ocTubre 1824 [ MÉXICO ]
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se publica la priMera consTiTuciÓn de los esTados unidos MeXicanos, Que esTableciÓ el sisTeMa republicano y federal para ese paÍs, asÍ coMo su divisiÓn en 19 esTados y cuaTro TerriTorios. el gobierno, asiMisMo, QuedÓ organiZado en Tres poderes: eJecuTivo, legislaTivo y Judicial. esTe docuMenTo Tuvo vigencia hasTa 1835.
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PERÍODO 1
[ CAPÍTULO 3 ]
personas muy cercanas a él tomaron su nombre para utilizar el mismo recurso y plantear, a través de Terón, una alianza con los españoles contra Bolívar; su pasividad cuando tuvo conocimiento de estos tratos implicó una grave falta; el motín del Callao no sirvió de ocasión para que Tagle se pasase a los españoles como hubiera ocurrido en el caso de estar de acuerdo con ellos, pero avivó los recelos y los rozamientos entre el Libertador y el Presidente, que la coincidencia de las dos autoridades había generado; la orden de prisión impartida por aquel contra este fue interpretada como una sentencia de muerte recordando las fulminantes órdenes dadas para fusilar sin juicio a Riva-Agüero; en el apuro del momento y con el ansia de salvar la vida vino el asilo bajo la bandera española facilitada por la ocupación inmediata de Lima por esas tropas. Con fecha 6 de marzo de 1824 firmó en Lima Torre Tagle, usando de nuevo su título de marqués, un manifiesto, que fue escrito por Berindoaga y publicado por orden del general español Monet. Allí narró, desde su punto de vista, lo ocurrido entre él y Bolívar, así como los últimos sucesos de su infortunada administración. Terminó con expresiones contra el “falso brillo de ideas quiméricas que, sorprendiendo a los pueblos ilusos, solo conducen a su destrucción ya hacer la fortuna y saciar la ambición de algunos aventureros”. “Por todas partes (agregaba, pasando por alto, en forma censurable, la grandeza de la causa de la libertad a la que había servido y usando argumentos que siempre esgrimen ante las revoluciones los partidarios de las clases privilegiadas amenazadas y que su enemigo Riva-Agüero también empleara) no se ven sino ruinas y miserias. En el curso de la guerra, ¿quiénes sino muchos de los llamados defensores de la patria han acabado con nuestras fortunas, arrasado nuestros campos, relajado nuestras costumbres, oprimido y vejado a los pueblos? ¿Y cuál ha sido el fruto de esta revolución? ¿Cuál el bien positivo que ha resultado al país? No contar con propiedad alguna ni tener seguridad individual. Yo detesto un sistema que termina al bien general y que no concilia los intereses de todos los ciudadanos”. Sin embargo, en el proceso de Berindoaga, declaró el médico José Manuel Valdés que, hallándose en la casa de doña Juana Ulloa, donde habitaba provisionalmente el ex Presidente, le mostraron el manifiesto que de orden de este había escrito Berindoaga y que en él había tres o cuatro hojas rayadas por los generales españoles en las que, según se le dijo, hacía ver la utilidad que resultaría a España de la independencia del Perú;que en lugar de las hojas rayadas se habían sustituido otras por el general García Camba, tomándole al poco rato de la mano al declarante don Juan de Berindoaga, el mismo que lo llevó al callejón de la casa para manifestarle gran desagrado por las hojas borradas. Independientemente de la presión que en él pudieron ejercer García Camba u otros jefes españoles, puede ser interpretado el manifiesto de Torre Tagle como estallido del cansancio;el desengaño, el derrumbe espiritual, la negación después de las angustias sufridas. Ni en el texto de este manifiesto ni en sus documentos anexos aparece referencia alguna a ofertas anteriormente hechas a los españoles o a tratos efectuados con ellos siendo él presidente, para acabar con la independencia del Perú, si bien la sumisión de súbdito leal de rey y los ataques a la causa patriota que hay en los párrafos finales no pueden ser defendidos. Sobre el ánimo de Torre Tagle pesaban en esos momentos (borrando hechos y actitudes pasadas, títulos, honores y privilegios) el instinto de la propia conservación; la certeza de que Bolívar había querido apresarlo para hacerla matar; sentimientos y prejuicios de clase; la angustia y la desilusión de la aristocracia frente a una guerra que parecía una continua carnicería acompañada por exacciones sin fin y una permanente anarquía; las dudas acerca del resultado final; los recelos de muchos peruanos ante el poder de Bolívar y de los colombianos. Alentaba también una idea tenaz que encuentra dificultades en abrirse paso ante muchos pero que otros plantean en nuestro tiempo, la de que los españoles no eran los adversarios irremediables en una implacable guerra internacional, sino un bando en una guerra civil, dentro de la que podía tomarse uno u otro partido. En una carta que, desde el Callao, escribió al marino Blanco Encalada (22 de enero de 1825), Torre Tagle le pidió que “en nombre de Chile le entregase un asilo bajo su