UN APAPACHO DE TONANZIN Comer va más allá del acto fisiológico de ingerir algún alimento, en torno a la comida hay todo un conjunto de acciones, desde la cosecha, selección, preparación, técnicas, ritos, agradecimientos y otros tantos elementos. La comida es la forma en como nos acercamos a nuestros amigos, familiares, consentimos, nadie debería de quedarse sin alimento y agua, la alimentación es un derecho humano y de todos depende contribuir a ello. El primer lugar donde aprendemos a comer es sin duda el hogar, aprender a comer empieza desde el seno materno, desde antes de ser concebidos, nuestra madre cuando nos lleva en su vientre siempre buscará lo mejor para que seamos fuertes y saludables, colectivo Tonanzin refleja esa filosofía, esa forma de vida, retomado del Vocablo Náhuatl, nuestra madre aquella a quien le damos gracias, la Coatilcue, la Madre Tierra. Este colectivo tiene la convicción de contribuir en diferentes ámbitos a las cocinas tradicionales. En este viaje nos hemos aventurado a navegar, muchas personas, el cronista Florencio Sánchez con su inquietud por preservar la historia, como hábil Tlacuil-o empezó a plasmar la historia de su pueblo y de su vida, con ingenio en el papel de una cajetilla de cigarros, ganarse la confianza de las personas no fue tarea fácil, pero con empeño ha logrado transmitir la historia del pueblo de Santa Martha Acatitla, dentro de las frases que comento el señor Florencio quizá esta sea una de las más simbólicas: “La historia se transmite a través de la comida… una cosa es platicando y otra comerlas, saborearlas, ese sazón de las señoras de antes”. Ese anhelo por aquello que vivió él y muchos de nuestros abuelos de nuestros padres, están las historias de vida, alimentos que ya no se consiguen tan fácil, pero están vividos en sus memorias. Hay alimentos que ahora no podemos probar porque de esa forma cuidamos y veneramos a la Madre Tierra como el acitrón o la tortuga, motivo de intercambio de ideas durante el mismo taller, aunque habrá quien los siga consumiendo, se debe de hacer un llamado para no seguirlo haciendo pues pone en peligro el ecosistema. La actitud que se tiene ante el sacrificio de los animales, agradecimiento por aquella especie que vamos a ingerir, no es solo tomar una vida por mero capricho sino por la necesidad de alimentarnos para nuestra subsistencia, algo que comentaba la coordinadora Lorena Mota, es agradecer a aquel animal que ha dado su vida para que nosotros podamos alimentarnos.
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