Junio 1826 [ PERÚ ]
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duranTe la guerra enTre argenTina y brasil por la posesiÓn de uruguay se produce, frenTe a la ciudad de buenos aires, el coMbaTe de los poZos. la escuadra argenTina al Mando del alMiranTe broWn, conTaba solo con una fragaTa, una barca, dos berganTines y ocho lanchas caÑoneras; aun asÍ, logrÓ superar TÁcTicaMenTe a la escuadra brasileÑa, Tres veces MÁs nuMerosa.
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PERÍODO 1
[ CAPÍTULO 5 ]
de todas las maquinaciones. “Una sola palabra del Jefe de Bolivia habría bastado para la absoluta reunión del Alto y Bajo Perú, aun bajo un gobierno puramente central, porque eso anhelan todos los hombres de juicio y los opuestos son únicamente los ministeriales”. Reveló todavía algo más Ortiz de Zevallos: los planes, por Sucre auspiciados, para dividir al Perú en dos Estados. Un periódico de Arequipa los defendía: El Federal. Según el gran Mariscal “solo bajo aquel plan podría Bolivia no temer que el Perú se la absorbiese, como sucede cuando un Estado pequeño se liga con otro mayor y más fuerte” (Nota de 11 de febrero de 1827). Por aquella época Sucre buscaba una liga entre Bolivia, Chile y Argentina, según se verá en el capítulo sobre la invasión peruana a Bolivia en 1827 (Declaración de 4 de abril de 1827).
LAs diRECTiVAs GEOPOLíTiCAs BOLiViAnAs En 1827.- Como si se hubiera percatado de que hubo apresuramiento cuando declaró la independencia del Alto Perú para convertirlo en una República, la política de Sucre como presidente de ella tenía, en ese momento, normas ciertas que se acercaban al moderno concepto de la geopolítica: 1) diluir o postergar, en lo posible, la federación con el Perú ante el temor de caer en una absorción; 2) anexarse de inmediato Tacna, Arica y Tarapacá; 3) separar Arequipa, Cuzco y Puno del Perú, de acuerdo con la doctrina propagada por El Federal; 4) procurar que en Bolívar surgiesen sentimientos contrarios al Perú; 5) buscar una liga con Chile y Argentina. En relación con esta quinta fórmula no hubo respuesta ni de Santiago ni de Buenos Aires. TEnTATiVAs sEPARATisTAs En EL sUR.- La debilidad interna del Perú hacia 1826 era realmente patética. Como se ha visto, las amenazas contra su unidad no se limitaron en aquella época al posible cercenamiento de su territorio por un arreglo de fronteras mediante un tratado dadivoso (cesión de Arica y del litoral del sur) o la fusión dentro de una entidad estatal más complicada (Confederación de los Andes). Surgió también el peligro separatista por acto espontáneo. A fines de 1826, el prefecto de Puna, Benito Laso, invitó al prefecto de Cuzco, Gamarra, y al de Arequipa, La Fuente, a reunirse en Lampa. Se acusó a Laso de que maquinaba la separación del sur; pero parece que este plano no fue acogido por los demás prefectos. Ello no bastó para despejar la atmósfera. La campaña de unas hojas arequipeñas tituladas El Zancudo Preguntón y El Compadre del Zancudo (cuyo autor fue M. R.) en aquel mismo año de 1826, estuvo orientada contra el centralismo de Lima. El Federal de Arequipa planteó, de hecho, como se ha visto, la separación de los departamentos del sur. Aun sin ir tan lejos, no faltaron alardes regionalistas. La Fuente intentó retener los saldos sobrantes de su balance mensual de ingresos y egresos, tentativa que Santa Cruz cortó. Una carta de Santa Cruz a La Fuente, fechada el 3 de noviembre, le informaba claramente acerca de las noticias recibidas en Lima sobre los intentos de “federación provincial”, o sea, de “microfederalismo” en Arequipa, que motivaron el envío a esta, como visitador, del vocal de la Corte Suprema Estenós. Enterado de los mismos rumores, Sucre escribió a La Fuente y a Gamarra (11 de diciembre de 1826) que la federación provincial sería la muerte del Perú; según él, en la confabulación para establecerla había españoles interesados en hacer fracasar la independencia. Aquí hay contradicción con la creencia de Ortiz de Zevallos de que, por entonces o poco después, Sucre alentó ese movimiento, versión también aceptada por José Villa, ministro peruano en Colombia, en su nota a la Cancillería de Bogotá el 27 de mayo de 1828. El periódico oficial El Cóndor de Chuquisaca pretendió enconar el sentimiento antilimeño o anticentralista de los departamentos del sur. De todos modos, la enérgica actitud del paceño Santa Cruz acabó, por entonces, con los ajetreos infrafederalistas. Más tarde (1828, 1829 y años siguientes) el mismo Santa Cruz, ya convertido en presidente, los utilizó para sus propios fines.