OPINIÓN LA AYUDA ECONÓMICA EN UN LABERINTO DE BUROCRACIA Mg. Martín Siracusa Economista y Secretario Gral. del IEES Mg. en Finanzas y Economista UBA
E
l paquete fiscal que el gobierno puso en la mesa para afrontar el derrumbe económico, no está dando resultados. No sólo porque se trata de un “paquetito” de los más débiles de la región, sino principalmente porque es un campo minado de la filosofía del kirchnerismo: todo trámite lleva una lista de beneficiarios, la aprobación de algún funcionario público, semanas para efectivizarse. Todo ingresa en el laberinto de la burocracia, y tal como diría Kafka: “el progreso se evapora dejando atrás una estela de burocracia”. Sucede que las medidas de ampliación de los programas de asistencia económica para la emergencia mantienen los dos pecados originales del primer decreto: el primero, es que el monto total sigue siendo insuficiente para remontar una economía que viene cayendo fuerte; el segundo, es la falta de mecanismos automáticos para que la ayuda llegue a la clase media. “Los únicos que cobraron son los planeros” fue la respuesta de un monotributista de la escala más baja al consultarle sobre si ya había podido cobrar los 10.000 pesos que le corresponden y que, aunque ya fueron aprobados en la página de ANSES, todavía no fueron depositados, ni hay certeza de que ese monto llegue efectivamente. Tampoco los profesionales están incluidos en este mecanismo. Un psicólogo o una odontóloga no han recibido ninguna asistencia del Estado, a pesar de que hace un mes viven de sus ahorros.
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El nuevo decreto amplía el paquete fiscal, pero no logra una implementación eficaz: habilita créditos a los monotributistas a tasa cero y amplía el salario complementario otorgado a los trabajadores registrados. Pero no se han ocupado de muchas empresas y millones de trabajadores. Además, los créditos siguen sin llegar a las Pymes. Uno consulta con los directivos de los bancos y la respuesta es “ya aprobamos muchos créditos” pero cuando intenta verificarlo del otro lado del mostrador, siempre faltan cinco para el peso. El exceso de burocracia en las solicitudes es un costo aterrador. Un profesor en la facultad preguntó una vez “¿saben ustedes cuál es el recurso más escaso?” y mientras todos respondíamos cosas tales como el dinero, la naturaleza, el petróleo, él nos ilustró con la respuesta: lo más escaso es el tiempo. Y hoy se puede ver con claridad. Un mes de cuarentena obligatoria y la plata no había llegado a la clase media. En ese tiempo la gente se gastó esos ahorros que le quedaban en la cuenta. Por este motivo, el programa de asistencia no logró frenar la estampida de nuevos pobres, que son hijos de la cuarentena: aproximadamente 2 millones de personas cayeron por debajo de la línea de pobreza en un mes, alcanzado un 40,2% de la población, según un informe que publicó el CEDLAS (Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad de la Plata). Recor-