La idea de Patria no irradia solo sobre el hombre y el Estado. Abarca también a la sociedad, como centro de producción, distribución, circulación y consumo de riqueza. Se lisonjea con el incremento que, sin interferencias que desvíen o coacten, han de tener bajo su amparo tarde o temprano, la agricultura, la minería, el comercio. La Patria, pues, ha de crear, mantener y desarrollar una sociedad robusta y vigorosa. Nación libre y soberana, ciudadanía digna, Estado legal y eficiente, sociedad próspera: he aquí los objetivos doctrinarios implícitos en la idea de Patria. Son antagónicos a esta idea, por lo tanto el país colonial, el hombre peruano olvidado, el Estado extorsionista o arbitrario o abusivo o inauténtico, los exclusivismos de clase, casta o raza, la sociedad económicamente injusta o enferma.
LA INTERPRETACIÓN DE LA INDEPENDENCIA POCOS TEMAS HAN SIDO TAN DEBATIDOS POR LA HISTORIOGRAFÍA COMO EL DE LA INDEPENDENCIA. AQUÍ ALGUNOS APUNTES AL RESPECTO.
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n los años setenta, con motivo de celebrarse el sesquicentenario (los 150 años) de la declaración de San Martín en la Plaza Mayor de Lima y del triunfo de Ayacucho, se enfrentaron las interpretaciones de la independencia “concedida” y “conseguida”: De acuerdo a la primera, la población del Perú se mantuvo indiferente o incluso opuesta frente a la independencia, pero esta terminó finalmente impuesta por los ejércitos de San Martín y de Bolívar. De acuerdo a la segunda, si bien hubo grandes obstáculos que los peruanos de la época debieron enfrentar para abrazar la causa de la emancipación, como la fuerza del ejército realista aquí presente, y las grandes diferencias sociales y culturales entre blancos, indios y negros, se desarrollaron rebeliones de indudable aspiración patriota, y destacados miembros de la aristocracia peruana, como Riva-Agüero, Vidaurre o Torre Tagle, apoyaron la labor del ejército libertador de San Martín. En El azar en la historia y sus límites (1973), una de las últimas obras de Jorge Basadre, el historiador tacneño polemizó con la tesis de “la independencia concedida”; señalando su desacuerdo con sus postulados, y levantando la rebelión
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PERÍODO 1
[ CAPÍTULO 12 ]
del Cuzco de 1814-1815 -la de los hermanos Angula, el brigadier indígena Mateo Pumacahua y el poeta criollo Mariano Melgar-, como el mejor ejemplo de la firmeza peruana por la independencia, y de la capacidad de integración de sus habitantes, más allá de sus diferencias económicas o de estatus social. La tesis de “la independencia concedida” también negó a nuestra separación con España, consecuencias trascendentes para la historia del Perú. De acuerdo a su interpretación, 1821 fue solamente un cambio político superficial, que dejó intactas las bases económicas y sociales del Perú colonial por más de medio siglo. Los estudios recientes han destacado en cambio la importancia de los cambios sociales y políticos que acarreó la independencia: la antigua clase aristocrática virreinal quedó irremisiblemente dañada, y las ideas de jerarquía, orden y sumisión entre los distintos grupos humanos, quedaron severamente cuestionadas con los intensos debates ideológicos y la experiencia verdaderamente revolucionaria que significaron las guerras de la independencia, con su secuela de movilizaciones, requisas, saqueos, destierros y ejecuciones.