42 | Luis Guillermo Lumbreras
aprovechada por los animales en la estación seca. Entre ellos se cuentan, tanto los camélidos como los ñandúes o avestruces andinas (suri), que son los principales ocupantes nativos de este ambiente. Desde luego, estos bofedales de la puna seca son solo un ejemplo de las múltiples variaciones “finas” del medio ambiente puneño, en donde es posible percibir fuertes variaciones térmicas en un mismo lugar, entre el aire, el suelo y los roquedales (v.g., Pallasca). Aparte de la captación de calor, los microambientes se derivan igualmente de la capacidad de retención de humedad y de la protección frente al calor solar de ciertos lugares, de donde se deriva una suerte de fino mosaico ambiental que permite el crecimiento de diversas plantas, algunas de ellas suculentas. Son especialmente importantes los espacios próximos a las lagunas u otras fuentes de agua, donde viven plantas hidrófilas, aves, peces y anfibios. Eso hace posible que la puna pueda ser poblada de manera constante y extensiva, tanto por pastores como por agricultores de altura, que cultivan especialmente tubérculos y granos. Esos cultivos son aún más generosos en el territorio llamado “suni” que, en realidad, es una extensión de la puna hacia los ecosistemas templados de la sierra. Son los altos valles, en donde se produce papa (Solanum tuberosum), ulluco (Ullucus tuberosus), oca (Oxalis tuberosa), mashwa o añu (Tropaelum tuberosum), quinua (Chenopodium quinoa) y cañiwa (Ch. pallidicaule), todos ellos cultivos característicamente andinos. En ambientes de “suni”, como el entorno del lago Titicaca, se concentra una considerable población de agricultores y pastores que están consistentemente asociados a los habitantes de la puna, ámbito al que ellos de algún modo pertenecen, aunque haya generalmente mejores condiciones de clima, con temperaturas más altas, en territorio “suni”. Los valles y quebradas interandinos, que surcan la cordillera, forman la región “quechua”, de ambientes templados. En realidad, esta región conforma accidentes topográficos de la cordillera que cruzan de manera inconstante los páramos y las punas. En la región del páramo, se encuentra la región llamada “temple”, que es apenas una transición hacia las quebradas más profundas llamadas “tierras cálidas”. En los Andes de puna, los niveles o pisos ecológicos diferenciados son más y más variados, sobre todo, en la zona templada o “quechua”, dominada por sabanas con estaciones de lluvia bien marcadas, aunque de comportamiento irregular, con más meses y más precipitación hacia el norte y el oriente que hacia el sur y el occidente. Es la tierra de las frutas