefes de huarangas y atuncuracazgos. Es aconsejable aclarar que todavía no configuraba el sistema dominante. Frente a la exigua cantidad de tierras privadas, prevalecía la tenencia colectiva de los ayllus, la estatal del Imperio y la sacerdotal o los bienes del culto. En síntesis, en el Imperio hubo tierras explotadas como un bien privado o personal del sapainca (y, después de extinto, por su panaca o descendientes); y otras que eran directamente bienes del Estado, sin que hubiese oposición entre lo uno y lo otro. No obstante, en la existencia real, el sapainca, como hijo de dioses y supremo mandatario, disponía de todo, de la tierra y de los que vivían sobre ella. De ahí que, en el devenir cotidiano, los atunrunas (o pobladores) no distinguieran cuál era la propiedad personal del sapainca ni cuál la estatal, de manera que daban a todas la categoría de “tierras del Inca” en los informes suministrados a los cronistas. El atunruna no comprendía aquella diferencia, planteada en teoría, porque dentro de la comunidad no estaba permitida la propiedad privada del suelo. Tampoco esta realidad pudo ser captada por los primeros españoles, debido a sus concepciones diferentes, como ya se indicó.
II. El trabajo 1. La organización de la fuerza de trabajo El trabajo es un proceso que se desarrolla entre el hombre y la naturaleza. Una interacción en la que el ser humano produce, regula y controla el intercambio entre sí mismo y su medio ambiente. Para ello, pone en movimiento simultáneo las fuerzas musculares pertenecientes a su cuerpo, brazos, piernas, manos y cerebro, con la finalidad de apropiarse de los materiales de la naturaleza y darles uso para su propia vida. Consecuentemente, el trabajo es la actividad por la cual el hombre modifica la naturaleza con la meta de