se necesitaba haber traído, fijado o enseñado en el país alguna invención, industria, ciencia o arte útil, o haber adquirido bienes raíces o estar establecido en el comercio, la agricultura o la minería con capital considerable, o haber prestado servicios distinguidos, todo a juicio del Congreso. La residencia de los casados por diez años y de los solteros por quince los convertía en ciudadanos. La Constitución vitalicia de 1826 incluyó entre los peruanos a los extranjeros que obtuvieren carta de naturaleza o contasen con tres años de vecindad en el territorio de la República. También consideró ciudadanos a los extranjeros casados con peruana que supieren leer y escribir y tuvieren empleo o industria o profesaren una ciencia o arte exceptuando a los que estuvieran en sujeción a otro en la condición de sirvientes domésticos. Las reiteradas disposiciones constitucionales, legales y administrativas para asimilar a los extranjeros útiles al quehacer nacional dentro de la comunidad peruana, quedaron, como tantas otras de la época, en el plano de la teoría. Sobre todo en relación con el comercio, se fueron formando y desarrollando las colonias de súbditos de otros países, ajenas a esta comunidad. Su número, pequeño en sí, poco a poco alcanzó mayor importancia y, sin penetrar en el más alto estrato social todavía los extranjeros comenzaron, silenciosamente, a tomar posiciones en la vida económica del país. A veces obtuvieron medidas especiales, como en el caso de los comerciantes recién llegados, que no quisieron sujetarse a las gabelas del gremio. El gobierno, para recuperar lo que dejaba de percibir por ellas, recargó en un 5% los derechos de importación de las mercaderías consignadas a dichos capitalistas (17 de agosto de 1825). Las casas mercantiles británicas gestionaron oficialmente en Londres el establecimiento de relaciones comerciales entre Inglaterra y los nacientes Estados hispanoamericanos, las que fueron concedidas ya en abril de 1822; hecho similar sucedió en Francia en 1825. El primer gobierno que acreditó su representación comercial en el Perú fue el de Estados Unidos al enviar como cónsul a William Tudor. Los Países Bajos, Francia e Inglaterra lo siguieron. De hecho, las más importantes actividades comerciales estuvieron en manos de extranjeros. No hubo un esfuerzo decidido de los peruanos con la finalidad de rivalizar con ellos.
LA PROFESIÓN mILITAR.- La profesión militar, desarrollada a lo largo de la cruenta guerra de la emancipación, provocó cambios de orden social. A través del ejército pudo romperse la valla de la estratificación. Predominó en el poder político un militarismo surgido de la victoria, como en 1883 emergería un militarismo emanado de la derrota. Algunos de los altos jefes se enriquecieron con fundos u otras propiedades decomisadas a los españoles. El caso más ilustre a este respecto fue el de O’Higgins, a quien se le concedió las haciendas Montalbán y Cuiva, en el valle de Cañete; La Mar devolvió a su dueño (que era la misma persona a quien le arrebataron esas haciendas) la de Ocucaje. El Congreso obsequió al ejército libertador un millón de pesos que resultó ser una suma mayor según se vio en el capítulo sobre la fundación de Bolivia. No faltaron los jefes y oficiales argentinos, chilenos, colombianos, británicos y hasta algún alemán (como Althaus) que se radicaron en Lima u otras ciudades, se casaron con peruanas y establecieron en el Perú sus hogares. Ocurrió inclusive que militares españoles capitulados en Ayacucho se incorporaron luego en el ejército nacional.
LA PROFESIÓN MILITAR, DESARROLLADA A LO LARGO DE LA CRUENTA GUERRA DE LA EMANCIPACIÓN PROVOCÓ CAMBIOS DE ORDEN SOCIAL. A TRAVÉS DEL EJÉRCITO PUDO ROMPERSE LA VALLA DE LA ESTRATIFICACIÓN. PREDOMINÓ EN EL PODER POLÍTICO UN MILITARISMO SURGIDO DE LA VICTORIA, COMO EN 1883 EMERGERÍA UN MILITARISMO EMANADO DE LA DERROTA.
LA mARINA.- Rosendo Melo, Germán Stiglich, Manuel Vegas García y, sobre todo, últimamente, Julio J Elías en sus notas a la historia naval de este, y en su prólogo a la edición de las fuentes para dicha historia, han hecho resaltar el significado de la marina en la evolución de la vida nacional. La Revolución de la Independencia se precipitó o facilitó por la ruptura o dificultad de las comunicaciones entre la metrópoli española y su imperio americano. El plan genial de San Martín
[ CAPÍTULO 9 ] PERÍODO 1
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