Los orígenes de la sociedad | 45
nas hoy totalmente desertificadas. Al parecer, la cuenca del río Chillón se ampliaba hasta comprender el actualmente desértico Ancón. Sin duda las condiciones eran diferentes a las actuales. Eso está confirmado por el hallazgo in situ de una fauna constituida por animales extintos, tales como los perezosos gigantes (Megatherium americanum y Mylodon), los mastodontes o elefantes americanos (Mastodon andium, Cuvieronus sp.), caballos (Parahipparium saldose, Onchippidium peruanus y Equus curvidens), cérvidos (Cervus brachyceros y Cervus dubius), camélidos como la paleollama, felinos dientes de sable (Smylodon sp.) y cánidos de varios tipos, entre otros menores. La subsistencia de estos animales, mayormente herbívoros, requería de una flora que hoy solo parcialmente podría satisfacer sus necesidades. Además, sus restos se han encontrado en regiones semidesérticas, como Ayacucho, donde debió existir un mayor número de fuentes de agua, derivadas de glaciares vecinos hoy inexistentes. Esas fuentes estimularon recursos florísticos ausentes en el paisaje de nuestro tiempo. Pero todo esto no implica cambios climáticos dramáticos. Según señalan los especialistas, pueden asumirse diferencias de magnitud, pero con características muy parecidas a las del medio actual. Eso quiere decir que existía un “mosaico” de paisajes similar al actual, con desiertos, bosques y páramos, correspondientes en estructura y efectos; pero, diferentes en extensión y ubicación. En cuanto a la “megafauna” de herbívoros —mastodontes, megaterios o caballos— hoy extinta, es presumible que redujeran sus posibilidades de subsistencia a medida que la temperatura iba en aumento y cambiaron las opciones del forraje. Al parecer, cuando el ser humano llegó a los Andes, los eventos de regresión glacial y la reducción del frío estaban en proceso de desarrollo. Según Wright y Bradbury, en el altiplano de Junín se puede fechar el inicio del retiro de los grandes glaciares hacia el año 14500 antes de nuestra era. Este proceso debió durar unos tres mil años, lo que quiere decir que hacia el 11000 a.C., se inició un período de aumento de la temperatura promedio en todo el territorio que llegó a sus límites más altos entre el 6000 y el 3000 a.C., época con perfiles paisajísticos semejantes a los de hoy. Si bien los estudios existentes permiten fijar la presencia humana en coincidencia con el proceso de regresión glacial —entre 14 y 12 mil años antes de nuestra era—, nada hubiera impedido que los cazadoresrecolectores llegaran antes de esta época, en plena glaciación. Aun en los