232 | DIONISIO DE HARO
(1816-1820), las bases fiscales manifestaron límites de crecimiento relacionados con el escaso dinamismo económico y la atonía comercial, y el endeudamiento acabó convirtiéndose en un lastre imposible de atender por una economía exhausta a finales del periodo colonial.18 En definitiva, el virreinato del Perú, último bastión realista en la América continental, representó el capítulo final del complejo proceso de desarticulación comercial y monetaria. El poder económico sustentado sobre la actividad minera, la firmeza del Consulado de Lima y la relativa eficacia administrativa por parte de los virreyes solo retrasaron el final de un sistema económico condenado a la misma suerte que el Imperio sobre el que se asentaba.19 La compleja situación monetaria derivó, con el inicio de la guerra y la caída de la actividad minera, en una absoluta parálisis del circuito interior. En este frágil entorno de estrechez, exportación y atesoramiento monetario se desenvolvió la Casa de Moneda de Lima a partir de la proclamación de la independencia.
Los últimos años de la Real Casa de Moneda (1793-1821) La ceca de Lima, principal institución monetaria del sistema colonial español en América del Sur, transitó durante las décadas precedentes a la independencia con luces y sombras. La Casa de Moneda,20 reestructurada y organizada en el siglo XVIII bajo el influjo reformista borbónico a imagen y semejanza de la ceca de la Ciudad de México, alcanzó notables índices de acuñación, dejando en un segundo plano a su vieja competidora, la Casa de Moneda de Potosí. Según se publicó el 8 de agosto de 1793 —en el número 271 del Mercurio Peruano, órgano de la Sociedad Amantes del País—, la fábrica logró acuñar en 1792 por un valor de 694.824 pesos en oro y 4.896.000 en plata. A fines de la centuria, la acuñación aun superaría ligeramente los 6 millones de pesos. En 1805, el viajero norteamericano Amasa Delano facilitó una detallada descripción de la Casa de Moneda de Lima. Según su relato, las técnicas y la maquinaria eran homologables a las utilizadas en las demás casas de moneda indianas, con volantes capaces de acuñar 15 piezas en un minuto, salvo la 18. Hamnett 2000: 8-9, Flores Guzmán 2010: 334-335 y 355-358, Anna 2003: 154, Quiroz 1993: 172-173, De Haro 2014a. 19. “Estado del producto de la Aduana Nacional de Lima en el bienio 1819-1820”, AGI, Lima 1471. 20. En Dargent 1997: 302. Ordenanzas para el gobierno de la labor de moneda de oro y plata que se fabricaren en la real Casa de Lima, formadas por las establecidas para la de México, en lo que son adaptables, y arregladas, en lo que no lo son, a lo resuelto por S. M. en R. C. de 11 de noviembre de 1755, Lima, 1788. El texto se inicia con la R. C. del 12 de noviembre de 1751.
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15/08/2019 11:31:54 a.m.