SETIEMBRE 1828 [ PERÚ ]
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EL PRESIDENTE JOSÉ LA MAR RECIBE UNA CARTA DESDE BRUSELAS (BÉLGICA), ESCRITA POR EL LIBERTADOR JOSÉ DE SAN MARTÍN. EN DICHA MISIVA, EL GENERAL ARGENTINO LE OFRECE SU AYUDA MILITAR PARA LUCHAR EN LA GUERRA CONTRA LA GRAN COLOMBIA.
dirigirse al Callao el día de la llegada del Mandatario con la misión de manifestarle que no aceptaba la dimisión y que debía prestar el juramento respectivo. La Mar, vencidos ya sus escrúpulos, entró a Lima de incógnito a hacerse cargo del Gobierno, después de desembarcar en el puerto de Chancay y así huir de los festejos que se habían preparado para su llegada. El día en que tomó posesión del cargo (22 de agosto) fueron estentóreas las manifestaciones públicas y (según relató un periódico) “no cesaban de recorrer las calles danzas nacionales” y estaban “entapizados los balcones, no ondeando más que los colores nacionales en las azoteas y puertas de los ciudadanos”. La Mar pagó de su peculio los gastos del baile en Palacio para celebrar este acontecimiento y no permitió que los abonara el erario nacional. Pero, como Santa Cruz, los ambiciosos y los apasionados podían decir que La Mar no era auténticamente peruano. Había nacido en 1778 en Cuenca, territorio ahora perteneciente a la República del Ecuador. Sus progenitores residían en Guayaquil y estaban muy ligados a la aristocracia de esa ciudad. Como Santa Cruz y como Gamarra, fue un militar español en su juventud. Muy joven había viajado a Madrid, en compañía de su tío, el doctor Ignacio Cortázar, que fue después oidor de la Audiencia de Bogotá y regente de la de Quito. Ingresó al Colegio de Nobles y, rotas las hostilidades entre España y Francia, asistió a la campaña de Rosellón, en el regimiento de Saboya, llegando a capitán. Al empezar la guerra de la independencia española, era teniente coronel con grado de coronel; y le tocó combatir en el sitio de Zaragoza. Luego luchó a las órdenes del general Black, en Valencia, hasta la rendición de este ejército en 1812. Prisionero en la ciudad de Dijón, pudo fugarse a Suiza, gracias a la protección de un noble legitimista francés, y pasó más tarde a Italia y de allí a España, adonde llegó en junio de 1814. En 1817 fue enviado al Perú como subinspector del Virreinato y gobernador del Callao. Actuó en la primera etapa de la guerra de la independencia peruana, en las filas del ejército realista; pero al rendirse los castillos del Callao, en setiembre de 1821, no obstante ostentar el grado de brigadier, juzgó terminados sus compromisos con España y aceptó el despacho de general que le dio San Martín. Presidió la Junta Gubernativa creada al instalarse el primer Congreso Constituyente, y luego intervino en las campañas de Junín y Ayacucho y mandó la división peruana en esta batalla. En el “parte” de ella, Sucre elogia la serenidad de La Mar. Como premio a sus campañas, además de otros honores, le fue asignada la hacienda de Ocucaje, pero la devolvió a su dueño, español de nacionalidad. Por ley del Congreso de 12 de febrero de 1825, se había otorgado la calidad de peruanos de
JOSÉ DOMINGO DE LA MAR (1778-1830) EN UN PRINCIPIO, DECLINÓ LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA, SIN EMBARGO, SU DEBER PATRIÓTICO LO OBLIGÓ A ACEPTAR EL CARGO QUE EL CONGRESO LE HABÍA ENCOMENDADO.
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PERÍODO 1
[ CAPÍTULO 13 ]
L
a Mar nació en Cuenca (actual Ecuador), pero se inició en la vida militar en España, en la lucha contra la invasión napoleónica que amenazaba a Europa. A los 31 años era coronel y mereció el título de Benemérito de la Patria por sus acciones en el frente. En 1815 fue designado subinspector general del Virreinato del Perú y, gobernador de las Fortalezas del puerto del Callao. Gracias a su actuación durante el ataque de Lord Cochrane (1819) fue ascendido a Mariscal de Campo del Ejército Español.