La luna de miel del noble del norte y su esposa, la ave de rapiña
Capítulo 08
% Las desdichadas personas de la Casa Wattin
Mi suegro dijo que el rancho, que había empezado como pasatiempo luego de que se retiró, era uno pequeño; pero, para un campesino como yo, era bastante grande. En el campo cercado había borregos, caballos, vacas y cabras. Tenían cerdos en un establo grande y gallinas en uno pequeño. —Primero, comenzaremos limpiando. —Sí, señor. Yo debía limpiar el criadero de cerdos, lo cual se hacía una vez al día cuando los cerdos salían a pasear. Un perro grande los guiaba ladrándoles a los cerdos despreocupados para que se movieran. La limpieza incluía quitar el heno y reemplazarlo con uno nuevo. También tenía que lavar los alimentadores. Mi suegro me mostró cómo se hacía, una vez que entendí el proceso, le pedí que me lo dejara a mí. Pensé que estaría bien porque estaba acostumbrado a cuidar renos y gallinas; pero, el olor en el criadero de cerdos superó mis expectativas. Como no creí que pudiera soportarlo, até un pañuelo alrededor de mi boca y nariz antes de continuar trabajando. Cuando casi había terminado, escuché a un perro ladrar. Al abrir la puerta, había muchos cerdos esperando con un perro al frente. —¿Pueden esperar un poco más? Les pedí que aguardaran y después finalicé rápidamente. Luego de eso, había más y más trabajo por hacer. Tenían cerca de diez personas trabajando en el rancho. Como solo era un pasatiempo, decidió que no contrataría mucha gente. —Iyaa, de verdad fuiste de gran ayuda. —No, todavía soy un poco lento. Mi suegro y yo descansamos uno junto al otro. Estábamos cubiertos de tierra, pero aquí todos estaban iguales, así que no le di mucha importancia. Solo lavé mis manos y tomé un poco de leche tibia. - 53 -