En sus primeros años de carrera, antes de cumplir los 22 años, Fermín Espinosa “Armillita chico” ya se había convertido en un torero clave en la historia de la tauromaquia. Con sus aportaciones, consolidó la faena ligada en redondo, clave en el toreo moderno. Armillita tendría muchos más triunfos clamorosos en Barcelona, Madrid, Valencia y otras ciudades de España, los envidiosos harían politiquería para impedir que toreara en las plazas españolas, así que se quedó en México donde protagonizó la edad de oro del toro mexicano. Capítulo Quince Y LA SANGRE SE RIEGA
J
orge Luis Borges señaló que un autor, un libro, un ideal generan sus propios precursores: Kafka generó a Hawthorne y Llaguno a Javier Garfias. Al morir don Antonio Llaguno González la ganadería de San Mateo llega a las manos de su hijo José Antonio Llaguno García, en el cambio de timonel surge la oportunidad para que la nave se abra y la ganadería de San Mateo riegue al mundo de los toros con el producto que la genialidad de don Antonio Llaguno González creó. Llegó “la hora de los galeones”, con
la muerte de don Antonio. Ahora se podían comprar las vacas de San Mateo, la creación genética al sembrarle Saltillo a las reses criollas, seleccionadas entre 30 mil y se creó la Sangre Llaguno. Antonio Llaguno González le advirtió a su hijo José Antonio, único varón de sus seis hijos que si quería tener una ganadería de lo hiciera con su propio nombre: -Si yo me muero… conmigo se muere San Mateo … lo había dicho con sentencia definitiva, de un juicio egoísta, lapidario y devastador. Sin embargo – apunta Niño de Rivera – el tiempo había pasado desde esa advertencia y la condición física y anímica del viejo ganadero acusaba un franco deterioro hacia los inicios de la década de los cincuenta. Postrado en la cama por completo de 1951 en adelante, no tuvo ánimo ni capacidad para involucrarse en la crianza de sus toritos, mucho menos tomar decisiones en ganadería. Llevaba siete años y cuatro meses paralizado de la cintura para abajo, consecuencia de una lesión en la espina dorsal clínicamente mal manejada en una operación que le practicaron en el Hospital Militar de la Ciudad de México en 1945. El accidente ocurrió cuando don Antonio auxiliaba en las labores de encajonamiento una corrida de toJavier Garfias 123