T I ER RA EN U N MAR D E PL ÁST I CO El abrigo de una huerta gigante que abastece a toda Europa. Una construcción humana que se ve más allá de las fronteras de la Tierra Desde el espacio, la tierra se cubre de blanco. Una inmenso paraguas oculta miles de hectáreas de cultivo y crea un paisaje único. Una construcción humana que se ve más allá de las fronteras de la Tierra. Que brilla desde el universo. Que impresiona el objetivo de los satélites y es horizonte desde la estación espacial. El abrigo de una huerta gigante que abastece a toda Europa. Pero antes de ser el vergel del continente, era una región árida. Tierra de secano para cereales, olivos, vid y cítricos, cebada, higo chumbo o esparto. Luego cuenta la historia que los precios de la uva se desplomaron y en un desesperado intento por sobrevivir y salvar los campos, se dejó la tierra en barbecho, cubiertas las cepas con plásticos para protegerlas del viento. El calor hizo el resto. Aceleró la maduración. Y creó nueva riqueza donde sólo parecía sembrada ruina. En 1957, el Ministerio de Agricultura extendió el uso de enarenados para neutralizar el efecto de la sal. Arena para proteger las raíces de las plantas, mantener la humedad del suelo y conservar el calor. Todo se unió. Arenisca y polietileno para crear un nuevo patrimonio. En 1963 se instala el primer invernadero. Desde el Campo de Dalias, en el poniente, la técnica se extendió a los campos de Níjar, en el levante. Es la mayor superficie de cultivos bajo abrigo del mundo. Abrigo al servicio de la ecología. Ecología al servicio de la producción. Un sistema único. No se necesita aquí calefactar el terreno. Ni enfriarlo. Basta con el sol sobre el plástico blanco, que se encala a la manera de los ancestros árabes para mantener la temperatura ideal y preservar la duración del polímero. Basta con levantar los paneles a modo de cortinas para que entre el levante o el poniente recorra las tierras.
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El agua es el gran tesoro. Y su escasez, el motor de Almería. Que ha creado un modo de vida con la gestión inteligente, audaz e intrépida de un bien escaso. Que ha convertido la tierra en un mar de plástico. Un lugar extraordinario.