Luis Castro Sandoval, “El Soldado”.
O
tra de las esculturas que circundan, la plaza de toros México es la de Luis Castro Sandoval, “El Soldado”. La lograda obra muestra al toro que embiste en un simulado remate de capote que está por consumar, llevándolo con la mano izquierda, tiene tal finura que hasta los dedos levantados de la mano tomando el percal se pueden distinguir, mientras en la derecha lleva la montera. ¡Soberbios detalles del cincel de Just! Seguramente fue inspirado durante el tercio de quites que tanto se extrañan actualmente, puesto que han venido a menos, esta parte de la lidia era todo un espectáculo, lleno de creatividad y expresión colmado de belleza. El diestro nació en la ciudad de México, en el barrio taurino de Mixcoac, el 25 de agosto de 1912, cerca de su casa había un alojamiento de soldados, que, a sus amigos y a él, les causaba simpatía, a tal grado que ellos mismos lo provenían de insignias y uniformes, por lo que fue acreedor de un cierto aire de mando entre los niños con los que jugaba, juntos formaron un “pelotón”. Y como dice el dicho, “genio y figura” esta jerarquía, formó la personalidad del jovencito. Pero cuando llegó el momento en que por primera vez vio una corrida de toros en la plaza de El toreo de la Condesa, tocó su alma el arte de la tauromaquia y surgió en él, la decisión de ser torero. Se presentó por primera vez en la pequeña plaza de toros de Mixcoac una tarde del 3 de marzo de 1931 al año actuó en El Toreo de la Condesa, 34 Mary Carmen Chávez Rivadeneyra
llegando a la cúspide novilleril, logró conseguir la valiosa “oreja de plata”. Tomó la alternativa el 5 de marzo de 1933 en manos de Joaquín Rodríguez “Cagancho” y de testigo David Liceaga, con toros de Coaxamalucan. Se acarteló en España como novillero, puesto que renunció a su propia alternativa, pero actuó con muy buen éxito. El 29 de julio sucedió algo inusitado en aquellas tierras, alternando con Lorenzo Garza y después de que Cecilio Barral fue embestido por el primer toro, se quedó la tarde en mano a mano, cubrió los tres tercios sorprendentemente, cortando orejas y rabo. Entre ellos se dio una rivalidad, indiscutible, que con el tiempo se convirtieron en grandes figuras del toreo, y mejores amigos. El 24 de marzo de 1935 “El Soldado” tomó la alternativa en Castellón de la Plana, con el toro de nombre “Buenas Tardes” de la ganadería de Clairac, en manos de Rafael Gómez “El Gallo” y de Testigo Lorenzo Garza, otra ave, pero de las tempestades, después confirmó en Madrid el 2 de mayo de 1935 con el mismo padrino y de testigo, “Marcial Lalanda”. Se decía que entre los mejores toreros de capa estaba Luis Castro, fue el triunfador de la temporada 1943 haciendo una faena cumbre al toro “Rayito” de San Mateo y lanceando también soberbiamente a “Porrista” de Torrecilla”, el 5 marzo de 1944 en el añejo Toreo.