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aría vivía en Nazaret con sus padres. Estaba prometida a un hombre llamado José.
Un día, Dios envió al ángel Gabriel a María. El ángel le dijo a María: —El Señor te ha bendecido de una manera especial. Él está contigo. María no entendía las palabras del ángel, pero el ángel le dijo: —¡No temas! Dios está contento contigo. Vas a tener un niño, y debes llamarle Jesús. Es el Hijo de Dios, y reinará para siempre. María seguía sin entender, pero dijo: —Yo sirvo al Señor. Estoy contenta de hacer lo que él quiera. El ángel también le habló a José del niño en un sueño. Le dijo que el Espíritu Santo había enviado al niño y que salvaría a su pueblo de sus pecados. José prometió cuidar de María y del niño. El emperador quería hacer una lista de todos los habitantes de su imperio. Así que todos tenían que ir a la ciudad donde siempre habían vivido sus familias. José y María fueron de Nazaret a Belén, porque pertenecían a la familia de David. Belén estaba llena de gente que había venido a inscribirse en la lista del emperador. José y María no encontraban dónde alojarse, pero al final alguien les dijo que podían quedarse en su establo.
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